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Plataforma política del CECSo hacia un nuevo

Decanato.

Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.

Octubre de 2010.

Índice.

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0. Algunas consideraciones preliminares. Página 3.-

1. Introducción. Página 4.-

1.1 La Facultad inmersa en esta Universidad con vocación Página 4.-


transformadora.

1.2 Actualización de la Ley Orgánica. Página 8.-

2. Plan de Estudios. Página 11.-

2.1 Ciclo Inicial. Página 11.-

2.2 Licenciatura en Desarrollo. Página 13.-

3. Investigación. Página 15.-

4. Extensión. Página 18.-

5. Carrera Docente. Página 20.-

6. Distribución Presupuestal y Gestión. Página 22.-

7. Descentralización. Página 24.-

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0. Algunas consideraciones preliminares.
El Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSo) es la organización que se han
dado los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República para
participar en la vida de la Facultad, en lo que tiene que ver con el cogobierno y actividades
gremiales en general, así como la participación en el cogobierno a nivel central, a través de la
Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (en adelante FEUU).

Consideramos al período de elección de Decano como una instancia que puede llegar a
ser muy rica, donde la siembre puede ser muy productiva para los años venideros. Creemos
que esta etapa debiera servir para pensar dentro de los órdenes qué Facultad queremos, luego
qué Facultad tenemos y finalmente como llegar a lo que pretendemos para nuestro servicio,
para luego embarcarnos en una discusión intra ordenes que nos permita una síntesis justa de
la opinión de todo el demos de la Facultad. Hablamos de síntesis y no de equilibrio, en el
entendido de que no creemos que sea un camino conducente el tratar de complacer a todos y
todas en la Facultad concediendo un poco a cada uno, sino que apostamos a la discusión como
forma de convencernos y de cambiar de opinión, de forma de que el resultante de este
ejercicio sea una visión colectiva que sirva de punta pié para el trabajo en los años que siguen.
Esto nos parece fundamental, y para que la síntesis sea realmente rica, el intercambio se debe
dar entre los tres órdenes de forma fuerte en este período.

¿Por qué una plataforma política del CECSo hacia el nuevo decanato? Porque creemos
que es la mejor forma de contribuir a impulsar la discusión de la que hablamos antes, y porque
creemos que para dar una buena discusión a nivel programático será imprescindible que algún
orden asuma la tarea de comenzar con propuestas debidamente fundamentadas. Como no
creemos que este documento deba ser la biblia del nuevo decanato, no planteamos medidas
concretas, en el entendido de que estas deberán surgir en el intercambio con docentes y
egresados. Lo que sí explicitamos en este documento es la concepción de Universidad que
perseguimos, así como la conexión de esta con el modelo de Facultad pertinente, para lograr
el fin último que toda institución de educación pública debiera perseguir: estar al servicio de la
sociedad, para brindarle lo que esta requiera.

Por todo esto, y porque nos consideramos tan responsables del gobierno de la
Facultad y la Universidad como egresados y docentes, es que presentamos esta plataforma.
Porque creemos que somos nosotros y nosotras factores fundamentales para generar los
cambios que nuestro servicio requiere. De esta forma, nos ponemos en la primera línea,
seguros de que deberemos compartir esta línea, indefectiblemente, con los otros dos órdenes,
para lograr el fortalecimiento del cogobierno como forma de realizar cambios perdurables y
fructíferos.

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1. Introducción.
El presente documento se propone ser un orientador de la acción para el futuro
decanato, en el sentido de proponerle a los órdenes de la Facultad un camino claro a seguir en
estos próximos cuatro años. Naturalmente, no intenta abarcar todas las innumerables áreas
que tienen que ver con la vida de la Facultad, sino aquellas sobre las cuales consideramos
fundamental pronunciarnos. Este primer apartado, la introducción, será una conceptualización
general del modelo de Universidad Latinoamericano, que intentará vincular los aspectos más
relevantes del modelo con la Facultad en particular, de forma de explicitar el rumbo que a
nuestro entender debe tomar una Facultad que debe estar adecuadamente inmersa de una
Universidad como la que pretendemos, y que así mismo nuestro servicio contribuya a la
realización de este ideal de la mejor manera posible. Nuestro modelo de Universidad está
claramente explicitado en las sucesivas resoluciones de nuestro orden a nivel central, nucleado
en la FEUU, y por esto se tomarán sus resoluciones como marco para el desarrollo de modelo
de Facultad que pretendemos.

1.1 La Facultad inmersa en esta Universidad con vocación transformadora.

La Universidad de la República se ha propuesto desde 2006, un programa de


transformaciones ambicioso y que intenta revolucionar a nuestra casa mayor de estudios. De
esta forma, la Facultad de Ciencias Sociales ha sido, y deberá seguir siendo, un actor relevante
para la concreción del programa de cambios. La FEUU se propone, en el marco de este
proceso, la concreción de un modelo latinoamericano de Universidad acorde a las necesidades
que nos plantea el siglo XXI, donde pensar en un desarrollo integral del país implica adecuar el
programa del movimiento estudiantil latinoamericano a la realidad actual, para vigorizar los
principios que este modelo perseguía y persigue. La FEUU se ha propuesto tres ejes
fundamentales, como sintetizadores del programa de cambios que defiende e impulsa. Estos
son:

• Revitalización del ideal latinoamericano de Universidad.

• Generalización de la enseñanza avanzada.

• Construcción de una Universidad para el desarrollo.

El modelo latinoamericanista se desarrolla, primero, en torno a los principios de


autonomía, cogobierno y gratuidad. Sobre esto, la FEUU sostiene que:

“Autonomía, cogobierno y gratuidad de la educación superior son principios con


los que la UR llega al siglo XXI con cierto grado de consolidación, aunque con no
pocas instancias de debilitamiento a lo largo de los últimos cuarenta años.
Mantenerlos y profundizarlos constituyen un punto de partida ineludible para
construir la Universidad que buscamos. La autonomía como capacidad de
autogobierno en sus asuntos, con máxima independencia de todo poder externo
ya sea político partidario, económico, de mercado, o confesional. Pero además
como condición imprescindible para el avance del conocimiento en un clima de
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libertad e independencia intelectual, que siente las bases para una interpretación
crítica de los problemas de la sociedad.

