Doctrina III El Nombre

LECCIÓN No. 3

Identificar el significado e importancia del nombre de Jesús

¿Por qué el ángel Gabriel pidió a José y María, que al niño le

pusieran por nombre Jesús?

La identificación del nombre JESUS con salvación es

particularmente evidente porque el nombre hebreo para Jesúa es
casi idéntico con la palabra salvación, especialmente cuando se
considera que el hebreo escrito antiguo no utilizaba vocales.

Incluso, en la concordancia de Strong se traduce el nombre Jesúa

como Yeshuwa y la palabra hebrea para salvación es Yeshuwah.
Aunque otros han aportado el nombre de Jehósua, Josué, o Jesús.
El Señor JESUS es el único que era lo que exactamente ese
nombre quiere decir ó describe. JESUS es la culminación de todos
los NOMBRES que Dios usó en el A.T. JESUS es el nombre más
alto y exaltado que jamás ha sido revelado a la humanidad.

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El nombre de JESUS es el nombre que JEHOVÁ prometió
REVELAR cuando dijo: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por
esta causa en aquel día”. (Is 52:6).

Jesús es el “un nombre” de Zacarías 14:9 que incluye y abarca

todos los otros nombres de Dios en su significado.

La Iglesia del Nuevo Testamento es identificada por el nombre

de Jesús. Incluso Jesús dijo que seriamos odiados por los
hombres por causa de su nombre (Mt 10:22). La iglesia primitiva
fue perseguida por causa del nombre de Jesús (Hch 5:28; 9:21;
15:26), y ellos lo consideraban un privilegio poder sufrir por causa
de su nombre (Hch 5:41).

Pedro declaró que, el paralítico en el pórtico la Hermosa fue

sanado por “el nombre de Jesús de Nazaret” (Hch 4:10). Luego
explicó la supremacía y necesidad de ese nombre para poder
recibir salvación: “Y en ningún otro hay salvación porque no hay
otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos” (Hch 4:12).

El apóstol Pablo escribió: por lo cual Dios también lo exaltó hasta

lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que
en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra y debajo de la tierra” (Fil 2:9-10). Por causa de
la posición exaltada de ese nombre, se nos exhorta depender del
nombre de Jesús en todo lo que hacemos o decimos: “Y en todo lo
que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre
del Señor Jesús” (Col 3:17).

Predicamos y enseñamos en el nombre Jesús (Hch 4:17-18; 5:28).

Echamos fuera demonios, hablamos en lenguas, recibimos poder

sobrenatural y protección, oramos por los enfermos, todo en el
nombre de JESUS (Mr. 16:17-18; Santiago 5:14). Señales y
prodigios son hechos en el nombre de Jesús (Hch 4:30). Oramos y
hacemos nuestras peticiones a Dios en el nombre de Jesús (Jn.
14:13-14; 16:23). Nos congregamos en el nombre de Jesús:
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos”. (Mt 18:20). Somos bautizados para el
perdón de los pecados en el nombre de Jesús: “Arrepentíos y

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bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados...” (Hch 2:38).

¿Será que el nombre de Jesús es alguna fórmula mágica? No.

Para que el nombre de Jesús sea efectivo tenemos que tener fe en
el que está representado por ese nombre (Hch 19:13-17).

El nombre de Jesús es único porque, como ningún otro nombre,

representa la presencia de su dueño. Representa la presencia,
poder y obra de Dios.

Cuando invocamos el nombre de Jesús, en fe, Jesús mismo se

hace presente y empieza a obrar el nombre no viene por causa de
cómo suena ese nombre, pero viene porque la invocación del
nombre en fe demuestra obediencia a la palabra de Dios y fe en la
obra de Jesús.

Cuando invocamos su nombre en fe, Jesús manifiesta su

presencia, hace la obra y suple la necesidad. Por lo tanto, a través
del nombre de Jesús, Dios se revela plenamente; a tal grado que,
vemos, conocemos, honramos, creemos y recibimos a Dios Padre
(Jn 5:23-8:19; 12:44-45;13:20;14:7-9).

Si negamos a Jesús, negamos al Padre (I Jn 2:23); pero si usamos

el nombre de Jesús, glorificamos al Padre (Col 3:17). El Antiguo
Testamento predijo que el Mesías declararía el nombre de Dios
(Sal 22:22, Heb 2:12). Jesús declaró que había manifestado y
declarado el nombre del Padre (Jn 17:6,26). Incluso Jesús heredo
el nombre de su Padre (Heb 1:4). ¿Cómo fue que Jesús manifestó
y declaró el nombre del Padre? Lo hizo desvelar el significado del
nombre por medio de las obras que él hacía, que eran las obras de
Jehová (Jn 14:10-11). Así como Dios en el Antiguo Testamento
progresivamente revelaba más acerca de su naturaleza y su
nombre respondiendo a las necesidades de su pueblo, de igual
manera Jesús en el Nuevo Testamento completamente reveló el
nombre y la naturaleza de Dios por medio de milagros, echando
fuera demonios, sanando a los enfermos y perdonando los
pecados.

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Jesús declaró y reveló el nombre del Padre por sus obras.

