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FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
TRABAJO MONOGRAFICO
Presentado Por:
Asignatura:
Ideas Políticas
Docente:
Puno – Perú
INTRODUCCION
En el libro I se deduce que existen dos tipos de leyes: las leyes positivas y las
leyes naturales. Las leyes positivas establecen que son las leyes las que guían
nuestras acciones prescritas por una autoridad a la que creemos con derecho a
hacer esta ley. Si esta condición llegara a faltar la ley se convertiría en arbitraria y
en un acto de violencia y opresión. La ley se acompaña de una infracción que es
inherente a ella, un tribunal que aplica esta pena y una fuerza física que la ejecuta.
Sin todo esto la ley estaría incompleta. Las leyes naturales son leyes ciertas, es
decir, son fenómenos de la naturaleza y de nuestra inteligencia que se producen
del mismo modo y en las mismas circunstancias. Bajo estas leyes se rigen
fenómenos que suceden constantemente, además, estas leyes son anteriores y
superiores a las positivas; aunque bien es cierto, que para que nuestras leyes
sean buenas no hace falta que se deriven de las naturales, sino que deben ser
conformes a ellas.
Antes que todas las leyes están las naturales, así llamadas porque se derivan
únicamente de la constitución de nuestro ser. Para conocerlas bien ha de
considerarse al hombre antes de existir las sociedades. Las leyes que en tal
estado rigieran para el hombre, esas son las leyes de la naturaleza.
La ley que imprimiendo en nosotros la idea de un creador nos lleva hacia él, es la
primera, por su importancia pero no por el orden. El hombre en su estado natural
tendría la facultad de conocer, pero no conocimientos. Es claro que sus primeras
ideas no serían ideas especulativas. Pensaría en la conservación. Un hombre así
sólo sería consciente, al principio de su debilidad; su timidez sería extremada. En
estas condiciones cada uno se sentiría inferior a los demás o, todo lo demás de
tal manera que nadie intentaría atacar a otro. La paz sería, pues, la primera ley
natural.
Tan luego como los hombres empiezan a vivir en sociedad, pierden el sentimiento
de su flaqueza; pero entonces concluye entre ellos la igualdad y empieza el estado
de guerra.
Las fuerzas particulares no pueden reunirse sin que se reúnan todas las
voluntades. La reunión de estas voluntades es lo que se llama estado civil.
La ley, en general, es la razón humana en cuanto gobierna a todos los pueblos de
la tierra; las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los
casos particulares a los que se aplica la razón humana. Por ello, dichas leyes
deben ser adecuadas al pueblo para el que fueron dictadas. Deben adaptarse a
los caracteres físicos del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a
su tamaño y al género de vida. Deben adaptarse al grado de libertad que permita
la constitución, a la región, inclinaciones, riqueza, costumbres y maneras.
En el libro II, Montesquieu empieza a diferenciar entre tres tipos de gobierno:
República, Monarquía y Despotismo. La República establece que el sujeto del
poder es todo el pueblo (democracia) o algunas familias (aristocracia). Según
Montesquieu esta forma de gobierno sería la ideal para los Estados pequeños. La
Monarquía tiene su naturaleza en que el príncipe es el que tiene el poder, pero
gobierna conforme a las leyes establecidas y con ayuda de poderes intermedios
subordinados (nobleza). Según Montesquieu esta es la mejor forma de gobierno
para los Estados medianos. El Despotismo consiste en que uno sólo gobierna
conforme a su voluntad, sin ninguna ley ni regla. Para Montesquieu, éste es el
modelo más eficaz para los grandes imperios, lo que llega a suponer una gran
contradicción pues al mismo tiempo considera este sistema abominable.
En el libro III, Montesquieu indaga sobre cuáles son los principios motores de cada
forma de gobierno. El principio que mueve a la República es la virtud política, que
pasa a ser moderación cuando hablamos de Aristocracia. De igual modo, consiste
en el amor a la patria y la igualdad. El principio que hace obrar a la Monarquía es
el honor, es decir, el prejuicio de cada persona o clase social, que consiste en
exigir distinciones. El principio activo del Despotismo es el temor, éste anula todo
sentimiento de ambición.
