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*Diagnóstico
*Posibles causas
*Manifestaciones de la enfermedad
*Tratamiento o proceso de sanidad
*Resultados de la sanidad
Sanidad física.
Juan 9.
Solo después de esta primera mirada (hay que aclarar aquí que Jesús lo vio
primero, porque el ciego no podía ver, pero Jesús lo vio primero, y luego el
ciego, al adquirir la vista es que puede verlo y reconocerlo y adorarlo, así
como no lo amamos primero, sino que él nos ama primero), es que los
discípulos notan al hombre que está probablemente tendido en el suelo
pidiendo limosnas. Pero su mirada no es la misma de Jesús, porque ellos
(como nosotros) no era capaces de ver más allá, como Jesús lo hacía. Así
que se atreven a arrojar con su pregunta su propio y humano diagnóstico:
El hombre era ciego porque él o sus padres habían pecado, había nacido en
pecado, como afirmaron más tarde los fariseos al acusarle. Es que en esta
época era costumbre popular que las enfermedades padecidas por las
personas tenían la causa en el pecado; esto, con base en lo estipulado en
diversos versículos de las Escrituras (Ex. 20:5) (Ex. 34-7). Sin embargo, en
esta ocasión se equivocaban, el ciego no padecía esta condición por el
pecado propio, o el de sus padres, sino porque es consecuencia de la Caída
de la humanidad, y todos tenemos que experimentar sus consecuencias,
pero no era finalmente por eso, sino que nació ciego porque algún día, Jesús
usaría su vida para demostrar el poder de Dios, y ese propósito valía
absolutamente la pena. Es muy arriesgado hacer una relación directa entre
el sufrimiento y el pecado; en este momento, por causa de esa idea, la
mirada de los discípulos y el tono de sus palabras, los comentarios que
debieron murmurar, pudieron causar en este hombre una sensación de
desesperanza, aflicción, auto conmiseración y vergüenza a la que
seguramente ya estaba acostumbrado después de tantos años dedicándose
a lo mismo: vivir de la caridad pública.
Manifestaciones de la enfermedad:
"Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo
los ojos del ciego".
El ciego no objetó que era un día de reposo (ni a Jesús esta razón lo limitó
para sanarle), y junto con las demás acciones resumidas en obediencia
manifestó que quería ser sano y recibió el tratamiento: algo tan sencillo,
pero tan loco como hacer lodo con la saliva para untarlo en los ojos del
hombre enfermo. Este fue el método humilde, la “estrategia ridícula” de
Jesús para sanar al hombre. Hubiese podido usar cualquier otra cosa, tal
vez algo más protocolario o digno de parafernalia, pero ese no era Jesús,
el Hijo del hombre. Un método sin sentido para algunos, pero lleno de
sentido en realidad. El método que sanó al ciego. Pero no fueron los
elementos los causantes de la sanidad, podríamos pensar que la saliva de
Cristo era poderosa en sí misma, pero no fueron esta y el barro los que
desplegaron el poder, fue la voluntad de Dios, la ejecución del Hijo, el soplo
del Espíritu Santo y la obediencia, la fe y el deseo de sanidad del que era
ciego.
Resultados de la Sanidad.