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El Principito

Antoine Saint Exupery

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Lo esencial es invisible a los ojos
Comentario de texto de Manuel Ballester
Profesor de Educación Secundaria del IES «Tirant lo Blanch». Elche (Alicante)
Lo esencial es invisible a los ojos

X. Relación de dominio

Resumen.
Resumen. Visitó los asteroi- en común la afirmación de sí mis-
des cercanos para instruirse y mos, que se manifiesta en la nece-
buscar una ocupación. sidad de ser obedecido (el rey) o
En primer lugar se encontró con ser alabado (el vanidoso, en el
un rey. El soberano lo identificó capítulo siguiente). Esta tenden-
inmediatamente como un súbdito. cia es más o menos disimulada en
Y es que para los reyes el mundo estos personajes. Llega a su cul-
es muy simple: todos son súbdi- minación en el bebedor (capítulo
tos. 12). En este sentido se distinguen
Se trataba de un monarca absolu- los primeros adultos de los tres
to, pero razonable. No toleraba la siguientes (el hombre de nego-
desobediencia, pero por eso sólo daba órdenes cios, el farolero y el geógrafo), que están vertidos
razonables. Era un monarca universal: reinaba hacia algo distinto de sí mismos.
sobre todo y todo le obedecía. Se trata de tipos humanos analizados aisladamen-
Su autoridad consistía en que sabía exigir a cada te. En la realidad, tales tipos no se dan de un modo
uno lo que podía dar. La autoridad, decía, reposa puro (no hay nadie que sea exactamente como el
sobre la razón. Tengo derecho a exigir obediencia rey, o como el vanidoso aunque sí hay gente vani-
porque mis órdenes son razonables. dosa o dominante). Pero su tratamiento indepen-
El Principito se aburre y ve que ahí no puede hacer diente facilita la comprensión.
nada, por eso continúa su viaje con la idea de que Tampoco se dan aisladamente. El capítulo 16 (la
las personas mayores son muy extrañas. llegada del Principito a la Tierra) muestra cómo
nuestro planeta no es un planeta cualquiera: hay
Comentario. Desde el comienzo recuerda que «ciento once reyes, siete mil geógrafos, novecien-
el objetivo del viaje que ha emprendido es buscar tos mil hombres de negocios, siete millones y
una ocupación e instruirse. El objetivo es, pues, medio de borrachos, trescientos once millones de
enriquecer el espíritu, cultivarse o, como hemos vanidosos» [XVI, 70 (58)].
dicho en varias ocasiones, madurar. Para eso se ve
como esencial el salir de sí, abrirse a los demás. Nos detenemos ahora en el rey. El rey reconoce
Comienza este camino con el análisis de distintos inmediatamente al Principito como un súbdito. El
modos de ser adultos. Se trata de la descripción de monarca simboliza un tipo de persona que se rela-
una serie de caracteres en estado puro. El rey, el ciona con los demás de manera que las otros hom-
vanidoso y el bebedor son los tres primeros, tienen bres sólo pueden aparecer de un modo prefijado:

