Professional Documents
Culture Documents
La
ciudad
de los
viajeros
Travesías
e imaginarios
urbanos
México
1940-2000
• nacho lópez Cuida coches. De la serie México de noche, ca. 1950, Fototeca del inah.
Néstor
Text o s de
García Canclini
Alejandro
Castellanos
Ana Rosas
MantecóN
Nacho
Y fot ografías de
López Paolo
Gasparini
Yolanda Andrade
Christa Cowrie
Marco Antonio
Cruz Fabrizio
León Francisco
Mata Rosas
Fondo Casasola
Fondo Enrique
Díaz Fondo
Hermanos Mayo
índice
2 3 INTRODUCCIÓN
Los viajes
metropolitanos
Néstor García
Canclini
6 7 Espacio y espejo:
Fotografiar
la ciudad de
México
Alejandro
Castellanos
1 0 3 Las múltiples
ciudades
de los viajeros
Néstor García
Canclini
Ana Rosas
Mantecón
16 7 CONCLUSIÓN
Imaginar la ciudadanía
en una ciudad
postapocalíptica
Néstor García
Canclini
metropolitanos
introducción
viajes
los
• Nacho López Vendedores de tapones para rines, ca. 1950, Fototeca del inah.
• paolo gasparini.
INTRODUCCIÓN
Los viajes
metropolitanos
Néstor García
Canclini
los demás, el sombrío malestar de este último trabajo de la jornada 11 Alain Mons, La metáfora
social. Imagen, territorio,
más estridente que en otras prácticas de la diversidad urbana, pero
que es regresar a la casa. Parece aún más aplicable a muchos viajes ur- comunicación, Buenos Aires,
Nueva Visión, 1994, p. 186.
también lo que Michel de Certeau denomina el “movimiento opaco y
banos lo que Alain Borer dice de los viajes más largos en “esta nueva ciego de la ciudad habitada”.12
era en que todo puede ser túnel. El viajero se encierra en su trayecto, De un modo u otro, como recurso de conocimiento o como me-
rechaza el paisaje”.10 No sólo el Metro subterráneo: el autobús y el co- táfora del conflicto o la indiferencia, como suma de lugares estraté-
che también pueden ser refugios que nos protegen de la ciudad. gicos para percibir lo urbano o como “no lugar” de “circulación ace-
Quizá haya que mirar este desvanecimiento de los cuerpos y de 12 Michel de Certeau, lerada de personas y bienes”,13 los viajes ofrecen perspectivas nuevas
L`invention du quotidien.
los otros en el Metro, en los autos, en los recorridos desatentos por las 1. Arts de faire, París, Union para la antropología y las demás ciencias sociales. Estudiar los viajes
Général d’Editions, 10/18,
10 Alain Borer, “L’ére de calles, como situaciones emblemáticas de las metrópolis. La somno- 1980, p. 174. requiere un giro de la mirada antropológica, demasiado habituada a
Colomb & l’ére d’Armstrong”,
Traverses, 41-42, París, lencia colectiva en la vida pública puede ser la protesta callada ante el trabajar con culturas localizadas en el tiempo y el espacio. Se trata de
septiembre de 1987, p. 247.
exceso de sociabilidad que a veces impone la congestión urbana. “En 13 Marc Augé, Los “no concebir el viaje metropolitano como hecho social total, de acuerdo
lugares”. Espacios del
una sociedad en la que continuamente se solicita la sonrisa, el buen anonimato. Una antropología con la reinterpretación de esta fórmula de Marcel Mauss propuesta
de la sobremodernidad,
humor, el ser positivo —dice Alain Mons—, existe un lugar urbano de Barcelona, Gedisa, 1993, p. por Marc Augé: un hecho a la vez económico, social, jurídico, tecno-
41.
inversión, subterráneo por supuesto, en donde el rostro y la relaja- lógico, que implica una relación contractual entre sus participantes y
ción del cuerpo pueden expresar la angustia, el vacío, la indiferencia, recapitula en cada individuo, aunque sea virtualmente, el todo social,
el desapego…”11 El viaje es, entonces, tanto vía de acceso a lo otro y los “empalmes y conexiones” de acontecimientos aislados.14
diferente como expresión de la molestia que engendra la aproxima-
ción de lo lejano, la necesidad de esquivar lo distinto, de no conocer
o no ocuparnos de todos los entrecruzamientos. En los viajes se hace
• Paolo gasparini.
