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DESÁNIMO

Un sentido de infelicidad que surge de la pérdida de confianza en


sus propias habilidades, en la confiabilidad de Dios o en el poder
del evangelio. El desánimo puede ocurrir en la vida cristiana,
especialmente cuando hay resistencia al evangelio o en momentos
de fracaso personal. Las Escrituras proveen fortalecimiento para
aquellos que experimentan desánimo.

La experiencia de desánimo
Job 3.20–26

Job 3.20–26 (NVI) — 20 »¿Por qué permite Dios que los sufridos
vean la luz? ¿Por qué se les da vida a los amargados? 21 Anhelan
éstos una muerte que no llega, aunque la buscan más que a tesoro
escondido; 22 ¡se llenarían de gran regocijo, se alegrarían si
llegaran al sepulcro! 23 ¿Por qué arrincona Dios al hombre que
desconoce su destino? 24 Antes que el pan, me llegan los
suspiros; mis gemidos se derraman como el agua. 25 Lo que más
temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió. 26 No
encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino sólo agitación.»

Ver también Nm 21.4–5 los israelitas en el desierto ; Jos 2.8–11 los


cananeos y Rahab ; 1 Sm 17.10–11 los israelitas y Goliat ; 2 Re
19.26 El juicio de Dios sobre Senaquerib ; Job 5.6–7 ; Sal 38.1–14 ;
Pr 1.26–27 La Sabiduría habla al pecador ; Ec 2.17–20 el desánimo
del Maestro ; Is 21.2–4 ; Jr 45.3 a Baruc ; Ez 21.7 juicio de Dios
sobre Israel ; Zac 10.2 ; 2 Co 1.8–9 Pablo

Números 21.4–5 (NVI) — 4 Los israelitas salieron del monte Hor por
la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino
se impacientaron 5 y comenzaron a hablar contra Dios y contra
Moisés: —¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este
desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta
pésima comida!

Josué 2.8–11 (NVI) — 8 Antes de que los espías se acostaran,


Rajab subió al techo 9 y les dijo: —Yo sé que el Señor les ha dado
esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes
del país están muertos de miedo ante ustedes. 10 Tenemos
noticias de cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo para que
ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También
hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes
amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán. 11 Por eso estamos todos
tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el
Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra.

1º Samuel 17.10–11 (NVI) — 10 Dijo además el filisteo: «¡Yo desafío


hoy al ejército de Israel! ¡Elijan a un hombre que pelee conmigo!»
11 Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y todos los israelitas se
consternaron y tuvieron mucho miedo.

2º Reyes 19.26 (NVI) — 26 Sus habitantes, impotentes, están


desalentados y avergonzados. Son como plantas en el campo,
como tiernos pastos verdes, como hierba que brota sobre el techo
y que se quema antes de crecer.

Job 5.6–7 (NVI) — 6 Y aunque las penas no brotan del suelo, ni los
sufrimientos provienen de la tierra, 7 con todo, el hombre nace
para sufrir, tan cierto como que las chispas vuelan.

Salmo 38.1–14 (NVI) — 1 Señor, no me reprendas en tu enojo ni me


castigues en tu ira. 2 Porque tus flechas me han atravesado, y
sobre mí ha caído tu mano. 3 Por causa de tu indignación no hay
nada sano en mi cuerpo; por causa de mi pecado mis huesos no
hallan descanso. 4 Mis maldades me abruman, son una carga
demasiado pesada. 5 Por causa de mi insensatez mis llagas hieden
y supuran. 6 Estoy agobiado, del todo abatido; todo el día ando
acongojado. 7 Estoy ardiendo de fiebre; no hay nada sano en mi
cuerpo. 8 Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón
gime angustiado. 9 Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te
son un secreto mis anhelos. 10 Late mi corazón con violencia, las
fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos se apaga. 11 Mis
amigos y vecinos se apartan de mis llagas; mis parientes se
mantienen a distancia. 12 Tienden sus trampas los que quieren
matarme; maquinan mi ruina los que buscan mi mal y todo el día
urden engaños. 13 Pero yo me hago el sordo, y no los escucho; me
hago el mudo, y no les respondo. 14 Soy como los que no oyen ni
pueden defenderse.
Proverbios 1.26–27 (NVI) — 26 ahora yo me burlaré de ustedes
cuando caigan en desgracia. Yo seré el que se ría de ustedes
cuando les sobrevenga el miedo, 27 cuando el miedo les
sobrevenga como una tormenta y la desgracia los arrastre como
un torbellino.