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cómo súbditos. Se trata de la relación que Hegel cia, la concepción marxista, desde la perspectiva
denominó dialéctica del amo-esclavo. Para el amo en que nos encontramos, afirma que toda capaci-
o el rey, los otros son sólo sujetos que deben estar- dad de coacción es injusta, inadmisible, convierte
le sometidos. en enemigos irreconciliables a quienes están liga-
Me parece digno de atención el hecho de que el dos por tal relación.
rey estaba sobre «un trono muy simple y sin En nuestra historia el rey es sensato, sólo da órde-
embargo majestuoso» [X, 45 (36)]. Se trata de una nes razonables: «hay que exigir de cada uno lo que
relación de dominio y Saint-Exupéry destaca la pueda dar» [X 49 (40)]. Esto es mejor que una
simplicidad del trono porque se trata de algo coti- relación tiránica basada en la arbitrariedad, pero
diano, ordinario. Se refiere a una relación que sigue tratándose de una relación de dominio. Y,
puede presentarse en los distintos modos en que como señala Hegel, tal relación es constituyente;
coinciden los seres humanos: padre-hijo, profe- es decir, que el amo necesita del esclavo tanto
sor-alumno, empresario-trabajador, Estado-ciuda- como el esclavo del amo: no hay amo sin esclavo,
danos, iglesia-creyentes, institución-personas y un ni padre sin hijo, ni profesor sin alumnos, ni insti-
largo etcétera. Puede decirse, en general, que el tución sin personas, y viceversa. Por eso el rey
primer elemento de los pares indicados tiene la necesita de los demás para reinar, por eso ruega al
capacidad de imponerse al otro, de determinar lo Principito que se quede y, cuando ve que esto no
que el otro está obligado a hacer en los ámbitos es posible, intenta el último recurso para consti-
respectivos de influencia: el padre sobre el hijo en tuirse en rey: convertir al Principito en súbdito,
el ámbito familiar, el profesor en el ámbito acadé- aunque sea en la lejanía: «-Te nombro mi embaja-
mico, etc. Por tanto, el primer elemento puede dor».
denominarse amo, frente al segundo, el esclavo, El final de este capítulo volveremos a verlo más
que es dominado o que depende del otro en su veces, cuando describa otros modos de vida adul-
acción. ta: «Las personas mayores son muy extrañas».
Esa capacidad de dar normas y hacer que se cum- Aquí termina Saint-Exupéry en su análisis de la
plan es lo que la tradición filosófica y jurídica personalidad dominante. La pobreza espiritual de
denominó "potestas". Es esencial a la potestas pre- tal tipo de vida produce aburrimiento al
sentar una dimensión coactiva, coercitiva. Quien Principito, ve que ahí no hay nada que hacer y, por
tiene potestas puede imponerse: el padre puede eso, decide irse. No obstante, el desarrollo realiza-
decir que su hijo no irá al cine, o puede hacerle un do quedaría incompleto si no añadiésemos unas
regalo inesperado; el estado puede decidir subir o palabras.
bajar los impuestos. Lo que define la potestas no Nos hemos referido a la dialéctica amo-esclavo de
es que haya una razón (para castigar o para rega- Hegel y a la noción de potestas. Pero Hegel apun-
lar), que haga justa la decisión. La característica ta una vía de superación del citado antagonismo.
de la potestad es que tiene el poder de imponerse, Y la noción de potestas suele servir de contrapeso
de hacerse obedecer. El rey de nuestra historia especulativo al concepto de "auctoritas".
pretende poseer potestad: no tolera la desobedien- Quizá la noción más amplia de auctoritas, que
cia. aparece también en buena parte de las lenguas
Es fácil darse cuenta de que la capacidad de impo- modernas, es la que la considera como "iudicium
nerse a los otros (la potestas) puede dar lugar a sapientis in sua scientia", dictamen del sabio en su
una relación tiránica. Sobre el calco de la hegelia- disciplina. La autoridad se basa, por tanto, en el
na dialéctica amo-esclavo así mérito, en el mayor conoci-
lo entendió Marx. Como es «hay que exigir de miento del asunto sobre el que
sabido, éste afirma que todo se trata.
empresario es necesariamente
cada uno lo que Por su parte, Hegel señala que
opresor, que todo estado es pueda dar» las relaciones amo-esclavo son
tiránico, etc. En última instan- un momento del proceso de

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constitución de la autoconciencia. Pero ese paterna puede deberse a que el niño ha comido
momento ha de ser superado. En este estadio, las excesivamente. El padre sabe lo que el hijo no:
contradicciones son insuperables. Así lo vio que más pasteles le harán daño. El amor, la bús-
Marx. Así parece entenderlo Saint-Exupéry. No queda de lo que es bueno para el hijo es el motor
ocurre así en Hegel. Permanecer ahí, significaría del mandato.
que las relaciones se regirían por la potestas, por Ocurre entonces que quien ama, porque ama, se
la capacidad de coacción del que oficia de amo. pone al servicio del amado. Hay que entender que
Pero cabe pensar otro modo de plantear la rela- este ponerse a disposición del otro, ni elimina la
ción. Puede ocurrir que quien tenga la potestas, relación ni cambia la situación que se ocupa en
tenga también la auctoritas. Con terminología ella. Por el contrario, refuerza los elementos que
hegeliana: la superación (Aufhebung) ocurre entran en el par de opuestos, al tiempo que los une
cuando cambia la forma de la relación, y la nueva con mayor firmeza, como sólo el amor puede
forma que rige es el amor. hacer: el profesor se convierte en maestro cuando
Veámoslo con un ejemplo. Un padre que prohibe tiene discípulos (también esta relación es constitu-
a su hijo que coma más dulces está, obviamente, yente) y es maestro porque pone su saber al servi-
obligando a su hijo a hacer lo que él (padre) quie- cio de los otros que, al aceptar lo que se les ofre-
re. Podemos decir que el padre tiene potestas y el ce, se convierten en discípulos.
hijo no o que se trata de una relación de amo- De estos padres y de estos maestros hace milenios
esclavo. En español podemos decir que el padre escribió Aristóteles (una autoridad en filosofía)
impone su autoridad (lo que «no puede haber honor
cual, en terminología hege- «Un padre que prohibe adecuado para ellos, pero
liana, supondría una sínte- quizá baste, como cuando
sis de los conceptos de a su hijo que coma más se trata de los dioses, tribu-
potestas y auctoritas). tarles el que nos sea posi-
Ahora bien, tal imposición dulces está, obviamente, ble».
obligando a su hijo a
hacer lo que él (padre)
quiere»

