You are on page 1of 18

UNIVERSIDAD PRIVADA SAN CARLOS

FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

El espíritu de las leyes de Montesqueiu

TRABAJO MONOGRAFICO
Presentado Por:

Juan Alcides Gruber Flores

Asignatura:

Ideas Políticas

Docente:

ANDRADE GARNICA, Horacio

Puno – Perú
INTRODUCCION

En el presente trabajo se pretende analizar el pensamiento de uno de los ilustres


del siglo XVIII, que fue Charles Louis de Secondat, mayormente conocido como
el Barón de Montesquieu, el cual nació en Francia en el año 1689 y falleció en el
mismo país en el año1755.

La influencia del pensamiento de éste intelectual en la sociedad francesa de la


cual formó parte; porque en este país fue uno de los intelectuales de mayor
esplendor en el siglo mencionado, que se denominó como el Siglo de las Luces,
fue un pensador de la ilustración, pretendía a través de la razón cuestionar lo que
creía que no era realizado en la sociedad con el propósito de garantizar el bien de
los ciudadanos. Por esto en uno de los aspectos en los que es relevante su crítica
es en el político.

En definitiva, El espíritu de las leyes fue inspirado en el modelo político inglés


de separación de poderes y monarquía constitucional. Con lo que acabamos de
decir, podríamos resumir de una manera muy atrevida que la obra analiza las
distintas formas de gobierno y leyes naturales y positivas que pueden
establecerse en las sociedades; de cómo éstas se moldean por la actuación del
hombre; y de cómo este último se ve influenciado en su actuar por los agentes
externos el clima, la extensión geográfica de su país.
DESARROLLO DE LOS LIBROS DE MONTESQUEIU

En el libro I se deduce que existen dos tipos de leyes: las leyes positivas y las
leyes naturales. Las leyes positivas establecen que son las leyes las que guían
nuestras acciones prescritas por una autoridad a la que creemos con derecho a
hacer esta ley. Si esta condición llegara a faltar la ley se convertiría en arbitraria y
en un acto de violencia y opresión. La ley se acompaña de una infracción que es
inherente a ella, un tribunal que aplica esta pena y una fuerza física que la ejecuta.
Sin todo esto la ley estaría incompleta. Las leyes naturales son leyes ciertas, es
decir, son fenómenos de la naturaleza y de nuestra inteligencia que se producen
del mismo modo y en las mismas circunstancias. Bajo estas leyes se rigen
fenómenos que suceden constantemente, además, estas leyes son anteriores y
superiores a las positivas; aunque bien es cierto, que para que nuestras leyes
sean buenas no hace falta que se deriven de las naturales, sino que deben ser
conformes a ellas.

Las leyes de la naturaleza.

Antes que todas las leyes están las naturales, así llamadas porque se derivan
únicamente de la constitución de nuestro ser. Para conocerlas bien ha de
considerarse al hombre antes de existir las sociedades. Las leyes que en tal
estado rigieran para el hombre, esas son las leyes de la naturaleza.
La ley que imprimiendo en nosotros la idea de un creador nos lleva hacia él, es la
primera, por su importancia pero no por el orden. El hombre en su estado natural
tendría la facultad de conocer, pero no conocimientos. Es claro que sus primeras
ideas no serían ideas especulativas. Pensaría en la conservación. Un hombre así
sólo sería consciente, al principio de su debilidad; su timidez sería extremada. En
estas condiciones cada uno se sentiría inferior a los demás o, todo lo demás de
tal manera que nadie intentaría atacar a otro. La paz sería, pues, la primera ley
natural.

Al sentimiento de su debilidad uniría el sentimiento de sus necesidades, y, así,


otra ley natural sería la que le inspirase la búsqueda de alimentos, el temor, el
placer y la atracción. El conocimiento constituiría la tercera. Y el deseo de vivir en
sociedad es la cuarta ley natural.

De las leyes positivas.

Tan luego como los hombres empiezan a vivir en sociedad, pierden el sentimiento
de su flaqueza; pero entonces concluye entre ellos la igualdad y empieza el estado
de guerra.