Eclesiastés 2.17–20 (NVI) — 17 Aborrecí entonces la vida, pues


todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente,
todo es absurdo; ¡es correr tras el viento! 18 Aborrecí también el
haberme afanado tanto en esta vida, pues el fruto de tanto afán
tendría que dejárselo a mi sucesor, 19 y ¿quién sabe si éste sería
sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tantos
afanes y sabiduría logré hacer en esta vida. ¡Y también esto es
absurdo! 20 Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado
tanto en esta vida,

Isaías 21.2–4 (NVI) — 2 Una visión terrible me ha sido revelada: el


traidor traiciona, el destructor destruye. ¡Al ataque, Elam! ¡Al
asedio, Media! Pondré fin a todo gemido. 3 Por eso mi cuerpo se
estremece de dolor, sufro de agudos dolores, como los de una
parturienta; lo que oigo, me aturde; lo que veo, me desconcierta. 4
Se me turba la mente, me hace temblar el terror; el crepúsculo tan
anhelado se me ha vuelto un espanto.
Jeremías 45.3 (NVI) — 3 “Tú dijiste: ‘¡Ay de mí! ¡El Señor
añade angustia a mi dolor! Estoy agotado de tanto
gemir, y no encuentro descanso.’
Ezequiel 21.7 (NVI) — 7 Y cuando te pregunten por qué
lloras así, diles que es por la noticia de lo que va a
suceder. Esta noticia hará que todos los corazones
desfallezcan, que se dejen caer todos los brazos, y que
tiemblen todas las rodillas. ¡Ya está por llegar! ¡Ya es
una realidad! Yo, el Señor, lo afirmo.»
Zacarías 10.2 (NVI) — 2 Los ídolos hablan con engaño,
los adivinos tienen sueños falsos; hablan de visiones
engañosas y consuelan con fantasías. ¡Y el pueblo vaga
como rebaño agobiado porque carece de pastor!
2 Corintios 1.8–9 (NVI) — 8 Hermanos, no queremos que
desconozcan las aflicciones que sufrimos en la
provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta
presión, que hasta perdimos la esperanza de salir con
vida: 9 nos sentíamos como sentenciados a muerte.
Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros
mismos sino en Dios, que resucita a los muertos.

Oración en el desánimo

Sal 42.5–11

Salmo 42.5–11 (NVI) — 5 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me


voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios! 6 Me siento sumamente angustiado;
por eso, mi Dios, pienso en ti desde la tierra del Jordán, desde las
alturas del Hermón, desde el monte Mizar. 7 Un abismo llama a
otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas
se han precipitado sobre mí. 8 Ésta es la oración al Dios de mi
vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me
acompañe. 9 Y le digo a Dios, a mi Roca: «¿Por qué me has
olvidado? ¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?»
10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos ante la burla de mis
adversarios, mientras me echan en cara a todas horas: «¿Dónde
está tu Dios?» 11 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a
angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él
es mi Salvador y mi Dios!

Ver también Dt 26.6–7 ; 2 Sm 22.7 David ; 2 Cr 20.9 Josafat ; Neh


9.32 ; Sal 31.9–12 ; Is 38.14 Ezequías ; Jr 8.18–19 ; Jon 2.1–2

Deuteronomio 26.6–7 (NVI) — 6 Pero los egipcios nos maltrataron,


nos hicieron sufrir y nos sometieron a trabajos forzados. 7
Nosotros clamamos al Señor, el Dios de nuestros padres, y él
escuchó nuestro ruego y vio la miseria, el trabajo y la opresión que
nos habían impuesto.