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XI. La vanidad

Resumen. El siguiente planeta Pero la vanidad puede entenderse


estaba habitado por un vanidoso no sólo como una característica de
que enseguida reconoció al las personas, sino también como
Principito como un admirador. una cualidad de las cosas. Puesto
El vanidoso le pide que golpee las que estamos describiendo tipos
manos una contra la otra, entonces humanos, sólo la primera acep-
él saluda con el sombrero. ción nos interesa directamente.
El Principito lo entiende como un Pero la conexión entre ambos sig-
juego y le parece más divertido nificados del término es estrecha y
que el rey, pero pronto se fatiga por eso haremos una referencia a
por la monotonía del juego. la idea de vacuidad de las cosas.
Intenta dialogar con el vanidoso, pero éste no le La idea es antigua. Heródoto refiere que «entre los
escucha, ya que sólo tienen oídos para las alaban- egipcios, por lo menos en los banquetes de los
zas. Por eso intenta averiguar si el Principito lo ricos, al terminar la comida, un hombre da la vuel-
admira mucho. ta con una figurita de madera en ataúd, pintada y
Admirar, explica, significa reconocer que soy el esculpida con mucho realismo…; muestra esta
hombre más hermoso, el mejor vestido, el más rico figura a cada uno de los comensales, diciéndoles:
y el más inteligente de mi planeta. "Mira a éste, luego bebe y diviértete; tal has de
El Principito le hace notar que eso carece de senti- verte tú después de muerto"» . Esta costumbre fue
do ya que él es el único habitante del planeta, pero adoptada posteriormente por griegos y romanos:
a él le da igual: sólo quiere ser admirado. El ante una escena similar a la descrita por Heródoto,
Principito no entiende para qué puede interesarle el anfitrión de "La cena de Trimalción" comenta:
su admiración. «¡Ay! ¡Pobres de nosotros! ¡Qué poquita cosa es el
Se fue pensando que las personas mayores son hombre! ¡He aquí en qué pararemos todos nos-
muy extrañas. otros!» . El pensamiento cristiano repone el moti-
vo de la caducidad de todas las cosas de este
Comentario. Es vanidosa la persona que tiene mundo: "vanitas vanitatum et omnia vanitas" y
un excesivo concepto de sí misma, y busca todo lo expresiones por el estilo son testimonio de ello .
que pueda hacer resaltar sus cualidades personales Desde antiguo está presente la consideración de
con el fin de ser admirada por los demás. Al vanido- que la muerte nos aguarda a todos y de que en esta
so, así aparece en el relato de Saint-Exupéry, sólo le vida la fortuna es incierta, como lo expresa la
interesan las alabanzas y la admiración de los demás. advertencia del esclavo al triunfador romano:

