You are on page 1of 27

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/288288428

Parental Alienation (PA) phenomenon and its forensic implications in the


civil courts in Spain

Article  in  Revista Iberoamericana de Diagnostico y Evaluacion Psicologica · January 2013

CITATIONS READS

0 55

2 authors, including:

David González Trijueque


Tribunal Superior de Justicia de Madrid
41 PUBLICATIONS   100 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

forensic psychology, dissociative disorders View project

All content following this page was uploaded by David González Trijueque on 23 March 2016.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación/e Avaliaçao Psicológica (Rev Iberoam Diagn Ev) 183

El fenómeno denominado Alienación Parental (AP) y


sus implicaciones forenses en la jurisdicción civil en
España

Parental Alienation (PA) phenomenon and its forensic


implications in the civil courts in Spain

Tejero - Acevedo, Roberto1 y González - Trijueque, David2

Resumen

El artículo revisa el recorrido del fenómeno denominado Alienación Parental


(AP) y la polémica que ha generado, describiendo los datos que se conocen so-
bre su entidad nosológica, evaluación, curso clínico o tratamiento. Se analizan
también las implicaciones legales y forenses con base en la jurisprudencia que
ha generado. Se realiza un estudio bibliométrico sobre las resoluciones judiciales
emitidas por tribunales civiles colegiados en España durante 2010 y 2011 (N=58).
La AP se acreditó en un 17,2% de las resoluciones, y motivó la presencia de infor-
mes periciales en un 89,7%. El 100% de las resoluciones se relacionó con procesos
de custodia, en las que la figura más acusada de alienante fue la madre (un 65,5%),
seguida del padre (un 32,5%), y se aplicaron distintas formas de tratamiento. Se
reflexiona sobre la necesidad de mejorar en el conocimiento del fenómeno para
auxiliar más eficazmente al jurista.

Palabras clave: Alienación Parental; Psicología forense; Custodia de los hijos.

1 Máster y D.E.A. en Psicología forense. Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Psicólogo forense.
Dirección postal: c/ Joaquín Rodrigo, 3. C.P. 28100. Equipo Psicosocial. Juzgados de Alcobendas.Teléfono: 0034
916258633. Correo electrónico: rtjero@cop.es; roberto.tejero@madrid.org
2 Dr. en Psicología forense. Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Psicólogo forense. Dirección postal:
Avda. Juan Carlos I, s/n. C.P. 28905. Equipo Psicosocial. Juzgados de Getafe. Teléfono: 0034 916499432. Correo
electrónico: david_gonzalez@madrid.org

RRev Iberoam Diagn Ev 2013; 183-208


184

Abstract

This paper reviews the course of phenomenon called Parental Alienation (PA)
and controversy it has generated, describing known data about its nosological en-
tity, assessment, clinical course or treatment. It analyzes the legal and forensic
implications on the basis of case law that it has been generated. Is conducted a
bibliometric study, which analyzes judgments issued by appellate civil courts in
Spain during 2010 and 2011 (N = 58). PA was credited in 17.2% of judgments,
and led to the presence of forensic reports in 89.7%. All of judgments (100%)
were related to custody proceedings, in which the mother was figure most accused
as alienating (65.5%), followed by the father (32.5%), and were applied different
forms of treatment. It reflects on the need to improve knowledge of the phenome-
non more effectively to assist the lawyer.

Key words: Parental Alienation; Forensic Psychology; Child Custody.

Introducción La polémica y los intereses asocia-


dos a este constructo, han propiciado
-Antecedentes y entidad nosológica una progresiva radicalización en los
posicionamientos técnicos y profesio-
El constructo denominado nales (Tejero y González-Trijueque,
Síndro-me de Alienación Parental 2012). Por un lado se sitúan los autores
(SAP), creado por Gardner (1985), que consideran el constructo SAP como
tiene ya un recorrido histórico de científicamente validado y útil para el
casi tres décadas, y ha generado abordaje clínico de algunos menores
una encendida polémica. El debate que muestran rechazo parental en casos
ha podido en ocasiones exceder el de separación o divorcio (e.g. Agui-
marco dialéctico o científico, y lar, 2004, 2008; Baker, 2007b; Bernet,
algunos autores (Rand, 2011) han 2008; Bernet el al., 2010; Gardner,
denunciado el nivel de análisis 1985, 2004; Luengo y Coca, 2007; Va-
ideológico, e incluso político, llejo et al., 2004), llegando a entender-
que se está haciendo del concepto lo como una forma de maltrato infantil
de Alienación Parental (AP). En (Aguilar, 2007; Tejedor, 2006, 2007;
todo caso, parece innegable el Segura et al., 2006; Weigel y Donovan,
alcance mediático y la difusión 2006). Por otro lado, los autores que
que ha cobrado este fenómeno niegan la existencia de este constructo
(Jaffe et al, 2010). o lo consideran como un concepto cien-
185

tíficamente no abordable (e.g. Bolaños, al progenitor alienante; 6) Ausencia de


2008; Escudero et al., 2008; Faller, culpa; 7) Argumentos prestados y 8)
1998; Hoult, 2006; Vaccaro y Barea, Extensión al entorno del alienado).
2009), llegando a describirlo como una A lo largo de su recorrido, el cons-
herramienta machista, encaminada al tructo SAP ha ido sufriendo modifica-
mantenimiento de una sociedad patriar- ciones y reformulaciones (centradas
cal, con etiquetas como: “mito neoma- principalmente en su unicausalidad y
chista” (Lorente, 2009, Paz, 2007), en su concepción de síndrome médi-
“síndrome de alienación patriarcal” co). Las publicaciones más recientes
(Montero, 2007) o “síndrome de juzga- suelen referirse ya al fenómeno SAP
dos” (Escudero et al., 2008). como Alineación Parental (AP) indis-
Gardner (1985) definía original- tintamente, eliminando la condición
mente el constructo SAP como un tras- de síndrome (e.g. Bow, Gould y Flens
torno infantil que surge principalmente 2009; Jaffe, Ashbourne y Mamo, 2010;
en el contexto de los conflictos legales Rand, 2011), y ese proceso ha deriva-
sobre la custodia de los hijos, cuya ma- do en la propuesta del Trastorno por
nifestación principal es la campaña de Alienación Parental (TAP), para su
denigración de un hijo hacia uno de sus inclusión en la próxima edición del
progenitores, debido a la influencia del manual DSM V (Bernet et al., 2010).
otro progenitor, en combinación con Actualmente, el TAP figura como en-
contribuciones del propio hijo (Gard- tidad clínica, objeto de revisión en la
ner, 1985, 1998, 2000). La propuesta categoría de diagnósticos propuestos
inicial de Gardner situaba a la figura por fuentes externas a la APA, según
materna como más habitualmente alie- la página Web oficial de esa entidad
nante, si bien en sus últimos artículos el (www.dsm5.org), que prevé para el
autor describió el aumento de madres próximo mayo de 2013 la publicación
alienadas (Gardner, 2002b). El hijo de la nueva edición DSM-V.
alienado estaría esencialmente preocu- Bernet (2008), ya había presentado
pado por ver a uno de sus progenito- ante la Asociación Americana de Psi-
res de forma negativa, al tiempo que quiatría una propuesta formal similar
idealiza al otro, llegando a desarrollar en 2008, que fue rechazada, al parecer
un conjunto de síntomas, que pueden por no aportar información suficiente
extenderse en distinto grado de intensi- en cuanto a la validez del SAP como
dad, y que Gardner diseccionó en ocho entidad clínica independiente, la fia-
“síntomas primarios”: (1) Campaña de bilidad de sus criterios diagnósticos y
denigración; 2) Justificaciones para el la prevalencia de ese fenómeno, pero
desprecio; 3) Ambivalencia; 4) “Pensa- animaba a seguir en el estudio y la ob-
dor independiente”; 5) Apoyo reflexivo tención de datos en esas áreas (Bernet
186

