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La guerra

con chile.
Crisis
económica
de

0
"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y


EDUCACION

CARRERA ACADEMICO PROFESIONAL DE


CIENCIAS CONTABLES
TEMA
“La guerra con chile. Crisis económica de posguerra”

Integrantes : DE LA CRUZ MATAMOROS ELIZABETH


CAPCHA SANCHEZ CRISTIAN
EGAS OSORIO CARMEN
TUNQUE C, HOOVER ROY

Catedrático : MG.YAH0SKA OBANDO SILVA

Cátedra : ECONOMIA I

Ciclo : V

Huancavelica – Perú

2019

1
2
INTRODUCCION

La guerra con Chile es un periodo sangriento para nuestro país y es de suma importancia para
nuestra historia poder estudiar los antecedentes de esta guerra, saber porque surge el
protagonismo de Perú si de principio se sabe por el marco histórico que esto era un conflicto entre
Bolivia y Chile por un tema limítrofe.
Analizaremos las perspectivas de los 3 países involucrados para así poder evaluar y estudiar su
historia.
Es importante no solo evaluar el porqué de la guerra si no remontarnos al contexto económico,
social, político en que se encontraba el país analizando los cambios que sufrió.
En 1879, Chile, Perú y Bolivia libraron una guerra total durante cerca de cuatro años por el control
del desierto de Atacama, que tiene un subsuelo muy rico en recursos mineros. Todavía hoy sus
consecuencias son fuente de discordia entre Chile y sus vecinos. Más allá de la dimensión
geoestratégica, esta guerra constituyo un vasto campo de experimentación para los estrategas,
tanto en el plano de lo material, particularmente naval, como en el de las doctrinas.

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Los alumnos.

INDICE

1. SITUACIÓN INTERNACIONAL 5

2. ECONOMÍA EN BOLIVIA 6

3. ECONOMÍA EN CHILE 8

3.1. LA PROPIEDAD DE LAS SALITRERAS DE TARAPACÁ


9

3.2. LOS BENEFICIOS DE LOS DEPÓSITOS DE GUANO EN LOS TERRITORIOS


OCUPADOS 10

3.3. FABRICACIÓN DE ARMAS Y PERTRECHOS 10

4. ECONOMÍA EN PERÚ 11

4.1. RECONSTRUCCION NACIONAL 12

4.2. CONTRATO GRACE 12

4.3. DIFERENTES AGRUPACIONES E INTERESES DE LOS ACREEDORES 14

4.4. INTENTOS DE EE.UU. DE EXPULSAR A GRAN BRETAÑA DEL MERCADO


LATINOAMERICANO 15

4.5. ACREEDORES BRITÁNICOS ACEPTAN OFERTA CHILENA

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5. CONSECUENCIAS
16

5.1. BOLIVIA 17

5.2. CHILE 17

5.3. PERÚ 18

5.4. OTROS PAÍSES 18

6. CONCLUSIONES 19

7. ANEXOX 20

8. BIBLIOGRAFIA 22

LA GUERRA CON CHILE

(Crisis económica de posguerra)

1. SITUACIÓN INTERNACIONAL

La Guerra del Pacífico sorprendió a los tres beligerantes en medio de una crisis general del
sistema económico mundial al que, después del enclaustramiento colonial, habían logrado
integrarse con mayor o menor éxito. La crisis mundial fue causada por el Pánico de 1873 y la
consiguiente Gran Depresión (1873-1896).
La Revolución industrial había establecido una división del trabajo entre los países conectados
al comercio mundial: en países centrales, Europa y EE.UU., productores de manufacturas,
prestamistas de capital y tecnología y países abastecedores de materias primas.
Los tres países participaban en el mercado mundial con exportaciones a Europa y EE.UU. de
estaño, plata y salitre (Bolivia), algodón, azúcar, guano y salitre (Perú) y cobre, plata y trigo
(Chile). Desde los países centrales se importaban los todos tipos de manufacturas, ya que
existían pocas de ellas que pudiesen competir con los productos los países industrializados:
telas, máquinas, armas, locomotoras, barcos, etc. Esto significaba que el armamento más
moderno de los beligerantes debía ser comprado, y transportado desde Europa o los EE.UU. a
través del estrecho de Magallanes, cruzar el Istmo de Panamá o ser transportado por tierra a
través de la Argentina.
El comercio entre los tres países, antes de la guerra era reducido, con la excepción del
comercio exterior boliviano que fue dependiente del puerto peruano de Arica.