Además, Jesús demostró que era el Padre, el Jehová del Antiguo

Testamento. (Vea Is 35:4-6 con Lc 7:9-22). Al demostrar el poder
de Dios en cumplimiento de la profecía, él demostró que Jesús es
el nombre del Padre.

Sencillamente porque Jesús es Jehová, y en Jesús habita toda la

plenitud de la Deidad corporalmente, incluyendo la función de
Padre (Col 2:9).

La declaración hecha en Hch 4:12 enfoca nuestra atención en la

importancia del nombre de Jesús, “... porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

Esta declaración no puede ser ignorada en el estudio de la deidad.

Los profesores Flanders y Cresson de la universidad de Baylor han
dicho: “para la gente de antaño el nombre es parte de la persona,
una extensión de la personalidad del individuo.”

En el Antiguo Testamento Dios usó una revelación progresiva de

su nombre para revelar más sus atributos y características a su
pueblo. Su nombre también representa su presencia; I Reyes 9:3
señala hacia esto. Dios prometió, “...para poner mi nombre en ella
para siempre...” mientras hablaba del templo que Salomón edificó.

Según el Señor suplía las diferentes necesidades de su pueblo, él

revelaba más de sí mismo a ellos, no solo por medio de sus
hechos, sino en la forma de su NOMBRE.

Cuando Dios suplió las necesidades para que la humanidad fuese

salva; él se reveló a sí mismo como Jesús (Jehová el Salvador).

Jesús el nombre más alto y sublime que jamás haya sido revelado
al hombre. Nehemías 9:5 declara que el nombre de Dios desde la
eternidad hasta la eternidad es glorioso y alto sobre toda bendición
y alabanza, y en Efesios 1:21 Pablo declara que el nombre de
Jesús es sobre todo nombre que se nombra. ¿Tendremos dos

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Dioses con dos nombres sobre todo nombre? ¡Imposible! La única
respuesta es que el nombre de Jesús es el nombre de Dios. Jesús
llena todos los nombres que describen a Dios en el Antiguo
Testamento.

Él es “... uno y uno su nombre...” del cual profetiza Zacarías en el

capítulo 14:9. Pablo declara en Fil 2:10 que el nombre de Jesús es
el nombre que es sobre todo nombre. El continua diciendo “para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que estén
en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra.” Is 45:23 revela
que el nombre de Dios es Jesús, porque es Dios quien dijo que a él
se doblara toda rodilla. Rom 14:10-12 declara que esto será
cumplido cuando todos compadezcamos ante el tribunal de Cristo.

Is 52:6 registra la siguiente profecía: por tanto, mi pueblo sabrá mi

nombre, en aquel día. Continua diciendo: “...porque yo mismo que
hablo, he aquí estaré presente”. Isaías 52 y 53 se refiere al tiempo
que Dios habría de venir como el Mesías - Redentor. Por esta
causa conocer el nombre del Mesías es conocer el nombre de
Dios. El cual naturalmente sería el nombre sobre todo nombre. ¡No
hay duda que Jesús es el nombre de Dios!

Jesús mismo declaró que Jesús es el nombre del Padre (deidad).

En Jn 5:43 él dijo, “Yo he venido en nombre de mi Padre...” en Jn

17:6 Jesús dijo que él había manifestado el nombre del Padre a los
discípulos. El único nombre manifestado por Jesús fue Jesús. Los
discípulos entendían que ese nombre era Jesús. El nombre de
Jesús se ha convertido en el vínculo o puente entre Dios y el
hombre. Dios ha puesto gran importancia en su nombre. En
Malaquías 2:2 él mandó a los sacerdotes que pusiesen suma
importancia a su nombre, “si no oyereis, y si no decidís de corazón
dar GLORIA a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré
maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun
las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón”.

- JESUS es la culminación de todos los NOMBRES que Dios usó

en el A.T. Es decir, el nombre de JESÚS llena todos los nombres
que describen a Dios en el Antiguo Testamento.

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- JESUS es el nombre más alto y exaltado que jamás ha sido

revelado a la humanidad.

- El nombre de JESUS es el nombre que JEHOVÁ prometió

REVELAR cuando dijo: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por
esta causa en aquel día”

- La Iglesia del Nuevo Testamento es identificada por el nombre

de Jesús. Incluso Jesús dijo que seriamos odiados por los
hombres por causa de su nombre (Mt 10:22).

- La supremacía y necesidad del nombre de JESÚS se plasman

en el texto de Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación porque
no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos (Hch 4:12).

- Cuando Dios suplió las necesidades para que la humanidad

fuese salva; él se reveló a sí mismo como Jesús (Jehová el
Salvador).

- Para que el nombre de Jesús sea efectivo tenemos que tener fe

en el que está representado por ese nombre.

- Conocer el nombre del Mesías es conocer el nombre de Dios. El

cual naturalmente sería el nombre sobre todo nombre. No hay duda
que Jesús es el nombre de Dios.

- El único nombre del Padre, manifestado por el Señor Jesús, fue

JESÚS. Los discípulos entendían que ese nombre era Jesús.

- El nombre de Jesús se ha convertido en el vínculo o puente

entre Dios y el hombre.

Haga un resumen crítico (una hoja) basado en textos del Nuevo

Testamento sobre la importancia de conocer el nombre de Jesús.

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