AYUDA DE JUEGO

Mitología d
de
ella
a

conspiración
Por Pablo Claudio Ganter

El presente artículo es una ayuda de juego para el sistema Hitos que

pretende llevar a vuestras mesas los alienígenas y las organizaciones
pertenecientes a la mitología de la llamada conspiranoia. Presenta
elementos de las diferentes interpretaciones de estas entidades se-
gún las teorías conspirativas, por lo que probablemente encuentres
divergencias respecto a los relatos que hayas podido leer. Esta ayuda
de juego puede usarse en campañas de investigación al más puro
estilo Expediente X o de terror. Tal vez quieras dar una vuelta de tuer-
ca una aventura de Cultos Innombrables introduciendo otro tipo de
horror alienígena.

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Extraterrestres
Desde hace casi doscientos millones de años el Sistema Solar ha sido
el campo de batalla, y en ocasiones patio de recreo, de las razas extra-
terrestres que dominan el Sistema Solar, algunas de las cuales llevan
tanto o más tiempo en la Tierra que la humanidad. Civilizaciones, es-
pecies e incluso líneas temporales han sido barridas en el fuego cru-
zado de sus guerras o como fruto de sus investigaciones. Para
desgracia de la especie humana, utilizan las instituciones, modelos
económicos y estructuras sociales que han diseñado para ella para
dirigirla, experimentar y saquear el planeta. Son los padres de nuestra
raza y todo lo que hemos sido, somos y seremos se lo debemos a ellos.
Aquí se explican las tres razas que dominan la Tierra más desta-
cables, pero no son las únicas. Criaturas como el Mothman, Chu-
pacabras, Nessie, Big Foot o los misteriosos pleyadianos también
forman una parte esencial de la conspiranoia y tal vez sean trata-
dos en otro momento.
Reptilianos
Oriundos del sistema Alfa Draconis, esta raza de seres escamosos con-
sidera que todo nuestro mundo, nosotros incluidos, les pertenece por
derecho de conquista. Hace eones que abandonaron su planeta de
origen a bordo de enormes naves capaces de recorrer el espacio entre
mundos, una de las cuales llegó al planeta azul hace unos doscientos
millones de años. Los brutales reptilianos elevaron ciudades a lo largo
de la costa de Pangea y colonizaron el resto del Sistema Solar en busca
de minerales vitales para su civilización. Su apogeo en la Tierra lo loca-
lizamos durante la era de los dinosaurios, y con el cataclismo que borró
a tales bestias de la faz del planeta tuvieron que refugiarse en el mundo
que existe debajo de la corteza terrestre. La historia oficial cuenta que
dicho cataclismo fue un meteorito que impactó en el Golfo de México.
Pero la historia oficial miente y obedece a los designios de los ex-
traterrestres y sus aliados humanos: no hubo meteorito, sino gue-
rra, una guerra estelar entre los reptilianos terrestres y una raza
nativa del mundo errante Nibiru, los anunnakis. Tras casi aniquilar
la vida en la Tierra, ambas facciones se retiraron, siendo los repti-
lianos quienes salieron peor parados. A salvo en su tiránico refugio
subterráneo, iniciaron un aislamiento que solo rompieron cuando,
hace unos pocos millones de años, descubrieron a algunos de
los juguetes rotos de sus ancestrales enemigos: los humanos, en
quienes vieron la herramienta definitiva para asegurar el control de
la Tierra y defenderse de las agresiones anunnakis.
Desde entonces han dirigido los pasos de la humanidad, princi-
palmente de forma sutil y ocasionalmente de manera más abierta,
aprovechando las crisis internas de los anunnakis de Nibiru y sus
ausencias milenarias. Provocaron la extinción de las especies ho-
mínidas menos receptivas a sus manipulaciones, metiendo mano
tanto en los genes como en la cultura que iban desarrollando, para
finalmente lograr su obra maestra: el Homo sapiens sapiens.