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De los países en guerra, Chile era el más adelantado en industria, finanzas y comercio. Su
progreso y estabilidad habían atraído capitales europeos que dinamizaban su economía.
Inversiones chilenas habían iniciado en Perú y Bolivia (Corocoro, Huanchaca, Caracoles, CSFA,
Banco Nacional de Lorenzo Claro) la explotación del salitre y otros minerales.
Aunque Perú era el país que más ingresos tenía, por sus exportaciones de guano
principalmente, el despilfarro y la desidia habían conducido a la paradoja de que tras la
fabulosa Era del Guano financiada con los ingresos del fertilizante natural, en 1876 el país
quedó endeudado, en cesación de pagos y sin acceso al mercado internacional del dinero
(préstamos).
La preponderancia económica británica estaba lentamente dando paso a la estadounidense, no
sin conflictos, como se demostró durante la guerra. James G. Blaine, ministro de RR.EE. de los
EE.UU. quería acelerar el proceso expansivo de su industria e intervino activamente en las
negociaciones de paz, pero no pudo alcanzar sus objetivos, que eran entregar las salitreras a
intereses norteamericanos para su explotación.
Una de las empresas británicas que tuvo una participación casi directa en los inicios del
conflicto fue la Casa Gibbs de Londres, una compañía que fue dueña de grandes oficinas
salitreras en Perú, tuvo a su cargo la venta de salitre peruano en Europa, financió al gobierno
peruano, pero que también tenía una participación minoritaria en la compañía chilena CSFA. La
Casa Gibbs, por medio de su sucursal en Valparaíso, intentó infructuosamente influenciar al
directorio de la CSFA para disminuir la cantidad de salitre producido en Bolivia para asegurar el
control peruano sobre el precio internacional del salitre.
CAMBIO DE MONEDAS:

Durante la guerra variaron los términos de intercambio entre las diferentes monedas en
curso, estas eran el peso chileno, el sol peruano de plata, el sol peruano de papel, el inti
peruano, el boliviano (moneda de Bolivia), el dólar estadounidense, el franco francés y la
libra esterlina.

En Recuerdos de una Misión en el Ejército Chileno, el observador Eugène Marie Le Léon


sostiene que tras la ocupación de Lima se pagaba el salario de los soldados chilenos
usando los soles de papel capturados por la Expedición Lynch al cambio 1 peso chileno
por 10 soles peruanos de papel. Según él, el peso chileno habría perdido en los
momentos más críticos la mitad de su valor, pero que al final (se refiere a la ocupación
de Lima que finalizó su presencia en la costa peruana) costaba tres francos franceses. El
sol de plata costaba entre 3.5 y 4.5 francos, pero no dice cuándo.

2. Economía en Bolivia

Bolivia es la articulación de la causas de la guerra, sin la cual es imposible su


entendimiento.

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La situación de Bolivia estaba caracterizada por el aislamiento, por los largos, inhóspitos
y difíciles caminos para comunicarse con otros países a través de la Cordillera de los
Andes, el Desierto de Atacama o los largos caminos a Buenos Aires. La capital, La Paz,
no estaba conectada al mundo por el telégrafo y las noticias debían ser enviadas a Arica
o Tacna a pie. Para el viaje a Cobija se necesitaban 15 días, a Arica 5 o 6 días, para
Mollendo se debía viajar a pie, luego el lancha y por último en tren. Existieron, durante la
crisis 1878-79, negociaciones para extender el ferrocarril de Antofagasta al Altiplano, pero
lamentablemente no prosperaron.

Dada la falta de estadísticas oficiales para describir la gravedad de la situación social y


económica de Bolivia antes de la guerra, el historiador boliviano Roberto Querejazu utiliza
la metáfora de los jinetes del apocalipsis: la peste, el hambre, la muerte y por último la
regencia de Hilarión Daza. Sequía, paludismo y disintería azotaron Bolivia sin
misericordia. La sequía causó una baja de la producción agrícola con la consiguiente
hambruna entre los pobres. La peste y el hambre se enseñorearon en Bolivia.

