Professional Documents
Culture Documents
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre” (vss. 19-20).
Luego, en una carta dirigida a los hermanos gentiles, los apóstoles, ancianos y la
iglesia en Jerusalén indicaron que tal veredicto era de origen divino,
confirmando que
OBJECIONES PRINCIPALES
A pesar del veredicto final del Espíritu Santo en contra del consumo de sangre
en la Era Cristiana, algunos, incluso en la iglesia del Señor, han “reabierto” el
caso al presentar objeciones con el fin de brindar consentimiento. Hace algún
tiempo atrás, encontré casualmente un artículo en un sitio prominente de la
iglesia del Señor, donde se argumentaba a favor del consumo de sangre en
comidas como la morcilla. Decidí escribir al autor del artículo pera señalarle
algunos malentendidos en su escrito. Después de algunos intercambios
amistosos de correos electrónicos, el autor decidió remover el artículo de su
sitio. Esta sección es una compilación y ampliación de algunas respuestas a
argumentos que se me presentó en tal correspondencia.
Desde luego, “todo lo que se mueve y vive” es relativo (ya que los bebés
humanos también se mueven y viven). En su contexto, esto hace referencia a los
animales, y adicionalmente a las plantas. De manera interesante, la sangre
también se “mueve” y “vive” (porta vida), pero la prohibición de Dios restringe
su consumo; es decir, aunque se “mueve” y “vive”, no fue creada con el
propósito de consumo (o “alimento”, como la Versión Reina Valera de 1995
traduce). La conclusión es que, en cuanto al consumo de los animales, el
contexto lo limita a la carne, y excluye la sangre.
Entonces, ¿con qué propósito creó Dios la sangre? Respuesta: Dios creó la
sangre con el propósito de ser la fuente de la vida (Éxodo 9:4) y el medio de
expiación (Levítico 17:11). Ya que el propósito de su creación todavía es el
mismo (cf. Juan 19:34; Hebreos 9:11-12), la sangre todavía no califica como
“alimento”. Por ende, no se debería usar incorrectamente los versículos que
hablan de los alimentos para aprobar el consumo de sangre.
CONCLUSIÓN