Para que tal principio tenga vigencia real, se deben crear las condiciones para ello.
La organización democrática de la institución constituye una condición sin la cual
no es posible hacer valer la autonomía. Como afirmaba la FEUU en el 2006 “La
autonomía (…) se actualiza, se concretiza mediante la organización democrática
de gobierno (…) esto implica tanto la participación directa de los diferentes actores
de esa comunidad (el cogobierno) como la plena vigencia de la libertad de opinión
y de la libertad de cátedra (…)”. Al mismo tiempo el cogobierno también se
justifica por su contribución a la formación de ciudadanos críticos y participativos,
capaces de ligarse a los problemas y debates que surgen en su entorno, en
definitiva comprometidos con el momento histórico que les toca vivir.”1

Se desprende claramente de la cita anterior, que los principios de autonomía y


cogobierno –si bien están consagrados en la Ley Orgánica de 1958- lejos están de ser un
principio conquistado de una vez y para siempre. Al contrario, es el ejercicio dinámico de la
autonomía y el cogobierno los que aseguran su vigor, su vigencia, y su utilidad para un
proyecto de Universidad que se propone situar a la Universidad “al servicio de una
transformación profunda de la sociedad en la que está inmersa. Esto implicaría la real toma de
conciencia de las problemáticas más profundas de nuestra sociedad, convirtiendo a la
universidad en una herramienta de cambio radical.”2 Por tanto, una tarea fundamental que
deberá llevar a cabo la Facultad es la de darle a los órganos de conducción del servicio
cogobernados la mayor importancia que las normas permitan, logrando así jerarquizarlos de
forma tal de asegurarnos que las decisiones que se tomen sean real síntesis de la voluntad de
los tres órdenes que la gobiernan.

Así, resulta imprescindible la jerarquización del Consejo como autoridad máxima de la


Facultad, propendiendo a que este no sea el ámbito donde formalizar acuerdos ya alcanzados
sino como ámbito natural de debate y de decisión cotidiana. Por otro lado, la revitalización de
nuestro Claustro aparece como una tarea fundamental a desarrollar, en el entendido de que
éste debe ser la mayor caja de resonancia de las opiniones del demos de nuestra facultad. Este
órgano no ha funcionado de la mejor manera en el actual período, sesionando periódica y
regularmente en breves y excepcionales períodos de tiempo, con una concurrencia mermada y
donde la concreción de los quórum de funcionamiento significó una dificultad permanente. A
su vez, debemos anotar que salvo al orden estudiantil, poco les ha interesado a los otros
ordenes este ámbito de gobierno. Esto último, lejos de ser una responsabilidad que se le
pudiera adjudicar a docentes y egresados, es la muestra cabal de que el Claustro no funciona
por no ser jerarquizado de la forma que debiera serlo. Al aparecer como un órgano accesorio y
hasta anecdótico de la estructura de gobierno de la Facultad, resulta particularmente difícil el
lograr que los órdenes lo conciban como un espacio de discusión al cual hay que apostar,
tendiendo a jerarquizarlo, dinamizarlo y a hacerlo nuevamente un espacio de debate fructífero

1
FEUU; Resoluciones de la XIII Convención; 2009; P. 18.
2
Ibídem; P 19.
5|Página
y relevante para la vida de nuestra Facultad. Consideramos a su vez, que esto ayudará y será
ayudado por un ejercicio de democracia interna de los órdenes cada vez mayor y más
participativo.

Sobre la generalización de la enseñanza avanzada, la FEUU en su XIII Convención


sostiene que:

“El énfasis del accionar desde la conducción universitaria está puesto en la


democratización del conocimiento a partir de la generalización de la enseñanza
avanzada. Esta premisa se fundamenta desde dos orientaciones. Por un lado la de
concebir a la educación como bien público social, un derecho humano y universal,
no pasible de ser considerado como una mercancía, lo que establece a nuestra
Universidad como un espacio de resistencia a las posturas vinculadas a la
Organización Mundial del Comercio, según las cuales, la educación debe
responder únicamente a las demandas de mercado. Al mismo tiempo, garantizar
el acceso a la educación superior se torna aún más relevante en la actual situación
socio económica global, en la que el conocimiento se vuelve cada vez más un
elemento de diferenciación social; como señalaba la FEUU en 2006: ‘(…) en un
contexto internacional donde el conocimiento es un factor cada vez más
importante en la estructuración de las economías de los países [y] de las
relaciones entre estas, el acceso a la educación superior permanente y para toda
la vida, no debe ser sólo un privilegio para algunos sectores de la sociedad, sino
una derecho para el conjunto de la población (…)’.

Sin lugar a dudas, la generalización del acceso al conocimiento y a de la enseñanza


avanzada son aspectos imprescindibles al momento de promover en cada
individuo un pensamiento libre, que sea forjador de su propio destino. De todos
modos, esta idea [que] es solidaria con el concepto de desarrollo humano
autosustentable, no necesariamente se contrapone con los planteamientos
neoclásicos “aggiornados” y con los evolucionistas que ven en la acumulación del
capital humano la clave para el crecimiento de la economía y el desarrollo.”3

Así, será un punto fundamental el crecimiento en la matrícula de la facultad, la


permanencia de los y las estudiantes en la institución hasta finalizar sus estudios de grado y la
conexión permanente y para toda la vida de los y las graduados y graduadas con la
Universidad, como una de las formas de asegurar la enseñanza para toda la vida.

Sobre el primer punto -el crecimiento en la matrícula de la facultad- poco podemos


hacer en el entendido de que somos un servicio que se relaciona con los potenciales
estudiantes en la medida en que se inscriben en la facultad. Si bien se pueden analizar medidas
concretas a implementar, será escaso el cambio que podremos generar desde la facultad. En
cambio, sobre la permanencia de los estudiantes en la Facultad, mucho se puede y debe hacer.
En este sentido, apoyar el trabajo que realiza la UAE con la generación entrante, así como

3
Ibídem; P. 20.
6|Página
seguir implementando mecanismos de tutorías, mejorar los canales de información con los
estudiantes, orientar en posibles recorridos a seguir en el nuevo Plan de Estudios y otras
medidas a analizar resultan fundamentales para atacar la deserción en los primeros años de
Facultad.

Será imprescindible revisar y potenciar los regímenes de los cursos de educación


permanente, en el entendido de que éstos significan cursos más flexibles para aquellos
graduados que por causas particulares no consideren realizar maestrías, doctorados o
diplomas. Resulta una experiencia interesante el que la Facultad ofrezca un doctorado en
Ciencias Sociales que luego deriva en cada una de las disciplinas que dicta la Facultad, siendo
esta una experiencia positiva de coordinación y discusión, que permite la integralidad del
primer tiempo del doctorado.

Por otro lado, si la enseñanza es un derecho humano fundamental, debemos llevar


este principio a los extremos; es decir: se deben ofrecer cursos en la enseñanza de grado que
permitan a los estudiantes que trabajan seguir con su carrera, así como estudiar distintos
mecanismos de flexibilización del control de asistencias para permitir que cada vez más
estudiantes trabajadores cursen en carácter de reglamentado las asignaturas curriculares.

