Professional Documents
Culture Documents
“Todos los hombres por naturaleza desean saber” (Aristóteles, 2010:71) y “La
razón humana tiene el destino singular, en uno de sus campos de conocimiento, de
hallarse acosada por cuestiones que no puede rechazar por ser planteadas por la misma
naturaleza de la razón, pero a las que tampoco puede responder por sobrepasar todas
sus facultades” (Kant, 2010:7) son dos citas de los más grandes filósofos de la
humanidad que reflejan una similitud, tanto por el tema, dígase, la razón humana, como
por el hecho de ser textos filosóficos a pesar de una distancia temporal de más de casi
dos mil años. Si bien este último punto podría ser tomado como una verdad indubitable,
debido a la influencia y reconocimiento de personajes de los que hablamos aquí,
estamos frente a una aseveración que no está exenta de ser cuestionada: ¿por qué
asumimos que se trata de textos filosóficos? ¿Hay razones suficientes para aceptar lo
anterior o es únicamente un acuerdo que adoptamos conforma a la tradición de nuestro
gremio académico?
1
Aunque en cierto sentido podríamos afirmar que existe algún grado de contingencia en la elección de
ciertos autores y no otros dentro de la historia de la filosofía, debido a los procesos históricos y problemas
que desarrollaron en sus respectivas épocas, es importante resaltar que no es posible reducir la filosofía
a esta problemática, la cual, tiene sus propios debates y dimensiones internas que no se pretenden
desarrollar en este ensayo.
1
de las causas y los principios primeros (Aristóteles, 2010: 75-78) mientras que, para
Kant, la metafísica se encuentra como un campo consolidado que, sin embargo, tiene
problemas debido a sus usos dogmáticos; por lo cual, el objetivo del autor de
Königsberg, es consolidar un “tribunal de la razón” que nos permita conocer los alcances
y límites de la razón con miras a construir una ciencia fiable acerca de lo que nos es
posible conocer (Kant, 2010: 8-9).
De forma tal que, dicho lo anterior, es posible observar que el objeto de dichos
estudios es radicalmente distinto: Aristóteles busca fundamentar la metafísica mientras
que Kant busca delimitar dicho campo al responder a otros problemas dentro del
desarrollo de la filosofía. Si bien lo anterior podría llevarnos a suponer que, entonces,
en lo superficial ambos estudios no tienen algo en común, o siendo estrictos podríamos
decir que son opuestos, podemos ver que, en un sentido más profundo, ambos textos
tienen un punto de convergencia: dicho de forma concreta podemos sostener que el
objetivo común de los estudios no es necesariamente la metafísica como concepto sino
la consolidación de un campo específico de investigación por la vía racional-
argumentativa.
Una vez dicho esto podemos, como parte de la forma de los textos, mencionar
que el hecho de consolidar un campo de investigación, como parte de la discusión que
enfrenta cada uno de los autores, no es una creación Ex nihilo sino el resultado de un
proceso que podemos considerar la filosofía misma. Este último punto nos permite llevar
nuestra argumentación a un punto importante: si bien Aristóteles tiene una forma de
exposición argumental que podríamos considerar, en cierto sentido, menos compleja
que la de Kant (ya que sus recursos argumentativos consisten en echar mano de ciertos
conceptos del habla comúb, formas de actuar de los ciudadanos de la época, mitos, y
algunos aportes de otros pensadores) mientras que Kant emplea una tradición filosófica
mayor (al comprender su sistema como una respuesta al dogmatismo escolástico; el
escepticismo filosófico o el empirismo inglés) podemos aducir que el punto de
encuentro, en cuestión de forma, de ambos textos es la discusión racional frente a los
problemas que hemos mencionado con anterioridad.
2
Bibliografía:
Kant, Immanuel (2010) Crítica de la razón pura. Traducción de Pedro Ribas. Madrid:
Gredos