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Tema 1.

El desarrollo local en la sociedad global: hacia un modelo “glocal”,


sistémico y sostenible
En la 2ª mitad S. XX se habla de problemas medioambientales (agua, pobreza…), hoy (mundo global,
todo/s interconectados) afectan a toda la Humanidad.

 La problemática ambiental contemporánea: una cuestión transnacional

Interpretar la problemática ambiental 1.identificar sus causas y 2.descubrir modelos de utilización


de recursos y formas de relación entre humanos que subyacen a la crisis. 1 y 2 se reconocen en el
contexto global y reaparecen en los contextos regionales y locales. Solo con acuerdos globales es
posible hacer frente a sus consecuencias. Estos cuerdos globales, en sus estrategias, se deben
contemplar en su aplicación: especificidades, riesgos, potencialidades y límites de cada uno de los
sistemas regionales y locales.

o El análisis «glocal», clave para la interpretación

“Glocal”: Síntesis entre análisis macroscópico pero que tiene como instrumento básico el
microscopio. Análisis de la realidad para comprenderla y planificar actuaciones sobre ella. Analizar un
mundo que es un sistema articulado de subsistemas que se relacionan y condicionan recíprocamente.
Ser “glocales” no es una elección (nos ha tocado por el momento histórico en el que vivimos), hay que
asumirlo y comprender nuestra nueva condición e intentar aprender a moverse desde ella, por la
sostenibilidad del planeta (cuestión de supervivencia). Somos sociedad interdependiente pero a
mayor autosuficiencia, mayor resistencia al sistema local y aproximarse a la diversidad es hacerlo a
una mayor estabilidad.

o Hacia un nuevo paradigma interpretativo: complejidad y cambio

“Glocalización”: reinventar nuestra mirada sobre el mundo, el modo en que nos percibimos y la
manera comprender nuestra relación con el medio ambiente.
S. XVI-XVII  paradigma mecanicista como visión general del mundo, funcional al sistema económico
liberal, para problemas concretos pero no para interpretar la complejidad de nuestra presencia en la
Tierra. Pérdida cercanía seres humanos y naturaleza.  Necesitamos cambio de Paradigma que nos
aproxime a visiones complejas del mundo y a modelos orientados a la sostenibilidad: Paradigma
Ambiental, En el que nuestros valores, visiones científicas y modelos económico-sociales se abran a
nuevas formas de relación Humanidad-Naturaleza con posibilidades históricas a medio y largo plazo,
para ser alternativas viables hacia un mundo +equitativo socialmente y +equilibrado
económicamente.

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o El concepto de desarrollo

Se ha de diferenciar del “desarrollismo”, que ha guiado las grandes políticas económicas de la 2ªmitad
del S.XX: producir más, consumir más, “más siempre es mejor”, “consumo = bienestar”. Reduce a las
personas a meros consumidores. Desarrollo exige transformaciones importantes en los objetivos y las
estrategias de acción sobre el medio ambiente, satisfacer con urgencia las necesidades de los más
pobres y aceptar los límites del planeta. Es un nuevo modelo de desarrollo ético y social, reorienta
nuestras actitudes hacia la naturaleza y también los vínculos que unen a los grupos de hombres
privilegiados y pobres. Hace valoraciones de tipo cualitativo: recursos a favor de toda la Humanidad,
con criterios de sostenibilidad para nuestras necesidades y las futuras.

o Hacia un desarrollo «glocal»

El cambio de enfoque del desarrollo supone una dificultad, un reto, y también una oportunidad.
Sobrevivirán mejor los más creativos, los más innovadores, incluso de resiliencia: no aplicar
soluciones viejas a problemas nuevos para la sostenibilidad del propio sistema local en medio de las
tensiones globales.
Los sistemas resilientes tienen la capacidad de aprender, adaptarse e innovar a su favor a partir de las
crisis. En los sistemas locales, como sistemas vivos que son, es imprescindible el aprendizaje
adaptativo y creativo para sobrevivir a la sociedad global (incierta y con riesgos). Un sistema local
será más resiliente contra menos rígidas sean sus estructuras, más flexibles y descentralizadas las
decisiones y más vivas las redes que den respuestas rápidas y creativas a eventuales situaciones
problemáticas.
Desarrollo “glocal”: necesidad de visión multiescalar de los problemas y sus soluciones. Lo global:
referencia, oportunidades y límites. Lo local: estrategias y propuestas adecuadas a una realidad
donde cada subsistema influye y es influido por otros.