Por último, una educación que pretenda ser generadora de individuos críticos y
liberadora, deberá oponerse a una concepción de educación que la sitúa dependiente de los
requerimientos del mercado. Así, se hace imprescindible entender el perfil de los egresados no
como un elemento que debe “encajar” en el mercado, sino en aquellas demandas que la
sociedad como tal tenga, teniendo como parámetro el desarrollo integral del país. Sobre el
perfil del egresado la discusión ya está saldada, ya que el nuevo Plan de Estudios lo establece
con claridad; pero al igual que con el resto del Plan en general, debemos ser celosos en que la
implementación del mismo logre acercarnos al espíritu con que fue concebido. Esto último
introduce otro punto esencial: la autonomía debe ser entendida como una autonomía
“conectada”, es decir, posicionando a la Universidad inmersa en la sociedad.

Sobre este punto, la XIII Convención de la FEUU sostiene:

“La Universidad inmersa en la sociedad que pregona la FEUU, puede sintetizarse


de la siguiente forma: ‘(…) La Universidad de la República debe estar
profundamente comprometida con el cambio político y económico que requiere
nuestro país. Debe contribuir vinculándose, insertándose, formando, investigando,
produciendo tecnología nacional, contribuyendo a agregar valor a nuestra
producción. No obstante, no es lo mismo comprometerse con el crecimiento
económico que con el desarrollo nacional, con la producción que con el trabajo.
Comprometerse con un horizonte de desarrollo nacional supone comprender que
además de crecimiento económico debe haber justicia distributiva, y pleno respeto
de los derechos humanos, en sus vertientes filosóficas, políticas, culturales y
económicas.

7|Página
Una Universidad vinculada con el sector productivo (en su sentido estricto)
también debe vincularse con los trabajadores, con los cooperativistas, con las
demandas sociales que muy posiblemente no puedan financiar convenios, pero de
cuyo abordaje la Universidad Latinoamericana debe ser plenamente responsable
(…)’”4

De esta forma, la Facultad debe estar vinculada permanentemente con la sociedad, de


forma de establecer un vínculo fluido y cotidiano con distintos actores de la sociedad civil. Es
imposible entender una Facultad de Ciencias Sociales que no se involucre con su medio, no
solo por lo que puede aportar sino también por lo que debe aprender de este,
permanentemente. En una sociedad que debe revisarse en forma constante, nuestra Facultad
tiene un rol central a jugar en los grandes debates nacionales, no solo realizando diagnósticos
serios sino también proponiendo soluciones integrales, que no podrán pretenderse neutras,
sino que deberán ir en el camino que el ideal latinoamericano explicitado por la FEUU nos
reclama: comprometido con el desarrollo nacional, la justicia distributiva y la defensa de los
derechos humanos –pasados y presentes- en su plenitud.

1.2 Actualización de la Ley Orgánica.


El estado actual en que se encuentra la discusión del Proyecto de nueva Ley Orgánica
(en adelante LO) marca una avance sustantivo en estos últimos años. Prueba de esto es que la
mayoría de las cuestiones a definir son menores, frente a los grandes consensos alcanzados en
torno a los temas fundamentales y que realmente serán los que logren adaptar la estructura
de nuestra Casa Mayor de Estudios a las nuevas necesidades que la sociedad le plantea, por lo
menos, desde 1967. Por lo anterior, podemos afirmar que claramente la etapa en la que nos
encontramos es la final, donde falta definir cuestiones que no debieran dilatar el debate
demasiado tiempo más y donde nos encontramos con un último borrador del Proyecto de
Articulado de la nueva LO que al Orden Estudiantil satisface plenamente, en el sentido de que
comprobamos un avance como el que esperábamos en las líneas en que nuestro orden ha
defendido.
Nuestra Facultad tiene el orgullo de haber acompañado el proceso de discusión desde
los primeros momentos, tanto por alguno de sus órdenes como por la actuación del propio
decano como representante del servicio en el CDC. Esto nos impone una nueva tarea, la de
continuar siendo uno de los factores que más han contribuido a enriquecer y acelerar este
debate, logrando un justo equilibrio entre la discusión con profundidad y la celeridad que los
cambios impostergables nos imponen. De esta forma, el Consejo de la Facultad de Ciencias
Sociales no solo deberá resolver cuanto antes sobre esta temática, sino que el representante
en el CDC deberá ser, como delegado de nuestro servicio, un impulsor del debate y un
generador de los últimos consensos que la Universidad necesita para culminar este proceso de
discusión. Por otro lado, la Facultad a nivel institucional deberá fijarse como tarea prioritaria e
impostergable, la realización de actividades institucionales de carácter informativo como de

4
Ibídem; P. 21.
8|Página
debate, de manera de que estas tareas no sigan siendo realizadas por los órdenes de manera
aislada.

9|Página
2. Plan de Estudios.5
Nuestra Facultad ha logrado, luego de años de una ardua discusión iniciada en 2003,
acordar un Nuevo Plan de Estudios (en adelante NPE), aprobado por el Consejo de Facultad y
por el Consejo Directivo Central, y que se propone transformar la enseñanza en nuestro
servicio. El NPE se implementa desde 2009, lo que supone que todavía estamos en una fase de
formación del Plan, en el entendido de que de la implementación depende la configuración
final, aunque no sea tan acertado hablar de “final” –volveremos más adelante sobre este
punto. Por tanto, depende del trabajo que se realice en la implementación el que el espíritu y
la letra del nuevo Plan, que reflejan la voluntad política de nuestro servicio y de toda la
Universidad, se vean reflejados en la práctica.

Decimos que no es correcto hablar de configuración final ya que la estructura misma


del Plan permite que este pueda variar mucho en su ejecución. El NPE como tal establece
módulos, vectores y ciclos, sin determinar cada una de las asignaturas que se impartirán. Por
tanto, un cambio de éstas es posible sin cambiar el Plan, lo que permite ajustarlo sin tener que
recorrer el camino burocrático engorroso que implica el cambiar un Plan de Estudios. Es por
esto que la configuración del mismo Plan puede variar, dependiendo de las necesidades del
servicio y de la sociedad en su conjunto. Aclaremos que tampoco esto puede implicar una
inestabilidad tal que haga que el recorrido de los estudiantes sea impredecible. Por tanto será
importante encontrar un equilibrio entre transformación y estabilidad. Creemos que la medida
de la estabilidad la determinará el dinamismo de los cambios en el país, así como las
experiencias, sintetizadas en análisis serios y rigurosos, que indiquen la necesidad de cambios
para mejorar.

