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Ing. Agronomica
Su uso es limitado por su alto costo, el cual se justifica solamente en zonas y fincas con
escasez de tierra y suficiente disponibilidad de mano de obra en la época seca y para la
producción de cultivos de alto valor (hortalizas, flores, frutales).
En muchos casos se aprovechan las terrazas de banco hasta en la época seca a través
del riego. Tienen la finalidad de controlar la erosión para un uso intensivo de la tierra en
laderas.
En algunas zonas se construyen diques alrededor del banco para almacenar el agua
captada para la producción de arroz. Se hacen salidas de drenaje en algunas partes del
dique para controlar el nivel de agua.
Altura:
Precipitación:
Drenaje de agua:
En suelos mal drenados se requiere un pequeño desagüe en cada terraza, para evitar una
sobresaturación del suelo.
Porcentaje de pendiente:
Se utiliza sobre todo en pendientes fuertes hasta 60%. En zonas secas, se utiliza también
en pendientes suaves para aprovechar mejor el agua. La ubicación de las terrazas en tres
bolillos evita que el agua de la escorrentía tenga una sola dirección.
1. Se siembra una cobertura viva de leguminosa o zacates perennes en los taludes y una
barrera viva en el borde inferior de la terraza.
• En zonas secas conservan la humedad del suelo, dado que hay un mejor
aprovechamiento del agua lluvia.
¿Cuáles son los factores más importantes que están limitando la habilidad de esta
tecnología para responder a las necesidades de los productores?
Terrazas de absorción
Qué es y Para qué sirve
Las terrazas de adsorción es una técnica de conservación de suelos que consiste en una
serie sucesiva de plataformas o terrazas, dispuestas en escalones que se construyen en
terrenos de laderas con 70 a 80% de pendiente. Sirven para controlar la erosión del
suelo causada por la escorrentía superficial y permiten que suelos de pendiente
pronunciada puedan cultivarse con hortalizas, hierbas medicinales, pastos y frutales.
Cómo se hace
El trazo se realiza con el nivel en A, siguiendo 2 curvas a nivel, una inferior y la otra
superior, separadas a 5 m.
El corte y la remoción del suelo se inicia por debajo de la línea superior trazada, la tierra
extraída se va rellenando en el espacio libre cerca a la barrera de contención, formando
así el terraplén o terraza. Al momento de nivelar procurar que la terraza tenga un ligero
desnivel hacia el interior.
Paso 4: Surcado.
Frutales como manzano, durazno, higo, cerezo y papaya, deberán instalarse al centro de
la terraza, a una separación entre planta de 3m. El espacio libre puede aprovecharse para
sembrar hortalizas como poro, cebolla, etc. o hierbas medicinales propias del lugar.
Antes del primer año, los postes del talud deberán renovarse, en su reemplazo plantar
estacas vivas de Pajuro (Erythrina edulis), formando un muro vegetal compacto que
protegerá el talud y; la terraza, y cuyo crecimiento será controlando con podas
continuas. Ventajas. Esta técnica permite en un corto tiempo hacer cultivable terrenos
localizados en áreas de alta pendiente. Al descartarse el uso de piedras, el trabajo deja
de ser menos pesado y la barrera viva contribuye con su raíz a mejorar la fertilidad de la
terraza y su follaje sirve de alimento al ganado.
Producción inicial de manzana, uva, higo(Ficus carica), etc. para consumo familiar.
Menor erosión.
3 • El uso de materiales del terreno hace que no sea necesario el acarreo desde grandes
distancias a unos puntos que muchas veces presentan difíciles condiciones de
accesibilidad.
5 • Las estructuras formadas por barro y piedras –o por piedra en seco– son más
flexibles y se adaptan a movimientos del terreno mejor que las estructuras rígidas de
obra.
6 • Son fáciles de reparar en caso de rotura y los mismos materiales se pueden usar una
y otra vez. Las estructuras de obra son mucho más difíciles de reparar y requieren
intervenciones de mayor envergadura.
Además, los materiales de obra sólo pueden ser utilizados una vez y, cuando se
deterioran, se convierten en residuos.
7 • Los materiales del terreno facilitan una filtración continua a lo largo del recorrido, lo
que permite la existencia de una vegetación y fauna características, recargar acuíferos y
procurar manantiales. Los materiales de obra, con el tiempo, acaban también
permitiendo la filtración de agua, pero lo hacen a través de grietas o fracturas, de
manera que el fenómeno es puntual y dañino.