El libro IV, trata sobra la educación, conviene que nuestra educación nos
disponga a tener sentimientos y opiniones pero que nunca sean opuestos a las
instituciones establecidas. Según Montesquieu: “el gobierno es como todas las
cosas de este mundo: para conservarle es preciso amarle”. Por lo tanto, la
educación debe estar dirigida por la institución más conveniente para la
conservación del gobierno, para así prevenir su caída. En este libro, Montesquieu
hace referencia a la importancia de la primera educación que recibimos, pues es
muy difícil desprenderse de ella.
No obstante, entiendo que existen tres tipos de educación: la que se recibe de los
padres, la que se recibe de los maestros y la que se recibe del mundo en general.
En ningún caso el gobierno deberá dirigir la educación al objeto que el gobierno
se propone, pues no podrá el gobierno quitar, imponiendo su autoridad, a los hijos
de sus padres para “educarlos” y disponer de ellos sin el previo consentimiento de
los padres.
El libro V. trata sobre las medidas que el gobierno puede adoptar para conseguir
que los ciudadanos obtengan la educación que más conviene al gobierno.
También trata sobre las leyes favorables o contrarias a una u otra forma de
gobierno, aunque para Montesquieu las formas de gobierno son: Democracia,
Aristocracia, Monarquía y Despotismo. Con la Democracia, Montesquieu utiliza
como principio activo la virtud política para así renunciar a sí mismo y abnegar
todos los sentimientos naturales. Aconseja que se tomen las medidas más
radicales: partir las tierras con igualdad, no permitir nunca que un hombre posea
dos porciones. En la Aristocracia, el ilustrado apuesta por la moderación como
principio activo, lo cual implica que los nobles no humillen al pueblo; no se den
privilegios individuales, honoríficos ni pecuniarios; que se priven de los medios
para aumentar su caudal, etc. En cuanto a la Monarquía, Montesquieu aconseja
perpetuar el lustre de las familias: desigualdad de las particiones, libertad de
testar, etc. Por último, en el Despotismo el autor se ciñe a hacer referencia a todos
los males que nacen de este sistema como mejor medio para asegurarlo.
En mi opinión, es imprescindible elegir entre favorecer los intereses particulares o
los intereses generales, para así saber qué leyes son las adecuadas para una u
otra forma de gobierno. Por ejemplo, el gobierno representativo busca favorecer
los intereses generales, por lo que es necesario propugnar la libertad, asegurar la
igualdad.
En el libro VI, se trata de las leyes civiles y criminales, la forma de los juicios y el
establecimiento de las penas, según Montesquieu en una monarquía las leyes
civiles son más complicadas que en el despotismo, y no hace referencia a como
afectaran a una Republica
En realidad, Montesquieu lo que propone es que se debe buscar la sencillez y
uniformidad de las leyes. Cuanto más perfeccionada esté una sociedad más
complicado será lograr leyes sencillas o uniformes, ya que las relaciones sociales
estarán más multiplicadas y, por lo tanto, también lo estarán las leyes. En cuanto
a la forma de los juicios Montesquieu lo deja bastante claro en la siguiente frase:
“no conviene que ni el soberano ni el pueblo ni un Senado ni un monarca decida
sobre los intereses de los particulares, sino por jueces establecidos de antemano
para esto y que estos jueces juzguen siempre según el texto previsto en la ley”.
En cuanto a las leyes criminales, éstas deberán ser sencillas, respetando los
derechos de los hombres y, además, deberán ser seguidas literalmente en los
juicios. Por último, las penas sólo pueden ser solicitadas por el ministerio o por el
acusador público, nunca por el acusador particular, para poder evitar las pasiones
personales y las venganzas. Según Montesquieu la severidad de la pena debe
tener como objetivo último castigar el delito para evitar que se repita. Excluye
cualquier tipo de castigo demasiado severo y condena actos crueles o atroces, ya
que considera que estos castigos lo único que consiguen es multiplicar los delitos.
No deja constancia de su parecer acerca de la pena de muerte, pero encuentra
absurda la ley del talión, por lo que da a entender que no está a favor de ella.
