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diciembre de 2002
año 7
25
COMPLEJO DE
CASTRACIÓN
Complejo de castración
y tragedia edípica
FIDIAS CESIO
Angustia de castración
y angustia de muerte
LILIANA DENICOLA
Angustia-castración y
angustia de castración
ALBERTO LOSCHI
La metáfora castración.
Complejo, mito y fantasía originaria.
CARMEN ARAUJO - CARLOS ISOD
El hombre castrado,
la mujer castrada.
SARA HODARA
Sumario
Complejo de Castración y Tragedia Edípica
Fidias Cesio 3
25
Liliana Denicola 9
Editorial “La Peste” S.R.L.
Amenábar 2046 - 12˚ “B”
Angustia-Castración y Angustia de Castración
(1428) Ciudad de Buenos Aires
Alberto Loschi 14
Tel / fax: 4833-6114
e-mail: lapeste@sinectis.com.ar Algunas expresiones y vicisitudes
del complejo de castración.
Comité Editor Adriana Sorrentini 20
Fidias Cesio
La Metáfora Castración
Mario Cóccaro
Carmen Araujo - Carlos Isod 27
Liliana Denicola
Carlos Isod
El hombre castrado, la mujer castrada.
Alberto Loschi
Sara Hodara 36
Adriana Sorrentini
Castración-separación. Del rito al mito.
Coordinación General Del agieren a la rememoración
Mario Cóccaro Julio A. Loschi 43
Ilustración de tapa
Dos lavabos doblados (Robert Gober)
Diseño Gráfico
Andrés Mendilaharzu Secciones
Impresión
Editorial 2
El Taller
EDITORIAL
Complejo de
Castración y
Tragedia Edípica
FIDIAS CESIO*
* Gelly 3550 6ª B (1425) BA Argentina / tel / fax (054) (011) 4802-0200 / e-mail fidiascesio@fibertel.com.ar
1 Siguiendo lo que dice Freud en ‘El sepultamiento del Complejo de Edipo’ pensamos que tanto el complejo de Edipo primario,
trágico, incestuoso, como el secundario, así como todo los componentes del ‘ser’, son sincrónicos, mas nos valemos de
consideraciones temporales para una más fácil descripción
2 “La interpretación de los sueños”, “Los sueños de muerte de personas queridas” T.IV 258. Edipo Rey fue considerada por
Aristóteles en su Poética, como la más representativa, y en muchos aspectos la más perfecta, de las tragedias griegas.
Fue escrita entre el 430 al 415 a.C. Freud encontró que revelaba el núcleo de la organización de lo inconsciente del hombre.
3 Cesio, F.: Tragedia Y Muerte De Edipo Pulsión de Muerte, Letargo y Reacción Terapéutica Negativa (1986) Revista de psicoanálisis, XLIII.
4 DICIEMBRE DE 2002 N°25
rebaños que pacen sus praderas, y los niños entre los miento (Untergang). Para decirlo con mayor claridad:
infructuosos dolores de sus madres. Y, sobre todo es- el fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la ma-
to, un dios armado de fuego ha embestido a la ciudad dre) en el que el varoncito ha creído y al que no quiere
y la acosa una peste asoladora, y va dejando vacía la renunciar.” Y más adelante: “El horror a la castración se
mansión de Cadmo, y se llena de nuestros lamentos y ha erigido en monumento recordatorio con la creación
gemidos el negro infierno.” de este sustituto.”
Es una imagen del Hades 4, el lugar donde habitan, El falo de la madre es la formación imaginaria que
sepultados, los muertos, el campo de lo trágico inces- ella tiene a partir de sus fantasías infantiles de poseer
tuoso, resultante de la tragedia que se desencadena el pene de su padre y el hijo resultado de la unión se-
con el ascenso de Edipo al trono de Tebas tras el triun- xual con éste.6 Parir significa para la madre la pérdida
fo sobre la esfinge, el asesinato de Layo –el Rey, su pa- del falo, es decir, la castración, desmentida con la po-
dre– y el casamiento con Yocasta –la Reina, su madre–. sesión del hijo-falo, “His majesty the baby”. Aventura-
Los poderes de los dioses, representantes del padre mos así la hipótesis de que el bebé es el fetiche de la
muerto vengativo, sellan su destino. mujer, el representante del pene-falo perdido, sepul-
tado, con el parto. En este proceso en el que la relación
‘Edipo Rey’ es una tragedia; nos dice Freud: “Edipo de la madre con el bebé es dominante, el padre del be-
Rey es una de las llamadas tragedias de destino; su efec- bé desaparece; se trata del ‘parricidio’ original. Cuan-
to trágico, se dice, estriba en la oposición entre la vo- do el bebé da signos de independencia, ante la amena-
luntad omnipotente de los dioses y la vana resistencia za de perderlo reaparece en la madre la angustia de
que a ella oponen los hombres amenazados por la des- castración, entonces encuentra que el pene del ‘padre’
gracia.”, es decir, la tragedia edípica es ‘destino’, que del bebé, investido fálicamente, le ofrece recuperar al
tiene por meta la muerte, la muerte propia, la manifes- falo perdido y lo desea. Aparece entonces el ‘padre’
tación última del ‘muerto’ sepultado en lo inconscien- desplazando parcialmente al bebé, una castración par-
te, La culminación de las manifestaciones ‘actuales’, cial de este último.
más allá del letargo, en sus manifestaciones extremas
es la muerte en la realidad La magnitud de castración fálica que experimenta el
objetiva. Los dioses de la niño, inseparable de la que experimenta la madre, es
LA CONCEPCIÓN DEL concepción griega citados variable. En su versión extrema es la muerte, mas,
FALO QUE FREUD por Freud como los prota- cuando no llega a ese final pero de todos modos es
gonistas del destino, son muy severa –Edipo expuesto a la muerte por sus padres en
ENUNCIARA EN
equivalentes a la pulsión de el monte Citerón– configura la tragedia edípica, el trau-
‘EL FETICHISMO’ muerte de nuestra teoría. ma primordial que, ante la imposibilidad de una tra-
ES LA BASE PARA mitación psicológica, va a los fundamentos, es sepul-
LA COMPRENSIÓN La concepción del falo tada. De esta manera se constituye el ‘muerto’, siempre
que Freud enunciara en ‘El presente en los fundamentos. Junto a esta vicisitud ex-
DEL COMPLEJO
fetichismo’ 5 es la base para trema nos encontramos, simultáneamente, con una
DE CASTRACIÓN la comprensión del comple- variación infinita de intensidades de castración, que
jo de castración. En ese tra- dan lugar, más allá de la versión trágica, a una conti-
bajo nos dice Freud que: “El nuidad de configuraciones entre las que podemos re-
fetiche es un sustituto de un pene determinado, muy cortar algunas. Entre éstas está la que podemos consi-
particular, que ha tenido gran significatividad en la derar ‘normal’, aquella en la que el padre ‘deja’ al niño
primera infancia, pero se perdió más tarde. Esto es: poseer la condición fálica necesaria para la identifica-
normalmente debiera ser resignado, pero justamente ción entrambos en la posesión de la madre, lo que a
el fetiche está destinado a preservarlo de su sepulta- posteriori le da la potencia genital adecuada. Es de
4 “El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas y custodiado
por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el
anciano barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. (beber de las mismas significaba olvidar)
En alguna parte, en medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se representaba como un sitio
de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador.”
Diccionario actual de la lengua española. 1995. Bibliograf, S. A. Barcelona.
5 Freud, S.: ‘Fetichismo’, 1927, XXI, 148-9
6 Especulando acerca de que la mujer en el parto experimenta en muchos casos placer sexual, que en algunos llega al orgasmo,
conjeturamos con que en esas circunstancias tiene la vivencia del paso del pene paterno de su fantasía infantil por la vagina.
Es de hacer notar que el feto y la vagina de la mujer adulta guardan una proporción que podemos comparar a la que existía entre
el pene del padre y la vagina de la niña.
FIDIAS CESIO COMPLEJO DE CASTRACIÓN Y TRAGEDIA EDÍPICA 5
necesidades que debe satisfacer desde la realidad ob- ponente homosexual, en el cual el sometimiento al
jetiva, del aire y del encuentro con la madre en la reali- pene del padre investido fálicamente, da la ilusión al
dad objetiva. Estas necesidades y su satisfacción im- sujeto de recuperar al falo perdido desmintiendo así
plican la formación del yo postnatal inicial. Por otra la castración.
parte, a partir de identificaciones directas desde el ‘yo
fetal’, en el yo postnatal, con los protopadres,9 se cons- Una importante contribución para estas reflexiones
tituye el ello-yo indiferenciado,10 el yo ideal, el del nar- sobre el complejo de castración es la concepción de un
cisismo primario absoluto. yo fetal por Arnaldo Rascovsky13. Siguiendo la misma
decimos que el feto está dentro de la madre en un
La concepción de Freud acerca de lo actual11 nos da mundo en el que se cumplen-realizan todos sus de-
un aporte fundamental para la comprensión del com- seos. La madre respira y se alimenta para el feto, a la
plejo de castración. Denominamos actual lo que está vez que le da un ambiente que atiende a todas sus ne-
más allá del tiempo, y que cesidades. Cuando el nacimiento, cortado el suminis-
CUANDO LA se expresa en términos so- tro de oxígeno y alimento que le daba la madre, el yo
máticos, entre los que están fetal queda expuesto al mundo exterior, se trata de la
CASTRACIÓN FÁLICA los afectos. En las neurosis castración original, el trauma primordial. El aire es su
ES INSUFICIENTE actuales se manifiesta como primer objeto externo, necesario para sobrevivir, y
EL SUJETO PUEDE patología –neurosis de an- pronto tiene que alimentarse. El respirar y el comer
PERMANECER gustia, hipocondría, letargo configuran así el núcleo de su primer contacto con el
y demás manifestaciones a mundo extrauterino. Mientras el aire carece de una
LIGADO A SU MADRE presentación somática–. Es identidad humana y da al bebé el alma, en el comer, el
TODA LA VIDA de interés destacar el letar- mamar, reencuentra a la madre, ahora como un objeto
CONSTITUYENDO go12 –muerte aparente– que del mundo externo, configurando el inicio de la cons-
ASÍ, INVESTIDO DE manifiesta de manera dra- titución del yo coherente. Por otra parte el núcleo fe-
mática al ‘muerto’, es decir, tal-ideal por medio de las identificaciones directas se
FALO, EL FALO DE LA a la tragedia edípica sepul- continúa en el yo coherente configurando el ello-yo in-
MISMA, O, EN UNA tada, una expresión funda- diferenciado, el del narcisismo primario absoluto, el
VERSIÓN NARCISISTA mental del complejo de cas- yo ideal.
SER ‘GRANDIOSO’, tración; en su manifestación
extrema el paciente o el ana- El ello-yo indiferenciado, yo ideal, contiene para el
OMNIPOTENTE, ‘UN lista o más raramente am- yo postnatal coherente un ‘tesoro’, ya que en él están
GRAN PENE ERECTO’. bos, entran en un estado de los elementos primordiales, los contenidos filogenéti-
vida suspendida, dando así cos, es decir, las estructuras yoicas anteriores, las que
‘cuerpo’, una imagen con- se presentan en las estructuras ‘actuales’, a las que, en
creta’, al ‘muerto’, al falo de la castración. La investi- cierta medida, el yo postnatal puede acceder. Es el
gación de lo actual, al asomarse a las vicisitudes de la fundamento de la concepción de falo y del complejo
castración, es una ayuda invalorable para investigar de castración.
en la intimidad de las manifestaciones del complejo
de castración. Recapitulemos: el yo fetal, el que se asoma al mundo
conteniendo todavía toda la libido, que se confunde
El ‘muerto’ que se manifiesta en el letargo puede en el nacimiento con lo que Freud denomina ‘ello-yo
‘despertar’, anunciándose por celos trágicos, la lucha indiferenciado’, el del narcisismo primario absoluto;
por la posesión del falo de la madre, es decir, la trage- al entrar en contacto con la realidad objetiva necesita
dia edípica. Este proceso es inseparable de un com- respirar y alimentarse y así establece su primer contac-
9 Se trata de los padres de la protofantasía edípica, trágica, los de la prehistoria, los yoes anteriores, los de la filogenia.
10 ‘Esquema del psicoanálisis’ AE, 23, 148) El yo-ello indiferenciado
11 En su contribución acerca de las neurosis actuales inaugura su contribución a la definición de las mismas y por ende de lo
‘actual’, a lo que a posteriori siguió contribuyendo en numerosas oportunidades, destacando su participación fundamental
en el desarrollo de las psiconeurosis.
12 Cesio, F.: El Letargo. Una Contribución Al Estudio De La Reacción Terapéutica Negativa. Primera Parte. Revista de Psicoanálisis.
1958, 15. y
II Contribución al estudio de la reacción terapéutica negativa. 1960, 17. y
El letargo la melancolía y el duelo en la reacción terapéutica negativa. Revista de Psicoanálisis. 1962, 19. y
El letargo. Una reacción a la pérdida de objeto. Revista de psicoanálisis, 1964,21.
A las ya mencionadas siguieron otras sobre el mismo tema.
13 Rascovsky, A.: El psiquismo fetal. Ed Paidos. 1960.
FIDIAS CESIO COMPLEJO DE CASTRACIÓN Y TRAGEDIA EDÍPICA 7
16 Es de destacar que la palabra llega hasta los fundamentos dando lugar manifestaciones actuales, baste pensar en los afectos que
suficiente frecuencia e intensidad en muchos individuos que se siguen unos a otros generacionalmente, se trasponen, por así
decir, en vivencias del ello, cuyas impresiones [improntas] son conservadas por herencia. De ese modo, el ello hereditario alberga
en su interior los restos de innumerables existencias-yo, y cuando el yo extrae del ello [la fuerza para] su superyó, quizá no haga
sino sacar de nuevo a la luz figuras, plasmaciones, yoicas más antiguas, procurarles un resurrección.”
18 Freud, S.: Esquema del Psicoanálisis. AE, XXIII, 155-6.:“los procesos concientes no forman unas series sin lagunas, cerradas en
si mismas, de suerte que no habría otro expediente que adoptar el supuesto de unos procesos físicos o somáticos concomitantes
de lo psíquico, a los que parece preciso atribuir una perfección mayor que a las series psíquicas, pues algunos de ellos tienen
procesos concientes paralelos y otros no. Esto sugiere de una manera natural poner el acento, en psicología, sobre estos procesos
somáticos, reconocer en ellos lo psíquico genuino y buscar una apreciación diversa para los procesos concientes.”
LILIANA DENICOLA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN Y ANGUSTIA DE MUERTE 9
Angustia de castración
y angustia de muerte
LILIANA DENICOLA*
Lo que permite pensar que la angustia de muerte es Para Mircea Eliade con el establecimiento de un lu-
un procesamiento de la angustia de castración, es que gar para los dioses, se establece un elemento orienta-
ambas remiten a una vivencia de discontinuidad.Se dor y esto pone fin a la relatividad y a la confusión. Re-
nos plantea entonces el interrogante de cómo se intro- sulta interesante esta aseveración, pues marca el punto
duce esa experiencia de muerte en el psiquismo, cómo de pasaje que también en la evolución individual en-
y qué adquiere representación de muerte. contramos y que se halla en un organizador signifi-
Freud, considera en el desarrollo del mito de la hor- cante, el falo. Es decir que a partir del establecimiento
da primitiva la aparición de sentimientos vinculados de un centro (Falo), se produce una organización.
al amor al Padre. Es el momento en que por efecto de La puerta –señala Eliade– va a constituir un elemen-
la realización del asesinato ya el odio se ha descargado to simbólico importante ya que este mundo se mani-
y surge entonces la conciencia moral. El arrepenti- fiesta de manera apodíctica y al hacerlo así, señala una
miento, quizás de aparición más tardía implica el res- orientación o decide una conducta, es decir el umbral
ponsabilizarse por el acto cometido y conlleva como por el que se accede a otro mundo.
una sombra, la amenaza sobre la propia vida. Una nueva orientación del espacio es lograda por el
La oscura percepción de lo irreparable del asesinato hombre con la adquisición de la postura vertical inac-
es soslayada con distintos mecanismos que generan cesible a los prehomínidos. Se adquieren cuatro direc-
ideas de inmortalidad, de eternidad, e inclusive como ciones horizontales, a partir de un eje central de arri-
nos tiene acostumbrados la neurosis, a la fantasía del ba-abajo. El espacio queda organizado en torno al
retorno de los muertos, su supervivencia. cuerpo humano como extendiéndose por delante, por
El rito del sacrificio y el estudio de su evolución nos detrás, a derecha, a izquierda, por arriba y por abajo.
permitirá un eje de análisis. En cada repetición sacrifi- Junto a esto se produce el alejamiento de la zona geni-
cial se recuerda el asesinato y en su insistencia no per- tal por parte de los órganos olfatorios, privilegiándo-
mite olvidarlo. se la visión sobre el olfato. Es la experiencia del espa-
cio orientado en torno a un centro la que explica la
A partir de los vastos estudios antropológicos reali- importancia de las divisiones y particiones de los te-
zados, se observa que el rito del sacrificio cumple una rritorios, las aglomeraciones y las viviendas. No de-
función, fundamentalmente la de gestar una organi- bemos olvidar en todo esto el avance que significó la
zación social con un correlativo avance del pensa- conquista del fuego, es decir la posibilidad de produ-
miento que parte de la omnipotencia y la magia, hacia cirlo y de conservarlo.
un pensamiento más complejo y de carácter simbóli- El espacio y el fuego son elementos de suma impor-
co. Por su conservación y evolución a través de las dis- tancia en la ceremonia del sacrificio. Los avances men-
tintas épocas, el rito del sacrificio acompaña la evolu- cionados implican el camino hacia un orden simbóli-
ción de la humanidad y a la par de ella, se complejiza y co, donde el rito del sacrificio también se aleja del acto
adopta distintas variantes. concreto del asesinato para, por el camino de las susti-
tuciones, utilizar la mediación de la palabra.