Los productos de exportación de Bolivia eran la plata, el estaño y el salitre. Pero este
último no contribuía directamente a la recaudación fiscal dado que la empresa chilena
(CSFA) que lo extraía lo exportaba exenta de impuestos en consideración a que había
debido financiar la completa infraestructura (caminos, puertos de embarque,
abastecimiento, vivienda, etc.) de la región desértica necesaria para iniciar la explotación.
La compañía aducía que un alza de impuestos haría la explotación de yacimientos de tan
baja ley económicamente inviable.

El Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1874 había definido la frontera pero también
obligaba a Bolivia por 25 años a no alzar ni crear nuevos impuestos sobre capitales ni
personas chilenas en la región salitrera. El tratado mezcló derechos soberanos con
derechos económicos, que aunque limitados en el tiempo, conducirían a los países
vecinos a la guerra.

La falta de un puerto cercano a sus centros poblados obligó a Bolivia a depender del
puerto peruano de Arica, lo que era utilizado por Perú para cobrar aranceles leoninos a
las importaciones bolivianas, país que a su vez alzaba los aranceles a productos
importador por Arica para impulsar al alicaído puerto de Cobija, en aquel entonces
boliviano. Tras décadas de amenazas, tratados fallidos y ocupaciones, el 26 de octubre
de 1878, se acordó el Tratado de Comercio y Aduana entre Perú y Bolivia que liberaba el
7
comercio entre ambos países.3:pág.55 El 7 de junio de 1881, con Lima ocupada por
tropas chilenas, Perú y Bolivia celebraron el Tratado de Comercio y Aduanas que
estableció franquicias especiales para cada una de las partes, esto después de que Chile
había autorizado a petición de Bolivia el tránsito de mercaderías a Bolivia y el gobierno
peruano de la sierra había protestado por la colaboración chileno-boliviana.3:pág.56

El 15 de abril de 1879, apenas iniciada la guerra, los aliados celebraron un acuerdo por el
cual el Perú contribuiría a la guerra con 8.000 hombres más su Marina y Bolivia con
12.000 hombres y además rembolsaría al Perú los gastos causados por esta a través de
la retención del 50% de la recaudación aduanera de Bolivia en Arica y Mollendo y de
todos los ingresos por exportaciones de salitre, gastos que serían pagados por Chile tras
su derrota como reparaciones de guerra. Los intentos chilenos de apartar Bolivia de su
alianza con el Perú, hechos públicos por Daza, lograron que el 15 de junio los aliados
acordaran, en un nuevo tratado, compartir los costos por partes iguales.

Sin embargo, las arcas fiscales bolivianas no permitían tales empresas y tras la derrota
en la Campaña de Tacna y Arica, el ejército boliviano, o lo que quedaba de él, volvió al
altiplano y no participó más en la guerra. Dado que no tenía una marina de guerra, la
participación posterior fue solo económica y de apoyo diplomático al Perú.

Con las costas occidentales de América del Sur vigiladas por la Armada de Chile, Bolivia
se convirtió en un corredor para armas y pertrechos traídos desde Buenos Aires.

Cuando Bolivia perdió toda esperanza de recuperar militarmente el territorio de


Antofagasta, trató de involucrar a los Estados Unidos en la guerra por medio de una
oferta de concesiones salitreras a cambio de la garantía estadounidense de la integridad
territorial de Bolivia. La oferta fue desechada por el gobierno Yanqui.

La moneda boliviana era el Boliviano y su valor era de aproximadamente 0.154 libra


esterlina.

El 18 de febrero de 1879, cuando la noticia de la ocupación de Antofagasta aún no era


conocida en La Paz, se ratificó un acuerdo comercial con Perú, que había sido
largamente preparado y debatido, y que Perú ya había aprobado. Disponía el libre
tránsito de mercaderías hacia Bolivia por Perú a cambio de un arancel de 5% por
servicios de puerto, aduanas y muelles. Los productos peruanos entrarían sin pago de
aranceles a Bolivia con excepción de los alcoholes y el ron que debían pagar un 5%. Este
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acuerdo tenía para Perú la ventaja de eliminar Bolivia como potencial refugio y apoyo a
Nicolás de Piérola.

