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IGRESIA INTERNACIONAL

DE LA GRACIA DE DIOS
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Curso de Fe Lección No 11 – Venta Prohibida

Vanas repeticiones
E l Señor Jesús nos hizo una advertencia importante: Y al orar no
uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por
su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque
vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros
le pidáis (Mt 6:7-8). Sin embargo, la mayoría de los cristianos no le dan
importancia a este consejo del Señor, por eso, fracasan.
Pues bien, si la necesidad de evitar las vanas repeticiones no fuera algo
serio e indispensable, el Señor nunca nos hubiera hecho esa advertencia. En
ella, nosotros vemos además de la inutilidad de ese acto, algo que molestaría a
nuestro Padre, porque Él ya sabe lo que necesitamos antes que se lo pidamos.
Si existen las vanas repeticiones, o sea, las falsas e improductivas
declaraciones, es porque existen las repeticiones verdaderas y productivas.
Repetir nuestra posición en Cristo, que creemos en la palabra y exigir
que el mal sea deshecho, no es cosa vana, falsa o improductiva. Es afirmar
nuestra decisión de que no cederemos ni un milímetro de nuestro terreno, es
reafirmar nuestra determinación, es no ceder a ningún argumento, es exigir
que nuestro derecho se cumpla completamente.
Nadie es oido por el mucho hablar. De nada vale ir a los pies del Señor y
molestarlo con lamentos, porque eso no le dará condiciones de extenderle
Su mano y ayudarle.
Lo que debe hacer es tomar una actitud sobre lo que la Palabra asegura
que es suyo y, sin miedo, entrar en la presencia del Padre en oración y, en
el Nombre de Jesús, declarar como será a partir de ahora este caso,
siguiendo la Palabra de Dios.
Mi oración es que usted, no usando vanas repeticiones,
sea una bendición.
En Cristo,
Curso de Fe – Lección XI
VANAS REPETICIONES
S iendo que la oración es nuestro vehículo de comunicación con el Padre, debemos aprender a hacerla
de forma eficaz y productiva. Hay principios que debemos seguir para que surtan efectos.
Podemos citar algunos:

I - Fe: Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan (Heb 11:6).
II - El Nombre de Jesús: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré (Jn 14:13a).
III - El propósito: Para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Jn 14:13b).
IV - Creer: Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá
(Mc 11:24).
V - No dudar: Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra (Stg 1:6).

Además de estos principios básicos, hay otros, también importantes, que deben ser seguidos, siempre
que no usemos vanas repeticiones: Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan
que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe
de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis (Mt 6:7-8).
Si no se siguen estos principios, la oración será inútil, y estaremos perdiendo tiempo al hacerla.
Es necesario saber como hacer lo que el Padre considera una oración. Ésta debe ser algo que funcione;
porque, si no es para obtener resultados positivos, no debemos orar. Por otro lado, si la oración funciona,
la usaremos con más frecuencia.
Sabemos que el Señor Jesús no actuaba aquí en la Tierra como Dios. Al venir a nuestro mundo, Él
se despojó de Su gloria y se hizo semejante a nosotros, sin embargo, sin pecado: Sino que se despojó
a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres (Filipenses 2:7).
Para no salir de la presencia del Padre y para lograr siempre Su misión, el Señor constantemente
estaba en comunión con el Padre: Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte;
y cuando llegó la noche, estaba allí solo (San Mateo 14:23). Levantándose muy de mañana, siendo
aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba (San Marcos 1:35). En aquellos días
él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios (San Lucas 6:12).
Además de estos períodos de consagración, el Señor siempre actuaba de acuerdo con las
reglas esta­blecidas por el Padre. Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre, que me envió, él
me dio mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar (San Juan 12:49).
Cualquier persona que esté en comunión con el Padre, que tenga una vida de oración y que actúe
bajo lo que llamamos principios que orientan la oración, sin duda obtendrá éxito en la vida.

EL CASO DE LAS VANAS REPETICIONES


Los paganos, en los tiempos bíblicos, eran los que no eran judíos y en la actualidad, son los que
no nacieron de nuevo, intentan, por todos los medios posibles, alcanzar algo de Dios. En realidad,
Curso de Fe – Lección XI
la mayoría de ellos ni siquiera están interesados en saber cuál es la fuente que les dará lo que piden,
tampoco les importa lo que van a pagar si la fuente no es del Señor, que no cobra nada. Ellos están
acostumbrados a repetir oraciones con promesas, para que el Señor les dé lo que les pertenece por
derecho a los que hacen Su voluntad.
Está claro que el error muchas veces es de los que son sus maestros. Es normal que el penitente
vaya hasta el sacerdote en busca de explicación del porqué de su sufrimiento y de no conseguir el
perdón y la paz. Hay sacerdotes, sin ningún escrúpulo, que han inducido a sus discípulos al error,
orientándolos a rezar tantos “Padres Nuestros”, tantas “Aves Marías” o cualquier otro rezó, cosa que
no tiene valor. La propia oración del Padre Nuestro que enseñó Jesús no es para que se “rece”,
sino para ser estudiada y entendida. Ella es un modelo de oración.
En el medio evangélico también es común que las personas usen vanas repeticiones. Generalmente
cuando oramos para que el pueblo reciba al Espíritu Santo, le pedimos a las personas que alaben al
Señor, y prácticamente el 100% de los casos las oímos “alabar” a Dios, diciendo: Aleluya, aleluya,
aleluya, gloria, gloria, gloria, y esto, casi siempre en un ritmo creciente. Por supuesto que dar aleluyas
y glorias a Dios es maravilloso, y siempre que sea posible debe practicarse, pero no como en la mayoría
de los casos, sin ningún sentimiento.
Cuando vayamos a orar, debemos pensar bien lo que estamos haciendo. Nuestras palabras deben
medirse. Debemos evitar las vanas repeticiones porque no nos aproximan al Señor, al contrario, nos
apartan de Él. No debemos “recordarle” al Señor que estamos sufriendo, pasando necesidades, etc.
Eso no significa que no debemos hablarle al Señor acerca de nuestra indignación contra la miseria,
contra la enfermedad o contra cualquier otro infortunio. En el versículo que el Señor Jesús nos
orienta a no usar vanas repeticiones, nos enseña que el Padre sabe lo que necesitamos, antes de que
nosotros se lo pidamos.
El que no está afirmado en la Palabra puede preguntarse: Si Dios sabe lo que necesitamos, antes de
que se lo pidamos, y si Él es amor, nuestro Padre y todo poderoso, ¿por qué nos deja sufrir?
El que piensa así, no conoce nada de la Palabra de Dios, porque las Escrituras nos dicen que Él ya
nos concedió todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad: Todas las cosas que pertenecen a
la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel
que nos llamó por su gloria y excelencia (2 San Pedro 1:3).

