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La política en Colombia

Por: Susana Medina

Hoy en día, a través de la globalización del mundo en el que vivimos, es muy fácil
acceder a noticias, trabajos, investigaciones, entre otros, en cualquier momento. Las
maneras más importantes de difusión son los medios de comunicación, que se crearon
con la intención de relatar los hechos más importantes para nuestra sociedad. Por su
gran importancia muchas veces, si no es siempre, podemos creer que lo que informan
es la verdad, pero ¿podrían interpretar las situaciones de la manera que más les
convienen, imponiéndonos solo un posible pensamiento y opinión? En este texto se
reflexionara acerca de la situación en Colombia en torno a los medios de
comunicación y como son usados en las campañas políticas.

Para empezar es necesario saber que la verdad es la lucha de interpretaciones en la


que triunfa aquella que tiene más poder, y por lo tanto es impuesta a todos. Los
monopolios, que son los que manejan los mercados, por medio de la compra o del
manejo de los medios de comunicación, emiten a través de ellos una sola opinión, es
decir una sola interpretación. Esto lo podemos observar a diario, por ejemplo en
algunos casos el periodismo ya no parte de hechos, si no que los inventa, y de esta
manera no hay verdad posible. Pero el verdadero objetivo de los monopolios al
imponer un solo pensamiento por medio del terror y de la interpretación de hechos
mentirosamente, es defenderse y expandirse para su propio bien.

Por otro lado, el sentido común consigue que todos pensemos lo mismo sobre las
cuestiones esenciales, y es el poder mediático el que logra esto. Entonces se podría
decir que el hombre es pensado y no pensador, debido a que emite ideas que ha
escuchado y que no son suyas originalmente. Los monopolios no quieren que
pensemos porque esto significa que pondríamos todo en duda, lo cual no les conviene
al querer imponer una manera de pensamiento.

Estos dos aspectos, acerca de la verdad y del sentido común, se emplean en la política
colombiana. El primer ejemplo visible fue el no en contra de los acuerdos de paz, en
donde el gerente de la campaña revelo que se baso en mensajes de indignación
compartidos en redes sociales y pensados para cada estrato social, dejando a un lado
la explicacion de los acuerdos. Además, organizaciones como Ardila Lülle, propietaria
de los medios de RCN, fue uno de los mayores aportantes a dicha campaña. Es decir
que por el hecho de ganar, se tomaron las medidas necesarias, como interpretar los
hechos de la manera que les conviniera, usando un medio de comunicación muy
importante para Colombia, para emitir lo que querían que todos pensáramos.

Otro caso actual, es como los miembros del Centro Democrático y los representantes
del uribismo se han dedicado a hacer propaganda acerca de como Colombia, si no es
con ellos, terminará en manos del castrochavismo igual que Venezuela y Cuba. De esta
manera, al imponer miedo sobre la posibilidad de terminar en la misma situación que
nuestro país vecino, hace que muchos colombianos piensen que al poder existir esta
posibilidad, es mejor apoyar al Centro Democrático.
Finalmente, aunque usar falacias argumentativas dentro de la política no es algo
nuevo, ahora a esto le denominamos postverdad; este termino camufla, suaviza y hace
sutil a la mentira. Esto nos lleva a preguntarnos si de alguna manera nos hemos
conformado con que no nos digan la verdad, al fin y al cabo ¿no es más fácil aceptar lo
que nos impone los medios de comunicación? Pero a aquellos que luchan por una
democracia en donde existen más voces, más opiniones e interpretaciones, es decir
que van en contra de los monopolios y su poder en los medios de comunicación, se
rehúsan a conformarse con lo que escuchan y con lo que dicen y prefieren llegar a sus
propias conclusiones, es decir, pensar y no ser pensado e interpretar y no ser
interpretado.

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