Astutamente instigaron a la humanidad moderna para que se revela-
se contra los adormecidos colonos de Nibiru de Atlantys y salvaron
a los supervivientes en sus arcas cuando los rencorosos annunakis
hundieron la isla-ciudad junto a sus esclavos rebeldes. Entonces los
reptilianos comenzaron la segunda fase de su plan: hacer prosperar
a la humanidad para que dominase la mayor parte de la superficie
del planeta. Fueron ellos los que nos hicieron construir ciudades,
jerarquías, imperios, religiones y modelos productivos cada vez
más exigentes que atasen a los humanos con cadenas irrompibles
a la dominación reptiliana. Pero sus fríos ojos de lagarto fallaron al
no ver cómo los anunnakis corrompían a la realeza y el sacerdocio
de la Tierra, haciéndose con una buena porción del control sobre
la humanidad. A día de hoy los reptilianos siguen escondidos bajo
tierra, manteniendo un pulso constante con sus antiguos enemigos.
Motivación
Los reptilianos solo están interesados en mantener el statu quo
que han ido construyendo durante milenios, pues saben que de
CULTOS INNOMBRABLES
él depende su supervivencia. Hace mucho, desde los tiempos del
Imperio medio a un lado del Atlántico y los del azteca al otro, que
deben recurrir al subterfugio y la manipulación mental para man-
tener el constructo que es la civilización humana. Desean una hu-
manidad dócil y productiva, demasiado cansada para investigar la
verdad, demasiado asustada como para elevar la voz, demasiado
aterrorizada para ver que cambia su libertad por seguridad y de-
masiado numerosa como para ser una conquista fácil. Solo así
podrán mantener en secreto los accesos a su mundo subterráneo.
Estas criaturas son increíblemente agresivas y competitivas, pues
la única forma de avanzar en su sociedad piramidal es hacer caer
a quien está por encima. Acceder a puestos de mayor importan-
cia, como científicos o generales, permite reducir el molesto con-
tacto con los humanos, obtener cuerpos más poderosos (pues
son maestros de la ingeniería genética) y parejas reproductoras
de mayor renombre. Finalmente puede que incluso se les dote de
las tan anheladas alas, símbolo de la categoría social suprema.
Forma de actuar
Los reptilianos rara vez actúan de forma directa. Prefieren manipu-
lar a la humanidad y hacer que esta haga el trabajo por ellos. Con-
trolan corporaciones, sistemas económicos y organismos mundia-
les, emplean la avaricia de los hombres y las infinitas riquezas que
controlan para asegurar el éxito de sus maquinaciones e incluso
pueden visitarnos en sueño para alterar nuestros recuerdos. Des-
de que los grises entraron en el gran juego, estos pequeños seres
han realizado abducciones por orden de los reptilianos.
Pero en ocasiones los reptilianos se ven obligados a tomar parte
de forma activa, y entonces sus enemigos se echan a temblar. Sus
poderosos cuerpos y avanzada tecnología hacen de un reptiliano
con intenciones asesinas una máquina de matar. Aplastan, cortan,
queman y devoran como los dragones de antaño. Hay veces que
grupos de reptilianos salen de caza y emergen en la superficie
con intenciones antropófagas.
Anunnakis
Provenientes del planeta artificial Nibiru, los anunnakis parecen
seres humanos lampiños de enormes proporciones, lo cual no es
de extrañar, teniendo en cuenta que la humanidad es un producto
de su ingeniería genética. Nadie, ni siquiera ellos, sabe cuál es el
origen de su planeta ni por qué vaga entre sistemas estelares si-
guiendo un patrón fijo desde hace millones de años, pero gracias
a ello los anunnakis han podido colonizar una docena de planetas
y satélites, consiguiendo por el proceso un nivel tecnológico casi
mágico cuya joya de la corona es la inmortalidad. Dirigidos por
una creciente gerontocracia (el Consejo de Nibiru), los anunna-
kis acabaron por fundar un pequeño imperio estelar organizado
por satrapías planetarias, las cuales operaban de forma autónoma
durante milenios hasta el regreso de Nibiru a su sistema. En ellas
gobernaban unos pocos jóvenes aristocráticos, encargados de
dirigir a una legión de trabajadores malpagados, peor tratados y
muy poco motivados, movidos solo por el pago de la longevidad.