3. ECONOMÍA EN CHILE

Tras una larga fase de estabilidad política, en la década de los 1870 Chile exportaba
principalmente cobre, plata y trigo, pero también lana y existía una incipiente producción
industrial. Con la ventaja de ser el primer puerto de atraque en el Pacífico de los barcos
provenientes de Europa, en el puerto se desarrolló una gran dinámica comercial que
tenía vínculos con Perú, Bolivia, Estados Unidos y Australia para el intercambio de
mercaderías, noticias y capitales. Desde Valparaíso se abastecía las regiones salitreras
de Tarapacá y Antofagasta, enviaba trigo a Australia y California, estaba radicada la
CSFA, se transaba el salitre que partía a Europa y estaba comunicado por telégrafo con
Buenos Aires, Londres, París y Nueva York.

Los intereses chilenos en los países aliados se basaban en inversiones en minería


boliviana (Corocoro, Huanchaca, Caracoles y Antofagasta) pero también en bancos
bolivianos que habían sido co-fundados por inversionistas chilenos como Lorenzo Claro.
En el Perú los chilenos habían estado entre los primeros que habían creado empresas
para la extracción del salitre, pero sus propiedades fueron estatizadas en 1875 bajo la ley
del Monopolio peruano del salitre. En ambos países vivían miles de trabajadores chilenos
que trabajaban en las salitreras, la construcción de vías férreas, en los puertos y hasta en
la marina peruana. Todos ellos fueron expulsados del Perú y del altiplano boliviano al
comienzo de la guerra.

Aunque los tres países sufrieron las consecuencias de la crisis económica internacional
en 1878, Chile era el que mejor pie tenía.

En 1860 el estado normó la emisión de billetes, todos emitidos por bancos privados, y en
1873 debió anunciar el fin de la convertibilidad. Temiendo que los bancos casi insolventes
fueran asediados por las solicitudes de reintegros, la administración de Pinto tomó la
drástica medida de declarar la inconvertibilidad del papel-moneda(julio de 1878).

Chile también había sido un deudor impago pero en menor medida que el Perú.

3.1. LA PROPIEDAD DE LAS SALITRERAS DE TARAPACÁ

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La propiedad privada de las salitreras de Antofagasta nunca fue puesta en duda. Pero una
vez ocupadas en noviembre de 1879 las salitreras de Tarapacá, el gobierno chileno debió
decidir cómo integrar las ganancias de la zona al esfuerzo bélico. Se debía determinar a
quién pertenecían (al estado chileno, peruano o a los tenedores de bonos de deuda) y cuál
era la mejor forma de reiniciar el trabajo y la exportación después de la paralización
causada por la partida de los trabajadores chilenos, el bloqueo naval y la destrucción de las
instalaciones de embarque. Para ello se formaron dos comisiones que debía analizar la
situación y entregar una propuesta de acción. Considerando que:

 la soberanía sobre la región de Tarapacá era aún incierta


 el estado no disponía de capital para reiniciar los trabajos ni menos para nuevas
inversiones

 la guerra requería gran parte de la mano de obra chilena

 el estado no tenía los conocimientos (know how) para gestionar la industria

 los tenedores de certificados de deuda (con que Perú pagó la expropiación a los
propietarios) exigían el pago de los documentos

 los tenedores de bonos peruanos (que habían prestado dinero a Perú en 1869, 1870
y 1872) exigían el pronto pago de la deuda que tenía como garantía los depósitos de
guano y salitre

Ambas comisiones aconsejaron devolver las salitreras a los antiguos dueños o a los
propietarios de los bonos de deuda, lo que el estado hizo.
Durante el primer año de la guerra, las continuas derrotas aliadas habían bajado el precio
de los bonos que la estatización había entregado a los propietarios de las salitreras. En
esa situación un astuto aventurero inglés, John Thomas North, compró una buena parte
de los bonos, probablemente a sabiendas de que el estado chileno respetaría la propiedad
de los tenedores de bonos. De esa manera al entregar el estado chileno las salitreras a los
poseedores de bonos, no se las entregó a los antiguos dueños sino a nuevos dueños.
Para financiar la guerra el estado chileno impuso ya en 1879 un impuesto de ₤ 2.57 por
tonelada exportada de salitre a todas las empresas salitreras, de Tarapacá, Antofagasta y
Atacama.