et al., 2010). La propuesta de TAP de siciones que no reconocen la validez


Bernet et al. (2010) es muy similar a la científica del fenómeno SAP (Hoult,
descripción de SAP de Gardner (Tejero 2006; Vaccaro y Barea, 2009), es que
y González-Trijueque, 2012), que ya no figura en las dos principales clasifi-
había reclamado en distintas ocasiones, caciones diagnósticas internacionales,
antes de su fallecimiento, la inclusión DSM y CIE, en ninguna de las suce-
del SAP en el DSM V (Gardner, 2002a, sivas revisiones posteriores a la apari-
2003, 2004). ción del constructo.
Algunos autores han propuesto el Argumentos como los anteriores
uso del manual DSM actual (DSM-IV- son contestados con la analogía de la
TR) para diagnosticar situaciones de existencia de enfermedades antes de
SAP sin recurrir a ese término (Jarne y ser institucionalmente reconocidas o
Arch, 2009), codificando la alteración clasificadas, tales como el SIDA o di-
en el Eje I o en el IV, según sean, o no, versas psicopatologías (Aguilar, 2008;
el principal objeto de atención clínica, Gardner, 2002a; Jarne y Arch, 2009;
con el uso de las categorías no especifi- Turkat, 2002). Estas últimas posturas
cadas (códigos Z en CIE-10 o códigos también reivindicaban la existencia de
V en CIE-9-MC) dentro del epígrafe de apoyo institucional al reconocimiento
“problemas paterno-filiales”. También del SAP por parte de la propia Asocia-
se ha señalado (Turkat, 2002) que el ción Americana de Psicología (APA),
SAP cumple criterios para el diagnós- que recomendó tres textos de Gardner
tico genérico DSM-IV de “Trastorno (1989, 1992b, 1992c) en su Guía para
mental no especificado” o de los tras- la evaluación de la custodia de los hijos
tornos no especificados dentro de otros en procedimientos de divorcio (APA,
cuadros clínicos ya incluidos en el 1994). Más recientemente, esa organi-
DSM. En ese punto, el propio Gardner zación en su revisión de la mencionada
(2002a, 2003) recomendaba explícita- guía (APA, 2010) eliminó cualquier re-
mente que se emplease el diagnóstico ferencia al SAP o a Gardner. En otros
de SAP, si se cumplían los criterios textos, la misma organización (APA,
propuestos por él, aunque no figure 1996, 2008) ha señalado que no tiene
en las clasificaciones DSM o CIE, y una posición oficial sobre la entidad y
se huyese de otros conceptos como re- alcance del constructo SAP, por no dis-
chazo o simple AP (no SAP), ya que el poner de datos que apoyen su existen-
diagnóstico de SAP y el fomento de su cia, y admite que puede ser empleado
utilización podría agilizar el reconoci- como elemento de coacción hacia víc-
miento diagnóstico internacional. timas de violencia de género.
Precisamente, la principal, y más Parece que no existe consenso
habitual, crítica esgrimida por las po- científico ni profesional respecto a
187

la inclusión del fenómeno SAP en la ca, al no disponer de datos suficientes


clasificación DSM. Baker (2007a), en para poder realizar diagnóstico diferen-
una encuesta sobre 106 profesionales cial con esas situaciones, lo que podría
especializados, encontró que el 50% derivar en intervenciones lesivas para
no estaba de acuerdo con la inclusión el menor, generando problemas técni-
del fenómeno SAP en la clasificación cos y éticos (Walker y Shapiro, 2010).
DSM, el 33,7% estaba algo de acuer-
do y únicamente el 16,3% se mostró - Evaluación, prevalencia, curso
muy de acuerdo con la mencionada clínico y tratamiento
inclusión. Bow et al. (2009) en su en-
cuesta sobre profesionales forenses, de Aunque el fenómeno SAP ha gene-
la salud mental y el derecho (N=448) rado un extenso volumen de literatura,
encontraron que la mayoría de parti- parece que es notablemente más es-
cipantes percibían el concepto de AP caso el número de estudios empíricos
como muy controvertido (el 67% de (Tejero y González-Trijueque, 2012).
la muestra asignaba 5 o más a esa pre- En ese punto, los defensores del SAP
gunta, en una escala de 0 a 7, donde como fenómeno científico admiten
7 era extremadamente controvertido), que, aunque se ha avanzado en ese
y la mayoría de ellos estimaron que aspecto, los estudios empíricos dispo-
ese concepto presenta aún escasa base nibles (ya sean estadísticos o experi-
empírica (el 68% de los respondientes mentales) no sólo son pocos, sino que
contestaba 3 o menos en una escala de presentan limitaciones metodológicas
0 a 7, donde 0 era: escasa o nula). importantes, normalmente relaciona-
Han existido críticas frontales a la das con el sesgo de las muestras o los
inclusión del TAP (o SAP) como ca- instrumentos de medición empleados
tegoría diagnóstica DSM (Walker y (e.g. Baker, 2005, 2006; 2007a, Baker
Shapiro, 2010), argumentando que ge- y Darnall, 2006; Rueda, 2004; Turkat,
neraría más perjuicios que beneficios a 2002), que suelen reducirse a la valo-
los menores, ya que podrían ser etique- ración cualitativa de los criterios pro-
tados con un trastorno mental de forma puestos por Gardner (Pereda y Arch,
innecesaria, ante manifestaciones clíni- 2009). Gardner (2004), en un artículo
cas que pueden ser explicables por la póstumo, admitía la escasez de estu-
simple reacción al divorcio. Las quejas dios empíricos sobre SAP, que atribu-
apuntan también a la escasez de base yó a lo novedoso del fenómeno, pero
empírica para el trastorno propuesto y consideró que los datos disponibles ya
al peligro de que se emplee como ele- eran suficientes para ser aceptado por
mento de justificación en situaciones la comunidad científica, y apeló a la
de abuso infantil o violencia domésti- salud de los menores víctimas de SAP,
188

para que ese reconocimiento científico Rueda (2004) señalaba la importancia


no esperase a la realización de más es- de realizar más estudios, mejor contro-
tudios estadísticos o experimentales. lados metodológicamente y describía la
No parece que se hayan desarro- falta de consenso entre los profesiona-
llado instrumentos específicos de eva- les sobre el fenómeno SAP. Al parecer
luación para la AP. Bow et al. (2009), existe una réplica realizada por Morri-
en su encuesta (N=448), encontraron son en 2006 del estudio de Rueda, con
que los peritos evaluadores de custo- las 5 mismas situaciones y 31 evaluado-
dia (N=214) valoraron como formas res, que obtiene resultados similares en
muy útiles de evaluación en casos de fiabilidad inter-jueces y test-retest, pero
AP las técnicas habituales de evaluar resulta de muy difícil acceso por tratar-
en procedimientos de guarda y custo- se de un estudio para una universidad,
dia (entrevistas, observación, contraste y no una publicación científica (citado
con fuentes complementarias, revisión por Bernet et al., 2010).
de documentación, aplicación de test a La ausencia de estudios empíricos
los progenitores). controlados respecto a tasas de preva-
Uno de los escasos estudios centra- lencia de este fenómeno SAP es nota-
dos en evaluar la fiabilidad científica en ble (Baker, 2005). Con frecuencia se
la evaluación del SAP es el de Rueda cita el estudio longitudinal clásico de
(2004), que encontró tasas elevadas de Clawar y Rivlin (1991), que analizó
fiabilidad inter-jueces (hasta del 93%) y 700 familias con progenitores sepa-
test-retest (a los 60 días), si bien el es- rados durante un periodo de 12 años,
tudio presenta carencias muy evidentes encontrando tasas de rechazo parental
(descritas por el propio autor), como la que llegaban hasta el 80% (en diver-
escasez de la muestra (5 casos de po- so grado de intensidad), si bien el es-
sible SAP, evaluados por 18 terapeutas tudio es descriptivo, y no se aportan
entrenados, para aplicar una escala so- las formas de evaluación y control
bre SAP construida al efecto), y el ses- metodológico. El estudio de Johnston
go en los propios participantes (única- (2003), incluyendo una muestra de 215
mente participaron evaluadores que no menores procedentes de familias sepa-
discrepaban de la validez científica del radas (124 en separaciones con litigio
SAP, 40 de los 58 evaluadores iniciales y 91 sin litigio), entre dos y tres años
decidieron no participar). El estudio después de la separación, obtuvo unas
consistió en la valoración por observa- tasas de rechazo severo hacia uno de
dores independientes de 5 situaciones los progenitores muy sensiblemente
descritas de rechazo parental (en con- inferiores (entre el 8-12% en el caso
diciones de laboratorio, no eran casos de las familias en litigio y entre el 7-9
reales de evaluación pericial). El propio en las no litigantes), resultando lo más
189

