Desde hace unos pocos siglos se ha extendido el convencimiento de que
los principios que regulan el poder político encarnado en el Estado deben estar contenidos en un documento formal llamado Constitución.
Las primeras constituciones aparecieron como un intento de limitación y
fragmentación del poder absoluto de los monarcas durante la época en que predominaron en Europa las llamadas monarquías absolutas, entendidas éstas como la primera etapa del Estado moderno. Esto significa que las Constituciones fueron uno de los instrumentos que sirvieron en la configuración de dicho Estado, en la medida en que este transita hacia el control del poder político.
El constitucionalismo, como doctrina, se produjo primero en los Estados
nacionales europeos y en los Estados Unidos y luego poco a poco se fue extendiendo por el mundo, tenía dos ideas centrales, que aún hoy se conservan:
a) El poder debe limitarse a través de la aplicación del principio de
separación de poderes, esto se expresa en el reparto de dicho poder entre varios órganos del Estado, de modo tal que cada uno se encargue de funciones específicas. .
b) Los ciudadanos poseen un conjunto de derechos fundamentales
individuales, entendidos como esferas de libertad, constitutivos así mismo, de límites para el poder político.
Estas dos ideas marcaron el contenido básico de las Constituciones y
demuestran que el constitucionalismo coincidió en gran medida con el Liberalismo, entendido este como una concepción con versiones en diversos campos: el político, el moral y el económico y que tuvo y tiene como centro de atención la libertad, la cual se traduce de acuerdo con cada campo: en lo político en la libertad de elegir y ser elegido y en la configuración de un poder político con base en el principio ya mencionado de separación de poderes; en lo moral en la concepción de autonomía moral del individuo; y en lo económico en la libertad económica, de empresa y de mercado lo cual tiene como implicación fundamental que el Estado no deba intervenir las fuerzas del mercado.
Las constituciones actuales tienen antecedentes en tres tradiciones: la
inglesa, la francesa y la norteamericana.
1.1 Tradición Inglesa
Una de las estipulaciones medievales con este origen es la denominada
Carta Magna de 1215, la cual proviene de un acuerdo entre el Rey Juan y sus barones, en dicho documento se estableció que no se crearían contribuciones sin el permiso del consejo del reino y nadie podría ser arrestado, aprisionado, ni desposeído de sus bienes, costumbres y libertades, sino en virtud del juicio de pares conforme a la ley del país. Se trata de dos ideas que están presentes en las constituciones contemporáneas: por una parte el principio de la representación del impuesto, según el cual los impuestos deben crearse por el Congreso o Parlamento, es decir, esto garantiza que tengan una base democrática y por otra los principios debido proceso y legalidad de las faltas y las penas.
La singularidad de la fuente del Derecho en Inglaterra ha dado lugar a que
no se haya elaborado nunca una codificación, esto es, un documento unitario, formal y escrito que reciba el nombre de Constitución, sino que la Constitución esté conformada por costumbres incorporadas dentro de la vida social y política del pueblo inglés y además por diversos documentos que como el señalado con antelación representan el soporte de pactos entre la monarquía y los estamentos, otro de ellos bastante conocido es el Bill of rights, el cual constituye una carta de derechos. Las formulaciones constitucionales inglesas más que estatuir derechos individuales, configuraron obligaciones del gobierno, no partieron de la idea de que existen derechos naturales que no pueden ser limitados por el poder estatal sino que surgieron de pactos y compromisos en situaciones concretas.
1.2 Tradición Francesa
Esta surgió a partir de la revolución francesa, entró en una tendencia de
constitucionalización consistente en la incorporación en el ordenamiento jurídico de un conjunto de normas integradas en un documento escrito bajo el nombre de Constitución y relativas a los principios básicos de organización del Estado y a los derechos fundamentales de los ciudadanos. 1.3 Tradición de Norteamérica:
Está precedida de cartas de declaración de derechos provenientes de las
colonias que buscaban la independencia de Inglaterra. En 1776 se sanciona en Virginia la primera declaración de derechos en sentido general, era una declaración de derechos liberales. Este documento influyó de manera decisiva en las demás declaraciones de derechos de los otros estados norteamericanos, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, suscrita en 1776 y luego en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia.
