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Léxico de especialidad y lengua del turismo

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Aura Luz Duffé Montalván (ed.)

Estudios sobre
el léxico

Puntos y contrapuntos

Offprint

PETER LANG
Bern • Berlin • Bruxelles • Frankfurt am Main • New York • Oxford • Wien
ISBN 978-3-0343-2011-5
© Peter Lang AG, International Academic Publishers, Bern 2016
Hochfeldstrasse 32, CH-3012 Bern, Switzerland
info@peterlang.com, www.peterlang.com
Maria Vittoria Calvi

Università degli Studi di Milano, Italia

Léxico de especialidad y lengua del turismo

Resumen: En el sector turístico, se ha desarrollado un lenguaje muy heterogéneo, en


el que se mezclan componentes distintos (economía, geografía, historia del arte, gas-
tronomía, etc.), y que se escapa, por lo tanto, a todo intento de clasificación rigurosa.
Se observa, además, una consistente presencia de vocabulario de la lengua general, lo
cual dificulta, en rigor, su adscripción a las lenguas de especialidad. Sin embargo, el del
turismo es con toda evidencia un ámbito profesional emergente, dotado de fisonomía
propia, que, como tal, ha desarrollado un lenguaje apto para sus finalidades. De ahí que,
gracias a una visión más flexible de las lenguas especializadas, se haya podido estudiar
como tal también la lengua del turismo (Alcaraz Varó / Mateo Martínez / Yus Ramos
2007; Calvi 2006, 2009; Robles Ávila S./Sánchez Lobato 2012).
En el campo del léxico, tampoco se puede desestimar la formación de neologismos pro-
pios del turismo, que reflejan el acusado dinamismo de este sector, y que constituyen el
núcleo terminológico más especializado. En segundo lugar, se destaca la terminología
perteneciente a las áreas relacionadas (historia del arte, etc.), además de un uso especial
del léxico procedente de la lengua general, amoldado a los objetivos pragmáticos de la
comunicación turística.
A partir de la clasificación de Alcaraz Varó (2000), que distingue cuatro ámbitos princi-
pales en el léxico del turismo (viaje, alojamiento, gastronomía y recreo), se analizarán,
en primer lugar, los rasgos del núcleo terminológico más específico del turismo, con
especial referencia a las unidades fraseológicas poliléxicas que designan infraestructu-
ras y servicios (agencia de viajes, alojamiento rural, reserva anticipada, etc.). A conti-
nuación, se enfocarán algunas de las áreas temáticas y léxicas que reflejan la diversifi-
cación de los turismos (turismo cultural, turismo rural, turismo de salud y belleza, etc.)
y se hará hincapié en aquellas combinatorias léxicas que tienden a recurrir de forma
sistemática en los textos turísticos, de acuerdo con las funciones pragmáticas dominan-
tes, asumiendo un elevado grado de convencionalidad.
Palabras clave: lengua de especialidad, lengua y comunicación, léxico, terminología,
turismo
188 Maria Vittoria Calvi

1. ¿Qué es la lengua del turismo?

Las lenguas de especialidad son variedades funcionales de la lengua


que se han desarrollado históricamente en un determinado sector del
conocimiento o en una esfera de la actividad humana, para satisfacer
las necesidades comunicativas de dicho ámbito científico o profesional
(Cortelazzo 1994).
Estas variedades reciben otras denominaciones, como queda
reflejado en los títulos de las obras dedicadas a esta faceta de la lengua.
Por ejemplo, en el campo de la enseñanza de lenguas extranjeras, se
utiliza a menudo la de lenguajes para (o con) fines específicos, para
destacar que la capacidad de comunicar en contextos especializados
constituye un objetivo prioritario del aprendizaje y, por ende, de la
actividad docente (Robles Ávila / Sánchez Lobato 2012). También se
han llamado lenguas (o lenguajes) especiales (Martín  / Ruiz  / San-
taella/Escánez 1996), aunque esta denominación se aplica también
a las jergas y a los lenguajes marginales, propios de ciertos ámbitos
socioculturales. Entre otras opciones, recordemos la de lenguas pro-
fesionales y académicas (Alcaraz Varó / Mateo Martínez / Yus Ramos
2007); asimismo, a veces, se prefiere hablar de discurso de especia-
lidad, destacando el uso de la lengua dentro de su contexto de pro-
ducción-recepción (van Hooft Comajuncosas 2004). Tras la determi-
nación que se tomó con ocasión del Encuentro sobre el español con
fines específicos organizado en Comillas por la Fundación Campus
Comillas, en colaboración con la Universidad de Alcalá (8–9/2/2007)1,
elegimos adoptar la etiqueta de lenguas de especialidad (en adelante,
LE) —o su variante lenguas especializadas— porque se ajusta mejor
al uso que los especialistas hacen de la lengua (Calvi  / Bordonaba
Zabalza / Mapelli / Santos López 2009).

1 En dicho simposio participaron muchos especialistas del español como lengua


de especialidad y su enseñanza, y entre ellos Blanca Aguirre, María Teresa
Cabré, Josefa Gómez de Enterría, Bertha Gutiérrez, Andreu van Hooft, Ernesto
Martín Peris, Estrella Montolío, junto con quien escribe estas líneas.
Léxico de especialidad y lengua del turismo 189