En las expresiones más evolucionadas del hombre Otro hito importante será el pasaje a la práctica de la
hallamos relictos de modos de pensar aparentemente caza como actividad central del hombre. Los frutos,
abandonados, que se manifiestan en rituales que remi- las raíces y los moluscos eran insuficientes para ase-
ten a los primeros estadios correspondientes a la om- gurar la supervivencia. La caza trajo alivio y cambios
nipotencia de las ideas. En la neurosis perviven restos importantes en el tránsito a un orden simbólico, como
de estos ceremoniales que Freud denomina religiones por ejemplo la división del trabajo según el sexo.
privadas. Según Mircea Eliade se produce también, una soli-
En un tiempo las fiestas orgiásticas, la guerra y el sa- daridad mística entre el cazador y su víctima, pues la
crificio constituían momentos precisos en que un sis- sangre que se derrama es en todo semejante a la del
tema social permitía el crimen, acompañado por la pe- hombre.“Dar muerte a la fiera cazada o más tarde al
nitencia. animal domesticado equivale a un sacrificio en el que
Mircea Eliade diferencia dos modos de estar en el las víctimas son intercambiables.(no sólo las víctimas
mundo a partir de la delimitación de lo sagrado y de lo humanas eran sustituídas por animales sino que a ve-
profano, dos espacios diferentes. Ningún mundo pue- ces se sacrificaban hombres en lugar de animales)”.
de nacer o fundarse en el caos de la homogeneidad, y Son los animales los que revelan la sacralidad a través
es la construcción de un espacio sagrado, diferencia- de signos misteriosos. El lugar sagrado se construye a
do, el que da el escalón inicial para la constitución del partir de la persecución de un animal salvaje. En el si-
hombre religioso. Se señalan de esta manera los espa- tio donde es abatido se erige un santuario y a conti-
cios privados, el umbral que separa el mundo sagra- nuación se eleva un altar y es alrededor de este altar
do, el lugar de los ritos. En ese lugar queda la posibili- donde posteriormente se construirá un pueblo.
dad de una comunicación con y de los dioses, una Dos puntos se señalan como avance en el pensamien-
abertura hacia su mundo. to. El primero es que por efecto de la caza las especies
LILIANA DENICOLA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN Y ANGUSTIA DE MUERTE 11
Estaba vinculado a un animal porque había mezcla- presentado en la liturgia cristiana por la hostia y es po-
do su sangre con él o porque podía tener un origen ani- sible que el incienso, presente durante el sacrificio de
mal, de esta manera se sostenía una idea de continui- la misa, constituya un resto de aquellos alucinógenos.
dad entre los animales y los humanos. Los alucinógenos otorgaban la ilusión de unión con
Un ejemplo de sacrificio que se llevaba a cabo de el dios, de un mundo continuo sin las brechas que pro-
tiempo en tiempo entre los altaicos, era el sacrificio del voca la vivencia de finitud.
caballo. Durante este rito el chamán cabalgaba sobre Los cazadores, con la disminución de sus presas se
una oca (un muñeco que tenía esa forma) y perseguía vieron obligados a instalarse a orillas de los ríos y lagos.
el alma del caballo al que sometía luego a una cruel El descubrimiento de la agricultura trajo consigo cam-
muerte rompiéndole el espinazo sin que caiga ni una bios importantes en el sentir religioso, pues los ciclos de
gota de sangre en el suelo o sobre alguno de los asis- la naturaleza, y la práctica de los cultivos de tubérculos
tentes al sacrificio. Se exponía la piel y los huesos del y cereales generó la mayoría de los mitos de los oríge-
animal sacrificado y luego se consumía ritualmente la nes. Frente a la angustia que trae consigo la vivencia de
carne. Todos los asistentes comían ruidosamente re- finitud, los mitos daban cuenta de un proceso sin solu-
presentando a los espíritus. El chamán hacía luego in- ción de continuidad, y es de esta manera como explican
vocaciones a los dioses dando varias vueltas en derre- que los tubérculos y los árboles de frutos comestibles
dor de un abedul. Una vez que había recibido indicios habrían nacido de una divinidad inmolada.
del beneplácito de los espíri- Un ejemplo que procede
tus, volvía con la comunidad, de Ceram, una isla de Nueva
agitado por convulsiones, Guinea dice que del cuerpo
purificaba a todos e iniciaba descuartizado y enterrado
la ascensión encaramándose de una doncella semidivina,
al abedul. Una vez termina- Hainuwele, brotaron plan-
da la ceremonia el chamán tas hasta entonces descono-
quedaba sin habla, luego se cidas y en primer lugar los
restregaba los ojos, parecía tubérculos. Este asesinato
despertar de un sueño y sa- primordial, según el mito,
ludaba a todos como si regre- cambió por completo la con-
sara de una larga ausencia. dición humana. La muerte
Con la muerte del animal violenta de Hainuwelw, no
en el sacrificio y su ingestión es tan solo una muerte crea-
se establecían los lazos que dora, sino que permite a la
unían a los participantes en- diosa estar siempre presente
tre sí y con su dios (comida ▲ Tristán e Isolda / Salvador Dalí en la vida de los hombres y
totémica). Este lazo estaba también en su muerte. Los
dado por la vida que se continuaba con la vida del ani- hombres, al nutrirse de las plantas brotadas del cuer-
mal sacrificado. po de la diosa, se nutren en realidad de la sustancia
En los sacrificios humanos aztecas, el corazón de la misma de la divinidad, mito donde es notorio la aspi-
víctima, donde pensaban que residía la vida, era ofre- ración de continuidad (de la carne a los brotes, de la
cido al dios en comunión y los asistentes además inge- muerte a la resurrección), eludiendo el corte que pro-
rían hongos con poder alucinógeno, porque contenían voca la muerte.
según ellos, el dios inmortal. Se establecía de esta ma- Es interesante lo que señala Mircea Eliade sobre la
nera una idea de continuidad entre los asistentes y el diferencia entre los pueblos cultivadores y los pueblos
dios, cumpliendo la víctima del sacrificio la función de cazadores en cuanto a la actitud frente al sacrificio o
eslabón. El chamán oficiaba de mediador. Por otra asesinato primordial. Los cultivadores relacionaban el
parte los alucinógenos los hacía entrar en un estado de trabajo con un asesinato, actividad pacífica por exce-
omnipotencia con lo que se sentían más cerca del dios. lencia que les aseguraba el subsistir. Para los pueblos
En la India, el alucinógeno utilizado era el soma cu- cazadores la responsabilidad del sacrificio se atribuía
yo significado era semen de dios. La aparición de la in- a un otro, a un “extranjero”.(recordemos que el caza-
gestión de alucinógenos en los rituales aztecas duran- dor temía la venganza del animal abatido, más exacta-
te el sacrificio fue posterior a la supresión del mente de su alma).
canibalismo. La intoxicación era comida que los dio- Entre los paleocultivadores las plantas nutritivas
ses le daban para compartir su mundo.(teonanacatl, eran consagradas pues procedían del cuerpo de una
nombre indígena del hongo que quiere decir en len- divinidad (las excrecencias forman parte también de
gua nahuatl, carne de dios1). El cuerpo de Cristo es re- la sustancia divina). Al comer de ellas comían de un
1 Alberto Fontana y Julio Loschi,. Tiempo pasado Psicoanálisis y cambio. Ediciones La Flor. 1971
LILIANA DENICOLA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN Y ANGUSTIA DE MUERTE 13
ser divino. La planta nutritiva no estaba dada en el El sacrificio en sus orígenes es entonces ofrenda, pu-
mundo como el animal, sino que era el resultado de un rificación pero también ante la arbitrariedad e incerti-
dramático acontecimiento primitivo, el resultado de dumbre de la vida, el instrumento para detectar indi-
un asesinato. La creatividad religiosa no fue suscitada cios del deseo de un Dios –naturaleza cuyos designios
por el fenómeno empírico de la agricultura sino por el no resultan claros. El sacrificio instrumentado por el
misterio del nacimiento, de la muerte y del renacer. modo de pensar animista y que responde a la omnipo-
Las culturas agrícolas inauguran una religión en que tencia de las ideas, asegura la continuidad en la divini-
la actividad religiosa se centra en torno a la renovación dad (el cielo, el espíritu). En consecuencia es un rito
periódica del mundo. por el que se desmiente la muerte, se asegura la inmor-
Encontramos ejemplificado esto en el festival de la talidad, y a la vez posibilita adquirir la fuerza y el po-
época de la semilla de Tesmoforias que duraba tres der de los dioses que el hombre ha inventado.
días, el primer día se llamaba cátodos(bajada)y ano- El sacrificio es penitencia, es purificación, es ofrenda
dos(subida), el segundo nesteia(ayuno) y el último ka- y es un procedimiento de reconstitución narcisista.
lligeneia(feliz nacimiento). Durante el primer día era Posee un beneficio primario al permitir prolongar la
cuando se arrojaban los lechones, posiblemente vivos, propia imagen en la plena imagen del dios.
(se supone que como antecedente se arrojaban seres El eje que Freud toma en Tótem y tabú es el Padre,
humanos) a una cámara para que se pudrieran duran- donde observa una evolución desde la prevalencia de
te un año, los huesos del año anterior se subían otra un orden imaginario, hasta un orden simbólico que
vez a la superficie de la tierra y se colocaban sobre un aleja a los individuos de la repetición del acto directo.
altar. También se arrojaban figuras humanas hechas Desde el sacrificio real de la victima, repetición del cri-
de harina y trigo(representaciones). men primordial, a un sacrificio simbólico mediado
Parte de estos ritos eran celebrados en los misterios por la palabra.
de Eleusis, donde el anodos y el cathodos de la donce- Tanto los estudios provistos por la psicopatología
lla Perséfone era tema central acompañado de la ma- como los provenientes del campo de la antropología,
tanza de cerdos. El retorno final de la doncella se re- reafirman la idea de que el sacrificio en el hombre es
presentaba por la elevación de la espiga de trigo (se algo inherente a su estructura.
asimila a la elevación de la hostia en la misa) El tallo El sacrificio sufre una evolución desde el acto repeti-
cortado es Perséfone que ahora vive en el grano. Con do y real, donde aparece la necesidad de dar algo de sí
esta ceremonia se impartía la convicción de que la mismo, la libra de carne, hacia un sacrificio simbólico
muerte no era un mal sino una bendición. mediado por la palabra. En el psiquismo, así como
Según J. Campbell este ritual está relacionado, rasgo permanecen formas ominosas de pensamiento, tam-
a rasgo, con el de los jóvenes y las doncellas asesina- bién permanecen zonas oscuras donde impera la nece-
dos entre una barahúnda de tambores, pero constitu- sidad de pagos sacrificiales, la libra de carne.
ye una revisión correspondiente a una nueva actitud Podemos concluir que el rito del sacrificio, acto que
hacia el sacrificio humano, y como sustitución de la co- sufre a través del tiempo una evolución,y que en el or-
mida caníbal. den psíquico pervive en estadios diferentes de evolu-
Georges Bataille considera el canibalismo como el ción, memoriza el asesinato y con ello esa oscura per-
paradigma de la prohibición, creadora del deseo. El de- cepción de lo irreversible. Destaquemos que a la vez
seo frente al misterio de la muerte, de lograr prolongar instala una lógica de intercambios, de ofrendas y espe-
la vida. Entonces el sacrificio seguido generalmente de ranzas de retribución, que permiten sostener la ilusión
la ingestión de la víctima, es el acto que busca, ante la de sortear un final, de desmentir los inquietan-
percepción de la discontinuidad y frente a esos huesos tes indicios de que hay muerte.
que denuncian una solución de continuidad, dar resu-
rrección, anular el corte que introduce la muerte.
Según Robertson Smith en los tiempos primordiales,
los mitos no tenían importancia porque la religión no te-
nía autorización divina ni era obligatoria. En la medida Bibliografía
que el devoto cumpliera el rito con precisión no tenía im-
portancia lo que creyese sobre su origen. El mito, conti- Geoges Bataille El erotismo España, 1997,
núa Smith, se originaba en el ritual por lo que cumplía Ed.Tusquets
un papel secundario, era la interpretación de una cos- Mircea Eliade Lo sagrado y lo profano España, 1998,
tumbre. Sin embargo para Theodor Reik el mito no tenía Ed.Paidós
un papel secundario, surge en el periodo animista, con- Shamanism Estados Unidos,1964
temporáneo a la aparición en el hombre de interrogan- Sigmund Freud Tótem y tabú 1914 Argentina Ed. Amorror-
tes sobre la muerte. También surge la responsabilidad tu Volumen Xlll
sobre el crimen cometido (parricidio) que genera con el El Yo y el ello 1923 “ Ed.
reproche, el temor al retorno de los muertos. Amorrortu Volumen XIX
14 DICIEMBRE DE 2002 N°25
Angustia-Castración y
Angustia de Castración
ALBERTO LOSCHI*
A
ahora es la castración, que despierta y explica la an-
ún antes de postular al yo como sede de la an- gustia. Pero a su vez, como decíamos, la angustia es en
gustia, Freud plantea que ésta corresponde a sí misma un peligro. Se produce entonces un curioso
la “reacción a un peligro”. Si aplicamos a esta redoblamiento del peligro, un peligro de peligro.
consideración la clásica división entre afecto De estos dos peligros uno queda nombrado: es de
y representación podemos decir que la angustia es el castración. El otro, la angustia, es sin nombre y sólo
afecto y el peligro la representación. El peligro (la re- nos aproximamos a él por una referencia metapsicoló-
presentación) es lo que liga la angustia. En ese caso ha- gica: el desequilibrio en la economía de libido narcisis-
blamos de angustia de... donde lo que está después de ta. Decir angustia de castración muestra que hay un
de es el peligro que liga la angustia. Así decimos an- deslizamiento del peligro que pasa de la angustia, co-
gustia de castración, angustia de separación, etc. Pero mo moción sexual desequilibrante, a su condición: la
eso que está después del de es el peligro que explica la castración. El de como enlace lógico entre los dos sus-
emergencia de angustia, no la angustia misma. En tantivos (angustia y castración) ya pone sobre la pista
cuanto a la angustia misma ¿qué es?, ¿incluye también que la castración es una suerte de elaboración que ope-
la idea de peligro?, ¿cuál? ra sobre la angustia. La castración es la condición (el
peligro) que lleva al desequilibrio de libido narcisista
En un trabajo anterior concluíamos que los diferen- (angustia-peligro).
tes peligros, reales o fantasmáticos, desembocan en
uno sólo: el desequilibrio en la economía de libido nar- Ahora bien, parafraseando a Freud podemos decir:
cisista. Ese brutal desequilibrio narcisista es la angustia la angustia es real, el peligro de castración es fantas-
misma; es el peligro. En este nivel angustia y peligro mático. ¿Cómo se juntan lo real y lo fantasmático?
coinciden, se indiscriminan. Afecto y representación se Si no se juntan más que por ‘un falso enlace’, la an-
condensan, se hacen uno. El peligro es el desequilibrio gustia de castración sería del mismo nivel que un sín-
y el desequilibrio la angustia, ergo el peli- toma fóbico y nosotros le damos otro sta-
gro es la angustia. Y acá vuelve la pregunta: tus, otra jerarquía. Tal es así que
¿qué es ese afecto-representación, ese peli-
DECIR ANGUSTIA explicamos el síntoma fóbico remitiéndolo
gro llamado angustia? DE CASTRACION a la angustia de castración. Entonces, ¿en
La respuesta que da Freud, ya desde sus MUESTRA QUE HAY qué se diferencia un síntoma fóbico de la
primeros trabajos, es que eso se trata de ex- UN DESLIZAMIENTO angustia de castración? ¿Hay algún punto
citación sexual no ligada psíquicamente. en que el fantasma de castración sea real?