Canales de desviación
Se utilizan para interceptar, desviar y transportar el agua de escorrentía superficial,
proveniente de las zonas altas de la cuenca a otras áreas donde no causen ningún daño a
cultivos o a la infraestructura, protegiendo los cultivos o las zonas altamente
erosionables. Se recomienda su uso en áreas de alta precipitación para evitar la
concentración y la alta velocidad del agua superficial, sobre todo en zonas de alta
pendiente o en zonas más planas con un nivel freático (agua subterránea) alto.
Pozos de absorción
Un Pozo de absorción, también conocido como pozo de filtración, es una cámara
cubierta, de paredes porosas, que permite que el agua se filtre lentamente al terreno. El
efluente sedimentado proveniente de una tecnología de Recolección y
Almacenamiento/Tratamiento o de Tratamiento (Semi) Centralizado es descargado en la
cámara subterránea de donde se infiltra al terreno que la circunda.
El Pozo de Absorción se puede dejar vacío y recubrir con un material poroso (para dar
soporte y evitar que se colapse), o dejar sin cubrir y llenar con piedras grandes y grava.
Las piedras y la grava evitarán que las paredes se colapsen, pero dejarán espacio
adecuado para las aguas residuales. En ambos casos, una capa de arena y grava fina
debe ser repartida en el fondo para ayudar a que se disperse el flujo. El pozo de
absorción debe tener entre 1.5 y 4 m de profundidad, pero nunca menos de 1.5 m por
encima de la capa de agua.
Como el agua residual (aguas grises o negras pretratadas ) se filtra por el terreno desde
al pozo de absorción, pequeñas partículas se filtran en la matriz del terreno y los
materiales orgánicos son digeridos por microorganismos. Así, los Pozos de Absorción
son los más adecuados para terrenos con buenas propiedades de absorción; no son
adecuados para terrenos con barro, compactos o rocosos.
Adecuación
En tanto que el Pozo de Absorción no sea usado para aguas residuales primarias, y en
tanto que la Tecnología de Recolección y Almacenamiento/Tratamiento esté
funcionando bien, la posibilidad de problemas sanitarios es mínima. La tecnología es
subterránea y por lo tanto, los humanos y los animales no deberían tener contacto con el
efluente. Sin embargo es importante que el pozo de absorción se localice a una distancia
segura de la fuente de agua potable (lo ideal sería 30 m).
Como los pozos de absorción no presentan olores y no son visibles, deben ser bien
aceptados incluso en las comunidades más sensibles.
Mantenimiento
Un Pozo de Absorción de buen tamaño debe durar entre 3 y 5 años sin mantenimiento.
Para extender la vida de un Pozo de Absorción, se debe tener cuidado de asegurar que el
efluente ha sido clarificado y/o filtrado para evitar la acumulación excesiva de sólidos.
El Pozo de Absorción debe mantenerse lejos de las áreas de mucho tráfico de manera
que el terreno por encima y alrededor del pozo no esté compactado. Cuando el
desempeño del Pozo de Absorción se deteriora, el material dentro del pozo puede ser
excavado y rellenado. Para permitir futuros accesos, se debe usar una tapa removible
(preferentemente de concreto) para sellar el pozo hasta que requiera mantenimiento.
Cultivos en fajas
Esta práctica consiste en alternar fajas o franjas de cultivos limpios con otras de cultivos
densos, siguiendo un programa de rotación.
El cultivo en fajas es una práctica agronómica que se puede llevar a cabo en terrenos
mecanizables. Se adaptan bien a terrenos planos a casi planos, protegiéndolos contra la
erosión, ya que las fajas donde se desarrollan los cultivos densos disminuyen el impacto
de la lluvia, aumentan la infiltración y reducen la escorrentía que afectaría la faja de
cultivo limpio ubicado inmediatamente debajo.
Tipos de fajas:
2. Fajas amortiguadoras.
3. Fajas en contraviento.
Ing. Ángel Murillo Sánchez, Germán Flores, Manejo de suelo y agua; Año 2005
Mara, DD. (1996). Low-Cost Urban Sanitation. Wiley, Chichester, Reino Unido. pp.
63-65.