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Provincia de Corrientes

Poder Judicial

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MXP 5808/14
"MENDEZ PEDRO CELESTINO Y OTRA C/SALGADO NERIS CARLOS ALBER-
TO Y OTROS S/DAÑOS Y PERJUICIOS 17.558/18"

En la ciudad de Curuzú Cuatiá, Provincia de Corrientes, Re-


pública Argentina, a los 4 días del mes de junio del año dos mil die-
ciocho, estando reunidos en la Sala de Acuerdos de la Excma. Cámara de
Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral, el Señor Presidente de
la misma, Dr. Ricardo Horacio PICCIOCHI RÍOS, y el Sr. Juez Titular,
Dr. Claudio Daniel FLORES y la Sra. Subrogante Legal, Dra. Teresa del
Niño Jesús ORIA de GAUNA, asistidos de la Señora Secretaria Autorizan-
te, tomaron en consideración el juicio caratulado: "MENDEZ PEDRO
CELESTINO Y OTRA C/SALGADO NERIS CARLOS ALBERTO Y OTROS
S/DAÑOS Y PERJUICIOS”, Expte. Nº MXP 5808/14 (17558/18), venidos
en apelación y que practicado el Sorteo de la causa, resultó para vo-
tar en primer término, el Dr. Ricardo Horacio PICCIOCHI RÍOS, en se-
gundo término, el Dr. Claudio Daniel FLORES y para el caso de disiden-
cia, la Sra. Subrogante Legal, Dra. Teresa del Niño Jesús ORIA de GAU-
NA
R E L A C I Ó N D E C A U S A

El Dr. Ricardo Horacio PICCIOCHI RÍOS dijo: Como la practi-


cada por el a-quo se ajusta a las constancias de autos, a ella me re-
mito a fin de evitar repeticiones.
A fs. 567/574 y vta., el Inferior dicta la Sentencia Nº 23/17, hacien-
do lugar a las excepciones de falta de legitimación pasiva
interpuestas por los codemandados Sres. NERIS CARLOS ALBER-
TO SALGADO, AYRTON IVAN STIVANELLO, la Sra. VIRGINIA DANIE-
LA ASTARLOA, y en consecuencia. Rechazando la demanda in-
coada en autos por el Sr. PEDRO CELESTINO MENDEZ, y la Sra.
NORMA ITATÍ OLIVERA, por sí y en representación de su hija
menor XIOMARA ROCÍO MENDÉZ. Declarando abstractos los plan-
teos de inconstitucionalidad del artículo 1078 del C.C. in-
coado por la parte actora, y de falta de legitimación acti-
va interpuesto por la citada en garantía SAN CRISTOBAL S.
M. S. G., conforme los fundamentos dados en el considerando
en el punto VI, apartado “D”.Imponiendo las costas conforme
los fundamentos dados en el punto VII del considerando.
Contra esta Definitiva, a fs. 585/592 vta. el Dr. Luis Al-
berto Brommer, -apoderado de los actores-, interpone recurso de apela-
ción del que se corre traslado a la contraparte por Auto Nº 8146 de
fs. 593, obrando a fs. 596/601, la contestación de la contraria a tra-
vés de escrito presentado por sus letrados, Dres. Patricia Raquel Mac
Lean y Diego Gustavo Mac Lean. La cual se tiene presente para el mo-
mento que venzan los términos del traslado ordenado, a fs. 602 por de-
creto N° 8833.
A fs. 603/605 vta. el Dr. Roberto A. Fernández, apoderado de
la citada en garantía San Cristóbal Sociedad Mutual de Seguros Genera-
les.
Finalmente, el recurso interpuesto se concede por Decreto Nº
9354 de fs. 616, líbremente y en ambos efectos.
Ingresada la causa ante esta Alzada, a fs. 621, por decreto
N° 12 se solicita que previo a todo trámite y siendo que en los autos
se hallan afectados intereses de una menor de edad, dar intervención
al Ministerio Pupilar y conferir vista a la Sra. Asesora de Menores,
volviendo los autos al Juzgado de origen.
A fs. 624 y vta. se inhibe el Sr Oscar Fabián Soto, Asesor
de Menores e Incapaces Subrogante. A fs. 625 por Auto N° 1254 se pro-
cede a enviar las actuaciones a fin de realizar sorteo de Asesor de
Menores Subrogante. A fs. 627 toma cargo como Asesor de Menores Subro-
gante el Dr. Carlos Alberto Bellezza, de la lista de Conjueces.
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A fs. 631/632 contesta la vista la Dra. Graciela Del Luján


Sequeira de Gabardi, Asesora de Menores e Incapaces. Cumplimentado lo
requerido a fs. 633 por decreto N° 1805 se elevan los autos a la Exc-
ma. Cámara.
Reingresados los autos a esta Alzada a fs. 638/639 por de-
creto N° 510, se llaman autos para sentencia y se constituye el Tribu-
nal con dos de sus Miembros Titulares y con la Sra. Subrogante Legal,
Dra. Teresa del Niño Jesús ORIA de GAUNA, practicándose a posteriori
el sorteo que indica la ley ritual y del que da cuentas el Acta de fs.
648.
Habiéndose cumplimentado los pasos procesales preindicados y
hallándose firmes los mismos, los autos quedan en estado de resolverse
en definitiva.
El Dr. Claudio Daniel FLORES manifiesta conformidad con la
precedente relación de causa y seguidamente la Cámara de Apelaciones
plantea las siguientes:
C U E S T I O N E S

PRIMERA: ¿Es nula la Sentencia recurrida?


SEGUNDA: En caso contrario, ¿Debe la misma ser confirmada,
modificada o revocada?
A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR CAMARISTA DR. RI-
CARDO HORACIO PICCIOCHI RÍOS DIJO: El recurso no fue interpuesto, y no
advirtiéndose vicios de fondo o de forma que invaliden la sentencia
recurrida, no corresponde considerar la cuestión. ASÍ VOTO.
A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR CAMARISTA DR. CLAU-
DIO DANIEL FLORES DIJO: Que adhiere.
A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR CAMARISTA DR. RI-
CARDO HORACIO PICCIOCHI RÍOS DIJO: Contra la definitiva de 1ª
Instancia que, en su mérito, hizo lugar a las excepciones
de falta de legitimación pasiva opuestas por los demandados
rechazando la demanda de daños promovida declarando abs-
tractos los demás planteos, con costas a los actores; dis-
conforme esta última parte interpone recurso de apelación y
expresando agravios peticiona la responsabilidad civil ex-
clusiva del demandado Neris C. A. Salgado y consecuentemen-
te a la firma citada en garantía San Cristóbal SMSG, soste-
niendo ser el promotor del accidente de tránsito y las con-
secuencias dañosas del hecho lesivo que opera de causa
fuente eficiente del reclamo formulado; critica la valora-
ción probatoria solicitando se la revoque, con costas.
Sustanciado el recurso interpuesto la parte accio-
nada contesta traslado solicitando su rechazo, con costas;
haciendo lo propio la aseguradora citada en garantía mante-
niendo el rechazo, con costas. Contesta vista el MP a tra-
vés de la Asesoría de Menores interviniente. Concedida la
apelación las actuaciones son elevadas e ingresadas al Tri-
bunal se llama autos para sentencia, hoy firme.
Análisis. Adelanto criterio en sentido que el re-
curso de apelación interpuesto por el actor será rechazado;
con costas en 2ª Instancia a cargo de la parte recurrente
vencida [arts.68 ap.1º, 163 inc.8º, 164, 261 CPCyC].
Desarrollo. I.a) Eficacia temporal – Actuación pe-
nal. Por lo primero, absolutamente nada ha dicho el A-quo
en cuanto a qué ordenamiento sustancial decidió aplicar al
presente juicio de mérito sobre la responsabilidad civil en
virtud de un hecho antijurídico ocurrido en fecha determi-
nada. No obstante ello el Tribunal por razones de seguri-
dad, estabilidad y previsibilidad entiende necesario tra-
tarlo de modo preliminar de acuerdo a las pruebas obrantes
en autos (30/dic./13; fs.5vta).
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En virtud del hito temporal generador no contro-


