Professional Documents
Culture Documents
13 de octubre de 2014
ÍNDICE
1. Descripción general del encargo recibido del Poder Ejecutivo............................................... 3
2. Integrantes de la comisión, fecha de constitución, organización del trabajo y nómina de
personas e instituciones con las cuales fueron sostenidas reuniones o entrevistas ..................... 3
3. Diagnóstico. Situación actual, antecedentes de historia constitucional y legislativa. La falta
de eficacia de la regulación vigente ............................................................................................ 4
4. Los ejes temáticos del trabajo de la comisión ......................................................................... 6
5. Aspectos constitucionales. Diagnóstico de la situación vigente y propuesta de desregulación
constitucional del terrorismo ....................................................................................................... 7
5.1. La impertinencia del terrorismo como objeto de regulación constitucional ................ 7
5.2. La impropiedad de la constitucionalización de normas procesales referidas a la
persecución de delitos terroristas ...................................................................................... 13
5.3. Propuesta .................................................................................................................... 15
6. Aspectos sustantivos. Descripción de tipos penales vigentes y análisis comparativo de
modelos regulativos. Fundamentación del modelo regulativo propuesto ................................. 16
6.1. El modelo de tipificación de la Ley 18.314 ............................................................... 16
6.2. La asociación criminal terrorista como especie calificada de asociación criminal ... 16
6.3. La especificidad de la organización criminal terrorista ............................................. 18
6.4. La reivindicación territorial legítima bajo el derecho internacional como criterio de
exclusión del carácter terrorista de una organización ....................................................... 21
6.5. La tipificación de un delito de instalación, activación o detonación de bombas o
artefactos explosivos ......................................................................................................... 22
6.6. El “entrampamiento” como eximente de responsabilidad ......................................... 23
6.7. Propuesta .................................................................................................................... 24
7. Aspectos procesales. Dificultades y desafíos que presenta la persecución penal de estos
delitos. Necesidad de contar con herramientas especiales. Fundamentación de la regulación
propuesta ................................................................................................................................... 26
7.1. Antecedentes en cuanto a la situación vigente ........................................................... 26
7.2. Fundamentación de la propuesta................................................................................ 27
7.3. Propuesta .................................................................................................................... 31
Propuesta de modificación de redacción actual art. 226 CPP:.......... ¡Error! Marcador no
definido.
8. Disidencias ............................................................................................................................ 41
8.1. Disidencias del comisionado Aldunate ..................................................................... 41
1
8.2. Disidencias del comisionado Hernández ................................................................... 42
8.3. Disidencias de la comisionada Horvitz ...................................................................... 43
2
1. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL ENCARGO RECIBIDO DEL PODER EJECUTIVO
Durante el mes de abril del presente año, el Ministro del Interior y Seguridad Pública, don
Rodrigo Peñailillo Briceño, comunicó su intención de que fuese revisada la situación de la
regulación jurídica de los delitos terroristas, contenida en la Ley N° 18.314, para lo cual se
convocó a una Comisión de Expertos para que evaluara el actual estado de cosas y
formulase, en su caso, propuestas de modificación.
Fue interés del Gobierno desde un inicio que la comisión llevase adelante su trabajo de
modo enteramente independiente, sin quedar vinculada a directriz u orientación política que
pudiese haber sido antepuesta a través del encargo por ella recibido.
El 30 de mayo del presente año, en una reunión presidida por el Ministro del Interior Sr.
Rodrigo Peñailillo y a la cual también asistió el Ministro de Justicia, Sr. José Antonio
Gómez, se constituyó la presente Comisión de Análisis de la Legislación Antiterrorista. La
Comisión quedó integrada por los abogados y profesores Enrique Aldunate Esquivel, Javier
Couso Salas, Juan Pablo Cox Leixelard, Juan Pablo Hermosilla Osorio, Héctor Hernández
Basualto, María Inés Horvitz Lennon, Juan Pablo Mañalich Raffo y José Ignacio Núñez
Leiva.
La comisión acordó sesionar regularmente los días jueves de cada semana, programando
sesiones de trabajo adicionales, a ser celebradas en fechas distintas. La comisión definió,
para ello, dos niveles de trabajos complementarios, consistentes en el estudio sistemático de
la legislación, la jurisprudencia y la doctrina relevante, por un lado, así como en la
celebración de reuniones y entrevistas con autoridades y otros actores relevantes en la
materia. Además, la comisión acordó realizar una sesión especial de dos días en la ciudad
de Temuco, de la Región de la Araucanía, para así poder entrevistarse con autoridades y
actores de esta zona.
Así, la Comisión se reunió y recibió antecedentes del Fiscal Nacional, Sr. Sabas Chahuán,
quien concurrió acompañado de asesores; el Fiscal Regional de la Araucanía Sr. Cristián
3
Paredes, quien concurrió acompañado de otros fiscales de su equipo; el entonces Defensor
Nacional, Sr. Georgy Schubert, quien concurrió con asesores; la Defensora Regional de la
Araucanía Sra. Bárbara Katz, quien asistió acompañada de asesores; el Intendente de la
Región de la Araucanía, Sr. Francisco Huenchumilla; el Sr. Rodrigo Bustos, en
representación de la Directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Sra. Lorena
Fries (quien se excusó de asistir por encontrarse de viaje en el extranjero); el Director de la
Agencia Nacional de Inteligencia, Sr. Gustavo Villalobos; el General Alejandro Muñoz,
jefe de DIPOLCAR de la policía de Carabineros de Chile; el Lonko Sr. José Cariqueo; los
abogados Sres. Carlos Tenorio, Pelayo Vial y Jaime Madariaga; el Sr. José Aylwin, del
Observatorio Ciudadano de Temuco; las Sras. Juliana Bravo y Liliana Tojo, de CEJIL; y el
Sr. Nicolás Figari V., director ejecutivo de la Fundación Aitue.
Debe señalarse que Human Rights Watch, reconocida entidad de derechos humanos, ha
señalado respecto de la Ley N° 18.314 que: “Esta ley, es la más dura de la legislación
chilena, y sus disposiciones han sido endurecidas en cierto modo desde la llegada de la
democracia. Duplica las condenas normales para algunos delitos, extiende la prisión
preventiva, permite que el Ministerio Público retenga pruebas a la defensa durante un plazo
4
de hasta seis meses y que los acusados sean condenados basándose en el testimonio de
testigos anónimos”.
De acuerdo con lo señalado por José Aylwin en 2010, ya el año 2003 manifestaba el
entonces Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Sr. Rodolfo Stavenhagen, su
preocupación sobre la situación de la administración de justicia y los pueblos indígenas,
recomendando al Estado de Chile que “bajo ninguna circunstancia deberán ser
criminalizadas o penalizadas las legítimas actividades de protesta o demanda social de las
organizaciones y comunidades indígenas” (párr. 69). Asimismo, observaba que “no
deberían aplicarse acusaciones de delitos tomados de otros contextos (“amenaza terrorista”,
“asociación delictuosa”) a hechos relacionados con la lucha social por la tierra y los
legítimos reclamos indígenas” (párr. 70).