habitual la ausencia de posicionamien- el de Cartié et al. (2005), sugiere cifras


to por parte de los menores (entre el de prevalencia del fenómeno SAP del
66-80% en el caso de las familias en 10%. Los autores analizaron una muestra
litigio y entre el 81-83% en las no li- de 83 menores pertenecientes a 69 fami-
tigantes), con una media de rechazo lias catalanas, mediante análisis retros-
parental de 1,85 para las madres y 1,94 pectivo de los expedientes de un equipo
para los padres (en una escala con ran- psicosocial adscrito a los Juzgados.
go de 0 = nada y 5 = extremo). Bernet et al. (2010), con base en es-
Una forma indirecta de evaluar las tudios como los anteriores, señalan que
tasas de prevalencia del fenómeno SAP en los EE.UU. puede existir una tasa de
ha sido el uso de encuestas a profesio- prevalencia del Trastorno por Aliena-
nales encargados de evaluaciones de ción Parental del 1% en menores de po-
custodia. Baker (2007a) en su encuesta blación general (parten del dato de que
sobre 106 profesionales especializados, el 20% de los menores norteamericanos
que decían estar muy familiarizados tienen progenitores separados, según el
con el fenómeno (un 82,1% de ellos), Census Bureau de 2009, y de las esti-
encontró que la mayoría (un 86,2%), maciones de que el 20% de ellos están
había detectado SAP en menos de un implicados en disputas de custodia y el
25% de los casos evaluados. Bow et al. 25% de los menores en tales disputas
(2009), con una metodología similar desarrolla AP, con lo que obtienen un
(con el uso de encuestas por Internet), total de 740.000 menores, i.e. el 1%
encontraron que sus 448 encuestados de los menores de ese país). Los auto-
(profesionales clínico-forenses y del res, aunque admiten que sus cálculos
derecho) señalaban que la media de necesitan estimaciones más precisas,
detección del fenómeno AP era del señalan que la inclusión del TAP en el
26%. Spruijt et al. (2005), en una en- DSM-V ayudará a determinar su preva-
cuesta (también por Internet) realizada lencia de forma más fiable.
en Holanda (N=138) sobre mediadores En cuanto al curso y evolución del
de familia (N=69) y progenitores di- denominado SAP, también destaca la
vorciados (N=69), señalan tasas de 0% escasez de estudios consistentes o con
del fenómeno SAP en grado severo, del respaldo empírico. Waldron y Joanis
9% en grado moderado y del 33% en (1996) describieron, sin base empírica,
grado leve, mientras que el 58% de la que los efectos del SAP podrían concre-
muestra no detectó SAP en ese país (no tarse en síntomas como el autodespre-
hubo diferencias de resultados entre cio, culpa, distorsión de la realidad y
los dos grupos encuestados). problemas psicológicos y emocionales
En España, uno de los muy escasos generales. Baker (2005), mediante el
estudios empíricos que se han realizado, método de entrevista, evaluó a 38 adul-
190

tos de entre 19 y 67 años de edad (selec- por ello mismos, donde los participan-
cionados de forma incidental, mediante tes fueron 127 progenitores separados
una solicitud por Internet), que decían (60 hombres y 37 mujeres con una
haber sufrido SAP en su infancia, y des- media de edad de 42 años, donde úni-
cribió la presencia de síntomas clínicos camente el 6,2% eran custodios), que
como: Baja autoestima y sentimientos pensaban que el otro progenitor había
de autodesprecio (en un 68% de los ca- alienado a los hijos, y se seleccionaron
sos); depresión (un 70%); problemas incidentalmente mediante una encuesta
de consumo de sustancias (un 33%); en una página de Internet. Las principa-
desconfianza hacia sí mismo y hacia los les estrategias de alienación detectadas
demás (un 42%); fomento de la aliena- fueron: hablar mal al menor del otro
ción en sus propios hijos (el 50% de los progenitor (94%), interferir en las visi-
participantes que tenían hijos); divorcio tas o limitarlas (63,5%), manipulación
(un 66% se habían divorciado al me- emocional (53,1%), restringir o limitar
nos una vez y un 25% en más de una el contacto telefónico o el correo con
ocasión), y otros (de los que no aporta el otro progenitor (37,5%), restringir o
porcentajes) tales como: dificultades de limitar el contacto simbólico (37,5%),
identidad, sentimiento de desarraigo, interferir en la información (33,3%),
renunciar a tener hijos para evitar ser alianza insana (29,2%).
rechazado/a por ellos o ira. El aspecto de la unicausalidad en
En general, los autores que han el SAP es uno de los que más críticas
desarrollado la teoría del SAP se han ha recibido, y han surgido reformula-
dirigido a uno solo de los progenitores ciones, que consideran el fenómeno de
como principal causante de los sínto- la AP como una situación compleja,
mas que refleja el menor (e.g. Aguilar, con responsabilidad de todos los par-
2004; Baker, 2006; Cartwright, 1993; ticipantes (e.g. Bolaños, 2008; Kelly
Dunne y Hendrick, 1994; Gardner, y Johnston, 2001; Johnston, 2003). En
1985; Walsh and Bone, 1997). Nueva- la mencionada encuesta de Bow et al.
mente los estudios empíricos centrados (2009) sobre profesionales clínico fo-
en la búsqueda de estrategias o formas renses y del derecho (N=448), el 95%
concretas de elicitación del SAP re- de los participantes entendía el fenóme-
sultan muy escasos. Algunos autores no de la AP como multi-dimensional.
han descrito estas estrategias como en Kelly y Johnson (2001) reformularon la
un continuo de intensidad, desde lo propuesta de Gardner, en el sentido de
evidente a lo subliminal (Waldron y interpretar las respuestas de SAP dadas
Joanis, 1996). Baker y Darnall (2006) por el menor dentro del contexto de un
realizaron un estudio, con evidentes amplio sistema familiar, donde inciden
limitaciones metodológicas, señaladas de forma interactiva sobre la vulnerabi-
191

lidad del propio menor variables como sos en los que se ordenó judicialmente
el conflicto de pareja, la separación hu- un incremento del contacto (los datos
millante, la personalidad de los proge- son descriptivos, y no se aporta método
nitores, la prolongación del litigio o la de evaluación). Dunne y Hendrick
mala gestión profesional (terapeutas y (1994) analizando 26 menores, con
juristas). síntomas de SAP, procedentes de 16 fa-
En cuanto al tratamiento, Gardner milias, señalaban como inefectivas las
desarrolló un método coercitivo de in- psicoterapias tradicionales, ya que el re-
tervención en casos de SAP, que puede chazo parental únicamente pudo remitir
emplear el uso de amenazas (según ex- en 3 casos (de los 16), en los que se optó
presa el propio autor) hacia el progeni- por el cambio de custodia.
tor alienador, dirigidas a promover un El propio Gardner (2001) publicó
cambio de custodia, en casos donde no un estudio de 99 menores con síntomas
se pueden implementar las visitas con de SAP, procedentes de 52 familias eva-
el progenitor no custodio (Gardner, luadas por él en procesos judiciales en
1991, 2001, 2002a). La propuesta de los que recomendó al tribunal el cambio
Gardner (2001) incluye la participa- de custodia o la restricción del contac-
ción de terapeutas formados especial- to con el progenitor alienante. Según
mente en SAP y vinculados al sistema Gardner, de esos 99 casos, en los 22
judicial, y las vías de solución van des- (el 100%) en que el tribunal atendió su
de el simple impulso de las visitas ya prescripción se produjo una reducción
establecidas (en casos de intensidad o eliminación de los síntomas de SAP,
leve), a la obligación legal de someter mientras que esa mejoría sólo se produ-
a tratamiento al menor y al progenitor jo en 7 casos (el 9,1%) de los 77 en los
alienante, en ausencia de confidencia- que no se atendió su orientación pericial
lidad (en casos moderados), o separar (el autor realizó el seguimiento median-
al menor del contacto con el progenitor te una simple llamada telefónica a los
alienante y ponerlo bajo custodia del progenitores alienados, y no contactó
progenitor alienado o comunitaria (en con los alienantes, al parecer porque
casos de intensidad severa). podían estar ofendidos con su dictamen,
Nuevamente destaca la falta de apo- lo que constituye una notable limitación
yo empírico en este tipo de interven- señalada por el propio Gardner).
ciones, mediante estudios controlados En España, Aguilar (2008) señala
metodológicamente. Clawar y Rivlin (sin exponer la metodología utilizada)
(1991) en su estudio longitudinal de 700 que en su experiencia, de 50 casos de
familias durante 12 años, concluyen que menores con síntomas de SAP en grado
la relación parento-filial en situaciones moderado-severo, ninguno mejoró ante
de rechazo mejoró en un 90% de los ca- el uso de psicoterapias tradicionales.
192