Cada sociedad particular llega a comprender su fuerza; esto produce un estado


de guerra de nación a nación. Los particulares, dentro de cada sociedad, también
empiezan a sentir su fuerza y procuran aprovechar cada uno para sí las ventajas
de la sociedad; esto engendra el estado de lucha entre los particulares.
Estas dos clases de estados de guerra establecen las leyes entre los hombres.
Considerados habitantes de tan gran planeta, en el que es necesario que haya
diversos pueblos, tienen leyes en las relaciones que estos pueblos tienen entre sí;
y es el Derecho de gentes. Considerado como viviendo en una sociedad que debe
ser mantenida, tiene leyes en las relaciones que tienen los que gobiernan con los
gobernados; y es el Derecho político. Las tienen también en las relaciones que
todos los ciudadanos tienen entre sí; y es el Derecho civil. Una sociedad no podría
subsistir sin un gobierno. La reunión de todas las fuerzas particulares forma lo que
se llama un Estado político.

Las fuerzas particulares no pueden reunirse sin que se reúnan todas las
voluntades. La reunión de estas voluntades es lo que se llama estado civil.
La ley, en general, es la razón humana en cuanto gobierna a todos los pueblos de
la tierra; las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los
casos particulares a los que se aplica la razón humana. Por ello, dichas leyes
deben ser adecuadas al pueblo para el que fueron dictadas. Deben adaptarse a
los caracteres físicos del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a
su tamaño y al género de vida. Deben adaptarse al grado de libertad que permita
la constitución, a la región, inclinaciones, riqueza, costumbres y maneras.
En el libro II, Montesquieu empieza a diferenciar entre tres tipos de gobierno:
República, Monarquía y Despotismo. La República establece que el sujeto del
poder es todo el pueblo (democracia) o algunas familias (aristocracia). Según
Montesquieu esta forma de gobierno sería la ideal para los Estados pequeños. La
Monarquía tiene su naturaleza en que el príncipe es el que tiene el poder, pero
gobierna conforme a las leyes establecidas y con ayuda de poderes intermedios
subordinados (nobleza). Según Montesquieu esta es la mejor forma de gobierno
para los Estados medianos. El Despotismo consiste en que uno sólo gobierna
conforme a su voluntad, sin ninguna ley ni regla. Para Montesquieu, éste es el
modelo más eficaz para los grandes imperios, lo que llega a suponer una gran
contradicción pues al mismo tiempo considera este sistema abominable.

En primer lugar, Montesquieu se encierra demasiado en esta división, y casi en


su totalidad la obra gira entorno a estos tres sistemas de gobierno. Por otra parte,
democracia y aristocracia están encuadradas dentro de un mismo título cuando
son esencialmente diferentes, por lo cual Montesquieu se ve forzado muchas
veces a diferenciarlos. Por último, la palabra republicano comprende multitud de
gobierno, desde una democracia pacífica hasta una oligarquía; y, aunque
salvando las distancias, todos los sistemas tienen, en algún punto, características
en común. La monarquía es un gobierno en el que el poder ejecutivo reside en
manos de una sola persona, y eso es lo que ocurre exactamente en el despotismo;
el despotismo viene a significar abuso, que además, puede hallarse en todos los
gobiernos, pues todas las instituciones humanas son imperfectas.

En el libro III, Montesquieu indaga sobre cuáles son los principios motores de cada
forma de gobierno. El principio que mueve a la República es la virtud política, que
pasa a ser moderación cuando hablamos de Aristocracia. De igual modo, consiste
en el amor a la patria y la igualdad. El principio que hace obrar a la Monarquía es
el honor, es decir, el prejuicio de cada persona o clase social, que consiste en
exigir distinciones. El principio activo del Despotismo es el temor, éste anula todo
sentimiento de ambición.

Tanto en un sistema de gobierno como en otro, los principios activos o motores


que mueven un sistema son el respeto por los intereses generales; el amor de los
individuos a la libertad y a la igualdad, a la paz y a la justicia. Además, también
está el respeto a los derechos particulares reconocidos como legítimos.

