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RELACIÓN EXISTENTE ENTRE LA EPISTEMOLOGÍA Y EL PSICOANÁLISIS

"La historia no es otra cosa que una constante interrogación de los


tiempos pasados en nombre de los problemas y de las curiosidades
-e incluso de las inquietudes y las angustias- del tiempo presente
que nos rodea y asedia".
Fernand Braudel

Cuando enunciamos “epistemología o psicoanálisis”, inmediatamente se apunta a la


posibilidad de una crítica exhaustiva y rigurosa de los fundamentos teóricos que posee el
conocimiento de las cosas y que permite a la vez, la afinación conceptual y la formalización
conveniente de la teoría psicoanalítica y epistemológica con vistas a su coherencia y
consistencia teórica y a su transmisión; por lo tanto, y en tanto crítica, se opone resueltamente
a toda pretensión de dogmatismo o de ortodoxia. El siguiente ejercicio, especifica las
diferencias que existen entre la “epistemología y psicoanálisis.” Apoyándose en Freud y en
Lacan, en el libro “La epistemología rupturista. Reflexiones sobre un psicoanálisis del
objeto” Martínez Escárcega (2011),1 desarrolla un psicoanálisis del objeto de estudio
científico, que cuestiona los mecanismos epistemológicos positivistas de la investigación en
las ciencias sociales. Al lado del psicoanálisis, este texto asume los aportes que la teoría
crítica elabora desde el marxismo, planteando la necesidad de racionalizar de una manera
alterna el tratamiento del objeto de estudio. Las concepciones más clásicas de epistemología
en la que, se acentúa el contexto de justificación dentro de un cuerpo de conceptos
interrelacionados entre sí. Cuando se habla de "epistemología" se suele evocar a los siglos de
densas polémicas filosóficas vinculadas a la llamada "Teoría del Conocimiento". Por ello no
resulta extraño lo que antes decíamos: la idea bastante difundida de que se trata de una labor
para "teóricos" del psicoanálisis, que en nada concerniría a nuestro quehacer cotidiano.

Tendríamos así, en primer lugar, una lectura de lo que he denominado la epistemología


de Freud, que implicaría acercarse críticamente a sus referentes epistémicos, analizar lo que
han sido sus modelos, sus maestros, su plataforma epistemológica, etcétera. Todo lo que, en

1
Martínez, E. (2011). La epistemología rupturista. Reflexiones sobre el psicoanálisis del objeto.” Instituto de
Pedagogía Crítica
una palabra, constituiría su "identidad epistémica". Cabe resaltar, que este primer nivel
concerniente a su identidad epistémica manifiesta también, que puede verse en acción en su
producción, provocando desfases y verdaderas contradicciones con lo que será su aporte
esencial, el segundo nivel epistemológico al que haremos ahora referencia. Ese segundo
nivel, sería el de la epistemología freudiana, en el que se analiza la construcción de una nueva
concepción epistemológica. Ésta, que él produjo, conlleva un modo general de pensar la
relación sujeto-objeto, tan cara a toda teoría del conocimiento, que revolucionó
definitivamente las epistemologías vigentes y nos introdujo en una nueva dimensión,
totalmente inédita hasta ese momento.

Lo anterior, evidencia la imbricación que conforman una compleja red de


articulaciones e interdependencias. Todos tienen una importancia inusitada para el proceso
de producción de conocimiento psicoanalítico, en la medida que cualquiera de ellos puede,
en forma alternativa, convertirse en un momento en centro de la mirada del investigador y
generar reflexiones que se revierten de inmediato sobre las otras dimensiones, iluminándolas
en sus oscuridades. No obstante, la particularidad de la epistemología generada por Freud, la
epistemología freudiana, en la que resulta imposible separar al objeto de conocimiento del
sujeto cognoscente. Ya no se trata entonces de intentar eliminar toda la subjetividad" del
investigador, sino de incorporarla definitivamente, en una nueva forma de cientificidad,
imprescindible en la especificidad de todas las ciencias humanas o sociales.

No obstante, la epistemología y la psicología son dos disciplinas que han tenido


desarrollos históricos y temáticos propios. La diversidad de vinculaciones que se han dado
entre las dos disciplinas ha tenido que ver, por un lado, con la existencia de distintas temáticas
en cada una de ellas, que en principio permiten una amplia gama de combinaciones, y por
otro, con las diversas posiciones teóricas sustentadas en una y otra disciplina. Así, por
ejemplo, el papel que tiene la observación en la epistemología y en la metodología científica,
lleva casi necesariamente a tomar en consideración lo que la psicología ha investigado sobre
la percepción, del mismo modo, la cuestión del papel de los supuestos subyacentes en ciencia
tiene vinculación con lo 'que la psicología categoriza como pensamiento tácito o
inconsciente.
Para finalizar, no está de más recordar la ambigüedad del término "epistemología," que
refiere por un lado a la teoría del conocimiento en general, o gnoseología, y por otro hace
referencia a algo más restringido, que es el conocimiento científico, o filosofía de la ciencia.
Lo que más me interesa en este contexto son las vinculaciones entre la psicología y la
epistemología como teoría de la ciencia. Desde ya que también el sentido amplio de
"epistemología" como teoría del conocimiento en general es de interés para la psicología,
pero preferiré abordar la cuestión desde el sentido más restringido a sostener que las
vinculaciones entre ambas disciplinas han tenido distintas formas de aproximación, con
diversos grados de interacción. En algunas de ellas el acercamiento e intercambio ha sido
mayor, mientras que en otros las relaciones han estado muy acotadas.

El psicoanálisis, como disciplina científica, es analizada críticamente en sus métodos


y en sus productos por la epistemología, como una más entre las distintas ciencias. Esta
consideración metateórica, parte dela epistemología, acarreaba consecuencias Una de ellas
era la del carácter asimétrico de la relación; ambas disciplinas no intercambiaban en un plano
de identidad, sino bajo un modelo jerárquico y desigual. Como en toda relación de
conocimiento, la epistemología era la que ocupaba el lugar del conocedor y evaluador, y la
psicología ocupaba, en este esquema, el rol pasivo de objeto conocido, analizado y evaluado.
Otro rasgo de este modelo clásico es el carácter normativo de la epistemología, a ella se le
atribuía la función de evaluar en qué condiciones, una explicación era adecuada o no, cuándo
una teoría es mejor que otra, el método resulta más o menos apropiado, y cuándo una
evidencia empírica se considera suficiente.

A diferencia de una epistemología apriorística, el comportamiento de los Científicos y


los resultados de esos comportamientos cognitivos, se tratan como casos particulares que
responden a modos generales mediante los cuales categorizamos, pensamos e inferimos los
seres humanos. Para concluir, este tercer modelo de intercambio entre epistemología y
psicología, que permite que, en una relación de paridad, una disciplina capitalice los logros
de la otra, resulta comparativamente ventajoso y prometedor

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