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Brasil desde la teoría de élites

Carla Toche Casalino

Escribir sobre Brasil es toda una empresa. Se trata del país más grande e importante
de la región de América Latina y uno de los países emergentes más resaltantes dentro
del Sistema Internacional. Actualmente se ve una dinámica compleja. Su devenir político
es producto de una historia política intensa y el presente es, en parte, resultado de aquel
devenir.

El presente trabajo busca analizar dicha historia desde la teoría de las élites. La razón
de ello es que las distintas etapas que acompañaron a la formación del Estado de Brasil
estuvieron vinculadas directamente con la formación y consolidación de lo que luego se
conocerán como las élites políticas y económicas de Brasil. De hecho, muchas de las
disputas por el poder que se ven el día de hoy tiene sus inicios décadas atrás.

El objetivo de este trabajo no es el de desarrollar de manera exhaustiva toda la historia


política ni tampoco revelar los juegos de poder entre grupos de poder específicos. Se
trata de hacer un recorrido a los hechos más resaltantes, descubrir la dinámica que
existe entre las élites y el ejercicio del poder y plantear cómo esta forma de hacer política
es una de las características que tiene la cultura política brasileña.

Para ello, durante la primera parte se expondrá brevemente cómo fue la relación entre
la colonia de Brasil y su monarquía, Portugal. Esta parte tiene por objetivo el de resaltar
las características de dicha relación y quiénes fueron los personajes o grupos sociales
involucrados. La segunda parte desarrollará cómo se conformó la primera etapa de la
república brasileña hasta 1930. Esta segunda parte se enfocará en resaltar a los actores
políticos más importantes de las primeras tres décadas y describir sus características
más importantes. La tercera parte desarrollará lo que es conocido como el “Estado
Novo” de Getulio Vargas. En esta parte se podrá observar que serán otros los actores
políticos, que los juegos de poder girarán hacia otros grupos de élite, y que este nuevo
movimiento determinará la forma de hacer política hasta casi 1990. Durante la cuarta
parte, se expondrá los partidos políticos más importantes, sus tendencias y
características políticas más resaltantes. Finalmente, las conclusiones llegan en la
quinta parte del trabajo. Estas conclusiones buscan analizar las consecuencias de
mantener el ejercicio político y acceso y concentración al poder entre grupos
minoritarios. Las conclusiones girarán entorno a cómo esta tendencia de mantener el
juego del poder entre los grupos de élite terminan por ahondar aun más en la
desigualdad estructural que posee Brasil. En otras palabras, se propondrá que una de
las razones por las cuales Brasil sigue siendo un país con profundas desigualdades es
porque el ejercicio del poder ha logrado mantenerse en las altas esferas,
independientemente del régimen, de la época y de los actores del momento.

Para comenzar, según Guilherme Pereira


das Neves (2003)1, la monarquía portuguesa
se destacó por sus ideas positivistas, como
influencia de la época. Esta corriente ayudó
a determinar la relación entre la corona con
otras monarquías (como la española) y a
pensar al Estado como la forma necesaria
para intervenir y organizar la realidad de
manera racional.

Además, la monarquía portuguesa tenía


experiencia mercantilista. Esto quiere decir que puesto que la economía estaba basada
en el comercio, la monarquía poseía circuitos de comercio, sobre todo de esclavos
(África), un mercado diversificado y oportunidades de negocio (sobre todo con India, las
cosas del oriente, La Plata y en Brasil). De este hecho, se puede interpretar que la
monarquía, los comerciantes y parte de la sociedad portuguesa tenían conocimiento
amplio del mundo por estar en contacto con culturas diferentes.

Otra característica señalada por Pereira das Neves es que la monarquía portuguesa
impulsó la formación académica de sus propias cortes y de las primeras élites
administrativas. Esto provocará una difusión masiva de ideas que no tendrán el
problema de enfrentarse a una censura extrema como sí paso en otras monarquías.