El libro IV, trata sobra la educación, conviene que nuestra educación nos
disponga a tener sentimientos y opiniones pero que nunca sean opuestos a las
instituciones establecidas. Según Montesquieu: “el gobierno es como todas las
cosas de este mundo: para conservarle es preciso amarle”. Por lo tanto, la
educación debe estar dirigida por la institución más conveniente para la
conservación del gobierno, para así prevenir su caída. En este libro, Montesquieu
hace referencia a la importancia de la primera educación que recibimos, pues es
muy difícil desprenderse de ella.

No obstante, entiendo que existen tres tipos de educación: la que se recibe de los
padres, la que se recibe de los maestros y la que se recibe del mundo en general.
En ningún caso el gobierno deberá dirigir la educación al objeto que el gobierno
se propone, pues no podrá el gobierno quitar, imponiendo su autoridad, a los hijos
de sus padres para “educarlos” y disponer de ellos sin el previo consentimiento de
los padres.

El libro V. trata sobre las medidas que el gobierno puede adoptar para conseguir
que los ciudadanos obtengan la educación que más conviene al gobierno.
También trata sobre las leyes favorables o contrarias a una u otra forma de
gobierno, aunque para Montesquieu las formas de gobierno son: Democracia,
Aristocracia, Monarquía y Despotismo. Con la Democracia, Montesquieu utiliza
como principio activo la virtud política para así renunciar a sí mismo y abnegar
todos los sentimientos naturales. Aconseja que se tomen las medidas más
radicales: partir las tierras con igualdad, no permitir nunca que un hombre posea
dos porciones. En la Aristocracia, el ilustrado apuesta por la moderación como
principio activo, lo cual implica que los nobles no humillen al pueblo; no se den
privilegios individuales, honoríficos ni pecuniarios; que se priven de los medios
para aumentar su caudal, etc. En cuanto a la Monarquía, Montesquieu aconseja
perpetuar el lustre de las familias: desigualdad de las particiones, libertad de
testar, etc. Por último, en el Despotismo el autor se ciñe a hacer referencia a todos
los males que nacen de este sistema como mejor medio para asegurarlo.
En mi opinión, es imprescindible elegir entre favorecer los intereses particulares o
los intereses generales, para así saber qué leyes son las adecuadas para una u
otra forma de gobierno. Por ejemplo, el gobierno representativo busca favorecer
los intereses generales, por lo que es necesario propugnar la libertad, asegurar la
igualdad.

En el libro VI, se trata de las leyes civiles y criminales, la forma de los juicios y el
establecimiento de las penas, según Montesquieu en una monarquía las leyes
civiles son más complicadas que en el despotismo, y no hace referencia a como
afectaran a una Republica
En realidad, Montesquieu lo que propone es que se debe buscar la sencillez y
uniformidad de las leyes. Cuanto más perfeccionada esté una sociedad más
complicado será lograr leyes sencillas o uniformes, ya que las relaciones sociales
estarán más multiplicadas y, por lo tanto, también lo estarán las leyes. En cuanto
a la forma de los juicios Montesquieu lo deja bastante claro en la siguiente frase:
“no conviene que ni el soberano ni el pueblo ni un Senado ni un monarca decida
sobre los intereses de los particulares, sino por jueces establecidos de antemano
para esto y que estos jueces juzguen siempre según el texto previsto en la ley”.
En cuanto a las leyes criminales, éstas deberán ser sencillas, respetando los
derechos de los hombres y, además, deberán ser seguidas literalmente en los
juicios. Por último, las penas sólo pueden ser solicitadas por el ministerio o por el
acusador público, nunca por el acusador particular, para poder evitar las pasiones
personales y las venganzas. Según Montesquieu la severidad de la pena debe
tener como objetivo último castigar el delito para evitar que se repita. Excluye
cualquier tipo de castigo demasiado severo y condena actos crueles o atroces, ya
que considera que estos castigos lo único que consiguen es multiplicar los delitos.
No deja constancia de su parecer acerca de la pena de muerte, pero encuentra
absurda la ley del talión, por lo que da a entender que no está a favor de ella.