2º Samuel 22.7 (NVI) — 7 En mi angustia invoqué al Señor; llamé a


mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus
oídos!

2º Crónicas 20.9 (NVI) — 9 “Cuando nos sobrevenga una calamidad,


o un castigo por medio de la espada, o la peste o el hambre, si nos
congregamos ante ti, en este templo donde habitas, y clamamos a
ti en medio de nuestra aflicción, tú nos escucharás y nos
salvarás.”

Nehemías 9.32 (NVI) — 32 »Y ahora, Dios nuestro, Dios grande,


temible y poderoso, que cumples el pacto y eres fiel, no tengas en
poco los sufrimientos que han padecido nuestros reyes,
gobernantes, sacerdotes y profetas, nuestros padres y todo tu
pueblo, desde los reyes de Asiria hasta hoy.

Salmo 31.9–12 (NVI) — 9 Tenme compasión, Señor, que estoy


angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con
mi cuerpo! 10 La vida se me va en angustias, y los años en
lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos
se van debilitando. 11 Por causa de todos mis enemigos, soy el
hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí
huyen los que me encuentran en la calle. 12 Me han olvidado,
como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos.

Isaías 38.14 (NVI) — 14 Chillé como golondrina, como grulla; ¡me


quejé como paloma! Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.
¡Angustiado estoy, Señor! ¡Acude en mi ayuda!

Jeremías 8.18–19 (NVI) — 18 La aflicción me abruma; mi corazón


desfallece. 19 El clamor de mi pueblo se levanta desde todos los
rincones del país: «¿Acaso no está el Señor en Sión? ¿No está allí
su rey?» «¿Por qué me provocan con sus ídolos, con sus dioses
inútiles y extraños?»

Jonás 2.1–2 (NVI) — 1 Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde


el vientre del pez. 2 Dijo: «En mi angustia clamé al Señor, y él me
respondió. Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio, y tú
escuchaste mi clamor.

Resistencia en el desánimo

Is 42.3–4

Isaías 42.3–4 (NVI) — 3 No acabará de romper la caña quebrada, ni


apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia; 4
no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la
tierra. Las costas lejanas esperan su *ley.»

Ver también 2 Co 6.4–10 Pablo ; 2 Tes 1.4 ; He 10.32 ; He 12.3 ; Ap


2.3 concerniente a la iglesia en Efeso
2 Corintios 6.4–10 (NVI) — 4 Más bien, en todo y con mucha
paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en
sufrimientos, privaciones y angustias; 5 en azotes, cárceles y
tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre. 6 Servimos con
pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y
en amor sincero; 7 con palabras de verdad y con el poder de Dios;
con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas; 8 por
honra y por deshonra, por mala y por buena fama; veraces, pero
tenidos por engañadores; 9 conocidos, pero tenidos por
desconocidos; como moribundos, pero aún con vida; golpeados,
pero no muertos; 10 aparentemente tristes, pero siempre alegres;
pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos; como si no
tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.

2 Tesalonicenses 1.4 (NVI) — 4 Así que nos sentimos orgullosos de


ustedes ante las iglesias de Dios por la perseverancia y la fe que
muestran al soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos.

Hebreos 10.32 (NVI) — 32 Recuerden aquellos días pasados


cuando ustedes, después de haber sido iluminados, sostuvieron
una dura lucha y soportaron mucho sufrimiento.

Hebreos 12.3 (NVI) — 3 Así, pues, consideren a aquel que


perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores,
para que no se cansen ni pierdan el ánimo.

Apocalipsis 2.3 (NVI) — 3 Has perseverado y sufrido por mi


nombre, sin desanimarte.

Desánimo por desobediencia

Jr 8.9

Jeremías 8.9 (NVI) — 9 Los sabios serán avergonzados, serán


atrapados y abatidos. Si han rechazado la palabra del Señor, ¿qué
sabiduría pueden tener?