La angustia (el peligro) es excitación se-
DEL PELIGRO
xual no ligada. ¿En qué sentido puede ser QUE PASA DE LA Además, al hablar de angustia de castra-
un peligro la excitación sexual? ANGUSTIA, COMO ción está tácito que la castración, como ley
Más adelante y en otro contexto explica MOCION SEXUAL y castigo, se opone a la moción incestuosa.
que la moción sexual incestuosa se enfren- Pero, ¿de dónde saca la fuerza esa ley para
ta a la amenaza de castración, cuyo agente
DESEQUILIBRANTE, imponerse y hacerse eficaz?
es el padre, y cuando esa amenaza se hace A SU CONDICION:
efectiva despierta angustia de castración. LA CASTRACION Por otro lado no toda angustia es de cas-
hacer pis. La angustia y el placer, estados como cuerpos muertos. En este nivel, sexo,
que parecen tan opuestos, pueden estar re- SE TRAZA ASÍ muerte y desprendimiento de un cadáver
lacionados en su raíz y depender de otros UN SENDERO DE van juntos.
factores que se presente uno u otro. Eso lo CONTINUIDAD Trataremos de demostrar que el concep-
vislumbra Freud desde sus primeros tra- to de angustia-castración puede aludir a
bajos cuando asocia categóricamente la an- ENTRE EL IMPULSO esta conjunción de sexo y muerte, propia
gustia con la sexualidad. La eyaculación en INCESTUOSO DE LA de la sexualidad arcana. La castración, an-
el orgasmo puede ser el paradigma del pla- MUJER-MADRE, QUE tes de ser angustia, es un contenido de la
cer sexual, pero la eyaculación precoz es MATA-CASTRA moción sexual.
un equivalente de angustia.
AL HIJO PARA En “Inhibición, síntoma y angustia”
Reparemos que en estos ejemplos: enu- CONVERTIRLO EN Freud trae el caso, junto al de Juanito y el
resis, encopresis, eyaculación precoz, son DIOS, LA ANGUSTIA Hombre de los lobos, de un americano
todos casos en que algo del cuerpo se des- ANTE LA MISMA “que no había plasmado zoofobia alguna,
prende. Pero también otros fenómenos so- pero justamente por esa ausencia ayuda a
máticos que acompañan la angustia ha- ESCENA Y LA comprender los otros casos. Su excitación
blan de un desmembramiento. El corazón, EXCITACIÓN SEXUAL sexual se había encendido a raíz de una
los pulmones, los intestinos, al excitarse LLAMADA NORMAL, historia infantil fantástica que le leyeron;
con la angustia parecen desprenderse de la EN LA QUE SIGUE se refería a un jeque árabe que daba caza,
unidad del cuerpo y volverse autónomos. para devorarla, a una persona que consis-
También con la excitación sexual nor- LATIENDO Y SIENDO tía en una sustancia comestible (hombre
mal, que en su raíz es autónoma respecto EFICAZ LA del pan de jengibre). Él mismo se identificó
al yo, ocurre algo análogo. La visión del MISMA ESCENA. con este hombre comestible; en el jeque se
genital femenino (que simboliza la castra- reconocía fácilmente un sustituto del pa-
ción) provoca la erección del pene, que se dre, y esa fantasía pasó a ser el primer sus-
separa del cuerpo, cobra autonomía para ser entrega- trato de su actividad autoerótica”. Ser devorado pro-
do a la mujer y caer luego del orgasmo. Eso es placen- vocaba angustia en el hombre de los lobos, en este
tero. En cambio, cuenta el mito que ante la cabeza de paciente era excitación sexual.
medusa, que como el genital femenino simboliza la
castración, el que la miraba se quedaba duro, petrifi- Tomemos otro caso de angustia: la angustia ante la
cado, como cuando hablamos de quedarnos duros en ausencia de la madre. Desde M. Klein sabemos que la
una situación de angustia aguda. Hay cierto homo- ausencia de la madre es algo que actúa no por ausen-
morfismo entre la excitación sexual normal y la esce- cia sino por presencia. La ausencia de la madre es que-
na mítica, aunque en una es el placer y en dar a merced de la madre mala. No cuesta
la otra la angustia. mucho agregar que esta madre mala es la
Ese estado de excitación, que quiebra la EL ESTALLIDO DE madre sexual arcana, aquella cuyo deseo
discontinuidad que es nuestra imagen de ANGUSTIA- es castrar al hijo. Solemos decir esto de un
yo para volvernos a la continuidad del ser, modo menos brutal al afirmar que el deseo
ora puede ser placentero, ora despertar an- CASTRACIÓN de la madre por el hijo es el deseo de falo,
gustia. Problema que encontró Freud al re- DETERMINA EL pero olvidamos que sólo puede ser falo en
conocer que no se podía explicar el placer- SEPULTAMIENTO tanto castrado; el falo es siempre algo cer-
displacer sólo desde un punto de vista DE LA SEXUALIDAD cenado. El hijo-falo es el hijo castrado.
económico: como disminución o aumento Esta escena donde el agente de la castra-
de tensión. Que sea el placer o la angustia ARCANA. UN ción es la madre, y la castración la entrega
parece depender de constelaciones más REFLEJO DE LA sexual del hijo, queda bien ilustrada en los
complejas. MISMA SE ritos matriarcales. Los jóvenes se presenta-
Así como estamos habituados a oponer DESPRENDE COMO ban ante la Diosa Blanca y se autoemascu-
el placer a la angustia, también oponemos laban; en el mismo acto se volvían dios.
el sexo a la muerte y el falo a la castración. LAS MOCIONES, Cuando Freud hace el análisis del tabú
Ese carácter de opuestos que cobran en la REPRIMIDAS, DEL de la virginidad llega a una conclusión se-
sexualidad normal vela la conjunción que COMPLEJO DE EDIPO mejante. Ese tabú es la percepción por
presentan en la sexualidad arcana, donde DANDO LUGAR A LA parte del varón del deseo de la mujer de
se indiscriminan. apoderarse de su pene castrándolo. Agre-
La muerte aparece estrechamente ligada PUESTA EN MARCHA garíamos que también está la percepción,
con la reproducción sexuada. Dos seres se DEL COMPLEJO en el varón, de una oscura moción de en-
unen para dar origen a un tercero y en for- DE CASTRACIÓN. tregar su pene, castrándose. A este mismo
ma mediata o inmediata los primeros caen, contenido remite Freud la explicación de
ALBERTO LOSCHI ANGUSTIA-CASTRACIÓN Y ANGUSTIA DE CASTRACIÓN 17
LOS RITOS PATRIARCALES to que tú me has parido para una vida breve,
AL PASAR DEL que el olímpico Zeus (...) me conceda la gloria”.
Para ilustrar el pasaje de la angustia-cas- SUPERYÓ-MADRE Se descubre en estas palabras de Aquiles
tración a la angustia de castración pode- AL SUPERYÓ-PADRE que la muerte es una ofrenda a su madre,
mos servirnos de los ritos de iniciación. En SE PASA DE LA que lo lleva a la gloria. Por otro lado, la
el matriarcado la existencia de padre es in- muerte entra en Aquiles por el mismo lu-
cierta, pater semper incertum est. Para in- ANGUSTIA A gar que la madre había marcado en su na-
cluir al padre, la institución patriarcal, se LA CULPA, QUE cimiento, el talón. Por ese lugar erógeno,
vale de una marca en el cuerpo y un nom- PROTEGE DE marcado por la madre, Aquiles entrega su
bre, símbolos que ligan al hijo con el pa- LA ANGUSTIA vida. El héroe se diferencia del iniciado en
dre. En estos ritos sólo participan varones: que no atraviesa el complejo de castración;
los mayores de la tribu y los iniciados. La es el mito del neurótico.
circuncisión es lo que ha llegado hasta nosotros de La mutilación del rito patriarcal, aun en su crueldad,
esos antiguos ritos. Todos ellos dramatizan una cas- es una castración simbólica y va acompañada de un
tración reducida, simbólica podríamos decir, ejercida nombre que convierte al iniciado en un ser social (no
en alguna mutilación menor pero que ya no es la cas- en un dios). Es una castración con nombre, la otra es
tración literal del rito matriarcal. Luego de la misma una castración sin nombre. Podemos asociar esta cas-
el iniciado accede a un nuevo nombre y a la exogamia, tración patriarcal a la angustia de castración. Afecto y
el intercambio de mujeres. En cambio, la castración representación (peligro) se discriminan; es un terror
matriarcal convertía al hijo en dios. Con la sangre del con nombre. En la matriarcal, la angustia es castra-
mismo se regaba la tierra en un rito de fertilidad que ción. Afecto y representación se indiscriminan; es un
simboliza esa conversión en falo. El cuerpo entregado terror sin nombre.
a la madre-tierra renace como falo, plasmándose así Si durante el matriarcado el agente de la castración
la unión incestuosa. Una derivación de esto la encon- era la mujer y la castración un deseo de ésta, en el pa-
tramos en Grecia en lo que Vernant describe como “la triarcado el agente pasa a ser el hombre y la castración
bella muerte”, la muerte heroica en los griegos, acae- cambia su cualidad: queda sepultada su raíz pulsional
cida en la plenitud de la juventud y de las fuerzas. El (real) y se hace simbólica.
ejemplo paradigmático es Aquiles, que en el canto
primero de la Iliada dice a su madre: “Oh madre, pues- Al dramatizar la castración, el padre se apodera de
la fuerza de esa moción de castración inherente a lo se-
xual, capitaliza para sí esa fuerza, que ahora convierte
en ley. Es de allí que la ley toma su fuerza. La ley toma
su fuerza de la moción sexual y por mediación del pa-
LAS FOBIAS
Al ser esta función del padre
una suerte de ‘barrera de pro-
tección antiestímulo’, la mo-
ción hostil del complejo, que
ataca al padre, quiebra esta ba-
rrera y deja al niño a merced
del deseo arcano de la madre.
Podemos entender de ese mo-
do el primer ataque de angus-
tia de Juanito que, recordé-
moslo, ocurre en presencia de
la madre. Luego la fobia es un
intento de darle nombre a esta
angustia arcana; vicariamente
(a falta de esta función de pa-
dre) crea un objeto amenazan-
te. Pero, como ningún objeto es
eficaz en esta función, deben ▲ Pieter Bruegel / Las colmenas
ser sustituidos tal como se sus-
tituyen los gobernantes cuando carecen de represen- castración, sigue sosteniendo el complejo de Edipo y su
tabilidad; de ese modo se va ampliando la muralla fó- lógica fálica. El superyó continúa el complejo de Edipo.
bica. En lugar de un solo terror con nombre hay La culpa, al reconocer la prohibición, sostiene la
nombres para muchos peligros. Lo mismo creencia de que lo prohibido es posible,
ocurre en la neurosis obsesiva, en lugar de que la omnipotencia es posible. El yo en-
una ley hay muchas reglas y prescripcio-
EL DOLOR (DE tonces toma deuda, cae en culpa (shuldig:
nes insensatas, ineficaces para suplir la DUELO) CANCELA LA deuda-culpa), para solventar la omnipo-
ley. Nos seduce la siguiente analogía: la ANGUSTIA Y CULPA tencia, para sostener esa creencia. La inefi-
fobia sería al superyó-padre bien consti- NEUROTICAS, cacia de este empréstito instala el senti-
tuido como el politeísmo es al monoteís- miento de impotencia, que es una variedad
mo y así como el politeísmo está entre la
CAMBIA LA del sentimiento de culpa (sentimiento de
diosa madre y el dios padre, la fobia ocu- CREENCIA Y ABRE inferioridad).
paría una posición intermedia en el pasaje A LA SALIDA La salida del complejo de Edipo se da a
de la madre al padre. DEL COMPLEJO través del dolor (de duelo) al constatar que
Cuando el padre aparece como el agente lo prohibido es imposible, que la omnipo-
de la castración reduce los peligros disper-
DE EDIPO. tencia es imposible. Lleva a un cambio de
sos a uno solo: la amenaza ahora proviene creencia, un cambio en la lógica fálica. El
del padre. Es la angustia ante el superyó-padre que dolor (de duelo) cancela a la angustia y culpa neuróti-
ahora recibe el nombre de sentimiento de culpa. La an- cas, cambia la creencia y abre a la salida del com-
gustia se convierte en culpa por mediación del super- plejo de Edipo.
yó que se apodera de la investidura energética del
complejo de Edipo. El peligro que viene del ello es an-
gustia, cuando ese peligro pasa al superyó es culpa. Bibliografía
Así dice Freud: “Si el yo no logró dominar bien el com-
plejo de Edipo, la investidura energética de éste [que es S. Freud Inhibición, síntoma y angustia. A.E. T.20
angustia] retomará su acción eficáz en la formación El yo y el ello. A.E. T.18
reactiva del superyó [que es culpa]” (lo que está entre El malestar en la cultura. A.E. T.21
corchetes es nuestro). A. Green El Complejo de Castración. Paidos 1996
La “eficacia simbólica” de esta operación del padre J. Laplanche Castración. Simbolizaciones. A.E. 1983
resulta de ser una reescritura del pasado. Incluye hue- A. Loschi Ego Phano. Consideraciones sobre lo prohibido y lo
llas significantes del pasado (escenificar la castración) imposible. La Peste de Tebas N12
en nuevos contextos que modifican retroactivamente La angustia. Su relación con la culpa y el dolor. La
su significado (Zizek). Peste de Tebas N23
J. P. Vernant El individuo, la muerte y el amor en la antigua
Ahora bien, la angustia ante el superyó (sentimiento Grecia. Paidos 2001
de culpa), que es una modificación de la angustia de S. Zizek Porque no saben lo que hacen. Paidos 1998
20 DICIEMBRE DE 2002 N°25
Algunas expresiones
y vicisitudes del
complejo de castración.
ADRIANA SORRENTINI*
* Gelly 3550 6ª B (1425) BA Argentina / tel / fax (054) (011) 4802-0200 / e-mail adrianasorrentini@fibertel.com.ar
ADRIANA SORRENTINI ALGUNAS EXPRESIONES Y VICISITUDES DEL COMPLEJO DE CASTRACIÓN 21
criatura humana, dará lugar a la emergencia de una dioses. Según Hesíodo, nació inmediatamente des-
nueva capacidad fálica en el adolescente, con las posi- pués de Caos y antes de Eros, sin la intervención de nin-
bilidades y características del adulto aunque acompa- gún elemento masculino, engendrando luego a Urano, o
ñadas de una relativa inmadurez emocional, orienta- Cielo, que la recubre y con quien se une para generar a
da hacia la “organización genital definitiva” cuya todos los dioses. Urano sería un desprendimiento de Gea,
característica ideal es el reconocimiento de la diferen- hijo y esposo con quien procrea, y trae la idea de que en
cia sexual, en las figuras de varón y mujer, ambos cas- ella estaba contenida esa potencia elemental, esto es, la
trados, deseantes y complementarios. Madre fálica.
Es claro que lo maternal tiene un lugar prioritario en
UNA MÍNIMA REFERENCIA esta religión telúrica, donde la Tierra es la Madre de
MÍTICO-ANTROPOLÓGICA cuyo seno brota la vida y la abundancia, que a ella re-
gresa al final del recorrido entre nacimiento y muerte.