El mismo Relator Especial recomendó además al Estado de Chile que “la puesta en práctica
de la reforma procesal penal deberá tomar en cuenta las normas internacionales en materia
de protección de los derechos humanos, incluyendo el debido proceso de todos los
imputados indígenas por motivo de actividades de defensa o protesta social (especialmente
con referencia a la utilización de testigos sin rostro y la detención preventiva de los
indiciados)” (párr. 72). Finalmente, el relator especial Stavenhagen recomendaba al Estado
de Chile que “considere la posibilidad de declarar una amnistía general para los defensores
indígenas de los derechos humanos procesados por realizar actividades sociales y/o
políticas en el marco de la defensa de las tierras indígenas” (parr. 75).
5
“El Comité expresa su preocupación ante la definición de terrorismo comprendida en la
Ley Antiterrorista 18.314, que podría resultar demasiado amplia. Preocupa también al
Comité que esta definición ha permitido que miembros de la comunidad Mapuche hayan
sido acusados de terrorismo por actos de protesta o demanda social, relacionados con la
defensa de los derechos sobre sus tierras. El Comité observa también que las garantías
procesales, conforme al 14 del Pacto, se ven limitadas bajo la aplicación de esta ley (art. 2,
14 y 27 del Pacto)”.
Por otra parte, ya al analizar la jurisprudencia relevante en nuestro país, se detectó un claro
problema de eficacia en la persecución criminal de los delitos terroristas, notándose una
renuencia jurisprudencial a su aplicación. Prácticamente no fue posible encontrar
defensores del statu quo legislativo, existiendo en general un amplio consenso en cuanto a
la necesidad de que sean introducidas modificaciones y correcciones al derecho vigente.
Al inicio de su trabajo, y por razones obvias de orden, la comisión decidió enfocar sus
tareas en tres ámbitos: primero, un análisis de las normas constitucionales pertinentes, en
segundo lugar, un análisis de los aspectos sustantivos de la legislación penal vigente y por
último, una revisión de los aspectos penales adjetivos o procesales. En referencia a cada
una de estos ejes, la comisión debía producir un diagnóstico y formular las propuestas
legislativas que, en su caso, estimare pertinentes.
6
5. ASPECTOS CONSTITUCIONALES. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN VIGENTE Y
PROPUESTA DE DESREGULACIÓN CONSTITUCIONAL DEL TERRORISMO
Que la Constitución –y sus preceptos– constituyan un “coto vedado” implica que las
decisiones consignadas en ellas resultan intangibles para las mayorías representadas en el
órgano legislativo e invulnerables a los actos de cualquier órgano de Estado que las
contravenga. Luego, si el legislador o cualquier poder público promulgaran o dictaran
normas que contravengan lo establecido por la carta fundamental, estas serían
inconstitucionales y correspondería al Tribunal Constitucional la declaración de aquello.
La opción por incorporar una especial regulación del fenómeno terrorista en la Constitución
de 1980 debe ser examinada críticamente bajo los parámetros de la teoría constitucional
contemporánea y de los sistemas constitucionales comparados, con especial referencia a las
constituciones de aquellos Estados que actualmente enfrentan o que en el pasado han
debido enfrentar el terrorismo. En este sentido, es ilustrativo el caso de los Estados Unidos,
país en el cual no se ha considerado una enmienda constitucional para incluir una
regulación del terrorismo, ni siquiera después del 11 de septiembre de 2001.
Adicionalmente, tampoco los países que han experimentado de cerca el así llamado “narco-
7
terrorismo” —tales como México o Colombia— o aquellos que han sufrido atentados
planificados desde el exterior —como el Reino Unido o la Argentina— conocen cláusulas
constitucionales relativas al terrorismo.
Pero también es importante tener en cuenta el caso alemán, puesto que si bien el artículo 18
de la Ley Fundamental admite reacciones en contra del ejercicio abusivo de derechos
fundamentales —en la lógica de evitar la conocida “paradoja de la tolerancia”—, la
potestad para adoptar las medidas correspondientes no es atribuida al Poder Judicial sino al
Tribunal Constitucional Federal. Esta decisión orgánica tiene importantes consecuencias
políticas e institucionales, pues fue ese mismo órgano el que declaró la inconstitucionalidad
del artículo 14 inciso 3 de la Ley de Seguridad Aérea que permitía derribar aviones
presuntamente secuestrados por terroristas1.
Finalmente, cabe diferenciar otro grupo de ordenamientos de interés desde el punto de vista
de la relación entre terrorismo y constitución, que incluye a España y a Francia. El primero
de estos países, cuyo territorio ha sido escenario de cruentos episodios de terrorismo interno
y externo —baste recordar los múltiples atentados de ETA y el de Atocha—, ha optado por
contemplar normas referidas a tal forma de criminalidad con carácter meramente
competencial, y no definitorio ni retórico. En efecto, el artículo 55.2 de la Constitución
española dispone:
“Una Ley Orgánica podrá determinar la forma y los casos en los que, de forma individual y
con la necesaria intervención judicial y el adecuado control parlamentario, los derechos
reconocidos en los artículos 17.2 y 18.2 y 3 pueden ser suspendidos, para personas
determinadas, en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas
armadas o elementos terroristas. La utilización injustificada o abusiva de estas facultades
reconocidas en dicha Ley Orgánica producirá responsabilidad penal, como violación de los
derechos y libertades reconocidos por las leyes”. Asimismo, puede constatarse que en la
citada norma se prevé —con rango asimismo constitucional— la responsabilidad penal de
quienes ejerzan de manera irracional las potestades que confiera la legislación en la
persecución de la criminalidad terrorista.
1
Declaración efectuada el 15 de enero de 2006.
8
exigidas por tales circunstancias, previa consulta oficial con el Primer Ministro, los
Presidentes de las Cámaras y el Consejo Constitucional.
Informará de ello a la Nación por medio de un mensaje.
Dichas medidas deberán estar inspiradas por la voluntad de garantizar a los poderes
públicos constitucionales, en el menor plazo, los medios para cumplir su misión. El
Consejo Constitucional será consultado sobre ello.”
Esta formulación, que no emplea el rótulo “terrorismo” y que ha sido diseñada para afrontar
situaciones de crisis institucional, no se refiere a eventos que causen alarma o conmoción
social, y deposita la facultad soberana de decisión respecto de medidas extraordinarias en
los órganos con legitimación democrática. En tal medida, se trata de un modelo que no
confiere potestades exorbitantes por vía constitucional (ni admite aquello por vía legal) a
entidades sometidas a presiones políticas o fácticas.
Por otra parte, no se avizoran buenos argumentos desde la teoría constitucional para incluir
al terrorismo en la carta. El inciso 1º del artículo 9º de la Constitución dispone: “El
terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos”.
Esta declaración resulta sumamente difícil de compatibilizar con una definición elemental
del constitucionalismo comparado, consistente en la consideración de que, primariamente al
menos, es el Estado quien resulta correlativamente obligado por el reconocimiento de los
derechos fundamentales reconocidos a toda persona, que técnicamente tienden a ser
identificados como “derechos humanos” cuando ese reconocimiento adquiere rango
propiamente internacional.
Finalmente, y en relación con inciso final del mismo artículo 9º , que fija el carácter de los
delitos terroristas como delito comunes, y no políticos, cabe concluir que se trata de una
definición a todas luces superflua en atención al desarrollo que al respecto cabe reconocer
en el derecho internacional, así como en el horizonte comparado.