En libro VII, ocho, nueve y diez, se tratan los efectos que producen las leyes que
forman la Constitución de un Estado sobre la libertad de los hombres. En el libro
siete hace referencia al lujo, aunque no explica claramente qué es el lujo
únicamente se limita a decir que la monarquía y el despotismo necesitan fomentar
el lujo para sostenerse; Montesquieu tiene una visión bastante realista y objetiva
acerca del lujo
El libro VIII trata cómo los principios de los gobiernos se corrompen; Montesquieu
se ciñe a su clasificación sistemática refiriéndose a los principios motores
mencionados anteriormente (honor, temor, moderación y virtud). Según
Montesquieu la democracia se corrompe cuando el individuo quiere ser igual al
que ha elegido para que le mande; en la aristocracia la corrupción aparece cuando
la nobleza ejerce su poder de forma arbitraria sin tener en cuenta a las leyes; la
corrupción en la monarquía se manifiesta cuando el príncipe tiene más en cuenta
a sus caprichos que a la razón y a la justicia, y puede llegar a ser cruel, por último,
el despotismo se corrompe cuando se sigue alguna orden o se permite alguna
norma a diferencia de los otros gobiernos, ya que estos se corrompen cuando se
incumplen alguna regla.
El libro IX, trata las medidas políticas que puede tomar un Estado para protegerse
de posibles ataques. Nuevamente, Montesquieu insiste en su división de las
formas de gobierno: en la república la medida de defensa preferible es unirse a
otros Estados mediante una alianza; deberán aliarse aquellos Estados con
principios y fuerzas similares. En la monarquía las alianzas son más complicadas,
pues al formar una alianza entre varios Estados los reyes dejarían de ser
soberanos.
En el libro XII, trata el tema de las leyes que sólo atacan o protegen la libertad
individual o particular y no la pública o política. Según Montesquieu el ciudadano
puede llegar a no ser libre aunque la Constitución lo sea y sus disposiciones
favorezcan la libertad. La libertad está más oprimida de lo que se establece en su
propia Constitución.
El último libro que vamos a tratar que los libros mencionados son los que
contienen los principales aspectos de la teoría jurídico política de Montesquieu,
examina las rentas y las contribuciones al Estado, teniendo en cuenta que cada
ciudadano aporta un poco de sus bienes para disfrutar del resto, ésta aportación
debe ser lo más pequeña posible, sólo para cubrir las necesidades del Estado.
Según Montesquieu, cuanto más libertad tienen los ciudadanos más
contribuciones se les puede cargar, debido a que la libertad aumenta la actividad
y el propio rendimiento de los ciudadanos.
ANALISIS
Una vez analizados los puntos primordiales del método del pensador en su
obra principal “el espíritu de las leyes”; se comenzarán a mencionar los aportes
políticos que presenta dicha obra. Mi intención es apreciar cómo fueron postulados
éstos en el siglo XVIII; y que a causa de su trayectoria e importancia, continúan en
la actualidad instaurados por ejemplo en nuestro sistema político.
Esta idea fue analizada por el ilustre de acuerdo a los siguientes cuatro
puntos, los cuales son claves para garantizar la utilización adecuada de los
respectivos poderes:
Ante esta obra, se puede señalar que Montesquieu escribe de una forma
sistemática, pero lo que realmente le preocupa es el equilibrio de cada organismo
para así no autodestruirse. El autor analiza todos los elementos de la sociedad
para encontrar la relación entre ellos y así poder mantener el equilibrio. De la obra
se puede deducir que las leyes están influenciadas por las costumbres, por las
circunstancias naturales y por el propio individuo. En la Ilustración se impulsó la
responsabilidad de tomar decisiones por parte del hombre, aunque estas
decisiones estén influenciadas por elementos externos.
La idea principal que recoge esta obra y plasma a la perfección Montesquieu, son
las distintas formas de gobierno que expone y las leyes que más encajan para que
perduren en el tiempo. Muestra sus preferencias hacia ciertos sistemas políticos
con una visión bastante burguesa del mundo, esquivando los peligros de la
corrupción. Para Montesquieu la libertad es la base de un sistema político
perfecto.