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"Cave ne cadas", "Ten cuidado de no caer". De un un aspecto falso. Lo que hay de bueno explica que
modo rotundo lo expresa Jorge Manrique en sus en todos nosotros en un momento u otro, bajo una
célebres versos: faceta u otra de nuestra personalidad, presentemos
rasgos de vanidad. Así lo vimos respecto al avia-
Nuestras vidas son los ríos dor en el capítulo 3.
que van a dar en el mar, ¿A qué obedece esa universal vanidad? ¿Sobre qué
que es el morir tipo de bondad se apoya? Los griegos desarrolla-
ron la idea de que es esencial al ser humano su
La vanidad de las cosas de este mundo hace refe- dimensión política, es decir, le resulta necesario
rencia a su caducidad. Se trata del descubrimiento vivir entre otros iguales: con-vivir. Sólo ahí puede
de que las realidades terrenas parecen eternas, pro- encontrar el hombre su lugar en el mundo, su paz,
meten mucho, pero prometen en falso: llevan en sí su felicidad; sólo ahí se encontrará a sí mismo. El
el sello de lo perecedero. Cuando el hombre des- pensamiento moderno ha tratado esta cuestión al
cubre esta dimensión de toda realidad terrena, hilo del concepto de relación: el hombre se consti-
entonces considera que las cosas son falaces, fal- tuye en lo que él es a través de sus relaciones.
sas, ilusorias,… Cabe una doble actitud ante este Saint-Exupéry acoge no sólo la idea, sino también
descubrimiento. Se puede decir: «carpe diem» , la terminología más moderna cuando afirma que
disfruta del día presente; pero también se «el hombre es simplemente un nudo de
puede, como sugiere Séneca, tender a «Los relaciones».
realidades que no sean caducas:
«Proyectemos nuestra alma griegos Sea haciendo hincapié en la
dimensión política, sea subra-
hacia las realidades que son desarrollaron la idea yando la dimensión relacional,
eternas» . de que es esencial al queda claro que todo hombre
Sea cual sea la actitud adop- necesita de los otros: todos
tada, toma su punto de parti- ser humano su necesitamos ser acogidos y
da en la idea de que las cosas dimensión política, es valorados. La acogida nos
presentan una apariencia que
defrauda, que no es la autén-
decir, le resulta introduce en el grupo que nos
acoge (familia, compañeros
tica. Se cae en la cuenta de que necesario vivir entre de trabajo,…) y la valoración
las cosas, el mundo en toda su
amplitud (incluyendo riqueza,
otros iguales: hace que nuestros proyectos y
nuestras acciones cobren valor ante
amigos, posición social, salud, etc.), convivir» los ojos de los demás.
en realidad, no pueden satisfacernos total- Necesitamos ambas cosas: acogida y valora-
mente. ción. Puede ocurrir que no seamos acogidos, es
Para finalizar nuestra referencia a la vanidad de las decir, que en los ambientes en que nos movemos se
cosas quisiera llamar la atención sobre un aspecto nos trate con indiferencia: no importamos, no con-
de capital importancia. Vanidad, aquí, es sinónimo tamos para nada. En ese caso, frente a lo que afir-
de fatuidad, de falsedad, etc. Pero no de maldad. ma la concepción individualista, nuestra vida se
Las cosas no son malas. No es malo el dinero, los trunca. No pretendo desarrollar aquí este aspecto,
amigos, la posición social,… De hecho, quien baste con considerar en qué situación se quedaría
decide gozar mientras dure (carpe diem) ha visto alguien que organiza una fiesta, invita a todos sus
acertadamente la bondad: se goza de lo que es conocidos, compañeros de trabajo, etc. Y no asiste
bueno; la tragedia y la falsedad están, por tanto, en nadie. Si no le importamos a nadie, si nuestra
que eso bueno, no durará. dimensión relacional está en crisis, es síntoma de
El hombre vanidoso tampoco es malo. Hay algo que en nuestra vida pasa algo grave.
bueno en este modo de ser, pero presenta también Puede ocurrir también que seamos acogidos, es