Warshak (2010) ha desarrollado un rrollado estrategias de intervención para


programa de intervención, el Family coordinadores terapéuticos designados
Bridges, donde describe un porcenta- por el juzgado en situaciones en las que
je de éxito terapéutico en 22 de los 23 los métodos tradicionales de terapia fa-
menores participantes, pero él mismo miliar son inefectivos.
describe las importantes limitaciones En la encuesta realizada por Bow
del estudio y del método, entre las que et al. (2009), a peritos evaluadores en
destaca su elevada especificidad (úni- procesos de guarda y custodia (N=214)
camente aplicable a aquellas situacio- sobre la frecuencia de sus recomenda-
nes donde el juzgado ordena un cambio ciones de intervención (en una escala
de custodia, interrumpiendo, además, de 1: Nunca, a 7: Siempre) en casos
el contacto con el progenitor “alienan- de AP, los tipos de intervención más
te”), la escasez de la muestra (12 fami- frecuentemente recomendados (con
lias) y el elevado coste (entre 7.500$ y media de 5 o más en esa escala 1-7)
20.000$ de los EE.UU). fueron: Terapia individual con el me-
El planteamiento coercitivo pro- nor; terapias individuales con los pro-
puesto por Gardner ha suscitado nu- genitores o programas de escuelas para
merosas críticas, atendiendo al efecto padres. Otras estrategias recomendadas
lesivo que la permanente amenaza o con menor frecuencia (con puntajes
coacción puede generar sobre los me- medios en torno a 4), fueron: Designar
nores y las personas implicadas, que se especialista de seguimiento; utilización
basa en acciones legales, y no terapéu- de correo electrónico para la comuni-
ticas, o que se orienta a terceras perso- cación; terapia familiar; visitas super-
nas, y no al propio menor (Escudero, visadas; asignación de tutor (Guardian
2008; Hoult, 2006), llegando algunos Ad Litem); supervisión de los inter-
autores a calificar de mala praxis médi- cambios, reducción del contacto con
ca la forma de intervención propuesta el progenitor alienante. Finalmente,
por Gardner (Vaccaro y Barea, 2009). la encuesta detectó otros tipos de in-
Algunos autores (Jaffe et al., 2010) tervención recomendados con mucha
han alertado sobre la dificultad de abor- menos frecuencia (puntaje medio de
dar el problema de la AP únicamente des- 3 o menos en la mencionada escala),
de el juzgado o desde las intervenciones entre las que se encuentra precisamen-
terapéuticas tradicionales, por las limi- te el cambio de custodia (3,37); tera-
taciones que implica el elevado conflic- pia conjunta con ambos progenitores
to familiar que subyace, y han sugerido (3,24); mediación (3,15); sanciones
posibilidades de intervención temprana como multa o cárcel (2,26); internado
desde la prevención. Otras propuestas del menor en centro escolar especiali-
(Ellis y Boyan, 2010) también han desa- zado (1,62) o en centro clínico (1,56).
193

- Implicaciones legales y forenses mas de practicarla (e.g. desacreditar al


no custodio, dificultar el ejercicio de la
En la legislación española no apa- patria potestad, dificultar los contactos
rece específicamente el término SAP y visitas con el progenitor, dificultar-
ni el de AP, pero el ordenamiento civil le el acceso a la información del hijo,
español sí prevé situaciones que pue- interponer denuncias falsas contra él
den relacionarse con este fenómeno, o su entorno, promover mudanzas de
especialmente en lo relacionado con el domicilio injustificadas). El Art. 5 in-
incumplimiento del régimen de visitas dica al juzgador que en casos de AP
(Romero, 2012, Ureña, 2008). En ese puede ordenar la práctica de informe
punto, el Art. 94 del Código Civil, re- pericial biopsicosocial, que deberá ser
coge explícitamente que el progenitor realizado por un técnico cuyo perfil
no custodio tendrá derecho a visitar a profesional y académico acredite su
sus hijos y estar en su compañía, a no pericia para el diagnóstico de este fe-
ser que circunstancias graves lo des- nómeno (Art. 5.2), en un plazo de 90
aconsejen. La Ley de enjuiciamiento días (Art. 5.3). Asimismo, se disponen
civil (L.O. 1/2000) establece en su Art. diversas medidas (Art. 6), que incluyen
776.3 que el incumplimiento reiterado hasta la retirada de la patria potestad o
del régimen de visitas podrá dar lugar la inversión de la opción de custodia,
a la modificación por el juzgador de la además de multas y la imposición de
opción de custodia establecida. Tam- tratamiento biopsicosocial.
bién podría el juzgador imponer multas La ausencia de consenso científico en
económicas al progenitor que incum- lo relativo al fenómeno del denominado
pla las visitas (Art. 709), y podría re- SAP, ha hecho que Juzgados y Tribuna-
clamarse la indemnización por daños les aborden también con cautela su tra-
materiales y morales sufridos por el tamiento, y la doctrina jurídica tampoco
menor y el progenitor perjudicado, con es pacífica, ni dentro ni fuera de España
base en el Art. 1902 del Código Civil, (Clarkson y Clarkson, 2006, 2007; Mar-
pero el proceso suele ser largo y costo- tín, 2009; Hoult, 2006; Tejero y Gonzá-
so (Romero, 2012). lez-Trijueque, 2012; Ureña, 2008).
Un caso especial es el de la legisla- En el contexto norteamericano,
ción brasileña, que dispone de una ley Bow et al. (2009) en su encuesta a ex-
específicamente creada para el fenó- pertos forenses y juristas (N=448), de-
meno AP, Ley Ordinaria N º 12.318, de tectaron que el 74% de los encuestados
26 de agosto 2010, que dispone sobre consideró que el concepto AP no cum-
Alienación parental. El texto legislati- ple los criterios Frye de admisibilidad
vo define de forma explícita los actos como prueba pericial en los juzgados
de AP (Art.2), e identifica diversas for- (i.e. consenso científico general), y el
194

88% consideró que no cumple los re- En Europa, destacó la sentencia


quisitos Daubert (i.e., además del con- del Tribunal Europeo de Derechos
senso científico, que el fenómeno pue- Humanos (TEDH) de Estrasburgo de
da medirse, que se conozcan las tasas 13/07/00, sobre el denominado caso
de error asociadas a la teoría, que haya Elholz, que condenó al estado alemán
sido publicada en revistas sometidas a compensar a un padre (con 35.000
a revisión científica). No obstante, es- marcos alemanes de la época) en con-
tudios como el de Dahir et al. (2005) cepto de daño moral por discrimina-
en una encuesta nacional sobre jueces ción de derechos en cuanto al ejercicio
(N=260) en los EE.UU., sugieren que de su derecho de visitas y la negativa
éstos son altamente flexibles al admitir judicial a acordar informes periciales
los denominados síndromes psicológi- psicológicos sobre el caso. La resolu-
cos (incluido el SAP) como elemento ción no se pronuncia sobre la existen-
de prueba (el 62% aceptaba habitual- cia o no del SAP, pero sí admite todos
mente como prueba la existencia de los motivos del demandante, entre los
síndromes psicológicos, y sólo el 2% que se encontraba la inducción materna
señalaban que exigían el cumplimiento y el consecuente padecimiento de SAP
de los criterios Daubert). por parte de un menor como causa del
Gardner llegó a publicar en su página rechazo parental, así como la impor-
web un conjunto de 50 resoluciones ju- tancia del fenómeno SAP en las reso-
diciales en las que los jueces empleaban luciones de los tribunales de EE.UU.
el SAP como elemento de prueba en sus (Fundamentos de Derecho 33-36 de la
decisiones. Sus detractores no aceptaban mencionada resolución del TEDH).
ese apoyo jurisprudencial, argumentando El mismo Tribunal Europeo de
que ese tipo de resoluciones no sientan Derechos Humanos (TEDH) de Es-
precedente o bien hablan de manera tan- trasburgo ha dictado resoluciones más
gencial del fenómeno, sin admitir su en- recientes relacionadas con SAP:
tidad científica, ni cumplir los requisitos La sentencia del TEDH (Sección
Daubert (Hoult, 2006; Vaccaro y Barea, Quinta), de 20/12/11 (Prodelalova Vs.
2009). A la fecha de redacción del pre- República Checa), condena a la Repú-
sente manuscrito, Warshak (2012), here- blica Checa a compensar a una madre
dero de la página Web de Gardner, recoge con 5.000€ (solicitaba 20.000€) por el
179 resoluciones judiciales (hasta abril daño moral ocasionado a causa de la lar-
de 2011, última actualización) dictadas ga separación entre ella y sus hijos (F.
por tribunales superiores (confirmando 67-70), considerando probada la exis-
las de instancias inferiores) relacionadas tencia se SAP (Hecho probado nº 11).
con denuncias de AP, en 22 estados de los La sentencia del TEDH (Sección
EE.UU. y diversos países. Cuarta), de 11/01/11 (Bordeianu Vs.
195