vertido, la situación se enmarca en el código velezano -hoy
derogado-, previendo al respecto el daño, el factor objeti-
vo de atribución por la cosa ó el riesgo o vicio de la cosa
pero así también las eximentes que, en este caso particular
y como se desarrollará más abajo, apuntan a la culpa de un
tercero ajeno que vino a interrumpir la relación causal por
quien el accionado no debe responder —no sosteniéndose im-
putación civil contra el co-demandado—. Volviéndose al pri-
mer presupuesto —daño—, de momento no se abre juicio sobre
su quantum sino que, antes bien, será necesario destrabar
la oponibilidad y balance de los restantes presupuestos en-
tre ellos el introducido como defensa ya que, el primero,
al no verse agotado ni consumado hasta el presente —la re-
paración—, para lo que aquí importa, torna operativo la
norma vigente en ese entonces [arts.34 inc.4º, 163 inc.6º,
260 ap.2º, 264 CPCyC; art.1.113 párr.2º fine C.Civil].
“Tal circunstancia, por sí misma, deviene inconci-
liable con aquella enunciación genérica y asertiva conforme
a la cual ‘todos los juicios sobre responsabilidad civil
deben ser juzgados con la ley vigente el tiempo del hecho
dañoso’. En otras palabras, la interpretación y aplicación
de la nueva estructura jusprivatista contenida en el Código
Civil y Comercial a los procesos en trámite (o a los hechos
acaecidos antes de su vigencia aunque todavía no hubieran
sido judicializados, ya que la aplicación genérica del apo-
tegma que objetamos conllevaría también tal perspectiva) no
puede hacerse bajo premisas liminares pétreas —o supuesta-
mente tenidas por tales—, sino a la luz de lo que la nueva
ley dispone (en concreto, el actual art. 7º CCyC) y a su
concordancia constitucional frente al caso concreto. Pro-
clamar —como lo hace el fallo que activa estas reflexiones—
, porque lo dijo Roubier, o lo afirmó Kemelmajer de Carluc-
ci en una reciente obra, que por regla todos los reclamos
indemnizatorios de la responsabilidad civil aquiliana deben
ser juzgados conforme a la ley vieja nos parece desacerta-
do, y ajeno a lo que resulta de una interpretación valora-
tiva y constitucional del texto del vigente artículo 7º del
CCyC” [Saux, Ley aplicable al juzgamiento de la responsabi-
lidad civil por hechos ilícitos acaecidos durante la vigen-
cia del Código derogado, pub. LL.26/10/15, cita:
AR/DOC/3150/2015; CApel.Czú.Ctiá. Sentencias 71/15 – Ex-
pte.15.910/15; íd. Sentencia 78/15 – Expte.16.108/15; íd.
Sentencia 27/16 – Expte.16.273/16; íd. Sentencia 34/16 –
Expte.16.377/16, confirma STJ Sentencia 89/16 – Ex-
pte.1769/11; CApel.Czú.Ctiá. Sentencia 58/16 – Ex-
pte.16.525/16; íd. Sentencia 100/16 – Expte.16.617/16; íd.
Sentencia 89/16 – Expte.16.713/16; íd. Sentencia 62/17 –
Expte.17.084/17; íd. Sentencia 103/17 – Expte.17.329/17;
entre muchas].
I.b) Y para lo segundo, la actuación penal irá
proseguir de manera independiente a la presente acción ci-
vil no existiendo imputación subjetiva en cuanto a los de-
mandados de estos autos según instrucción formal y acumula-
ción que autorice la suspensión del dictado de la presente
(ver fs.13, 30 — in re: Iniciado de oficio p/ sup. lesiones
graves en accidente de tránsito – Mte. Caseros – Ex-
pte.4519/14). Además, no opera la prejudicialidad penal que
rige desde siempre, en razón de estar fundada la acción ci-
vil en un factor objetivo de responsabilidad capítulo admi-
tido por los protagonistas en función del hecho generador
no desconocido en su existencia ni participación en el mis-
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mo —estrictamente en cuanto sujetos que abrieron la instan-