Hasta hace 11  000 años, la Tierra fue una de estas satrapías, y
lo fue desde el fin de los dinosaurios, cuando Nibiru se impuso
sobre los reptilianos gracias al poder atómico de su flota espacial.
En aquel momento, con la aparente extinción de sus escamosos
enemigos, la élite nibiruana envió sobre la superficie abrasada del
planeta una remesa tras otra de trabajadores y directores anunna-
kis que explotaron nuestro mundo mediante auténticas legiones
condenadas a servir para costearse la inmortalidad.
Cada 9500 años, cuando Nibiru atravesaba el Cinturón de Kuiper,
los anunnakis de la Tierra entraban en un frenesí de actividad has-
ta que, cansados de las pésimas condiciones de trabajo, iniciaron
una huelga que, después de varias décadas, se saldó con la de-
capitación de los directores y la vaporización de los huelguistas.
Tras limpiar las cenizas, el Consejo de Nibiru envió a dos gemelos
a dirigir las operaciones en la Tierra: el prometedor científico Enlil y
el líder militar Enki. La pareja de hermanos anunnakis desembarcó
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en lo que ahora es África con un plan: crear con su ADN y el de
unos primitivos simios autóctonos una nueva raza de trabajadores.
Mediante el ensayo, el error, millones de años y la intervención
secreta de los reptilianos, las investigaciones de Enlil acabaron
por producir la humanidad moderna. Pero esta terminó por re-
belarse contra sus amos, provocando la ira de Enki y el acto de
destrucción masiva que recordamos como el diluvio universal. Por
su fracaso y como venganza por su participación en actos subver-
sivos, el Consejo de Nibiru dejó a los anunnakis a merced de las
vociferantes bestias que habían creado. Que muriesen de viejos.
No hay castigo mayor en una sociedad que venera la inmortalidad.
Los supervivientes se ocultaron, lamieron sus heridas y esperaron.
Fue entonces cuando Enlil descubrió que su antiguo enemigo no
estaba, como creían, extinto: mientras él jugaba a la política, los
reptilianos habían practicado una pérfida eugenesia. Sería Enki
quien tomase la iniciativa de vengarse definitivamente de todos.
Los anunnakis se mezclaron con los hijos de los jefes y de los sa-
cerdotes de las primeras ciudades, creando una raza de híbridos
que con el tiempo se convirtió en la élite mundial gracias a sus
conocimientos científicos superiores y genética alienígena. Reyes,
emperadores, zares, patriarcas, terratenientes, presidentes, em-
presarios, banqueros y líderes religiosos de todo el globo pertene-
cen potencialmente (lo sepan o no) a la estirpe alienígena de los
anunnakis originales, llámense Illuminati, Club Bilderbeg, masones
o Nuevo Orden Mundial, son todos lo mismo. Realizan en secreto
sangrientos rituales y depravadas formas de adoración a los anti-
guos dioses de Nibiru y los fundadores de sus linajes largo tiempo
muertos. Realizan viajes al resto del Sistema Solar a bordo de sus
avanzadas naves, potenciadas recientemente con tecnología de
los grises, para visitar las colonias que tienen en Marte, la Luna o
Titán. Los dirige el Consejo de los Trece, cuyo objetivo es asegurar
su primacía en la Tierra, algo que puede estar en entredicho en la
próxima visita de Nibiru a nuestro sistema.