Fiel a la convicción de que la Humanidad cuenta La otra divinidad que subroga el lugar de Gea es Cibe-
siempre, o desde siempre, la misma historia, posición les, la gran diosa frigia, ‘Madre de Todos los Dioses’,
que se fundamenta en la lectura de mitos, relatos an- ‘La Gran Madre’, cuyo poder se extiende sobre toda la
tropológicos, argumentos de la literatura universal y Naturaleza, de la que es potencia vegetativa. Su culto
cuentos infantiles, deseo compartir algunas reflexio- va desde el Asia Menor al mundo helénico, y al roma-
nes al respecto. Recurro al propio Freud y sus múlti- no a partir del 204 aC, cuando el Senado decide traer
ples referencias a la filogenia, la herencia, la sedimen- de Pesinunte la “Piedra Negra” que la simbolizaba y
tación de infinitos ex yoes, en la constitución del sujeto, erigirle un templo en el Palatino. Frecuentemente es
quien nos recuerda que más allá de considerada una encarnación de
las vicisitudes externas, “el comple- Rea, la madre de Zeus y demás hi-
jo de Edipo se iría al fundamento a jos de Cronos, hecho que muestra
raíz de su fracaso, como resultado que más allá de las diferentes repre-
de su imposibilidad interna..” y sentaciones, se trata siempre de la fi-
también que, si bien “es vivenciado gura materna omnipotente. En reali-
de manera enteramente individual dad sería Rea, adorada en el monte
por la mayoría de los humanos,...es Cibeles de Frigia, y su importancia
también un fenómeno determinado se liga al culto orgiástico desarro-
por la herencia, dispuesto por ella, llado a su alrededor, que se prolon-
que tiene que desvanecerse de gó hasta una época tardía del Im-
acuerdo con el programa cuando se perio Romano. Ahora bien, existen
inicia la fase evolutiva siguiente, múltiples leyendas que la vinculan
predeterminada.” 1 Estos compo- a Agdistis y a Atis, de los que consi-
nentes filogenéticos, que constitu- dero útil destacar algunas caracte-
yen las protofantasías, son los que ▲ Mano isíaca rísticas que se repiten en casi todos
se repiten sin cesar en la prehistoria los relatos, ya sean de Pausanías o
trágica de cada infans, siguiendo las vicisitudes pro- de Ovidio. Agdistis es un ser hermafrodita que nació en
pias del sepultamiento y la represión en cada historia el país de la Gran Madre de los Dioses, por la unión de
singular. la Tierra con el semen de Zeus, que éste dejó caer du-
Asimismo, la Humanidad nos brinda relatos de su rante un sueño –aquí cabe considerar la polución noc-
prehistoria sepultada ‘in ille tempore’, pero presente turna como cumplimiento de deseo a raíz de un sueño
en todas las manifestaciones de la cultura y de la histo- erótico, incestuoso, ya que Zeus estaba, en esta oca-
ria. Así, ‘historias’ e Historia se confunden en el deve- sión, enamorado de Cibeles, la Gran Madre, y era re-
nir de los tiempos. chazado–. Según una versión, Agdistis fue embriaga-
En otro lugar 2 me ocupé extensamente de esta pro- do y castrado por Dionisos y de su sangre nació un
yección cosmogónica del mundo interno, que se desplie- granado cuyo fruto, apoyado en el seno de la ninfa Na-
ga en innúmeras manifestaciones míticas, mágicas y na, dio origen a Atis. Otra versión dice que fue castra-
religiosas, “donde Tierra, sangre, procreación y muer- do por los demás dioses y de su miembro cortado cre-
te irán constituyendo deidades de fuerza telúrica o ció un almendro; Nana, hija del dios-rio Sangario puso
mortal.” Es un dominio maternal del que Gea, la Tierra, una almendra en su seno y engendró un varón –Atis–
es el elemento primordial del que surgen todos los que fue abandonado y criado con miel y ‘leche de ma-
cho cabrío’(sic) 3. Atis significa en frigio ‘macho cabrío’ presentación de la diosa Madre, que detenta todo el
o ‘el bello’; disputado por Cibeles y por Agdistis –que aho- poder de la fertilidad, toda la falicidad, exigiendo de
ra era solamente mujer–, le impidieron casarse enloque- sus hijos el lugar de súbditos dedicados incondicio-
ciéndolo al punto de que exasperado, se castró. Desen- nalmente a su adoración. De allí que en este período
lace que sugiere el lugar de Atis como ‘falo’ de la Gran no aparece como problema la diferencia de sexos, sino
Madre, o como el elemento masculino que devolvería la posición de la Matriarca, única todopoderosa y fáli-
la falicidad, la completud, a Agdistis, versión castrada ca, en relación con sus dependientes.
de la Madre-Andrógino ‘ahora solamente mujer’. Un En el Antiguo Egipto se practicó la castración a los
relato dice que, mutilado debajo de un pino, muere y vencidos, para someterlos despojándolos de su virili-
de su sangre brotan violetas; trae la idea de un rito dad; y en la Edad Media fue aplicada como castigo,
agrario en el que luego de una muerte aparente –letar- que se perpetua en las guerras y torturas de la actuali-
go–, resurge desde lo sepultado y brota en flor en la dad, inclusive a través de las violaciones sistemáticas.
próxima estación, representando la continua muerte y Otra versión, en tanto se trata de equivalentes simbó-
re-nacimiento de la vegetación y el ofrecer su simiente licos, serían las prácticas referidas a las ceremonias de
a la madre Tierra. En la versión de Ovidio 4, Cibeles lo iniciación por las que deben transitar púberes de am-
ama con amor casto y lo liga a ella para siempre a con- bos sexos, donde el pasaje a la adultez exige ciertas mu-
dición de que se mantuviera virgen, pero Atis se ena- tilaciones tendientes a abolir todo ‘resto’ de elementos
mora de la ninfa Sagaritis cuyo árbol es derribado por pertenecientes al sexo complementario.6 Aun las prác-
Cibeles, celosa, provocando la locura de Atis que se ticas rituales realizadas en el contexto de religiones ela-
castra y muere. También se dice que luego de su muti- boradas, como la circuncisión, la subincisión, la infibu-
lación volvió al servicio del templo de Cibeles; en este lación, corresponden a actos castratorios simbólicos
caso se trataría de una explícita castración genital, para derivados de culturas y religiones antiquísimas.
conservarse como parte de la potencia fálica materna. La castración, desde el psicoanálisis, obviamente no
Sostenemos que la falta de castración fálica se expre- concierne al órgano real, anatómico, sino al falo, en tan-
sa en una efectiva castración genital, con manifestacio- to objeto imaginario, e introduce el orden simbólico.
nes de impotencia, esterilidad o infertilidad, en varo- Es precisamente en individuos en los que la castra-
nes y mujeres con una fuerte fijación materna. En ción simbólica no ha ocurrido, como en las psicosis,
conmemoración, los adeptos del culto de la diosa ma- donde es posible encontrar casos de mutilación penea-
dre, identificados con Atis, se mutilan en la embria- na; de manera que lo repudiado –forcluido, dirá La-
guez y el éxtasis de estas fiestas orgiásticas, en las que can– al no integrarse en lo inconsciente del sujeto, re-
también existió la mutilación femenina, ya que las sa- gresa desde lo real –no simbolizado–, en la alucinación.
cerdotisas amputaban sus senos –equivalentes fálicos– Freud utiliza la expresión ‘verleugnen’, renegar, des-
ofreciéndolos a la diosa madre. Así ambos hijos, varón mentir, en relación al complejo de castración.7
y mujer, conservaban su lugar infantil de falo, de-pen-
diente de la Madre y partícipes de su esplendor. ALGO MÁS ACERCA
Estas prácticas continuaron hasta su interdicción en DEL FALO Y LO FÁLICO
el Cristianismo, durante el papado de León I en el año
395. Sin embargo, a pesar de la prohibición de Cle- Los padres primordiales, progenitores indiscrimi-
mente XIV, en el siglo XVIII se practicaba la castración nados, con los que se efectúa la identificación primaria
quirúrgica a los jóvenes cantantes, para obtener voces previa a toda investidura de objeto, semejan a los dio-
agudas de ‘i castrati’, dedicados a los cantos litúrgicos ses que, omnipotentes, trascienden la diferencia de los
durante la Ilustración. sexos. Así, Mircea Eliade sostiene que la idea de la bi-
Pero qué lleva a estas prácticas en lugares temporal- sexualidad divina se basa en que “Todo aquello que es por
mente y geográficamente tan alejados e inconexos? En excelencia, debe ser total y contener la ‘coincidentia op-
Rusia había una secta mística que practicaba la castra- positorum’ en todos los niveles”. En otro lugar 8 expuse
ción, los Scoptzy, de skopets, castrado. En la comuni- extensamente este tema mencionando ejemplos del
dad de los Hijras en la India, esta práctica mística se- Andrógino –Andro(s)-Gino– y de Hermafrodito –Her-
guía teniendo adeptos en el siglo XX.5 m(es)-Afrodita– como fantasma bisexual.
Hasta aquí, excepción hecha de los jóvenes ‘castrati’, Asimismo, el concepto de falo en la Antigua Grecia,
se trata de automutilación y ofrecimiento a alguna re- remite a las religiones de misterio en la Eleusis, a la
ja humana, que será depositaria de la función materna ferenciales desde el comienzo, en virtud de la investu-
en la crianza de sus hijos. dura de la que es objeto cada infans de parte de los pa-
En el mismo instante que la madre ‘pierde’ el conte- dres –fundamentalmente de la madre en este momen-
nido de su ‘vientre fálico’–recordemos la actitud deno- to– y del predominio de las identificaciones primarias
minada ‘orgullo de la embarazada’– se produce la pri- y secundarias con estos objetos parentales según se
mera gran marca de la castración fálica en el neonato, trate de un varoncito o una mujercita.
quién al emerger del vientre materno ‘pierde’ su en- Ambos infantes transcurren, en su evolución libidi-
voltura ‘grandiosa’ padeciendo una enorme alteración nal, por las fases correspondientes. La oral –orale Stu-
de su homeostasis y de su estado narcisista fetal. Se es- fe o Phase– corresponderá a los primeros tiempos
tablece el corte del cordón umbilical y del natural su- donde la conexión con el pecho proporciona un placer
ministro de cuanto le fuera necesa- sexual ligado a la excitación de la
rio; ahora DEBE respirar o muere. mucosa bucal y los labios median-
Impresionante subversión del or- te la succión y ligada a la satisfac-
den establecido, exceso traumáti- ción de la necesidad alimentaria
co, marca de la angustia en la carne en la que se apoya –Anlehnung–.
nueva, que permanecerá jadeante Abrahan propone la subdivisión
y palpitante toda la vida del sujeto en la ‘oral precoz’ de succión, don-
humano. La castración recaerá en- de la relación con el objeto es de in-
tonces sobre el sujeto y el Otro corporación; y ‘oral sádica’ coinci-
–madre primordial–, instaurando dente con la aparición de los
la falta simbólica. dientes, la mordedura, en la que la
Investido narcisistamente por incorporación del objeto implica
sus progenitores, se producen las su destrucción y la consiguiente
primeras identificaciones con los entrada en juego de la ambivalen-
padres de la prehistoria personal, cia en la relación con el objeto. Se
identificación directa, inmediata y hace clara la tramitación de la agre-
previa a toda investidura de objeto, sividad mediante la presencia del
la “de mayor valencia del individuo”. objeto madre que ‘se deja comer’
Dirá Freud 9 que las elecciones sin destruirse. En la sesión analíti-
de objeto correspondientes a los ca será el analista quien deberá
primeros períodos sexuales ata- estar dispuesto a ‘dejarse usar’ so-
ñen a padre y madre, y tendrán su portando en la escena transferen-
desenlace en investiduras que re- ▲ Gorgona / Salvador Dalí cial el objeto en cuestión. La regu-
forzarán la identificación prima- lar separación del pecho y luego el
ria. Tendremos que considerar entonces “la disposi- destete serán vividos por el lactante como una pérdida
ción triangular de la constelación del Edipo, y la de su integridad: ‘pierde el pecho’.
bisexualidad constitucional del individuo”. La segunda fase, correspondiente a la organización
Partiendo de esta prehistoria, donde consideramos pregenital de la libido bajo la primacía de la zona eró-
la ‘tragedia edípica’ 10 –constituida por parricidio-in- gena anal, será la ‘anal-sádica’, ligada al objeto de dos
cesto-castración como una unidad sellada– y el narci- maneras –según Abraham– en una primera, el erotis-
sismo primario absoluto, es posible conceptualizar ya mo anal está ligado a la evacuación y la pulsión sádica
una diferenciación en la entrada al complejo de Edipo a la destrucción del objeto, y en la segunda el erotismo
–ambivalencia hacia el padre, amor tierno a la madre y anal se liga a la retención del objeto y la pulsión sádica
amenaza de castración–, en el varón y la mujer, puesto al control posesivo del mismo. En esta fase encontra-
que ambos van a transitar el complejo positivo y nega- mos, unidos a la actividad de la defecación, valores
tivo en tiempos y secuencias diferentes, en virtud de simbólicos de rechazo y de donación, si recordamos la
las identificaciones y “de la bisexualidad originaria del ni- equivalencia simbólica establecida por Freud: heces-
ño”. También el narcisismo transcurrirá del primario regalo-dinero-pene-hijo, todas figuraciones del signi-
al secundario, acompañando este trayecto de la es- ficante ‘falo’ subyacente. Así, la separación de las he-
tructuración psíquica y la hominización de His Ma- ces es vivida por ambos infantes como pérdida de
jesty the baby. Metamorfosis del dios en humano, y sustancia corporal, siendo algo separable del cuerpo y
del ‘Todo, indiviso’, en sujeto masculino o femenino. ligado a exigencias parentales, se inscribe como ‘pre-
Si bien el primer objeto sexual y de amor es el pecho cursor’ del complejo de castración. Freud sostiene que
materno y luego la madre, se establecerán matices di- es en esta fase cuando aparece claramente la activi-
dad-pasividad de lo que luego será fálico-castrado, y medio de la represión de la visión angustiante, a la que
finalmente masculino-femenino, puntualizando sin seguirá la desmentida, primero sobre sí mismo: ya que
embargo que la pulsión es siempre activa y sólo pode- es poseedor de un pene no está castrado, comienzo de
mos referirnos a fines o metas pulsionales pasivas. la angustia de castración que lo atormentará neuróti-
Llegamos entonces a la consideración de la fase del camente en el futuro temiendo que le ocurra lo que ya
desarrollo psicosexual que se caracteriza por la organi- le ocurrió; y luego con la mujer, a la que se empeñará
zación de las pulsiones parciales bajo el primado de las zo- en adjudicar un pene –fetichismo–, o la hará única de-
nas genitales. Aquí es imprescindible separar tres seg- positaria de la castración decidiendo ‘que es a ella a
mentos: una fase fálica perteneciente a la organización quien le falta’.
genital infantil, un período de latencia, y finalmente la or- El reconocimiento de la existencia de un genital diferen-
ganización genital propiamente dicha, la que comienza en te, que él no posee, lo enfrenta a una herida narcisista
la pubertad culminando con el reconocimiento de la di- que se remonta a sus precursores: la castración fálica
ferencia sexual en el par masculino y femenino. ocurrida al comienzo de la vida extrauterina y viven-
Volvamos entonces a ‘La organización genital infan- ciada en las sucesivas pérdidas de la completud narci-
til’ 11 donde Freud dice que ..“sólo puede apreciarse sista, culminando en esta última figuración del falo en
rectamente la significatividad del complejo de castra- su órgano genital, el pene, cuya posición itifálica pro-
ción si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase mete la re-unión en la ‘coincidentia oppositorum’ con
del primado del falo.” Esto es, que ambos niños se en- su par femenino –desplazamiento de la madre–, una
cuentran en esta fase libidinal, fálicos y omnipotentes, vez producido el sepultamiento del C. de Edipo.
centrando su quehacer masturbatorio en el pene y en Es así que la amenaza de castración tiene efecto de
el clítoris, zonas erógenas ricas en sensaciones volup- realidad solamente en el momento del primado del fa-
tuosas que ellos saben procurarse. lo en la organización genital infantil, y el complejo de
Aquí se perfila la línea divisoria en que diverge su sub- Edipo se va a pique en virtud de esta amenaza, puesto
siguiente desarrollo que, esbozado desde el inicio, acom- que ninguna de las posiciones edípicas es sostenible si
paña la metamorfosis del bebé-falo en hijo, estableciendo debe costar el pene-falo, ya sea como premisa en la
consecuentemente la diferencia entre varón y mujer. versión negativa del Edipo o como castigo por desear
El varoncito, que venía experimentando las diversas a la mujer del padre, en el positivo.
pérdidas como daño narcisista al significarlas como Al sepultamiento del complejo de Edipo le sigue la
pérdidas corporales, con una fuerte identificación con fase de latencia, llena de intereses diversos y donde el
el objeto padre, reforzada luego de su renuncia a él co- interés sexual está desplazado hacia otras investigacio-
mo objeto dando fin al Edipo negativo, compite por el nes, para resurgir en el embate libidinal de la adoles-
objeto madre –fase positiva del C. de E.– con aspiracio- cencia con los fantasmas incestuosos, deseos y temores
nes francamente sexuales, expresadas en su conducta: que movilizan la angustia de castración. Una vez ela-
se masturba, se exhibe, intenta seducirla y ocupar a su borados y aceptada la castración, el joven podrá enca-
lado el lugar del padre, percibido ahora como peligro- minarse hacia la organización genital definitiva, la
so rival. Es el momento en que recibe amenazas de cas- emancipación de la autoridad parental, culminando
tración, no necesariamente explícitas, las que ignora –idealmente– con el establecimiento de la posición se-
hasta que su curiosidad sexual, pulsión de investiga- xual correspondiente, y una actitud social adulta.
ción, lo llevan a observar el genital de la niña, inician- Qué ocurre en la niña, fue una frecuente preocupa-
do “la sospecha de que ahí había algo distinto” y to- ción para Freud ya que, imposibilitado de extender su
talmente desconocido que amenaza su narcisismo. Es propia experiencia corporal y aquejado por la insufi-
importante reparar en esta ‘sospecha’ acerca de la exis- ciente información por la reticencia de sus pacientes
tencia de ‘algo distinto’. femeninas, pasó por diferentes intentos deductivos.