En libro VII, ocho, nueve y diez, se tratan los efectos que producen las leyes que
forman la Constitución de un Estado sobre la libertad de los hombres. En el libro
siete hace referencia al lujo, aunque no explica claramente qué es el lujo
únicamente se limita a decir que la monarquía y el despotismo necesitan fomentar
el lujo para sostenerse; Montesquieu tiene una visión bastante realista y objetiva
acerca del lujo
El libro VIII trata cómo los principios de los gobiernos se corrompen; Montesquieu
se ciñe a su clasificación sistemática refiriéndose a los principios motores
mencionados anteriormente (honor, temor, moderación y virtud). Según
Montesquieu la democracia se corrompe cuando el individuo quiere ser igual al
que ha elegido para que le mande; en la aristocracia la corrupción aparece cuando
la nobleza ejerce su poder de forma arbitraria sin tener en cuenta a las leyes; la
corrupción en la monarquía se manifiesta cuando el príncipe tiene más en cuenta
a sus caprichos que a la razón y a la justicia, y puede llegar a ser cruel, por último,
el despotismo se corrompe cuando se sigue alguna orden o se permite alguna
norma a diferencia de los otros gobiernos, ya que estos se corrompen cuando se
incumplen alguna regla.

El libro IX, trata las medidas políticas que puede tomar un Estado para protegerse
de posibles ataques. Nuevamente, Montesquieu insiste en su división de las
formas de gobierno: en la república la medida de defensa preferible es unirse a
otros Estados mediante una alianza; deberán aliarse aquellos Estados con
principios y fuerzas similares. En la monarquía las alianzas son más complicadas,
pues al formar una alianza entre varios Estados los reyes dejarían de ser
soberanos.

En el libro X, se habla sobre el derecho a la guerra y a conquistar, también


menciona la necesidad de conservar las conquistas, de su uso y de los medios
para conservarla. El derecho a la guerra lo defiende argumentando que cada
hombre tiene el poder a defender su persona y sus intereses. No obstante, los
hombres no deben estar en guerra continuamente, deben intentar entenderse, de
ahí la necesidad que tienen las naciones de tener embajadores en distintos
territorios; mediante estos embajadores las naciones firman tratados donde se
responsabilizan a devolver rehenes, cuidar heridos, Montesquieu trata más sobre
el Derecho de la guerra, del que cree que no tiene otro fundamento que el de una
defensa necesaria y nunca por conveniencia o por conseguir la gloria. En cuanto
al Derecho a conquistar, Montesquieu vuelve a apoyarse en la división de los
gobiernos, para aclarar en qué momento y hasta qué punto deben hacerse
conquistas y cómo se debe tratar al país, una vez ha sido conquistado.

En el libro XI, se cuestiona la distribución de los poderes de la sociedad,


debatiendo si esta distribución es o no favorable a la libertad. Para Montesquieu
la Constitución inglesa es perfecta, en cuanto que en ella se asegura la libertad
política.

En el libro XII, trata el tema de las leyes que sólo atacan o protegen la libertad
individual o particular y no la pública o política. Según Montesquieu el ciudadano
puede llegar a no ser libre aunque la Constitución lo sea y sus disposiciones
favorezcan la libertad. La libertad está más oprimida de lo que se establece en su
propia Constitución.

El último libro que vamos a tratar que los libros mencionados son los que
contienen los principales aspectos de la teoría jurídico política de Montesquieu,
examina las rentas y las contribuciones al Estado, teniendo en cuenta que cada
ciudadano aporta un poco de sus bienes para disfrutar del resto, ésta aportación
debe ser lo más pequeña posible, sólo para cubrir las necesidades del Estado.
Según Montesquieu, cuanto más libertad tienen los ciudadanos más
contribuciones se les puede cargar, debido a que la libertad aumenta la actividad
y el propio rendimiento de los ciudadanos.
ANALISIS

Consideraba que uno de los derechos primordiales de los individuos era la


libertad; una de estas es la política; determinó desde una concepción “liberal”, que
la misma se garantiza en la medida de que los ciudadanos participen políticamente
ejerciendo la libertad frente a la autoridad que los gobierna. Pero mencionaba que la
libertad política no se cumplía cuando las personas hacen lo que quieren en su
Estado; sino que se garantizaba en la medida de que actuaban de acuerdo a las
leyes imperantes. Es por esto, que según el autor la libertad era un derecho que se
lograba siempre y cuando los ciudadanos hacían lo que las leyes les permitían. En
palabras del ilustre, esta idea se manifiesta de la siguiente manera: “La libertad es el
derecho a hacer lo que las leyes permiten. Si un ciudadano tuviera derecho a hacer
lo que éstas prohíben, ya no sería libertad.”