 Enfoque sistémico, complejidad de los sistemas

El pensamiento positivista (+importante las partes que el todo) y los modelos holísticos (justo al
revés) no son antagónicos, sino complementarias en el enfoque sistémico, que toma en cuenta las
relaciones entre el todo y las partes sin priorizar ninguna, haciéndolas confluir. Sistémico significa
complejo. La complejidad es el enfoque que nos lleva a pensar lo uno y lo múltiple conjuntamente,
lo cierto y lo incierto; plantea el orden y el desorden, características antagónicas y complementarias.
En el nuevo paradigma ambiental, el concepto de sistema es la raíz para entender la complejidad.

o Qué es un sistema: los sistemas locales como conjuntos integrados

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Sistema: 1.porción organizada de la realidad que elegimos y delimitamos en forma deliberada para su
estudio (la realidad debe estar organizada).
2.conjunto de elementos en interacción que, siendo susceptible de ser dividido en partes,
adquiere su entidad en la medida en que estas se integran en su totalidad.
En ambas definiciones lo esencial: identidad, elementos o partes e interacciones de sus elementos.
Como los sistemas locales, que son conjuntos integrados, sus distintas partes están en constante
relación las unas con las otras, podemos delimitarlos y diferenciarlos de otros sistemas que funcionan
como entorno y tienen tendencia a cumplir sus objetivos (desarrollo, calidad de vida y conservación
de la identidad en un mundo globalizado).

o Composición, estructura y entorno de los sistemas

Composición: partes del sistema, elementos sociales, humanos y simbólicos. Elementos “invisibles”:
intangibles con gran peso simbólico (tradiciones, costumbres, memoria histórica, expectativas de la
población…), y personas y lugares, que al no producir rendimientos económicos inmediatos y no entrar
en el mercado, no alcanzan a ser considerados en los estudios.
Estructura: red de relaciones que hace posible las conexiones entre las partes. Si son rígidas, las
posibilidades de innovación adaptativa y la resiliencia son escasas. Si las relaciones son flexibles, a
modo de red, la respuesta será más alta y el umbral de resiliencia permitirá adaptaciones con más
rapidez e intensidad.
Entorno: todo aquello que no es sistema, espacio circundante que, organizado sistemáticamente,
influye y es influido por el propio sistema. Conjunto de influencias que penetran en el propio sistema
a través de medios diversos (Internet, Tv..) de forma muy rápida y constante.

2.3. Las relaciones entre el todo y las partes


Se debe analizar el sistema dividiéndolo en partes más pequeñas en las fases previas y nunca dejar de
hacer la posterior reconstrucción articulada del todo para ver los procesos de interdependencia. En
ellos las partes son condicionadas en sus propiedades intrínsecas por el resto del sistema y el sistema
es influido a su vez por las dinámicas parciales. Ejemplo: sinergia. Dos o más partes del sistema
producen un efecto que sobrepasa lo que serían sus efectos parciales sumados.
Pero seguimos anclados en el análisis sectorial de la realidad que solo en contadas ocasiones llegan a
cumplir con la segunda fase de integración y articulación del todo.