Desde las teorías sexuales infantiles había adjudica- Dijimos que la niña, al igual que el varón, tiene como
do un pene a todos los seres, incluso del sexo femenino, primer objeto a la madre, con la que experimenta infi-
“como el que el niño conoce a partir de su propio cuer- nidad de sensaciones voluptuosas orales, anales y vul-
po” ya que, narcisistamente, sólo puede percibir seres vares, en relación al intercambio relacional estrecho
según su propia imagen. En ‘Algunas consecuencias con el polo activo materno, de quien el bebé es su com-
psíquicas de la diferencia sexual anatómica’ leemos plemento pasivo. Dijimos también que la identifica-
que el varoncito, ante la vista de este genital descono- ción primaria, previa a toda catexis de objeto, con los
cido,12 “se muestra irresoluto, poco interesado al principio; padres indiferenciados –bisexualidad–, se irá refor-
no ve nada o desmiente su percepción.” En la doble ne- zando con las secundarias, cobrando mayor intensi-
gación encontramos el primer intento de defensa por dad o preeminencia las que se corresponden con el
progenitor del mismo sexo, aunque éste no tenga aun lo cabe hablar de un complejo de castración cuando
significación genital, siendo ambos fálicos. esa representación de una pérdida se ha enlazado con
Si el niño desea ser ‘grande y fuerte’ como el padre, la los genitales masculinos.” y que eso es posible duran-
niña cultivará su coquetería para estar ‘linda como una te la fase fálica, observamos un deslizamiento perma-
señora’, atractiva como su mamá. Y tal como el varon- nente en la con-fusión, desde lo imaginario, entre pe-
cito tiene erecciones y vivencia sensaciones voluptuo- ne y falo. El primado del falo aparece descripto como
sas en su pene, la niña experimenta tales sensaciones ‘el primado del pene’, concepto incomprensible desde
en su vulva, tanto en el clítoris como en las contraccio- el narcisismo primario. La niña podrá ser fálica, pero
nes orbiculares vaginales 13; tumescencia y detumes- es imposible que sea ‘pénica’ si tiene que partir de ima-
cencia que señalan claramente una zona erógena en ginar el mundo desde sí misma o su propio cuerpo, co-
sus genitales, más allá de la erogeneidad difusa de su mo describe Freud del varoncito. A raíz de la situación
cuerpo y orificios. Es activa y fálica como la madre y descripta cae víctima de la envidia del pene –no lo tie-
despliega su actividad sobre sus muñecos-bebés a los ne y quiere tenerlo–; lo que en un primer momento es
que posee y utiliza a su antojo, sirviéndole para la lisa y llanamente la idea de posesión del órgano, mu-
transferencia de emociones interrelacionales, fálico- da en el deseo de gozar con su unión en el coito, y al de-
narcisistas. Alguno, único y exclusivo, se constituye en seo desplazado de tener un hijo.
objeto transicional (D. Winnicott) al que abraza, chupa Si el sexo masculino tiene característica centrífuga,
o huele, según convenga, para calmarse y para dormir. de ‘ir hacia’, penetrar –pulsión de meta activa–; el fe-
La masturbación, evidente en este estadio fálico es, menino es fundamentalmente centrípeto, de capta-
no sólo clitoridiana-vulvar sino que comprende dife- ción activa, desea recibir, ser penetrada –pulsión de
rentes orificios: bucal, nasal, anal y umbilical, siendo meta pasiva–. Esto implica una diferencia fantasmáti-
este último productor de sensaciones internas ventra- ca con respecto al ‘castigo’ por los deseos edípicos: la
les relacionadas con el meato urinario y la vulva. F. angustia de castración referirá a la destrucción de su
Dolto consigna también una “masturbación, más rara, interior, fantasia de violación y daño como castigo an-
del pezón, que calma las grandes pruebas muy dolo- te el deseo de unión con el pene paterno desproporcio-
rosas, sentidas como castrantes.” Podemos pensar que nado para su cuerpo, o a la pérdida del amor del obje-
se identifica con la madre, cuyo pecho, elemento fáli- to que la dejará marginada y vacía, siempre sin hijos.
co, es dispensador de alimento, placer y seguridad. Ella necesita ser ‘la preferida’, la ‘princesita’ de su pa-
También la niña ha observado la diferencia sexual dre que la ama tal como es, ‘sin pene’, o justo por eso,
anatómica frente al varoncito, quien suele ‘invitarla’ a como ama a su mujer, la madre con minúscula –ma-
verlo orinar. Interioriza cierta decepción por no tener má–, capaz de ‘hacerse a un lado’ reconociendo quizás
algo igual y quiere tenerlo, espera que ‘un día le crez- su propia fantasía infantil, la vivida con su padre.
ca’ mientras explora su clítoris y labios vulvares. La La admisión de su castración implica consecuencias
decepción, como herida narcisista frente a un ‘no-te- importantísimas para la mujer. Por un lado, la intro-
ner’ lo que el otro tiene se hace evidente, intenta actuar duce en el complejo de Edipo positivo tomando por
como si lo tuviera –desmentida– y trata de efectuar su objeto al padre, en parte esperando obtener de él una
micción de pie como su par masculino. Finalmente re- reparación al ‘defecto’ provocado por su madre, y en
clama a sus padres un pene igual al de su hermanito, al parte, identificada con el objeto madre resignado riva-
que cree ‘favorecido’ con una posesión de la que ella liza por el amor del mismo hombre que ella valoriza
ha sido privada y poco a poco irá responsabilizando a –y por eso es valioso–, al que desea para sí fantasean-
la madre de tal perjuicio e injusticia. do que le dará bebés tal como a su madre. De hecho de-
Al ‘descubrir’ la castración materna surge el rechazo sea remplazarla al lado del padre al igual que el varon-
por este ser tan ‘defectuoso’ como ella, permitiéndole cito lo desea con la madre, pero está exenta de la
degradarla –desidealizarla– y volverse hacia el padre. amenaza de castración, antes bien, es precisamente es-
Cambia de objeto y de zona erógena, puesto que, ta circunstancia la que la vuelve deseante y mujer.
identificada con la madre amada y resignada, desea Hemos descripto sucintamente y a grandes rasgos el
tener ‘uno como ella tiene’, es decir, va a rivalizar en desarrollo “normal”, dejando de lado la enorme varie-
primera instancia por el mismo hombre, para luego dad de combinaciones que encontramos en la clínica
desplazar el deseo sobre un par masculino posible. cotidiana. Las diferentes presentaciones psiconeuróti-
Si el varoncito tiene “la sospecha de que ahí había algo cas, perversas, o actuales a presentación somática, dan
distinto”14 ella tiene la certeza y, aunque la primera de- cuenta de los múltiples entrecruzamientos que experi-
fensa será también desconocer, desmentir la eviden- mentan las vicisitudes del complejo de castración, ínti-
cia, termina por admitir la castración como consumada. mamente entrelazado con el complejo de Edipo
Atendiendo al señalamiento freudiano de que “só- y el devenir de los avatares del narcisismo.
La Metáfora
Castración
Complejo, mito y fantasía originaria.
“…son las palabras las que sangran, no las heridas.” mental que, impulsada por Wundt, se proponía apli-
Pierre Klosowsky car a la psicología los métodos de la neurofisiología en
C
el estudio de los tiempos de reacción ante la estimula-
astración en sus tres dimensiones, complejo, mi- ción verbal. La exploración de las representaciones in-
to y fantasía originaria es, al igual que todo con- termedias entre el estímulo verbal y la reacción del su-
cepto, una metáfora, representación jeto permitió a Jung analizar el papel de las
que, según el modelo conceptual condiciones subjetivas variables y lo
del psicoanálisis, recibe llevó a definir complejo como un
transferencias desde lo incons- “conjunto representativo en el que
ciente. Dicha representación se expresa la disposición secreta
no ha sido elegida azarosa- del sujeto”. En este punto es-
mente sino que su elección pecífico puso su interés
está determinada por una Freud en su artículo de
conexión asociativa con 1906 1 para correlacionar-
‘eso’ inconsciente, cone- lo con sus investigacio-
xión que es objeto de in- nes acerca de la psicopa-
vestigación e interpreta- tología cotidiana.
ción en la sesión. Sabemos
que jamás tendremos ac- El concepto de complejo
ceso directo a ‘una tal cosa en psicoanálisis se presen-
llamada castración’ y que ta impreciso y ambiguo
en nuestra investigación ten- quedando restringido sólo a
dremos que contentarnos con complejo de Edipo y complejo
explorar esas tres dimensiones de castración, con algunas refe-
de complejo, mito y fantasía. rencias aisladas a complejo pater-
no, materno, parental y fraternal, in-
1. CASTRACIÓN cluidos todos ellos en el Edipo. Intuimos
COMO COMPLEJO ▲ Cabeza de Medusa / Caravaggio que el término sufrió los avatares de la
compleja relación de Freud con Jung.
El término complejo fue creado, al parecer, por el psi-
quiatra alemán Theodor Ziehen e introducido por Decimos imprecisa definición del término complejo
Bleuler y Jung en el contexto de la psicología experi- porque en unos casos en Freud aparece como equiva-
lente a círculo de pensamientos y en otros a grupo psí- formando complejos en la mente del ser humano.
quico de representaciones inconscientes –reprimidas–
en conexión con otro grupo de representaciones con El significado original del término nacido en el con-
acceso a la conciencia, merced a la “compulsión aso- texto positivista (disposición relativamente fija de ca-
ciativa”. En Jung, en cambio, alude a “la totalidad de re- denas asociativas) planta la premisa de complejo como
presentaciones vinculadas con determinado suceso emocio- forma de explicar el modo singular en que se dan las
nalmente coloreado”. Como bien destaca Strachey, esta asociaciones. En cambio el uso que Freud le reserva al
definición de Jung no hace referencia a que dichas re- concepto designa “una estructura fundamental de las rela-
presentaciones sean inconscientes o reprimidas. ciones interpersonales donde la persona encuentra en ella su
lugar y se la apropia”.3 En 1916 4, en relación con actos fa-
Vale la pena recordar lo que dice Freud en 1914: “… llidos y sueños dice: “ …Si las ocurrencias que surgen li-
la palabra ‘complejo’, término cómodo y muchas veces indis- bremente, sin ninguna imposición y sin ningún esfuerzo, es-
pensable para la síntesis descriptiva de hechos psicológicos, tán determinadas de tal modo, y forman parte de un cierto
ha adquirido carta de ciudadanía en psicoanálisis. Ningún conjunto, tenemos derecho a concluir que las que tienen un
otro de los nombres y designaciones que el psicoanálisis debió solo vínculo, el que las liga a una representación inicial, pue-
inventar para sus necesidades ha alcanzado una popularidad den estar no menos determinadas. En efecto, el análisis
tan grande ni ha sido objeto de un empleo tan abusivo en per- muestra que además del vínculo mediante el cual las hemos
juicio de formaciones conceptuales más precisas. En el len- ligado a la representación inicial, ellas están bajo la depen-
guaje cotidiano de los psicoanalistas empezó a hablarse de dencia de ciertos intereses e ideas pasionales, de com-
‘retorno del complejo’ cuando se aludía al ‘retorno de lo repri- plejos cuya intervención es desconocida –es decir in-
mido’, o se contrajo el hábito de decir ‘tengo un complejo con- consciente– en el momento de producirse” 5
tra él’ donde lo único correcto habría sido ‘una resistencia’ ”.2
El concepto de complejo como ideas pasionales in-
La reticencia en el uso del término ha sido explicada conscientes nos invita a pensar en la dimensión de lo
por el temor de Freud a que se desencadenara, como ya actual y en el concepto de escena. El acento quedaría
había empezado a ocurrir, un ‘furor complejizandis’ puesto aquí en vivencias que se configuran concomi-
que tipificara la vida anímica con un sinfín de comple- tantemente con ella. Sin desestimar otras implicancias
jos (complejo de fracaso, de éxito, de inferioridad, de que ofrece la palabra complejo, quisiéramos destacar
superioridad, etc.) lo que llevaría a dejar en las som- en el complejo de castración la vertiente vivencia de
bras el núcleo vital de la teoría psicoanalítica: la teoría castración. La idea de vivencia tiene la ventaja de alla-
de la represión. El mencionado furor alude no sola- narnos el camino hacia una tridimensionalidad que
mente a la tendencia a clasificar todo en término de nos está negada por las sucesivas generalizaciones
complejos sino al abuso de la universalización para ex- que vulgarizaron el término complejo. En la medida
plicar conflictos y síntomas. Siguiendo esa ilación nos en que no ha sido explotada hasta el abuso nos permi-
encontramos con que en el concepto de complejo se te jugar con ella y recuperar el carácter metafórico del
configura una encrucijada donde se produce un cho- concepto. Recordemos que vivencia hace referencia a
que entre el psicoanálisis positivista, erudito –ciencia algo que es vivido independientemente de que se co-
de lo universal– y el psicoanálisis concreto, dramático rresponda o no con algo sucedido.
–ciencia de lo particular–. Encrucijada ésta en la que, en
mayor o menor medida, todavía nos encontramos cada Los afectos, sensaciones, percepciones y recuerdos
vez que especulamos acerca de nuestro quehacer. que podemos discernir en escenas y vivencias lo son
sólo por un proceso de abstracción útil para compren-
Así, por un lado, complejo nos remite a un concepto der, mientras no olvidemos que adquieren valor o im-
teórico que puede ser enunciado aproximadamente en portancia sólo en ese contexto. Los ‘componentes’ de
los siguientes términos: conjunto de representaciones una vivencia no tienen entidad real, sólo podemos ac-
recorrido por una carga de afecto de manera tal que, ceder a ellos por abstracción. Más que la cualidad es-
cuando una de esas representaciones queda investida, pecífica de cada uno de ellos, es la relación que los con-
el resto de las representaciones asociadas a ella también figura. Quedan incluidos de tal manera elementos
lo es. Definido de esta manera complejo como conjunto afectivos y representaciones que fuera de este tejido
estable y lineal de representaciones, da la idea de que carecen de capacidad de nominación, son inefables.
las mismas están sólo ahí y en ningún otro lado, de mo- Convengamos entonces que vivencia –y complejo, en-
do que se podría hacer un mapa de las representaciones tendido de esta manera– es la unidad mínima aislable.
La nominación de un complejo forma parte de un contexto un valor resistencial, dando lugar a que se
proceso de hacerse consciente que toma uno de los ele- piense ‘ahora tengo ese sentimiento porque estoy enfermo,
mentos del mismo, investido particularmente. Dicho pero cuando me cure –cuando elabore mi conflicto infantil–
de otra manera, es el resultado de la desinvestidura de no me va a pasar más’.
algunos elementos del complejo de afecto (de la confi-
guración psíquica), y la sobreinvestidura de uno o Romper la secuencia temporal nos permite com-
más de ellos que presta su nombre para representar a prender también que un complejo forme parte de otro
los demás y que los incluye, al mismo tiempo, bajo su complejo. Por ejemplo, Freud planteó que el complejo
signo específico. En el caso del complejo de castración, de Edipo apura su desenlace con la amenaza de castra-
una configuración representacional que puede corres- ción en el caso del varón y, en el caso de la niña, con el
ponder a diversas escenas con el siguiente desarrollo: complejo de castración el de Edipo encuentra su ini-
‘Tienen lo que yo no tengo’ (pene, niño, dinero, auto, éxi- cio. Ya sea en el comienzo o en el final de esta secuen-
to, pene grande, mamá, papá… etc.). ‘Lo que ellos tienen cia temporal, la castración está incluida, el complejo
es mejor que lo mío’. ‘Lo mío no sirve’. ‘Deseo tener lo que de Edipo contiene al complejo de castración, figura-
ellos tienen y que ellos no lo tengan más’. Al nominar com- dos no sólo en una temporalidad sino, fundamental-
plejo de castración al conjunto de escenas y vivencias mente, en una espacialidad (ver gráfico). Más aún si,
de ‘yo no tengo’ y anclarlo en un momento del desarro- como propusimos antes, la amenaza de castración,
llo evolutivo, Freud sobreinvistió uno de estos ele- fuertemente presente en el complejo de Edipo, está
mentos, pene, que pasó a representar a todos los de- también en el de castración. Pero si pensamos desde el
más en la vicisitud de tener o no tener. complejo de castración y nos ubicamos en la escena de
la amenaza, ésta se hace creíble por diversos motivos.