muchos representantes: choferes de Inabarcabilidad: Se ha vuelto imposible que los habitantes de una
taxis y autobuses, repartidores de megaciudad tengan noción del conjunto heterogéneo de zonas, ba-
alimentos, vendedores ambulantes, rrios, tipos de viajes y experiencias que suscitan. Hemos dicho que la
amas de casa, estudiantes, policías mancha urbana de México se extiende 1 500 kilómetros cuadrados.
de tránsito… y fotógrafos Podemos agregar dos imágenes comparativas. Una es que la pobla-
ción del área metropolitana de la ciudad de México equivale a 16 de
los 32 estados que integran el país, y se aproxima al conjunto de la
población de América Central, e incluye una diversidad de grupos ét-
más: las megalópolis representan una cultura de la congestión-frag- nicos, estilos de vida, actividades de producción y consumo semejan-
mentación, la inabarcabilidad, y las comunicaciones diferidas. te a las de los cinco países que componen este subcontinente. Quizá
ésta puede ser otra definición de la megalópolis: ciudad-continente.
Aceleración: La ciudad de México es uno de los ejemplos más elo- La variedad de grupos y culturas sólo puede ser concebida en una pe-
cuentes de la velocidad con que el desarrollo industrial y las migracio- queña proporción por cada uno de los que poblamos esta urbe. Como
nes pueden hacer crecer la población (de 1 644 921 en 1940 a 15 057 veremos en las entrevistas con grupos presentadas más adelante, este
685 habitantes, según el censo de 1990). Como consecuencia, exhibe carácter fragmentario de las percepciones, y la sensación de que la
también una irradiación precipitada de la mancha urbana, la intensi- mayor parte de lo que acontece en la gran ciudad se nos escapa, incita
ficación de las comunicaciones físicas y de los mensajes. Dos carac- a imaginar cómo será lo que desconocemos. Pero es tanto lo que ig-
terísticas señaladas por la sociología para caracterizar la vida urbana noramos, incluso de lo que ocurre en el centro histórico de la ciudad,
moderna —“la densidad de interacción y la aceleración del intercam- que las fotos donde se registra lo que sucede allí provocaron inter-
bio de mensajes”17— se manifiestan en la competencia vertiginosa de pretaciones equivocadas y fantasiosas en los entrevistados. Sobre esas
ofertas radiales, televisivas y de otros medios de comunicación en la “percepciones” erróneas se arman estereotipos distorsionados que
17 Antonio Mela, “Ciudad, capital mexicana. llevan a discriminar a los otros, los diferentes, y a construir explica-
comunicación, formas de
racionalidad”, Diálogos, 23, ciones de los males de la ciudad que contradicen lo que sabemos por
Lima, marzo de 1989.
Congestión-fragmentación: La densidad generada por la masifi- estudios generales sobre las causas de los congestionamiento de trán-
cación de los pobladores, de los bienes y de los mensajes engendra sito, la contaminación y otros dramas urbanos.
una congestión de las personas, las mercancías y la información. Lo
percibimos en las aglomeraciones políticas, deportivas, religiosas o Comunicaciones diferidas: En esta megalópolis aceleradamente
simplemente cotidianas; en la proliferación de mercados públicos y masificada e inabarcable en las experiencias vividas, necesitamos sin
del comercio ambulante; en la multiplicación de ofertas informativas embargo saber lo que sucede para desplazarnos diariamente por di-
y de entretenimiento. “En el terreno visual —escribe Carlos Monsi- versas zonas y entender nuestro lugar en ella. Los recursos para in-
váis—, la ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente [...] De formarnos siguen siendo, en parte, los mismos de la ciudad preindus-
golpe parece que todos los automóviles de la tierra se concentrasen trial y premasiva: recorrerla, observarla y comunicarnos de persona
en un punto para avanzar sin avanzar [...] México es la ciudad en don- a persona. Pero todos tenemos conciencia de que los datos que obte-
de lo insólito sería que un acto, el que fuera, fracasase por inasisten- nemos por estos medios son fragmentarios y escasos. Además, dispo-
cia.”18 La acumulación de todas estas escenas cuando viajamos por la nemos ahora de otros medios (electrónicos), que cotidianamente nos
Espacio y espejo:
Fotografiar
la ciudad de
MéxicoAlejandro
Castellanos
La propia modernización de
la fotografía llevó a incorporar
nuevos puntos de vista para
representar y analizar el espacio
urbano
Con Nacho López la ciudad se constituyó en un abanico de temas cinematográfico y la escisión definitiva entre el imaginario urbano y
que reflejaban la mitología social y política mexicana, a mitad de ca- rural— se basa en los estudios que realizó en el Instituto de Artes y
mino entre el cardenismo y el alemanismo, productores de los símbo- Ciencias Cinematográficas entre 1945 y 1947 (teniendo como maes-
los que el fotoperiodista se empeñó en captar, cuando no en provocar, tros, entre otros, a Manuel Álvarez Bravo, Gabriel Figueroa y Xavier
a tono con el contexto imaginario —entre el melodrama y el relajo— Villarrutia), tan trascendentes para su desarrollo como la educación
en que desarrolló su obra. En sus imágenes transitó de la fotografía socialista que recibió durante el cardenismo.