Cuando la monarquía llegó a Brasil, no tuvo la necesidad de penetrar todo el territorio


(como sí pasó con las colonias españolas). Repitió la experiencia acumulada desde su
comercio con las costas de África y fundó capitanías en las costas de Brasil. Esto es,
asignar puntos de llegada y de partida de bienes desde las costas de Brasil bajo el cargo
de la misma administración de la corona. En otras palabras, la relación más importante
entre la monarquía y su colonia se dio a través de una red administrativa constituida
entre las capitanías de Brasil con la corona portuguesa. Este tipo de red, con el tiempo,

1
Annino, A (2003) Inventando la nación. Iberoamérica. Siglo XIX. México: Fondo de
Cultura Económica
fortaleció las primeras élites de tipo político/administrativo. Estas élites controlaban tanto
la red con la monarquía como la red dentro de la misma colonia portuguesa y lograron
especializarse en el comercio, en la minería y en la posesión de esclavos. Estos grandes
comerciantes se especializaron a través de la educación recibida en la metrópoli para
luego convertirse en altas autoridades burocráticas. Poco a poco las élites iban
especializándose tanto en sus objetivos trazados como en su capacidad de influencia.

En esta primera parte se puede concluir que las primeras élites brasileñas estuvieron
vinculadas al poder económico/administrativo y luego, a través del acceso a una
educación especializada, se vincularon al poder del Estado.

Durante el proceso de independencia, la élite que más destacó fue la intelectual. Esta
se reunió para poder diseñar la constitución de la nueva república y pensar la forma de
organización que iba a tener el nuevo estado de Brasil. Esta élite intelectual se dividió
en dos tendencias, una centralista y aristocrática (procedente de la Universidad de
Coimbra) y una de tendencia federal y democrática (procedente de las élites regionales
del interior de Brasil). Puesto que las capitanías reforzaron sus propias fronteras hacia
el interior y ahondaron en sus diferencias regionales y dado que, de manera paralela, la
influencia de la revolución americana ya se estaba percibiendo, la tendencia hacia el
federalismo fue ganando legitimidad hasta conformarse como una forma de
organización político/administrativo

Presidente Inicio del Fin del Partido/organización


mandato mandato

Campo 15 15 Partido Republicano


Sales noviembre noviembre Paulista
de 1898 1902

Rodrigues 15 15 Partido Republicano


Alves noviembre noviembre Paulista
1902 1906

Alonso 15 14 junio Partido Republicano


Pena noviembre 1909 Mineiro
1906

Nilo 14 junio 15 Partido Republicano


Peçanha 1909 noviembre Fluminense
1910
Rodrigues 15 15 Partido Republicano De esta forma, el poder
da Fonseca noviembre noviembre Conservador político se disputó entre
1910 1914 aquellas élites que se
lograron organizar
Venceslau 15 15 Partido Republicano
durante el proceso de
Brás noviembre noviembre Mineiro
independencia y que
1914 1918
lograron consolidarse en
Delfim 15 28 julio Partido Republicano forma de partidos
Moreira noviembre 1919 Mineiro políticos partidos
1918 durante el primer
periodo de la vida
Epitácio 28 julio 15 Partido Republicano
republicana brasileña.
Pessoa 1919 noviembre Mineiro
De hecho, en un periodo
1922
de 3 décadas, los
Artur 15 15 Partido Republicano partidos políticos
Bernardes noviembre noviembre Mineiro brasileños fueron
1922 1926 manejados entre las

Washington 15 24 octubre Partido Republicano élites de aquellos

Luis noviembre 1930 Paulista estados federales que

1926 lograron posicionarse


por su influencia
económica y política. De esta forma se destaca la participación de dos partidos políticos:
el partido republicano paulista, desde donde se organizó la élite intelectual, profesional
y agrícola del estado de Sao Paulo (cafetaleros), y el partido republicano mineiro, desde
donde se organizó la élite ganadera de Minas Gerais. Si bien estos dos partidos fueron
los más importantes, existieron partidos de menor relevancia política pero que, al igual
que los paulistas y mineiros, eran expresión de la organización política de cada élite
regional. Según Francisco Iglésias (1995)2, la tendencia política de estos partidos era
anti monárquica, federalista y liberal.