Freud comienza a hablar de complejo de castración Más que la visión de los genitales femeninos y las teo-
cuando descubre una escena. Como en una fábula pa- rías que sobre ello pergeña el niño, lo que da sustento
radigmática nos cuenta: el niño cree que todos tienen has- a la realidad de la amenaza son los deseos incestuosos
ta que un día descubre que algunas no. Ha volcado un inten- hacia la madre y la retaliación por los sentimientos
so interés por eso que tiene justamente cuando alguien hostiles hacia el padre (y viceversa) o sea, el Edipo. Di-
amenaza con sacárselo. Luego, teme perderlo. En esta esce- cho de otro modo, complejo de castración contiene a
na cobran vida diversos afectos y vivencias que Freud complejo de Edipo. Prescindiendo de espacio y tiem-
identifica como angustia por la pérdida del pene en el po nos encontramos con que diversos argumentos
varón y envidia del pene en la niña. Ese es el cuentito. confluyen en una única tragedia, dan cuenta desde
Ahora tendríamos que aplicar, para entenderlo, lo que distintas aristas de un único evento, de una misma
ya mencionamos acerca del desplazamiento de inves- fuente inconsciente común. Castración y Edipo son
tidura hacia uno de los términos del complejo. Que en mapas diferentes de un mismo territorio.
el varón aparezca destacada la angustia no significa
que no haya envidia. De la misma manera, que en la 2. CASTRACIÓN COMO
niña aparezca sobreinvestida la envidia no significa FANTASÍA ORIGINARIA
que no haya angustia. Los vectores compartidos son
claros: hay alguien que tiene y alguien que no tiene, al- Pero la escenificación del complejo de castración
guien que puede perder y alguien que puede sacar. El nos remite a las fantasías originales, “ese tesoro que el
complejo, así, implica, en su manifestación, una suce- análisis puede descubrir en todos los neuróticos y quizás en
sión temporal de escenas: ‘todos tenemos’, ‘algunos no todas las criaturas humanas”. Si las fantasías son típicas
tienen’, ‘alguien te lo va a quitar’ –amenaza de castra- y no pertenecen a la historia circunstancial, debe ha-
ción– ‘alguien me lo va a quitar’ –angustia de castración ber un esquema previo capaz de funcionar como or-
– que atenúan el núcleo vivencial doloroso: ‘yo no ten- ganizador. Ahí viene la explicación filogenética. Se
go eso’ –vivencia de castración–. En efecto, ‘yo no tengo’ introduce el concepto de huellas mnémicas heredita-
está presente todo el tiempo, negado, trasladado a un rias porque se necesita una estructura significativa
pasado, o a un futuro posible. La secuencia temporal anterior al ‘hecho’. Esta prehistoria mítica, inaccesible
está –como siempre– al servicio de la defensa. para el individuo, vuelve a poner sobre la mesa lo que
se intentaba superar: la oposición entre el hecho y la
Ubicar la vivencia de castración en un tiempo histó- dotación constitucional.
rico infantil es un artificio teórico, que puede estar al
servicio de la resistencia para negar que la castración La fantasía original es ante todo una fantasía. El tex-
‘está pasando’, que es parte de la condición humana y to en el que Freud menciona por primera vez Urphan-
que en cada uno toda la vida está signada por esa vi- tasien 6 muestra esta vinculación cuando relata el deli-
vencia. También la idea de fijación puede tener en ese rio paranoico de una paciente organizado alrededor
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mito para adquirir figurabilidad. Cada uno de estos poética que viene de lo inconsciente. Lo inconsciente
mitos señala a través de estas formas infinitivas –te- debería ser comprendido de manera diversa a la de los
ner, hacer, ser– y en sus opuestos –no tener, no hacer, esquemas físicos y económicos que usó Freud para
no ser– su núcleo elaborativo. dar figurabilidad a su idea. Lo inconsciente es trascen-
dente, y la manera de comprenderlo e interpretarlo es
La elaboración del complejo de castración es elabo- poética, metafórica, no intentando nunca dar cuenta
ración a lo largo de todo el proceso de análisis. El pa- de su total implicancia y abarcación. Afortunadamen-
ciente llega en estado de añoranza, la perturbación te siempre nos queda algo sin nombrar, el ombligo del
en el plano del ser se presenta como trastorno en el te- sueño. Si uno pierde esa dimensión metáfora, de lo
ner. El paciente fue (falo) y ahora ya no lo es más, pe- trascendente, ingresa en el campo del tiempo, del bien
ro no registra la falla en ser sino en tener. Algo le fal- y el mal, de los pares de opuestos. Del ser y del no ser.
ta –logros– o algo le sobra –angustia, síntomas–, La atemporalidad del inconsciente es una referencia a
quiere recuperar lo que perdió y sacarse lo malo que la eternidad, que nada tiene que ver con el tiempo; es
adquirió, vivido esto como carencia. El trabajo inicial esa dimensión del aquí y ahora que interrumpe todo
del psicoanalista es volver la mirada del paciente al pensamiento en términos temporales. Hay otra di-
plano del ser. mensión del pensamiento, también cuando analiza-
mos, que trasciende ese nivel de prosa y es cuando po-
Recordamos aquí lo que dice Campbell 9 acerca de demos pensar poéticamente. Ahí construimos algo
los mitos y los sueños: “…cuando soñamos estamos pes- que no había, le damos nombre a lo innombrable, tras-
cando en un vasto océano de mitología”. El mito es el sue- cendiendo la prosa de las oposiciones. De esta dimen-
ño público y el sueño es el mito privado. Todo mito es sión se ocupa también el mito.
verdadero de un modo u otro sólo si se lo comprende
metafóricamente. Intenta superar la dualidad de nues- Para desarrollar algunos conceptos, Freud utilizó
tros parámetros intelectuales. El problema aparece representaciones de mitos, así Narciso prestó su dra-
cuando nos atascamos en nuestras propias metáforas ma para el narcisismo y Edipo su trágico destino para
y las interpretamos como hechos. Una metáfora es una el complejo nodular de las neurosis. En nuestro inten-
imagen que sugiere algo más, que hace referencia a al- to de abordar el concepto de castración como mito no
go trascendente; literalmente es nada. Sería un error encontramos un mito que le preste su nombre, pero sí
en la lectura del símbolo creer que la metáfora consti- encontramos la castración en varios mitos. El mismo
tuye por sí misma la referencia. Es como la cuestión de Freud hace referencia en varias oportunidades a la
Santa Claus. Santa Claus es metáfora de la relación en- castración de Urano 10 11 por su hijo Cronos, y a la cas-
tre padres e hijos. Como tal tiene existencia. Si perde- tración, según la versión órfica, de Cronos por parte de
mos esa dimensión de metáfora ingresamos, como su hijo Zeus. Pero aquí aparece una interesante inver-
suele suceder, en el mundo de la mentira o del pensa- sión, los hijos castran a los padres, mientras que en el
miento concreto donde el juguete regalado es todo, sin complejo, los padres castran a los hijos.
el más allá del amor por el hijo. Esto sería entender las
palabras como prosa y no como poesía. Estar leyendo Recordemos brevemente el mito: Urano engendró a
metáforas en términos de denotación y no de connotación. los Titanes en la Madre Tierra (Rea) después de haber arro-
jado a sus hijos rebeldes, los Cíclopes, al Tártaro. En ven-
El complejo de castración debe ser entendido a la ganza Rea incitó a los Titanes a que atacaran a su padre, y
manera de un mito o de una poesía, metafóricamente, ellos lo hicieron, encabezados por Cronos, el más joven de
no a la manera de la ciencia, literalmente. Esto es ni los siete, al que armó con una hoz de pedernal. Sorprendie-
más ni menos la atención flotante del analista. Si uno ron a Urano mientras dormía y fue con esa hoz de pedernal
escucha lo que relata el paciente en términos denotati- con la que lo castró el cruel Cronos, tomando sus órganos
vos, es como si le estuvieran leyendo el diario. La aten- genitales con su mano izquierda y luego los arrojó al mar,
ción flotante conduce a otra dimensión connotada en junto con la hoz.12
los dichos del paciente. Lo mismo cuando uno lee a
Freud, si lo lee literalmente se pierde el acceso que Pensamos que hay un mundo muy rico a descubrir
brinda al inconsciente arcano, innombrable en esa lite- en este mito. En un sentido literal Cronos castra a su
ralidad. El aprendizaje del psicoanálisis consiste pre- padre, así como también lo hace Zeus con el suyo. La
cisamente en eso: aprender a escuchar metafórica- lista de castrados se enriquece en otra familia de mitos
mente y ya no concretamente, con la inspiración con el relato de la castración de Noé: “Despierto Noé de
13 Esta versión del mito fue excluida del Génesis y reemplazada por la visión accidental por parte de Canaan
Invitamos
El comité editor de “La Peste de
Tebas” tiene el agrado de invitar
a la Mesa Redonda que, con el
tema ‘Complejo de castración’,
se llevará a cabo el día 9 de
diciembre a las 20:30 hs. en
acompañados de palabras de afecto y gratitud que, a su Para los que no Echeverría 2030, PB Capital).
turno, Fidias retribuyó, expresando su reconocimiento a compartieron la
todos los presentes. reunión y para los
Sobre el final tuvo lugar un cálido brindis que prolongó la que estuvieron presentes acompañamos estas palabras con
charla, ya en un tono más íntimo, hasta bien entrada la noche. fotos que sirvan de muestra y recuerdo de lo que allí ocurrió.
36 DICIEMBRE DE 2002 N°25
El Hombre Castrado,
Una aproximación al tema
P
Veamos el significado de falo:. El diccionario eti-
ara una mujer es siempre difícil abordar el mológico de Erich Partdrige explica que la palabra
tema de la sexualidad femenina porque lo griega phallos deriva de una palabra de lenguas in-
que se quiere expresar será dicho en pala- doeuropeas que significa hinchar, engrosar, inflar,
bras y la palabra es siempre la pérdida de henchir, abultar, aumentar el volumen; también en-
algo. La palabra se inicia con una experiencia de se- greir, envanecer. El diccionario etímológico de Co-
paración, de renuncia; expresa la imposible relación rominas dice “del latín phallus y del griego phallos,
con el falo. emblema de la generación que se llevaba en la fies-
Freud escribió que la feminidad es un enigma pa- tas báquicas, ocasión para los encuentros sexuales.
ra los hombres en tanto que para las mujeres esto no También se dice del miembro viril.” Esto hace pen-
se aplica porque nosotras mismas somos el enigma; sar que el falo no es sólo un atributo masculino –el
con esto nos colocó en la posición de ser objeto de es- pene tumescente y erecto– sino también femenino
tudio e investigación. Pero fueron palabras de mu- –el vientre grávido de la mujer–. En tanto emblema
jer –la madre, Ana O, Dora, y otras– las que lo lleva- de la generación incluye a ambos sexos.
ron a la idea del inconsciente y la transferencia. En anatomía el falo se define como un elemento
Se supone que los trabajos de Freud sobre la se- prominente de los órganos sexuales externos, pri-
xualidad femenina son producto de la situación de mer rudimento embrionario del pene o clítoris; pue-
la mujer en la época en que le tocó vivir. Sin embar- de ser pene o clítoris. La necesidad de determinarlo
go debe haber otra explicación porque pudo atrave- se suscita en los casos de genitales externos ambi-
sar mitos, creencias y teorías científicas de su tiem- guos y habrá de ser confirmado por los estudios de
po quebrando pautas culturales que lo limitaban. la cromatina sexual, genitografía, estudios hormo-
Pero la sexualidad femenina continuó siendo para nales, resonancia magnética, ecografía, tomografía
él dark continent como si hubiese encontrado un computada., etc. Recién entonces se podrá determi-
punto ciego en la visión. Su teoría sobre la sexuali- nar si lo que aparece es pene o clítoris. El falo se de-
dad femenina quedó, como él mismo lo dice, sin de- fine con independencia de la diferencia de sexos.
sarrollar totalmente. Y esto, debido probablemente Destacamos la importancia de este concepto porque
a una cierta inhibición proveniente de los senti- coincide con la tesis de Freud acerca del condiciona-
mientos de culpa derivados de dos fuentes: por una miento fálico del narcisismo, y aún cuando se refie-
parte, la relativa a ser Mein Goldener Sigi, hijo prefe- re a la etapa genital infantil centrada en el falo, inde-
rido de la madre, y por la otra, los celos negados ha- pendientemente de la diferencia sexual anatómica,
cia las hermanas. admite únicamente la oposición fálico castrado que
no se superpone a masculino femenino. Es único, no
LA TEORÍA FALOCÉNTRICA complementario.
Y LA CASTRACIÓN Entonces, desde el psicoanálisis ¿cual es el órgano
denominado falo? Como órgano no existe. Existe
La teoría de Freud sobre la sexualidad es falocén- como insignia y como presentación palabra (Wort-
trica porque coloca como eje, al estilo de un mito vorstellung) capaz de presentar en la conciencia vi-
fundador, la idea del falo (el narcisismo originario), vencias e ideas asociadas al yo ideal, estructura mí-
en una teoría en la cual la castración (renuncia al fa- tica del psiquismo sustentada en el narcisismo
lo, sepultamiento del yo ideal) y la resolución del originario. El falo es una abstracción que metaforiza
complejo de Edipo son determinantes de la genitali- al yo ideal, Su Majestad el Bebé y la escena trágico in-
dad. La teoría es falocéntrica en el sentido de que el cestuosa que tiene lugar. Es la presentación sexuali-
SARA HODARA EL HOMBRE CASTRADO, LA MUJER CASTRADA. UNA APROXIMACIÓN AL TEMA DE LA SEXUALIDAD FEMENINA 37
la Mujer Castrada.
de la sexualidad femenina SARA HODARA*
zada del yo ideal que puede ad- meter incesto, desplazó en la mi-
quirir figurabilidad y sólo figu- rada de Freud los antecedentes
rabilidad, en el pene.. de la tragedia.
Ni el varón ni la niña eluden la Los antecedentes, quizás debe-
posición fálica originaria, al ríamos decir el origen de la tra-
complejo de Edipo y la castra- gedia es, a grandes rasgos, el si-
ción. La teoría es falocéntrica pe- guiente:
ro no penecéntrica. Sin embargo, Layo era hijo de Lábdaco, rey de
cuando Freud explica el comple- Tebas, y biznieto de Cadmo. Láb-
jo de Edipo en la niña y en el va- daco murió cuando Layo era aun
rón, pone el énfasis en la deter- un niño. Lico, hermano de Leteo,
minación anatómica. Pero la se hizo cargo de la regencia pero
integracion de todos sus desa- fue muerto por los hijos de Antío-
rrollos nos conducen a entender pe, que se apoderaron del reino de
que la sexualidad no queda defi- Tebas. Layo, ya joven, huyó y bus-
nida por la constitución anató- có refugio junto a Pélope donde se
mica –aunque se apoya en ella– enamoró de su hijo, el joven Crisi-
sino por las vicisitudes de los po. Dominado por la pasión, lo
contenidos edípicos. La anato- raptó. Pélope quiso vengarse; re-
mía, en el mejor de los casos, con- currió a los dioses y consiguió que
diciona la sexualidad pero no es la maldición cayera sobre Layo: el
determinante. Una vez aclarado hijo que engendrara mataría a su
esto no se puede evitar tomar en padre y copularía con su madre.
cuenta la determinación anató- ▲ Desnudos / Jeff Koons Este es el destino que el oráculo
mica que nos lleva a decir, frente trasmite a Edipo.
a un recién nacido, es varón; o es mujer. En el mo- Esta digresión acerca de los antecedentes de Edi-
mento del nacimiento los padres identifican sexual- po de Tebas nos permite considerar que la tragedia
mente al bebé. En verdad, en un sentido psicoanalí- se inicia en la homosexualidad y la violencia de La-
tico, salvo por la existencia o no del pene, todavía no yo raptor. Quiero señalar que Edipo, identificado en
es totalmente masculino ni totalmente femenino. Es el mito como varón, representa al hombre, el ser hu-
bebé, Su Majestad el Bebé, falo. El idioma inglés, no se mano trágico, mujer o varón. Si nos independiza-
si otros, tiene la peculiaridad de haber captado esta mos del sexo de los personajes encontramos la tra-
singularidad de la especie humana y para referirse gedia en su más despojada manifestación:
al bebé; en lugar de usar el pronombre personal ella 1º) la homosexualidad
o él (she or he) usa el indeterminado it. 2º) la maldición y el destino: amar a la madre
En un comienzo Freud describió el complejo de y matar al padre.
Edipo como de índole heterosexual; sólo más tarde
integró la idea del complejo de Edipo negativo y Los contenidos edípicos configuran una estruc-
presentó la compleja estructura donde se conjugan tura en la que tanto para el niño como para la niña,
tendencias homosexuales y heterosexuales en arti- el objeto primero de la pulsión –objeto incestuo-
culaciones impredictibles. so– es siempre la madre. Mujer y varón han sido
Posiblemente la fascinación ejercida por el perso- ante todo un infans cuya inicial vivencia de com-
naje de Sófocles, ese Edipo casi divino capaz de co- pletud, fálica, es con la madre.
Para la madre el infans contiene investiduras que cuerpo; adquiere esa connotación hipocondríaca a
provienen de su narcisismo originario, el yo ideal, causa de la regresión. Así estudia Freud estas pal-
falo perdido. Es conocido y observable que el bebé, abras en el cap. VII de Lo inconsciente. Los órganos
durante el amamantamiento, fija la mirada en los del cuerpo entonces, son designados con palabras
ojos de la madre; allí se encuentra yo ideal, falo. A que parecen carentes de transferencias; dejan de ser
través del pezón la criatura tiene con la madre una presentación palabra (Wortworstellung), son la cosa
primera vivencia de satisfacción en cuyo espacio misma (Sachvorstellung).