Será importante aclarar que para el Orden Estudiantil –y creemos que así debiera ser
para los otros dos órdenes- el Plan de Estudios votado no está, ni deberá estar en los próximos
dos años por lo menos, en discusión. Decimos dos años ya que antes de este plazo no habrán
estudiantes graduados que hayan cursado el NPE, y por tanto un Plan que parte de la base de
una concepción del perfil del egresado claro, mal podría evaluarse si se lo hiciera sin poder
contrastar los primeros egresados con esta expresión de interés acordado y votada. Lo que si
se podrá evaluar son los ciclos, vectores y módulos en sí mismos, ya que en el NPE se
encuentran establecidos claramente los objetivos de éstos. Un caso paradigmático es el del
Ciclo Inicial.

El NPE establece, para el Ciclo Inicial, los siguientes objetivos específicos:

5
En el presente documento expondremos nuestras consideraciones sobre las funciones universitarias de
forma seaparada, cada una desarrollada en un capítulo aparte. Debe quedar claro que nuestro planteo
pretende potenciar de la mayor forma posible la integralidad de funciones, “en la búsqueda de una
síntesis superior como mecanismo para abordar cabalmente los problemas de nuestra sociedad, y de esa
manera contribuir a su comprensión y solución pública” (FEUU: 2009). Así, la separación de las
funciones en este documento obedece solamente a cuestiones de practicidad para la presentación de
nuestras ideas, siendo estas, según nuestras consideraciones, inseparables en el plano práctico, y
esperando que sea imposible separarlas, en los próximos años, aún en el plano analítico.
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1. “familiarizar a la/el estudiante con los marcos conceptuales y los métodos e
instrumental básico de las Ciencias Sociales,

2. brindar elementos cognitivos que permitan comprender la especificidad


histórica de los fenómenos sociales,

3. experimentar una primera aproximación al abordaje multidisciplinario de la


problemática social.”6

2. 1 Ciclo Inicial.

El Ciclo Inicial (en adelante CI) se desarrolla en los primeros dos años desde el ingreso a
la Facultad, lo que hace que el fin del cursado de este todavía no se haya dado para la primera
generación de estudiantes. Por tanto, siguiendo lo que argumentábamos en el párrafo
anterior, no sería serio evaluar al CI en su totalidad, si ni siquiera se ha terminado de dictar.
Pero este contiene tres módulos, los que si podremos evaluar: 1- “Introducción a las Ciencias
Sociales”, 2- “Métodos aplicados a las Ciencias Sociales” y 3- “Temas básicos de las Ciencias
Sociales”.

El primer módulo se propone introducir a los estudiantes en las Ciencias Sociales, de


forma integral y abordando el estudio de la realidad por problemas y no por disciplinas. En
este punto, creemos que la Facultad es vanguardia a nivel de la Universidad de la República.
Sobre este tipo de abordajes señala la FEUU:

“Pensar la enseñanza en torno a problemas y no a partir de las lógicas


disciplinares es una aspiración de muy difícil implementación, pero que podría
revolucionar el paradigma pedagógico que predomina en las aulas universitarias.
El cambio de las modalidades tradicionales debe ser un proceso ordenado y
ampliamente discutido.”7

Siguiendo la argumentación de la FEUU, creemos realmente estar en medio de una


revolución en el sentido antes mencionado, lo que implica lentitud en los cambios ya que estos
requieren, indefectiblemente, cambios culturales de los propios docentes que imparten las
nuevas asignaturas. Estos cambios se han venido dando, ya que es posible observar como las
asignaturas del primer semestre del CI han cambiado sus programas (con grados de avance
dispares entre ellas) para así adaptarse a la nueva voluntad política de la Facultad y de la
Universidad. Sin embargo, consideramos que este cambio no es suficiente. Una problemática
que se une a esto es la excesiva cantidad de asignaturas en el primer semestre (6) que
fragmentan de tal forma el proceso de aprendizaje del estudiante que este se ve claramente
impedido de cursar todas las asignaturas correctamente y en simultáneo. Problemas de
deserción en los teóricos, disminución de la cantidad de estudiantes que finalizan los cursos en
calidad de reglamentados; son algunos ejemplo de las problemáticas que genera la excesiva
cantidad de materias. Por otro lado, el que cada Unidad Académica dicte una de las seis

6
Plan de Estudios de la Facultad de Ciencias Sociales; Universidad de la República; 2009; P. 17.
7
FEUU; Resoluciones de la XIII Convención; 2009; P. 22
11 | P á g i n a
asignaturas (a excepción de la Unidad Multidisciplinaria, que dicta dos) no permite un mayor
grado de avance en la concepción de las asignaturas, dificultando esto, naturalmente, una
mirada integral de las problemáticas de las Ciencias Sociales, como pretende el Plan. En este
sentido creemos innecesaria la cantidad de materias, lo que hace que la misma cantidad de
contenidos que podría haber en seis asignaturas sea más difícilmente asimilado, estudiado con
una profundidad menor, y más fragmentado. Por tanto, proponemos que la consigna para la
corrección de este problema sea más créditos por asignatura y menos asignaturas. Es decir el
cumplir con los objetivos que plantea el módulo sin tantas asignaturas, y las que se dicten
deberá tener más créditos, concentrando el conocimiento que la Facultad considere
pertinente. La lógica que se deberá seguir para este cambio definitivamente no puede ser la de
considerar a las antiguas introducciones como las partes que constituirán el todo, que es el
módulo. Por el contrario, el todo debe ser considerado como algo nuevo, donde se concentren
los contenidos fundamentales para una buena introducción en las Ciencias Sociales. Creemos
que esto, además de las ventajas que tendrá para el aprendizaje, significará un ejercicio muy
productivo de coordinación e integración entre las distintas unidades académicas.

Por otro lado, en lo que concierne al primer semestre del CI, se deberá rediscutir la
pertinencia de un Seminario como el que está planteado actualmente. Una asignatura como
esta, que se propone integrar conocimientos ya adquiridos en las otras que se imparten en el
primer semestre, deberá ser pensada en referencia con la rapidez con que los estudiantes
pueden asimilar nuevos conocimientos, al punto de poder aplicarlos rápidamente en un
Seminario. Creemos que esta discusión debe darse en simultáneo con la reducción de
asignaturas, en el entendido de que debemos pensar la reformulación del primer semestre en
su totalidad, y no parcialmente, de forma de que la resultante no sea algo no pretendido por
nadie, sino que sea el fiel reflejo de una concepción discutida y acordada entre los tres
órdenes.

En consonancia, las problemáticas suscitadas en el segundo semestre no pueden ser


dimensionadas, y mucho menos corregidas, sin la adopción de una perspectiva global del ciclo
inicial como un ciclo con entidad, coherencia y dinámicas propias, y no como mera instancia de
pasaje a los ciclos avanzados. En este sentido, el último informe elaborado por la UAE hasta la
fecha (octubre 2010) es elocuente en términos de evidenciar un número importante de
estudiantes libres en relación al total de inscriptos (con asimetrías, pero con problemas reales
en todas las materias), superando en varios casos los problemas detectados en el primer
semestre.