Las LE se basan en las estructuras fonéticas, gramaticales y léxi-


cas de una lengua natural. No son, por lo tanto, lenguas diferentes de
éstas, sino que se caracterizan por una serie de rasgos tales como la
formación de una terminología propia, la preferencia por ciertas formas
gramaticales y discursivas, y la creación de un conjunto de géneros tex-
tuales que ofrecen el marco para la transmisión de los distintos conte-
nidos de acuerdo con el contexto sociocomunicativo y las relaciones
entre los interlocutores. En otras palabras, cada sector de la actividad
profesional elige los medios lingüísticos más adecuados para expresar
sus propios conceptos de la forma más clara posible y para favorecer la
comunicación entre los expertos, o entre éstos y el público.
En cuanto a la lengua del turismo (en adelante, LT), los lingüistas
se han mostrado reacios a incluirla en el marco de las lenguas especia-
lizadas: se trata, en efecto, de un lenguaje heterogéneo, en el que se
mezclan componentes distintos (economía, geografía, historia del arte,
gastronomía, etc.) y que, por lo tanto, rehúye todo intento de clasifica-
ción rigurosa. Se ha observado, además, una presencia consistente de
vocabulario de la lengua general, que no justificaría su adscripción a
las LE: una visión excluyente que tenía vigencia, sobre todo, cuando el
estudio de las LE estaba dominado por una atención casi exclusiva por
el vocabulario; sin embargo, el del turismo es con toda evidencia un
sector profesional en continua expansión, dotado de fisonomía propia,
que, como tal, ha desarrollado un lenguaje apto para sus finalidades
(Gotti 2006). Tanto es así que, en los últimos años, se han multiplicado
los estudios sobre esta faceta de la lengua, que ha adquirido plenamente
carta de naturaleza dentro de los estudios sobre las LE, con especial
referencia a las modalidades comunicativas propias del llamado turismo
2.0, nombre que se atribuye a las nuevas formas de comunicación turís-
tica a través de la red (Calvi 2006; Aragón / Eurrutia / Planelles 2007;
Calvi  / Mapelli 2011; Liverani  / Canals 2011; Sanmartín Sáez 2012,
entre otros).
En torno al turismo, se ha desarrollado un amplio conjunto de
reflexiones interdisciplinarias que surgieron inicialmente en el campo
de la economía y la geografía, y luego se extendieron a la sociología, la
psicología y la antropología (Urry 1990; Leed 1991; Santana 1997; Augé
1998; Dann 2002; Cohen 2004, entre otros). En el campo lingüístico,
190 Maria Vittoria Calvi

se registra una atención creciente por los aspectos discursivos, ideoló-


gicos y pragmáticos, teniendo en cuenta, de acuerdo con Dann (1996),
que el turismo es una forma de control social. Se han enfocado, por lo
tanto, las formas lingüísticas utilizadas en la promoción de los destinos,
la presencia de estereotipos, la función de los elementos icónicos, la
representación del espacio, los procesos traductivos, etc. (Cronin 2000;
Baider  / Burger  / Goutsos 2004; Kerbrat-Orecchioni 2004; Antelmi  /
Held  / Santulli 2007; Bugnot 2009; Piñeiro Maceiras  / Chapuis  / Re
2014). También se ha hecho hincapié en la formación de géneros tex-
tuales creados para responder a las necesidades comunicativas de esta
especialidad —guías, folletos, programas de viaje, etc.— (Calvi 2010)
y su reciente conversión en cibergéneros (López Alonso 2014). El naci-
miento del turismo coincide con la democratización del viaje y la orga-
nización de los medios conducentes a facilitar los desplazamientos de
los turistas, pero también con la creación de formas textuales propias y,
en particular, la guía de viaje: un género verdaderamente emblemático
y representativo del turismo, que hoy está sufriendo profundas transfor-
maciones dentro de los entornos digitales (Dann / Liebman Parrinello
2007; Piñeiro Maceiras 2014).
Para ceñirnos al ámbito que nos ocupa, es decir, al léxico, merece
la pena destacar el interés de su estudio en el área del turismo. Si bien
es cierto que la presencia de léxico general es abundante en los textos
turísticos, tampoco se puede descartar el peso de la formación de neo-
logismos y tecnicismos propios de este sector, que reflejan el acusado
dinamismo que lo caracteriza. Cabe subrayar, además, los usos específi-
cos del léxico procedente de otras áreas de especialidad, de acuerdo con
los objetivos pragmáticos de la comunicación turística. En el siguiente
apartado, resumiré algunos de los principales rasgos del léxico del
turismo, a partir de mis publicaciones anteriores dedicadas a este tema
(Calvi 2006, 2009); a continuación, propondré nuevas consideraciones
a la luz de las investigaciones más recientes, para concluir apuntando
algunas consideraciones didácticas.
Léxico de especialidad y lengua del turismo 191

2. Clasificación del léxico del turismo

Como se ha dicho, en el mundo del turismo se lleva a cabo una amplia


producción de textos que engloban varios componentes temáticos.
Podemos distinguir dos macroáreas, a las que corresponden distintos
perfiles del caudal léxico utilizado:

• la gestión, que comprende los contenidos más específicos (agen-


cia de viajes, que es la actividad más peculiar; organización de
los hoteles, transportes, seguros, etc.);
• la descripción del producto turístico, en la que se mezclan sabe-
res procedentes de varios sectores y disciplinas contiguas: arte,
paisaje, cultura, gastronomía, deporte, espectáculos, etc.

Debido a esta diversidad de contenidos, los textos turísticos presentan


una gran variedad léxica. Uno de los primeros intentos de clasificación
ha sido el de Alcaraz Varó / Hughes / Campos Pardillo / Pina (2000),
quienes, en una valiosa introducción al Diccionario de términos de
turismo y de ocio. Inglés-Español Spanish-English, identifican cuatro
grandes sectores:

1. el viaje y los seguros, que incluyen agencias de viajes, aeropuer-


tos, estaciones de transporte, etc.;
2. el alojamiento, que comprende hoteles y campings;
3. la gastronomía;
4. el recreo y las industrias del ocio, entre las que destacan las visi-
tas al patrimonio cultural (arte y cultura) o ecológico (paisaje y
clima), la asistencia a espectáculos y la práctica de deportes.

Estos sectores tienen en común la organización empresarial, que se


divide en dos principales apartados:
192 Maria Vittoria Calvi

1. gestión, tanto a nivel macroeconómico (agencias gubernamen-


tales) como en la organización microeconómica (agencias de
viajes, hoteles, etc.)
2. márketing, que abarca la promoción y venta de productos turísti-
cos.

De esta clasificación deriva la lista de epígrafes utilizadas para defi-


nir los principales campos semánticos relacionados con el turismo y el
ocio: alojamiento, arte, arte / cultura, clima, deportes, derecho, espec-
táculos, gestión, juego, márketing, paisaje, restauración, seguro, viaje.
El diccionario comprende también un conjunto significativo de
palabras de la lengua general, de uso frecuente en los textos turísti-
cos; por ejemplo, se registra una amplia nómina de adjetivos y adver-
bios intensificadores, muy empleados para realzar las cualidades y la
belleza del producto turístico. Aunque solo una parte de dichas entra-
das se puede considerar específica del turismo, el diccionario en cues-
tión ofrece un conjunto bastante representativo de las unidades léxicas
más utilizadas en los textos turísticos. A quince años de distancia de su
publicación, esta propuesta de clasificación sigue teniendo validez y
vigencia; solo cabría añadir un apartado relativo al léxico utilizado para
referirse al fenómeno del turismo en sí. Asimismo, habría que tomar en
consideración los núcleos léxicos que, como se verá más adelante, son
expresiones de las múltiples tipologías de turismo que han ido apare-
ciendo en los últimos años, y que amplían la esfera del recreo más allá
de los tradicionales ámbitos de arte, cultura, paisaje, deporte y espec-
táculos.
Teniendo en cuenta este panorama, dentro de la LT, podemos dis-
tinguir tres grandes caudales léxicos:

1. El núcleo de términos más específicos, relativos a los servicios


y a las estructuras turísticas (gestión), que expresan los saberes
producidos directamente por los gestores del turismo Pensemos,
por ejemplo, en la terminología creada para la clasificación de los
hoteles (hotel, motel, albergue de carretera, hotel-apartamento,
parador, hotel rural, etc.). En este ámbito, se encuentran las unida-
des terminológicas más propias del sector, creadas tanto mediante
mecanismos internos (derivación: hotelero, estacionalización,
Léxico de especialidad y lengua del turismo 193

etc.; composición: bono de hotel, localizador de reserva, etc.)


como mediante la adopción de extranjerismos, procedentes sobre
todo del inglés (overboooking, check in on line, etc.). Asimismo,
este grupo comprende los términos acuñados por los estudio-
sos para hablar del fenómeno del turismo y las motivaciones del
turista (ej.: turismo de masas, turismo religioso, turismo temá-
tico, etc.), como se verá más adelante.
2. Las unidades terminológicas procedentes de las disciplinas y
actividades relacionadas con la práctica del turismo y la descrip-
ción de la oferta (historia del arte, geografía, deporte, artesanía,
etc.). En general, estos términos no están resemantizados dentro
de los textos turísticos2, pero tienden a asumir valores pragmáti-
cos diferentes de los originarios, dependiendo del género textual
en el que estén insertos. También cabe destacar la abundancia de
términos culturales, es decir, aquellos vocablos y expresiones de
varios tipo que guardan una estrecha relación con los rasgos cul-
turales, tanto desde el punto de vista de la cultura elevada (obras
de arte, historia, etc.) como por lo que se refiere a la cultura mate-
rial (gastronomía, artesanía, costumbres, etc.) que comparten los
nativos de un determinado lugar: ambos aspectos sobresalen
como los principales atractivos del turismo.
3. Por último, se destaca una nutrida serie de vocablos del léxico
general, que recurren en los textos turísticos descriptivos y pro-
mocionales, a menudo en combinaciones características, res-
pondiendo a los objetivos de persuasión, implicación del inter-
locutor, transmisión de valores, etc. (ej.: magnífico panorama,
espléndidas vistas, lujosas habitaciones, etc.).

En resumidas cuentas, cuando se habla de léxico del turismo cabe dis-


tinguir entre:

1. el léxico del turismo propiamente dicho, es decir, el léxico creado


por los expertos (estudiosos, economistas, profesionales del

2 A diferencia de lo que ocurre en otras áreas de especialidad: pensemos, por


ejemplo, en el cambio semántico que sufren algunos términos de la astronomía,
tales como planetario o satélite, en el campo de la mecánica, donde designan
algunas partes de los motores.
194 Maria Vittoria Calvi

turismo, etc.) para enfocar el fenómeno del turismo, describir sus


flujos, realizar su gestión; y
2. el léxico de los textos turísticos, que comprende el amplio caudal
de términos relacionados, usos especiales del léxico general, etc.

Si nos situamos en la óptica de quien aprende y su formación (tanto en


la L1 como en una lengua extranjera), cabe subrayar la importancia de
ambos grupos. Volveremos a hablar más adelante de las implicaciones
didácticas que se desprenden de esta descripción del léxico del turismo,
pero conviene destacar, ya desde ahora, que la LT se presenta como una
especialidad de gran riqueza léxica, no solo desde el punto de vista de la
cantidad, sino también por la variedad combinatoria y las problemáticas
interculturales.

3. El Glosario Linguaturismo y el léxico del turismo

Vamos a adentrarnos ahora en la cuestión del léxico de especialidad, es


decir, en la terminología propia del turismo.
La etiqueta de términos especializados (o tecnicismos) se suele
aplicar a aquellas unidades léxicas que presentan un sentido unívoco
en un dominio específico (científico, económico, jurídico, etc.). La
terminología es una disciplina auxiliar de la lexicografía (aunque para
algunos constituye una disciplina autónoma) que se ocupa del estudio
de las unidades léxicas pertenecientes a las distintas áreas de especia-
lidad, es el campo en el que el saber lingüístico se pone al servicio del
conocimiento especializado que poseen los expertos. Esta disciplina se
desarrolló a lo largo del siglo XX, gracias a la labor de estudiosos como
Eugen Wüster (1898–1977), convencidos de la posibilidad de erradicar
toda ambigüedad de la comunicación especializada, mediante la forma-
ción sistemática de nuevos términos o la normalización de las denomi-
naciones nacidas de manera a veces espontánea en el ámbito de cada
dominio de especialidad. Por normalización se entiende una interven-
ción deliberada de los expertos, tanto científicos como terminólogos,
para que a cada concepto solo corresponda un signo lingüístico.
Léxico de especialidad y lengua del turismo 195

El desarrollo de los estudios lingüísticos y terminológicos ha


mostrado, sin embargo, las dificultades de realizar esta versión fuerte
del trabajo terminológico (Teoría General de la Terminología), y se
han planteado teorías más respetuosas del contexto comunicativo. Tam-
bién se ha visto que la monosemia dista mucho de ser una cualidad
propia de las unidades terminológicas (UT), en las que tienen cabida
también la sinonimia y la polisemia. En lugar de analizar las UT en
abstracto, se prefiere hoy observarlas en el funcionamiento discursivo
real, teniendo en cuenta los factores contextuales y el nivel de espe-
cialización, entre otros aspectos. Es el caso de la Teoría Comunicativa
propuesta por Cabré (1993, 2005), o de la Teoría Sociocognitiva (TSC)
de Temmerman (2000), que aplica el principio de univocidad solo en el
caso de conceptos claramente delimitados e incorpora la sinonimia en
los demás casos. Este realismo experiencial se centra en las ocurrencias
de las UT en un discurso concreto, sin tomarlas nunca en consideración
como entidades aisladas.
A partir de estas convicciones, en el ámbito del proyecto Lin-
guaturismo (<www.linguaturismo.it>) —denominación elegida para
designar las investigaciones que se llevaron a cabo en el marco de un
programa de investigación financiado por el Ministerio de Educación
italiano (MIUR) y coordinado por quien escribe estas líneas3— se
planeó la elaboración de un glosario terminológico relativo a la ges-
tión del turismo que, como se ha visto, constituye el núcleo de crea-
ción léxica más especializado del sector. En su conjunto, el proyecto se
proponía analizar y describir el lenguaje del turismo español-italiano
(sobre todo en el campo léxico y discursivo), así como proporcionar
herramientas de trabajo adecuadas para actividades profesionales como
la mediación lingüístico-cultural y la traducción. Ante la proliferación
de diccionarios, glosarios y otros recursos lexicográficos accesibles en
Internet para responder a la ingente demanda de información de los
usuarios (Matasanz del Barrio 2014), se planteó la realización de una