3.2. LOS BENEFICIOS DE LOS DEPÓSITOS DE GUANO EN LOS TERRITORIOS


OCUPADOS

Antes de la guerra el gobierno peruano había garantizado los préstamos de 1869,


1870 y 1872 que sumaban más de ₤ 30.000.000 con hipotecas sobre los depósitos
de guano y salitre. El estado chileno permitió por decreto del 22 de febrero de 1880
que los deudores extrajeran guano de los depósitos bajo su control a cambio de un
10
reducido arancel de ₤ 1.50 por tonelada. Tiempo después fue más severo y aumentó
las exigencias. Primero lo limitó al tiempo que durase la guerra, ordenó registrarse
ante las autoridades y el 2 de mayo de 1881 nombró la Casa Gibbs de Londres
como consigné, quitando completamente el control de los acreedores sobre los
movimientos de dinero. El 9 de febrero de 1882 Chile terminó la concesión a los
acreedores y comenzó a depositar el dinero en una cuenta hasta que los acreedores
lograran un acuerdo sobre prioridades. El asunto comenzó a tener más y más
ramificaciones internacionales que resumiremos en la sección Perú de este artículo.

3.3. FABRICACIÓN DE ARMAS Y PERTRECHOS

En Chile se fabricaban cañones en una maestranza de Limache ya antes de la


guerra y durante la guerra se logró instalar una fábrica de municiones para fusiles.
También se armaron en Valparaíso lanchas torpederas que habían sido sacadas
desarmadas de Gran Bretaña.

4. ECONOMÍA EN PERÚ

Desde los comienzos de la década de 1840 hasta los inicios de la guerra con Chile en
1879, la vida económica y política del Perú descansó, de una manera u otra, sobre la
explotación del guano de las islas.

Con el inicio del bloqueo chileno de los puertos de exportación peruanos inmediatamente
se abrió un forado en las finanzas peruanas. El año 1879 se habían previsto en el
presupuesto, aprobado en febrero de 1879, ingresos fiscales por el monto de Soles
15.257.698 pero el bloqueo chileno de los puertos de exportación los redujo a Soles
8.078.555. Se ha calculado que se hubiesen necesitado Soles 55.000.000 para solventar
los gastos del primer año de la guerra. Peor aún, La Peruvian Guano, consignataria del
guano peruano en Europa suspendió las remesas al estado peruano debido a que con el
bloqueo se había debido suspender la carga de la mercadería.

Jorge Basadre describe la situación de los flujos de remesas al Perú por concepto del
guano así:

“Con la certeza de que la Peruvian Guano Company, es decir la entidad


beneficiaria del contrato de 1876, era hostil y considerando también que la casa
Dreyfus se negaba a colaborar en espera de la revolución de Piérola,

11
empezaron los comisionados a tratar con un tercer interesado: la Sociedad
General de Crédito Industrial y Comercial de Paris.10:p2390”

Uno tras otro pasaron 6 ministros de finanzas por el gabinete de Prado sin lograr
estabilizar la situación económica.

El presidente Mariano Ignacio Prado había enviado a Europa a Rosas y Goyeneche como
renegociadores de los contratos del guano. Tras la caída de Prado, Piérola, el nuevo
mandatario, firmó decretos en que reconocía deudas con la Peruvian Guano y la casa
Dreyfus, provisionalmente, a cambio de un préstamo de £ 1.000.000 por la casa Dreyfus.
En París, Rosas y Goyeneche también rescindieron el contrato con la Peruvian Guano,
pero firmaron otro con la Credit Industriel. Piérola anuló este contrato, embargó las
propiedades de Rosas y Goyeneche y prohibió la circulación del periódico El Comercio
que había publicado una defensa de Rosas.

4.1. RECONSTRUCCION NACIONAL

Tras la guerra del Pacífico, se inició el período de la Reconstrucción Nacional, es


decir, de resurgimiento económico, político y social. Aunque fue este un período de
relativa calma, en realidad el país no conoció la reactivación económica ni la paz
política sino hasta 1895. Esta etapa es también conocida como la del Segundo
Militarismo, pues los caudillos militares volvieron al ruedo político, aunque esta vez
no como vencedores, sino como vencidos.

El gobierno de Iglesias, firmante de la paz con Chile, era enormemente impopular.


Quien gozaba de renombre era el general Cáceres, el héroe de la resistencia. El
país quedó dividido en dos bandos: los "azules", que seguían a Iglesias, y los
"rojos", a Cáceres. Estalló la guerra civil de 1884-1885. Cáceres logró
«huaripampear» o poner fuera de juego al ejército principal de Iglesias en la sierra
central, en una brillante estrategia militar, luego de lo cual atacó Lima, donde puso
sitio al Palacio de Gobierno, en noviembre de 1885. Iglesias se vio obligado a
renunciar a la presidencia y el poder quedó provisoriamente en manos del Consejo
de Ministros presidido por Antonio Arenas. Este convocó a elecciones en las que
ganó abrumadoramente Cáceres.