Al respecto, consideramos que tres elementos aquejan en la actualidad de forma


decisiva el buen funcionamiento del plan, reflejado en el desempeño estudiantil. En primer
lugar, la necesidad de aplicar de forma estricta el concepto de crédito como unidad de medida
del esfuerzo estudiantil en cantidad de horas tanto dentro y fuera del aula, lo que implica la
adopción certera tanto de la modalidad del curso (en teórico, teórico-prácticos, taller,
seminario u otros), como de la cantidad de bibliografía obligatoria, así como de la dificultad de
la misma. Sin una programación estricta de los contenidos en relación al total asignado de
créditos, el plan en su totalidad se debilita en sus resultados y envía señales difusas al
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estudiante acerca del sus posibilidades reales de avance. En segundo lugar, vemos como una
imperiosa necesidad la adopción de nuevas modalidades de evaluación que permitan medir de
forma profunda e integral el conocimiento en los distintos cursos, siendo pensadas a partir del
CI como un todo y luego aplicándolas en cada curso. Al respecto, las dos modalidades
adoptadas hasta el momento, en 2009 y 2010, han demostrado, si bien un fuerte intento de
avanzar, serias debilidades, manteniéndose en su totalidad en parciales presenciales y
controles de lectura, en gran medida múltiple opción. Resulta imprescindible entonces, la
modificación tanto de la concepción con la que diagraman las evaluaciones, como de la
manera en que se instrumentan, siendo la autoevaluación o los parciales integrando varias
materias opcionales que –idea que ya hemos manejado desde el orden estudiantil-, pero de
los cuales aún no ha tomado un postura clara. En tercer lugar, como ha sido esbozado arriba,
este nuevo plan, que expresa el deseo de una reforma total tanto a nivel de la facultad como
de la universidad en su totalidad ha traído consigo nuevos desafíos en términos de la oferta de
nuevos cursos obligatorios y optativos. En este sentido resulta imprescindible, y cada vez en
mayor medida, un control minucioso de los cursos que se ofertan de modo que se coordinen
coherentemente con la formación en ciencias sociales que la facultad desea brindar, al tiempo
que debe intentar articularse con el resto de los servicios y lograr validar cursos brindados en
los mismos. Esto exige una coordinación y transformación a la interna del servicio, y del mismo
con la universidad en su totalidad, entre varias cosas, de esto hablamos cuando hablamos de
flexibilidad y transversalidad.

Un Plan como el NPE, que se propone flexibilizar la formación de grado de los


estudiantes, y que intenta que esta se dé con una multidisciplinariedad creciente, deberá
estar en una Facultad que esté constantemente vinculada con los otros Servicios que integran
la UdelaR, de forma de ofrecer cada vez más cursos que se dictan en la Facultad al resto del
demos universitarios, así como lograr que aumente considerablemente la oferta de optativas
que se dicten fuera de nuestros servicios. De esta manera, lo que pretendemos es explotar al
máximo las posibilidades que brinda la creditización de todas las actividades de grado.

2. 2 Licenciatura en Desarrollo.

Otra de las cuestiones que como orden y parte de la Facultad nos congratulan es el
tener dictándose la Licenciatura en Desarrollo (en adelante LED), primera en Latinoamérica.
Para entender la importancia de ésta, será necesario repasar uno de los objetivos que marca el
NPE para la LED, a la luz de lo que definimos, en nuestro desarrollo de Universidad
Latinoamericanista como uno de sus fines fundamentales, contribuir al desarrollo nacional:

“Generar un espacio universitario donde se formen profesionales especializados en


el diseño, la implementación, la articulación y la gestión de políticas de Desarrollo.
Estos cuadros académicos y profesionales deberán -además- estar capacitados
para el trabajo multidisciplinario, desarrollando una vocación integradora como
articuladores de capacidades profesionales diversas en el marco de actividades

13 | P á g i n a
relacionadas con la investigación, la enseñanza y la implementación de proyectos
o programas de Desarrollo.”8

Por tanto, será necesario apuntalar a la LED para que esta pueda afianzarse como una
Licenciatura de vital importancia tanto para la Facultad como para la Universidad toda. Esto
implicará brindarle los recursos humanos y financieros que la Licenciatura requiera, así como
la infraestructura necesaria para que se desarrolle. A su vez, resulta de vital importancia que la
Facultad en su conjunto tome como propia la tarea de estrechar más aún los lazos con el resto
de los servicios, de manera de asegurar tanto la formación multidisciplinar de los estudiantes
de la LED, que requerirá del conocimiento de otro servicios –realizando reválidas con
asignaturas de otros servicios y ofreciendo optativas que se brinden fuera de la Facultad-, así
como la cooperación necesaria para que los cursos sobre desarrollo contribuyan a la formación
de Licenciados de todas las áreas académicas de la Universidad. Por otro lado, se deberán
apuntalar las investigaciones en este sentido, de forma de contribuir al desarrollo de políticas
públicas que tiendan a mejorar la calidad de vida de la población. Asimismo, desde la LED se
deberá apuntar a lograr que cada vez más estudiantes de Desarrollo se inserten en programas
de investigación de la CSIC dirigidos a estudiantes de grado, de forma de que éstos contribuyan
desde ya –y se formen académicamente- en la práctica concreta de investigaciones tendientes
a generar conocimiento pertinente.

8
Plan de Estudios de la Facultad de Ciencias Sociales; Universidad de la República; 2009; P. 53
14 | P á g i n a
3- Investigación
La situación de Uruguay en materia de investigación científica e innovación tiene
características particulares, las cuales deben tomarse en cuenta al momento de pensar
cualquier política que intente fortalecerlas. En nuestro país existe una escasa demanda por
conocimiento científico-tecnológico generado en forma endógena, tanto por parte del sector
público como de los privados. A su vez el desarrollo de estas actividades está concentrado en
organismos estatales, particularmente la UR, el IIBCE y el INIA. La articulación entre la oferta y
demanda vinculada a la investigación e innovación es débil y harto compleja, incluso dentro
del propio sector público. En el último tiempo se han desarrollado varias políticas tendientes a
mejorar la cantidad y calidad de esta articulación, con diferentes niveles de eficacia.

Sobre la investigación, la FEUU sostiene:

“La investigación que se realiza en la Universidad debe contribuir a cortar


con la dependencia tecnológica que sufre nuestro país; le corresponde también
orientarse a la generación de cadenas productivas propias, para profundizar
procesos que impliquen un alto valor agregado a la producción y a los servicios.
Todo esto debe llevarse adelante en base a una política claramente definida por la
institución y no en función de demandas circunstanciales del mercado.”