REPETICIONES ÚTILES
¿Qué es resistir? ¿Es disfrutar el sufrimiento, callado, para demostrar que tenemos capacidad de
aceptar “la voluntad de Dios”? No, esto además de estúpido, es desconocimiento total de nuestra
posición en Cristo y de lo que nos compete hacer, además la voluntad del Señor para con nuestra vida
siempre será la mejor.
Resistir significa: Oponerse con fuerza a algo. En una invasión, el ejército del país invadido resiste con
armas al invasor. En nuestro caso, que es espiritual, tenemos que usar nuestras palabras para enfrentar
los ataques del enemigo. En este caso, debemos usar las repeticiones útiles (con buen criterio) hasta
obtener la victoria.
El propio Jesús usó repeticiones útiles en la libe­ración del hombre que vivía desnudo, poseído
por demonios, en la tierra de los gadarenos: Y clamando a gran voz dijo: – ¿Qué tienes conmigo,
Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te conjuro por Dios que no me atormentes!, porque le decía: “Sal
de este hombre, espíritu impuro” (Mc 5:7-8).
Curso de Fe – Lección XI
RESPONDA LAS PREGUNTAS
1. ¿Cuál es nuestro vehículo de comunicación con el Padre?
a) La penitencia b) La oración c) Las ofrendas
2. ¿Dónde está escrito que sin fe es imposible agradar a Dios?
a) San Marcos 1:30 b) San Juan 17:17 c) Hebreos 11:6
3. ¿Dónde está escrito que Jesús nos garantizó que hará todo que le pidamos al Padre en Su Nombre?
a) Romanos 13:8 b) San Juan 14:13 c) San Juan 3:16
4. ¿Cuál es el propósito para que Jesús haga lo que le pidamos en Su Nombre?
a) Nuestra cura b) Que la iglesia consiga más ofrendas
c) Que el Padre sea glorificado
5. ¿En quién el Padre debe ser glorificado?
a) En el Hijo b) En la Virgen María c) En la Iglesia de la Gracia
6. ¿Cuál es el quinto principio expuesto en esta lección?
a) Amor al prójimo b) No dudar c) Rezar el Padre Nuestro
7. ¿Cómo debemos pedir?
a) Con fe b) Con insistencia c) Con desesperación
8. ¿Qué es lo que no debemos hacer al pedir?
a) Llorar b) Olvidarnos c) Dudar
9. ¿A quién se asemeja el que duda?
a) Al viento b) A las ondas del mar c) A una montaña
10. ¿Qué es lo que no debemos usar en la oración?
a) Vanas repeticiones b) Pantalón (en el caso de las mujeres)
c) Sombrero en la cabeza
11. ¿Quién usa vanas repeticiones?
a) Los judíos b) Los cristianos c) Los que no nacieron de nuevo
12. ¿Qué significa para los que no son cristianos hablar mucho?
a) Ser escuchado b) Mérito c) Ser necio
13. ¿Cuándo sabe el Padre lo que le pedimos?
a) Cuando oramos b) Tres días después de la oración c) Antes de que se lo pidamos
14. ¿Qué hizo Jesús consigo mismo cuando se puso en nuestro lugar?
a) Fue promovido b) Se despojó a sí mismo c) No hizo nada extraordinario
15. ¿A quién Jesús se hizo semejante?
a) A los hombre b) A los ángeles c) A los animales
16. Después de despedir a la multitud, ¿qué fue hacer Jesús al monte?
a) Fue a meditar b) Fue a dormir c) Fue a orar
17. ¿Adónde fue Jesús cuando todavía estaba oscuro?
a) Al templo b) A un lugar desierto c) A la casa de San Pedro
18. ¿Qué hizo Jesús durante toda la noche según San Lucas 6:12?
a) Trabajó como carpintero b) Oró a Dios c) Durmió
19. ¿Quién le dijo a Jesús lo que debía hacer y decir?
a) El Padre b) Nadie c) Los ángeles
20. ¿Qué nos dio el Padre con respecto a la vida?
a) Nada b) Todo c) Alguna cosa

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