3 Programa de Relevante Interés Nacional PRIN 2007 (prot. 2007ASKNML).


sobre Il linguaggio della comunicazione turistica spagnoloitaliano. Aspetti
lessicali, pragmatici e interculturali (El lenguaje de la comunicación turística
español-italiano. Aspectos léxicos, pragmáticos e interculturales).
196 Maria Vittoria Calvi

obra terminológica con fundamento científico, basada en un corpus tex-


tual ampliamente representativo de la lengua del turismo.
Dicho Glosario español-italiano sobre la gestión del turismo
(Bonomi  / De Santiago González  / Santos López 2014), o Glosario
Linguaturismo, acaba de ver la luz como anejo de Normas. Revista de
estudios lingüísticos hispánicos; su publicación como libro electrónico
de acceso gratuito lo convierte en herramienta a disposición de distintos
usuarios. A continuación, tras una breve descripción de la metodología
adoptada para su realización, destacaré algunos de los rasgos más sig-
nificativos para un enfoque general del léxico del turismo.
El punto de partida material ha sido el corpus bilingüe español-
italiano Linguaturismo, un corpus comparable y representativo del
turismo, que se proyectó y se elaboró a partir de una clasificación de los
diferentes géneros textuales vigentes en la especialidad4 (Calvi 2010).
El corpus, enteramente anotado, comprende 3 873 664 tokens; el aná-
lisis cuantitativo confirmó la validez de la clasificación propuesta, y
el peso de los factores contextuales que conforman los géneros en los
rasgos lingüísticos que los caracterizan (Mapelli / Piccioni 2011).
Para el glosario, se decidió elaborar un subcorpus de textos perte-
necientes exclusivamente a los géneros relacionados con la gestión del
turismo, que podemos agrupar en las siguientes familias (Calvi 2010,
Santos López 2011, Bonomi 2014):

• Géneros comerciales (catálogos, programas, folletos): se trata de


textos semiespecializados, destinados a la promoción y venta de
productos turísticos, en los que los gestores del turismo presen-
tan su oferta de servicios para los usuarios.
• Géneros organizativos (contratos, billetes, reservas, cartas, hojas
informativas, etc.): comprenden documentos funcionales a las
actividades de las agencias y otras empresas de turismo, tanto
para la comunicación interna, como para los clientes.
• Géneros institucionales y académicos (informes y artículos de
turismo en publicaciones especializadas): incluyen textos des-
tinados a los expertos, que contienen informaciones de tipo

4 Son representativos de estos généros textuales: guías de viaje, programas de


viaje, reportajes, anuncios, informes de turismo, billetes, reservas, contratos,
cartas, hojas informativas, foros de viajeros, blogs de viaje, entre otros.
Léxico de especialidad y lengua del turismo 197

económico y sociológico o que enfocan el fenómeno turístico


desde diferentes perspectivas (datos sobre la ocupación hotelera,
comportamientos y tendencias de los flujos turísticos, etc.).
• Géneros legales (leyes, normativas nacionales y autonómicas,
etc.): se trata de textos destinados a la reglamentación en materia
de turismo, que se caracterizan por un elevado nivel de especia-
lización. Proporcionan, además, contextos definitorios de gran
utilidad para la labor terminológica.

Merece la pena hacer hincapié en la tipología del material textual ele-


gido para la creación del glosario. En efecto, una de las razones que
impidieron reconocer la existencia de léxico especializado en la LT
estriba en que la atención se centraba en los textos turísticos dirigidos
al público y no en los más especializados. Los primeros, en efecto, se
caracterizan por una marcada heterogeneidad léxica; en los segundos,
en cambio, se destaca el núcleo más específico de la creación termino-
lógica del área, a pesar de que, naturalmente, el número de unidades
terminológicas es muy inferior al de otras especialidades.
A partir del subcorpus, mediante el programa de procesamiento
automático AntConc, se extrajeron 2738 candidatos a término, de los
cuales fueron seleccionados los 468 que configuran la macroestructura
del glosario, gracias también a la labor de asesoramiento proporcionada
por un experto del sector turístico.
La peculiaridad de este glosario consiste en combinar el trabajo
terminológico con un enfoque basado en la noción de género discur-
sivo5. De acuerdo con Cabré y Estopà (2005), la aparición relevante y
la mayor o menor concentración de determinadas unidades de conoci-
miento especializado (UCE) dependen de la estructura formal y de la
estructura cognitiva del texto. Esta estructura formal, en un lenguaje
de especialidad, varía según el género textual utilizado y, por tanto, la
relevancia de las UCE se puede valorar en función de su adscripción
textual. También considera Cabré (2008: 18) que:

5 A efectos del presente trabajo, utilizamos las expresiones género discursivo y


género textual teniendo en cuenta que la primera hace hincapié en los factores
contextuales, mientras que la segunda se centra en el texto como producto. Nos
situamos, por lo tanto, en el ámbito del discurso, sin descartar las taxonomías
textuales.
198 Maria Vittoria Calvi

un término no es una unidad en sí misma, sino sólo un valor asociado a todas las
unidades del léxico, de forma que cada una de ellas no es por sí misma, como
hemos dicho, ni término ni palabra, sino que activa o no su valor de termino en
función de su uso particular en un contexto comunicativo determinado.

o, podemos añadir, en una formación sociodiscursiva.


El concepto de género discursivo, en efecto, permite superar el
de contexto comunicativo, introduciendo una categoría cognitiva esen-
cial en la comunicación especializada. Esta noción, a partir de las teori-
zaciones de Bajtin, se ha ido consolidando en el ámbito de los estudios
sobre las lenguas de especialidad. Siguiendo a Cassany (2004: 42–43),
entendemos el género discursivo como la unidad de comunicación
que se ha desarrollado socio-históricamente dentro de un determinado
sector profesional; cada género se define por una serie de característi-
cas léxico-gramaticales (fraseología, terminología, morfosintaxis, etc.),
discursivas (macroestructura, selección de datos, registro, etc.) y prag-
máticas (funciones del discurso, roles de autor y lector, formas de cor-
tesía, etc.). De ahí que, según I. García Izquierdo, el género se conciba
como “expresión tangible de las convenciones textuales y contextua-
les contenidas en los textos representativos de determinados ámbitos
socio-profesionales” (2007: 122).
Con el programa de elaboración de diccionarios y bases de datos
terminológicas Tshwanelex 4.0 se construyó la microestructura del glo-
sario, que comprende:

• UCE en español;
• categoría gramatical;
• categoría textual (género del que procede la UCE);
• equivalente italiano (con la posibilidad de añadir categoría gra-
matical y textual si difieren del término español);
• definición;
• contextos españoles con indicación de su referencia;
• contextos italianos con indicación de su referencia;
• sinónimos;
• notas.