Corresponde también enfocarnos hacia la investigación de variadas


temáticas, con el fin de contribuir a la mejor comprensión social de éstas,
brindando una opinión técnica objetiva y en un lenguaje claro y sencillo, que
pueda ser interpretado por el conjunto de la sociedad. A su vez, se debe fomentar
que la sociedad le reclame a la Universidad estas investigaciones y que su opinión
sea un referente de prestigio. Entendemos que esto contribuye, además, a que la
sociedad vea a la Universidad como algo propio.

Afirmando el vínculo Universidad-sociedad, debemos promover una


política activa de difusión sobre nuestras capacidades de investigación e
innovación. Todos los proyectos de investigación financiados por la Universidad
deberían incluir la difusión de los resultados dentro de la propia institución y
también a la población en general.

Por otro lado, la Universidad no debe esperar a que las necesidades de la


sociedad en materia de investigación lleguen a ella, sino lo contrario, debe tener
un rol activo en relevar la demanda, conocer a fondo dichas necesidades,
problematizar sobre ellas, y fomentar que desde los grupos de investigación se les
atienda. En este sentido, el nuevo programa de investigación focalizada a la
inclusión social, que surge como una segunda versión del programa de
investigación para la emergencia social (que la Universidad implementó en 2002),
es un aspecto positivo a resaltar en la búsqueda de lo mencionado anteriormente;

15 | P á g i n a
ya sea tanto por las temáticas que se proponen abordar como por la metodología
a través de la cual se desarrolla la convocatoria al programa.”9

Consideramos relevante la pertinencia social que tienen que tener las investigaciones
científicas que se realizan en la UdelaR, y por ende inmersos en ella y como actores políticos
de nuestra Facultad, queremos abocarnos a esa línea de trabajo. De cara al Desarrollo
nacional, tenemos que tener la voluntad política de colaborar en dicho proceso, contribuyendo
al desarrollo e implementación de nuevas políticas de Estado, así como a la mejora de las que
actualmente se están implementando.

El Gobierno, como actor más importante del Estado, no ha demandado a la academia


investigaciones que intente comprender los fenómenos que se ha planteado como prioritarios,
de forma de direccionar los cambios en n sentido correcto. Creemos que esto no puede ser
visto unilateralmente, y que será fundamental considerar, una vez más en este documento, la
relación que tiene nuestra Facultad en particular con la sociedad y con el Gobierno Nacional y
los Gobiernos Departamentales y Municipales como parte de ella. En este sentido, nuestra
Facultad debe ser capaz de demostrar que debe ser consultada, aportando conocimiento y
soluciones sobre problemáticas que se planteen en el debate nacional, sin esperar que algún
actor gubernamental las requiera. Así, posicionar a nuestra Facultad como un actor clave en la
discusión de los grandes problemas nacionales creemos que será la mejor forma de vincular a
la Academia con la Sociedad, de forma de que el conocimiento que esta genere sea pertinente
para el desarrollo nacional que tanto mencionamos y pretendemos.

Sobre la producción de conocimiento pertinente, será oportuno aclarar que la Facultad


deberá definir unos pocos ejes como prioritarios a investigar, y luego deberá, mediante
estímulos particulares, lograr que un buen número de investigadores se aboquen a esta tarea.
Es importante aclarar que esto no deberá implicar el impedirle a ningún investigador que elija
la temática sobre la que va a trabajar. En este sentido, parece necesaria la discusión de que No
es conocimiento pertinente. Este, a grandes rasgos, puede ser aquel que: no implica avances
sustantivos en la acumulación académica; o no aporta conocimientos en el sentido en que
debe hacerlo una Universidad Latinoamericana, preocupada por el desarrollo nacional; o bien
puede ser un área de conocimiento que en la actualidad no sea identificada como prioritaria
pero que si lo sea en el futuro. Sobre este último tipo de conocimiento que aparecería como
“no pertinente” nos podemos basar para argumentar que deberá ser una política de estímulos
positivos, sin que esto implique limitar la capacidad del investigador de captar nuevos
problemas que puedan resultar de interés para el futuro, y que actualmente no se encuentren
dentro de los que la Facultad definirá como prioritarios. Así, el desarrollo de nuevas opciones
de recorrido en los cursos de posgrado, trayendo investigadores del exterior en el caso de que
no exista la acumulación suficiente sobre el tema elegido en el país, podría ser un ejemplo de
un estímulo a aplicar.

Estamos convencidos de que debemos poder enseñar desde las incógnitas y los
problemas, promoviendo la creatividad, la originalidad en la búsqueda de soluciones; como

9
FEUU; Resoluciones de la XIII Convención; 2009; P. 31.
16 | P á g i n a
Universidad nos corresponde enseñar a pensar y no a reproducir conocimiento. Entendemos
necesario que, para formar mejores profesionales e investigadores se debe promover la
creación, en todas las carreras, de asignaturas o programas que estén orientados
específicamente a vincular estudiantes de grado con proyectos de investigación.

Finalmente, tenemos la certeza de que para profundizar cambios y generar nuevos, los
estudiantes debemos fortalecer nuestra participación en la CSIC y los diferentes ámbitos que
discutan las políticas de investigación y los criterios de asignación de financiamiento.

Algunos datos a tener en cuenta:

“Según la Unidad Académica de la CSIC, la Universidad de la República


cuenta con unos 1100 investigadores (llevados a una equivalencia de 40 horas
semanales), por lo que se estima entonces que el Uruguay cuenta con unos 1500
investigadores en total; cifra que en relación con la población económicamente
activa, es similar a la de la región, lo cual también es preocupante, puesto que
significa que en términos absolutos la comunidad científica es muy pequeña. El
81% de los investigadores se desempeñan en la educación superior, en tanto que
sólo el 9% lo hace en las empresas. El 31% se dedica a las ciencias naturales y
exactas, en tanto que ingeniería, tecnología y ciencias agrarias suman, en
conjunto, el 33% de los investigadores.”10

10
Ibidem, P. 31.
17 | P á g i n a
4. Extensión.

Frente al estado en el cual está inmersa la Universidad de la Republica junto a su


Reforma Universitaria, es de destacar el rol fundamental y transversal que debe y queremos
que cumpla la extensión. Esto es de interés no solo para la Universidad, sino de la sociedad en
su conjunto, que hoy la observa como un actor alejado de las problemáticas sociales.