Así, la primera etapa republicana de Brasil estuvo marcada por partidos de élite,
oligárquicos y federalistas. Sus líderes políticos fueron académicos, comerciantes y
militares de alto rango. De esta forma, se puede observar cómo durante esta primera

2
Iglésias, F (1995) Historia contemporánea del Brasil. México: Fondo de Cultura
Económica.
etapa, los políticos y comerciantes fueron los grupos de élite capaces de disputarse el
poder, acción que no convocaba a la mayoría. Es importante señalar este hecho ya que
es un patrón que se observó desde el comienzo de su época colonial, lo cual permite
concluir que el ejercicio republicano del poder era una continuidad de la cultura política
colonial.

Según David De Ferranti3, la forma en la que la elite accede al poder es resultado tanto
del uso efectivo que le dan a su influencia política y por el hecho de que mucho de los
primeros procesos electorales eran fraudulentos además de no ser anónimos. Esta
descripción se verá con mucha facilidad en las primeras experiencias electorales
brasileñas. Dado que los primeros partidos políticos estaban conformados por las élites
regionales y estas tenían acceso a utilizar el tejido social de cada una de sus
federaciones, tenían capacidad de presión política y así asegurar su presencia en el
Estado, como de hecho lo hicieron durante 30 años.

Siguiendo a Iglésias, América Latina fue el escenario de procesos significativos durante


la primera mitad del siglo 20. Los fenómenos de urbanización, industrialización, las
grandes migraciones europeas y las nuevas ideas políticas provenientes de Italia,
España e Inglaterra están vinculados a la idea de modernización según una estructura
de pensamiento eurocentrista. Para el caso de Brasil, la modernización vino desde una
lógica eurocentrista aunque con resultados basados en su propia cultura política.

Según Iglésias, las ideas anarquistas y comunistas no fueron fuertes en Brasil por lo
mismo que no había experiencia de organización de masas entre la mayoría de la
sociedad. Sin embargo, la modernización eurocentrista sí fue evidente desde la forma
en la que se rediseño burocráticamente el Estado. En este periodo de modernización
destacará Getulio Vargas.

Getulio Vargas tuvo la habilidad de abarcar muchos ámbitos del poder. Fue capaz de
empezar y proceder el proceso de industrialización de Brasil, reformó el sistema
burocrático del Estado, inauguro nuevos ministerios, fundó dos partidos políticos (el PTB
y el PSD) y logró romper con la “rosca oligarca” y abrió el poder hacia otros estados.
Alrededor de él se organizaron diversas élites, como la élite militar, quienes se
encontraban en su propio proceso de modernización con las misiones francesas. Los
dos periodos de Vargas fueron denominados como “Estado Novo”, por haberse

3
De Ferranti et al. (2004). Inequality in Latin America and the Caribbean. Breaking with
History? Washington DC: the World Bank.
inspirado en el proceso salazarista en Portugal, proceso político dictatorial, populista y
naciónalista. 4

El Estado Novo se caracterizó por fortalecer las élites militares y burocráticas. Los
partidos políticos estuvieron dispuestos para los propios intereses de Vargas y los
grupos que lograban influir en él. Esto hizo que los procesos electorales no sean
competitivos ya que Vargas tenía el poder de determinar qué candidatos iban a competir
por votos y qué candidato iba a ganar la presidencia. De hecho, luego de su primer
momento en el poder (una dictadura que duró 15 años), Gaspar Dutra, el presidente que
lo sucedió, pertenecía a PSD y fue designado por el mismo caudillo para que ocupara
el cargo de presidente hasta que el mismo Vargas regreso al poder ejecutivo en un
proceso de elecciones directas a través del PTB.

En esta segunda parte se puede concluir que la primera etapa de la república brasileña
destacó por la presencia de élites proveniente de partidos políticos y de la fuerza militar.
A comparación de las primeras décadas donde el poder era determinado por los poderes
regionales, el proceso de modernización, que duró desde 1930 hasta 1954, configuró
un poder de características mucho más complejas y, por ende, mucho más deseables.