Motivación
Para los anunnakis el único fin es el poder por el poder, tener el
control absoluto de la humanidad y dirigir al rebaño como mejor
les parezca. Donde los reptilianos quieren a los humanos tranqui-
los y cansados, los anunnakis los desean conflictivos para que
aniquilen a los débiles, a las herramientas de sus rivales, y les
permitan construir el llamado Nuevo Orden Mundial.
Temen que, cuando Nibiru regrese al Sistema Solar, los ejércitos
humanos no estén a la altura y acaben barridos, por lo que están
alimentando los conflictos globales para impulsar el desarrollo arma-
mentístico. Finalmente, cuando Nibiru deje de ser una amenaza, diri-
girán al ganado contra los reptilianos en una última y gloriosa guerra.
Luego seguirán construyendo un mundo mejor para sí mismos.
Forma de actuar
Los anunnakis actúan de forma abierta; los últimos años se han
vuelto más arrogantes y disfrutan exponiendo sus reuniones al res-
to de la humanidad. La gente famosa viste con ropa que recuerda
a los símbolos sagrados presentes en sus ceremonias y en ocasio-
nes participa en ellas (lo sepa o no), las películas representan los
métodos que emplean para controlarnos y sus esclavos mentales
(como los famosos MK Ultra) son celebridades a nivel global.
Al dirigir buena parte del sistema bancario mundial, pueden usar
la economía como arma contra grupos díscolos (bloqueos econó-
micos, embargos, chantaje, desahucios, etcétera), y con el con-
trol de los principales gobiernos de Europa, América y Extremo
Oriente tienen en sus manos un poder bélico sin precedentes. Por
desgracia para ellos, se han visto obligados a jugar el juego im-
puesto por los reptilianos y muchas veces dan dos pasos hacia
atrás cuando creen avanzar uno. Suelen utilizar a las agencias de
seguridad de los Estados (y desde hace unas décadas a los gri-
ses) como ejecutores privados, aunque prefieren lanzar al ostra-
cismo social a quienes se atrevan a desvelar hechos del mundo
secreto usando la censura y los medios de comunicación.
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Grises
Los grises no son de este universo, sino de un punto muy alejado
en el futuro de una línea temporal alterna a la nuestra en la que la
humanidad avanzó hasta superar su propia naturaleza emocional,
aunque lo niegan diciendo ser de Orión. Se definen como una es-
pecie sin interés en la dominación, sino en la investigación, y eso
es una verdad a medias: es cierto que no quieren dominar a la hu-
manidad, pero se debe a que su objetivo es cosecharla tras su vivi-
sección. Los grises son tan solo unas pocas decenas, aunque sea
porque sus platillos aún no tienen recursos para producir ejércitos.
Lo que nunca dirán es que los que se han dado a conocer son
esclavos a las órdenes de dirigentes secretos. Sus amos maquinan
en los rincones más oscuros de la Tierra, manejando a sus servi-
dores como peleles con el mero poder de sus insondables mentes.
Los grises se dieron a conocer el 10 de junio de 1947 tras estrellar
un platillo en Roswell (Nuevo México) para llamar la atención de los
amos secretos de la Tierra. Casi llevaron a reptilianos y anunnakis a
una nueva guerra por el saqueo de su tecnología, pero intervinieron
en el último momento para reclamar la paz asegurando un intercam-
bio de conocimiento científico por el permiso para actuar en la Tie-
rra con libertad. Al poco tiempo empezaron a ofrecer sus servicios
como mercenarios a cambio de renovar dicho permiso de investiga-
ción. Por supuesto, como a menudo pasa cuando hablamos de los
grises, era todo una mentira. Para cuando los amos decidieron dar a
conocer a sus peones, llevaban casi cincuenta años recorriendo la
Tierra invisibles a los ojos de todos, abduciendo y cosechando hu-
manos (por ejemplo, se «aliaron» con los nazis en los años previos
a la Segunda Guerra Mundial y les construyeron una base secreta
en el círculo polar ártico, que sigue en activo). Cuando descubrieron
la naturaleza de los dos gobiernos secretos de la Tierra empezaron
a maquinar la mejor forma de llamar su atención. La promesa de
chucherías tecnológicas usando como reclamo una nave arcaica
y los cuerpos de unos pocos grises fue la manera escogida, y el
ofrecimiento de sus servicios «desinteresados» como mercenarios,
la mejor manera de extender sus tentáculos.
