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Alguna vez te has preguntado qué hubieras hecho si vivieras en Cusco hace 500
años, en pleno periodo incaico, y de pronto te aqueja un fuerte dolor de
muela. Acaso ¿ya existían odontólogos en esa época? Pues, sí. De hecho, resulta
lógico que haya habido alguien que solucione los problemas dentales de los incas,
la nobleza, los amautas. Sin embargo, la evidencia arqueológica al respecto es
escasa; aunque se han descubierto varios tipos de coloración y esculpido de
dientes para ornamentación personal o con propósitos ceremoniales. Lo cierto es
que muy pocos estudios han reportado dientes que evidenciaran haber sido
“curados”.
Investigadores de la Universidad de Nueva York y del Ministerio de Cultura del
Perú publicaron en la revista Journal of Comparative Human Biology un hallazgo
que puede aclarar un poco el panorama. Se trata de dos cráneos encontrados en
Cusco (dos varones de unos 27 y 40 años), que datan del periodo horizonte
tardío (1476 – 1532, coincidente con el Imperio Inca), donde ambos presentan un
diente canino perforado. ¿Esto podría ser una evidencia del trabajo realizado por
un odontólogo incaico?
Los incas fueron un pueblo altamente desarrollado, que dominó las tierras altas
del Perú y se extendió a lo largo de la costa, al principio del siglo XV; conquistaron
a otras tribus y como los aztecas, absorbieron su saber y adoptaron sus
costumbres. Se estableció sobre la costa pacífica y las montañas andinas, desde
la frontera norteña del Ecuador hasta el río Maule en Chile central.
Este imperio comenzó como una tribu guerrera pequeña en Perú alrededor del
1100 cerca del final del siglo XIV el imperio comenzó a ampliarse a lo largo de la
costa. Fueron a su vez, brutalmente conquistado por Francisco Pizarro en 1533 y.
Las obturaciones dentales se cree que las hacían como adornos pos-morten.
Su tratamiento de las enfermedades estaba íntimamente vinculado a sus
creencias religiosas, empleaban también numerosos remedios de hierbas
Es de suponer que para confeccionar estos collares con dientes, éstos tenían que
estar en buenas condiciones; por tanto la técnica de extracción tenía que ser
buena. Esta operación la realizaban los sirkak (cirujanos).
Sin embargo, cuando ya era necesario intervenir, es posible que hayan usado la
hoja de coca como anestésico local y procedieran a remover la pulpa dentaria
infectada con un taladro de mano, que pudo haber sido hecho de hueso o metal.
Este es un procedimiento parecido —aunque tal vez mucho más doloroso— al que
se realiza actualmente.
Referencia:
Ortiz, A., Torres Pino, E., & Orellana González, E. (2016). First evidence of pre-Hispanic
dentistry in South America – Insights from Cusco, Peru HOMO – Journal of Comparative
Human Biology, 67 (2), 100-109
Los Incas curaban patologías gingivales con resina de los árboles y su principal
analgésico fue la hoja de coca. También practicaban extracciones aflojando
primero el diente con una solución cáustica, y finalmente, aplicaban un golpe seco.
Hay otro tipo de plantas como la brugmansia también conocida como chamico que
aparte de significación sagrada también se mira como una de las hierbas curativas
más antiguas.
Cuando se presentaba una inflamación en las encías se colocaban las hojas sobre
el área a tratar durante poco tiempo y la inflamación desaparecía.