2.4. El sistema es más y es menos que la suma de sus partes


Más: presenta emergencias, propiedades del conjunto organizado como tal que no necesariamente
están contenidas en las partes. El sistema es más que el simple agregado de lo que sucede en las
partes.
Menos: límites. El conjunto articulado (sistema) los impone a las partes, que no pueden actualizar
siempre todas sus potencialidades. Son impuestos desde el sistema global o los sistemas globales, o

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son límites ecológicos o por su propia estructura simbólica (creencias, mitos, valores..). La
comprensión de los límites es imprescindible para aceptar la imposibilidad de expansión de los
elementos.

2.5. La frontera que une y separa


Frontera: superficie real o imaginaria que separa al sistema de su entorno. Elementos del sistema que
resultan directa y necesariamente afectados cada vez que algo externo incide en él. Su función es
definir las interacciones del sistema con sus entorno como ingresos y salidas (inputs y outputs).
Wilber defiende que frontera es tanto lo que separa como lo que une dos realidades: línea imaginaria
que une y aproxima el sistema a su entorno; el borde de la realidad.
Tiene carácter osmótico: condición de especio que liga lo que sucede en el adentro y en el afuera;
espacio que vincula, que permite transferencias. El equilibrio entre lo fronterizo y el mantenimiento
de la identidad local es difícil.

2.6. Los sistemas locales, sistemas abiertos


En los sistemas cerrados los intercambios con el exterior son prácticamente nulos. En los sistemas
abiertos, vivos, encontramos la capacidad para intercambiar materia, energía e información con otros
sistemas. Morin habla de la apertura como la brecha hemorrágica que pone en peligro las estructuras
del sistema. Por ello los sistemas abiertos son sistemas dinámicos, el equilibrio es fluctuante. Hay
que conocer los flujos o ciclos que recorren el sistema como los elementos básicos de su dinamismo.
Del modo en que estén organizados será la estructura del sistema, la capacidad de adaptación y la
posibilidad de hacer frente a perturbaciones.
Los sistemas locales son sistemas abiertos. La capacidad para importar recursos (energía, agua,
alimentos, tecnología…) se compensa con su capacidad para exportar materias y mercancías que
equilibren sus flujos y mantengan su identidad. No es fácil en un mundo globalizado  Huella
ecológica: sistemas altamente consumistas (ej. cuidades industrializadas) que impactan sobre otros
sistemas muy lejanos. Los mecanismos del mercado global actúan sobre los sistemas locales,
rompiendo a veces sus capacidades esenciales. Estos últimos aprender a sobrevivir y defender sus
recursos en un mundo global en el que están amenazados. Deben ser conscientes de la huella
ecológica y social que unos trazan sobre otros. De equilibrarlo depende la salud del planeta y la propia
vida humana. Las migraciones del S.XXI retan a los sistemas locales. ¿Mecanismos reguladores? Aunque
los mecanismos por los que el mundo está tan desequilibrado corresponden a la economía global, es
un reto y una oportunidad que nos obliga a pensar y actuar “glocalmente”.

2.7. Realimentación positiva y negativa: los sistemas locales como un banco de pruebas de la
regulación
Conocer el funcionamiento de un sistema: conocer mecanismos que le permiten equilibrio a través del
intercambio de materia, energía e información con el entorno--> circuitos de realimentación o feed-

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back  el sistema posee un bucle de realimentación que otorga un comportamiento circular (no
lineal).
Realimentación positiva: la salida del sistema ejerce una efecto de amplificación sobre la entrada
(ej. Turismo, cada vez hablan más, vienen más)
Realimentación negativa: es reguladora (ej. Gratuidad transporte público, si funcionara bien, -
privado y requilibrio vehículo privado /peatón). Los instrumentos de participación ciudadana (foros…)
lo son y de primer orden, ya que permiten que el sistema obtenga una información muy valiosa sobre
el cumplimiento de sus fines para confirmas o modificar las decisiones tomadas por quien gestiona el
municipio.