Ver también 1 Sm 28.15–18 ; Job 15.24–25 Elifaz de Job ; Sof 1.17

1º Samuel 28.15–18 (NVI) — 15 Samuel le dijo a Saúl: —¿Por qué me


molestas, haciéndome subir? —Estoy muy angustiado—respondió
Saúl—. Los filisteos me están atacando, y Dios me ha abandonado.
Ya no me responde, ni en sueños ni por medio de profetas. Por eso
decidí llamarte, para que me digas lo que debo hacer. 16 Samuel le
replicó: —Pero si el Señor se ha alejado de ti y se ha vuelto tu
enemigo, ¿por qué me consultas a mí? 17 El Señor ha cumplido lo
que había anunciado por medio de mí: él te ha arrebatado de las
manos el reino, y se lo ha dado a tu compañero David. 18 Tú no
obedeciste al Señor, pues no llevaste a cabo la furia de su castigo
contra los amalecitas; por eso él te condena hoy.
Job 15.24–25 (NVI) — 24 La desgracia y la angustia lo
llenan de terror; lo abruman como si un rey fuera a
atacarlo, 25 y todo por levantar el puño contra Dios y
atreverse a desafiar al Todopoderoso.
Sofonías 1.17 (NVI) — 17 De tal manera acosaré a los
hombres, que andarán como ciegos, porque pecaron
contra el Señor. Su sangre será derramada como polvo
y sus entrañas como estiércol.

Desánimo y disciplina
He 12.5–7

Hebreos 12.5–7 (NVI) — 5 Y ya han olvidado por completo las


palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no
tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te
reprenda, 6 porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a
todo el que recibe como hijo.» 7 Lo que soportan es para su
disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay
a quien el padre no disciplina?

Ver también Jue 2.14–15 ; Is 26.16

Jueces 2.14–15 (NVI) — 14 Entonces el Señor se enfureció contra


los israelitas y los entregó en manos de invasores que los
saquearon. Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor, a
los que ya no pudieron hacerles frente. 15 Cada vez que los
israelitas salían a combatir, la mano del Señor estaba en contra de
ellos para su mal, tal como el Señor se lo había dicho y jurado. Así
llegaron a verse muy angustiados.
Isaías 26.16 (NVI) — 16 Señor, en la angustia te
buscaron; apenas si lograban susurrar una oración
cuando tú ya los corregías.

Efectos del desánimo

Pr 17.22

Proverbios 17.22 (NVI) — 22 Gran remedio es el corazón alegre,


pero el ánimo decaído seca los huesos.

Ver también Éx 6.9 los israelitas en Egipto ; 2 Sm 4.1 ; Esd 4.4 la


reconstrucción del templo ; Job 4.5 ; Pr 15.13 ; Pr 18.14

Éxodo 6.9 (NVI) — 9 Moisés les dio a conocer esto a los israelitas,
pero por su desánimo y las penurias de su esclavitud ellos no le
hicieron caso.

2º Samuel 4.1 (NVI) — 1 Cuando Isboset hijo de Saúl se enteró de


que Abner había muerto en Hebrón, se acobardó, y con él todos los
israelitas.

Esdras 4.4 (NVI) — 4 Entonces los habitantes de la región


comenzaron a desanimar e intimidar a los de Judá para que
abandonaran la reconstrucción.

Job 4.5 (NVI) — 5 ¡ahora que afrontas las calamidades, no las


resistes!; ¡te ves golpeado y te desanimas!
Proverbios 15.13 (NVI) — 13 El corazón alegre se refleja
en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.
Proverbios 18.14 (NVI) — 14 En la enfermedad, el ánimo
levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al
abatido?

Resistiendo el desánimo
Dt 1.21

Deuteronomio 1.21 (NVI) — 21 Miren, el Señor su Dios les ha


entregado la tierra. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo
el Señor, el Dios de sus antepasados. No tengan miedo ni se
desanimen.”

