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Modelo Zeitgeist
El modelo Zeitgeist, que significa espíritu de la época, apuesta
por un esquema circular de las compañías en el que conviven cinco
áreas o sectores dotados del mismo peso y poder: Administración,
Mercado, Producción, Ventas y Finanzas. Así, la dirección
gerencial, antes ubicada en la cima de la pirámide, pasa a ocupar
un lugar más dentro de este círculo, donde ningún área se sitúa
por encima de otra.
El Zeitgeist se refiere a las estructuras circulares, en donde una línea de mando vertical,
existente en los dos modelos anteriores, resulta inconcebible.
La propuesta versa sobre un modelo muy sencillo: las organizaciones que asuman el
Zeigeist Gerencial se orientarán a un esquema circular compuesto por especialistas de las
diferentes áreas, por tanto la circunferencia estará dividida en 5 sectores, correspondientes a
Administración, Finanzas, Mercadeo, Producción y Ventas. La alta gerencia -hoy en día
concebida como de mayor rango- pasa a ser un participante activo, por tanto es de esperarse
que los demás cargos sufran igual transformación, dejando de ser importante la
denominación de los puestos de trabajo y su nivel dentro de la estructura.
En una estructura circular sobrarán los supervisores, ya que el concepto de equipos auto
administrados de alto desempeño se aplicará en la practica, dejando a un lado las etiquetas
de personal especial o grupo selecto para ello. El concepto de equipo pasa de las unidades a
la organización en general, ya no es cuestión de poseer pequeños grupos dispuestos en toda
la empresa, ahora ésta funcionará como un equipo a gran escala.
En el esquema de las organizaciones ONO Tapscott & Caston nos hablan del compromiso
como característica de la motivación, el Zeigeist Gerencial prefiere utilizar el concepto de
involucramiento. “ La estructura se abre como un universo, la presencia del supervisor
desaparece y los integrantes formarán parte de lo que se conocerá como el control intra
disciplinario, la misma capacidad de autogestión llevará al nuevo modelo al
perfeccionamiento de sus procesos y funciones, el carácter de especialización lo fortalecerá
trayendo como consecuencia inmediata el dominio del mercado por sus ventajas
competitivas. Por tanto el individuo no estará comprometido con la empresa, no existirá un
sentimiento de adhesión por compromiso, éste será la empresa, no como un complemento
(así planteado en las estructuras anteriores), sino como un todo.
Nuestro sistema vital está compuesto de muchos órganos, interconectados entre sí,
interdependientes e intra disciplinarios, cuando uno de ellos falla el resto se ve afectado,
pero de forma inmediata y automática trabajan en conjunto para solventar las deficiencias.
No existe un líder definitivo en el cuerpo, no lo es ni el cerebro, ni el corazón, cada
elemento es fundamental para que funcione estupendamente y este modelo se ajusta
perfectamente a cualquier empresa. El cuerpo humano tiene un sistema definido, con sus
insumos, sus procesos, su producto y su desperdicio, actúa en forma coordinada
independientemente de que lo deseemos o no, simplemente es su naturaleza.
El modelo de Mintzberg
Uno de los modelos de gestión más cercanos al piramidal es el desarrollado por Henry
Mintzberg, quien estructura cualquier organización en cinco niveles jerárquicos:
En 1992 los coautores del BSC, Robert Kaplan y David Norton, divulgaron esta
herramienta y desde entonces ha sido incorporada a los procesos de gerencia
estratégica de muchísimas empresas del mundo.
El BSC o CMI se apoya en diversos indicadores que permiten vincular los
objetivos de la empresa con planes de acción concretos. Mediante los
indicadores, el BSC puede controlar y monitorear tanto los objetivos de las
empresas como las diferentes áreas de negocio.
Los indicadores empleados por esta herramienta permiten tener una mirada
que más allá de la medición de aspectos cuantitativos o tangibles, como
pueden ser las ventas o las ganancias. El BSC valora también aspectos como
la satisfacción de los clientes o el bienestar de los trabajadores.
De este modo se puede tener un gran número de indicadores. Si optamos por
una clasificación basada en las diversas perspectivas al interior de una
organización, podemos contar con cuatro grandes tipos de indicadores.
Indicadores desde la perspectiva de los procesos internos
Desde esta perspectiva son analizados aquellos procesos de la empresa que
están dirigidos a obtener el rendimiento esperado en los tiempos programados.
Así, este grupo de indicadores incluye aquellos que están relacionados con la
calidad del proceso, como son los indicadores de productividad, de calidad del
producto, de costos del producto, de eficiencia del proceso de fabricación.
Igualmente, serán considerados en este grupo los indicadores de tiempos de
entrega, de calidad de materias primas, de mantenimiento de productos, así
como los indicadores medioambientales.
Indicadores desde la perspectiva del cliente
En este grupo se encuentran los indicadores relacionados con las soluciones
destinadas a satisfacer las necesidades de los clientes. También se consideran
aquellos vinculados a mejorar la cuota de mercado de la empresa.
Entre dichos indicadores se encuentran la fidelidad del cliente, la satisfacción
del cliente, la calidad que se percibe de nuestro producto o servicio, la imagen
que los clientes tienen de la empresa, la calidad del servicio postventa y del
servicio de atención al cliente.
Indicadores desde la perspectiva financiera
Aquí se consideran los indicadores analizados desde la contabilidad y las
finanzas, especialmente aquellos que dan cuenta de la situación económica de
la empresa. Entre dichos indicadores podemos considerar las ampliaciones de
capital, las fusiones o absorciones, la emisión de acciones, bonos u otros
instrumentos financieros y la creación de filiales.
También integran este grupo de indicadores la gestión del riesgo, la liquidez de
la empresa, el endeudamiento, etc.
Indicadores desde la perspectiva de la innovación y aprendizaje
En este cuarto grupo de indicadores se considera aquellos relacionados con la
introducción de innovación en los diversos procesos de la organización, la
capacitación de los trabajadores, ventas por lanzamiento de nuevos productos
o servicios, ahorros de costos por innovación en procesos, ROI por la inversión
en innovación, ratio de éxito de nuevos productos, incremento de capacidades
en el personal, etc.
La implementación y análisis de estos indicadores en la forma de cuadro de
mando integral permitirá realizar el control de diversos aspectos estratégicos de
la organización, lo cual llevará a tomar decisiones relacionadas con acciones
preventivas y correctivas, así como de mejoramiento del rendimiento mediante
la implementación de las cuatro perspectivas señaladas.