10
“Para los propósitos de extradición o asistencia jurídica mutua, ninguno de los delitos
establecidos en los instrumentos internacionales enumerados en el artículo 22 se considerará
como delito político o delito conexo con un delito político o un delito inspirado por motivos
políticos. En consecuencia, una solicitud de extradición o de asistencia jurídica mutua no
podrá denegarse por la sola razón de que se relaciona con un delito político o con un delito
conexo con un delito político o un delito inspirado por motivos políticos”.
Más allá de la proposición según la cual la regulación del terrorismo no tiene cabida en los
textos constitucionales de las democracias avanzadas, las disposiciones constitucionales
recién mencionadas resultan adicionalmente injustificadas, por las siguientes razones. En lo
relativo a la suspensión del derecho de sufragio por el hecho de hallarse la persona acusada
por delito que la ley califique como conducta terrorista, es notoria una violación de lo
2
Este artículo enumera ocho convenios y dos protocolos acordados entre 1970 y 1999 (todos ratificados por
Chile) que se pronuncian sobre diferentes variantes de la criminalidad terrorista.
11
dispuesto por la Convención Americana de Derechos Humanos, especialmente en su
artículo 8, inciso 2º, que consigna el derecho a la presunción de inocencia en los siguientes
términos: “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”.
“Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: de votar y
ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y
por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores”.
Respecto de estos derechos, la convención solamente admite —en el inciso 2º del artículo
ya citado— su reglamentación, no así su privación, ni siquiera temporal. Y bajo ningún
respecto se puede establecer una sinonimia entre los conceptos de regulación, restricción y
3
Corte IDH. Caso Cantoral Benavides vs. Perú. Fondo. Sentencia del 18 de agosto de 2000, párrafo 119; Caso
Ricardo Canese vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 31 de agosto de 2004, párrafo
153; y Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 26 de noviembre de 2010, párrafo 183.
4
Véase Mañalich, “Pena y ciudadanía”, Revista de Estudios de la Justicia, Nº 6 (2005), pp. 63 ss.
12
privación. Menos aún bajo el amparo de los principios pro homine o favor libertatis,
criterios basales de la interpretación del sistema internacional de derechos humanos.
Finalmente, cabe hacer presente que en contextos en que se encuentran presentes normas
sustantivas similares a las ya citadas orientadas a proteger los derechos políticos pero a
nivel constitucional, órganos de control de constitucionalidad de las leyes (o equivalentes)
se han pronunciado declarando la contravención que de las disposiciones constitucionales
implica la existencia de leyes que privan de los derechos políticos a sujetos condenados.
Tal es el caso, entre otros, de Israel, de Sudáfrica5 y de Canadá6. En el ámbito
supranacional, así se ha pronunciado también la Corte Europea de Derechos Humanos.
5
Casos August (1994) y Nicro (2004)
6
Caso Sauvé (2002)
13
La primera de las disposiciones mencionadas presenta problemas de dos tipos. En primer
lugar, la norma genera suspicacias desde el punto de vista del derecho internacional, pues
tal como lo consigna la Declaración de 2013 del Relator Especial de las Naciones Unidas
sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y libertades fundamentales en
la lucha contra el terrorismo, Ben Emmerson: “El Relator Especial escuchó alegaciones
individuales de imputados Mapuche que decían haber sido torturados o de otros modos
maltratados durante estos períodos extendidos de detención, en un esfuerzo por forzarlos a
firmar una confesión(…) el Relator Especial observa que la intención de los períodos
breves de detención es impedir la tortura y el maltrato de los imputados durante su
interrogatorio”.
Por otra parte, la disposición plantea tensiones notorias de cara al sistema interamericano de
protección de derechos humanos, específicamente en relación con el ya citado artículo 8°
inciso segundo, que consagra el derecho a la presunción de inocencia. Pues una atribución
al juez competente para ampliar el plazo de su privación de libertad hasta por 10 días —
plazo que supera en cinco días el plazo previsto por la regla general de extensión de esta
medida, o seis, si se considera la regulación legal ordinaria7— equivale a un permiso
amplio de restricción del derecho fundamental a la libertad personal en base a meras
intuiciones o simples sospechas, que más bien pareciera estar orientado al aseguramiento de
la persona del sospechoso, necesidades investigativas o, incluso comunicativas preventivo-
generales, todas funciones que cumplen la prisión preventiva y las demás medidas
cautelares personales (artículo 155 CPP), las que sin embargo sólo pueden decretarse una
vez formalizada la investigación y previo debate de las partes acerca de la concurrencia de
sus presupuestos, contándose siempre con la posibilidad del recurso de apelación. Por
consiguiente, la citada disposición pugna de manera frontal con el principio de presunción
de inocencia y el derecho al debido proceso.
Por su parte, el artículo art. 19 N° 7 letra e) dispone que: “La apelación de la resolución que
se pronuncie sobre la libertad del imputado por los delitos a que se refiere el artículo 9°,
será conocida por el tribunal superior que corresponda, integrado exclusivamente por
miembros titulares. La resolución que la apruebe u otorgue requerirá ser acordada por
unanimidad. Mientras dure la libertad, el imputado quedará siempre sometido a las medidas
de vigilancia de la autoridad que la ley contemple”.
7
Cabe destacar, en todo caso, que el legislador estableció un plazo máximo de 24 horas para poner al
detenido a disposición del tribunal en caso de delito flagrante (art. 132, inciso 2° CPP). Por otro lado, en la
audiencia judicial, el fiscal debe formalizar al detenido o solicitar ampliación de plazo hasta por tres días,
“con el fin de preparar su presentación” (art. 132, inciso 2° in fine). Esto es, el legislador restringió aún más
los plazos máximos previstos en la Constitución, de modo que, incluso con ampliación del plazo de
detención, ella no puede prolongarse más allá de tres días.
14
Esta disposición motiva objeciones jurídicas similares a las mencionadas respecto de la
disposición antes analizada. En efecto, considerando la presencia en el ordenamiento
jurídico nacional de delitos de igual o mayor magnitud de gravedad, no se divisa razón para
vincular semejante régimen de excepción a esta clase de ilícitos. Pues en virtud del
principio que obliga a tratar al imputado como inocente, la libertad individual durante el
desarrollo de la investigación y el proceso penal es la regla general según la Constitución
vigente, y si se decretan medidas cautelares personales ellas deben ser resueltas teniendo en
consideración las razones y fundamentos concretos que así lo aconsejan. Del mismo modo,
la exigencia de unanimidad para la adopción de una resolución favorable al apelante, así
como el requisito del carácter de miembros titulares de los integrantes del tribunal que
conozca de la apelación de la resolución que se pronuncie sobre la libertad de un imputado
por delito terrorista no resulta susceptible de ser suficientemente fundamentada. Del mismo
modo, la restricción de derechos que supone una medida de vigilancia durante todo el
procedimiento, sin posibilidad de controvertir su procedencia o fundamento, no hace más
que consolidar el estatus de peligrosidad que adquiere tan pronto es sindicado como
sospechoso de un delito terrorista. Como es evidente, todo lo dicho concreta una
contravención a lo dispuesto por el artículo 24 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, que obliga a los Estados a respetar el derecho a la igualdad ante la ley y prohíbe
las discriminaciones arbitrarias en todos los niveles de los ordenamientos jurídicos internos.