enmarcada dentro del periodismo como labor cotidiana a la confor- La documentación del lado amargo del cambio de una sociedad
mación de un complejo discurso que resumió años más tarde en el agraria a una urbana, que le valiera a López las críticas de la burocra-
tercer volumen que la revista Artes de México dedicó íntegramente a cia de su tiempo, no impidió que el fotógrafo desarrollara otra ver-
su trabajo sobre la ciudad de México, en 1964. tiente —no ubicada en el testimonio sino en el umbral de la ficción—,
De alguna manera, López se ocupó de continuar una tradición en la que buscó representar el sentido del humor de los habitantes
vigente desde que Manuel y Lola Álvarez Bravo se encargaron de ar- de los barrios de la ciudad de México. Sus conocimientos del lengua-
ticular los alcances de la fotografía vanguardista a los preceptos ema- je cinematográfico lo llevaron entonces a crear una peculiar narrati-
nados del nacionalismo posrevolucionario, conformando un modelo va partiendo de tomas fijas, jugando con la ambigüedad del registro
creativo que algunos reconocen como “escuela mexicana de fotogra- realista de la fotografía. La naturalidad que surge de dicho sistema se
fía”, paradigma desde donde numerosos autores han partido para in- contrapone a las reglas del reportaje convencional, que exige la toma
tentar representar lo que se considera como la esencia de lo mexicano. neutral, es decir, aquella que no altera o “construye” los elementos de
De hecho, uno de los tres aspectos que forman el núcleo original la imagen.
de la iconografía de Nacho López —la ideología cardenista, el relato Así, el sentido creativo de Nacho López lo impulsó —quizás sin
Las múltiples
ciudades de los
viajeros Néstor
García Canclini
Ana Rosas
Mantecón
3.
8 La técnica de la entrevista Nos propusimos captar el sentido imaginario (o patrimonio inmate-
grupal ha sido recuperada
desde ámbitos de rial) de la ciudad de México en los procesos de recepción de las imá-
investigación distintos al
académico (principalmente genes fotográficas y fílmicas. Con ese fin, formamos varios grupos de
el mercadotécnico) y
bautizada como “grupo enfoque8 con viajeros, basados en la hipótesis de que las percepciones
focal” o “de enfoque”, con el
interés de conocer la opinión sobre los viajes estarían más elaboradas en los que tienen por acti-
de un grupo homogéneo
sobre determinado asunto vidad habitual, diaria, el circular por la ciudad. En cuanto al criterio
como un instrumento para la
toma de decisiones. Aunque de selección de los viajeros, supusimos que las estructuras cognitivas,
nuestro propósito es más
comprensivo y analítico, en perceptivas e imaginarias podrían presentarse diferenciadas según
este trabajo empleamos el
término “grupos focales” las ocupaciones por las cuales se viaja. Por lo tanto, integramos los • Nacho López Marcha de transportistas. De la serie Disolución social, ca. 1950, Fototeca del inah
dado lo extendido de su
uso y que ha sustituido, en grupos reuniendo a los entrevistados por este indicador: repartido-
múltiples ámbitos, al de
“entrevistas colectivas”. res (de alimentos, cigarros, pilas y enciclopedias), vendedores ambu-
lantes, policías de tránsito y taxistas. Debido a que estas ocupaciones
dieron un perfil socioeconómico y educativo medio-bajo, formamos
un grupo de estudiantes universitarios que viven lejos de su centro
de estudios, y otro con personas de edad media (30 a 50 años) y clase
media-alta, cuyas ocupaciones de venta, promoción, seguros, etc., les
exigen desplazarse frecuentemente por la ciudad. El nivel de ingreso
y la posesión de auto personal fueron en este último caso los principa-
les indicadores de su ubicación diferente respecto del transporte y las
experiencias urbanas en relación con el primer bloque de cinco gru-
pos. Siempre que se pudo, o sea con la excepción del grupo de reparti-
dores, cuidamos que hubiera una representación equilibrada de hom-
bres y mujeres, y que provinieran de diferentes rumbos de la ciudad.