cia y competencia de la Alzada— aunque con eximentes, auto-
rizando así la discusión sustancial venida a revisión
[arts.333, 386 CPCyC; arts.3, 1101, 1113 ap.2º C.Civil;
arts.7, 1769, 1775 inc.c, 1777 CCyC].
Por lo tanto, en lo que hace a la incorporación
del hecho ilícito de autos al tráfico jurídico y su juicio
autónomo de responsabilidad civil -no tarifación de los da-
ños-, es un capítulo que mereció tratamiento diferenciado y
decisión expresa por el Tribunal desde antes de ahora como
se citara, motivación que se mantiene sin que exista defi-
nición por parte del A-quo ni tampoco agravio al respecto
en cuanto al derecho —esto es, sin alterar los hechos—,
criterio pacífico desarrollado en pronunciamientos anterio-
res con doctrina vigente [arts.34 in.4º, 163 inc.6º, 164
CPCyC].
II.a) Plataforma fáctica – Antecedentes. Como pun-
to de partida y en primer lugar corresponderá tener en
cuenta los hechos en que se funde explicados claramente ex-
puestos por el actor -hoy recurrente- en su esencial y de-
terminante escrito de demanda (pto.3º, fs.5/6), sin antes
dejar de hacer mención a lo que implica en cuanto a su im-
portancia y trascendencia -hechos admitidos y constituti-
vos- de demostración e influencia para cuando llegue el mo-
mento de la definitiva, fijándose los límites de la con-
gruencia de los que no corresponderá luego su apartamiento,
pues los mismos son soberanía de las partes estándole úni-
camente permitido a la jurisdicción suplir o enmendar el
derecho —iura novit curiae— [arts.34 inc.4º, 163 inc.6º,
330 inc.4º, 377 CPCyC].
Es doctrina pacífica del Tribunal que, “la demanda
es la base del juicio y de ella depende el éxito de la ac-
ción deducida; la demanda concreta las pretensiones del ac-
tor y limita los poderes del juez a su respecto, pues la
sentencia debe referirse a las peticiones que aquel haya
formulado. A su vez, sólo podrá producirse prueba sobre los
hechos articulados en la demanda y contestación. Todo esto
revela la importancia que tiene la preparación de la deman-
da y el estudio previo que requiere por parte del actor. El
juez podrá suplir el derecho, pero no le está permitido su-
plir los hechos, cuya exposición corresponde a las partes,
a cuyo cargo serán las consecuencias de su omisión o negli-
gencia” [Alsina, Tratado TP Dcho. Procesal Civil, Ed.
Ediar, 1961, t.III p.25].
“La demanda es una carga procesal de máxima impor-
tancia; fija la acción articulada, la cosa demandada y los
hechos en que se funde; produce efectos y consecuencias ju-
rídicas sustanciales” [De Santo, La demanda y la defensa en
el proceso civil, Ed. Universidad, p.93, 166/7, 459;
cap.29-44].
Con esta apoyatura claro resulta que para el actor
-Méndez- existieron tres circunstancias en modo, tiempo y
lugar bien definidas (3), de las cuales a través del agra-
vio pretende mudarlas, suprimiendo una al punto de olvidar-
la no haciéndose cargo. Y con la queja de la declaración de
parte nada más logra contradecirse profundizando el obrar
intercadente (resp.1ª, fs.461) sin que las condiciones per-
sonales -semianalfabetismo- vengan a interferir ya que des-
de el escrito postulatorio afirmó un acontecimiento inaugu-
ral —impactado desde atrás por la pick-up— pretendiendo
ahora ante la Alzada olvidarlo para afirmar, tras rechazar-
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se la acción sobre los co-demandados capítulo no venido en


crisis -firme-, sin fundamento, la unilateral y novedosa
versión de que Salgado fue quien provocó el accidente
(párr.2º, fs.591), siendo que antes dijo algo distinto e
inclusive logró demostrar el accionado la eximente -antes
de impactar con el automóvil de Salgado según refiere en su
demanda fue colisionado por otro vehículo- por vía de con-
fesión expresa equivalente a plena prueba -indivisible-
[arts.377, 386, 422 CPCyC].
II.b) En segundo lugar, volviéndose al eje por
respeto a la congruencia y soberanía que tienen las partes
sobre los hechos, las tres circunstancias a las que hizo
referencia el propio actor en su demanda son: (i) el día
30/dic./13 siendo las 0:30hs aprox. en momentos de hallarse
conduciendo a una velocidad no superior a los 30km/h su mo-
tocicleta por calle Colón, aproximadamente a mitad de cua-
dra entre las calles Entre Ríos y Buenos Aires, es impacta-
do desde atrás por un rodado tipo pick-up marca Ford F-100
conducido por Stivanello que circulaba en igual sentido y
por la misma arteria a una velocidad muy superior a la per-
mitida; (ii) en la circunstancia…, y al momento de efectuar
el sobrepaso a un automotor que estaba estacionado sobre la
calzada, frente al Sanatorio Mte. Caseros, sito en la misma
calle Colón, en forma paralela y junto al cordón, una per-
sona, propietario y conductor del vehículo estacionado, en
forma intempestiva, abrupta e imprudente procede abrir la
puerta delantera izquierda, haciendo con ello que, pese a
la maniobra evasiva de desvío intentada por nuestro mandan-
te, este no pueda evitar el impacto de su pierna derecha
contra el canto de la puerta de dicho rodado; (iii) la ca-
mioneta que lo sucedía en el tránsito lejos de detenerse lo
enviste violentamente pasándolo literalmente por encima
arrastrándolo; esta acción imprudente y desprovista de toda
precaución mínima de ambos codemandados -Stivanello y Sal-
gado- determinó que Méndez dé con su humanidad sobre la
calzada (fs.5vta/6)
Delimitado lo anterior la parte accionada, en este
caso Salgado y aseguradora citada -como recurridos-, en
ocasión de ejercer su legítimo derecho de defensa formula-
ron negativas y los correspondientes reconocimientos e in-
cluso, introduciendo defensas sustanciales, dieron la ver-
sión sobre su realidad de los hechos -impeditivos, no modi-
ficativos- (ptos.3º-4.3/4º, fs.58/9, 65/6; ptos.IV-V,
fs.129/133); sobre los cuales llegado el momento y sin opo-
sición de los protagonistas asistidos se celebró la audien-
cia preliminar enumerando el propio A-quo, puntual y clara-
mente, lo que iba ser de necesaria acreditación en autos -
sobre lo que se volverá abajo- (fs.160).
Corrido el traslado de demanda, para lo que aquí
importa en la medida de los agravios que otorgan la compe-
tencia al Tribunal, Salgado opuso la falta de legitimación
argumentando circunstanciada y detalladamente que: (a) ne-
gando algún tipo de intervención o responsabilidad en el
accidente, encontrándose estacionado al costado su vehícu-
lo, el actor impactó violenta e intempestivamente con el
vehículo estacionado sobre calle Colón, el actor ha sido la
persona culpable del impacto y su parte víctima del acci-
dente en cuestión; (b) que el vehículo conducido por Stiva-
nello ya había impactado a la motocicleta de Méndez y al
ser impactado pierde la estabilidad e impacta el vehículo
que estaba estacionado, vale decir el de Salgado; (c) suma-
do el hecho de un tercero extraño, en el caso el conductor
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de la pick-up conducido por Stivanello quien ha sido la