–límite somato psíquico– circula la pulsión.. Esta Tenemos en cuenta que el campo de la experiencia
posición pulsional en la que la criatura es el falo de psicoanalítica no es el mismo que el de la percep-
la madre, heredero del primitivo narcisismo de ésta, ción, por ejemplo en lo que se refiere a la percepción
configura también una vivencia copulativa, para- de la diferencia sexual anatómica, ni es tampoco el
digma del incesto y la tragedia.2 campo del saber conciente de tener clítoris o pene.
Tragedia edípica es la metáfora con la que descri- La sexualidad está sustentada por pulsión y libido,
bimos las vicisitudes de las investiduras de la pul- construcciones de las cuales sólo podemos hablar a
sión sexual no domeñada con el objeto, allí donde se través de sus presentaciones. Si leemos y reflexiona-
constituye una estructura fálica origi- mos las palabras de Freud desde un
naria. No confundimos esta estructura EL FALO ES LA pensar psicoanalítico que se ocupa de
fálica originaria con el primado del fa- las palabras de transferencia –es decir
lo en la organización genital infantil la FORMA SEXUALIZADA desde la complejidad que les otorgan
cual corresponde, tal como la describe DEL YO IDEAL. las vivencias y experiencias vividas en
Freud, al encuentro de la libido prove- el encuentro de la pulsión con el obje-
niente del yo con el objeto del deseo y pertenece al to– entendemos que la palabra pene da figurabili-
complejo de Edipo; desde el punto de vista del desa- dad al falo, abstracción del yo ideal. La determina-
rrollo, esta es posterior. ción anatómica presenta a la conciencia algo que por
La primitiva estructura fálica es “renacimiento y su pertenencia al inconsciente sepultado nunca
reproducción del narcisismo de los padres, ha mu- puede aparecer directamente: el falo (yo ideal, nar-
cho abandonado”; El infans es identificado como fa- cisismo originario) y la castración, experiencia ésta
lo, protagonista de una fantasía en la cual los padres padecida independientemente de la diferencia se-
lo poseen: emblema de la generación, abultamiento, xual anatómica.
orgullo y envanecimiento. Pero de este lugar será Considerando el complejo de Edipo como una es-
arrojado por el padre quien, como varón, ocupará tructura completa (complejo de Edipo positivo y ne-
su lugar en la mirada de la madre gativo) la niña retira las catexis sexuales tanto de la
La presencia del padre como varón modifica la mi- madre como del padre, por miedo a la castración.
rada de la madre mujer; el infans deja de ser Su Majes- Miedo es la palabra que presenta en la conciencia
tad el Bebé, falo, representación del yo ideal perdido y un dolor vivenciado que el yo ya conoce, ya padeció
pasa a ser el niño o la niña: es la castración. y que ahora, estimulado, retorna desde las memo-
Se puede definir la castración como el impacto rias. Se produce un desplazamiento desde ideas in-
traumático en el psiquismo de las investiduras pul- conscientes a elementos de la realidad exterior. Por
sionales privadas de su objeto, una herida en el yo lo tanto el miedo a la castración –del pene– repre-
ideal, en el primitivo narcisismo infantil; en tanto senta el miedo a padecer otra vez vivencias doloro-
dolor capturado en las memorias engendra una in- sas, la castración.
tensa aspiración a recobrarlo.3 Freud, al señalar que la mujer no elabora total-
mente el complejo de Edipo porque no puede temer
EL MIEDO A LA CASTRACIÓN algo que ya ocurrió, la castración –referida en este
caso a la pérdida del pene– alude a al anatomía,
En el artículo titulado “Algunas consecuencias pí- acentúa su carácter de castrada en el sentido literal
quicas de la diferencia sexual anatómica” Freud se refie- del término y niega la castración padecida por el in-
re al pene y éste aparece como la cosa en sí misma; la fans –varón o mujer– independientemente de la di-
palabra que la designa, –pene– queda soldada al ór- ferencia sexual anatómica, castración referida a la
gano con la fijeza propia de la palabra hipocondría- perdida del yo ideal, el falo, hundido en el sepulta-
ca, palabra en la que el referente es un órgano del miento.
Estas intelecciones conducen a pen- ción del incesto. Por miedo a la castra-
sar que la angustia de castración existe LA CASTRACIÓN, ción los contenidos del complejo de
de manera idéntica para le varón y pa- IMPACTO TRAUMÁTICO Edipo son reprimidos pero sus catexis
ra la mujer pues en su origen se trata EN EL PSIQUISMO pulsionales incestuosas van al funda-
de la castración del falo, entendido mento donde permanecen sepultados
éste como metáfora del narcisismo ori- DE LAS INVESTIDURAS o actuales. La resolución del complejo
ginario, Su Majestad el Bebé. La castra- PULSIONALES de Edipo, que se configura con investi-
ción, fundante del psiquismo, corres- PRIVADAS DE OBJETO. duras domeñadas por la libido, da lu-
ponde a contenidos de la tragedia gar, en la desexualización, a identifica-
edípica y el miedo a la castración se ciones y a la formación del superyo,
suscita en el complejo de Edipo al ser estimulados heredero del complejo de Edipo, que hunde sus raí-
los contenidos de las memorias. ces en el ello, en lo trágico incestuoso, en lo pulsio-
En Introducción del narcisismo leemos que “...en las nal no tramitado, de donde partió.
perturbaciones a que está expuesto el narcisismo
originario del niño, su pieza fundamental puede PREGENITAL Y PREEDÍPICO
ponerse de resalto como complejo de castración.”
“...y abordarse en su trabazón con el temprano ame- Complejo de Edipo es la metáfora que describe la
drentamiento sexual.” Así entiendo que el miedo a estructura configurada por las visicitudes de la libi-
la castración es –al igual en la niña que en el varón– do y del objeto durante la organización genital in-
el miedo a padecer otra vez el dolor por la herida que fantil. Términos tales como fase pregenital y fase
desplazó a Su Majestad el Bebé y en su lugar colocó al predípica, tienen el inconveniente de sugerir una
niño en la cultura. En el complejo de Edipo, por mie- temporalidad lineal que conviene más al proceso se-
do a la castración tienen lugar simultáneamente se- cundario que a los procesos inconscientes que esta-
pultamiento y represión. mos estudiando. Pero somos prisioneros de la len-
Hasta aquí encuentro paralelismo entre el com- gua y mantenemos estas palabras en la medida en
plejo de Edipo de la niña y el varón. Para ambos, el que permiten dar representabilidad a procesos que
padre –entendido como los progenitores en la des- sabemos atemporales y de dimensión simultánea,
cripción de El yo y el ello– es portador de la prohibi- similar a un corte transversal donde lo actual convi-
ve con lo histórico, donde la neurosis actual convive la homosexualidad de Layo. En esta posición homo-
con la psiconeurosis. sexual se encuentra la niña. El rol de la madre es do-
El término fase preedípica ingresa en la teoría con minante y lo será durante mucho tiempo por la
el trabajo sobre sexualidad femenina (10); se refiere atracción de las investiduras narcisistas y homose-
a la relación de objeto en la posición previa al com- xuales. Esta relación de objeto se prolonga en la ins-
plejo de Edipo. Se trata, desde lo manifiesto, de un talación del complejo de Edipo; el padre es el rival y
vínculo dual y para ambos sexos el objeto es siem- ejerce la prohibición del incesto con la madre pues
pre la madre. A mi entender esta fase sería preedipi- es el que la aparta de su lugar privilegiado junto a
ca en el sentido del complejo de Edipo; pero es edí- ella, es el amante amado de la madre, el que la po-
pica en tanto contiene impresiones y vivencias see, el que le da hijos. El complejo de Edipo en la ni-
trágico incestuosas propias de ña es, inicialmente, invertido,
la sexualidad infantil perverso y esto tendrá consecuencias
polimorfa. Está presente la duraderas en la sexualidad de
triangulación y por la bisexua- la mujer.
lidad y el complejo de Edipo En la organización genital fá-
negativo y positivo simultá- lica en la que se instala el com-
neos, se escenifican la homose- plejo de Edipo, la masturba-
xualidad y el incesto parricidio ción contiene fantasías activas
constitutivos de la tragedia de e incestuosas con la madre. La
Edipo de Tebas. madre prohibe la masturba-
Señala Freud que esta fase es ción, prohibición que en tanto
más prolongada en la mujer frustración y amenaza de cas-
que en el hombre. Nunca expli- tración reactiva la castración
citó esa etapa en el varón pero padecida. Esta amenaza de la
entendemos que él puede sos- madre es mucho más intensa
tener gran parte de las investi- que la que proviene del padre.
duras de objeto de esa fase des- Porque en el varón la amenaza
plazándolas en su elección de la pronuncia la madre como
objeto posterior sin que el de- portadora de un mandato pa-
sarrollo de su genitalidad hete- terno; con la niña, en cambio,
rosexual se vea perturbado. En ▲ Mariana Di Nardo la madre se erige en Ley. Sus
cambio en la mujer esta posi- “vicios” no serán comunicados
ción trágico incestuosa tiene mayor intensidad por- al padre, como si la madre comprendiera que, dela-
que el objeto madre, objeto a resignar, está cargado tando a la niña, delataría su propia masturbación in-
con libido narcisista y homosexual. fantil y sus fantasías incestuosas. Es una cuestión
Como dijimos antes, la anatomía condiciona la se- entre madre e hija. El padre interviene poco en estos
xualidad pero no la determina. Hasta la organiza- “asuntos de mujeres” y deja a la niña a merced de la
ción genital infantil (primado del falo, oposición fá- madre represora. Diferente es lo que sucede con el
lico castrado), el infans –el o ella– transcurren de hijo en cuyo caso el padre se apresura a rescatarlo de
manera similar el desarrollo pulsional y libidinal en la madre para “que ella no lo haga maricón”. La rela-
cuanto al objeto, la zona erógena y el fin. Pero en es- ción madre hija no provoca temores en el padre
ta organización –complejo de Edipo y reconoci- quien, inclusive, la fomenta.
miento de la diferencia sexual anatómica– el varón Entre la madre y la hija se genera un vínculo de
podrá mantener –aún produciéndose la renuncia al prohibición manifiesta y complicidad inconsciente..
objeto madre– el objeto heterosexual, la zona y el fin La prohibición de la madre genera dolor, frustra-
de la pulsión en tanto que la mujer deberá renunciar ción, regresión y, por la consecuente defusión pul-
a su objeto homosexual, modificar la zona y el fin de sional, aumento de la hostilidad con tonalidad para-
la pulsión noide. Como sucede siempre con los cómplices que
comparten un secreto –el cual es siempre ominoso–
EL COMPLEJO DE tienden a eliminarse mutuamente. Las investiduras
EDIPO EN LA MUJER retiradas del objeto madre retornan al yo, desexua-
lizadas, reforzando la identificación primaria con
La prehistoria, registro que sólo se puede leer des- ella; desde este lugar, la libido, buscadora de obje-
de el presente y atravesando la construcción de la tos, se dirige al padre como objeto sexual. Pero ¿a
historia, comprende el período previo al complejo qué padre se dirige? Al propio padre? al padre de la
en el que construimos impresiones y vivencias edí- madre? al hermano de la madre? ¿al padre como va-
picas trágico incestuosas. La prehistoria de Edipo es rón o en función materna? Solamente sugerimos las
SARA HODARA EL HOMBRE CASTRADO, LA MUJER CASTRADA. UNA APROXIMACIÓN AL TEMA DE LA SEXUALIDAD FEMENINA 41
relaciones complejas que se suscitan y, a modo de superyo en la mujer condensa las vicisitudes pro-
simplificación diremos que, desde la identificación pias de la regresión libidinal producida por la ame-
con la madre, la libido se dirige al objeto de deseo de naza de castración. Las investiduras libidinales no
la madre, objeto prohibido. Al mismo tiempo repite transformadas en identificación y nuevamente se-
con su propio padre la historia de la madre y con la xualizadas se dirigen a un nuevo objeto, sustituto
madre. La niña se acerca a él en busca del “paraíso del padre y en parte también de la madre. Un mon-
perdido”, la unión absoluta con la madre, el pecho, tante de investidura pulsional y libidinal encontra-
el momento de plenitud del yo ideal, plenitud fálica. rá satisfacción directa en la maternidad. Entiendo
Si el padre es valorizado como varón por la madre, que la mujer tiene dos formas de satisfacción sexual
presenta el falo y más aún porque pertenece de ma- directa: con el objeto sexual y con el hijo.
nera exclusiva a la madre prohibidora.¿Qué es lo La resolución del complejo de Edipo –positivo y
maravilloso que él tiene y que la madre desea? negativo– es muy compleja en la niña ya que éste es-
Puede configurarse así el complejo de Edipo po- tá marcado con la intensidad fundante de las prime-
sitivo y el inicio de la feminidad caracterizado por ras investiduras pulsionales de objeto –narcisistas y
la elección del objeto padre. La feminidad tiene su homosexuales– las cuales ejercen su influencia en
origen en el retiro de las catexis homosexuales de la todo el desarrollo posterior.
madre y el reforzamiento de las identificaciones La niña accede a la feminidad transitando una tra-
con ella. La madre es ahora rival, pero desde un lu- ma donde pulsión sexual y libido, bisexualidad, ca-
gar que previamente había sido el de la amenaza de racterísticas constitucionales de la libido en cuanto
castración. Doble amenaza entonces, a su capacidad para tramitar, domeñar
la relativa a la masturbación primero EL PACTO Y LA y variar de objeto, las identificaciones,
y la relativa a la relación con el padre los mensajes de la madre de la historia
después, ambas referidas al incesto. DESMENTIDA personal y la forma en que el padre
Acotemos sin embargo que, prohi- presenta la prohibición del incesto con
biendo esta relación, la madre libera a la hija de la la madre y se ofrece como objeto, se conjugan de sin-
angustia que acompaña a las fantasías incestuosas gular manera. La búsqueda del padre surge de la
y le brinda un acceso sustitutivo a otros hombres. identificación con la madre cuando ésta, en cada ex-
Como yo debes ser. periencia con la hija, revela en su amor por ese hom-
Los contenidos edípicos se resuelven en parte bre algo de su íntima castración en una relación de
con el sepultamiento (en sus aspectos trágico in- amor objetal.
cestuosos pulsionales no representados) y en parte El encuentro con el padre es la salida de la trampa
con la represión por la amenaza de castración pro- narcisista con la madre. Renunciado el objeto padre
nunciada por la madre que es, para la niña, madre y sustituido, la búsqueda del hijo, aunque contiene
primitiva generadora de vida, seductora, prohibi- fuertes investiduras narcisistas, será también una
dora, castradora. relación objetal. Si bien el falo está, fantasmal, en el
En la disolución “ideal” del complejo las investi- hijo, ambos no se confunden pues la mujer que reco-
duras libidinales son retiradas tanto del objeto ma- noce la castración admite al hijo como objeto y no
dre como del objeto padre produciéndose, por la re- como prolongación de su propio yo ideal narcisista..
gresión y con libido desexualizada, identificaciones Esta es una descripción excesivamente simplifica-
en el yo que dan lugar a la ternura hacia los padres y da y lineal del complejo de Edipo en la mujer. Siem-
a la formación del superyo. pre que queremos asir la complejidad de los proce-
Entiendo que la libido, que adhiere a lo sexual, pe- sos psíquicos nos apoyamos en metáforas que se
ro que no es sexuada, se comporta independiente- alejan del objeto que estudiamos. Es el ser propio
mente del sexo y que por lo tanto la constitución del del inconciente.
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42 DICIEMBRE DE 2002 N°25
4 Fidias Cesio dice metafóricamente que se trata de los casos en los que la losa de la sepultura no ha quedado
totalmente cerrada.
JULIO LOSCHI CASTRACIÓN-SEPARACIÓN. DEL RITO AL MITO. DEL AGIEREN A LA REMEMORACIÓN 43
Castración-separación.
Del rito al mito.