El primer gobierno de Andrés A. Cáceres (1886-1890) afrontó la reconstrucción del


país, especialmente en el campo económico. Puso fuera de curso el devaluado
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billete fiscal o papel moneda; creó impuestos nuevos; intentó la descentralización
tributaria; y para solucionar el problema de la enorme deuda externa firmó el
Contrato Grace por el cual entregó los ferrocarriles a los acreedores.

4.2. CONTRATO GRACE

Después de la guerra con Chile e iniciado el proceso de Reconstrucción Nacional, el


Perú se vio frente a una cuantiosa deuda externa proveniente de los empréstitos de
1869, 1870 y 1872, que llegaba a la enorme suma de 51 millones de libras
esterlinas, lo cual, obviamente, resultaba imposible de pagar pues equivalía en
varias veces todo el presupuesto de la República. Los acreedores amenazaron con
requisar al Perú sus exportaciones, si es que el gobierno peruano no se avenía a
transar un acuerdo. Urgía pues, buscar una salida. Por otro lado, el estado de
deterioro de los ferrocarriles hacía necesaria la llegada de fuertes capitales para
restaurarlos y construir otros.

ESTAS FUERON LAS PRINCIPALES CLÁUSULAS DEL CONTRATO:

 A cambio de la liquidación de su cuantiosa deuda externa, el Perú se


comprometió a ceder a los tenedores de bonos de la deuda externa todos
los ferrocarriles del Estado por espacio de 66 años. Estos ferrocarriles eran
los siguientes:

 Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa Rosa.

 Pisco-Ica

 Callao-Chincha

 Lima-Ancón

 Chimbote-Suchimán

 Pacasmayo-Guadalupe

 Salaverry-Trujillo-Ascope

 Paita-Piura.

 Callao-Lima-Chosica-Chilca.

13
 Además de ello, el Estado peruano hacía las siguientes concesiones a los
bonistas:

 El derecho de exportación del guano existente en el territorio nacional


hasta tres millones de toneladas inglesas, así como el sobrante que
quedase del 50 % del guano de islas de Lobos que le correspondía al
Perú según el Tratado de Ancón, una vez que fueran saldadas con parte
de ese monto sus deudas con Chile, por obligaciones y adelantos
asumidos por el anterior gobierno de Miguel Iglesias.

 La libre navegación en el lago Titicaca (aunque las naves debían llevar


bandera peruana) y la propiedad de los vapores de propiedad fiscal que
navegaran en el lago

 El libre uso de los muelles de Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote,


Pacasmayo, Salaverry y Paita, para el tráfico que demandase la
construcción y ampliación de las vías férreas.

 Por su parte, los tenedores de bonos se comprometían a lo siguiente:

 A concluir en tres años el tramo ferroviario de Chicla a La Oroya


(ferrocarril central) y en dos años el de Santa Rosa a Maranganí, y
dentro de los dos años siguientes, la línea Maranganí a Sicuani
(ferrocarril del sur).

 A construir dentro de seis años un total de 160 km más de cualquier otro


ferrocarril.

 A reparar y poner en buen estado de servicio dentro de los dos años


siguientes todos los ferrocarriles que recibían.

 El gobierno peruano se comprometía a pagar al comité de tenedores 33


anualidades de 80.000 libras esterlinas cada una.

 Y finalmente, el comité debía formar y constituir una compañía en Londres,


debidamente registrada, a la que serían transferidas las concesiones,
propiedades y obligaciones impuestas al comité, según el contrato.

4.3. DIFERENTES AGRUPACIONES E INTERESES DE LOS ACREEDORES


14
No es posible en pocas líneas explicar todas las medidas, contramedidas, protestas,
desconocimientos, acuerdos, desacuerdos, interpretaciones y acusaciones que se
destilaron durante la guerra a causa de los diferentes intereses que giraban en torno
al pago de la deuda peruana y que continuarían por décadas después de la guerra.

La deuda externa peruana durante la guerra puede ser clasificada en tres tipos:

1. Certificados de deuda emitidos para pagar la estatización de las salitreras.


Estos fueron servidos por el gobierno chileno con la devolución de sus
propiedades.