Además, nos pareció útil formar un grupo con fotógrafos y repor-
9 Éste fue el único grupo
en que no pudo cumplirse teros gráficos, cuyas imágenes sobre la ciudad de México habíamos
el requisito de un número
mínimo de participantes, seleccionado para la investigación pero no estaban entre las utiliza-
porque sólo asistieron a la
sesión dos fotógrafas y a das en esta parte del estudio. Se quiso registrar así una opinión espe-
último momento los demás
avisaron que compromisos cializada, que tomara en cuenta el aspecto formal de las fotos, poco
• paolo gasparini
de trabajo les impedían
concurrir. considerado en los grupos precedentes.9 También estimamos de inte-
• paolo gasparini
• Nacho López Vendedores dde mecates. De la serie Trabajadores ambulantes, ca. 1950, Fototeca del inah
• paolo gasparini
• paolo gasparini • nacho lópez Vendedores ambulantes de la Merced. Del reportaje Tianguistas, ca. 1950, Fototeca del inah
• paolo gasparini
• nacho lópez Del reportaje Carpa Bombay, ca. 1950, Fototeca del inah
• nacho lópez De la serie Restaurante Xochimilco, ca. 1950, Fototeca del inah • paolo gasparini
Obligaciones y placeres
En los relatos suscitados por las fotos y las películas predominaron
los viajes realizados por razones de trabajo: “El empleo, de ahí empie-
za la necesidad de transportarse”, expresó un policía. Esto se debió,
en parte, a que los entrevistados fueron escogidos en ocupaciones que
requieren viajar. Pero también corresponde al carácter obligado que
suelen tener los viajes en medio del tráfico denso, la contaminación
y otras incomodidades urbanas de las que todos los grupos hablaron.
Las alusiones a usos distintos del espacio, como manifestarse pública-
• paolo gasparini mente o vender algún producto, no se referían a esas actividades po-
líticas o comerciales en sí mismas sino a que entorpecían la vialidad.
En un estudio previo sobre consumos culturales en la ciudad
de México encontramos que la apropiación del espacio urbano en el
tiempo libre —y por tanto los viajes “por placer”— están restringidos
por las enormes distancias que se deben atravesar para llegar a un tea-
tro, un cine o un estadio, y por los esfuerzos que implica trasladarse en
una ciudad donde la mancha urbana creció más rápido que el trans-
porte y los equipamientos culturales. La mayor parte de aquella en-
cuesta realizada en 1 500 hogares, representativos del conjunto de la
población, manifestó preferir usar el tiempo libre para quedarse en la
casa. Aun quienes dijeron salir con más frecuencia —los solteros, los
jóvenes, los de mayor escolaridad y con ocupaciones que suponen lar-
gas horas de “encierro” en su trabajo— lo hacían pocas veces y consti-
tuían una minoría. Observamos que el repliegue en la vida doméstica
era favorecido también por la diseminación de los medios electrónicos
de comunicación que llevan el entretenimiento y la información a do-
micilio; estos medios se difunden masivamente en la segunda mitad de
este siglo, en el mismo periodo en que se aceleró la expansión demo-
• paolo gasparini
que falte más transportación”; más bien, “lo que hace falta es mucha
educación vial”.
La ciudad entera es mirada por los policías, del mismo modo que
por los taxistas, los repartidores y los vendedores ambulantes, como
un espacio por donde se viaja. Pero la visión policiaca no es la de una
sucesión de complicaciones o trastornos indeseables, como para los
• nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
otros actores, sino de un lugar donde pueden esperarse transgresio-
nes e irregularidades. Pareciera que en cierto modo esto fuera desea-
do, aunque se le condene, por el entusiasmo de la voz al narrarlo, y
por lo que contestan cuando les preguntamos qué hacen en los días
que no trabajan: “Pues aburrirnos”.
Por eso, su elección se concentró en las fotos de manifestacio-
nes políticas y deportivas, coches estacionados sobre la banqueta,
puestos de periódicos que obstruyen la circulación de los peatones,
niños acostados en una glorieta que “afean” la escultura y la fuente
de agua, el Periférico lleno de autos entremezclados con vendedores
ambulantes. Cuando preguntamos por las imágenes representativas
que faltaban, mencionaron “las mamás [que] van a dejar a los niños
a las escuelas y se estacionan en doble, hasta en tercera fila”, los mi-
crobuses que hacen lo mismo, “las mujeres que se van pintando en el • nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
• nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
cargar tu itacate”… “De estar fuera del hogar”, “Como parte de hacerte
chilanga”. A quienes nacieron en otras zonas del país y llegaron luego
al Distrito Federal, las imágenes antiguas les hicieron pensar en el pa-
recido que la capital tenía con ciudades más pequeñas, los viajes con
• nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
“un algo de sorpresa”, la lluvia que hacía juntarse a la gente “igual que
en provincia, y los mismos chavos. Se comparte con el grupo”.
