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Diario digital CRONICA POPULAR. Semanario digital de los lunes. N° 76. 13 de febrero de 2017.

Globalización y homogenización cultural: tensiones y resistencias


Estacio Valladares
Sociólogo ecuatoriano

La globalización en su dimensión cultural, o mundialización de la cultura (Tulio Hernández, 2010), ha


generado nuevas realidades y situaciones. A la par de los impresionantes cambios que han ocurrido en las
tecnologías de información y comunicación y en los dispositivos de base digital, determinados productos
culturales relacionados con la literatura, la música o las artes escénicas pueden circular al mismo tiempo, y con
gran rapidez en varios países e incluso en varias regiones mundiales de manera simultánea. Las estrategias de
diseño y promoción del consumo de los productos culturales se vuelven cada vez más sofisticadas y complejas,
pues no solo tienen que competir con otros productos de naturaleza distinta o similar por la colonización de
determinados segmentos de mercado, sino que tienen que adecuar constantemente sus productos a múltiples
y variables fuentes de referencia y construcción de identidades sociales hoy por hoy en curso.
Existe una tendencia de concentración en grandes empresas monopólicas de determinados bienes y
productos generados por las industrias culturales vinculadas al cine, a los audiovisuales, a la música y al libro,
principalmente. Lo que supondría la posibilidad de la amenaza del mundo previsto por el novelista Aldous
Huxley en su obra publicada en 1932 Un Mundo Feliz, de uniformidad del pensamiento y de configuración de
una única forma y estilo de vida. La cultura ha perdido, cada vez más, su capacidad de crítica y emancipación
del ser humano para convertirse en espectáculo de entretenimiento y adormilamiento de la conciencia. Las
vanguardias artísticas, otrora activas y propositivas para generar propuestas de transformación social, han
perdido vigencia y han sido reemplazadas por el anodino concepto de “innovación cultural” (Josep Fontana,
2011).
Nos encontramos, según algunos autores, en medio de un momento de inflexión del sistema capitalista
caracterizado por el debilitamiento de la idea de modernidad y de desestructuración del Estado-Nacional
(Tulio Hernández, 2010; Zigmunt Bauman, 2013); de una forma de consumo con capacidad de “devorarlo
todo”, explicada por la teoría del ovnivorismo cultural (Zymunt Bauman,2013; Joaquín Rius y Matías Zarlenga,
2010) y de procesos de inclusión y exclusión, al mismo tiempo, en donde el capitalismo globalizado ha
entregado al mercado mundial la función de evaluar la calidad artística y de definir, por lo tanto, lo que vale la
pena conectar y lo que hay que desconectar o desechar porque no sirve a los intereses de rentabilidad y
reproducción del capital.
Uno de los debates más importantes es si la globalización, actualmente en curso, trae consigo la
homogenización de la cultura. Es decir, la pérdida o el debilitamiento de los rasgos singulares y particulares de
las personas y colectivos humanos como el idioma, sus prácticas y comportamientos, sus elementos de
representación simbólica y la construcción de identidades sociales, en las que el sentido de pertenencia e
identificación se fue estructurando en relación con el Estado-Nación.
La globalización, de manera contradictoria y paradójica, ha significado la des-globalización de vastos
sectores geográficos y sociales del mundo, bien porque no han podido incorporarse a las dinámicas de
conexión e inter-comunicación (piénsese por ejemplo en determinadas regiones y países africanos o en
territorios latinoamericanos en donde la presencia de ordenadores, telefonía móvil y otros dispositivos de
base digital resulta todavía una excepción); bien porque el mundo no los necesita pues no resultan mercados
atractivos (García-Canclini, 2004).
Por otra parte, y a pesar de que en la construcción de los procesos identitarios el sentido de
pertenencia y de referencia de los individuos y colectivos humanos con el Estado se han ido debilitando para
dar paso a una multiplicidad de referentes desde los cuales se construyen y configuran identidades, las
personas siguen manteniendo fuertes lazos de cohesión e identificación con la idea o la percepción de lo que
conciben como “nacional”. En un estudio recientemente publicado sobre las poblaciones latinoamericanas