Vargas se suicidó y una década después los militares tomaron el poder durante casi 35
años. La dictadura militar logró conservar el poder a través de dos tipos de élites, la
militar y la conservadora. La élite militar estaba organizada en “ARENA” (Alianza
Renovadora Nacional) y la élite conservadora estaba representada a través de
“Movimiento Democrático Brasileiro”. Ambas jugaron al bipartidismo en medio de un
sistema electoral cerrado y no competitivo. La represión social fue muy fuerte, se
promovió una política de persecución contra la oposición a la dictadura y el poder
económico y político se mantuvo entre las élites antes mencionadas.

4
Iglésias, F (1995) Historia contemporánea del Brasil. México: Fondo de Cultura
Económica
Presidentes Inicio de Fin de Partido/organización De esta tercera parte se
durante la mandato mandato puede concluir que las
dictadura élites políticas,
militar representadas a través

Artur da 15 marzo 31 ARENA organizaciones militares y

Costa e 1967 agosto conservadoras,

Silva 1969 mantuvieron un acceso


limitado al poder. Incluso,
Triunvirato 31 30 Militar buscaron reprimir, torturar
agosto octubre y desaparecer a toda
1969 1969 organización política que

Grrastazu 30 15 marzo Arena buscaba destituirlos de tal

Médici octubre 1974 ejercicio.

1969 La transición a la

Geisel 15 marzo 15 marzo ARENA democracia se dio a

1974 1979 principios de los 90s. El


primer presidente en
Figuereido 15 marzo 15 marzo ARENA
asumir fue Fernando
1979 1985
Collor de Mello. Él fue
Neves PMDB parte de la élite política
desde mucho antes de
Sarney 15 marzo 15 marzo PMDB
asumir la presidencia ya
1985 1990
que se encontraba en
puestos públicos de relevancia desde su juventud (además de que su familia era dueña
de los principales medios de comunicación de ese entonces). Logró acceder al poder
con la ayuda de los grupos conservadores, sobre todo porque era la manera en la que
los conservadores podían evitar que un obrero sea elegido presidente en ese momento.

Sin embargo, ello no detuvo a que el Partido de los Trabajadores (PT) logre postular y
ganar la presidencia con dos de sus cuadros políticos de mayor trayectoria: Ignacio Lula
da Silva y Dilma Rousseff.

El PT es conocido por ser un partido socialista. Sin embargo, por los grandes problemas
económicos que tenía a Brasil en la ruina luego cerrar la etapa de la dictadura militar, el
PT tuvo que apoyar el sistema económico diseñado por el FMI para así manejar la
inflación y reducir el desempleo.
Actualmente, el mayor partido político de Brasil es el PMDB, el partido del actual
presidente Michel Temer, político vinculado a las grandes élites económicas y acusado
de casos de corrupción por malversación de fondos de Petrobrás.

En esta última parte se puede concluir que si bien el régimen democrático brasileño está
consolidado de manera formal, el juego del poder sigue perteneciendo a una élite
política bastante reducida. Además, a comparación de otras décadas, estas nuevas
élites están implicadas en casos de corrupción.

Conclusiones

Actualmente, Brasil y toda la región de América Latina ejercen el ejercicio del poder
dentro de los marcos de una democracia liberal formal; esto es, a través de elecciones
competitivas, libres, informadas y anónimas. Sin embargo, lo que ahora se pone en
discusión es sobre la calidad que posee dicha representación democrática.

Según el informe del PNUD5, la calidad de la democracia se mide según la capacidad


que tienen los países para que sus ciudadanos se sientan en la libertad de poder
participar de la vida política del país. Para ello, el Estado tiene que otorgar garantías
necesarias para que la ciudadanía pueda elegir y ser elegido en el juego del poder
político, además de ofrecer garantías para la seguridad de todos los ciudadanos y poder
asegurar acceso de calidad a sus derechos básicos de educación, trabajo, etc.

América Latina vive un periodo democrático formal pero su calidad democrática sigue
siendo baja. El poder político sigue siendo ejercido por una minoría selecta de políticos
y grupos de poder económicos y Brasil es ejemplo de ello.

