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Crítica: El amor más allá de las fronteras.

Guerra Fría (2018).

Es el tiempo del cine mexicano. Del Toro, Iñarritu y Cuarón han demostrado que nuestro cine es
internacional. Aquí el talento siempre ha existido y, como pensó Octavio Paz en El Laberinto de la
Soledad, los mexicanos somos contemporáneos de nuestro tiempo. La multipremiada película de Roma
(2018) merece todo el prestigio ganado y es fundamental en nuestra cinematografía.

Sin embargo, el panorama fílmico es más rico que las grandes nominadas al Óscar. Guerra Fría (2018)
dirigida por Pawel Pawlikoski ha pasado desapercibida al gran público pero ha sido elogiada por la
crítica. No es casual que compitiera junto a Roma en las categorías de mejor fotografía (Łukasz Żal),
mejor director (Pawel Pawlikoski) y mejor película extranjera. Pero sin obtener ningún premio.

En plena crisis entre países capitalistas y comunistas, Víctor, director y compositor, conoce a Zula, una
joven menor de edad con un pasado peligroso. Trabajando en la compañía folclórica nacional en la
Polonia comunista, ambos descubren que su amor es hasta la muerte. Víctor, desesperado por la
situación política, huye de su patria para darse cuenta que el mundo, a pesar de los bandos políticos, es
el mismo. Zula cree en su carrera y Polonia no es tan mala como piensa el resto del mundo. Basada en
la historia de sus padres, el director nos muestra cómo ambos lucharán contra todo para estar juntos.

Pero ¿es mejor Roma que Guerra Fría? Eso depende del gusto personal porque, bajo criterios
cinematográficos y estéticos, la calidad de ambas no puede ser puesta en duda. Hay que ver las escenas
de Guerra Fría para disfrutar la cálidad de la foto en sus diferentes tonos grises. Su nitidez es
envidiable. La composición de escenarios, objetos y personajes te hace mirar directo a la belleza. La
música te envuelve, y la historia que se cuenta es universal. Ambas películas comparten varios aspectos,
pero no dejan de ser únicas.

En mi opinión, la fotografía de Żal está mejor lograda que la de Cuarón. El manejo es más preciso en
su nitidez y en la luz. Respecto a la historia, el argumento planteado por Janusz Głowacki y el director,
me resulta más atractivo. El amor es un tema inagotable. Tenemos canciones, novelas, poemas y
películas en cantidades incontables. No nos cansamos de vivirlo. Al poner una historia de amor en la
pantalla, el director Pawel Pawlikoski nos recuerda que los límites no existen cuando se ama. A pesar
de todas las barreras posibles incluyendo la muerte, el amor nos une.

Por esto, para mí, la trama de Guerra Fría resulta más entrañable que Roma. Es cierto, Roma es mi país,
mi gente, mi forma de vivir la vida. Pero, tal vez, estamos muy cerca para ver con claridad todo lo que
implica esta obra maestra. Puede que me equivoque. Al final, el tiempo es el único juez que no se
equivoca.

Véanla. Si ya la vieron, ¿les gustó?. ¿Qué les pareció? ¿Están de acuerdo conmigo?

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