Será pertinente decir que el proceso actual de reforma requiere no solo de cambios y
de voluntades, sino que también de generar nuevas contradicciones para potenciar el proceso
de creación. Y en este sentido es de destacar el rol político que juega la extensión, estando
determinado por el modelo de universidad a alcanzar, como guía política de todo el accionar
universitario. En este sentido la FEUU sostiene que:

“[aprender] para la vida, es la construcción del ser humano como ser sensible,
solidario, colectivo, amigo, compañero, es la constitución del universitario que
establece vínculos afectivos con la comunidad que lo asienta y le da cabida, es el
universitario que aprende a aprender, que comprende, que tolera, que escucha,
que pelea, si que pelea por sus convicciones de hondo contenido humano...”11

En este sentido es que debe enfatizarse el rol que debe jugar nuestra facultad, no
estando a la espera de la sociedad, la misma no puede ser ajena a lo que pasa en su alrededor,
debe involucrarse y poner toda su infraestructura en favor de la localidad. Es de recalcar que
este involucramiento debe ser integral, esta noción implica una articulación entre los procesos
de enseñanza, investigación y extensión, incluyendo un abordaje multidisciplinario. Es de
recalcar en este sentido la resolución del CDC:

“Un proceso educativo transformador donde no hay roles estereotipados de


educador y educando, donde todos pueden aprender y enseñar (...) Contribuye a la
producción de conocimiento nuevo que vincula críticamente el saber académico
con el saber popular, (...) que tiende a promover formas asociativas y grupales que
aporten a superar problemáticas significativas a nivel social (...) es una función
que permite orientar líneas de investigación y planes de enseñanza, generando
compromiso universitario con la sociedad y con la resolución de sus problemas. En
una dimensión pedagógica constituye una metodología de aprendizaje integral y
humanizadora.”12

En este sentido es que nuestra facultad cada vez mas tiene que empezar a caminar, no
se puede quedar alejada de las problemáticas sociales, tiene que investigar sobre dichos temas
que son pertinentes para la sociedad, tiene que enseñar con esa realidad para poder lograr
una interacción real entre el saber académico y el saber popular, para poder salir con un

11
FEUU; “¡Universidad para el Pueblo! La FEUU y la Extensión Universitaria”; P. 3
12
CDC, 2009; en UdelaR; “hacia la reforma universitaria”; Tomo 10; P. 26
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aprendizaje real de la sociedad, para ser un estudiante universitario avocado a la sociedad. En
este sentido es que la FEUU, sostiene:

“Enfatizando en todo caso el carácter crítico (en el sentido de asumir la


responsabilidad con el tiempo histórico que le toca vivir, en particular con los
sectores sociales más postergados) y propositivo (en tanto modo de conjugar
creativamente la crítica y el compromiso en la acción y la reflexión que la
Universidad desarrolle en el medio social en el cual está inserta).”13

La extensión, como función esencial de la universidad que nutre tanto la investigación


como la enseñanza, ha sido la menos desarrollada hasta el momento. En este sentido, resulta
imprescindible la toma de medidas concretas que la revaloricen y le asignen la importancia en
la práctica, que todos los órdenes de la UR hemos venido expresado.

Estas ideas ya están empezando a mostrarse en hechos concretos pero queda un largo
camino para seguir trabajando. Nuestra facultad debe tender a la creación de nuevos Espacios
de Formación Integral (EFI´s), así como de Itinerarios de Formación Inicial (IFI´s) en todas las
disciplinas como también de forma combinada. Debe tender a un fuerte apoyo a los
programas integrales y particularmente al Programa Integral Rural.

Esto implica por un lado, fomentar el involucramiento creciente de los estudiantes con
la extensión, así como la exigencia de un mínimo involucramiento con la misma, y por otro, el
reconocimiento de la labor en extensión en los llamados a concursos en la universidad, así
como un mayor peso relativo de la misma en relación a las demás funciones en las instancias
de evaluación de la actividad de los docentes.

En este sentido, la profundización del trabajo en extensión resulta neurálgico en el


proceso global de transformación que vive la Universidad, en tanto espacio de confluencia de
todas las disciplinas universitarias en un trabajo articulado entre sí, comprometido con la
sociedad, y dispuesta a dialogar de manera fluida con la misma, así como a fortalecerse en el
proceso.

13
FEUU; Resoluciones de la XIII Convención; 2009; P. 27.
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5. Carrera Docente
Los nuevos desafíos planteados por la Universidad de cara al siglo XXI implican
replantearse el rol docente en términos de su relacionamiento con el estudiantado, con el
conocimiento, y con la institución en su totalidad.

En el particular momento en que vive la FCS esto implica, entre otros cometidos, tener
la capacidad de articular sus propuestas dentro de un todo más amplio, conjugando de alguna
manera las tres funciones de la Universidad. Este elemento no puede ser nunca perdido de
vista.

En este sentido, y tomando en cuenta la esencial integralidad de las tres funciones en


cada uno de los integrantes de la facultad, resulta imprescindible exigir la formación de los
docentes en tanto tales, ya en el IPA, ya a nivel de formación docente terciaria, o vías
accesorias, de manera de comprometer al docente con su rol en la institución, y de lograr que
estos también busquen un perfeccionamiento constante en términos de sus aptitudes para la
enseñanza en general.

De este modo, la carrera del personal docente debe implicar necesariamente una
creciente formación en este rol, como en los otros, tanto al momento de contratar y
recontratar un docente, como a la hora de pretender acceder a un nuevo grado.

Por otro lado, los mecanismos actuales de evaluación del desempeño docente, han
demostrado tener serias limitaciones en términos no solo de servir de insumo para medir el
mejor o peor modo en que éste lleva a cabo su trabajo, sino a la hora de generar un concepto
profundo e integral del mismo. Recordemos que la evaluación es imprescindible tanto como
elemento de contralor por parte de los órdenes que cogobiernan nuestro servicio, así como
elemento de autopercepción del docente a modo de orientación y continua mejora en su
desempeño. La modificación en el actual mecanismo de evaluación docente es una meta
impostergable, y en este sentido se han dado avances importantes en el trabajo de la Facultad,
logrando la nueva Comisión de Evaluación Docente un buen punto de partida para la
concreción de medidas concretas en el futuro. Sin embargo, esta se ha avocado mucho a la
evaluación tendiente a mejorar la actividad de investigación de los docentes –cuestión sin
duda fundamental- pero deberemos lograr mejorar también los mecanismos de evaluación
que tienen que ver con las tareas de enseñanza e investigación.

Nos parece fundamental, para evaluar la función de enseñanza, revisar y mejorar las
evaluaciones estudiantiles, así como jerarquizarlas en un doble sentido: primero, en darles
más peso a la hora de evaluar re-contrataciones docentes en los órganos de cogobierno;
segundo, para que simbólicamente aparezca para los estudiantes como una tarea fundamental
el evaluar a los docentes para que las evaluaciones se realicen con mayor responsabilidad, de
forma de asegurarle a los docentes que estas evaluaciones son hechas con la mayor
rigurosidad posible, como una garantía fundamental para los y las trabajadores y trabajadoras
docentes de la Facultad.