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decir, que sí le importemos a la gente y, por eso, comunicar a los otros sus planes y proyectos y
juzgan nuestros proyectos e ideas. Este juicio no estará atento a lo que le digan: sean alabanzas,
será siempre positivo, pero el hecho de juzgar sean reproches.
supone ya pensar en el otro, ya no hay indiferencia, Hemos apelado al interés que cada uno tiene en
sino una cierta aceptación. conseguir para sí lo mejor. Se trata del amor a sí
Puede darse la acogida y la valoración negativa de mismo, de querer el bien para sí mismo. Ya en
mis actos y mis proyectos; en ese caso ocurre que Aristóteles aparece una distinción entre dos modos
la dimensión política actúa como una llamada de en que se presenta ese amor a sí, que son impor-
atención, una amonestación que nos permite tantísimos para entender buena parte de la vida
replantear las cosas: puede ocurrir que estemos afectiva en general y la génesis de la vanidad en
equivocados, que estemos obrando mal. El juicio particular . Un modo de amarse a sí mismo es el
de los otros puede dar ocasión a que rectifique, o a que hemos descrito: quien acoge a los otros y es
que fortalezca mi postura. En cualquiera de los dos acogido por ellos, y escucha tanto sus alabanzas
casos, la acogida ha hecho posible que apuntale mi como sus reproches, en realidad está consiguiendo
personalidad, que mejore: rectificar un error es tener un conocimiento ajustado de sí mismo y de
mejorar y reafirmarse en una idea, a pesar de los sus posibilidades, además de dar y recibir en el
demás pero en diálogo con ellos, también es mejo- trato con los demás: tiene amigos. Y eso es bueno,
rar. aunque no siempre sea agradable (no lo es que te
Por su parte, cuando se aplauden mis actos, me digan que haces algo mal o que tal proyecto tuyo
siento reafirmado, gano en seguridad, me integro es una tontería).
en un grupo humano y, de alguna manera, se Otro modo de amor a sí se corresponde, en sentido
expande y se goza mi ser. Ocurre que mi valora- amplio, con lo que llamamos egoísmo. El egoísta
ción subjetiva adquiere ahora una especie de aña- pretende conseguir lo mejor para él. Pero no es
dido, lo cual me da más capaz de superar la barrera
seguridad en mí mismo. de lo agradable: sólo escu-
Todo lo dicho hasta aquí es «El egoísta pretende cha lo que le agrada: las
normal, natural: deriva de conseguir lo mejor para alabanzas. Pierde, por
nuestra condición política, tanto, la posibilidad de
relacional, vertida hacia él. Pero no es capaz de madurar a través del reco-
los demás. Quien consigue nocimiento del error.
ser valorado en muchos de superar la barrera de lo Pierde, y esto es más
sus proyectos y por agradable: sólo escucha importante, la conexión
muchas personas, tiene real con los otros: si los
buena fama, es honrado, lo que le agrada: demás sólo pueden emitir
admirado o alabado por determinado tipo de jui-
quienes pertenecen a su las alabanzas» cios (laudatorios), enton-
mundo. Y eso es bueno y ces quedan reducidos a la
agradable. Como hemos visto, tanto la valoración categoría de público, de admiradores, sin contacto
positiva como la negativa puede hacer que madu- real con el único actor de la bufonada.
remos. Pero a nadie se le escapa que es más agra- En definitiva, espero haber mostrado cómo el
dable recibir alabanzas que correcciones o repro- deseo de ser honrado, admirado, deriva del anhelo
ches. humano de plenitud, de felicidad. Lo que hay de
Tenemos que la acogida y la valoración (sea posi- positivo en el vanidoso es la busca del juicio de los
tiva o negativa) son algo que puede ayudar a mejo- otros, el intento de compartir sus ideas con los
rar. Si una persona quiere mejorar, es decir, si quie- demás. Pero ocurre, como en la vanidad de las
re lo mejor para él mismo, entonces procurará cosas, que tal búsqueda sólo es aparente, no es

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real. El vanidoso es falso. Pero no es malo. Es tan profundo, tiene consecuencias funestas: impi-
alguien que no es capaz de orientar bien su vida. de la relación real con los demás, el auténtico
Aristóteles sostiene que el vanidoso no es malo, conocimiento propio (y, por tanto, hace que no
sino que está equivocado: «los vanidosos, dice, aprovechemos las posibilidades reales que todos
son necios y no se conocen a sí mismos» . En esto tenemos). Es un defecto muy grave.
coincide con Saint-Exupéry que considera que la Que la tendencia a abrirse a los demás para ayu-
vanidad no es un vicio, sino una enfermedad . En darles y ayudarse a sí mismo en el camino de
el capítulo 3 hicimos referencia a la idea bergso- todos hacia la propia madurez acabe encerrando
niana según la cual «el defecto esencialmente al hombre en su soledad, impidiéndole madurar y
risible es la vanidad» . En definitiva, tene- privando a los demás de la ayuda que podrí-
mos que Aristóteles considera que la «El amos proporcionales, es triste. Por
vanidad es un error, Saint-Exupéry eso, el Principito se aleja también
una enfermedad y Bergson un vanidoso es falso. del vanidoso con la idea de que
defecto. Pero se trata de un
error que, por afectar a algo
Pero no es malo. Es las personas mayores son muy
extrañas: consiguen lo contra-
alguien que no es capaz
de orientar bien su
vida»