persona que impactó por la parte trasera al actor, lo que
causó que éste impacte con el vehículo -estacionado- y lue-
go de ello pierde estabilidad siendo nuevamente impactado
por Stivanello; la única causa eficiente fue el hecho cul-
poso del tercero que interrumpió la concatenación causal
(fs.58vta; 65/6).
A su turno la aseguradora citada en garantía, opo-
niendo idéntica defensa de fondo -falta legitimación pasi-
va- introduce su verdad de los hechos que no difiere de la
anterior: (a) el vehículo de Salgado se encontraba estacio-
nado sobre calle Colón; (b) al momento que la Ford F-100
conducida por Stivanello envistió a Méndez para luego pa-
sarlo por encima; (c) la motocicleta de manera intempestiva
aminoró su marcha para ser embestida desde atrás por la ca-
mioneta marca Ford (fs.132/3).
Y en tercer lugar, como se adelantara, el A-quo
procedió a fijar los hechos controvertidos y conducentes
sobre los cuáles iba versar la prueba: (1º) participación
en el hecho de Stivanello y de la camioneta y en su caso
velocidad de circulación; (2º) velocidad de circulación de
Méndez; (3º) apertura de puerta delantera izquierda por
parte de Salgado -capítulos firmes- (ver audiencia prelimi-
nar, fs.160).
II.c) Memorado los hechos que no deben ser olvida-
dos, en este punto cabe aclarar que el actor Méndez fue
quien no compareció a dicha audiencia, en cambio, estando
presente sus letrados apoderados nada se opusieron al punto
1º como objeto de prueba, lógicamente, orientado a probar
lo afirmado en la demanda que, como se transcribiera, el
mismo es impactado desde atrás por un rodado pick-up Ford
F-100 quien circulaba en igual sentido y por la misma arte-
ria que Méndez -sic- (fs.5vta); así propuesta la disconfor-
midad siquiera adquiere la condición de crítica concreta y
jurídicamente razonada que perfore el juicio de fundabili-
dad [arts.260 ap.2º, 264 CPCyC].
Insistir en la dificultad para el entendimiento
del léxico jurídico en Méndez, para intentar mudar la pla-
taforma fáctica en que claramente fundó, se muestra inopor-
tuna si antes ya fue consentido e introducido en la confec-
ción técnica del escrito postulatorio de ahí la necesidad
de la prueba —porque así figura en la demanda—. Por si fue-
ra poco, estando en tela de juicio la capacidad de entendi-
miento del actor al momento de responder, ninguna aclara-
ción, impugnación u observación se preocuparon por formular
al respecto quienes lo asistían, precluyendo todo al esta-
dio en que se encuentra la cuestión. Entonces, la declara-
ción de parte de ninguna manera refleja una situación dis-
tinta al hecho que se investiga en autos como sugiere el
agravio, ni tampoco cabe abrir juicio sobre lo que pudo in-
terpretar para responder afirmativamente el actor
(fs.588vta), si todo es precisamente lo que figura entre
las circunstancias de modo, tiempo y lugar que describió en
la demanda como hechos constitutivos a lo que se ciñó el
accionado y logró demostrarlo como hecho impeditivo que vi-
no a fracturar el nexo causal [arts.163 inc.5º, 164, 356,
377, 386 CPCyC; art.185 Const.Prov.].
Entiéndase, el principio de adquisición informa
que la prueba válidamente incorporada al proceso beneficia
o perjudica indistintamente a las partes, sin importar
quién la produjo; y en el juicio de selección se toman unas
para descartar otras, siendo suficiente las esenciales y
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decisivas que pasarán a ser valoradas a tenor de la sana


crítica y sostendrán la motivación autosuficiente con deri-
vación razonada del ordenamiento aplicable. “Debe quedar
bien en claro que no se violan las reglas de la sana críti-
ca ni carece de fundamentación la sentencia por el solo
hecho de no haber valorado el juez todas las pruebas produ-
cidas. Es suficiente que lo haya hecho en relación con las
que fueron esenciales y decisivas para el fallo de la cau-
sa” [Highton – Areán, Código Procesal Civil, Ed. Hammurabi,
t.VII -arts.355/395, p. 505]. “Es prerrogativa de los jue-
ces de las instancias ordinarias seleccionar el material
probatorio, pudiendo inclinarse a favor de unos elementos o
descartar otros, sin que sea necesario expresar en la sen-
tencia la valoración de todas las probanzas, sino únicamen-
te las que resulten necesarias y conducentes para el fallo
de la causa, sin que la no valoración de alguna de ellas
constituya por sí sola, un supuesto de absurdo puesto que
no se hace con ello sino ejercer un derecho otorgado por el
código de rito” [SCBA, 7/7/98, pub. Lexis Nexis, n°
14/30527, CApel.Czú.Ctiá. Sentencia 66/12].
Ya el Superior Tribunal de Justicia tuvo ocasión
de resolver que, “la prueba, como se sabe, es la manifesta-
ción de la realidad de un hecho y de la consiguiente verdad
de la proposición fáctica que lo representa. En virtud de
la prueba judicial y merced a los diversos medios probato-
rios que el juez valora con arreglo a su prudencia, se for-
ma en su ánimo la convicción moral de la verdad de los
hechos alegados por las partes (Massini, Introducción a la
lógica judicial en la función judicial, Ed. Depalma,
p.44/45). De ahí que se ha dicho lo que decide un pleito es
la prueba y no las simples manifestaciones unilaterales de
las partes (SCBA 19/9/79 Ac. 28/199, 117 p. 337, cit. en
DT, 1999-B, 1324)” [STJ Sentencia 19/16, confirma CA-
pel.Czú.Ctiá. Sentencia 55/15 – Expte.2335/11].
III.a) Cosa juzgada – Límites jurisdiccionales.
Ingresa firme y fuera de queja el rechazo de la demanda co-
ntra los demás co-demandados Astarloa – Stivanello a quie-
nes sea como dueño o guardián el actor imputó responsabili-
dad civil y sin lugar a dudas revistió la cuestión esencial
primera y autónoma base del presente proceso (Consid.VI-B,
fs.572/4).
Sin embargo, es necesario aclarar que la imputa-
ción no puede sostenerse de modo diferenciado o paralelo
quedando al margen, razonable ni coherentemente, por no ser
la desencadenante, tampoco coadyuvante, acumulativa ni con-
currente la de uno -conductor de la pick-up que impacta de
atrás a Méndez- para con la del demandado Salgado -vehículo
estacionado que abre la puerta-, pues así como quedaron ad-
mitidos y plantados los ‘hechos’ en la demanda -luego pro-
bados-, la participación de quien viene en calidad de de-
mandado recurrido ha sido consecuencia/fin y no cau-
sa/origen como la del primero tercero extraño por quien no
debe responder (1ª, fs.461).
Corresponderá así, objetivamente, adjudicar res-
ponsabilidad exclusiva en el hecho indivisible al primero —
pick-up embistente—, de lo que intenta desligarse el actor,
que directa e inmediatamente exculpa al segundo como factor
eximente de responsabilidad civil por ser donde fue a parar
el actor —vehículo estacionado—, sobre cuyo primer arco li-
tisconsorcial pasivo no se sostuvo la acción de daños pro-
movida y arriba firme el rechazo de la demanda del actor en
ese sentido, por ende, sin competencia el Tribunal para
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formular apertura o replanteo sobre este asunto aún cuando,