5.3. Propuesta
Suprímase la frase “y hasta por diez días, en el caso que se investigaren hechos calificados
por la ley como conductas terroristas”, contenida en la parte final del último inciso del
literal c) del artículo 19 N° 7 de la Constitución Política de la República.
15
6. ASPECTOS SUSTANTIVOS. DESCRIPCIÓN DE TIPOS PENALES VIGENTES Y ANÁLISIS
COMPARATIVO DE MODELOS REGULATIVOS. FUNDAMENTACIÓN DEL MODELO
REGULATIVO PROPUESTO
En su versión actual, la Ley N° 18.314 sanciona como delitos terroristas aquellos delitos
incluidos en el catálogo del art. 2° siempre que, en los términos del art. 1°, ellos sean
cometidos “con la finalidad de producir en la población o en una parte de ella el temor
justificado de ser víctimas de delitos de una misma especie, sea por la naturaleza y efectos
de los medios empleados, sea por la evidencia de que obedece a un plan premeditado de
atentar contra una categoría o grupo determinado de personas, sea porque se cometa por
arrancar o inhibir resoluciones de la autoridad o imponerle exigencias”. Esta configuración
típica da lugar a serios problemas en la aplicación de las normas en cuestión, ante todo por
la inequívoca “psicologización” de la noción de terrorismo que ella supone.
Adicionalmente, la Ley 18.314 tipifica, en el inc. final de su art. 3º, un delito de asociación
ilícita terrorista; en el inc. 2º de su art. 7º, un delito de amenaza terrorista; y un delito de
financiamiento del terrorismo, en su art. 8º.
8
Para una detallada fundamentación de tal orientación, véase Cancio, Los delitos de terrorismo: estructura
típica e injusto, 2010, pp. 85 ss., 154 ss.
16
vigente. Con ello, la propuesta reconoce ya en la denominación de la nueva forma básica de
organización punible una síntesis del particular fundamento de esa punibilidad autónoma.
Así, la asociación criminal ha de ser criminal, técnicamente, en un doble sentido: por un
lado, en cuanto a su propio estatus como hecho punible, el cual queda asociado a la
categoría de “crimen” en el sentido del art. 3º del Código Penal; y por otro lado, en cuanto a
los hechos punibles cuya perpetración constituye el objetivo cuya persecución convierte a
la organización en cuestión en específicamente criminal, hechos punibles que a su vez han
de ser constitutivos de crímenes en el mismo sentido.
17
6.3. La especificidad de la organización criminal terrorista
9
Artículos 1° y 2° de la Ley N° 18.314 y 391 y siguientes del Anteproyecto de Código Penal Chileno de 2005.
Esta opción de la ley y de la propuesta han sido criticadas por la doctrina especializada: puede verse, por
todos, Villegas “Los delitos de terrorismo en el Anteproyecto de Código Penal”, en vol. 2 (2006), Política
Criminal, pp. 15 ss.; destacando el carácter organizacional del terrorismo, también por todos, Carnevali, “El
derecho penal ante el terrorismo. Hacia un modelo punitivo particular y sobre el tratamiento de la tortura”,
en vol. XXXV (2010), Rev. Derecho PUCV, p. 122. Ambos con referencias. La sola idea de un terrorismo
individual ha sido catalogada como una contradictio in adjecto (en relación con la incorporación de un nuevo
artículo 577 al Código Penal español): Gimbernat, Ensayos penales, 1999, p. 84.
10
§§ 129a y 129b StGB, artículos 270 y siguientes del Código Penal italiano, artículos 571 y siguientes del
Código Penal español, respectivamente. En este último caso debe agregarse la incorporación del muy
criticado artículo 577, que incluye una figura de terrorismo individual, que en todo caso contempla una
solución penológica de agravación dentro del marco respecto de los delitos comunes (y cuya aplicación
práctica ha sido particularmente irrelevante). Similar es el caso de Francia, cuyo Código Penal (artículos 421-
1 y siguientes) contempla como hipótesis básica, la asociativa, pero contempla también un caso de
terrorismo individual. La situación regulativa en Estados Unidos se ha vuelto especialmente incomparable
con la tradición europea continental de la cual somos herederos a partir de las modificaciones a los §§ 2331
y 2332b del Título 18 del Código Penal introducidas por las actas patrióticas. Algo similar ocurre en el Reino
Unido: a partir de 2005 se contempla una hipótesis excepcional de terrorismo individual.
11
Artículo 591, del § 4 del Título XV del Libro II, justamente a continuación de la regulación de la asociación
ilícita (§ 3).
12
Por todos, en España, Lamarca, El tratamiento jurídico del terrorismo, 1985, p. 90, Asúa, “El discurso del
enemigo y su infiltración en el derecho penal”, en Cancio y Gómez-Jara: El discurso penal de la exclusión, vol.
1, 2006, pp. 248 ss. y Cancio, “Sentido y límites de los delitos de terrorismo”, en García, Cuerda, Martínez,
Alcácer y Valle: Estudios en homenaje a Enrique Gimbernat, 2008, pp. 1882 ss.; en Italia, Pignatelli, “Natura
del terrorismo e repressione penale”, en La magistratura di fronte al terrorismo e all’eversione de sinistra,
1982, pp. 22 ss., 252 , Viganò, “La lucha contra el terrorismo de matriz islámica a través del derecho penal:
la experiencia italiana, en vol. 3 (2007), PolíticaCriminal, pp. 18 ss. y, en general, las referencias contenidas
en Carnevali, “El derecho penal ante el terrorismo. Hacia un modelo punitivo particular y sobre el
tratamiento de la tortura”, en vol. XXXV (2010), Rev. Derecho PUCV, pp. 121 ss.; en Alemania, comentando la
regulación, con múltiples referencias, Miebach/Schäfer, en Joecks y Miebach: Münchener Kommentar zum
Strafgesetzbuch, 2005, §§ 129a y 129b; en Francia, Levasseur, “Les aspects répressifs du terrorisme
international”, en Guillaume y Levasseur: Terrorisme international, 1977, pp. 59 ss.
18
La concreta estructura del injusto autónomo de la asociación criminal terrorista descansa en
la combinación de tres componentes: un elemento estructural, definido por la exigencia de
que la asociación exhiba el carácter de una organización criminal en el sentido ya indicado;
un elemento instrumental, asociado al espectro de crímenes cuya perpetración se proyecta
hacia la realización de la finalidad última perseguida por la organización; y un elemento
teleológico, que especifica en qué ha de consistir esta finalidad última, la cual se ve
disyuntivamente formulada. Así se obtiene una descripción con capacidad de clarificación y
demarcación de los presupuestos materiales de la existencia de una organización
específicamente constitutiva de asociación criminal terrorista13.
13
Las dificultades de lograr estos objetivos, empero, son enormes: Fletcher, “The Indefinable Concept of
Terrorism”, Journal of International Criminal Justice, vol. 4 (2006), pp. 894 ss. Desde una perspectiva
legislativa, la cuestión central radica, dada la complejidad del problema, en decantarse en los márgenes por
mayores riesgos de sobreinclusión o de subinclusión. Esta propuesta se construye sobre el entendido que
este segundo es un riesgo de una entidad muy inferior a la del primero, máxime cuando el delito terrorista
se concibe como un caso especial del delito de asociación criminal, que operará por tanto como tipo de
recogida de los casos no cubiertos por la regla terrorista.