Moldavia), condena a la República de europea del TEDH en el caso Elholz, en


Moldavia a compensar a una madre el que un menor de cinco años “sufría el
con 10.000€ (solicitaba 25.000€) por el síndrome de alienación parental” (Fun-
daño moral ocasionado ante la falta de damento quinto de la sentencia del TS).
diligencia de las autoridades en facili- Otras resoluciones judiciales de
tar el contacto de la madre con su hija Juzgados y Audiencias de España han
(F. 106), considerando que las autori- basado sus consideraciones sobre la
dades no podían ignorar la presencia de existencia del SAP en la mencionada
SAP en la menor (F. 79-81). sentencia sobre el caso Elholz (Martín,
La sentencia del TEDH (Sección 2009). Al mismo tiempo, el Conse-
Segunda), de 02/11/10 (Piazzi Vs. jo General del Poder Judicial (CGPJ)
Italia) condena a Italia a compensar (Martín, 2008) ha calificado de “pre-
a un padre con 10.000€ (solicitaba ocupante realidad” el uso del SAP en
240.000€) por el daño moral sufrido procesos judiciales, y ha señalado que
ante la ruptura de la relación con su aceptar los planteamientos de Gardner
hijo (F. 67), considerando acreditada la en los procesos de guarda y custodia de
existencia de SAP (F. 12 y F. 59). menores supone someterlos a una tera-
La sentencia del TEDH (Sección pia coactiva y una vulneración de sus
Quinta), de 02/09/10 (Mincheva Vs. derechos por parte de las instituciones
Bulgaria), condena a Bulgaria a com- encargadas de protegerlos.
pensar a una madre con 10.000€ (so- Martín (2009), Magistrada Jefa de
licitaba lo que estimase el tribunal) la Sección del Observatorio contra la
por el daño moral ocasionado (F. 116), Violencia Doméstica y de Género del
estimando el Tribunal que al no obrar CGPJ, en su estudio jurisprudencial de
con la debida diligencia, las autorida- más de 200 sentencias de Audiencias
des internas favorecieron un proceso Provinciales entre los años 2002-2009
de alienación parental (F. 99). relacionadas con el fenómeno del SAP,
En cuanto a la repercusión del fe- concluye que el SAP se utiliza en los
nómeno SAP en la jurisprudencia es- tribunales españoles “con menciones
pañola, éste ha llegado ya hasta la Sala al menos desde 2002 […], y constituye
de lo Civil del Tribunal Supremo (TS), una forma de resistencia al avance de
que en sentencia de 30/06/09, condenó los derechos de las mujeres”.
a una madre a indemnizar con 60.000€, El estudio de Martín (2009) apenas
en concepto de daños morales, al padre aporta datos cuantitativos, pero señala
(que solicitaba 210.000€) de un menor que la mayoría de las resoluciones, un
al que le había sido impedido el contac- 77%, procedía del ámbito civil (en pro-
to paterno-filial. El TS español basa su cedimientos relacionados con la custo-
resolución en la mencionada sentencia dia de los hijos), y el 23% restante
196

del penal (la mayoría respecto a ilícitos El estudio de Ureña (2008) ilustra
de desobediencia o relacionados con perfectamente la controversia judi-
victimización sexual infantil, si bien cial en torno al SAP, aunque tampoco
también aparecieron casos de sustrac- aporta análisis cuantitativo, ni especi-
ción de menores, simulación de delito, fica los criterios de selección ni rango
denuncia falsa, corrupción de meno- temporal de la muestra de jurispru-
res, malos tratos o violencia habitual). dencia analizada. La autora realiza
También concluye (sin datos) que la un análisis cualitativo amplio de las
principal vía de entrada del fenómeno resoluciones, con notable mayor fre-
SAP al estamento judicial es a través cuencia de aquellas que no estiman ni
de informes periciales, tanto públicos acreditan la presencia de SAP. El estu-
como privados, si bien es cada vez más dio muestra también un cuerpo de ju-
frecuente que las propias partes intro- risprudencia que admite el SAP como
duzcan el término en el procedimiento. criterio de decisión, pero no justifica
Otro de los escasos estudios juris- el cambio de custodia, y finalmente
prudenciales publicados es el de Pé- aporta un grupo menor de sentencias
rez (2012), que analizó 21 sentencias que sí consideran la presencia de SAP
publicadas por la editorial Aranzadi como causa suficiente para el cambio
entre los años 2004 a 2011, que hicie- de custodia.
ran referencia al SAP (1 sentencia del
TEDH, 18 de Audiencias Provinciales Método
españolas y 2 de juzgados de instan-
cia). El estudio recoge 17 sentencias Para la elaboración del presente
civiles (relacionadas con custodia de estudio, se analizaron las resoluciones
menores) y 4 penales, y señala que en emitidas por los tribunales colegiados
14 de las 21 se admite la existencia españoles (i.e. aquellos que resuelven
de SAP por parte del juzgador (en 6 con pluralidad de jueces) durante los
no se admitió, y en 1 se acreditó una años 2010 y 2011 que incluyeran el
variante denominada SAP invertido). descriptor “Alienación Parental” en la
De estas 14, en 10 de ellas el SAP era jurisdicción civil.
inducido por la madre, y en las 4 res-
tantes por el padre (mientras que en Las resoluciones fueron analizadas
las 6 en las que no se acreditó SAP, de forma sistemática para la extracción
en la mitad se atribuía al padre y en la de las variables objeto de análisis, que
otra mitad a la madre). La autora no se detallan en el apartado de resultados.
especifica los criterios de selección de
la muestra, lo que limita notablemente Los documentos fueron obteni-
el alcance de sus conclusiones. dos de la base de datos digital del
197

Centro de Documentación Judicial Resultados


(CENDOJ), que garantiza la difusión
de todas las resoluciones judiciales El número total de resoluciones
procedentes de tribunales colegia- judiciales emitidas por los tribunales
dos en España, según el Reglamento colegiados españoles durante los años
3/2010 sobre reutilización de senten- 2010 y 2011 en la jurisdicción civil
cias y otras resoluciones judiciales que contuvieran el término Aliena-
(Boletín Oficial del Estado, Num. ción Parental (AP) fue de 58 (el 95%
282, de 22/11/10). fueron sentencias, i.e. todas, salvo 3
Metodológicamente se trata, por autos judiciales emitidos en 2011).
tanto, de un estudio empírico, con me- En 2010 se emitieron 33 resolucio-
todología cuantitativa, ex post facto, nes (el 56,9% del total) y en 2011 se
dentro de la categoría de historiográ- emitieron 25 (el 43,1% del total). Del
fico bibliométrico (i.e. aquellos que total, 57 resoluciones (el 98,3%) fue-
relacionan variables ya pasadas en los ron emitidas por las Audiencias Pro-
que las unidades de análisis no son vinciales (únicamente una resolución
personas, sino documentos) (Montero fue emitida por un Tribunal Superior
y León, 2007). de Justicia).
Debido a las características del Como se aprecia en la tabla 1, del
estudio, se contó con un censo, no total de resoluciones analizadas, en
muestra, de resoluciones, y el análisis 10 de ellas (el 17,2% del total) se esti-
de datos se realizó mediante análisis mó acreditado por el juzgador la pre-
descriptivo de frecuencias. Por ello, sencia de AP. De ellas, 7 resoluciones
no fue necesario el uso de paquetes es- se emitieron en 2010 (el 21,2% del
tadísticos especializados de software total de ese año), y 3 en 2011 (el 12%
para el análisis inferencial. del total de ese año).
198

