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TEMA
Pubertad versus adolescencia
(Biología versus cultura)
Esquema
TEMA 2 –Esquema
Cambios principales Cambios hormonales
2
Desarrollo de características sexuales secundarias Fases de la adolescencia
Ideas clave
Para estudiar este tema deberás comprender las ideas clave expuestas en este
documento. Estas ideas se van a complementar con lecturas y otros documentos
(que en este tema serán opcionales) para que puedas ampliar los conocimientos
sobre el mismo.
Este tema tiene como principal objetivo que llegues a conocer de forma clara y precisa
los cambios biológicos y psicológicos principales asociados a esta etapa de la vida,
contraponiendo dos conceptos, uno que tiene más de carácter biológico (pubertad), y
otro más de construcción social (adolescencia), pero que en definitiva se integran a la
hora de exponer los cambios acontecidos en esta etapa de la vida.
Como puede observarse, todo lo anterior tiene que ver más con la pubertad que con la
adolescencia. Por ello, y en aras de profundizar en temas posteriores en los aspectos
centrales de la adolescencia, finalizaremos el tema con un apartado sobre las fases que
comúnmente son aceptadas como propias de la adolescencia.
Cambios hormonales.
Desarrollo sexual secundario.
Crecimiento corporal.
Fases de la adolescencia.
El término pubertad deriva del latín pubertas, que significa ‘adulto’. Técnicamente, el
término se refiere al periodo durante el que un individuo se vuelve capaz de llevar a
cabo la reproducción sexual; es decir, denota una serie de cambios biológicos que
conducen a la capacidad reproductora. De forma más amplia, no obstante, la pubertad
acompasa todos los cambios físicos que ocurren en el individuo, chico o chica, según
pasa de la infancia a la edad adulta.
El sistema endocrino produce, circula, y regula los niveles de hormonas del cuerpo.
Las hormonas son sustancias altamente especializadas secretadas por una o más
glándulas endocrinas. Las glándulas son órganos que estimulan partes concretas del
cuerpo para que respondan de formas específicas. Tal y como las hormonas
especializadas del cuerpo llevan mensajes a células concretas del cuerpo, las células del
cuerpo están diseñadas para recibir mensajes hormonales de forma selectiva. Por
ejemplo, uno de los muchos efectos de la adrenalina, secretada por la glándula adrenal,
es estimar el corazón para aumentar su actividad. El corazón responde a la adrenalina,
pero no a todas las demás hormonas.
La pubertad puede parecer repentina, a juzgar por sus signos externos, pero, de hecho,
es parte de un proceso gradual que empieza en la concepción. El sistema endocrino
recibe instrucciones para aumentar o disminuir los niveles de circulación de hormonas
concretas por parte del sistema nervioso central, como si fuera un termostato, de modo
que si el nivel de una hormona concreta baja por debajo del nivel que el sistema
endocrino ha establecido para dicha hormona, la secreción aumenta; y si alcanza el
nivel, la secreción se para temporalmente. Dicho nivel se puede ajustar arriba o abajo,
dependiendo de las condiciones internas del cuerpo y condiciones ambientales
externas.
Aunque uno puede pensar normalmente que los andrógenos son las hormonas
«masculinas» y los estrógenos las hormonas «femeninas», ambos tipos de hormonas
son producidas por cada sexo, y ambas están presentes en hombres y mujeres al nacer.
Durante la adolescencia, no obstante, el varón promedio produce más andrógenos que
estrógenos, y la mujer promedio más estrógenos que andrógenos. El hipotálamo
responde a los niveles de hormonas sexuales que circulan por el organismo. El eje HPG
está fijado en determinados niveles de andrógenos y estrógenos. Si los niveles bajan, el
hipotálamo deja de inhibir a la pituitaria, y esta estimula la liberación de hormonas de
las gónadas y la glándula adrenal. Al llegar al nivel establecido, el hipotálamo vuelve a
inhibir la estimulación de la glándula pituitaria.
patrón cobra sentido (por ejemplo, los individuos no están motivados para mantener
relaciones sexuales hasta llegar a la pubertad por esta razón).
Muchos adultos siguen pensando en la cifra «mágica» de los 13 años como el momento
de hablar de pubertad, pero para muchos chicos y chicas, eso ya es tarde. Un estudio
con 17 000 chichas de 3 a 12 años en consultas de pediatría halló que el 6,7 % de las
niñas caucásicas y el 27,2 % de las afroamericanas mostraban algún signo de pubertad a
los 7 años (crecimiento de pechos o vello púbico) (Kaplowitz y Oberfield, 1999, citado
por APA, 2002). No obstante, no se han completado estudios en muestras no clínicas
para confirmar que este adelanto es la norma general.