2.8. El fin de las certidumbres


En los sistemas que alojan vida (ej. locales) los diagnósticos y las planificaciones no pueden plantearse
como certezas, son probabilidades. La incertidumbre y el azar son elementos del sistema. Ello implica
tener en cuenta unos criterios en las metodologías de análisis y planificación en todas sus fases:
- diseño es hipótesis provisional, afectada en su desarrollo por condicionantes (previstos o no) de la
propia realidad.
- utilizar sistemas de investigación – acción (realimentación sobre la práctica)
- la vida está en los procesos (no tanto en los productos), enfoque procesual para operar con calidad
(criterios éticos y sociales ) relacionado con expectativas futuras y el presente de la vida de las
gentes y de los sistemas ecológicos.

2.9. El mapa no es el territorio


“Mapeo” de la realidad: herramienta para diagnosticar, planificar y actuar; pero es una abstracción
incompleta de una porción del mundo real  Prudente desconfianza acerca de los mapas con que
interpretamos la realidad: principio de precaución para modular la excesiva fe en las formulaciones
tecnológicas que pretenden modificar la realidad y aseguran haber “mapeado” (y controlado) todos
los riesgos.

2.10. Los isomorfismos


Existen similitudes estructurales entre las partes de un sistema y los nexos entre uno y otro sistema.
Son pautas que se repiten. Para analizarlo, los isomorfismos: principios básicos que se cumplen en muy
diferentes tipos de sistemas (ej. Principios de realimentación y de totalidad y suma). Los isomorfismos
dependen de nuestro como de comprender e interpretar el mundo y permiten plantear analogías para
obtener, de sistemas diferentes, modelos con características comunes. Son un “puente” para el
conocimiento y la acción.

3. Sistemas y sostenibilidad: el desarrollo a la luz del nuevo paradigma


El enfoque sistémico se sitúa en la raíz de la comprensión compleja del mundo, es imprescindible para
la sostenibilidad. Este enfoque nos sitúa frente un nuevo paradigma donde la comprensión del todo y

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sus partes es una cuestión ética. Solo cuando el sistema mundial progrese como tal sistema podremos
hablar de un desarrollo verdaderamente sostenible. Ahora solo es un conjunto desequilibrado en el
que la supuesta sostenibilidad de algunas de sus partes (mundo rico) está basada en la insostenibilidad
del resto del sistema (pobre).
Sociedad sostenible: con principios y valores ecológicos y sociales acordes con el equilibrio ecológico y
la equidad social. El triunfo de la ética sobre la economía.

3.1. Los valores ecológicos como principio rector de la sostenibilidad


Necesaria nueva comprensión de las relaciones persona-medio ambiente (y abandonar el
antropocentrismo de los últimos siglos) para potenciar una relación más fraternal con la naturaleza
(con derechos, no un almacén del que somos propietarios).
Inicio S.XX, Aldo Leopold habla de que el hombre reconozca la existencia de nexos morales con el
resto del mundo vivo no humano (rompe con la tradición antropocéntrica) y plantea que el progreso
necesariamente exige la utilización de la naturaleza por los seres humanos pero sin que la
preocupación por los medios nos haga olvidar los fines últimos que dan sentido al desarrollo:
mantenimiento de la vida.

3.2. La equidad como condicionante. ¿Puede ser sostenible un mundo no equitativo?


Las necesidades en nuestra cultura son el elemento inicial de las prioridades del desarrollo. Elizalde y
Max-Neef hablan de la necesidad como deseo. Su teoría: un sistema sistémico (entre ellos se influyen)
conformado por tres subsistemas: el de las necesidades, el de las satisfacciones y el de los bienes.
Nueve necesidades humanas fundamentales: subsistencia, protección, afecto, entendimiento,
creación, participación, ocio, identidad y libertad. Esto cambia los conceptos de pobreza y riqueza.
Satifactores: modos por los cuales se vehicula una necesidad hacia los bienes, que son los medios que
utilizan las personas y las sociedades para cubrir sus necesidades.
Equidad: elemento central del nuevo paradigma ambiental, no existe mayor injusticia que tratar
como iguales a los desiguales.

