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Que los primeros en ocuparse de la cuestión criminal, fueron los psiquiatras PINEL Y
FERROS, estos buscaron los ESTIGMAS PSICOLOGICOS COMUNES a todos los
delincuentes, entre los cuales se encontraba la insensibilidad moral, la impulsividad y la
falta de remordimiento.
Pero quien le dio una base lógica a estos estudios fue FERRARESE, aclarando las
relaciones existentes entre CRIMEN Y LOCURA, tomando en cuenta también la
importancia de los factores sociales y ambientales. Ferrarese se opuso a la necesidad de
una obra de reducación, y el deber de realizarles a todos los análisis físicos y psíquicos.
Cesare Lombroso dio forma a la FIGURA DEL CRIMINAL, en las cuales las anomalías
intelectuales y la carencia de moralidad serie fruto inmodificable de las alteraciones
organizas. A partir de esto, realiza una DESCRIPCION DEL DELINCUENTE NATO; se
trataba de un hombre pequeño, velludo, que psicológicamente era primitivo, de escasa
cultura.
Sin embargo, el origen de esta experiencia se vio dificultado ya que en ese momento el
estudio criminológico estaba impregnado de los criterios positivistas y el método
psicoanalítico estaba muy lejos de la influencia de esa escuela.
En nuestro país, a partir del año 1959, con la aparición de los primeros psicólogos
graduados comenzaba la inserción de los profesionales psicólogos en el ámbito de la
psicología jurídica. De esta manera se estaba ante la presencia de un saber científico
nuevo, una óptica diferente a partir del ingreso de los aportes psicológicos en el terreno
de la ciencia jurídica; que hasta ese momento solo había aceptado el ingreso de la
medicina.
Hasta este momento la práctica psicológica se limitaba a realizar aportes a los
magistrados, desde una óptica diferente de observar el fenómeno criminal. Sin embargo,
en el año 1987 con la sanción de la LEY DEL EJERCICIO PROFESIONAL, la
especialidad se comenzaba a implementar y entre el año 1985 y 1992 se incluyó la
formacion específica y obligatoria en psicología jurídica y forense.