El ilustre en el libro “El espíritu de las leyes” (1748) comenzó estableciendo


que se debía de alcanzar el orden inteligible (claro, evidente) al explicar lo que
ocurría en la sociedad; pero consideraba que era una tarea muy difícil instaurar la
idea de orden a nivel social, porque entre los individuos hay una diversidad notoria
por ejemplo en las costumbres, habitus, ideas, leyes.

Montesquieu a partir de esta concepción de diversidad analizó las


“variedades” que se encontraban en el contexto del siglo XVIII en Francia; las
mismas causaron que no se pudiera demarcar una unidad de análisis para el estudio
social. Pero luego hizo una aclaración que “va más allá” de la sociedad francesa; por
el motivo de que estableció la idea de que para estudiar a cualquier gobierno, hay
que considerar que varían según la época y el país en cuestión.

La segunda condición que demarcó en el método de estudio fue la de


relativismo, porque consideró que hay una relación entre las leyes y las cosas que
es relativa según la situación en particular; por cosas entendía por ejemplo a las
constituciones de cada gobierno, la religión, el clima, costumbres, entre otras.
Postulaba que todas estas cosas ejercían notoria influencia sobre las leyes.

En tercer lugar mencionó que las leyes derivaban de la naturaleza de las


cosas, instaurando de esta manera la idea de que eran deterministas.
El cuarto punto de su método es el racionalismo: en éste el ilustre descartó de
su pensamiento toda idea providencialista para la explicación de lo que ocurría en la
sociedad de ese entonces; pero tampoco recurre a una explicación empirista. Es por
esto que explicó que las leyes representaban a la razón, debido a que consideró
(recopilando ideas de Platón) que a través de las mismas recibían los mandatos que
postulaba la razón, aquellas personas que no podían recibir las ordenes
inmediatamente.

Posteriormente planteó la idea de escepticismo; porque manifestó que había


lugar para la incertidumbre, duda sobre la formulación de las diversas leyes. Por el
motivo de que éstas fueron formuladas por los diversos legisladores, los cuales
tienen debilidades “imperfecciones”; que no permitieron elaborar leyes con grandeza
y dignidad.

Una vez analizados los puntos primordiales del método del pensador en su
obra principal “el espíritu de las leyes”; se comenzarán a mencionar los aportes
políticos que presenta dicha obra. Mi intención es apreciar cómo fueron postulados
éstos en el siglo XVIII; y que a causa de su trayectoria e importancia, continúan en
la actualidad instaurados por ejemplo en nuestro sistema político.

Una de las ideas claves que se menciona en el libro en cuestión, es la Teoría


de los gobiernos. Esta fue elaborada por el intelectual para considerar y explicar a
los tres tipos de gobiernos posibles que son: el republicano; el monárquico y el
despótico. Antes de explicar las características de los gobiernos mencionados; hay
que considerar que Montesquieu tubo presente para determinar a cada gobierno a
la naturaleza, que es la que hace que el gobierno sea lo que es y al principio a través
de este actúan los ciudadanos de manera armoniosa, o sea que es lo que al gobierno
lo hace actuar.

Consideró que en el gobierno republicano el pueblo colectivamente tiene la


potestad para ejercer su poder soberano. Pero demarcó dos formas distintas de
república dentro de este tipo de gobierno: la República Democrática y la República
Aristocrática. Estableció que la primera de estas es ejercida por el pueblo reunido
colectivamente; al mencionarse que entre los ciudadanos se ejerce el poder
soberano, sobresale el interés general por encima del interés particular. El principio
que prima en este caso es el de la virtud.
Pero en esta República la Democracia postulada presentaba diferencias
notorias con lo que se conoce actualmente como Democracia; por el motivo de que
en el siglo XVIII solo algunos ciudadanos se podían reunirse en la plaza pública para
manifestar su soberanía. Claramente no tenían la posibilidad de participar
políticamente todos aquellos ciudadanos que tuvieran 18 o más años.