Una forma de analizar la baja calidad democrática de Brasil y de la región es a partir del
problema de la desigualdad. Las desigualdades se presentan como accesos
diferenciados a todo tipo de derechos, desde los básicos hasta los de la última
generación. Actualmente, la desigualdad no es solo un problema económico.

El problema de la desigualdad, el problema como tal, como un fenómeno cuestionado,


en este caso desde la academia, es un problema relativamente reciente; sin embargo,
David de Ferranti enfoca su análisis no hacia el problema visible sino hacia la raíz de
este mismo. Preocupado por la apariencia de inmutabilidad que posee la desigualdad

5
PNUD (2010) Nuestra Democracia. México: Fondo de Cultura Económica
dentro la región, busca comprender el porqué de este fenómeno desde una mirada
histórico estructural con el objetivo de revelar la base desde donde se construye no solo
un problema social sino una lógica, una racionalidad, del poder a través de la
desigualdad constituida desde las instituciones.

Para ello, él postulará que la desigualdad en América Latina es producto de un proceso


de colonialidad. Dicho proceso, afirma el autor, tiene su inicio con la llegada de los
europeos y que, posteriormente, logra perpetuarse como una forma legítima, y no
siempre legal, de conseguir, ejercer y disputar el poder a través de la historia.

Desde esta propuesta, el autor logrará plantear que la desigualdad no es un problema


solamente económico o político sino que se trata de una situación institucionalizada en
la región de América Latina. Dicha institucionalización de la desigualdad al acceso al
poder “dividiría” a la sociedad entre aquellos que pueden tener acceso al poder (élite) y
aquellos que no.

Dicha afirmación permitirá explicar por qué la desigualdad persiste en el tiempo, cuál es
la forma en la que el poder se ejerce dentro de este tipo de mecánicas sociales y quiénes
son las personas que logran organizarse como élites. Esta exposición de ideas permite
al estudioso preguntarse por la calidad de las instituciones y de los regímenes de
gobierno, sobre todo los democráticos, y sobre la forma en la que el poder es ejercido.

El presente ensayo buscó reflexionar dichas preguntas a partir del caso específico de
Brasil. Según el autor, dado que la distribución desigual de los poderes económicos,
sociales y políticos tiene su origen en el proceso de colonización europea, las
instituciones de los países que fueron colonia tienden a reproducir dicha distribución
desigual.

Esta forma de distribuir el poder ha generado una relación desigual con el poder. La élite
sería el grupo que tiene acceso directo al poder, con la capacidad de determinar, influir
e imponer al grupo que no tiene acceso al poder. Se trata de una minoría formada
históricamente frente a una mayoría excluida (históricamente).

Para el autor, la élite se caracteriza por tener como principal objetivo el de proteger sus
propios intereses. Esta característica podría ser considerada como la que determinará
el comportamiento de la élite ya que para conseguir dicho objetivo esta tendrá que
obtener y ejercer el control y el poder político. Caso contrario sucede con la mayoría,
quienes tienen un acceso limitado al poder. Por ello, la élite será el grupo históricamente
dominante, cuyas características particulares dependerán del contexto histórico en el
que se encuentran.

De esta forma, entonces, para poder analizar el caso particular de Brasil, se hizo una
exposición sobre cómo la monarquía portuguesa se relacionó con su colonia y como
esta relación logró influir en la disputa por el poder entre los grupos de élite a lo largo de
su historia republicana, confirmando lo descrito por De Ferranti.

Luego de hacer este recorrido bastante general, se ha podido afirmar lo descrito por De
Ferranti. La desigualdad en América Latina tiene sus raíces en sus propias instituciones,
las cuales tienen su origen en la época de la colonia pero que logra perpetuarse en la
historia a través del acceso diferenciado al poder y por la permanencia de los grupos de
élite.

Bibliografía

Annino, A (2003) Inventando la nación. Iberoamérica. Siglo XIX. México: Fondo de


Cultura Económica

De Ferranti et al. (2004). Inequality in Latin America and the Caribbean. Breaking with
History? Washington DC: the World Bank.

Iglésias, F (1995) Historia contemporánea del Brasil. México: Fondo de Cultura


Económica

PNUD (2010) Nuestra Democracia. México: Fondo de Cultura Económica

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