El punto de partida constituye siempre el español. Veamos, por ejem-


plo, la entrada aeronave, que en el corpus se ha encontrado en textos de
Léxico de especialidad y lengua del turismo 199

tipo normativo, lo cual indica claramente su naturaleza de tecnicismo,


en comparación con los sinónimos en español avión y en italiano aereo,
de uso más extendido:
(1) aeronave (s. f.) [normativa] aeromobile (s. m.) Aparato dotado de alas destina-
das al transporte aéreo.
Contexto español: Por razones de seguridad, existe una serie de objetos que
están prohibidos en la cabina de una aeronave, por lo tanto deben ser factura-
dos como equipaje de bodega (siempre y cuando no esté prohibido también su
transporte en la bodega de la aeronave). (<http://www.aena-aeropuertos.esa>).
Contexto italiano: Le operazioni di sbarco hanno inizio al momento dell’uscita
dall’aeromobile. (<http://www.meridiana.it>).
Sinónimo español: avión.
Sinónimo italiano: aéreo.

Para entender la ventaja del enfoque textual, podemos tomar en consi-


deración un grupo de términos propios de la hostelería en España (y, a
veces, en América Latina), que designan estructuras hoteleras de tipo
tradicional, o dotadas de especiales resonancias culturales, tales como
casa cueva, casa molino, cortijo, parador, posada, etc. Si bien, en el
caso de formaciones como casa cueva y casa molino, dada la afini-
dad interlingüística, el terminólogo no duda en sugerir los neologismos
casa in grotta y casa mulino, para términos como parador y posada, en
cambio, ofrece en italiano la misma palabra, que de hecho se encuen-
tra, como préstamo, en los programas de viaje italianos que hablan de
España, dato muy útil para los traductores. Veamos, por ejemplo, la
entrada posada:
(2) posada [normativa] posada [programa] Establecimiento hotelero que ofrece
alojamiento en zonas rurales y que puede incluir el servicio de restauración.
Contexto español: El término posada queda reservado a los establecimientos de
alojamiento turístico propiedad de la Xunta de Galicia, que en todo caso debe-
rán reunir especiales características en cuanto a su ubicación en lugares de gran
belleza o bien una tipología arquitectónica acorde con el estilo y tipismo de su
zona. (Ley 2/2001, de 31 de mayo, de La Rioja).
Contexto italiano: 6º giorno da Zamora a Miranda do Douro, indi a Sala-
manca (le 2 cattedrali.l’Università, la Casa de Ias Conchas, la Plaza Mayor), a
Ledesma pernottamento alla Posada Real «La Vàdima». (Itinerari vari in Casti-
glia y León, catalogo Squirrel Viaggi).
200 Maria Vittoria Calvi

El glosario ofrece ejemplos testimoniales, definitorios y metalingüís-


ticos, dando una mayor relevancia y presencia a los definitorios (tarea
realizable, ya que el corpus comprende las normativas), que, como
afirma Cabré (1993: 289), son los contextos más estimables en termi-
nología, puesto que son una buena fuente para la delimitación del con-
cepto. Para los traductores son fundamentales también los contextos
testimoniales, dado que proporcionan información sobre el uso real del
término, tal como se ha visto en el caso de posada. Para una detallada
exposición de los criterios utilizados en la elaboración del glosario, los
mapas conceptuales en los que se asientan las definiciones ofrecidas
y otros aspectos, remito a Bonomi 2014, De Santiago González 2014,
Santos López 2014.
La lista de las entradas del glosario pone en evidencia algunos de
los rasgos caracterizadores del léxico del turismo. Ante todo, se observa
un escaso número de unidades léxicas simples; en general, se trata de
la terminología relativa a los microsectores de la hostelería (albergue,
alojamiento, bungalow, hospedería, hostal, hotel, pensión, recepción,
etc.), medios de transporte (aerodeslizador, autobús, avión, barco, tren,
yate, etc.) y viajes (equipaje, etapa, itinerario, mapa, pasajero, pasa-
porte, tránsito). Entre ellas, encontramos solo pocos términos —gene-
ralmente creados por derivación o composición— de uso exclusivo en
el área del turismo, como por ejemplo:
(3) Agroturismo: ‘Modalidad turística basada en el alojamiento en establecimientos
turísticos rurales y donde el usuario participa en las tareas cotidianas del lugar:
agrícolas, ganaderas, artesanales’
Ecoturismo: ‘Modalidad de turismo basada principalmente en el contacto y en
el respeto a la naturaleza’
Estacionalidad :‘Factor determinado por el periodo del año que incide sobre los
servicios turísticos’
Hotelero1 ‘Persona que posee o dirige un hotel’
Hotelero2 ‘Relativo o perteneciente al hotel’
Multipropiedad: ‘Derecho de utilizar un alojamiento cada año por un periodo
de tiempo determinado, para fines turísticos o vacacionales’
Sobrecontratación: ‘Situación que se produce por la sobreventa de billetes con
respecto al número de plazas disponibes’
Vacacional: ‘Relativo al periodo de vacaciones’
Léxico de especialidad y lengua del turismo 201

Por lo demás, se trata de términos de empleo corriente en la lengua


general o, mejor dicho, palabras de la lengua general, a menudo poli-
sémicas, que se han especializado dentro del campo del turismo, asu-
miendo un carácter monosémico, como es propio de las lenguas espe-
cializadas. Recogemos como botón de muestra algunas definiciones de
vocablos que, dentro de la lengua general, se caracterizan por una mar-
cada polisemia, mientras que en el sector que nos ocupa presentan una
especialización semántica que anula la polisemia:
(4) Asiento: ‘Unidad de disponibilidad de un medio de transporte en el que se viaja
sentados’
Billete (de transporte) ‘Documento que da derecho al uso de un servicio de
transporte’
Butaca: ‘Asiento de una embarcación donde se ubican los pasajeros que no
disponen de camarote’
Estancia: ‘Periodo de tiempo que se transcurre en un establecimiento turístico’
Huesped: ‘Usuario de un servicio de alojamiento’
Plaza: ‘Unidad de disponibilidad de un servicio turístico’
Reserva: ‘Contrato que permite acceder a un servicio en un tiempo futuro’
Ruta: ‘Recorrido durante un viaje turístico’
Visita: ‘Desplazamiento motivado por el interés turístico de un lugar’

