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Universidad Rafael Landívar

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Campus Quetzaltenango
Curso: Derecho Agrario
Docente: Lilian Marcedes Rivas Méndez

IMPORTANCIA DEL DERECHO AGRARIO

En el medio latinoamericano, particularmente en Guatemala, el conocimiento del


Derecho Agrario es de suma importancia para los principales sectores de opinión,
pero especialmente, para los centros de cultura superior que están obligados a
que la aplicación de tal conocimiento se haga progresivamente más técnica y
precisa, para que responda en mejor manera a las necesidades sociales.

Objetivamente, para países poco desarrollados, puede afirmarse que el Derecho


Agrario, con los perfiles con que actualmente cuenta, adviene a la vida social
como producto de una lucha en la cual participa como elemento activo, la fuerza
productiva fundamental del campo –campesinos y trabajadores--, y como
elemento negativo, los intereses latifundistas criollos y foráneos. Los primeros, en
franca lucha por establecer la justicia social en el área rural y, los segundos,
frenando el desarrollo de la agricultura sobre la base de defender sus intereses
económicos.

Vista desde otro ángulo, la cuestión del surgimiento de nuestro derecho,


comprendemos la necesidad de crear ramas jurídicas que tengan como finalidad
el estudio de manera específica del Derecho Agrario. Como es de nuestro
conocimiento, las ramas del Derecho Civil, Comercial, Industrial o cualquier otra,
no tienen como requisito indispensable que la vinculación sea siempre el suelo.
Por lo que se defiende por la existencia de una rama autónoma del derecho que
considere a las personas, objetos y vínculos desde un punto de vista puro y
simplemente agrario.
La razón del aparecimiento del Derecho Agrario, con sus modalidades y
características actuales, estriba en la ineludible necesidad de emitir normas
dirigidas a la actividad agropecuaria, tomando en cuenta los aspectos esenciales
siguientes:

a) Que la agricultura, como fuente importante que proporciona al hombre


satisfactores para sus necesidades más elementales, no se puede prescindir.

b) Que el hombre del campo –pequeño propietario o asalariado- en sus grandes


expresiones masivas, se encuentra rodeado de factores y circunstancias que lo
sumen en la explotación y la miseria, en tanto que los latifundistas, nacionales y
extranjeros, mantienen en abandono sus tierras y viven rodeados de opulencia.

El Derecho Agrario contemporáneo, en apreciable parte, se está forjando con


sentido de lucha para lograr la justicia social en el campo y para lograr que la
agricultura, a la par de otras ramas productivas, pueda beneficiar a la mayoría de
la población. Este nuevo derecho también entraña una nueva concepción de lo
que deben ser las relaciones agrarias de producción: abolir el sistema tradicional
individualista para asentar un sistema socialista en que los productos de la
agricultura aprovechen a todos por igual. Si por conducto del Derecho Agrario se
pretende fijar ese camino, a través de las normas, principios, doctrinas,
jurisprudencia, entre otras, en materia agraria se pretende obtener el cambio, en
consencuencia, resulta obvia la importancia de esta materia.

Actualmente para países que no han resuelto su problema agrario, debe


considerarse incompleta la formación de un Abogado, un Sociólogo o de un
Economista, si no incluyen dentro de su currículum de estudios la enseñanza de
esta materia; el profesional en Ciencias Jurídicas y Sociales o en Ciencias
Económicas, al ejercer la profesión en lo particular, o desempeñando una función
pública como legislador, juez o dignatario administrativo, precisa tener en su haber
intelectual conocimiento académico acorde con los problemas que en materia
agraria le presente el medio que lo rodea.
En la quinta conferencia de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) y quinta de la OEA, en México, en 1,960, se
recomendó la existencia del Derecho Agrario, cuyas características esenciales
deben ser: a) disciplina jurídica autónoma, de contenido específico y propio; b)
autonomía científica, didáctica y legislativa.

RESEÑA HISTÓRICA DE LAS RELACIONES AGRARIAS DE PRODUCCIÓN

a) Comunidad Primitiva: En un principio los hombres vivían en pequeños grupos


aíslados, en constante lucha por la subsistencia, la recolección de frutos, la caza y
la pesca, que eran los medios fundamentales de la vida, se hacían en la
comunidad primitiva en forma colectiva. El trabajo en común era para el hombre
absolutamente necesario, consumían en común lo que habían adquirido todos los
miembros de su grupo, la tala de bosques, así como la construcción de albergues
rudimentarios también se hicieron mediante el trabajo en común.

