UNIVERSIDAD SAN PEDRO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y

ADMINISTRATIVAS

ASIGNATURA:
AUDITORÍA GUBERNAMENTAL

PROFESOR:
LEÓN CAVERO, Francisco

TEMA:
Resumen: Bolívar y la probidad administrativa

AUTORA:
CAPILLO MINAYA, Gianella Angélica

Chimbote - Perú
2019
 BOLÍVAR Y LA PROBIDAD ADMINISTRATIVA
Al libertador Simón Bolívar, siempre la corrupción fue su preocupación principal, es por
esto que menciona que ella se debía a: las concepciones mercantilistas, lo cual se refiere
a aquellas personas que se dedican a la extracción de metales preciosos; así mismo de la
diversidad de personas de bajos recursos cuyas ganas de hacerse ricos eran muy fuertes y
ello no implicaba que se dedicasen a aspectos no lícitos.
Es así, que, empezó a desarrollarse a pasos muy acelerados un fenómeno llamado:
“burocracia”, lo cual con su cantidad excesiva de funcionarios y de requisitos conllevaban
a la pérdida de trámites públicos y a una lentitud de las actividades públicas. En tal
sentido, el libertador propuso la eliminación de cargos innecesarios, además de controlar
los gastos, dicho en otras palabras puso en práctica medidas de austeridad.
En enero de 1825, se decreta en Lima la Constitución de una Junta de Calificación, la cual
contiene las aptitudes, servicios y probidades que deben contener las personas que desean
desempeñar cualquier cargo público. Por otro aspecto, la designación de prefectos, se lo
dejó a elección de un grupo de vecinos considerados como honrados. Así mismo propuso
la destitución de aquellos hacendados que no cumplan debidamente sus funciones. Y se
llamó a la población a denunciar las malversaciones por parte del personal del estado.
En materia de Hacienda, el libertador formuló instrucciones a todas aquellas personas
dedicadas a la recaudación de las rentas, con la finalidad de que estos sean celosos y
ejerzan mano dura al momento de cobrar dichos impuestos.
En materia de contrabando, en 1824 propuso que todo funcionario ligado a dicho fraude,
siendo el actor del delito o bien sabiendo el fraude y no delatándolo, quedaría sujeto a la
pena capital que se le aplicaría irreversiblemente.
En cuanto a la probidad administrativa, el libertador propuso castigar a todo aquel
funcionario vinculado a las malversaciones, mediante el conocimiento público de sus
acciones y privándolo de que vulva ejercer algún otro cargo en el Estado.
Y por último, en mayo de 1824, dispuso un amplio decreto en materia de justicia y de las
responsabilidades que deben de impartir los mismos, por tanto aquellos que incurriesen
en algún delito, serán privados de sus funciones o caso contrario reemplazado por otro
magistrado, además de pagar los daños y perjuicios ocasionados.
Para finalizar el libertador tuvo sentido de formar el personal de administración pública,
fiel a su creencia que los funcionarios debían ser educados en la mística, en el respeto en
la ley y en la capacitación referida a sus funciones en el trasfondo de las cuales debía estar
como factor fundamental la honestidad.