14
Sobre esto, Cancio, op. cit. (2008), pp. 190 ss. y Lamarca, op. cit, pp. 87 ss..
19
reconocibles en el contexto del derecho internacional15, la propuesta formula el
correspondiente elemento teleológico como consistente en la finalidad o bien de socavar las
bases mismas del orden democrático constitucional o imponer exigencias a la autoridad
política o arrancar decisiones de ésta, o bien de someter o desmoralizar a la población
infundiendo temor generalizado16.
Tal como sucede con la asociación criminal en general, la propuesta incorpora un principio
de penalización autónoma de la asociación criminal terrorista. Esta definición no sólo
implica la autosuficiencia de la tipificación de la asociación criminal terrorista como título
de punibilidad, enteramente desvinculado de la contingencia de que efectivamente lleguen a
perpetrarse uno o más crímenes de aquellos proyectados por ella, sino también el
reconocimiento de la relación de auténtico concurso entre la asociación criminal terrorista
como tal y cualesquiera hechos punibles perpetrados por uno o más miembros de la
organización en el marco de la implementación de su agenda criminal. Así también, se
propone un régimen penológico diferenciado para los integrantes de la asociación, según se
trate o no de miembros fundadores.
15
Véase sólo Ambos y Timmermann, “Terrorism and Customary International Law”, en Saul: Research
Handbook on International Law and Terrorism, 2014, pp. 27 ss., 34 ss., con copiosas referencias ulteriores.
16
Viganò, op. cit., p. 18 interpreta la producción de temor en clave de afectación de la aspiración de vivir en
un mundo libre de terror recogida en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
20
6.4. La reivindicación territorial legítima bajo el derecho internacional como criterio
de exclusión del carácter terrorista de una organización
A diferencia de la regla del Código Penal alemán, empero, la disposición que hace suya la
propuesta de esta comisión se encuentra exclusivamente referida a la demarcación del
ámbito de la asociación terrorista como especie calificada de asociación criminal, y no al
ámbito típico de la asociación criminal en general19. En su efecto excluyente, la regla
pretende ser puramente declarativa, en el sentido de hacer explícito que una organización
de personas que persigue esa finalidad de reivindicación legítima, y no otra, en ningún caso
puede resultar subsumible bajo el tipo de la asociación criminal terrorista. Técnicamente, la
regla incorpora una cláusula de remisión dinámica al derecho internacional. Bajo su actual
estado de desarrollo, empero, es posible constatar que el Convenio 169 de la OIT, ratificado
por el Estado de Chile, reconoce a los pueblos indígenas y tribales derechos especiales de
17
Que ello no supone vincular la categoría del terrorismo con la del así llamado “delito político”, es
concluyentemente demostrado por Cancio, op. cit. (2010), pp. 136 ss., 192 ss.
18
Véase al respecto Ostendorf, en Kindhäuser, Neumann Paeffgen: Nomos Kommentar zum StGB, 4ª ed.,
2013, § 129, n.m. 24; también Tröndle-Fischer (2006), § 129. n.m. 18 s.
19
En la literatura alemana se discute si el “privilegio para los partidos” establecido en el apartado 2 del § 129
se extiende al ámbito de la asociación terrorista; véase sólo Tröndle y Fischer, Strafgesetzbuch, 2006, §
129a, n.m. 19.
21
“propiedad y posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan”20, imponiendo
además a cada Estado parte la obligación de instituir “procedimientos adecuados en el
marco del sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras
formuladas por los pueblos interesados”21.
De este modo, la regulación propuesta pretende contribuir a que el Estado de Chile ajuste
su ordenamiento jurídico a los estándares internacionales a los cuales debe someterse su
actividad de persecución y penalización del terrorismo, de modo tal que se vea aminorado
el riesgo de arbitrariedad y discriminación en la aplicación de una regulación que fija
parámetros de reacción penal particularmente enérgicos para una forma de criminalidad que
reviste especial gravedad.
20
Art. 14.1.
21
Art. 14.3.
22
Promulgado por decreto Nº 519, de 6 de febrero de 2002.
22
finalidad cuya persecución puede convertir a una organización en una asociación criminal
terrorista.
Se propone incorporar una regulación que permita dar cuenta de la figura conocida en el
marco del derecho comparado como “entrampamiento” (entrapment)23. Si su tematización
en dicho horizonte es ubicua24, esta Comisión propone su inclusión dentro del catálogo de
circunstancias que determinan la exención de responsabilidad penal (artículo 10 del Código
Penal).
23
Puede verse el § 2.13 MPC y el artículo 31 del Código Penal de Puerto Rico. La institución también se
contempla en el Proyecto de Código Penal enviado en el año 2014 al Congreso Nacional por el entonces
Presidente de la República Sebastián Piñera, en el artículo 32.
24
El MPC lo trata bajo los principios generales de la punibilidad, y no como una hipótesis fundante de alguna
defensa por justificación o como excluyente de culpabilidad (la Corte Suprema ha precisado los contornos de
una defensa de entrampamiento: Jacobson v. US (1992) 112 S. Ct., pp. 1535 y ss. El Código Penal de Puerto
Rico, a su turno, la contempla dentro de las causas de exclusión de responsabilidad penal. En el Proyecto de
Código Penal de 2014, por último, se regula como un supuesto específico de tentativa no punible por
imposibilidad de consumación.
25
De esta forma, aunque parcialmente, se resuelve la problemática del entrampamiento privado,
conectándolo indefectiblemente a un acuerdo con la autoridad. Sobre esto, Hofmeyr, “The problem of
private entrapment”, en vol. 4 (2006), Criminal Law Review, pp. 319 ss.
26
Así, Ashworth/Horder, Principles of criminal law, 2013, p. 224.
23
entrampamiento27, bajo un esquema escalonado que combina su fundamento con su
presupuesto operativo.
6.7. Propuesta
Código Penal
Art. 292. Toda asociación que tenga por finalidad la perpetración de hechos constitutivos
de crímenes importa un delito que existe por el solo hecho de encontrarse efectivamente
organizada.
Para los efectos de lo dispuesto en el inciso precedente, la asociación se entenderá
efectivamente organizada en atención a la cantidad de sus miembros, su dotación de
recursos y medios, así como su capacidad de planificación e incidencia sostenida en el
tiempo.
Art. 293. El integrante que hubiere fundado o contribuido a fundar una organización
comprendida en el artículo anterior, será castigado con la pena de presidio mayor en sus
grados mínimo a medio.
El que activamente integrare una organización comprendida en el artículo anterior,
sin resultarle aplicable lo dispuesto en el inciso precedente, será castigado con la pena de
presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo.
27
Superándose así problemas como los derivados de la contraposición entre Jacobson v. US (1992) y People
v. Calvano (1972). Para revisar la evolución jurisprudencial y las principales aristas de la institución,
Dubber/Kelman, American criminal law: cases, statutes, and comments, 2005, pp. 611 ss., 618 ss.