consolidadas y las industrias culturales en español en los Estados Unidos, se concluye que en una alta
proporción los poblaciones denominadas como “hispanas”, tienden a identificarse con el país de origen más
que con categorías pan-étnicas como “latino” o “hispano” y encuentran en el idioma español una señal de
identidad compartida (Jessica Retis y Ángel Badillo, 2015).
Un elemento clave en la discusión de si la globalización es generadora de homogenización cultural,
radica en las posibilidades que tienen los productos derivados de las industrias culturales, especialmente del
cine y la música, dada las tendencias de concentración monopólica que existen en estos sectores, de imponer
determinados imaginarios simbólicos y formas que vida uniformizadas.
Si bien los procesos de imposición de una cultura sobre otra constituye una posibilidad (aculturación e
imperialismo cultural), no es la única forma a través de la cual puede operar la globalización en su relación con
la cultura. Existen otras opciones en que los productos culturales son receptados y apropiados en los espacios
nacionales y locales.
El investigador y musicólogo brasileño José Jorge de Carvalho examina algunas estrategias de
resistencia y adaptación que han adoptado las colectividades afro del Brasil frente al movimiento
homogeneizador del capitalismo.
La una, de priorización de lo que es negociable y lo que no lo es en cuanto a sus tradiciones. La otra, de
expansión controlada de sus tradiciones y rituales. En los últimos años los congados, que son cofradías afro
católicas brasileñas que mantienen un espacio ritual muy poderoso de afirmación e identidad negra, han sido
impactados por las agresiones relacionadas con las grabaciones de sus cantos rituales, como expresión de una
creciente demanda de canibalismo cultural que busca consumir todo lo que le parezca exótico.
La estrategia ha consistido en preservar los cantos rituales iniciáticos de toda contaminación
mercantilista, entendiéndose que las otras manifestaciones que practican las cofradías afro brasileñas puedan
ser conocidas y escuchadas a través de las grabaciones (2005). En el caso de los grupos de capoeira brasileña,
Carvahlo plantea que la expansión de esta danza musical por todo el mundo ha podido preservar sus
características de saber colectivo, precisamente porque los cultores y maestros de esta expresión cultural se
desplazan y se adaptan al nuevo ambiente de manera similar a la práctica de difusión de las tradiciones
orientales en occidente que realizan el budismo zen, el hinduismo o el taoísmo (2005).
El espacio de lo cultural se ha convertido en estratégico y clave para enfrentar y/o modificar las
tendencias de la mundialización cultural actualmente en curso. A la amenaza de la uniformidad cultural del
mundo, se opone el paradigma del reconocimiento de la diversidad cultural. La propuesta de considerar a los
productos y bienes culturales como simples mercancías intercambiables, se contrasta con la concepción del
valor de uso intrínseco a todas las cosas producidas y creadas por el ser humano. Sin embargo, al
debilitamiento de la modernidad capitalista y desestructuración del Estado-Nación, la propuesta no puede ser
la consolidación de un Estado transnacional capitalista y globalizador. En este espacio, sólo cabe resistir y
negociar y advertir en múltiples procesos y experiencias, pequeños y locales, las más de las veces, los signos
de otra globalización, de una modernidad alternativa al capitalismo.

Referencias bibliográficas
Bauman, Zigmunt. La cultura en el Mundo de la Modernidad Líquida. Madrid: Fondo de Cultura
Económica, 2013.
 Carvalho, José Jorge de. Las culturas afroamericanas en Iberoamérica: lo negociable y lo innegociable.
Bogotá: Edición sincondición 3. Universidad Nacional de Colombia, 2005.
 Hernández, Tulio. Cultura y globalización, diversidad y homogeneización. UOC-UdG-UIB, 2010.
 Huxley, Aldous. Un Mundo Feliz. Editorial. Madrid: El País (Clásicos del siglo XX), 2003.
 Retis, Jessica y Badillo, Ángel. Los latinos y las industrias culturales en español en Estados
Unidos. Documento de trabajo. Real Instituto Elcano, Madrid. . 2015.
 Rius, Joaquín y Zarlenga, Martín. La cultura en la sociedad contemporánea: conceptos,
transformaciones y nuevas tendencias. UOC-UdG-UIB, 2010.

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