De la etapa de la simple recolección, la caza y pesca, pasa el hombre a la etapa


de la ganadería. Un avance muy importante en el perfeccionamiento de los
instrumentos de producción, fue la invención del arco y la flecha que determinó la
abundancia de la caza y como consecuencia, el aparecimiento de la ganadería
primitiva.

Al intelecto humano no podía escapar la relación existente entre la semilla que


caía al suelo y la germinación de una nueva planta, advertido este fenómeno y
determinado el proceso, el hombre primitivo ya no esperó que ocurriera en forma
espontánea, sino que él mismo se encargó de organizar la germinación, dando
lugar al surgimiento de la agricultura, hecho que a su vez permitió que las antiguas
tribus que vagaban por inmensos territorios, fijaran su asiento en un determinado
lugar, en el que tenían seguridad de alimento.

La base fundamental de las relaciones de producción en la comunidad primitiva es


la propiedad en común sobre los medios de producción (tierras, bosques,
abrevaderos, regiones de caza y pesca, herramientas).
El hombre, una vez satisfechas sus necesidades de subsistencia, no creaba
ningún excedente con su trabajo, al grupo social le interesaba agenciarse de los
medio necesarios para su subsistencia sobre dos bases fundamentales, la
propiedad en común de los medios de producción, realizando el trabajo en forma
colectiva y la distribución en forma indiscriminada de los productos obtenidos.

b. Gens: Nuevo tipo de organización el cual estaba constituido por unas cuantas
decenas de individuos unidos por vínculos sanguíneos, llevaban una existencia
propia e independiente de los otros grupos semejantes, y con el transcurso del
tiempo fue aumentando el número de sus componentes hasta sobrepasar el
centenar.

La segregación de las tribus de pastores ocasionó la primera división del trabajo,


que deteminó un aumento considerable en la producctividad. Dentro del seno de
esas tribus fueron apareciendo excedentes de ganado y de todos los derivados de
este, el fenómeno del cambio aparece como una necesidad entre los pastores y
los agricultores, obligados a negociar sus productos respectivos. En un principio
los jefes de las gens como representantes de ella, efectuaban las operaciones del
cambio, pero posteriormente con el desarrollo de la división del trabajo, los jefes y
patriarcas ya no lo hicieron con el carácter apuntado, sino que cambiaban los
productos como si fueran de su propiedad y no del común, como fue al principio.
El principal producto del cambio fue el ganado, de tal manera que la propiedad
privada comienza a darse históricamente sobre el ganado, haciéndose extensiva
gradualmente a todos los instrumentos de producción, hasta concluir con la
propiedad privada sobre la tierra.

El perfeccionamiento de los instrumentos de producción –hacha y arado--, en las


etapas finales de la comunidad primitiva, permitió que la producción agropecuaria
se llevara a cabo sin necesidad de mayor trabajo colectivo, a cuya consecuencia
la gens se desintegró en familias, que en un principio fueron constituidas por
elevado número de personas, pero que con el correr del tiempo a su vez se
desintegraron hasta llegar a la familia monogámica.
Con el desarrollo de las fuentes productivas, el trabajo humano comienza a
proporcionar más medios de subsistencia que los necesarios, para satisfacer las
necesidades vitales del individuo.

Aparece lo que los economistas llaman plus trabajo y plus producto, o sean los
excedentes de trabajo y productos que quedan después de ser cumplidas las
necesidades del hombre en la sociedad y de los cuales un reducido número de
individuos se apropian en detrimento de toda la masa social. Así aparecen las
grandes diferencias entre los hombres, diferencias entre el que todo lo tenía y el
que nada poseía, arribando a un nuevo estadio social, brutal e inhumano que se
conoce con el nombre de esclavitud.

c) Esclavitud: En un principio, en las guerras inter tribales, se les daba muerte a


los prisioneros, posteriormente, los vencedores convirtieron en esclavos a los
vencidos, aprovechándose de su fuerza de trabajo. Más con el fenómeno de
acaparamiento del plus producto y del plus trabajo, y el consecutivo hecho de
darse la desigualdad económica entre ricos y pobres, los primeros convirtieron en
esclavos suyos, no solo a los hombres que habían capturado en las guerras, sino
además a los propios miembros de sus tribus.

Abiertas las posibilidades de cultivar nuevos y extensos campos, el aparecimiento


de mejores instrumentos de producción como el hacha y el arado, se hacía
necesario el empleo de más abundante mano de obra en la agricultura. La
ganadería de las familias ricas aumentó y cobraron desarrollo otros cultivos que
antes eras desconocidos, y que, de igual manera, precisaban hombres para
atenderlo. Se destaca en este tiempo el aparecimiento de los oficios, ocasionando
con ello la segunda división del trabajo y el consecutivo aumento de su
productividad, aumento que hace posible una más marcada acumulación de
riquezas a favor de los menos y en detrimento de los muchos.