Ver también Jos 1.9 ; Jos 8.1 ; 1 Sm 17.32 David tranquilizando a


Saúl sobre Goliat ; 1 Cr 22.13 David a Salomón ; 2 Cr 32.7
Ezequías ; Jr 51.46 ; Lc 18.1 ; Jn 14.1 ; Gl 6.9 ; Ef 3.13 ; 2 Ti 4.5

Josué 1.9 (NVI) — 9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No


tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te
acompañará dondequiera que vayas.»

Josué 8.1 (NVI) — 1 El Señor exhortó a Josué: «¡No tengas miedo


ni te acobardes! Toma contigo a todo el ejército, y ataquen la
ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se
apropiarán de su ciudad y de todo el territorio que la rodea.

1º Samuel 17.32 (NVI) — 32 Entonces David le dijo a Saúl: —¡Nadie


tiene por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a
pelear contra él.

1º Crónicas 22.13 (NVI) — 13 Si cumples las leyes y normas que el


Señor le entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá
bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

2º Crónicas 32.7 (NVI) — 7 «¡Cobren ánimo y ármense de valor! No


se asusten ni se acobarden ante el rey de Asiria y su numeroso
ejército, porque nosotros contamos con alguien que es más
poderoso.

Jeremías 51.46 (NVI) — 46 No desfallezcan, no se acobarden por


los rumores que corren por el país. Año tras año surgen nuevos
rumores; cunde la violencia en el país, y un gobernante se levanta
contra otro.

Lucas 18.1 (NVI) — 1 Jesús les contó a sus discípulos una parábola
para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.
Juan 14.1 (NVI) — 1 »No se angustien. Confíen en Dios,
y confíen también en mí.
Gálatas 6.9 (NVI) — 9 No nos cansemos de hacer el
bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no
nos damos por vencidos.
Efesios 3.13 (NVI) — 13 Así que les pido que no se
desanimen a causa de lo que sufro por ustedes, ya que
estos sufrimientos míos son para ustedes un honor.
2 Timoteo 4.5 (NVI) — 5 Tú, por el contrario, sé
prudente en todas las circunstancias, soporta los
sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con
los deberes de tu ministerio.

Ayuda de Dios en el desánimo


Ro 8.35–39

Romanos 8.35–39 (NVI) — 35 ¿Quién nos apartará del amor de


Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la
indigencia, el peligro, o la violencia? 36 Así está escrito: «Por tu
causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas
para el matadero!» 37 Sin embargo, en todo esto somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Pues estoy
convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los
demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto
ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá
apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús
nuestro Señor.

Ver también Dt 31.6 ; Dt 31.8 ; Dt 31.23 ; Jos 1.9 ; 1 Cr 28.20 ; 2 Cr


20.15 ; 2 Cr 20.17 ; Sal 34.18 ; Is 40.29–31 ; Is 61.1 ; Lc 4.18 ; Jr
30.10 ; Jn 16.33 ; 2 Co 7.6 Pablo

Deuteronomio 31.6 (NVI) — 6 Sean fuertes y valientes. No teman ni


se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los
acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.»

Deuteronomio 31.8 (NVI) — 8 El Señor mismo marchará al frente de


ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni
te desanimes.»
Deuteronomio 31.23 (NVI) — 23 Y el Señor le dio a Josué hijo de
Nun esta orden: «Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a
los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré
contigo.»

Josué 1.9 (NVI) — 9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No


tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te
acompañará dondequiera que vayas.»

1º Crónicas 28.20 (NVI) — 20 Además, David le dijo a su hijo


Salomón: «¡Sé fuerte y valiente, y pon manos a la obra! No tengas
miedo ni te desanimes, porque Dios el Señor, mi Dios, estará
contigo. No te dejará ni te abandonará hasta que hayas terminado
toda la obra del templo.

2º Crónicas 20.15 (NVI) — 15 Y dijo Jahaziel: «Escuchen,


habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su
Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden
cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes
sino mía.