como ahora, pretenda el recurrente mudar, suprimir o inver-
tir los hechos introduciendo cuestiones sobre aspectos ya
decididos en función de las pruebas obrantes (pto.2º,
fs.574).
Larga e invariablemente la doctrina con apoyo en
jurisprudencia enseña que, “el respeto a la cosa juzgada es
uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta
el régimen constitucional y no es susceptible de alteracio-
nes…, porque la estabilidad de las decisiones jurisdiccio-
nales tiene igual carácter y constituye un presupuesto in-
eludible de la seguridad jurídica” (CNCiv. Sala L,
06/03/2008, pub. LL. online); “el fundamento de la cosa
juzgada no responde tanto a motivos de justicia, como de
seguridad y orden, estando dirigida esencialmente a evitar
el replanteo de contiendas por el mismo asunto, aun cuando
se formulen de diferentes formas” (CNCom. Sala A, pub. LL.
online); “la cosa juzgada constituye un efecto natural de
toda sentencia firme y de allí emana su obligatoriedad, que
implica, no sólo la inimpugnabilidad sino también la impo-
sibilidad de que su contenido sea alterado…, tornando inad-
misible toda nueva discusión o resolución acerca de las
cuestiones ya decididas” (CNCom. Sala A, pub. DJ
08/07/2009, 1897) [Diegues, Cosa Juzgada, pub. LL. 6/9/10,
cita: on line – ver sumarios].
III.b) Aún cuando pesen presunciones de causalidad
concurrente según el modo, tiempo y lugar en que ha sido
planteada la acción, no caben dudas, se ha probado la exis-
tencia de un factor eximente que comprende el hecho de un
tercero y la culpa que le es ajena y extraña al demandado,
por la que no debe responder y echa por tierra el planteo
impugnativo -ver abajo- [arts.34 inc.4º, 163 inc.6º, 164
CPCyC].
En efecto, al ser impactado desde atrás por una
pick-up la moto que conducía el actor —ambos en movimiento—
(pto.3º, fs.5vta), confesando el propio demandante como
afirmativo, por ser un hecho conducente sobre los que versó
la prueba -firme- (pto.1º, fs.160), que antes de impactar
con el automóvil de Salgado fue colisionado o embestido por
otro vehículo (fs.461) su papel en el escenario llamado
conflicto siniestral lo que habría sido ignorado por la pe-
rito -ver abajo- pasó ser la de cosa inerte que no es dable
tras suceder lo primero, otorgarle jurídicamente estar con
control, dominio ni dirección de la motocicleta, sostenien-
do la posibilidad de un sobrepaso o adelantamiento y pese
maniobra evasiva de desvío no puede evitar (ver: ii).
Todo lo contrario, ocurrido el primer choque de
atrás cuando venían en movimiento lo transforma en un mero
agente pasivo del accidente por contacto anterior, fruto de
la embestida que le diera la pick-up desde atrás (fs.5vta).
Tal situación conduce añadir una tercera intervención vehi-
cular (que sería la primera y desencadenante del suceso)
que la mencionó e introdujo el propio actor, la probó el
demandado y enerva la conclusión pericial llegado el momen-
to de su valoración jurisdiccional (dictamen, fs.64/6 – Ex-
pte.4519/14).
Como colofón, la situación del auto estacionado
con o sin la puerta abierta donde fue a parar el actor, de-
muestra que su intervención no fue causa fuente origen del
daño motivo del presente reclamo, sino que la colisión
oblicua anterior contra la puerta delantera (pto.3º, fs.66;
Expte.Penal) es posterior y encuentra su génesis a raíz de
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haber sido previamente impactado desde atrás por la pick-up


dando a parar contra el vehículo reglamentariamente deteni-
do que lo transforma en consecuencia fin —aunque luego si-
gan los sucesos respecto de la pick-up—, no por una acción
imprudente y desprovista de toda precaución mínima de ambos
demandados (ver: iii; ver: b-c) sino por la de uno, sin que
quepa abrir juicio sobre este último -Salgado- en cuanto
deberes de cuidado, previsión, prevención y precaución ya
que la apertura de la puerta en el ‘iter causal’ no fue el
hecho que generó el riesgo -accidente-, tampoco vino afec-
tar el tránsito ni interfirió en el adelantamiento del ac-
tor por permanecer estacionado, sino que el suceso sinies-
tral se originó antes a consecuencia de la circulación
vehicular —en movimiento— entre la moto con otro rodado de
tipo pick-up que lo embiste desde atrás antes de impactar
con el automóvil estacionado de Salgado (resp.1ª, fs.461).
En este último razonamiento jurídico – abstracto
para lo que importa al plexo legal estriba y anida el hecho
ilícito base de responsabilidad civil sobre lo que no hay
agravio por parte del actor, operando un factor eximente a
favor del recurrido y su aseguradora [art.1113 párr.2º
C.Civil; arts.39, 42.a, 49.a, 64 ley 24.449, adherida ley
prov. 5037/96]
“Deben tenerse por firmes todas aquellas conclu-
siones del fallo recurrido que no hayan sido eficazmente
controvertidas por el recurrente en la expresión de agra-
vios” [Morello, Los Hechos en el Proceso Civil, Ed. La Ley,
Bs.As. 2004, p.203; sumario: C.1ªCiv.Com. La Plata, Sala
III, 21/12/72, pub. LL. 150-339] Es que, “los tribunales de
Alzada no pueden exceder la jurisdicción que les acuerdan
los recursos concedidos para ante ellos, que determinan el
ámbito -límites- de su competencia” [CSJN, 1/4/82, Rep. ED,
16-762, 41; íd. 21/3/72, pub. LL. 151-636].
Concretamente, “la parte del fallo no impugnado o
criticado insuficientemente, como sanción al recurrente,
quedará consentida, pues la demanda de impugnación que abre
la segunda instancia viene a determinar los agravios y ca-
pítulos que se someten a decisión de la cámara. La expre-
sión de agravios debe contener un análisis de la sentencia,
señalando y demostrando, punto por punto, los errores en
que se ha incurrido y las causas por las cuales el pronun-
ciamiento se considera injusto o contrario a derecho; es
decir debe atacar concreta y frontalmente los verdaderos
fundamentos del fallo” [Fenochietto, Código Procesal Civil,
Ed. Astrea, 2ª edic. Bs.As. 2000, t.II p.101/2].
IV.a) Responsabilidad civil – Nexo de causalidad
adecuada – Eximente. Al tabicar el sub-título, la universa-
lidad del reclamo por responsabilidad civil de estos autos
consiste en un juicio de mérito que contuvo a los dos pro-
tagonistas siniestrales —sin reabrir debate sobre la parti-
cipación subjetiva de uno— pero sobre el cual el Tribunal
tiene vedada toda competencia según ya se expresara antes,
no pudiendo el actor ante la Alzada por vía impugnativa
pretender alterar, modificar y suprimir los hechos antes
expuestos en su demanda en pos, producto de las pruebas
obrantes, perseguir la negación de la intervención de un
tercero que, como eximente, interfirió fracturando la ac-
tuación del segundo Salgado en lo que hace al nexo causal
adecuado [art.260 ap.2º, 264 CPCyC].
Introducida válidamente y confesada la concurren-
cia causal inicial ajena y totalmente extraña al demandado,
probándose de que ‘antes de impactar con el automóvil de
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Salgado, según refiere en su demanda, fue colisionado o em-