28
El art. art. 150A tipifica los apremios ilegítimos por funcionario público; el art. 315, el envenenamiento y la
infección de comestibles o bebidas destinadas al consumo público; el art. 316, la diseminación de gérmenes
patógenos con la finalidad de producir alguna enfermedad; el art. 391, el homicidio; el art. 395, la
24
democrático o imponer exigencias a la autoridad política o arrancar decisiones de ésta, o
someter o desmoralizar a la población infundiendo temor generalizado.
En ningún caso será constitutiva de asociación criminal terrorista una
organización que persiguiere una reivindicación territorial cuya legitimidad fuere
reconocida por el derecho internacional.
Art. 294 bis. El integrante que hubiere fundado o contribuido a fundar una organización
comprendida en el artículo anterior, será castigado con la pena de presidio mayor en sus
grados medio a máximo.
El que activamente integrare una organización comprendida en el artículo anterior,
sin resultarle aplicable lo dispuesto en el inciso precedente, será castigado con la pena de
presidio mayor en sus grados mínimos a medio.
Art. 294 ter. Las penas establecidas en los artículos 293 y 294 bis serán impuestas sin
perjuicio de las que correspondiere imponer por uno o más crímenes efectivamente
perpetrados por uno o más integrantes de la organización.
Cuando la asociación criminal o la asociación criminal terrorista se hubiere
formado a través de una persona jurídica, se impondrá además, como consecuencia
accesoria a la pena impuesta sobre los responsables individuales, la disolución o la
cancelación de la personalidad jurídica.
Art. 294 quáter. El que directa o indirectamente solicitare, recaudare o proveyere fondos
destinados al financiamiento de una organización comprendida en el artículo 294, y
siempre que no que le resultare aplicable lo dispuesto en el art. 294 bis, será castigado con
la pena de presidio menor en su grado medio a presidio mayor en su grado mínimo.
403 ter. El que instalare, activare, o hiciere detonar, una bomba o artefacto explosivo, en
cualquier lugar de uso público, redes de transporte público, instalaciones del Estado o
instalaciones de infraestructura, entendiéndose por estas últimas toda propiedad pública o
privada que se utilice para prestar o distribuir servicios al público tales como,
abastecimiento de aguas, alcantarillado, energía, combustible o comunicaciones, y que
pudieren afectar la vida o la integridad corporal de las personas será castigado con
presidio mayor en su grado mínimo a medio.
castración; el art. 396, la mutilación; los arts. 397 y 398, la lesión corporal grave; el (nuevo) art. 403 ter, la
instalación, activación o detonación de una bomba o artefacto explosivo.
25
A su respecto tampoco serán aplicables las diligencias y medidas especiales de
investigación establecidas en el párrafo 3º bis del Título I del Libro II del Código Procesal
Penal.
26
policial, tanto en el ámbito de la investigación ordinaria como en técnicas especiales, y una
mayor capacitación criminalística de los fiscales a fin de posibilitar la dirección técnica
sobre los funcionarios policiales y la traducción efectiva de los resultados de la
investigación en el procedimiento penal.
Por ello, el artículo 226 bis propuesto delimita el ámbito de su aplicación a la investigación
de los delitos de asociación criminal y asociación criminal terrorista, y los delitos
cometidos por tales asociaciones; así como los delitos de financiamiento del terrorismo y
otros crímenes análogamente graves cuya persecución ya lleva aparejadas, bajo el derecho
vigente, tales medidas especiales de investigación. La enunciación taxativa que se propone
no sólo respeta el principio de legalidad, evitando cláusulas ambiguas que dejen al arbitrio
del tribunal su procedencia, sino que además se corresponde con la opción legislativa de
29
Ver arts. 448 bis y ss. del Código Penal.
28
Estados que han tenido y tienen una vasta experiencia en materia de criminalidad
organizada y, específicamente de terrorismo, como es, por ejemplo, el caso español.
Por su parte, el § 110 a) de la Ordenanza Procesal Penal alemana regula la actuación del
agente encubierto, que sólo puede ser un funcionario policial, cuando haya indicios
suficientes de que se ha cometido un delito de importancia considerable en el ámbito del
tráfico ilícito de drogas o estupefacientes, de armas, de falsificación de dinero u otros
valores, en el ámbito de la protección estatal, cometido de modo profesional o habitual, o
por un miembro de una banda o una organización.
30
Artículo 282 bis LEC: 1. A los fines previstos en el artículo anterior y cuando se trate de investigaciones que
afecten a actividades propias de la delincuencia organizada, el Juez de Instrucción competente o el
Ministerio Fiscal dando cuenta inmediata al Juez, podrán autorizar a funcionarios de la Policía Judicial,
mediante resolución fundada y teniendo en cuenta su necesidad a los fines de la investigación, a actuar bajo
identidad supuesta y a adquirir y transportar los objetos, efectos e instrumentos del delito y diferir la
incautación de los mismos. La identidad supuesta será otorgada por el Ministerio del Interior por el plazo de
seis meses prorrogables por períodos de igual duración, quedando legítimamente habilitados para actuar en
todo lo relacionado con la investigación concreta y a participar en el tráfico jurídico y social bajo tal
identidad. La resolución por la que se acuerde deberá consignar el nombre verdadero del agente y la
identidad supuesta con la que actuará en el caso concreto. La resolución será reservada y deberá
conservarse fuera de las actuaciones con la debida seguridad. La información que vaya obteniendo el agente
encubierto deberá ser puesta a la mayor brevedad posible en conocimiento de quien autorizó la
investigación. Asimismo, dicha información deberá aportarse al proceso en su integridad y se valorará en
conciencia por el órgano judicial competente.
29
introduce una norma de revisión de la prisión preventiva más exigente que la general,
teniendo en cuenta el riesgo de sobrevaloración de la calificación del delito en la decisión al
respecto.
Asimismo, se eliminan las reglas especiales en cuanto al plazo para llevar al detenido a
presencia judicial, sin perjuicio de permitirse una mayor ampliación del plazo para
formalizar la investigación.
Por otra parte, se contempla un plazo de investigación más amplio, pero que empieza a
correr desde la judicialización del procedimiento, y no desde la formalización de la
investigación. Esto, porque la regla general tratándose de presuntos delitos de los aquí
comprendidos será la solicitud de intensas medidas intrusivas sin conocimiento del afectado
que, a su vez, pueden ser renovadas sucesivamente. Por consiguiente, y como modo de
compensar el detrimento en las garantías del imputado, se propone que el plazo se cuente
desde que se practique la primera autorización judicial en la causa o desde la interposición
de querella invocándose alguno de los delitos que autorizan la posibilidad de aplicación de
este estatuto procesal especial, pues la formalización podría dilatarse en exceso para
prolongar indebidamente la privación de conocimiento al afectado de los resultados de tales
medidas. La existencia de este plazo y el control judicial obligarán al ministerio público a
sincerar, a través de la formalización, la continuación del procedimiento por delito terrorista
(u otro del art. 226 bis) o por un delito común que haya sido indebidamente investigado por
30
esta vía, con las limitaciones que esta regulación prevé para tales casos (imposibilidad de
utilizar la evidencia obtenida, por ejemplo).
La regla del inciso final del art. 226 tevicies tiene por finalidad limitar el reconocimiento de
la atenuante a casos de cooperación que haya resultado realmente eficaz y no para el
aprovechamiento estratégico del MP para la aplicación de una pena menor, menos cuando
se ha seguido un procedimiento por delitos graves como éstos.
