La educación socioemocional es un proceso de aprendizaje a través del cual los
niños y los adolescentes trabajan e integran en su vida los conceptos, los valores, actitudes y habilidades que les permiten comprender y manejar sus emociones, construir una identidad personal, mostrar atención y cuidado hacia los demás, colaborar, establecer relaciones positivas , tomar decisiones responsables y aprender a manejar situaciones retadoras, de manera constructiva y ética; esto es lo que nos dice el libro de Aprendizajes Clave de la SEP. Para ello hay que desarrollar lo socio-emocional y esto es la capacidad que tiene un niño de comprender los sentimientos y comportamientos, llevarse bien con sus compañeros. El desarrollo socioemocional implica la adquisición de un conjunto de habilidades. Entre ellas las más importantes son la capacidad de: Identificar y comprender sus propios sentimientos. Interpretar y comprender con exactitud el estado emocional de otras personas. Manejar emociones fuertes y sus expresiones de una forma constructiva. Regular su propio comportamiento. Desarrollar la capacidad para sentir empatía por los demás. Establecer y mantener relaciones. Cada una de estas habilidades se desarrolla a un ritmo propio y se sustentan una sobre la otra. El fundamento del desarrollo socioemocional se inicia en la infancia. La educación socioemocional busca promulgar un enfoque del ciclo vital, que favorece tanto a estudiantes, docentes y sus familias. Se incentiva a partir de programas secuenciados que se inician en la educación infantil, siguen a través de primaria, secundaria y se prolongan en la vida adulta. Por ello, es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, debe empezar desde el momento del nacimiento, incluso antes, y estar presente a lo largo de la educación infantil, primaria, secundaria, universitaria y formación permanente a lo largo de la vida. La educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital en el que debe participar todo el profesorado, las familias y comunidad en general. (Bisquerra, 2010). “Como concepto de socioeducación emocional. Yo lo veo como que, lo relaciono como los sentimientos de los niños. Como trabajar desde… no solo la parte cognitiva, desde lo que viven cada día, va más allá de lo que uno hace en la sala de clases”. (Ent. 7).