Tabla 1. Relación de resoluciones analizadas, según la acreditación o no de


Alienación Parental (AP).
199

El procedimiento (origen del re- Únicamente en una resolución (el 1,7%


curso de apelación) más frecuente del total) se acusó a otras figuras (en ese
fue el de Modificación de Medidas caso a los abuelos y tíos del menor). De
(30 resoluciones), seguido de los Di- las 10 resoluciones donde se acreditó la
vorcios (15 resoluciones) y los Jui- presencia de AP, 6 correspondieron a la
cios Verbales (6 resoluciones) (los 7 figura materna como alienante, 3 a la
procedimientos restantes incluyeron: paterna y 1 a abuelos y tíos.
Separación, Ejecución, Medidas so- La mayoría de las resoluciones judi-
bre los hijos, Alimentos e Incapaci- ciales (el 89,7% del total) describió la pre-
tación). En todo caso, las 58 resolu- sencia de informe pericial. Las 10 resolu-
ciones analizadas se relacionaron con ciones en las que se acreditó la presencia
custodia de los hijos y pensión de ali- de AP incluyeron la presencia de informe.
mentos (incluido un procedimiento La mayor parte de los informes
de incapacitación). descritos en las resoluciones son pú-
La forma de introducción más fre- blicos, bien sea como único informe
cuente del concepto de AP en los pro- del proceso (27 resoluciones, el 46,6%
cedimientos fue el escrito de demanda del total) o acompañados de informes
o recurso presentado por los abogados privados (14, el 24,14% del total). Los
(30 resoluciones, el 51,7% del total), informes privados aportados por las
seguido de los informes periciales (19 partes sin concurso de informe público
resoluciones, el 32,8% del total) y fi- fueron menos frecuentes (6, el 10,4%
nalmente el uso espontáneo del propio del total), y en 7 ocasiones (el 12,1%
juzgador (9 resoluciones, el 15,5%del del total) no fue posible determinar la
total). Sin embargo, en ninguna de las naturaleza (pública o privada) del in-
resoluciones en las que se estimó acre- forme pericial.
ditada la presencia de AP la vía de en- En las 10 sentencias en las que se
trada fue la alegación de parte del ju- acreditó la presencia de AP el jurista
rista (de las 10 detectadas, en 7 de ellas contó con informe pericial, y en ningu-
la vía fue el informe pericial, y en las na de ellas contó únicamente con infor-
3 restantes la evocación espontánea del me privado aportado por las partes. En
propio juzgador). 4 dispuso de informe público, en 3 de
Del análisis de las resoluciones de- informe público y privado y en 3 no fue
tectadas se desprende que la figura que posible determinar su naturaleza.
recibió más acusaciones de ejercer AP Como se aprecia en la tabla 2, de las
sobre los menores fue la materna (38 10 resoluciones donde se acreditó la pre-
resoluciones, el 65,5% del total), si sencia de AP, en 3 se modificó la custodia
bien la figura paterna también fue acu- de los menores (en una de ellas se retiró
sada en 19 de ellas (el 32,8% del total). incluso la patria potestad), y en 2 se su
200

Tabla 2. Tipo de tratamiento seguido en las resoluciones que estimaron AP

primió temporalmente el contacto con el Discusión


progenitor alienante. En 5 de las 10 reso-
luciones la custodia fue materna, y pater- Los resultados obtenidos encajan
na en las 5 restantes. Sólo en 4 de las 10 en la línea de otros trabajos simila-
resoluciones los menores permanecieron res elaborados por juristas (Martín,
bajo custodia de la figura alienante (3 2009, Ureña, 2008), reflejando con-
bajo custodia materna y 1 paterna). Fi- troversia en la jurisprudencia rela-
nalmente, se pautó intervención o segui- cionada con la denominada AP, y ello
miento técnico en 6 de las 10 resolucio- podría reflejar también el profundo
nes donde se acreditó la presencia de AP. debate científico y social, descrito en
201

la introducción, que subyace a este pleiteaba la custodia de los hijos, mien-


controvertido tema. tras que la jurisprudencia emitida por los
Aparentemente, el número de reso- altos tribunales civiles (TS y TEDH), se
luciones relacionadas con AP emitidas relaciona con procesos de custodia en
por los tribunales colegiados españo- origen, pero por indemnizaciones por el
les en 2010 y 2011 no es muy eleva- daño moral ocasionado. De esto puede
do (58, lo que supone una tasa de 2,42 inferirse que la jurisprudencia civil emi-
resoluciones al mes), y es aún menor tida por Audiencias Provinciales españo-
el número de aquellas que conside- las está aún centrada en la acreditación
raron acreditada su presencia (10, lo o no de la AP, y no en su resarcimiento.
que supone una tasa de 5 resoluciones El estudio aporta también datos de
anuales, o 0,17 al mes). Sin embargo, interés sobre la importancia del informe
se evidencia también que el fenómeno pericial en los procedimientos judicia-
ha cobrado gran relevancia forense, les relacionados con AP (el 89,7% del
con estudios previos que citan más de total de resoluciones incluyó uno o va-
200 resoluciones en España (que deben rios informes periciales, y el 100% de
adicionarse a las del presente trabajo), aquellas en las que se estimó acreditada
y resoluciones del Tribunal Supremo la presencia del AP). Algunos estudios
(TS) español y del Tribunal de Estras- (Martín, 2009) apuntaban al informe
burgo (TEDH) en Europa, citadas en pericial como principal vía de entrada
este artículo, que deben adicionarse a del concepto AP en los procedimientos
las descritas en el entorno norteameri- judiciales, y eso parece entrar en con-
cano (Warshak, 2012). tradicción con los datos del presente
Los datos ponen de manifiesto tam- estudio, ya que la principal vía de en-
bién la escasez de estudios controlados trada fue la alegación de las partes (el
de jurisprudencia y la importancia de 51,7% de las resoluciones), seguido de
recoger muestras significativas de reso- los informes periciales (el 32,8%) y del
luciones, ya que apenas se aportan datos propio juzgador (el 15,5% restante), si
cuantitativos, y las diferencias con otros bien la tendencia se invierte en aquellos
trabajos son muy grandes. E.g. Pérez casos donde sí se acreditó AP (un 70%
(2012) aporta datos que sugieren que se de resoluciones se introdujo median-
acredita AP en 14 de las 21 resoluciones te informe pericial y en un 30% por el
analizadas (i.e. el 66,7%), mientras que propio juzgador). En todo caso, sí pare-
en el presente estudio esas resoluciones ce claro que el jurista necesita y se nu-
son 10 de 58 (i.e. un 17,2%). tre del conocimiento científico por vía
Destaca también que toda la jurispru- del perito (como recuerda la legislación
dencia civil analizada en este estudio se brasileña), por lo que parece muy re-
relacionó con procedimientos donde se comendable fomentar la metodología
202