bestido por otro vehículo, contesta: SI’ (ver fs.461), tal
como lo dijo en su demanda (ver: i) sobre lo que se defen-
dió el demandado e idénticamente la citada en garantía opo-
niendo la eximente del hecho de un tercero por causa ajena,
lo que sucedió es que ese hecho eficiente en el plano jurí-
dico, aunque se luzca como reiterativo por momentos, vino a
interferir e interrumpir el nexo causal en la producción
del evento dañoso sin mucho más por agregar al respecto
(ver: ii-b-c -respectivamente-).
Haya o no estado abierta la puerta que fuera moti-
vo de prueba impuesto por el A-quo en audiencia preliminar
(pto.3º, fs.160), lo cierto es que de todas maneras e
igualmente el accionado nada pudo prever e inclusive, a ma-
yor abundamiento en el plano o juicio de representaciones
intelectivas, de preverlo no habría podido evitar la coli-
sión sobre el automóvil estacionado, estando demostrado a
su respecto la existencia de un factor ajeno y extraño exi-
mente que previno —escapando todo cálculo previsivo de evi-
tabilidad—, esto es, la responsabilidad de un tercero por
quien no debe responder por ser quien, admite, impactó des-
de atrás su motocicleta, y se probó, ocurrió antes de im-
pactar con el automóvil de Salgado [art.1113 párr.2º
C.Civil].
IV.b) Por un lado, en nada se discute ni habrá de
entrar en tónica de equivalencia la responsabilidad que le
cabe al automovilista que desaprensivamente abre la puerta
del automóvil estacionado provocando la colisión con quien
circula por detrás -motociclista-, causando consiguientes
daños a quien embiste la cosa. Esto así, objetivamente, por
ser quien generó el riesgo y que el Tribunal no las desco-
noce pero, sin embargo, se vuelven inaplicables aún con la
teoría de la influencia causal de cada culpa por el suceso
que previno que es eficiente generador y está demostrado a
través de plena prueba [arts.1109-1113 C.Civil] [Areán,
Juicio por accidentes de tránsito, Ed. Hammurabi, p.798,
parág.99-100; p.831, parág.210/213; ver sumarios; Llambías,
Obligaciones, t.III, p.74, n° 2293; Código Civil Anotado,
t. II-B, p.444, n° 9; Kemelmajer de Carlucci en Belluscio –
Zannoni, Código Civil, Ed. Astrea, t.IV, p.400, n° 12].
Sin embargo, por el otro lado y como viene soste-
niéndose, sin posibilidad jurídica de atribuir responsabi-
lidad como coautores dada la ajenidad de los sujetos inter-
vinientes en el siniestro –Ford F-100 pick-up y Fiat Uno- y
aún cuando se intente acudir hasta la presunción de causa-
lidad concurrente que pesa tanto sobre quien impacta a una
motocicleta como quien abre la puerta del vehículo estacio-
nado, en autos, existe ‘plena prueba’ que lo primero exis-
tió y actuó como agente activo generador desencadenante del
riesgo -pick-up- y el actor Méndez, objetivamente, sin do-
minio ni posibilidad del control que relata (ver: ii) fue a
dar sobre la cosa de Salgado -puerta abierta- operando es-
tos últimos sujetos en la cadena causal como agentes pasi-
vos del primero suceso [arts.377-386 CPCyC].
En la especie no está cuestionada la colisión pro-
tagonizada por los tres rodados (2 en movimiento), ni las
circunstancias de tiempo y lugar en que ella se produjo. En
cambio, existiendo discrepancias fundamentales acerca de la
responsabilidad que se atribuye a Salgado por abrir la
puerta del auto estacionado, no corresponde borrar, supri-
mir ni olvidar del plano de los ‘hechos’ que el actor antes
habría sido embestido ‘de atrás por una pick up’, cuestión
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que unilateralmente prefiere ahora no hacerse cargo ni de-


cir en qué anaquel va quedar. Sería este último, entonces,
el causante y generador de los daños que reclaman. Volvien-
do a la cosa juzgada, sin que exista responsabilidad civil
por el hecho de la ‘pick-up’, deberá exculparse a Salgado,
en cuanto se encuentra a su favor acreditada la existencia
de un factor eximente, esto es, la responsabilidad de un
tercero ajeno y extraño por quien no debe responder
[art.1113 C.Civil].
Este brevísimo y decisivo razonamiento es el que
sella de plano la admisibilidad de las restantes discrepan-
cias que con la plataforma fáctica ensayada en la ‘demanda’
se vuelven objetivamente improponibles pues, todos los tes-
tigos a los que acude comprimiéndolos el actor (ver
fs.589vta) y demás medios probatorios -pericia- que intenta
sostener en el recurso y obran también en la causa penal -
por cuerda- estarían en clara contradicción con el texto de
la demanda del propio actor, por tanto serían inconducentes
e insostenibles por mudar y desdecir la versión en que se
fundó suprimiendo un primer hecho para sólo hacer valer el
segundo como determinante (ver i-ii); de ser así y tomarse
como viene fundado el agravio, abierta y arbitrariamente,
se lesionaría la congruencia, debido proceso y defensa en
juicio [arts.16-18 CN].
Todos ellos darían cuenta de un único hecho gene-
rador que estaría fundado en la ‘apertura de la puerta del
vehículo estacionado’ cuando, sin embargo, lo que dijo el
actor -demanda- probó el accionado a su favor, que el hecho
constitutivo admitido de que ha sido impactado desde atrás
por una pick-up antes de impactar con Salgado existió y
además, quedó ratificado a través de la plena prueba del
actor en su contra -declaración de parte- [arts.386, 422,
456-477 CPCyC].
IV.c) A partir de entonces, razonablemente, lo que
existió es una causalidad no concurrente ni acumulativa que
interfirió el orden causal ordinario de las cosas que exime
de responsabilidad civil al recurrido Salgado. Pretender
enrostrársele responsabilidad civil sin antes tabicar el
origen de la cadena de imputación, demuestra internamente
la improcedencia del recurso [arts.260 ap.2º, 264 CPCyC].
La necesidad de examinar la cuestión a través del
prisma de la causalidad adecuada informa que, “corresponde
establecer, en el plano jurídico, si un suceso es causa de
otro; por consiguiente, es necesario realizar ex post fac-
to, un diagnóstico de probabilidad en abstracto, inquirien-
do si la acción u omisión que se juzga era, de suyo, idónea
para producir normalmente ese hecho, según el curso natural
y ordinario de las cosas” [Tanzi – Alterini, La demanda de
daños, p.154].
Claramente a tenor de los hechos expuestos en la
demanda en la cadena causal descripta y probada, el único e
inmediato hecho generador ha sido el primero que admitió el
actor y la ratificó en su declaración de parte -impacto
desde atrás por una pick-up cuando venía circulando, en mo-
vimiento-, siendo la segunda una consecuencia fin mediata
imprevisible que es donde iría a parar el actor ya embesti-
do, transformándose su masa en movimiento en un agente pa-
sivo sin control ni dominio. La acción posterior de este
demandado -abrir la puerta delantera izquierda- pese afir-
mar el actor efectuar maniobra evasiva de desvío no pudo
evitar el impacto de su pierna derecha contra el canto de
la puerta, jurídicamente y en abstracto en el plano de re-
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presentaciones intelectuales -ver Goldenmberg-, objetiva-


