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Al proseguir el desarrollo, los cordones hepáticos se mezclan con las venas vitelina y umbilical
que constituyen los sinusoides hepáticos. Los cordones hepáticos se diferencian en
parénquima (hepatocitos) y producen el revestimiento de los conductos biliares. Las células
hematopoyéticas, las células de Kupffer y las células de tejido conectivo derivan del
mesodermo del tabique transverso. Cuando las células hepáticas invaden la totalidad del
tabique transverso, el órgano sobresale caudalmente hasta entrar en la cavidad abdominal, el
mesodermo del tabique transverso queda entre el hígado y el intestino anterior, así como el
que se dispone entre el hígado y la pared abdominal ventral se vuelven membranosos y dan
origen al omento menor y al ligamento falciforme, respectivamente. A ambos se les da el
nombre de mesenterio ventral luego de formar la conexión peritoneal entre el intestino
anterior y la pared abdominal ventral. (Fig2)
El mesodermo en la superficie del hígado se diferencia en el peritoneo visceral con excepción
de su superficie craneal. En esta región el hígado permanece en contacto con el resto del ta-
bique transverso primitivo. Esta parte del tabique, constituida por un mesodermo denso,
formará el tendón central del diafragma. La superficie del hígado que está en contacto con el
futuro diafragma queda cubierto por el peritoneo; constituye el área
desnuda del hígado (Fig2).
En la décima semana del desarrollo el hígado pesa aproximadamente 10% del peso corporal
total. Aunque en parte esto puede atribuirse a la gran cantidad de sinusoides, otro factor
importante es su función hematopoyetica. Grandes centros de células en proliferación,
que producen glóbulos rojos y blancos, se localizan entre los hepatocitos y las paredes de los
vasos. Esta actividad desaparece de manera gradual en los últimos 2 meses de vida
intrauterina; en el momento del nacimiento no quedan sino pequeños islotes
hematopoyéticos. El peso del hígado representa apenas 5% del peso corporal total.
Otra función importante del hígado empieza aproximadamente en la semana 12, cuando las
células hepáticas producen la bilis. Mientras tanto, la bilis puede entrar en el conducto
gastrointestinal porque la vesicula biliar y el conducto cistico se han desarrollado y éste se
unió ya al conducto hepático para crear el colédoco (Fig3) . Por ello, sus contenidos adquieren
un color verde oscuro. Debido a los cambios posicionales del duodeno, la entrada del colédoco
paulatinamente deja su posición anterior inicial para ocupar una posición posterior y, en
consecuencia, el colédoco pasa por detrás del duodeno.
ANATOMIA DEL HIGADO
Si usted palpa el borde inferior derecho justo bajo su caja torácica, allí, puede sentir una masa
firme que produce un sonido sólido cuando lo golpea suavemente, pero con firmeza, como en
un tamborileo. Ese es su hígado. Tiene una consistencia esponjosa cuando está sano. *En un
niño con enfermedad hepática, a menudo es más firme.
El hígado, localizado bajo el diafragma y las costillas, se extiende a través del lado izquierdo del
cuerpo por encima del borde superior del estómago. La verdosa vesícula biliar y sus vías están
exactamente debajo del lado derecho del hígado.
El suministro de sangre del hígado es exclusivo, proviene tanto del corazón como del tracto
digestivo en forma directa a través de un gran vaso sanguíneo llamado la vena porta.
Cada uno de los dos lóbulos principales contiene unidades más pequeñas llamadas lobulillos.
La mayoría de los hígados tienen de 50.000 a 100.000 lobulillos que constan de una vena
rodeada por minúsculas células hepáticas llamadas hepatocitos. Estas células purifican la
sangre, eliminan los desechos y toxinas y almacenan nutrientes saludables para que el cuerpo
los utilice cuando sea necesario