Los profesionales que trabajan con niños y sus familias pueden alertar a los padres de
la necesidad de preparar a sus hijos con tiempo para los cambios de la adolescencia.
Los profesionales pueden también ofrecer consejo sobre cómo hablar de la pubertad
con los adolescentes.
En un estudio recogido por APA (2002), se preguntó a 157 niñas de 13 años qué
sugerían sobre cómo preparar a las niñas más jóvenes para la menstruación, y las
recomendaciones fueron que las madres proporcionaran apoyo emocional y seguridad,
que enfatizaran los aspectos prácticos de la higiene menstrual, y que proporcionaran
información sobre cómo se sentirían realmente, enfatizando positivamente sus propias
experiencias con la primera menstruación (Koff y Rierdan, 1995, citado por APA,
2002). Las chicas del estudio también recomendaban que el padre no hablara de sus
cambios físicos, y que las madres no hablaran con el padre de esos cambios delante de
la hija adolescente, incluso cuando eran evidentes.
Prieto (2010) indica que puede decirse que la adolescencia comienza con la aparición
de los primeros signos de diferenciación sexual de carácter secundario (los cambios en
la voz, el vello en el cuerpo, los órganos sexuales, etc.).
Chicas
Desarrollo de los pechos Etapa Crecimiento de vello púbico
Prepuberal, elevación de los pezones 1 Prepuberal, sin vello púbico
Crecimiento escaso de vello
Pequeño, cierto atisbo de brote de mama 2
alrededor de los labios vaginales
Pigmentación, engrosamiento y
Agrandamiento general de la elevación de la
3 enrizamiento, con un aumento de
mama y de la areola
la cantidad
Tiene aspecto adulto, pero no se
Mayor agrandamiento con proyección de la
4 extiende a la zona media de los
areola y el pezón como montículo secundario
muslos
Maduros, contorno adulto, con la areola en el Aspecto y cantidad adulto,
mismo contorno que el pecho, y sólo cierta 5 extendido a la zona medial de los
proyección del pezón muslos
Chicos
Desarrollo de los genitales Etapa Crecimiento de vello púbico
Prepuberal, no hay cambio en el tamaño o
proporción de los testículos, escroto y pene 1 Prepuberal, sin vello púbico
desde la infancia temprana
Alargamiento del escroto y testículos,
enrojecimiento y cambio en la textura de la Crecimiento escaso de vello en la
2
piel del escroto; ligero o nulo aumento de base del pene
tamaño
Incremento del tamaño (primero longitud, Oscurecimiento, engrosamiento y
después grosor) del pene; aumento de 3 enrizamiento, aumento de
testículos y escroto cantidad
Agrandamiento del pene con crecimiento y
Tiene aspecto adulto, pero no se
amplitud de las glándulas; mayor crecimiento
4 extiende a la zona media de los
de testículos y escroto; oscurecimiento de la
muslos
piel escrotal.
Aspecto y cantidad adulto,
Genitales con forma y tamaño adultos 5 extendido a la zona medial de los
muslos
Tabla 1. Escala de maduración sexual (estadios de Tanner) (Stang y Story, 2005)
Tal y como Stang y Story (2005) concretan, cerca de la mitad ideal del peso corporal
adulto se gana durante la adolescencia. El pico en la ganancia de peso sigue el
crecimiento lineal («estirón») durante unos 3 o 6 meses en las chicas y 3 meses en los
chicos. Las mujeres ganan aproximadamente 8 kilogramos por año durante los picos de
ganancia de peso (a una edad promedio de 12,5 años). La ganancia de peso media
durante la pubertad en mujeres es de entre 7 y 25 kilogramos, con una media de 17,5
kilogramos. La ganancia de peso se reduce durante los momentos de menstruación,
pero continuará hasta la adolescencia tardía, periodo en el que pueden sumar alrededor
de otros 6 kilos. La masa corporal magra desciende desde un 80-74 %, mientras que los
niveles de grasa corporal aumentan entre un 16 y un 27 % al final de la adolescencia. En
resumen, se da un aumento del 120 % de la grasa corporal (aumento de 1,14 kilos por
año de grasa corporal) durante la pubertad. Pese a tratarse de un proceso normal y
fisiológicamente esencial, se puede vivir con negatividad y la insatisfacción con el
propio peso puede llevar a conductas de riesgo tales como la restricción calórica
excesiva, dietas frecuentes, uso de pastillas o laxantes, distorsiones graves de la imagen
corporal y trastornos de alimentación.