mente se torna inviable e inverosímil al intentar avenirlo
como único y exclusivo responsable de las consecuencias in-
mediatas y mediatas previsibles pues aún previéndola no
habría podido evitarla (léase colisión oblicua anterior,
pericia penal – Expte.4519/14) por ser absolutamente ajeno
a lo primero -motociclista embestido que da parar contra su
vehículo- [arts.514, 902-906fine C.Civil].
V.a) Prueba pericial – Relatividad – Sana crítica.
En este sentido cabe recordar que la auxiliar de la justi-
cia -perito- describe un conflicto siniestral sobre el que
efectúa su loable calificación técnica del hecho vial, sin
que importe hayan o no existido impugnaciones al respecto
por las partes siendo ésta la ocasión de su valoración in-
tegral y compuesta atento conjeturas e interpretaciones por
la ‘concomitancia de dos entidades vehículares’ que no re-
posan sobre aspectos científicos incontrovertidos y que, no
obstante, las presenta como exactas pero, según se verá más
abajo, encuentran una plena prueba en contrario de la pro-
pia víctima demandante que agrega una entidad vehícular an-
terior promotora -declaración de parte- [art.12 LOAJ;
arts.386, 422-477 CPCyC].
Tiene dicho el Tribunal que, “cuando las circuns-
tancias de hecho no se presenten como terminantes, el peri-
to debe confeccionar su dictamen para cualquier posibilidad
de apreciación de los hechos, no simplemente para los con-
siderados por él como exactos” [Rosemberg, Tratado, t.II,
p.267, ver Falcón, Tratado Derecho Procesal., t.II, p.82,
nota 146].
“La pericia debe expresar la fuente en que asienta
determinada conclusión, y fundarse en datos ciertos y com-
probados y no en conjeturas. Si la premisa es una conjetu-
ra, la conclusión fundada en esas premisas, -que solo cons-
tituyen hipótesis no acreditadas- también será una conjetu-
ra sin sustentos sólidos. Así, se ha dicho que, el dictamen
pericial sólo tiene entidad probatoria cuando las conclu-
siones que de él emanan reposan sobre aspectos científicos
incontrovertidos, pero carecen de ese efecto cuando se
asientan sobre apreciaciones personales, pareceres o inter-
pretaciones personales del perito o pretenden suplir la ac-
tividad jurisdiccional del sentenciante que es indelegable”
[Areán, Juicio por accidente de tránsito, Ed. Hammurabi,
t.III, p.910, sumario 202].
“De ello se colige que cabe indicar entre otros
supuestos de inatendibilidad de la prueba pericial, a los
casos en que, no obstante ser técnicamente correcto el dic-
tamen, juegan otros factores que escapan a la apreciación
del experto mas no a la del juzgador, quien no debe dejar
de evaluarlos en procura de hallar la solución justa del
caso. También, y aun en ausencia de impugnaciones, cuando
un dictamen se basa en circunstancias no probadas, como me-
ras hipótesis, puras abstracciones o versiones de una de
las partes que no encuentran respaldo objetivo en las cons-
tancias de la causa; o bien cuando su elaboración se funda
en la valoración del resultado de otras pruebas, cometido
propio del juez y ajeno a la labor pericial; o cuando el
perito emite sus conceptos sin detenerse a explicar las ra-
zones que lo condujeron a sus conclusiones, o si éstas no
son claras o adolecen de contradicciones, o contrarían
hechos notorios; o cuando el dictamen invade aspectos que
no han sido propuestos a consideración del perito” [Ammi-
rato, Sobre la fuerza probatoria del dictamen pericial”,
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pub. LL. 1998-F, 274 - LLP 2000, 808, nota: CNF.Civ.Com.


Sala II, 1997/11/04, in re: Lawsa S.A.].
"La fuerza probatoria de los dictámenes periciales
es de meditación exclusiva del magistrado, quien teniendo
en consideración la competencia de las personas que efectú-
an los mismos, los principios en que puedan fundarlos y la
concordancia de su aplicación con las reglas de la sana
crítica y demás elementos de convicción que la causa ofre-
ce, tomará su propia convicción, adjudicándole el valor que
estime apropiado para la resolución de la litis" [C1ª CC
San Isidro Sala I, octubre 30-986, in re: Fernández Miguel
c. Forn, Carlos M. suc. y otros, pub. DJ. 1987-1, 600, cita
Santiago, ¿Deben los jueces valorar en forma distinta la
prueba pericial?, pub. LL. 1997-E, 313; CApel.Czú.Ctiá.
Sentencia 48/14 – Expte.15.398/14].
Así es como no debe la jurisdicción civil detener-
se sobre lo afirmado por la perito al irrumpir lo que hace
a la denominada zona de reserva por medio de la cual su ex-
perticia, solamente, como punto de observación crítica y
vertebral, solamente se basó en la intervención participa-
tiva de dos unidades vehiculares como ‘colisionantes’ (Fiat
Uno del demandado y Motocicleta Brava del actor, fs.64)
cuando en verdad de los hechos del actor antes hubo una
tercera -pick-up- la que resultó ser la generadora del con-
flicto siniestral [arts.34 inc.4º, 163 inc.5º, 164 CPCyC].
Y ahora, para lo que verdaderamente importa en au-
tos, el actor recurrente, al hacer mérito sobre la conducta
del conductor del automóvil estacionado -Salgado- enros-
trando que efectúa la apertura de la puerta anterior iz-
quierda y no percibe el advenimiento de la motocicleta
quien ante esta acción inesperada contacta violentamente
con su sector frontal al marco interno posterior de la
puerta (pto.3º, fs.66) lo hizo sin saber en la órbita o
iter causal que otra ‘anterior’ era una de las cuestiones
controvertidas, conducentes y relevantes por probar en jui-
cio (ver audiencia preliminar: pto.1º, fs.160 -ppal.-) de
la que se ocupó la parte accionada probarla en sede civil
confesando el actor antes de impactar con Salgado fue coli-
sionado o embestido por otro vehículo (preg.1ª, fs.461), de
ahí que la adjudicación de calidad embistente -motocicleta-
y de embestido -Fiat Uno- (pto.4º, fs.67) es eximente de
responsabilidad civil por no haberla provocado antes y te-
ner fuente en un hecho ajeno y extraño anterior que opera
como culpa exclusiva de un tercero por el que no debe res-
ponder Salgado exonerándolo -hecho admitido y probado-
[arts.906fine, 1113 párr.2º C.Civil].
“Los factores que interrumpen un nexo causal son
varios, algunos son: la causa ajena, la culpa de un terce-
ro, el caso fortuito o fuerza mayor. Daños causados con las
cosas: se presume la culpa, pero el sujeto demandado puede
eximirse probando la falta de culpa, la culpa de un tercero
por quien no responder y el caso fortuito. Daños causados
por el riesgo o vicio de la cosa: para eximirse no basta la
prueba de la falta de culpa, sino que el demandado debe
probar la culpa de un tercero o el caso fortuito ajeno al
riesgo o vicio de la cosa. Para que el nexo de causalidad
se rompa debe existir una causa ajena al responsable que
interrumpa el nexo causal. Entre la causa puesta por el de-
mandado debe existir otra que aniquile, altere o disminuya
sus efectos. La causa ajena es todo hecho o acontecimiento
extraño y no imputable al responsable. La causa ajena, val-
ga la redundancia, es un hecho ajeno, lo que significa que
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el sujeto no debe haberla provocado de ninguna manera, por-