Asimismo, aunque la definición de entradas como cena no difiere de


la del DRAE (‘Última comida del día, que se hace al atardecer o por la
noche’), los contextos seleccionados dejan ver con claridad que, dentro
del sector, este término (igual que comida) se emplea específicamente
para referirse a uno de los servicios ofrecidos a los clientes:
(5) Cena (s. f.): [contrato, normativa, programa] cena Alimento consumido a última
hora de la tarde o por la noche.
Contexto español: Tanto la prestación del servicio de comida como el de cena,
se entienden exclusivamente dirigidos a los ocupantes del alojamiento, siendo
considerada su prestación a personas ajenas al mismo como ejercicio irregular
de la actividad de restauración. (Decreto 111/2003, de 10 de octubre, de La
Rioja).
Contexto italiano: Il programma della serata del 31 Dicembre sarà sostituito
con il Cenone o il Veglione di Capodanno facoltativi. Per chi non aderisce, la
cena e la serata saranno libere. (Costiera Amalfitana, catalogo Boscolo Tours).
202 Maria Vittoria Calvi

Sorprende, en cambio, la escasez de anglicismos, aunque sí se encuen-


tra una pequeña nómina de ellos (business, day cruiser, ferry, frequent
flyer, junior suite, resort, etc.), y otros aparecen como sinónimos o
en los contextos (overbooking). Cabe tener en cuenta que el glosa-
rio presenta una selección de términos relevantes y representativos,
lo cual significa que, a pesar de que en los textos turísticos también
encontremos otros anglicismos, su uso efectivo no ha calado en la
práctica profesional; diferente, claro está, es la adopción del inglés
como lengua preferente de la comunicación entre los expertos en con-
textos internacionales.
Como es de esperar, se destaca la presencia abrumadora de
unidades fraseológicas poliléxicas, y, sobre todo, las que se forman a
partir de una palabra núcleo (atractivo, guía, patrimonio, turismo, etc.)
—no siempre registrada como entrada independiente—, por disyun-
ción (‘sustantivo + sustantivo’: coche cama, desayuno buffet, grupo
hotelero, ocupación hotelera ‘sustantivo + adjetivo’: circuito combi-
nado, empresa turística, paquete combinado, programa vacacional,
puente aéreo; ‘adjetivo + sustantivo’: media pensión, primera clase),
sinapsia (‘sustantivo + de + sustantivo’; central de reservas, cheque de
viaje, ciudad de vacaciones, folleto de viajes, localizador de reserva) o
contraposición (hotel-apartamento):
(6) Agencia: agencia de viajes, agencia (de viajes) mayorista, agencia (de viajes)
mayorista-minorista, agencia (de viajes) minorista
Albergue: ‘albergue de carretera, albergue juvenil, albergue móvil, albergue
rural’
Alojamiento: ‘alojamiento compartido, alojamiento extrahotelero, alojamiento
hotelero, alojamiento no hotelero, alojamiento rural, alojamiento turístico, alo-
jamiento y desayuno’
Bono: ‘bono de agencia, bono (de hotel), bono de viaje’
Casa: ‘casa cueva, casa forestal, casa molino, casa móvil, casa museo, casa
palacio, casa particular, casa rural, casa rural de habitaciones’
Guía: ‘guía acompañante, guía asistente, guía correo, guía de montaña, guía
de ruta, guía de turismo, guía especializada, guía-intérprete, guía local, guía
oficial, guía turístico, paquete combinado, paquete turístico’
Reserva: ‘reserva anticipada, reserva confirmada, reserva de viaje’
Léxico de especialidad y lengua del turismo 203

4. Los turismos

Uno de los términos más productivos es, sin lugar a dudas, la pala-
bra misma que designa todo el sector, turismo. Debido a las transfor-
maciones sociales y económicas de la sociedad postindustrial, se han
modificado los comportamientos tradicionales, en particular, por lo
que se refiere al turismo masificado; se ha difundido la conciencia de
las consecuencias negativas del desarrollo indiscriminado; y se han
desarrollado formas de turismo más acordes con la sensibilidad y las
motivaciones de los nuevos turistas. De ahí que el léxico refleje este
dinamismo con una serie abierta de unidades formadas con [turismo +
adjetivo] o [turismo + de + sustantivo].
El glosario Linguaturismo recoge 26 unidades, en su mayoría
presentes en normativas y textos económicos, lo cual es prueba de su
estabilización y proporciona útiles contextos definitorios:
(7) turismo activo turismo cultural, turismo de aventura, turismo de congresos,
turismo de masas, turismo de minusválidos, turismo de montaña, turismo de
naturaleza, turismo de negocios, turismo de personas mayores, turismo depor-
tivo, turismo de salud y belleza, turismo de sol y playa, turismo emisor, turismo
enogastronómico, turismo enológico, turismo especializado, turismo extran-
jero, turismo intercontinental, turismo interno, turismo receptor, turismo reli-
gioso, turismo rural, turismo sostenible, turismo temático, turismo urbano.

Como se ve, algunos de estos términos nacen en el ámbito económico


(turismo interno, turismo receptor, etc.); otros tienen origen socioló-
gico (turismo de masas), otros se forman a partir de la actividad reali-
zada (turismo deportivo). Pero la lista no es completa.
En otro glosario terminológico, realizado en el ámbito del pro-
yecto ESLEE (Gallardo San Salvador  / Gómez de Enterría 2009) y
centrado en la gestión del Patrimonio cultural, se recogen 23 ocurren-
cias, en buena medida, coincidentes; las que no están presentes en
Linguaturismo son las siguientes, a veces variantes de los términos
vistos arriba:
204 Maria Vittoria Calvi

(8) turismo agroecológico, turismo creativo, turismo de cruceros, turismo de salud,


turismo del vino, turismo étnico, turismo gastronómico, turismo idiomático,
turismo patrimonial, turismo pesquero

Esta serie tampoco agota las numerosas posibilidades. Alcaraz Varó /


Hughes  / Campos Pardillo  / Pina (2000) proponen, además, turismo
alternativo, turismo ecuestre, turismo educativo, turismo verde. El Dic-
cionario de términos del turismo francés-español espagnol-français
(Aragón / Eurrutia / Planelles / Ruiz 2009) incluye:
(9) turismo de ayuda humanitaria, turismo de la Tercera Edad, turismo de nego-
cios, turismo de riesgo, turismo espacial, turismo sexual, turismo termal.