7.3. Propuesta
31
de libre acceso al público cuando ello fuere conducente al esclarecimiento de los hechos.
Regirán, en lo pertinente, las disposiciones de los artículos 222 a 225.
Artículo 226 bis. Ámbito de aplicación. Las disposiciones de este título serán aplicables a
la investigación de los delitos de asociación criminal previstos en el párrafo X del Título VI
del Libro II del Código Penal, los crímenes contemplados en la Ley Nº 20.000, el delito de
lavado de activos contenido en la Ley Nº 19.913, los delitos contenidos en la Ley 12.927,
sobre seguridad del Estado, y los delitos contemplados en los artículos 366 quinquies,
367, 367 ter, 374 bis, inciso primero, 411 bis, 411 ter y 411 sexies del Código Penal.
En ningún caso podrá fundarse una condena por algún delito diferente de aquellos
comprendidos en el inciso precedente en medios de prueba obtenidos en conformidad con
las disposiciones de este párrafo.
No procederán, en estos delitos, la suspensión condicional del procedimiento ni los
acuerdos reparatorios.
Artículo 226 ter. Utilización medios de prueba. Los antecedentes o evidencia obtenidos
mediante la aplicación de las facultades previstas en este párrafo y que resultaren
irrelevantes para el procedimiento serán entregados o devueltos en su oportunidad a las
personas afectadas y se destruirá todo registro, transcripción o copia de ellos por el
Ministerio Público.
Lo prescrito en el inciso precedente no regirá respecto de aquellos antecedentes o
evidencia que pudieren ser útiles o relevantes para otros procedimientos seguidos por
hechos en cuya investigación fueren también aplicables las disposiciones de este párrafo.
Los resultados de las diligencias o medidas intrusivas establecidas en el presente párrafo
no podrán ser utilizados como medios de prueba en el procedimiento cuando ellas
hubieren sido obtenidas fuera de los casos o sin haberse cumplido los requisitos que
autorizan su procedencia.
Artículo 226 quáter. Inicio del procedimiento. Las investigaciones a que dieren lugar los
delitos contenidos en el artículo 226 bis se iniciarán de oficio por el Ministerio Público,
por denuncia o querella, conforme a las reglas generales. Sin perjuicio de lo anterior,
también podrán iniciarse por querella del Ministerio del Interior los delitos de asociación
criminal terrorista, financiamiento del terrorismo y de seguridad del Estado.
33
Artículo 226 octies. Medidas intrusivas referidas a las comunicaciones, imágenes y
sonidos. Las medidas de retención e incautación de correspondencia, obtención de copias
de comunicaciones o transmisiones, de interceptación y grabación de comunicaciones
telefónicas, de conversaciones o imágenes obtenidos en lugares cerrados o que no sean de
libre acceso al público se regirán por las reglas generales, excepto lo dispuesto en el
inciso cuarto del artículo 222, en cuanto a indicar el nombre y dirección del afectado por
la medida, siendo suficiente consignar la información circunstanciada que permita su
individualización o determinación.
La disposición anterior no regirá para los efectos del artículo 226 septies, debiendo
consignarse en el registro el nombre y dirección afectado por la medida o los datos que
permitan su individualización y, en su caso, los lugares de la vivienda o edificio afectados
por la medida y el medio utilizado para la captación de imágenes o la grabación de
sonidos, con la descripción que permita su identificación.
Artículo 226 nonies. Agente encubierto y agente revelador. Cuando existieren fundadas
sospechas, basadas en hechos determinados, de que una o más personas hubieren
cometido o participado en la preparación o comisión, o que ellas prepararen actualmente
la comisión o participación en un hecho constitutivo de alguno de los delitos contenidos en
el artículo 226 bis, el juez de garantía, a petición del Ministerio Público, podrá autorizar a
funcionarios policiales determinados para que se desempeñen como agentes encubiertos o
agentes reveladores. Asimismo, se podrá autorizar su empleo cuando, en base a hechos o
antecedentes determinados, exista peligro de repetición de los mismos delitos y otros
medios de investigación hubieren resultado ineficaces o insuficientes.
Agente encubierto es el funcionario policial que oculta su identidad oficial y se
involucra o introduce en las organizaciones delictivas o en meras asociaciones o
agrupaciones con propósitos delictivos, con el objetivo de identificar a los participantes,
reunir información y recoger antecedentes necesarios para la investigación. El agente
encubierto podrá tener una historia ficticia. La Dirección Nacional del Servicio de
Registro Civil e Identificación deberá otorgar los medios necesarios para la oportuna y
debida materialización de ésta.
Agente revelador es el funcionario policial que simula requerir de otro la ejecución
de una conducta delictiva con el propósito de lograr la concreción de los propósitos
delictivos de éste.
La orden judicial deberá circunscribir el ámbito de actuación de los agentes en
conformidad a los antecedentes y el delito o los delitos invocados en la solicitud
correspondiente. Asimismo expresará la duración de la autorización, que no podrá exceder
de sesenta días, pudiendo prorrogarse por períodos de hasta igual duración, para lo cual
el tribunal deberá examinar cada vez la concurrencia de los requisitos que hacen
procedente esta medida.
El agente encubierto y el agente revelador estarán exentos de responsabilidad
criminal por aquellos delitos en que deban incurrir o que no hayan podido impedir,
34
siempre y cuando ellos se hayan cometido en el marco de la autorización judicial
respectiva.
Artículo 226 decies. Entregas vigiladas. Cuando existieren fundadas sospechas, basadas en
hechos determinados, de que una o más personas hubieren cometido o participado en la
preparación o comisión, o que ellas prepararen actualmente la comisión o participación en
un hecho constitutivo de algún crimen de la Ley 20.000, del delito de lavado de dinero, de
la Ley 12.927, de seguridad del estado o de alguno de los delitos contenidos en los
artículos 366 quinquies, 367, 367 ter y 374 bis del Código Penal, el juez de garantía, a
petición del Ministerio Público, podrá autorizar que los instrumentos que hubieren servido
o pudieren servir para la comisión de alguno de los delitos indicados en este inciso, los
efectos y objetos del mismo se trasladen, guarden o intercepten o que circulen dentro del
territorio nacional, salgan de él o entren en él, bajo la vigilancia o el control de la
autoridad correspondiente, cuando se presuma fundadamente que tal procedimiento
facilitará la identificación de los miembros de la asociación criminal o de quienes
participen en alguno de los delitos señalados en este inciso, conocer sus planes y
comprobarlos.
El Ministerio Público podrá disponer en cualquier momento la suspensión de la
entrega vigilada o controlada y solicitar al juez de garantía que autorice la detención de
los partícipes y la incautación de los instrumentos o efectos del delito, si las diligencias
llegaren a poner en peligro la vida o integridad de los funcionarios o agentes encubiertos
que intervengan en la operación, la recolección de antecedentes importantes para la
investigación o el aseguramiento de los partícipes. Lo anterior es sin perjuicio de que, si
surgiere ese peligro durante las diligencias, los funcionarios policiales encargados de la
entrega vigilada apliquen las normas sobre detención en casos de flagrancia.
Cuando los instrumentos, efectos u objetos se encuentren en zonas sujetas a la
potestad aduanera, el Servicio Nacional de Aduanas observará las instrucciones que
imparta el Ministerio Público para los efectos de aplicar esta técnica de investigación.