2. Reclamos de dos ciudadanos estadounidenses basados en dudosos


derechos de ciudadanos franceses. En realidad, estos reclamos habían sido
desestimados por los tribunales peruanos en tiempos de paz, pero fueron
"recalentados" para impedir la cesión de Tarapacá. Estos reclamos solo
importan porque fueron utilizados por EE.UU. para intervenir en las
negociaciones de paz con voz propia. Según Hurlbut, el embajador
estadounidense en Lima estos casos debían ser incluidos en el tratado de
paz.

3. Bonos de deuda provenientes de los préstamos de los años 1869, 1870 y


1872, más que nada europeos, para financiar, entre otros, la construcción de
ferrocarriles. Los numerosos acreedores se organizaron en grupos de
presión para exigir a sus gobiernos el pago de las deudas. Entre ellos
existían diferencias y cada uno exigía ojalá un pago inmediato y completo de
sus deudas en detrimento de los otros deudores. Los grupos de presión por
bonos de deuda más conocidos eran la Société Général de Crédit Industriel
et Commercialnota 2, el grupo Dreyfus, el grupo de Russell (sucedido por
Cave) y el grupo de Croyle

4.4. INTENTOS DE EE.UU. DE EXPULSAR A GRAN BRETAÑA DEL MERCADO


LATINOAMERICANO

Los Estados Unidos veían Chile como un peón británico y su triunfo como un avance
británico en la competencia por el mercado latinoamericano. Blaine fue quien acusó:

It is a perfect mistake to speak of this as a Chilean war on Perú,

15
Inicialmente James G. Blaine, apoyó el programa de la Crédit Industriel como la
única posibilidad de evitar la anexión y pagar la indemnización a Chile. Pronto la
opinión pública norteamericana notó que se arriesgaba una guerra con Chile para
proteger acreedores europeos y además favorecería personalmente a Blaine a
través de un contrato que entregaba la venta de salitre en Estados Unidos a una
firma de abogados que poseía Blaine con su socio, Levy P. Morton.Entonces Blaine
pasó a favorecer la opción de la Peruvian Company. Pero, también ahí descubrió la
opinión pública norteamericana que el embajador estadounidense en Perú sería
agraciado con una licencia para la explotación de carbón en Chimbote. Finalmente,
con la muerte del presidente James A. Garfield y la llegada de Chester A. Arthur, los
Estados Unidos renunciaron a imponer condiciones a Chile para la paz.

4.5. ACREEDORES BRITÁNICOS ACEPTAN OFERTA CHILENA

Los grupos británicos de Russel y Croyle se asociaron para protestar porque el


nuevo contrato Piérola-Dreyfus los dejaba fuera de cualquier pago. A su vez
aceptaron la oferta chilena de reiniciar la exportación de guano según decreto
chileno del 22 de enero de 1880 (arancel de exportación de 30 chelines por
tonelada) A más tardar aquí, si no antes, se produce un quiebre entre los acreedores
franceses liderados por Dreyfus y los británicos que elogiaron la política chilena de
respeto a los (sus) contratos. El gobierno chileno sabía de los intereses de los
acreedores y buscaba su apoyo para preparar la anexión de las provincias
ocupadas. Por el contrario, Piérola, que desde siempre había estado asociado a
Dreyfus, sabía que para rechazar la cesión debía tener el apoyo de los EE.UU. y
para ello debía alejarse de Gran Bretaña.

 Fabricación de armas y pertrechos nacionales

 Moneda: Peso e Inca

5. CONSECUENCIAS

Al comienzo de la guerra los aliados habían expulsado a los trabajadores chilenos que
residían en sus territorios y habían confiscado sus bienes. Los tratados que finalizaron la
guerra establecieron la creación de tribunales arbitrales que debían determinar sobre el
monto a devolver a esas personas por el daño causado. También se establecieron

16
tribunales arbitrales para determinar la cuantía de los daños hechos por las armas
chilenas a la propiedad de ciudadanos de países neutrales.

5.1. BOLIVIA

Bolivia, por causas económicas, no pudo continuar la guerra a Chile desde la Batalla
de Tacna. En 1884 entregó la administración de Antofagasta a Chile y en 1904 cedió
Antofagasta a Chile a cambio de derechos de tránsito y la construcción de un
ferrocarril.