No obstante la influencia de los pactos y compromisos ingleses en Norte
América, la concepción de Constitución imperante allí tiene como principio rector la idea de la existencia de derechos previos, naturales, e inalienables del individuo, los cuáles se consideran por encima del poder estatal, reconocidos por la Constitución pero no creados por ella. En América del Norte esta concepción de los derechos al igual que la de democracia, según la cual el poder soberano proviene del consentimiento del pueblo, tuvo raigambre religiosa, pues la gran parte de la población pertenecía al puritanismo, se trataba de emigrantes que habían salido de Inglaterra en busca de mayores libertades políticas y religiosas. Esta idiosincrasia del pueblo norteamericano, dio lugar a que el proceso de constitucionalización estuviese centrado en el respeto de los derechos individuales y en el desarrollo de sistemas democráticos
2. Funciones de las Constituciones
Algunas de las principales funciones de las constituciones son:
1. Garantía de las libertades fundamentales: en tanto las constituciones
consagran cartas de derechos fundamentales, los cuáles se entienden como inherentes al hombre. Estos derechos pueden interpretarse como dispositivos de resistencia contra los avatares del poder político.
2. Función constitutiva del Estado: Las constituciones sirven para demostrar
ante la comunidad internacional el surgimiento de un nuevo Estado. Por ello todos los Estados luego de independizarse se muestran ante los demás países como portadores de una Constitución propia. 3. Función de estabilización: Las constituciones se caracterizan por poseer una tendencia a la permanencia o si no, a la perdurabilidad, por consiguiente otorgan estabilidad al poder político que se apoya en ellas.
4. Función de racionalización: Las constituciones permiten racionalizar el
poder político, esto se logra en parte a través de la aplicación del principio de separación de funciones del Estado (legislativa, ejecutiva y judicial) que garantiza el control del poder público en virtud de la prohibición de concentrar el poder en un solo órgano. Además se logra con normas que determinan las competencias de las autoridades, sujetando por consiguiente el ejercicio del poder a unas normas previas, esto es, el poder queda así sujeto a la legalidad.
5. Función de legitimación del poder político: Debido a que las
constituciones incorporan principios políticos democráticos y liberales su existencia, como soporte del poder político lo legitiman, pues configuran el título con base en cual se ejerce el poder.
6. Función de propaganda y educación política: Las constituciones buscan
orientar los diversos campos de acción de los miembros del grupo social. Sobre todo cuando se trata de constituciones "dirigentes", las cuáles pretenden implantar cambios en la sociedad y poseen un gran contenido ideológico.
7. Función de cohesión social: la Constitución sirve como elemento
aglutinador e integrador de la sociedad. Es por ello que puede afirmarse que la Constitución y el constitucionalismo representan fenómenos sociales que cumplen un papel cercano al que cumplieron los dogmas de la religión católica y la Iglesia misma, durante el medioevo. La constitución es el principal instrumento que posee el Estado moderno para mostrarse como un Estado nacional, esto es portador de la identidad del cuerpo social. De esta manera, la Constitución Política cumple una función simbólica.
8. Función de unificación del ordenamiento jurídico: la Constitución hace
aparecer los distintos campos de regulación del Derecho como un orden coherente y compacto a pesar de las contradicciones que puedan existir entre intereses contrapuestos. El orden jurídico que se sustenta en la constitución por ejemplo protege simultáneamente el derecho a la propiedad privada y el derecho a la igualdad material. 9. Función como base fundamentadora del sistema jurídico: La Constitución es la norma básica del ordenamiento jurídico, ello significa que toda la estructura normativa tiene su fundamento en la Constitución. A su vez la Constitución es el principal parámetro de validez jurídica.