JOSUE 7, 6-9

6
Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra delante del arca de Yahveh hasta la
tarde, junto con los ancianos de Israel, y todos esparcieron polvo sobre sus cabezas. 7 Dijo
Josué: «¡Ah, Señor Yahveh! ¿Por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, para
entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiésemos empeñado en
establecernos al otro lado del Jordán! 8 ¡Perdón, Señor! ¿Qué puedo decir ahora que Israel ha
vuelto la espalda a sus enemigos? 9 Se enterarán los cananeos y todos los habitantes del país:
se aliarán contra nosotros y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Que harás tú entonces por
tu gran nombre?

CONTEXTO
Nos encontramos en la primera parte del Libro de Josué, la conquista de Canaán por Israel
(6-12). Lo ubicamos después que el libro de Josué nos presenta el pecado de Akán y la derrota
de Ay. Seguida del relato en la cual el ejército israelita fue vencido, y como resultado de este
acontecimiento el pueblo se acobarda y se llena de miedo. Como consecuencia de este hecho
el autor sagrado nos proporciona en los siguientes capítulos la actitud orante de Josué.
TEXTO
Observamos en el texto a Josué como personaje principal, personaje que experimenta un
descenso brusco. Después de haber obtenido la victoria en Jericó ahora la caída del pecado
en Ay.
El texto nos describe como el pecado, la codicia, de una persona en el campo de batalla
influye en todo el pueblo generando miedo. Como consecuencia el liderazgo de Josué fue
confrontado; liderazgo que debe estar en consonancia con la “Autoridad-Kabod” de Dios.
Josué por el honor de Dios y por el destino de Israel suplica a Dios.
El texto nos hace ver a un Josué devastado por la derrota que tiene una significancia de
abandono de parte de Dios. Josué no solo es un destacado guerrero, sino también un
respetuoso de los asuntos divinos, es por ello que entiende que las victorias obtenidas no son
por valentía de su ejército sino por Dios y que no puede haber éxito mientras exista pecado.
La oración sincera de Josué no señala que el lamento sincero por la falla cometida es el primer
paso para que Dios tome ese fracaso y lo convierta en una bendición.
ALGUNOS ELEMENTOS
7,6 “Josué desgarró sus vestidos”
En este texto hay tres señales típicas del luto hebreo:
(1) Rasgar el cuello de la ropa de una persona (cf. Génesis 37,29- 34; 44,13; Job1,20; 2,12)
 (2) ponerse polvo en la cabeza (cf. Job 2,12; Lamentaciones 2,10; Ezequiel 27,30); señales
similares de duelo pueden verse ante la muerte en 1 Ezequiel 27,30; y 2 Ezequiel 27,30
(3) postrarse ante Dios (cf. 7,10).
7,7-8 “ Dijo Josué…”
Estos versículos revelan las dudas de Josué. Algunas de estas frases implican:
(1) Incredulidad dramática en el propósito y poder del pacto de Dios
(2) El lenguaje que había oído que usaba Moisés en oración durante el período del
peregrinaje en el desierto (Ex 32, 11-14)
7,9 “(…) aliarán contra nosotros y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Que harás tú
entonces por tu gran nombre?
(1)Este es un modismo hebraico de la muerte de todos en una línea familiar. ¡Ningún
descendiente quedó vivo!
(2) “¿Que harás tú entonces por tu gran nombre?” Este es el mismo método que Moisés
usó al orar a Dios. El carácter de Dios (así como su plan de redención) estuvo involucrado
en lo que ocurrió al pueblo de Israel (cf. Josué 5,9;Josué 5,9; Deuteronomio 9,28; Ezequiel
36,22-38).