3.3. La cuestión de los límites


Es esencial en la teoría del desarrollo acotar, poner límites. Debemos hacer una consideración de
orden “glocal”: si la Tierra es un sistema cerrado que no crece, ¿cómo puede ser que un subsistema
(el económico) pretenda crecer indefinidamente y que esta política del crecimiento indefinido se
reproduzca a escala local?
Todo lo que podemos saber y hacer está acotado por límites u horizontes de nuestro crecimiento y
acción y por los que nos marcan los ecosistemas físicos y sociales, donde nuestro conocimiento
interviene en la toma de decisiones.
Jorge Riechamnn propone una ética de la autocontención, entendida como autolimitación, en seis
ámbitos que son las capacidades expansivas del hombre:
- Autolimitación en la explotación imprudente e incontrolada tecnocientífica.

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- A. uso de la energía exosomática y en la apropiación de los recursos naturales.
- A. en el transporte a larga distancia de personas y materiales.
- A. del comercio y la actividad productiva.
- A. en la ocupación de los ecosistemas.
- A. en el crecimiento de la población humana. Aunque son una utopía, marcan
las tendencias necesarias hacia las cuales deberá caminar la humanidad si quiere vivir en el planeta de
forma sostenible. La sostenibilidad no es un juego no un añadido al viejo paradigma; es un cambio de
rumbo, una apuesta por reinventar la vida que exige nuevos horizontes que, por utópicos que
parezcan, son ya imprescindibles.

3.4. El trabajo en red: una vía hacia la sostenibilidad


La complejidad de los intercambios en lo global obliga a ver el problema de lo global desde dos
perspectivas: autosuficiencia (autoabastecerse para ser menos vulnerable, aunque su logro total no es
posible ni viable) y conectividad (ligar las partes de un sistema): capacidad de un sistema para
establecer conexiones con otros sistemas, cercanos o lejanos, para establecer diagnósticos
compartidos, planes de acción, cooperación o evaluaciones de procesos y resultados. Total es
imposible, pero avanzar en ella en fortalecerse desde lo local en los problemas regionales y globales:
crear redes, entrar en las redes, trabaja con y desde las redes.
El resultado de las conexiones es la aparición de las redes, donde se producen sinergias y emergencias
(sistémico) más importantes que la suma de los aportes locales. La conectividad es un elemento
imprescindible para la resiliencia local. Pero es un cambio de mirada en el desarrollo local, no solo en
lo físico, también ha de atender la interpretación de los problemas en un ámbito de relaciones, ideas,
proyectos, fuerzas… Los más fuertes ya no son los que tienen más recursos sino los que están mejor
situados en los nodos de la red. La información y no el dinero empieza a ser el primer valor
estratégico para el desarrollo.
Es necesario caminar hacia sistemas de redes “glocales” que, orientados por un nuevo paradigma, se
fortalecen recíprocamente en el camino de la sustentabilidad.

4. El desarrollo sostenible: una forma de viajar


El desarrollo sostenible no es una meta que se pueda alcanzar sin grandes transformaciones en el
sistema global de reparto de poder económico, político y social. Este nos condiciona y lo
condicionamos. Para cambiarlo, necesitamos miles de dinámicas simultáneas. El efecto sinérgico tiene
una fuerza muy superior de lo que sería la suma de ellas.
No existe un modelo generalizable de sostenibilidad, aún en proceso de construcción. Lo que no está
reñido con la aceptación de múltiples criterios generales, indicadores y pautas que orientan el camino
hacia la sostenibilidad. Es un territorio desconocido más equilibrado ecológicamente y más equitativo
socialmente. Aunque es simbólico, también es real. El viaje que hacemos por él no es un viaje fácil, ni
siquiera tiene un destino final previsible. Por eso hay que aplicar los principios de las sostenibilidad en

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cada uno de los pasos que hacemos cada día. El desarrollo sostenible no es una meta a la que llegar,
sino una forma de viajar.

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