como ya se exponía en otros trabajos didas aparecen recogidas en la legisla-


(Tejero, 2011). ción brasileña ad hoc sobre AP. En todo
Los datos obtenidos sí parecen con- caso, parece deseable que los estudios
sistentes con otros trabajos, como el de científicos avancen en el conocimiento
Pérez (2012), en el sentido de no atri- de la eficacia terapéutica de estas so-
buir exclusivamente la perpetración de luciones, de interés para el jurista, con
AP a la mujer, como se ha denunciado estudios fiables y mejor controlados.
desde algunos ámbitos, aunque sí fue Un punto que mueve especialmente
la figura más culpada. En ese punto, la a la reflexión es la encendida polémica
figura materna fue acusada de inducir asociada al fenómeno AP (habitual-
AP en un 65,5% de las resoluciones mente ligado a un contexto litigante
analizadas (un 60% en los casos en los donde hay vencedores y vencidos). In-
que se acreditó AP), y se acusó a la fi- dependientemente de que esa circuns-
gura paterna en un 32,8% de las resolu- tancia esté limitando el avance cientí-
ciones (un 30% en los casos en los que fico, como se ha denunciado (Bernet et
se acreditó AP), mientras que otras fi- al., 2010), lo cierto es que parece que
guras también aparecieron en un míni- se dispone de escasos datos fiables en
mo porcentaje. El conjunto de los datos aspectos esenciales relacionados con la
apunta más bien a que el concepto AP entidad nosológica del fenómeno, las
se está convirtiendo en un instrumento tasas de prevalencia, el curso clínico,
procesal, o arma arrojadiza, y debería la etiología o las formas de tratamiento.
hacer reflexionar a técnicos y juristas En relación con lo anterior, solucio-
sobre la influencia que esto pueda tener nes como la adoptada por el legislador
en el interés superior del menor. brasileño (con la Ley Ordinaria N º
En cuanto al tratamiento que las 12.318, de 26 de agosto 2010) podrían
resoluciones dieron a la AP, la medida parecer arriesgadas o prematuras, debi-
que más consenso parece tener entre do a la controversia en los datos dis-
los profesionales (Bow et al., 2009), ponibles. En ese punto, en el contexto
la intervención o seguimiento técnico, español, se ha sugerido que en el plano
fue la que más se pautó (en 6 de las 10 civil parecen existir mecanismos sufi-
resoluciones), mientras que también se cientes para el cumplimiento efectivo
detectaron aquellas medidas que han de las visitas parento-filiales (Romero,
sido muy criticadas, como el cambio de 2012, Ureña, 2008). En todo caso es
custodia (en 3 ocasiones) o la supresión muy destacable que un legislador se
del contacto con el progenitor alienan- haya centrado en un concepto, la AP,
te (2 ocasiones), incluso con retirada cuyo origen es clínico-psicológico, y
de la patria potestad, y hubo también ello, unido a la presencia evidente del
sanciones económicas. Todas estas me- fenómeno en la jurisprudencia, de-
203

bería animar al científico (alejado de de resoluciones y son los que primero


posicionamientos ideológicos) al desa- auxilian al ciudadano. Las resoluciones
rrollo de métodos e instrumentos que analizadas en este estudio, proceden de
permitan auxiliar eficazmente a juristas recursos sobre aquellas dictadas por los
y legisladores. juzgados unipersonales, lo que implica
Finalmente, deben recalcarse las diferentes sesgos, relacionados con la
limitaciones del presente estudio, ya complejidad jurídica de los casos y la
que ha permitido conocer el número de capacidad de litigio de las partes. Por
resoluciones de tribunales civiles cole- otro lado, únicamente se analizó la ju-
giados en 2010 y 2011, pero excluye los risprudencia civil, lo que excluye del
juzgados unipersonales de toda España análisis a la jurisdicción penal, donde
(de Familia y Primera instancia), que también hay constancia de repercusión
sin duda emiten un volumen ingente forense del fenómeno.
204

REFERENCIAS

Aguilar, J. M. (2004). Síndrome de Alienación Parental. Hijos manipulados por


un cónyuge para odiar al otro. Córdoba: Almuzara.
Aguilar, J. M. (2007). Interferencia de las Relaciones Paterno Filiales. El Sín-
drome de Alienación Parental y las Nuevas Formas de Violencia Contra la Infancia.
Psicología Educativa, 13, 101-116.
Aguilar, J. M. (2008). El Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.): Interferencia
de las Relaciones Paterno Filiales. En E. Holgado (Dir.), Recientes modificaciones
legislativas para abogados de familia. Madrid. Dykinson.
American Psychological Association (APA) (1994). Guidelines for child custody
evaluations in divorce proceedings. American Psychologist, 49(7), 677-680.
American Psychological Association (APA) (1996).Violence And The Family:
Report of The American Psychological Association Presidential Task Force On Vio-
lence And The Family. Washington, DC: American Psychological Association.
American Psychological Association (APA) (2008). Revision of APA Statement on
Parental Alienation Syndrome. En: Board for the Advancement of Psychology in the
Public Interest. Agenda Book, March 28-30, Item nº. 18, Pp. 233-235. Washington,
DC: American Psychological Association.
American Psychological Association (APA). (2010). Guidelines for Child Custo-
dy Evaluations in Family Law Proceedings. American Psychologist, 65(9), 863–867.
Baker, A. J. L. (2005): The Long-Term Effects of Parental Alienation on Adult
Children: A Qualitative Research Study. American Journal of Family Therapy, 33,
289-302.
Baker, A. J. L. y Darnall, D. (2006). Behaviors and strategies of parental aliena-
tion: A survey of parental experiences. Journal of Divorce and Remarriage, 45(1/2),
97-124.
Baker, A. J. L. (2006). Patterns of parental alienation: A qualitative research study.
American Journal of Family Therapy, 34(1), 63-78.
Baker, A. J. L. (2007a). Knowledge and attitudes about the parental alienation
syndrome: A survey of custody evaluators. American Journal of Family Therapy,
35(1), 1-20.
Baker, A. J. L. (2007b). Adult children of parental alienation syndrome: Breaking
the ties that bind. New York: Norton & Co.
Bernet, W., von Boch-Galhau, W., Baker, A. J. L. y Morrison, S. L. (2010) ‘Pa-
rental Alienation, DSM-V, and ICD-11’, The American Journal of Family Therapy,
38(2), 76-187.
Bernet, W. (2008). Parental alienation disorder and DSM–V. American Journal of
205

Family Therapy, 36(5), 349–366.


Bolaños, I. (2008). Hijos Alineados y Padres Alienados. Mediación Familiar en
Rupturas Conflictivas. Madrid: Editorial Reus.
Bow, J. N, Gould, J. W. y Flens, J. R. (2009). Examining Parental Alienation in
Child Custody Cases: A Survey of Mental Health and Legal Professionals. The Ame-
rican Journal of Family Therapy, 37(2), 127-145.
Cartié, M., Casany, R., Domínguez, R. y Gamero C. (2005). Análisis descriptivo
de las características asociadas al síndrome de alienación parental (SAP). Psicopato-
logía Clínica Legal y Forense, 5(1-3), 5-30.
Cartwright, G. F. (1993). Expanding de parameters of Parental Alienation Syndro-
me. American Journal of Family Therapy, 21(3), 205-215.
Clarkson, D. y Clarkson, H. (2006). The Unbrekable Chain Under Pressure: The
Management of Post-separation Parental Rejection. Journal of Social Welfare & Fa-
mily Law, 28, 251-266.
Clarkson, H. y Clarkson, D. (2007). Confusion and Controversy in Parental Alie-
nation. Journal of Social Welfare & Family Law, 29, 265-275
Clawar, S. S. y Rivlin, B. V. (1991): Children held hostage: Dealing with progra-
mmed and brainwashed children. Chicago. American Bar Association.
Dahir, V. B., Richardson, J. T., Ginsburg, G. P., Gatowski, S. I., Dobbin, S. A., y
Merlino, M. L. (2005). Judicial application of Daubert to psychological syndrome
and profile evidence: A research note. Psychology, Public Policy & Law, 11(1), 62-82.
Dunne, J. y Hedrick, M. (1994): The parental alienation syndrome: an analysis of
sixteen selected cases. Journal of Divorce & Remarriage, 21(3/4), 21-38.
Ellis, E. y Boyan, S. (2010). Intervention Strategies for Parent Coordinators in
Parental Alienation Cases. The American Journal of Family Therapy, 38, 218-236.
Escudero, A., Aguilar, L. y De La Cruz, J. (2008). La lógica del Síndrome de Alie-
nación Parental de Gardner (SAP): “Terapia de la amenaza”. Revista de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría, 28(102), 283-305.
Faller, K. C. (1998). The parental alienation syndrome: What it is and what data
support it?. Child Maltreatment, 3, 100-115.
Gardner, R. A. (1985). Recent trends in divorce and custody litigation. The Aca-
demy Forum, 29(2), 3-7.
Gardner, R. A. (1989), Family Evaluation in Child Custody Mediation, Arbitra-
tion and Litigation. Cresskill, NJ: Creative Therapeutics, Inc.
Gardner, R. A. (1991). Legal and psychotherapeutic approaches to the three types
of parental alienation syndrome families: when psychiatry and the law join forces.
Court Review, 28(1), 14-21.
Gardner, R. A. (1992a), The Parental Alienation Syndrome: A Guide for Mental
206

Health and Legal Professionals. Cresskill, NJ: Creative Therapeutics, Inc.