Esta idea se manifestó de la siguiente manera: “es una república a la antigua,


austera, frugal, virtuosa, limitada a pequeñas ciudades cuyos ciudadanos pueden
reunirse en una plaza pública”.

Con respeto a la República Aristocrática consideró que el poder soberano era


ejercido por menos personas, por esto el mismo era más limitado. Postuló
Montesquieu que si este tipo de República se acercaba a la democrática, sería “más
perfecta”; pero si ocurría lo contrario se aproximaría al tipo de gobierno monárquico.

En conclusión el poder en un gobierno republicano se encuentra en muchas


manos.

El segundo tipo de gobierno postulado por el intelectual fue el monárquico.


Estipuló que éste se caracteriza por ser el gobierno de uno solo; pero mencionó que
dicho monarca no debe de actuar de manera déspota, sino que debe de actuar
acatando aquellas leyes que son fundamentales.

Estipuló que en este tipo de gobierno hay poderes intermedios, subordinados


y dependientes del rey; los cuales deben de contribuir con el gobierno monárquico.

Y el tercer tipo de gobierno que mencionó Montesquieu fue el despótico: este


se caracteriza por ser un gobierno en el que se abusa del poder; debido a que el
pensador determinó que el gobernador actúa según su capricho personal, porque no
respeta a las leyes. Impera el principio del terror, debido a que éste es usado por el
rey déspota para “dominar” a sus súbditos. Claramente se aprecia en este caso la
crítica que el ilustre realizó a la actuación de los monarcas absolutos; debido a que
estipuló que encima del despotismo, se ubica la Monarquía Absoluta.

Una segunda teoría formulada por el pensador, fue la de la separación de


poderes. La misma fue realizada con el propósito de cuestionar aún más el abuso de
poder cometido por parte de los monarcas absolutos; en esta tiene una notoria
relevancia el ejercicio del poder por parte de los cuerpos intermedios, que tratarán
de descentralizar el poder que ejercen los monarcas.

Montesquieu fundamentó que esta teoría era primordial porque al estar


divididos los poderes políticos en varias manos, se puede evitar el abuso del poder
que se cometía al estar concentrado en una sola persona que era el monarca; de
esta manera se podría alcanzar la forma de gobierno de república democrática.

Esta idea fue analizada por el ilustre de acuerdo a los siguientes cuatro
puntos, los cuales son claves para garantizar la utilización adecuada de los
respectivos poderes:

En el primero mencionó que la separación de los poderes es un requisito para


que en una sociedad la constitución tenga preponderancia. Postuló que los tres
poderes políticos: el legislativo, el ejecutivo y el judicial debían de ser ejercidos por
distintas personas; al no poder ser concentrados en una única figura, se manifestó
claramente la división de los respectivos poderes.

Además mencionó que dichos poderes entre sí deben de garantizar el


equilibrio; porque estableció que actuando los tres poderes armoniosamente entre
sí, posibilitan que las decisiones sean adoptadas en conjunto. Consideró que al ser
las decisiones tomadas por el colectivo, debía de estar representada la co-soberanía
de las tres fuerzas políticas y de las tres fuerzas sociales, estas últimas son el rey; el
pueblo y la aristocracia. Al actuar estas fuerzas sociales según el pensador ilustre se
contribuía con la libertad de los ciudadanos.

Esta idea se resume en la siguiente cita: “lo que Montesquieu preconiza es


una armonía entre los poderes, una atribución conjunta e indivisa del poder a tres
órganos, la co-soberanía de tres fuerzas políticas, y también de tres fuerzas sociales:
rey, pueblo y aristocracia”.

Según lo que se mencionó Montesquieu consideraba que en toda decisión


intervienen los tres poderes, donde a cada uno se le adjudica determinada potestad:
el legislativo, es el encargado de elaborar las leyes; el ejecutivo quien las debe de
ejecutar y el judicial tiene la función de juzgar a aquellos que cometen delitos.
La función de cada uno de los poderes se amplía en la siguiente cita: “En cada
Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo de las cosas
pertenecientes al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que pertenecen al civil. Por
el primero, el príncipe o el magistrado hacen las leyes para cierto tiempo o para
siempre, y corrige o deroga las que están hechas. Por el segundo, hace la paz o la
guerra, envía o recibe embajadores, establece la seguridad y previene las
invasiones; y por el tercero, castiga los crímenes o decide las contiendas de los
particulares. Este último se llamará poder judicial; y el otro, simplemente, poder
ejecutivo del Estado