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XII. El bebedor

Resumen. El siguiente planeta so. Pierde la posibilidad de


era el de un bebedor. La visita fue madurar, de crecer. Se cree ya
muy breve, pero sumió al grande, por eso «no crecerá más,
Principito en una gran melancolía. desmirriado por la eternidad» . El
El bebedor estaba instalado en vanidoso se ama a sí mismo e
silencio ante una colección de intenta captar algo de los demás.
botellas vacías y otra de botellas Ya la relación es más débil que
llenas. en el rey. El vanidoso es diverti-
Dice al Principito que bebe para do al principio, pero pronto
olvidar que se avergüenza de cansa. Es como una representa-
beber. Tras llegar a esta confesión, ción teatral: para vivir necesita
el bebedor se encerró definitivamente en su mutis- tener siempre nuevos espectadores.
mo. Finalmente, el bebedor es símbolo de hombre ver-
El Principito, perplejo, se fue pensando que las tido totalmente al placer (en este caso el alcohol).
personas mayores eran, definitivamente, muy Aquí, como hemos hecho en capítulos anteriores,
extrañas. conviene dar una explicación del dinamismo que
ha llevado a una persona a convertirse en borracho,
Comentario. El bebedor representa un tipo de encerrado en un vicio que le avergüenza.
persona que constituye la radicalización lógica de Ya Apuleyo apunta que «la primera copa es para
los dos anteriores. El rey, al establecer una relación apurar la sed, la segunda para la alegría, la tercera
basada en el domino, se queda corto; no es capaz para el placer, la cuarta para la locura» y Ovidio
de superar esa fase de confrontación y conseguir indica que con el vino «vienen las risas, y el apo-
ser realmente grande porque no llega a descubrir cado cobra atrevimiento; la pena, preocupaciones
que quien es grande sirve y quien es débil no tiene y arrugas de la frente desaparecen» . No puede
otra opción que ser servido: «Te pido vivir no de lo negarse que las propiedades que aquí se refieren al
que recibes, sino de lo que das, porque sólo eso vino (apagar la sed, alegrarse, obtener placer, eli-
aumenta» . El rey se ama a sí mismo y establece minar preocupaciones, etc.) son buenas. Tampoco
una relación con los demás para satisfacer ese puede negarse que el borracho es alguien triste.
amor. La relación le abre a los demás, pero de un Volvemos a encontrarnos con esa dualidad consti-
modo inadecuado. tutiva de lo que tiene que ver con el hombre: lo
El vanidoso también se ama a sí mismo. También mismo que ayuda, si se usa mal puede destruir. El
busca a los demás o, más exactamente, su aplau- mismo Ovidio, tras cantar las excelencias del vino,

