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La imposible prisién: debate con Michel Foucault mM EDITORIAL ANAGRAMA Fuente impossible prison (sleci6o sutorizads) © Bains du Seu arts, 1980 Traduccin: Joagutn Jordé Maqueta de la coleecén: ‘Acgente y Mumbri @EDITORIAL ANAGRAMA, 1982 Calle de Ia Cruz, 44 Barcelone 4 4. 399-0166-X Depot Lega: B. 2629-1982 Printed in Spin Griticas Diamante, Zamors, 85, Brel 18 JACQUES LEONARD EL HISTORIADOR Y EL FILOSOFO * A propésito de: Vigilar y castigar; ‘nacimiento de la prisién No es la primera vez que un filétofo acude a sem- bar ideas en el campo de los historiadores, a suscitar reacciones e investigaciones, y a despertar de su sue- fio dogmitico, 0 escéptico, « hagidgrafos y cronistas. No es la primera vez que este fildsofo proyecta un nuevo y poderoso resplandor sobre un rineén olvidado de la historia: todos recuerdan, por ejemplo, el estruen- do que significs la publicacién de la Historta de la Tocura en la edad clésica (1961 **). Desde que intervie- rhe en nuestras cosas, ya no podemos tratar determina- dos temas de la misma manera. gCémo estudiar Ia his- toria de la medicina sin considerar el Nacimiento de la clinica (1963)? Saludar Vigiler y castiger no com siste en introducit un libro més en nuestras venera- bles bibliografias, sino en acceder a revisarlas a través de la problemética de Michel Foucault, * Tanto esta feche como las de los siguientes libros se re fieren a la publicacién del texto original. (N. def T.) ** El libro de Michel Foucault, Le voluntad de saber, ree onde en cierte medida a les cuestiones que planten este ariculo, escrito en 1976, No son pocos! quienes afirman que es indxil el diglogo entre este fl6sofo del escarnio nietzscheano y del deseo individual de-no-rechazar bajo-ningsin-pretex: to, y los laboriosos artesanos del quehacer hist6rico. ‘kun lado, el jabilo politico, la alegrfa de denunciar todo To que mutila Ia vida, Ia subversién intelectual. ‘Al otro, la serenidad dialéctica de 1a comprensién, y “de le arecuperaciSn». Pero cuando un pensador acude, por sa cuenta, a instalarse en el terreno del conoci Taiento del pasado no importa demasiado que se tra- te de un «gai savoir» o de un saber triste, iNo hay oto de caza, ni imperialismo de mandarines! Ademés, fas perspectivas de Foucault no aparecen como unos absolutos perentorios, los ficheros siguen abiertos. Nav Sie esté obligado a empinarse hasta Ia seriedad estruc” furalista, © compartir el sarcasmo izquierdista. ¢Y Si hubiera una trampa? 2Y si Foucault, como se pre- fgvnta un Kicido historiador? reutilizara «las palabras $ os problemas de los historiadores para hacer con Ziloe otra cosa»? ZY si construyera unas hermosas “fieciones», destinadas a servir a otro proyecto, rier tras ingenuamente \os exclusivos servidores de Clio pretenden reconstituir 1a atealidad objetiva» del pax Redo? {Una vez més, importa poco! Incluso en di- tho caso, bastarfa comparar la imaginacién poética del primero y la ingenuidad metodoldgica de los segun- 1. Gilles Deleuze, «Ecrivain non, un nouveau carto- raphe», Critique, diciembre de 1975, n° 343, pégs. 1207- 1221. Jacques Revel, «Foucault et les historiens», Ma ezine lttéreire, junio de 1975, 9° 101, pas. 10-13. 6 dos: juna cuestién de grados, en suma, de ficcie ’ ads, en suma, de Ia ficciGn! pao decir verdad, haria falta un pelotén de oe es competentes para cxaminar cuidadosamente la canted de interpretaciones gue nor ofrec eestor ! libro desborda amplaments el tema de su subtitulo,

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