Con la intención de demarcar en palabras del pensador lo que ocurría en un


gobierno en el que imperaba la monarquía absoluta, donde el poder era ejercido
solamente por el rey (poder centralizado), no considerándose la separación de los
poderes mencionados, se establecerá esta cita: “Cuando los poderes legislativo y
ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación, entonces no hay
libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan leyes tiránicas para
ejecutarlas del mismo modo. Así sucede también cuando el poder judicial no está
separado del poder legislativo y del ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio
sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por ser uno mismo el
juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría el
juez de la fuerza misma que un agresor. En el Estado en que un hombre solo, o una
sola corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo administrase los tres
poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones
públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería
enteramente.” Considero que es sumamente importante la idea de la separación de
los respectivos poderes, porque a pesar de que la teoría tiene tres siglos de
existencia continúa vigente por ejemplo en el gobierno uruguayo. Desde mi postura
esto se debe a que notoriamente para garantizar el sistema democrático, las
decisiones tienen que ser adoptadas según lo que decide la mayoría.

En el segundo punto Montesquieu planteó que era imprescindible que


intervinieran los cuerpos intermedios, que eran los parlamentos y la nobleza.
Consideró que la nobleza debía de decidir conjuntamente con el monarca, porque
de eta manera se garantizaría la libertad mencionada. En la siguiente cita se
“refuerza” la idea de la necesaria intervención de la nobleza: “sin monarca, no hay
nobleza; sin nobleza, no hay monarca, pero sí un déspota”

En el tercer punto estableció la idea de descentralización; como ya se explicó


esta es necesaria para evitar que el poder sea ejercido por una única autoridad que
centralice en su persona a todo el poder.

En el último de los puntos mencionó a las costumbres: consideró que las


personas debían de actuar con respeto a las mismas, de forma distinta a lo que lo
hacían según las leyes establecidas. Pero mencionó que tanto el bien político (al
actuar acatando las leyes); como el bien moral (al proceder de acuerdo a las pautas
culturales) tenían sus limitaciones.

Opinó además sobre religión, considerando que la misma era “negativa”


porque era utilizada como un freno social, para reprimir a los individuos. Según mi
perspectiva el ilustre consideraba que la religión no permitía el “progreso” de las
personas, porque no podían cuestionarla, no podían razonar lo que la misma
postulaba; y creo yo que para los intelectuales de la Ilustración si algo no podía ser
razonado, no tendría lógica para existir en esa sociedad.
Conclusiones

Ante esta obra, se puede señalar que Montesquieu escribe de una forma
sistemática, pero lo que realmente le preocupa es el equilibrio de cada organismo
para así no autodestruirse. El autor analiza todos los elementos de la sociedad
para encontrar la relación entre ellos y así poder mantener el equilibrio. De la obra
se puede deducir que las leyes están influenciadas por las costumbres, por las
circunstancias naturales y por el propio individuo. En la Ilustración se impulsó la
responsabilidad de tomar decisiones por parte del hombre, aunque estas
decisiones estén influenciadas por elementos externos.

La idea principal que recoge esta obra y plasma a la perfección Montesquieu, son
las distintas formas de gobierno que expone y las leyes que más encajan para que
perduren en el tiempo. Muestra sus preferencias hacia ciertos sistemas políticos
con una visión bastante burguesa del mundo, esquivando los peligros de la
corrupción. Para Montesquieu la libertad es la base de un sistema político
perfecto.

En definitiva, Montesquieu fomentó las ideologías burguesas de la Revolución


francesa de finales del siglo XVIII e inspiró el constitucionalismo moderno con la
separación de poderes; en conclusión influyó a la política de su época y la de los
años posteriores a su muerte.
BIBLIOGRAFIA
http://es.wikipedia.org/wiki/El_esp%C3%ADritu_de_las_leyes
TOUCHARD, Jean “Historia de las ideas políticas”

MONTESQUIEU “El espíritu de las leyes” (1748)

“Los ilustres franceses” según httpwww.youtube.com

You might also like