Los investigadores extranjeros tuvieron, como era previsible,
menos facilidad para identificar los lugares de las fotos y los videos,
y menores posibilidades de confrontar la ciudad actual con la del pa-
sado. Sus comparaciones fueron realizadas, a menudo, con los países
de los cuales procedían y con otras ciudades que conocieron: la foto
de un coche lujoso frente a un edificio moderno, con la pierna de una
mujer que va a bajar, mientras un botones abre la puerta, “podría ser
igualmente de Nueva York”. Alguien dice: “Si vienes de Europa no te
da la impresión de que haya mucha gente en la ciudad de México”. La
profusión de carteles publicitarios encendidos en la noche también
les parece comparable a lo que ocurre en otras metrópolis; los jóvenes
• nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
entreteniéndose en los juegos electrónicos, o una mujer empujando
un carrito precario, pueden verse en Madrid, Buenos Aires o Nápoles.
Un elogio sobre el presente compartido por los sectores medios
y los de bajos ingresos es el que se refiere al avance tecnológico en los
medios de transporte. En contraste con los trenes y “aquellos camio-
nes destartalados, que se subía uno y todo iba sonando”, los “burros y
caballos con carretitas”, destacan la imagen de “un avión jet”, “Eso sí
representa los medios de transporte actuales”, “Las grandes obras de
los pasos a desnivel, del Periférico, del Viaducto, del Metro”. Para el
grupo de clase media esto es resultado de la “influencia extranjera”
que “ha hecho que progresemos enormemente”. Aunque en el mis-
mo grupo alguien observa: “Lo curioso de todo esto es que nuestro
nivel de vida ha subido y el nivel adquisitivo ha bajado”. El avance del
• nacho lópez Cerdo en carro. De la serie Hombre llevando, ca. 1950, Fototeca del inah.
1.
¿Qué podemos saber luego de esta recorrida
por lo que 10 grupos de viajeros por la ciu-
dad de México nos dicen de cómo se vive en
ella? En cierta medida son conocimientos que
ya teníamos. Si comparamos los discursos ge-
nerados ante estas fotos y estas películas con
los datos duros sobre la urbe, las cifras de su
crecimiento demográfico y espacial, la multi-
plicación y complejidad del transporte, las di-
ficultades para desplazarse en espacios públi-
cos y la tendencia a recluirse en la vida domés-
tica, la información reunida aquí agrega muy
poco. Pero si eso es lo que queremos saber, no
es éste el procedimiento para buscarlo.
Las investigaciones cualitativas son útiles
para acceder a las formas en que diferentes su-
jetos y grupos viven en esas condiciones “ob-
jetivas”, construyen sus mundos privados en
relación con las estructuras públicas. Una vas-
ta zona de esos mundos privados es imagina-
ria, y por eso resulta comprensible que se ma-
nifieste no tanto cuando se hacen encuestas y
se busca sumar generalidades como cuando se
muestran imágenes y se invita a contar lo que
cada uno ve e imagina a partir de ellas.
3.
Es lógico que ante esta baja percepción de los problemas estructura-
les de la ciudad y de los viajes, tampoco se preste atención a cuestio-
nes que requieren un alto nivel de abstracción y que son relativamen-
te recientes. Sólo los grupos de mayor nivel educativo hablaron de las
fotos con antenas parabólicas, letreros y periódicos en inglés, como
síntomas de la interconexión con el mundo. De algún modo, la im-
portancia que tiene la globalización de la ciudad para sus habitantes
estuvo presente en las referencias a Nueva York, Los Ángeles, Japón y
China. Pero también este horizonte internacional, como la visión ha-
cia adentro de la ciudad, está hecho de casos sueltos, sobre los que se
cuenta con poca información.
Hay acuerdo, al menos, en que los viajes son centrales en el tiem-
po y el espacio urbanos. Podría decirse que esta percepción de los en-
trevistados coincide con la de algunos especialistas, para los cuales el
viaje es hoy núcleo de la vida urbana tanto como la casa. La ciudad se
impone como unidad indisoluble de “morada-viaje”, en el sentido en
que la pensó desde principios de siglo Walter Benjamin y en que re-
cientemente comenzó a considerarla James Clifford en su análisis del
viaje como parte del objeto de estudio antropológico.8
Sin duda, esto es particularmente evidente en una megalópolis,
un lugar que se siente ilimitado, donde las largas travesías de cada día
hacen reflexionar lo que escuchamos en uno de los grupos :
“—Me parece que a veces se viaja para seguir viajando”.