También podríamos añadir otras de uso bastante frecuente en los textos


turísticos, tales como
(10) turismo industrial, turismo experiencial, turismo musical.

No todas estas formas de turismo, por supuesto, están codificadas ni


estabilizadas, pero las innovaciones léxicas demuestran el dinamismo
del sector. Se trata, en todo caso, de formaciones en las que el adjetivo
desempeña una función definitoria, que limita o precisa el valor del
sustantivo. Muy diferente, como veremos a continuación, el uso de los
adjetivos en las descripciones del lugar turístico.

5. El léxico de los textos turísticos

Como ya se ha dicho, los textos turísticos que describen los destinos, y


que responden a objetivos tanto informativos como persuasivos, contie-
nen otros componentes léxicos y, en particular, un conjunto de UT pro-
cedentes de ámbitos relacionados, de especial relevancia para describir
la experiencia turística.
Si nos centramos, por ejemplo, en las formaciones léxicas más
recurrentes en los textos de carácter promocional, cambia la lista de
frecuencias, como se ve en Navarro / Miotti (2011: 326), quienes han
estudiado un subcorpus constituido por los documentos relativos al sitio
Léxico de especialidad y lengua del turismo 205

Internet de la UNESCO español (Ciudades Patrimonio de la Humani-


dad de España: <www.ciudadespatrimonio.org>). También en este caso
se registra la productividad de la estructura [sust+adj], pero las áreas
temáticas son más heterogéneas:

(11) acceso limitado, acceso rodado, área arqueológica, área metropolitana, área
comercial, arquitectura peninsular, arquitectura popular, arquitectura tradicio-
nal, arquitectura contemporánea, arquitectura militar, arquitectura medieval,
arquitectura civil, arquitectura religiosa, artesanía ecuestre, casco histórico,
casco antiguo, casco urbano, oferta cultural, centro cultural, destino cultural,
destino turístico, barrio extramuros, visita extramuros, monumento funerario,
núcleo urbano, paisaje urbano, paisaje cultural, recinto amurallado, recinto
ferial, recinto fortificado, patio porticado, patio adintelado, urbanismo here-
dado, desarrollo urbano, desarrollo comercial, tramo urbano, trazado urbano,
espacio urbano, perfil urbano, conjunto urbano, núcleo urbano, visita guiada,
visita panorámica, visita completa, vista panorámica, trazado viario, camino
trashumante, guía oficial.

Junto con formaciones análogas a las anteriores (destino cultural, destino


turístico, visita guiada, visita panorámica), sobresale la terminología de
ámbito artístico y, en particular, como es comprensible, la relativa a la
arquitectura urbana. Pero cabe mencionar sobre todo la abundante adje-
tivación apreciativa, que acompaña a algunos sustantivos sin formar con
ellos unidades denominativas o conceptuales, sino añadiendo connota-
ciones estéticas, sensoriales y afectivas (Navarro / Miotti 2011: 331):
(12) rica y afamada artesanía, gran atractivo, atractivo ineludible, mayores atracti-
vos, ciudad plena,ciudad viva, magnifica ciudad, ciudad joven, ciudad sorpren-
dente, ciudad moderna, nueva ciudad, ciudad naciente, encanto de la ciudad,
rica y joven ciudad, soberbia iglesia, floreciente cultura, maciza y sombría
fortaleza, impresionante fortaleza, emblemático monumento, bellísima panorá-
mica, impresionante panorámica, espectacular panorámica, bello patio, monu-
mentos apabullantes, exquisito origen, paisaje singular, paisaje pintoresco,
paisaje impresionante, incomparable patrimonio, magnífica portada manie-
rista, tranquila visita, sosegada visita, detenida visita, recomendable visita,
irresistible encanto, conjunto inseparable e irrepetible, magníficas vistas.

Estas combinatorias, que se sitúan en el área periférica del léxico del


turismo, responden a funciones pragmáticas; tienden a recurrir de forma
sistemática en los textos turísticos, asumiendo un elevado grado de
convencionalidad. En efecto, los textos turísticos, para ser persuasivos,
206 Maria Vittoria Calvi

despliegan una amplia gama de recursos, entre los que prima la valora-
ción (appraisal), sobre todo, en las modalidades del afecto, que com-
prende los procedimientos utilizados para negociar emociones, y la
apreciación, que incluye los valores estéticos (Ferrari 2009: 50). Asi-
mismo, cobra importancia la gradación, que engloba los procedimien-
tos usados para amplificar las evaluaciones, y que configura el tono
eufórico de la lengua del turismo (Dann 1996: 65). Por otra parte, los
adjetivos elegidos reflejan los valores que se atribuyen a la experiencia
turística: búsqueda de autenticidad, hedonismo, contemplación de la
belleza y otros análogos.
Asimismo, cabe recordar que las unidades terminológicas encon-
tradas en los textos promocionales destinados al turista no siempre se
ajustan a las normativas del sector; en estos documentos (incluidas las
páginas Internet institucionales) prevalecen las finalidades pragmáticas,
tal como observa Julia Sanmartín Sáez (2012) en un estudio sobre las
denominaciones relativas a la clasificación hotelera (hotel, hostal pen-
sión, albergue, aparthotel, campamento de turismo, hotel-residencia,
hotel rural, posada, pazo, etc.).
En las normativas, dichas denominaciones reflejan una serie de
requisitos de calidad que el turista debería conocer, mientras que en los
textos promocionales están utilizadas de forma arbitraria e imprecisa,
fomentando la ambigüedad. El turista no sabe cuáles son los requisitos
de un hotel (‘establecimiento público que, ocupando la totalidad de un
edificio o parte del mismo completamente independizada, facilita servi-
cio de alojamiento y comida’) ni entiende claramente, por ejemplo, las
diferencias que hay entre casa rural y apartamento; tampoco está claro
si formas tales como hotel familiar, hotel de negocios, hotel de playa y
similares constituyen unidades denominativas o tienen solo valor des-
criptivo. Otra dificultad está representada por la variación denomina-
tiva entre una Comunidad Autónoma y otra, ya que cada una de ellas
establece sus propias normativas y emplea clasificaciones conceptuales
diferentes (grupos, categorías, especialidades, etc.). Por otra parte, en
algunos diccionarios se encuentran entradas lexicográficas que reflejan
una clara influencia de la normativa6.