Por su parte, los adolescentes varones ganan una media de 9 kilogramos al año durante
la pubertad. En general, la ganancia total de peso es de entre 7 y 30 kilogramos., con
una media de unos 23,7 kilogramos. Los niveles de grasa corporal descienden entre los
varones durante la adolescencia, llegando a perder un 12 % de grasa corporal al final de
la pubertad.
El resultado de estas diferencias entre sexos, tal y como destaca Steinberg (2014), es
que los chicos acaban la adolescencia con una proporción entre músculo y grasa
de 3 a 1, mientras que las chicas tienen una proporción de 5 a 4. Esto tiene
implicaciones importantes para entender por qué aparecen por primera vez durante la
adolescencia las diferencias de sexo en fuerza y capacidad atlética. La mitad de las
diferencias en rendimiento físico en la adolescencia se deben simplemente a las
diferencias de grasa corporal.
varones tienden a ser algo más altos que las mujeres antes de los 11 años. Esto se
invierte entre los 11 y los 13 años y, finalmente, los chicos suelen ser más altos a partir
de los 13 años. Estas diferencias entre sexos respecto a la altura pueden ser una
preocupación para los adolescentes que comienzan a socializar con el sexo opuesto,
especialmente si son chicas altas que maduran temprano o chicos bajitos de
maduración tardía.
La mayor parte del crecimiento en altura durante la pubertad se da en el torso más que
en la longitud de las piernas. La secuencia de crecimiento es bastante regular. Las
extremidades (cabeza, manos y pies) son las primeras en acelerar su crecimiento.
Después, brazos y piernas, seguidas del torso y los hombros. En términos concretos, un
chico deja de crecer por fuera de sus pantalones (al menos en longitud) un año antes de
que deje de crecer fuera de su chaqueta (Tanner, 1972; citado en Steinberg, 2014).
Estos autores señalan que la adolescencia empieza con la biología y acaba en la cultura,
dado que la transición hacia la adolescencia está acompañada de cambios biológicos
drásticos en la pubertad, mientras que la transición a la adultez es más sutil.
De acuerdo con Konrad, Firk y Uhlhaas (2013), los cambios clave en la adolescencia
implican una reorganización fundamental del cerebro susceptible a influencias
ambientales y a los cambios hormonales diferenciales en chicos y chicas, que comienza
y se extiende hasta la tercera década de vida, caracterizada por un desequilibrio entre
los sistemas límbicos y de recompensa, que maduran antes, y el sistema de control
prefrontal, que no está plenamente maduro. Este desequilibrio, según los autores,
estaría en la base o sería el sustrato neural para el estilo emocional reactivo
típicamente asociado a la adolescencia y que, pese a ser básico para el desarrollo de la
autonomía y promover su emancipación de la familia, puede promover diferentes
conductas de riesgo. Para Valero, Pérez y Delgado (2013), este riesgo está en que el
adolescente no sepa sobrellevar los cambios físicos y las observaciones que puedan
hacerles los iguales y los adultos acerca de estos cambios que, aunque no sean
malintencionados, pueden herir la susceptibilidad extrema del adolescente. El conjunto
de estos cambios neurobiológicos, psicológicos y sociales serán abordados en los
próximos temas.
Collaer, M. L. y Hines, M. (1995). Human behavioral sex differences: a role for gonadal
hormones during early development? Psychological Bulletin, 118(1), 55-107.
Konrad, K., Firk, C., y Uhlhaas, P. J. (2013). Brain development during adolescence:
neuroscientific insights into this developmental period. Deutsches Ärzteblatt
International, 110(25), 425–431.
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Bibliografía
Actividades
Descripción de la actividad
Esta actividad consiste en reflexionar sobre esta etapa a partir de nuestra propia
experiencia y recuerdos respecto a la época en que éramos adolescentes. De esta forma,
podemos empatizar mejor con el joven o alumno con el que tratamos en nuestra tarea
educativa.
Objetivos de la actividad
» Empatizar con los problemas y la situación de los estudiantes de esta etapa (de doce
a diecisiete años).
Criterios de evaluación
Test
2. El desarrollo de los pechos, genitales y vello púbico tiene que ver con el denominado
desarrollo de las características sexuales:
A. Terciarias.
B. Primarias.
C. Secundarias.
D. Ninguna de las anteriores es correcta.
9. El cierre de los extremos de los huesos largos del cuerpo es un marcador de:
A. La finalización de la pubertad
B. La finalización del crecimiento en términos de altura.
C. A y B son correctas.
D. A y B son falsas.