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avisa de alguno de sus riesgos: «el vino es un le apetece comer, pasear, estar con la gente, etc., su
estorbo para valorar la belleza» porque tomado en naturaleza no es capaz de gozar con ello. Y no es
exceso, ciega. capaz de obtener placer porque tales actividades no
De modo que el vino, tomado con medida, es son adecuadas para un enfermo. Habida cuenta de
bueno: alegra el alma y el cuerpo, según el antiguo que está claro que se pretende evitar la enferme-
adagio. Pero ocurre algo en un momento que lo dad, no se hace lo que resulta placentero para el
convierte en malo. Esto no ocurre sólo con el alco- enfermo. Se hace lo que destruye la enfermedad.
hol. Se trata de algo común a todo tipo actividades Por eso tendrá que comer sin placer. Comer sin
o cosas que generan placer. Por eso nos referire- placer, es decir, realizar una actividad que violenta
mos al placer en general y no sólo al etílico. su naturaleza actual: al violentar la naturaleza, la
Pienso que podemos considerar el placer como un cambia y llegará a ser otro: un hombre sano, que
indicador de que las cosas van bien para nosotros. disfrutará con las actividades adecuadas a él. Sería
El placer que obtenemos en la comida, o en el insensatez tomar como guía de la acción lo que le
vino, indican que esos alimentos son adecuados apetece al enfermo: eso haría que estuviese cada
para nosotros, que nuestro cuerpo está bien, dige- vez más enfermo.
rimos correctamente. El El placer o falta de él es
placer que obtiene el
entendido en música al
«El placer aparece siempre indicativo de que las
acciones (placenteras o
escuchar una determina- en las acciones acordes con no) son adecuadas al ser
da melodía, indica que que las realiza. El sabio
esos sonidos están bien la naturaleza. No es lo Heráclito lo expresó
trabados y que él ha cap-
tado la armonía. Los
bueno el placer. Tampoco es mediante la célebre sen-
tencia «los asnos prefie-
ejemplos podrían multi- malo» ren la paja al oro» , los
plicarse fácilmente. asnos encuentran placer
El placer, como es fácil de ver, se da junto a una en la paja. Encuentran placer en la paja porque son
actividad (comer, captar la armonía musical, en los asnos. Del mismo modo, el sádico encuentra placer
ejemplos). Por eso se ha llegado a identificar el en el dolor ajeno, el alcohólico en el vino, el vani-
placer con la actividad: el placer sería, sin más, la doso en el aplauso, y la madre en la contemplación
actividad natural no obstaculizada . El dolor se de su hijo. Cada uno se goza con lo que le es pro-
concibe entonces como producido por un obstácu- pio.
lo: la digestión pesada por defecto del organismo o El placer aparece siempre en las acciones acordes
de los alimentos, por ejemplo. con la naturaleza. No es lo bueno el placer.
No obstante, el placer no es lo mismo que la acti- Tampoco es malo. Lo bueno o lo malo son las
vidad, sino consecuencia de ésta, o lo que es lo acciones que engendran hábitos que nos hacen ser
mismo, el placer se da en la actividad que reúne de un modo un otro, buenas o malas personas : no
todos los requisitos de una buena actividad. De es malo el placer del sádico, lo malo es ese modo
modo que el placer en sí mismo no puede darse de ser.
solo. El placer sólo se da en el plexo placer-activi- Pero el placer ayuda cuando viene el cansancio, por
dad. Por eso, del mismo modo que hay actividades eso hemos de aprender a gozar y a entristecernos
buenas y malas, habrá placeres buenos y placeres adecuadamente, para que placer y dolor sirvan de
que deben ser evitados y habrá que huir de ciertos apoyo. A quien le duele la injusticia, la mentira, etc.,
placeres como se rehuyen ciertas actividades. tiene dentro de sí un impedimento para ser injusto.
Profundicemos en esta idea. Quien ha aprendido a alegrarse por las buenas
El hombre sano obtiene placer comiendo alimen- acciones, encuentra en ese gozo un estímulo más
tos sanos. El hombre enfermo, no. Al enfermo no para ser mejor. Y la inversa también es cierta.

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Y esta es la función del placer. cuando dice: «Comparable, pues, a ese loco que
Pero es posible buscar no la actividad buena que va de noche cavando la aridez, no encontré en la
me hará ser buena persona. Es posible que el hom- voluptuosidad nada que no fuese placer avaro y
bre oriente su acción directamente a la consecu- prodigiosamente inútil. No encontré más que a
ción del placer, desentendiéndose de todo lo mí mismo. Nada tengo que hacer conmigo,
demás. Quien plantea así su vida invierte el orden Señor, y el eco de mi propio placer me fatiga» :
natural de las cosas, va en busca de lo que debiera quien ha buscado exclusiva o fundamentalmente
venir solo y descuida lo esencial. Entra así en un el placer, en definitiva se ha buscado a sí mismo
círculo vicioso en el que el deseo de placer crece y ha dejado de lado a los demás. Está solo. Ese
hasta hacerse irresistible, hasta esclavizar al hom- amor a sí mismo hasta el desprecio de todo lo
bre; pero la capacidad de gozar disminuye. Cuando demás y de todos los demás del que hablamos en
un hombre llega a esta situación puede que en un el capítulo anterior, ha llegado aquí a su punto
momento de lucidez sea consciente de ella. Pero extremo.
verá que ha sido él el único responsable, no puede Una persona así ha perdido la esperanza de escapar
echarle la culpa a nadie, de ahí el mutismo y la ver- de ese círculo vicioso, ha perdido la relación con
güenza del bebedor de este capítulo. Al decir de las personas que podrían ayudarle: no confía en sí
Séneca, se trata de una ni en los demás. Causa
"voluntaria insania". pena: el Principito se
Muy bien refleja Saint- sumió en una gran melan-
Exupéry esta vivencia colía.

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