El Ministerio Público deberá adoptar todas las medidas necesarias para vigilar las
especies y bienes a que se alude en el inciso primero, como, asimismo, para proteger a
todos los que participen en la operación. La identidad de tales personas deberá ser
registrada en conformidad a lo dispuesto en el artículo 226 septies. Asimismo, deberá
constar en dicho registro la identidad del fiscal o autoridad del Ministerio Público que
hubiera solicitado la autorización a que se refiere el inciso primero, su fundamento y el
origen de las especies utilizadas en el procedimiento.
Cuando la entrega vigilada o controlada deba practicarse total o parcialmente en
territorio extranjero, ella se se ajustará lo dispuesto en los acuerdos o tratados
internacionales.
Artículo 226 undecies. Los funcionarios policiales, agentes encubiertos y reveladores que
ejecuten las medidas o actuaciones a que se refieren los dos artículos precedentes fuera del
35
objeto o límites impuestos por el mandamiento judicial respectivo serán sancionados,
además de las penas que corresponda por los delitos cometidos, a la pena de inhabilitación
absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos. Igual pena se impondrá al fiscal del
ministerio público o funcionario policial que hubiere tenido conocimiento de los delitos
cometidos por aquéllos y no los hubiere denunciado en un tiempo próximo e inmediato a
dicho conocimiento, sin perjuicio de las sanciones administrativas que correspondan.
36
Artículo 226 quáterdecies. Plazo especial de formalización tras la detención. El control de
la detención en los delitos del artículo 226 bis se someterá a las reglas generales pero el
plazo para efectuar la formalización de la investigación contemplado en el inciso segundo
del artículo 132 podrá ser ampliado por el juez de garantía hasta por el término de cinco
días, cuando el fiscal así lo solicite, por ser conducente para el éxito de diligencias
precisas y determinadas.
La ampliación de este plazo sólo se podrá solicitar en la primera audiencia a la que
debe presentarse el detenido, la que podrá verificarse con exclusión de la publicidad, con
la sola comparecencia de los intervinientes.
En la misma resolución que ampliare el plazo, el juez de garantía ordenará que el
detenido ingrese en un recinto penitenciario y que sea examinado por el médico que el juez
designe, el cual deberá practicar el examen e informar al tribunal el mismo día de la
resolución. El nombramiento en ningún caso podrá recaer en un funcionario del
organismo policial que hubiere efectuado la detención o en cuyo poder se encontrare el
detenido.
La negligencia grave del juez en la debida protección del detenido será
considerada como infracción a sus deberes, de acuerdo con el artículo 324 del Código
Orgánico de Tribunales.
37
Artículo 266 septdecies. Protección de testigos y peritos por parte del Ministerio Público.
Sin perjuicio de las reglas generales, en cualquier etapa del procedimiento, cuando el
Ministerio Público estimare que por las circunstancias del caso existe riesgo o peligro
grave para la vida o la integridad física de un testigo o de un perito o de un agente
encubierto o revelador y de quienes hayan colaborado eficazmente en el procedimiento,
como asimismo de su cónyuge, ascendientes, descendientes, hermanos u otras personas a
quienes se hallaren ligados por relaciones de afecto, dispondrá, de oficio o a petición de
parte, las medidas especiales de protección que resulten adecuadas.
Para proteger la identidad de los que intervengan en el procedimiento, su
domicilio, profesión y lugar de trabajo, el fiscal podrá, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 226 septies, aplicar medidas tales como:
a) Que no consten en los registros de las diligencias que se practiquen su nombre,
apellidos, profesión u oficio, domicilio, lugar de trabajo, ni cualquier otro dato que
pudiera servir para la identificación de los mismos, pudiéndose utilizar una clave, nombre
supuesto u otro mecanismo de verificación, para esos efectos;
b) Que su domicilio sea fijado, para efectos de notificaciones y citaciones, en la
sede de la fiscalía o del tribunal, debiendo el órgano interviniente hacerlas llegar
reservadamente a su destinatario, y
c) Que las diligencias que tengan lugar durante el curso de la investigación, a las
cuales deba comparecer el testigo o perito protegido, se realicen en un lugar distinto de
aquél donde funciona la fiscalía y de cuya ubicación no se dejará constancia en el registro
respectivo.
Cualquiera de los intervinientes podrá solicitar al juez de garantía la revisión de
las medidas resueltas por el Ministerio Público, quien deberá ponderar, para su
alzamiento o cancelación, el lapso de duración de la medida y el grado de afectación del
derecho de defensa del imputado. No obstante, la duración de la reserva a que se refiere
este artículo en ningún caso podrá exceder de seis meses desde la fecha de la primera
declaración del testigo o perito protegido. Siempre cesará la reserva una vez cerrada la
investigación.
La infracción de las medidas previstas en este artículo que determine o permita el
conocimiento o divulgación de la información referida a testigos o peritos protegidos será
sancionada con las penas previstas en el artículo 226 septies.
Artículo 226 vicies. Declaración judicial de agentes encubiertos y agentes reveladores. Sin
perjuicio de las medidas de protección previstas en este párrafo, la declaración judicial de
agentes encubiertos y de agentes reveladores estará sujeta a la autorización previa de la
autoridad a la que pertenecen.
La ausencia de declaración sólo podrá suplirse en los casos y formas previstos en
el artículo 331.
40
Se entiende por cooperación eficaz el suministro de datos o informaciones precisos,
verídicos y comprobables que contribuyan necesariamente a los fines señalados en el
inciso precedente.
Acogida esta atenuante, el tribunal podrá reducir la pena hasta en dos grados. No
obstante, este efecto no se producirá si el Ministerio Público la invoca con el solo
propósito de permitir el procedimiento abreviado. El tribunal deberá verificar los
antecedentes que sustentan la solicitud de su aplicación, pudiendo rechazarla si estima que
son insuficientes, Esta resolución será apelable.
8. DISIDENCIAS
41
responsabilidad”, o bien, otorgando la posibilidad que el Tribunal pueda atenuar la pena
bajo una especial formulación.
32
Braum, Stefan. La investigación encubierta como característica del proceso penal autoritario, en la Insostenible
situación del derecho penal, Comares, Granada, 2000, pp. 4-24.
33
Ídem, p. 12
42
inconveniente. En relación con lo segundo, considero que la regla propuesta es
injustificada. Si con ella se persigue evitar el riesgo de que su aplicación limite
inconvenientemente la legítima actividad política, esto parece del todo excluido atendida la
gravedad de los presupuestos de aplicación del tipo calificado de asociación criminal
terrorista, toda vez que no se trata de una zona limítrofe entre actividad política y pequeña
delincuencia asociada a la misma. Si se quiere evitar una posible aplicación discriminatoria
del tipo calificado, entonces debería redoblarse el esfuerzo por formularlo en unos términos
que la impidan, en tanto que si esto no es suficiente, entonces se trata de un problema que
está más allá de las posibilidades de la ley penal y que debe resolverse en otro plano.
Estimo que como fin cuya persecución convierte a una organización en punible debe
figurar la perpetración de ciertos simples delitos, tales como los delitos de cohecho,
soborno y fraude al Fisco, así como en general los delitos económicos.
43