La participación ciudadana es la posibilidad que el ciudadano tiene para ejercer
una actividad democrática alta en las decisiones políticas, sociales, económicas, culturales, ambientales, y toda aquella acción estatal y de terceros que tenga una implicación directa o indirecta sobre el pueblo.
La participación ciudadana es el mecanismo mediante la cual la constitución
otorga a la ciudadanía la facultad de intervenir en las decisiones de carácter general que se tomen en el Estado, es en sí la posibilidad de que el pueblo sea para sí mismo el medio y el fin último de la democracia.
La facultad que tiene el ciudadano de empoderarse de en función y deber
participativo que reviste la constitución cuando plasma los mecanismo de participación ciudadana, genera un clima eficaz en la democracia, ya que se hace un tránsito a una democracia participativa, una democracia más real, más eficaz a la hora de tomar decisiones, y que estas sean el clamor del pueblo en general, con especial respeto y protección de las minorías.
Es aquí donde podemos palpar realmente la democracia, aquella democracia
idónea y benevolente donde el pueblo escoge sus representantes, aquellos que ocuparan los órganos del Estado, que mediante la voluntad general del pueblo, legislaran a favor de este, consolidando el pluralismo, la libertad, la igualdad y soberanía popular. El Estado Social de Derecho materializa sus acciones mediante el actuar de sus funcionarios, y es allí donde el ciudadano cobra vital y esencial voz y voto en cada decisión de carácter pública y general, y es allí donde la constitución ampara este derecho fundamental, generando alternativas y formas en el cual se puede ejercer esta participación eficaz.
La protección constitucional es esencial y fundamental en la implementación y
ejercicio de la democracia participativa en el marco de la participación ciudadana, toda vez que la constitución lo reviste de derecho fundamental y le otorga especial protección a este ejercicio de la democracia.
El beneficio más plausible es la denotación de constituyente primeria y el único
soberano que se le da al pueblo, todo esto aplicando el principio del antropocentrismo, el cual establece que todas las acciones del Estado e instituciones tienen como fin el bienestar del ciudadano y su especial protección, conmensurando el bien común.
Beneficios:
1. La creación normativa en la cual se sujetan todos los órganos e instituciones
del Estado
2. La elección y conformación mediante elecciones, de la conformación de las
instituciones y órganos del Estado
3. Participación activa en las políticas de Estado y en las decisiones políticas del
país.
4. Legitimación de todas las instituciones
5. Especial protección constitucional y legal de la participación
6. Control y vigilancia sobre los funcionarios y acciones de las instituciones las
cuales deben siempre cumplir su función constitucional y legal
7. El real ejercicio de la democracia, de forma libertaria y sin coacción,
ejerciendo la igualdad y el pluralismo.
8. Revestimiento del ciudadano como soberano y principal constituyente.
9. Elegir y ser elegido
Riesgos de la participación ciudadana
La constitución política de 1991 reviste al aparato estatal en un Estado Social de
Derecho, un Estado garantista de derechos, en el cual la dignidad humana, respeto por los derechos y libertades individuales y el bien común serian el centro gravitatorio de las funciones de todos los órganos e instituciones del Estado, funciones que se materializan en las acciones de los funcionarios que representan el Estado, todo esto en teoría, pero pragmáticamente vemos que el termino de democracia está obsoleto. Remontémonos históricamente a la definición de democracia dada por los antiguos Griegos, los cuales decían que era la forma mediante el cual el poder lo ejerce el pueblo.
Afirmo que la obsolescencia de la democracia toda vez que en la praxis, la
democracia toma una connotación decadente, ya que los encargados de legislar a favor del pueblo, hacen caso omiso a la voluntad y clamor ciudadano, legislando mezquinamente a favor de los partidos políticos tradicionales, las mismas familias, banqueros y grandes empresas, desechando el interés general y del pueblo, tergiversándolo en un interés general y político, es allí donde la política pierde su esencia, convirtiéndose en un foco nauseabundo y decrepito de corrupción, lleno de clientelismo y poderes oscuros que opacan y sofocan el querer popular.
La obsolescencia de la democracia no es un fenómeno que tiene sus andamiaje
esporádicamente, es programada, sí, es programado directamente por la clase política tradicional con fin mantener herméticamente todas las decisiones del Estado y repartirse el erario público, llevados por una mafia de intensiones viles y oscuras. El ciudadano también es parte de esta obsolescencia de la democracia, directamente cuando elige políticos incapaces e incompetentes, llevados por la poca consciencia política y poca información, todo eso aunado por la desinformación de los medios masivos de información, e indirectamente cuando se abstiene de votar y participar en los comicios, delegando a otros que elijan por él, y es allí cuando la falta de participación ciudadana triunfa.
La abstención es un mal de la sociedad, es inconcebible e inteligible cómo el
ciudadano no participa en las decisiones trascendentes en el fututo político, social y económico de su país, al no utilizar su más poderosa arma, la participación activa en las decisiones de su país, alimenta ese decante sistema democrático que tenemos. El problema no radica en los marcos jurídicos y constitucionales que plasman lla participación ciudadana mediante los mecanismo como eje fundamental de la democracia y su rango como derecho fundamental, el problema pasa por la práctica de este derecho político y social que tenemos con ciudadanos, al no ejercer la participación democrática, es el desinterés y apatía, que es a razón de la poca información que el Estado realiza sobre las formas de materializar la democracia, y a razón de la falta de consciencia ciudadana de las personas, que no toman este derecho fundamental y a su vez no participan activamente en las decisiones y control de las actuaciones del Estado.
Riesgos
1. Apatía al participar de las decisiones democráticas
2. Falta de socialización por parte del Estado de los mecanismos de participación
ciudadana
3. Triunfo de las clases políticas tradicionales
4. Coacción e injerencia cuando se efectúa la participación.
5. La nula comunicación del Estado con el pueblo.
Rol del ciudadano en la aplicación y utilización de la participación
EL rol del ciudadano pasa por la voluntad en las decisiones que este tome acerca de los temas de repercuten en su vida civil, política, social y económica.
Pasa por la comunicación de la voluntad del ciudadano al ejercer el mecanismo
de participación ciudadana, materializando el término de democracia participativa.
Su rol más importante en la participación democrática es su calidad de soberano
y constituyente primario, es decir que este reviste el marco normativo de las instituciones del Estado y se encarga de elegir su conformación, teniendo gran importancia en las decisiones que se tomen en el ámbito político, ese es su rol principal.
El segundo rol de ciudadano es realizar especial control y vigilancia en todas y
cada una de las funciones públicas de las instituciones y funcionarios del Estado, en aras del cumplimiento del mandamiento constitucional y legal.
El tercer rol de ciudadano es fomentar la participación ciudadana, la cual se
ejercer efectivamente en iniciativas populares, las cuales buscan debatir y poner en el mundo jurídico normas y marcos legales, que favorezcan el bienestar general.