6 Por ejemplo, en el Diccionario general Lengua española VOX (1999: 867)


se define el hotel como ‘Establecimiento de hostelería que ocupa total o
Léxico de especialidad y lengua del turismo 207

6. Otros núcleo temáticos y léxicos

Por último, quisiera detenerme en un aspecto poco valorado, hasta la


fecha, en los estudios sobre el LT, pero reflejado en los recursos digi-
tales (Matasanz del Barrio 2014). Como se ha visto, hoy en día cabe
hablar de turismos, más que de turismo en singular. Esta diversificación
de las motivaciones y de la oferta consiguiente hace que se desarrollen
núcleos temáticos y léxicos específicos, que comprenden una selección
de términos de la especialidad en cuestión, relevantes para el turista.
Recordemos, por ejemplo, el trabajo realizado por Solsona (2011), a
partir de un amplio corpus de textos sobre el turismo termal (subespecie
del turismo de salud y belleza), tales como catálogos de agencias mayo-
ristas, reportajes en publicaciones punteras del sector turístico nacional,
folletos turísticos de los balnearios y anuncios publicitarios. En estos
textos se destaca la presencia, además del léxico recurrente en todo tipo
de publicación turística, de un núcleo propio de esta especialidad, de
origen técnico-científico o pseudocientífico, que comprende:

• Léxico relativo a las técnicas aplicadas en un balneario:


(13) aerosol, aguaterapia / aquaterapia, aquagym, baño galvánico, aromaterapia,
biosauna, caldarium, cavitosonic, clapping, cromoterapia, cura hidropínica,
drenaje linfático, ducha kneipp, electroterapia, fisioterapia, flotarium, frigida-
rium, hidrocinesiterapia, inhalaciones, ionozón bad, jacuzzi, jet, lipofit, mani-
luvio, masaje subacuático, mecanoterapia dirigida, ozonoterapia, pediluvio,
peeling, presoterapia, pulverizaciones, sanarium, solarium, tepidarium o tem-
plarium, vaporarium o vaporario.

parcialmente un edificio con uso exclusivo de sus servicios (entradas, ascen-


sores, escaleras), que facilitará alojamiento y comidas, y dispone al menos de
un diez por ciento de habitaciones individuales’.
208 Maria Vittoria Calvi

• Léxico relativo a las indicaciones terapéuticas:

(14) neuritis, faringitis y sinusitis crónicas, artritis, litiasis renal, artrosis, hiperu-
ricemia, insuficiencia venosa, bronconeumopatía, osteoporosis, nefrolitiasis,
secuelas postraumáticas7.

En resumidas cuentas, el panorama del LT no es completo si no se tiene


en cuenta la existencia de estos núcleos específicos, tanto en el caso de
las formas de turismo más consolidadas como de las emergentes.

7. La enseñanza del léxico del turismo en el español


con fines específicos

De lo dicho anteriormente se desprende que la competencia lingüística


del aprendiz de la LT, en el marco de la enseñanza-aprendizaje con fines
específicos, deberá fundamentarse tanto en el saber técnico de especia-
lidad como en el perfil cultural de los principales destinos turísticos en
los que se habla la lengua en cuestión. En este sector, cabe añadir, la
lengua española presenta una marcada proyección internacional.
El currículum de español del turismo, por lo tanto, tiende a ser
amplio y flexible; para poderse adaptar a exigencias distintas, habrá que
determinar, en cada caso, las necesidades de aprendizaje (comunicati-
vas y cognitivas) de los alumnos y los medios lingüísticos idóneos para
alcanzar los objetivos propuestos, teniendo en cuenta tanto las destre-
zas exigidas (comunicación oral o escrita, producción de textos, etc.)
como las propiedades discursivas de los géneros textuales implicados,
desde los más convencionales y formularios (billetes, facturas, bonos,
etc.) hasta las descripciones más o menos elaboradas y orientadas
hacia el interlocutor, de folletos, guías, páginas Internet, etc. De todos
modos, el conocimiento del lenguaje específico deberá conjugarse con
la competencia de la lengua general, más relevante en éste que en otros

7 Remito al citado trabajo de Solsona (2011) para explicaciones detalladas del


significado de los términos aquí simplemente reproducidos.
Léxico de especialidad y lengua del turismo 209

sectores profesionales, dado el mayor peso de situaciones interactivas


de la vida cotidiana.
En el campo del turismo, el dominio del léxico resulta fundamen-
tal, de acuerdo con la gran variedad de áreas interesadas. Aparte de la
terminología técnica de uso internacional, a veces influenciada por el
inglés —aunque, como se ha visto, no tanto como cabría esperar—, las
interacciones y los textos turísticos presentan una gran riqueza léxica,
máxime en sectores con marcada variación diatópica. Pensemos, por
ejemplo, en la alimentación, cuya terminología refleja los hábitos lin-
güísticos locales: aparte de las denominaciones de los platos regionales
o nacionales (paella valenciana, gazpacho andaluz, cocido madrileño,
mole poblano, etc.), los alimentos mismos reciben a veces nombres dis-
tintos según los lugares (pensemos, solo por poner un ejemplo, en la
variación entre judías, frijoles y porotos, o entre aguacate y palta).

8. Conclusiones

En resumidas cuentas, el léxico del turismo presenta una fisonomía


muy heterogénea, aunque es posible identificar, como es paradigmático
en las lenguas especializadas, un significativo núcleo de léxico propio,
que se caracteriza sobre todo por la abundancia de unidades poliléxi-
cas. Además, el léxico del turismo incluye un conjunto significativo
de unidades denominativas importadas de otros dominios de especia-
lidad; además de las áreas tradicionalmente asociadas con el turismo
(arte, gastronomía, paisaje, deporte, etc.), cabe destacar la generación
de otros núcleos específicos, propios de las distintas especialidades de
turismo, como se ha visto en el caso del turismo termal.
Otro rasgo fundamental del léxico empleado en los textos turís-
ticos es la formación de combinatorias recurrentes, caracterizadas por
la adjetivación apreciativa, que responde a la finalidad persuasiva a
menudo dominante. En la promoción turística, dicho propósito reper-
cute también en el uso de las unidades denominativas, a menudo impre-
ciso, o incluso objeto de manipulación.
210 Maria Vittoria Calvi

Por último, cabe subrayar una fuerte variación denominativa,


debida a que la legislación turística es de tipo autonómico, por lo que
se refiere a España; una variación que, por supuesto, se registra también
más allá del Atlántico, aunque su alcance sería tema para otro estudio.

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