20 | P á g i n a
Por último, la integralidad de funciones es un aspecto clave que concierne también a la
carrera docente. Deberá discutirse seriamente sobre cómo darles mayor peso a la hora de las
evaluaciones, de forma de que la extensión deje de ser la función relegada, además de que la
integralidad se evalúe como un mérito sustancial de los y las docentes.

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6. Distribución presupuestal y Gestión.
Resulta imperioso para nuestra Facultad embarcarse en una discusión seria sobre la
distribución presupuestal que ahora tiene nuestro servicio. Es importante entender que esta
discusión deberá ser bien conducida por el decanato, así como adecuadamente llevada
adelante por los distintos órdenes, para que esta logre una readecuación del presupuesto (en
el caso de que se considere necesario) sin generar daños colaterales de importancia tanto en
el curso de la discusión como posteriormente.

La actual apertura presupuestal muestra que al Departamento de Trabajo le es


asignado el 17,78% del presupuesto total, mientras que Sociología tiene asignado el 21,93%, el
Departamento de Economía (dECON) cuenta con una asignación del 18,09% del presupuesto
total, Ciencia Política el 16,66%, la Unidad Multidisciplinaria el 10,69%, Decanato 10,55%,
Regional Norte el 4,03% y Doctorado el 0,27 % del presupuesto total (Apertura presupuestal
aprobada en 2010 por el Consejo de la FCS).

6. 1 Algunas líneas claves a tener en cuenta a la hora de discutir la apertura presupuestal.

En primer lugar, señalamos que la distribución del presupuesto ha de responder a la


concepción de integralidad de funciones, y no a la ponderación de la investigación sobre la
extensión y la enseñanza.

Así mismo, en el próximo periodo de decanato debemos tener en cuenta, al momento


de asignar los recursos, no solo la integralidad de funciones y las matriculas de cada una de las
licenciaturas, sino también una proyección a futuro de las mismas, tanto en Montevideo como
en el Interior del país. Sobre esto último, será fundamental consolidar el Ciclo Inicial Optativo
del Área Social (CIOAS) del regional Este, así como consolidar el presupuesto de las nuevas
ofertas de grado que generemos en el Interior.

También se tiene que evaluar la consolidación del presupuesto de los posgrados, ya


que cuenta con 800 estudiantes en su matrícula.

Tenemos que reformular las categorías para la asignación, en la actualidad cada unidad
académica percibe recursos de rentas generales por concepto de: “Investigación y gestión”,
“Docencia de Grado” y “Posgrado”. Consideramos que las partidas tendrían que responder a:
“Integralidad de Funciones” disgregada esta en Investigación, Enseñanza y Extensión,
“Posgrado” y “Gestión”.

Consideramos asimismo que el renglón que le corresponde a Regional Norte se


mantenga como renglón único, ya que esto permite traspasar los fondos juntos y que el propio
regional defina su distribución. A su vez, la asignación que percibe el Regional Norte deberá ser
sugerida desde el propio regional, fundamentado en sus necesidades y proyecciones, y no
asignarle desde Montevideo lo que desde la capital consideremos adecuado.

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Debemos también hacer cumplir el acuerdo docente votado en el 2008 en el consejo
de facultad, que obliga a los docentes a tener horas pizarrón de acuerdo a las horas que tienen
contratadas, el cumplimiento obligatorio del mismo repercutirá de forma directa en los
presupuestos, y así como en la consolidación de la enseñanza grado, sin perjuicio de que se
pueda rediscutir el acuerdo, este deberá ser estrictamente cumplido en la versión en que esté
vigente.

Por último, deberemos observar y revisar celosamente la distribución presupuestal del


NPE, cuidando de que éste cuente con los recursos necesarios para su permanencia en la
Facultad luego de terminada la etapa de implementación del mismo. Así, se deberá atender la
posibilidad de que éste presente déficit en los próximos años, de forma de corregir esto con
una planificación exhaustiva y que conciba al NPE como una totalidad.

Sobre la gestión, entendemos que hay innumerables cosas a corregir. Deberemos


mejorar el funcionamiento de todos los servicios en nuestra Facultad, siendo los de
Administración de la Enseñanza de Grado y Posgrado los que nos preocupan de mayor manera.
No podemos pensar en una Facultad capaz de transformarse si no logra funcionar de forma
eficiente en todos sus engranajes, de forma de que esto beneficie no solo al funcionamiento
cotidiano de la Facultad, sino que también contribuya a hacer cumplir de la mejor forma las
decisiones tomadas por los órganos de cogobierno que sean competentes en cada caso.
Deberemos encontrar, para mejorar la gestión de la Facultad, un óptimo equilibrio entre
decisiones concretas que deberán ser concretadas por ser tomadas en los ámbitos legítimos de
resolución, con un trabajo continuo de convencimiento de los funcionarios de Facultad de lo
apropiado del rumbo que pretendemos tomar en todos los aspectos.

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7. Descentralización.
Es de recalcar el sentido fundamental de este tema, debido a las problemáticas
actuales que dejan de lado al interior del país, es por ello que es indiscutible la pertinencia de
que la Ley Orgánica sea cambiada lo antes posible. Destacando los grandes avances que la UR
ha tenido al interior, pero aún queda mucho camino por recorrer.

De esta forma es fundamental recordar dentro de nuestras prioridades como Servicio


Universitario la cercanía que tenemos con dicha temática, contando con carreras en el interior
y siendo uno de los servicios que recibe a gran población de estudiantes del interior del país. Es
por ello que no podemos estar ajenos a esa realidad y debemos posibilitar la creación de
nuevas carreras en el interior; por tanto es debido hacer una buena pertinencia en torno a
dicha temática.

La descentralización de Ciencias Sociales se viene realizando con un éxito mayor a lo


esperado: en este periodo logramos no solo consolidar las carreras que teníamos en el
Regional Norte, sino que además pudimos crear junto con los otros servicios del área social el
CIOAS en el Centro Universitario Regional Este (CURE). Estos ciclos se abrieron en el 2010 e
inauguraron como ya expresamos una nueva forma de entender al estudiante así como al
conocimiento. Sin embargo estos ciclos deben ser reformulados ya que no representan de
forma fiel la conceptualización que manejamos, sino que fueron conformados por una
sumatorias de materias de cada uno de los servicios y no como algo integrado. Para esto
tenemos que promover una discusión con los otros órdenes del área así como con los órdenes
de regional este. Se debe consolidar la vinculación con los diferentes Regionales, tener
informes mensuales de las realidades de los distintos puntos donde la Facultad tiene
incidencia.

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