Del agieren a la rememoración
JULIO LOSCHI*
E l título contiene tres series que vamos a abordar en desarrollaremos esas series, partiendo de la diferencia
este trabajo. En la primera, queremos indicar la je- entre castración y separación que Freud y Lacan han
rarquía de la castración respecto de la separación, establecido para sostener la relevancia del orden sim-
es decir, la preeminencia del orden simbólico frente al bólico. Nos detendremos particularmente en la inci-
orden imaginario y su papel decisivo en la constitución dencia de la castración en el conflicto edípico y en el
del sujeto. En las dos series restantes, enunciamos orden radicalmente otro, que instaura lo simbólico.
la posibilidad de un pasaje, desde el orden imaginario Luego, abordaremos la serie del rito al mito en corre-
al simbólico, considerando las estructuras del rito lación con los conceptos de repetición en acto (agieren)
y el mito como correlativas de los conceptos freudia- y Darstellung, por un lado, y de rememoración y Vors-
nos de repetición en acto (agieren) y rememoración. tellung, por el otro, intentando desplegar la problemá-
Nuestra hipótesis apunta a sostener que, en el tica de esos pasajes y de esas correlaciones. Encon-
conflicto edípico, la castración simbólica traremos aquí una secuencia del rito al mito,
introduce en el sujeto la posibilidad de correlacionable con otra que va de la re-
transformar un accionar prototípico petición en acto a la rememoración.
de repetición en acto en rememo-
ración, es decir, una conducta ri- LA DIFERENCIA
tual en una formación mítica. El CASTRACIÓN-
rito y el mito constituyen es-
tructuras culturales que pue-
SEPARACIÓN
den diferenciarse por su ma- En el seminario Las relaciones
yor o menor proximidad con lo de objeto, Lacan utiliza las cate-
simbólico. Entonces, una vez gorías de lo real, lo imaginario y
que hemos establecido la corre- lo simbólico para señalar la con-
lación con los términos psicoana- fusión que se ha establecido entre
líticos, el pasaje del ternario imagi- lo simbólico y lo imaginario. El
nario al ternario simbólico, consitiría concepto de castración fue confundi-
en la transformación del ritual en mito. do con el de separación, a pesar de que
Al referirnos al ritual y al mito, queremos en el planteo freudiano se puntualiza que la
destacar en el primero una persitencia del orden ▲ Gorgona castración es lo que resignifica a posteriori las se-
imaginario, es decir, un accionar que se resiste el paraciones anteriores: nacimiento, destete y se-
orden de la legalidad simbólica, lo que, en última ins- paración de las heces. Sin embargo, una concepción
tancia marca la diferencia entre un sujeto que es condu- genética y evolutiva invirtió los términos, privilegian-
cido por su accionar respecto de otro que está al frente do, en algunos casos, y en otros, equiparando, separa-
de sus acciones. ción y castración, puesto que, al pertenecer a un orden
Hemos presentado hasta aquí la hipótesis que oficia más temprano, las separaciones, tales como el naci-
de enlace entre las series anunciadas. En lo que sigue, miento o el destete, parecían tener más importancia y
ser más decisivas en la construcción del aparato mental. entre dos, y allius, que es el otro en la diversidad. Esta
Esta concepción consideraba el surgimiento de lo misma diferencia se encuentra en el griego. La palabra
simbólico como el final de un recorrido que iba de la alter, circunscripta a dos, designaría al semejante, que
sensación a la imagen y de esta a la palabra. Puede es- permanece ligado a lo especular, y allius designaría al
tablecerse aquí una correspondencia entre esta postu- gran Otro de la diversidad de lo simbólico. Desde aquí
ra y la perspectiva evolucionista en la antropolgía so- es posible deslizarse hacia la idea de que la separación
cial, como, por ejemplo, la de Durkheim, quien hacía produce un semejante que veo fuera de mí, pero en el
de lo simbólico un producto de lo social. cual me puedo reconocer, mientras que la castración
En el terreno del psicoanálisis, esta rejerarquización produce otro radicalmente diferente, en el cual ya no
de la temporalidad-causalidad, trajo como consecuen- me puedo reconocer.
cia que se redujera a la díada madre-hijo toda la es-
tructura y la dinámica, de modo que la presencia del ESTRUCTURA EDÍPICA
padre y la castración se desdibujaron, en tanto solo Y CASTRACIÓN
eran el epifenómeno de algo que había sucedido antes.
La distinción de los registros que introduce Lacan El orden estructural del complejo de Edipo abarca
tiene la virtud de rectificar este deslizamiento, por el estrictamente el campo analítico y configura sus lími-
cual lo simbólico está confundido con lo imaginario. tes. A partir de esta delimitación, la castración implica
Es la distinción de estos dos órdenes lo que permite di- algo diamentralmente distinto de la separación de lo
ferenciar claramente el concepto de castración. semejante. La castración es la marca en el sujeto de la
Al tomarse la separación como eje, que ocurre en el inseminación del orden simbólico o significante. Es el
ámbito de la díada madre-hijo, se deja de lado que se atravesamiento del sujeto por ese orden simbólico que
está dentro del orden imaginario. Esto significa que el es el complejo de Edipo. Y es, por ende, la introduc-
otro es considerado un semejante, o un doble especu- ción de una alteridad esencial, no reductible a la ima-
lar, con el cual se mantiene la tensión narcisista y agre- gen especular del semejante; es, más precisamente, la
siva. Es así que la conflictiva edípica resultó aplanada, marca de esa alteridad inabarcable para el sujeto. Esta
circunscripta a la resolución de la relación con el obje- determinación estructural por un orden simbólico,
to primario, o sea, al pecho. que preexiste a la inscripción en el sujeto, invierte los
Lo característico del orden imaginario, como su nom- productos y, por lo tanto, es el símbolo el que genera al
bre lo indica, es estar presidido por la imagen, que hombre y no viceversa.
siempre significa una correspondencia biunívoca, y es- Este predominio de lo simbólico significa la pérdi-
tar determinado por esa imagen inaugural que es la da de la correlación entre el sujeto y un objeto que po-
identificación especular, constituyente del yo-ideal, día satisfacer sus necesidades instintivas, e introduce,
del narcisismo y del complejo del semejante. Es decir, entonces, la dimensión de una falta estructural, que
la matriz de todas las identificaciones imaginarias. incluye el procesamiento de esta falta en los diferen-
Frente a esto, reinstalar el Edipo como la estructura tes registros, como frustración, privación y castra-
fundamental implica tener en cuenta el orden simbóli- ción. De manera homóloga, Lacan establece la dife-
co, cuya característica básica, en las antípodas de lo rencia entre padre real, imaginario y simbólico.
imaginario, consiste en que lo que distingue al símbolo Entonces, castración simbólica, instauración de la ley,
es precisamente su diferencia con respecto a lo demás. deuda simbólica y el padre real, como agente de la
Si lo imaginario es el reino de la analogía, la seme- castración, constituyen las marcas que el sujeto recibe
janza y lo continuo, lo simbólico es la instauración de de la estructura simbólica que lo determina de mane-
la diferencia y lo discontinuo. Para precisar estos con- ra inconsciente, en un orden de alianzas que regula
ceptos, nos valdremos de los términos que posee el la- los intercambios como estructura social y que es equi-
tín para designar “el otro”: alter, que se refiere al otro valente al orden del lenguaje.
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JULIO LOSCHI CASTRACIÓN-SEPARACIÓN. DEL RITO AL MITO. DEL AGIEREN A LA REMEMORACIÓN 45
Esta insistencia de la acción en el ritual nos permite Michael Gauguain cita dos autores que se refieren al
equipararla a la noción del agieren de Freud, en cuanto actuar. Por un lado, Jean Allouch, que designa to act-
puesta en acto, mientras que el predominio de lo dis- out como acto fallido de la rememoración y, por otro,
cursivo en el mito, permitiría acercarlo al concepto de León Grinberg, que señala que “el acting-out podría ser
rememoración. Podemos hacer una analogía entre la considerado como un sueño dramatizado, actuado
transformación del agieren en rememoración, con la durante la vigilia: un sueño que no pudo ser soñado.”
cristalización del ritual en mito. Es decir que, de distintas maneras, lo que se remarca
La persistencia de las identificaciones imaginarias al es esta acción como lo que no ingresó en la rememora-
falo, no tachadas por la operatoria de la castración, es ción. Esto sería equivalente al ritual en su accionar co-
lo que no ha ingresado a lo simbólico y vuelve como mo suplencia de la insuficiencia de lo simbólico.
repetición. Freud utiliza el térmi- En Personajes psicopáticos en el
no agieren para designar esta re- escenario, Freud señala como orí-
petición en acto. Al referirse a la genes del teatro el juego y el ri-
transferencia, señala: “Las mocio- tual. La característica común al
nes inconscientes no quieren ser teatro, al ritual y al juego es que
recordadas, como la cura lo desea, determinadas reglas significan la
sino que aspiran a reproducirse creación de un mundo circuns-
en consonancia con la atemporali- cripto, en el que rigen otras leyes.
dad y la capacidad de alucinación Un mundo sagrado, un campo de
del inconsciente. Al igual que en juego, una escena. En este mundo
el sueño, el enfermo atribuye con- creado, se desarrolla una acción,
dición presente y realidad objeti- que tiene por finalidad dar exis-
va a los resultados del despertar tencia a una idea, en el sentido
de sus mociones inconscientes; que los griegos daban a la palabra
quiere actuar (agieren) sus pasio- idea, eidon, dar forma. De acuerdo
nes sin atender a la situación obje- con el Diccionario de Ferrater Mo-
tiva (real).” ra, “idea”, etimológicamente, sig-
Si nos detenemos en el término nifica el aspecto o forma que ofre-
agieren, podemos encontrar mati- ce una cosa al ser vista. “Idea”
ces interesantes, en relación con el significa, luego, tanto el aspecto
actuar. Martínez Luque señala de la cosa como el hecho de verla.
una diferencia en el término freu- Con un sentido semejante, Aris-
diano agieren para designar to act- tóteles, en la Poética, afirma que
out, marcando dos oposiciones se- ▲ Rostro de Mae West / Salvador Dalí por medio de la mímesis, de esta
mánticas, a partir de duco. Agieren acción que realiza el comediante,
es ‘empujar delante de sí’ y duco significa ‘marchar a la es que ahora esto tiene una existencia. Este concepto es
cabeza, guiar’. En resumen, esta oposición estriba en correlativo de la función que Freud asigna a la repeti-
que con duco se designa el estar al frente del actuar, el ción en acto en la transferencia. Esta idea de que una
que el sujeto conduzca; en agieren, no se es protagonis- acción genera posteriormente una representación es
ta, se es conducido. En lenguaje teatral, agieren signifi- lo que queremos enfatizar. Freud establece, en Genera-
ca ‘representar un papel’; actor es quien pone en esce- lidades sobre el ataque histérico, la siguiente secuencia:
na como si fuera propio lo que no lo es.
Así, el término agieren, equivalente a to act-out, ten- a) Satisfacción autoerótica sin contenido de
dría los siguientes significados: representación.
b) Lo misma engarzada a una fantasía que
1) Actuar, en el sentido de actuación teatral. desemboca en la acción-satisfacción.
2) Representar una obra. c) Renuncia a la acción conservando la fantasía.
3) Cumplir un papel. d) Represión de esa fantasía.
4) Mimar un texto para suplir las deficiencias del bien decir. e) Llegado el caso, vuelve la acción-satisfacción
que se intentó desarraigar, como el retorno
Aquí nos interesa destacar dos sentidos del ac- de lo reprimido.
tuar: por un lado, el ser conducido, el no ser prota-
gonista, y, por el otro, el de la última acepción: “Mi- Freud señala también que, a menudo, un sueño sus-
mar un texto para suplir las deficiencias del bien tituye un ataque. La importancia de esta repetición en
decir”. Estos dos aspectos nos remiten a lo que ha- acto, que nosotros asociamos al ritual, está destacada
bíamos señalado respecto de lo no ingresado a lo por Freud, en Generalidades sobre el ataque histérico, de la
simbólico y como persistencia de lo imaginario. siguiente manera: “Se trata de una presentación plásti-
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ca y figurativa del goce sexual, de fantasmas actualiza- ducirá a un cambio en el sujeto. De ahí que la serie pue-
dos y figurados según el modo de la pantomima”. da ser nuevamente retomada como una transforma-
‘Presentación plástica y figurativa’ traduce la pala- ción del rito en mito. La castración simbólica sería el
bra alemana Darstellung, que significa ‘representación operador que permite el pasaje desde la actuación
teatral’. Darstellung sería, entonces, presentificar una (agieren)-presentación (Darstellung), a la rememora-
acción, escenificar una acción. Freud la utiliza para de- ción-representación (Vorstellung). Esto significa que
signar en El hombre de las ratas, el síntoma, cuando el de la identificación imaginaria al falo, es decir, el ám-
sujeto se masturba frente al espejo. Este hecho sería un bito en que el yo y el otro como semejante, funcionan
ejemplo de presentación y no de representación o de manera reversible, como vasos comunicantes, se
Vorstellung. acceda a la identificación simbólica, que implica la
Volviendo a nuestra hipótesis inicial, podemos ho- pérdida de la conmutabilidad con el otro, en tanto di-
mologar el ataque (agieren), la repetición en acto, como ferente, esto es, el establecimiento del orden del sím-
ritual, y su transmutación en sueño, como una reme- bolo que instaura lo radicalmente Otro. Se trata, final-
moración y como el establecimiento de un mito; es de- mente, del orden del significante donde el falo
cir, lo imaginario del rito se estabiliza en una legalidad simbólico circula como don.
simbólica representada por el mito, que siempre es pa- En relación con el ritual, se trataría de pasar de un ti-
labra y no acción como el ritual. po de acción en la que el sujeto es conducido, actuado,
Por otra parte, Freud señala la transferencia como el a la manera del actor que representa un papel como si
modo de domeñar la compulsión a la repetición, don- fuera popio sin serlo, a otro tipo de acción, una acción
de puede escenificarse todo pulsionar patógeno. Si la que puede ser representada, porque el sujeto está al
transferencia permite escenificar, podemos decir que frente de sus acciones. La acción correspondiente a la
la intervención y presencia del terapeuta, restaura y presentación, al Darstellung, se transformaría en una
realiza la castración simbólica no efectuada sobre aque- representación, Vorstellung.
llo que permanece en el orden de las identificaciones De todos modos, la falla estructural, constitutiva del
imaginarias (correspondientes al Darstellung). Recién sujeto, no puede ser resuelta por el orden simbólico.
en la circulación en transferencia, aparece la posibili- En última instancia, el fantasma en lo individual y el
dad de construir una escena que, al mismo tiempo, sig- mito en lo colectivo tienen la función de dar respuesta
nifica para el sujeto la exclusión de ese accionar indife- a lo que el logos, lo discursivo, no alcanza a recubrir,
renciado, donde no se podía subjetivar. Esto es como el enigma del origen, la reproducción se-
equiparable al pasaje de los rituales dionisíacos, donde xuada, la diferencia de los sexos, la muerte.
no hay espectador, a la tragedia, donde sí lo hay.
Cuando se construye una escena, se constituye un
marco simbólico por el cual lo que era mera presenta-
ción se hace representación (Vorstellung). Esto es lo que
dice Freud cuando señala que un sueño sustituye a un Bibliografía
ataque. Sería como la transformación del ritual en mito.
Lacan, al exponer el caso Juanito, señala su evolu- Aristóteles, Poética, Barcelona, Bosch, 1990 (ed. bilingüe).
ción como la construcción de un mito o un mito en de- Freud, S., en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1988:
sarrollo. Afirma que la fobia desaparece cuando Juani- (1905 o 1906) Personajes psicopáticos en el escenario (vol. 7).
to construye un fantasma de castración. Ahora bien (1909) A propósito de un caso de neurosis obsesiva (vol. 10).
¿qué significa la construcción de un mito? Se trata de (1909) Apreciaciones generales sobre el ataque histérico (vol. 9).
un reordenamiento de lo real-imaginario dentro de las (1912) Sobre la dinámica de la transferencia (vol.12).
coordenadas simbólicas. (1914) Recordar, repetir y reelaborar (vol.12).
A modo de esquema, lo que hemos expuesto hasta (1913) Totem y tabú, “Algunas concordancias en la vida anímica
aquí, puede representarse con las siguientes corres- de los salvajes y los neuróticos” (vol. 13).
pondencias: (1918) De la historia de una neurosis infantil (vol.17).
(1926) Inhibición, síntoma y angustia (vol. 20).
Castración simbólica (op.) (1940) La escisión del yo en el proceso defensivo (vol. 23).
Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, Barcelona, Ariel, 1994.
Rito Mito Gaugain, M., “El acting-out, el pasaje al acto y la transferencia
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Id. imaginaria al Falo Falo simbólico visión, 1987.
Darstellung Vorstellung Lacan, J., Seminario IV, Las relaciones de objeto, Buenos Aires,
Paidós, 1994.
Es posible, entonces, establecer dos pares de series Lévi-Strauss, C., El hombre desnudo, México, Siglo XXI, 1976.
que se contraponen pero que, al mismo tiempo, pue- Martínez Luque, E., “Fin de análisis”, en Revista de
den entablar una relación de transformación, que con- Psicoanálisis, Buenos Aires, A.P.A., 1994.
Hemos hecho del ‘defecto humano’
nuestra principal virtud. Ya no se trata
de si existen universales fuera de la
teoría o no; en cada ocasión partimos
de lo singular. Cuando lo universal
se construye por observaciones de lo
singular que no aspiran a generar
‘verdades’, el concepto producido
conserva todos los matices que se
pierden cuando la dirección se invierte.