Gardner, R. A. (1992b), True and False Accusations of Child Sex Abuse. Cresskill,
NJ: Creative Therapeutics, Inc.
Gardner, R. A. (1998). Recommendations for dealing with parents who induce
a parental alienation syndrome in their children. Journal of Divorce & Remarriage,
28(3–4), 1–23.
Gardner, R. A. (1999), Differentiating between the parental alienation syndrome
and bona fide abuse/neglect. American Journal of Family Therapy, 27(2), 97-107.
Gardner, R. A. (2001). Should Courts Order PAS Children to Visit/Reside with
the Alienated Parent? A Follow-up Study. American Journal of Forensic Psychology,
19(3), 61-106.
Gardner, R. A. (2002a). Parental alienation syndrome vs. parental alienation:
Which diagnosis should be used in child-custody litigation?. The American Journal
of Family Therapy, 30(2), 101-123.
Gardner, R. A. (2002b). Denial of the Parental Alienation Syndrome Also Harms
Women. The American Journal of Family Therapy, 30(3), 191-202.
Gardner, R. A. (2003). Does DSM-IV Have Equivalents for the Parental Aliena-
tion Syndrome (PAS) Diagnosis? The American Journal of Family Therapy, 31(1),
1-21.
Gardner, R. A. (2004). Commentary on Kelly and Johnston’s “The Alienated
Child: A Reformulation of Parental Alienation Syndrome”. Family Court Review, 42,
611-621.
Hoult, J. (2006). The Evidentiary Admissibility of Parental Alienation Syndrome:
Science, Law, and Policy. Children’s Legal Rights Journal, 26(1), 1-61.
Jaffe, P. G., Ashbourne, D. y Mamo, A. A. (2010). Early identification and pre-
vention of parent child alienation: A framework for balancing risks and benefits of
intervention. Family Court Review, 48(1), 136–152.
Jarne, A. y Arch, M. (2009). DSM, Salud Mental y Síndrome de Alienación Paren-
tal. Papeles del Psicólogo, 30(1), 86-91.
Johnston, J, R. (2003). Parental alignments and rejection: an empirical study of
alienation in children of divorce. Journal of the American Academy of Psychiatry and
the Law, 31, 158-170.
Kelly, J. B. y Johnston, J. R. (2001). The alienated child: A reformulation of pa-
rental alienation syndrome. Family Court Review, 39(3), 249–266.
Lorente, M. (2009). Los Nuevos Hombres Nuevos. Los Miedos de Siempre en los
Tiempos de Igualdad. Barcelona: Ediciones Destino.
Luengo, D. y Coca, A. (2007). Hijos Manipulados Tras la Separación. Cómo de-
tectar y tratar la Alienación Parental. Barcelona: Viena Ediciones.
207

Martín, P. (2009). Resistencias a la aplicación de la ley integral. El supuesto SAP


y su proyección en las resoluciones judiciales. III Congreso de Violencia Doméstica
y de Género. Madrid.
Martín, P. (Coord.) (2008). Guía de criterios de actuación judicial frente a la
violencia de género. Madrid: Consejo General del Poder Judicial.
Moné, J. G. y Biringen, Z. (2006). Perceived parent–child alienation: Empirical
assessment of parent–child relationships within divorced and intact families. Journal
of Divorce and Remarriage, 45(3–4), 131-156.
Montero, A. (2007). Síndrome de Alienación Patriarcal. El Correo, 30 de junio
de 2007.
Montero, I. y León, O. G. (2007). A guide for naming research studies in Psycho-
logy. International Journal of Clinical and Health Psychology, 7, 847-862.
Paz, J. I. (2007). El llamado Síndrome de Alienación Parental. Estudios de Dere-
cho Judicial, 139, 125-154.
Paz, J. I. (2009). La prueba Pericial. III Congreso de Violencia Doméstica y de
Género. Madrid.
Pereda, N. y Arch, M. (2009). Abuso Sexual Infantil y Síndrome de Alienación
Parental. Cuadernos de Medicina Forense, 15(58), 279-287.
Pérez, M. T. (2012). Implicación y utilización de los hijos en los procesos de se-
paración y divorcio. Revista Aranzadi Doctrinal, 11, 1-15.
Rand, D. C. (2011). Parental Alienation Critics and the Politics of Science. The
American Journal of Family Therapy, 39, 48-71.
Romero, A. M. (2012). Los abusos del régimen de visitas como supuestos de in-
cumplimiento. Actualidad Jurídica Aranzadi, 844, 1-3.
Rueda, C. (2004). An Inter-rater Reliability Study of Parental Alienation Syndro-
me. American Journal of Family Therapy, 32(5), 391-403.
Segura, C., Gil, M. J. y Sepúlveda, M. A. (2006). El Síndrome de Alienación Pa-
rental: Una forma de Maltrato Infantil. Cuadernos de Medicina Forense 12(43-44),
117-118.
Siegel, J. y Langford, J. (1998). MMPI-2 Validity Scales and Suspected Parental
Alienation Syndrome. American Journal of Forensic Psychology, 16, 5-14.
Spruijt, E., Eikelenboom, B., Harmeling, J., Stokkers, R. y Kormos, H. (2005).
Parental Alienation Syndrome (PAS) in the Netherlands. The American Journal of
Family Therapy, 33(4), 303-317.
Tejedor, A. (2006). El Síndrome de Alienación Parental. Una Forma de maltrato.
Madrid: Editorial EOS.
Tejedor, A. (2007). Intervención ante el Síndrome de Alienación Parental. Anua-
rio de Psicología Jurídica, 17, 79-89.
208

Tejero, R. (2011). La importancia de los protocolos forenses en los procedimien-


tos de guarda y custodia y regulación de régimen de visitas. Actas del I Seminario
Internacional de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica, Bogotá (Co-
lombia), 57-78.
Tejero, R. y González-Trijueque, D. (2012). El denominado Síndrome de Alie-
nación Parental (SAP) en situaciones de custodia disputada y sus implicaciones fo-
renses. Pp. 659-681. En S. Delgado (Dir.), Tratado de Medicina Legal y Ciencias
Forenses (Tomo IV). Barcelona: Editorial Bosch.
Turkat, I. D. (2002). Parental Alienation Syndrome: A Review of Critical Issues.
Journal of the American Academy of Matrimonial Lawyers, 18, 131–176
Ureña, M. (2008). Malos tratos a menores en al ámbito familiar (Replanteamiento
de las instituciones Jurídico-civiles protectoras de menores). Cuadernos de Aranzadi
Civil Num. 33/2008. Pamplona: Aranzadi.
Vaccaro, S. y Barea, C. (2009). El Pretendido Síndrome de Alienación Parental.
Bilbao: DESCLÉ BROWER.
Vallejo, R., Sánchez-Barranco, F. y Sánchez-Barranco, P. (2004). Separación o
divorcio: Trastornos psicológicos en los padres y los hijos. Revista de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría, 92, 91-110.
Waldron, K. H. y Joanis, D. E. (1996). Understanding and Collaboratively Trea-
ting Parental Alienation Syndrome. Journal of Family Law, 10, 121-133.
Walker, L. E. y Shapiro, D. L. (2010). Parental Alienation Disorder: Why Label
Children with a Mental Diagnosis?, Journal of Child Custody, 7(4), 266-286.
Walsh, M. R. y Bone, J. M. (1997). Parental alienation syndrome: An age–old
custody problem. Florida Bar Journal, 71(6), 93-96.
Warshak, R. A. (2010). Family Bridges: Using insights from social science to
reconnect parents and alienated children. Family Court Review, 48(1), 48-80.
Warshak, R. A. (2012). Parental Alienation Case Law. Recuperado el 10 de sep-
tiembre de 2012 de http://www.warshak.com/alienation/pa-references/paslegal.html
Weigel, D. J., y Donovan, K. A. (2006). Parental alienation syndrome: Diagnostic
and triadic perspectives. Family Journal: Counseling and Therapy for Couples and
Families, 14(3), 282.

View publication stats

You might also like