2º Crónicas 20.17 (NVI) — 17 Pero ustedes no tendrán que


intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus
puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará.
¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se
acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré
con ustedes.” »
Salmo 34.18 (NVI) — 18 El Señor está cerca de los
quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu
abatido.
Isaías 40.29–31 (NVI) — 29 Él fortalece al cansado y
acrecienta las fuerzas del débil. 30 Aun los jóvenes se
cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el Señor renovarán sus
fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se
fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 61.1 (NVI) — 1 El Espíritu del Señor omnipotente
está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar
buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los
corazones heridos, a proclamar liberación a los
cautivos y libertad a los prisioneros,
Lucas 4.18 (NVI) — 18 «El Espíritu del Señor está sobre
mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad
a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en
libertad a los oprimidos,
Jeremías 30.10 (NVI) — 10 » ”No temas, Jacob, siervo
mío; no te asustes, Israel —afirma el Señor—. A ti,
Jacob, te libraré de ese país lejano; a tus
descendientes los libraré del exilio. Volverás a vivir en
paz y tranquilidad, y ya nadie te infundirá temor.
Juan 16.33 (NVI) — 33 Yo les he dicho estas cosas para
que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
2 Corintios 7.6 (NVI) — 6 Pero Dios, que consuela a los
abatidos, nos consoló con la llegada de Tito,

Advertencias de no desanimar a otros

Los israelitas se desanimaron al momento de entrar en la tierra


prometida
Abd 12

Abdías 12 (NVI) — 12 No debiste reírte de tu hermano en su mal


día, en el día de su desgracia. No debiste alegrarte a costa del
pueblo de Judá en el día de su ruina. No debiste proferir
arrogancia en el día de su angustia.
Ver también Dt 1.28 por los espías ; Nm 32.7 por los
hijos de Gad y los hijos de Rubén
Deuteronomio 1.28 (NVI) — 28 ¿A dónde iremos?
Nuestros hermanos nos han llenado de miedo, pues
nos informan que la gente de allá es más fuerte y
más alta que nosotros, y que las ciudades son
grandes y tienen muros que llegan hasta el cielo.
¡Para colmo, nos dicen que allí vieron anaquitas!”
Números 32.7 (NVI) — 7 Los israelitas se han
propuesto conquistar la tierra que el Señor les ha
dado; ¿no se dan cuenta de que esto los
desanimaría?
Advertencias generales sobre no desanimar a otros
Sal 109.16; Zac 10.2; Hch 15.19 Jacobo advierte contra
desanimar a los gentiles; Col 3.21
Salmo 109.16 (NVI) — 16 Por cuanto se olvidó de
hacer el bien, y persiguió hasta la muerte a pobres,
afligidos y menesterosos,
Zacarías 10.2 (NVI) — 2 Los ídolos hablan con
engaño, los adivinos tienen sueños falsos; hablan de
visiones engañosas y consuelan con fantasías. ¡Y el
pueblo vaga como rebaño agobiado porque carece
de pastor!
Hechos de los Apóstoles 15.19 (NVI) — 19 »Por lo
tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles
trabas a los gentiles que se convierten a Dios.
Colosenses 3.21 (NVI) — 21 Padres, no exasperen a
sus hijos, no sea que se desanimen.
La necesidad de levantar al desanimado
He 13.3
Hebreos 13.3 (NVI) — 3 Acuérdense de los presos, como
si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también
de los que son maltratados, como si fueran ustedes
mismos los que sufren.
Ver también Job 6.14 ; Jr 8.21 ; Ro 12.15 ; Stg 1.27
Job 6.14 (NVI) — 14 »Aunque uno se aparte del temor al
Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad.
Jeremías 8.21 (NVI) — 21 Por la herida de mi pueblo
estoy herido; estoy de luto, el terror se apoderó de mí.
Romanos 12.15 (NVI) — 15 Alégrense con los que están
alegres; lloren con los que lloran.
Santiago 1.27 (NVI) — 27 La religión pura y sin mancha
delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los
huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y
conservarse limpio de la corrupción del mundo.

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