La diferencia entre ricos y pobres se asienta junto a la otra entre libres y esclavos;
de la nueva división del trabajo resulta una nueva ruptura de la sociedad en
clases. La despropiación de bienes de los jefes de familia individuales, destruye
las antiguas localidades comunistas, en todas las partes donde se había
mantenido hasta entonces, y con ellas el trabajo común de la tierra por cuenta de
la colectividad; el suelo cultivable se distribuye entre las familias particulares, al
principio de un modo temporal, y más tarde para siempre, dando paso a la
propiedad privada. La familia empieza a convertirse en la unidad económica de la
sociedad.

d) El Feudalismo: Se ha visto con anterioridad el proceso en virtud del cual se


fueron acumulando en pocas manos los intrumentos y medios de producción, y en
las últimas etapas, de manera especial la tierra. Los campesinos que antes eran
libres y poseían sus propias tierras, fueron cayendo bajo la sujeción personal de
los señores feudales, formando junto con los esclavos lo que se conoció con el
nombre de siervos de la gleba (bastas masas de hombres constreñidas a vivir bajo
servidumbre dentro de los límites del feudo).

Las relaciones de producción dentro del feudalismo se llevan a cabo sobre la base
de la propiedad del señor feudal sobre la tierra y su propiedad incompleta sobre
siervos, que ya no eran propiamente esclavos, suceptibles de ser muertos por su
dueño, sino que poseían cierta libertad pero de manera sumamente precaria. Con
la propiedad del señor feudal se daba, aún cuando no era en forma generalizada,
la pequeña parcela propiedad del campesino y la hacienda personal del artesano.

De las tierras cultivables, una parte considerable pertenecía o se la reservaba el


señor feudal para sí y otra parte la entregaba a los campesinos, imponiéndoles
condiciones gravosas. Con la concesión de un pequeño lote de terreno al
campesino, el señor feudal se aseguraba la fuerza de trabajo necesaria, los
campesinos trabajaban la parcela con sus propias herramientas de labranza y su
ganado de labor, entregándole al señor feudal un plus- producto, en especie o en
dinero, por el uso de la tierra.

e) El Capitalismo:

Dentro del seno de la sociedad feudal fueron apareciendo formas de producción


relacionadas con un capitalismo incipiente.
Los grandes terratenientes no cultivan la tierra por sí mismos, generalmente se la
arriendan a otras personas que tienen el dinero suficiente para ponerla en
producción, mediante el pago de un precio que se conoce con el nombre de renta,
y que se abona en los plazos convenidos en el contrato respectivo.

Dentro del sistema capitalista existe una perversa explotación del mediano y
pequeño propietario, en tanto que para el gran inversionista arrendatario existen
condiciones muy favorables a la empresa. El pequeño propietario es explotado
por el grande, por el usurero o por el comerciante. El capitalista arrendatario
busca fundamentalmente el lucro al efectuar la inversión. Por el contrario, el
pequeño cultivador pretende, en lo esencial la conservación de su existencia y la
de su familia. Los términos de intercambios son sumamente desfavorables para el
pequeño y mediano agricultor, venden barato sus productos y en oposición
compran caros los que le son necesarios para su existencia (alimentos, vestuario
e instrumentos de labranza).

f) El Socialismo: El marxismo-leninismo advierte, con absoluta claridad que las


formas, los métodos y el ritmo de la transformación de una agricultura no socialista
a una socialista difiere en los distintos países y hace depender esta semejanza a
las condiciones históricas, económicas y políticas propias de cada país. No
obstante ello, puede afirmarse que la base fundamental de las relaciones agrarias
de producción en el sistema socialista, es la propiedad social de los medios
productivos, o sea la propiedad socialista, la cual reviste dos formas: la estatal (de
todo el pueblo representado por el estado) y la cooperativa (de un grupo de
personas).

Se puede señalar en forma breve, que en aquellos países que han adoptado el
socialismo como la base de sus relaciones agrarias de producción, el resultado ha
sido el desarrollo de relaciones agrarias de producción en beneficio del
componente humano.

La forma más conocida en América es el modelo de desarrollo agrario establecido


en Cuba, a partir de su proceso revolucionario.
BIBLIOGRAFÍA:

Derecho Agrario y Ambiental

Compilación: Gustavo Lapola

Autores: Mario Vinicio Castañeda Paz

René de León Schlotter

Guillermo Paz Cárcamo

Grethel Aguilar

Alejandro Oiza

Editorial Estudiantil Fenix

4ta. Edición

Páginas consultadas: 27 – 48

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