que no tiene nada que ver con lo sucedido” [Herrera, Teoría
general de la responsabilidad civil, Ed. Ab.Perrot, p.224-
ss, cap. Interrupción del nexo causal – Causas que inte-
rrumpen].
V.b) En concreto, lo que sería el núcleo de causa
a efecto, la acción idónea y eficiente para provocar y pro-
ducir ese resultado específico, lisa y llanamente, ha sido
la primera maniobra —impacto desde atrás por la pick-up an-
tes de impactar con el vehículo de Salgado— (pto.3º, fs.5;
pto.1º, fs.160; resp.1ª, fs.461) sin que siquiera pueda
existir sustancialmente co-causación, influencia causal de
culpas, causalidad común, concurrente o de responsabilidad
indistinta —que por cierto no deben confundirse y se las
explicaran— con la segunda maniobra imputable al demandado
por ser posterior, independiente no coadyuvante, completa-
mente ajena y extraña a la primera, importando solamente
como el lugar contra el que fue a parar el actor embestido
como agente pasivo. En abstracto de acuerdo al procedimien-
to de prognosis póstuma -posibilidad de resultado-, el
hecho del tercero embistente, jurídica y eficientemente,
constituyó la ‘causa fuente origen’ relevante del suceso
dañoso -donde nace- sobre el cual el actor, con o sin puer-
ta abierta, en la cadena de acontecimientos que estarían
proyectándose con conexión lógica inmediata por ser el ‘fin
consecuencia resultado’, igualmente habría ido parar sobre
el automóvil estacionado dado el tiempo de colisión oblicua
anterior, adquiriendo por tanto el demandado Salgado al
igual que el actor -Méndez- la condición de embestidos —
este último por el hecho del primero que transforma en con-
secuencia/fin lo del segundo, liberándolo en la causalidad
desde el ángulo jurídico— [arts.163 inc.6º, 164 CPCyC].
De acuerdo al texto e importancia de la ‘demanda’
y la ‘plena prueba’ aportada, la doctrina informa que, “las
consecuencias de un hecho no serán necesariamente las mis-
mas desde el punto de vista empírico que con relación al
área de la juridicidad. En el iter del suceder causal el
plexo jurídico sólo toma en cuenta aquellos efectos que
conceptúa relevantes en cuanto pueden ser objeto de atribu-
ción normativa, de conformidad con pautas predeterminadas
legalmente, desinteresándose de los demás eslabones de la
cadena de hechos que no por ello dejan de tener, en el pla-
no ontológico, la calidad de consecuencias” [Goldenberg, La
relación de causalidad en la responsabilidad civil, Ed. La
Ley, p.8/9 cap. Investigación causal – Causalidad en el ám-
bito jurídico; p.54/5-97 cap. Clasificación de las conse-
cuencias].
Como colofón, en el eslabonamiento del suceder o
iter causal, ha sido ajeno por tanto extraño y no merece
imputación por la culpa del tercero el demandado recurrido,
desplazándose hacia el conductor de la pick-up el hecho ex-
clusivo que merece dársele como primer suceso relevante,
eficiente y causante u originante y desencadenante del
riesgo que lo exonera totalmente Salgado, consecuencia –
fin o contacto por proyección que, en abstracto, de igual
modos habría sucedido, haya o no abierto la puerta, por
cuanto era sobre el automóvil estacionado que en definitiva
iba ir a parar la humanidad del actor quien ‘antes’ hubo
sido embestido desde atrás por la pick-up -según los hechos
expuestos demanda y probados en su contra- [arts.906fine,
Provincia de Corrientes
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1113 párr.2º C.Civil; arts.163 inc.6º, 164, 260 ap.2º


CPCyC].
VI) Costas. Sin ser modificatorio el pronuncia-
miento venido en crisis, al haberse opuesto al progreso del
recurso la parte accionada y aseguradora citada en garantía
(respondes, fs.596/601, 603/5), con vista del Ministerio
Público (dictámen, fs.631/2) las costas de 2ª Instancia
irán por cuenta del actor recurrente vencido, en función
del principio objetivo de la derrota [arts.68 ap.1º, 163
inc.8º, 164, 261 CPCyC].
Solución. De adquirir mayoría este Voto, propongo
para el Acuerdo del Tribunal el siguiente pronunciamiento:
a) Se rechace el recurso de apelación interpuesto por el
actor (fs.582/592) contra el Fallo 23/17 (fs.567/574) en
cuanto fuere motivo de agravios; imponiéndose las costas
de 2ª Instancia a cargo del recurrente vencido. ASÍ VOTO.-
A LA MISMA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR CAMARISTA DR. CLAU-
DIO DANIEL FLORES DIJO: Que compartiendo el criterio y doctrina sus-
tentado por el Señor Vocal preopinante, voto en idéntico sentido.
Con lo que terminó el Acuerdo pasado y firmado por ante mí,
Secretaria de todo lo cual doy fé.

Dr. Ricardo Horacio PICCIOCHI RÍOS Dr. Claudio Daniel FLORES


JUEZ JUEZ
Cámara de Apelaciones Cámara de Apelaciones
Curuzú Cuatiá (Ctes.) Curuzú Cuatiá (Ctes.)

Dra. María Isabel RIDOLFI


SECRETARIA
Cámara de Apelaciones
Curuzú Cuatiá (Ctes.)
S E N T E N C I A

Curuzú Cuatiá, 4 de junio de 2.018.-


NÚMERO: 022
Y VISTOS: Por los fundamentos que instruye el Acuerdo prece-
dente, SE RESUELVE: 1°) Rechazar el recurso de apelación inter-
puesto por el actor (fs.582/592) contra el Fallo N° 23/17
(fs.567/574) en cuanto fuere motivo de agravios. 2°) Imponer
las costas de 2ª Instancia a cargo del recurrente venci-
do.3°) Regístrese, insértese, agréguese copia al expediente, notifí-
quese y vuelvan los autos al Juzgado de origen. T..-

Dr. Ricardo Horacio PICCIOCHI RÍOS Dr. Claudio Daniel FLORES


JUEZ JUEZ
Cámara de Apelaciones Cámara de Apelaciones
Curuzú Cuatiá (Ctes.) Curuzú Cuatiá (Ctes.)

Dra. María Isabel RIDOLFI


SECRETARIA
Cámara de Apelaciones
Curuzú Cuatiá (Ctes

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