5.2. CHILE

Chile anexó dos provincias ricas en recursos naturales aunque con poca población,
una región que ha entregado una buena parte de los ingresos estatales desde
entonces. Los pleitos con los acreedores continuaron por largo tiempo. En
septiembre de 1887, por ejemplo, Chile solicitó un préstamo en el mercado de
Londres. Un grupo de acreedores solicitó y obtuvo de la bolsa de Londres que
negara el espacio a la transacción debido a que "Chile no había asumido sus justas
y equitativas obligaciones con respecto a los acreedores de bonos peruanos."

Finalmente el Protocolo Elías-Catellón fue firmado entre Perú y Chile el 8 de junio de


1890. Por él, Chile devolvió al Perú la administración de la explotación de los
depósitos guaneros de Tarapacá, el dinero acumulado en el Banco de Inglaterra
desde el decreto de 1882 y el 80% de lo que había desviado como propio de las
ganancias del guano desde aquel decreto desde entonces. Todo ello bajo la
presunción de que serían dirigidas por Perú directamente a los acreedores. A
cambio Chile fue eximido de cualquier cobro por parte de los acreedores peruanos.

Respecto de la integración de Chile al mercado internacional, Bruce St John


sostiene que:

“El alto nivel de inversiones extranjeras en Chile en general y en la industria


del nitrato en particular provocó a algunos posteriormente a sustentar una
17
tesis de conspiración extranjera según la cual gobiernos europeos habrían
influenciado los sucesos durante la guerra en desventaja para el Perú. El
intento de colocar un conflicto regional en un marco mayor fue loable, pero
nunca han aparecido evidencias de alguna intervención o influencia
colectiva.”

5.3. PERÚ

El Tratado de Ancón puso fin a la guerra, aunque Perú continuo desangrándose en


una guerra civil entre Miguel Iglesias y Andrés Cáceres. Ocho de los catorce
artículos del tratado estipulan normas netamente económicas y el que cede
Tarapacá a Chile (el 2. art.) es de consequencias económicas obvias.

El resultado de la guerra fue catastrófico para la economía de Perú: cedió la


provincia que financiaba sus gastos, perdió por décadas toda posibilidad de obtener
crédito internacional, más tarde tuvo que entregar sus ferrocarriles a sus deudores
en el Contrato Grace

5.4. OTROS PAÍSES

Estados Unidos fracasaron en su intento de intervenir a favor de sus intereses


comerciales que iniciaban su carrera en América del Sur: su diplomacia fue mal
guiada y estaba mal preparada.

Los acreedores de bonos peruanos, en su mayoría en manos de súbditos británicos,


obtuvieron la mitad de las ganancias netas de las salitreras conocidas al inicio de la
guerra. En Francia se habló de una intervención armada contra Chile (como había
ocurrido en la Primera Intervención francesa en México (1838-39) y Segunda
intervención francesa en México (1862-67)) y solicitó el apoyo de Gran Bretaña, pero
esta estaba advertida de que los EE.UU. no lo permitirían.

18
CONCLUSIONES

Tal como hemos descritos los aspectos de las causas en visión de cada Estado
implicado en la Guerra del pacifico, ahora indicaremos las consecuencias de cada
estado luego de la misma.

La guerra estimuló el desarrollo de la economía industrial, lo que contribuyó al


financiamiento del Ejército en campaña, con lo que logra establecerse como una de
las potencias militares de la región.

Para Perú significó la pérdida de territorios y la pérdida de recursos naturales como


el guano, el salitre y el azúcar ya que los puertos estaban bloqueados y las
haciendas incendiadas.

Una guerra civil continuaba enfrentando a los firmantes del Tratado de Ancón contra
las fuerzas de Andrés Avelino Cáceres.

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ANEXOS

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BIBLIOGRAFIA

 Basadre Grohmann, Jorge (1964). Historia de la República del Perú, La guerra con Chile.
Lima, Perú: Peruamerica S.A.,. Archivado desde el original el 10 de octubre de 2008.
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Crítica.

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del salitre (Primera edición). Lima: Instituto de Estudios Peruanos. ISBN 978-9972-51-349-
7.

 Novak, Fabián; Namihas, Sandra (2013). Las Relaciones entre Perú y Bolivia (1826-2013).
Lima, Perú: Instituto de Estudios Internacionales, Pontificia Universidad Católica de Perú.

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Vermont. p. 42. Archivado desde el original el 20 de mayo de 2015. Consultado el 25 de
agosto de 2016.

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