Paralelamente, emisarios grises fueron contactando con militares,
científicos y políticos de todo el globo con el fin de ofrecer inter-
cambios tecnológicos y culturales, todo ello con el objetivo de au-
mentar su conocimiento de los humanos del presente continuo y
facilitar la cosecha al crear la dependencia hacia su tecnología.
Expresado con sencillez: llegado el momento de la cosecha, pul-
sarán el botón de off de nuestro mundo.
Pero de momento prefieren estudiarnos y jugar con nuestros frági-
les cuerpos. El fenómeno de las abducciones y los encuentros con
humanos forman parte de estos estudios, lo mismo que las muti-
laciones de ganado. Los amos disfrutan con el terror de nuestra
especie, puesto que las emanaciones psíquicas producidas por
las «bajas emociones» constituyen su principal fuente de alimen-
to. Cuando nos cosechen se darán un festín.
Motivación
La praxis casi ritual de los grises requiere que nos conozcan antes de
cosecharnos. Es por ello que nos abducen, sondean, torturan, sanan
y enferman para ver cómo reaccionamos. Pero no solo nos viviseccio-
nan en mesas de quirófano, también juegan con nuestras mentes al
dibujar en los sembrados o provocar encuentros y avistamientos ovnis.
Además, están interesados en facilitar el acceso a su tecnología a
humanos, anunnakis y reptilianos con el fin de volverlos más y más
dependientes hasta que el día que la cosecha empiece no tengan
más que apagar el mundo antes de ponerse a trabajar. La cose-
cha de toda vida es lo único que importa a los amos, pues solo
así pueden seguir fabricando ejércitos de grises esclavos bajo el
mando de unos pocos amos.
Forma de actuar
Los grises utilizan el sigilo para realizar sus operaciones, puesto
que son los amos absolutos de la invisibilidad y la desinformación.
Apagarán con un impulso electromagnético las luces de toda una

ciudad si con ello pueden desembarcar desde una nave nodriza,
borrarán los recuerdos de docenas de personas (o les crearán
recuerdos nuevos y contradictorios) para borrar sus huellas. Pero
son bastante descuidados a la hora de encubrir sus operaciones
y abducciones, pues saben que la humanidad no está dispuesta
a creer a personas que hablan de secuestros extraterrestres o que
catalogan como milagros las extrañas sanaciones o los embara-
zos espontáneos. Su tecnología es muy avanzada, más que la de
las otras dos facciones que se disputan la supremacía, y la usan
de forma intensiva.
Organizaciones
En los mundos de la conspiranoia, los amos ocultos de la Tierra
emplean distintas organizaciones para ejercer su poder, librar ba-
tallas secretas o sencillamente seguir manteniendo el secreto a los
ojos mundanos. La mayoría de miembros de estas organizaciones
desconocen a qué poderes sirven realmente, otros son frutos de
sus investigaciones genéticas y luego están los que saben per-
fectamente cuál es la realidad. Puede que incluso sean víctimas,
poco más que carne en el congelador de monstruos o presas lo-
botomizadas confinadas a un harén.
MK Ultra
El Proyecto MK Ultra es un programa secreto de la CIA que desde
1953 lleva controlando la mente humana empleando drogas, hipnosis,
torturas de todo tipo y tecnología de origen extraterrestres (más con-
cretamente, de los grises). Desde los años cincuenta hasta la fecha
han proporcionado a los anunnakis personas totalmente dominadas
para su diversión, creando toda una legión de siervos que muy de
vez en cuando consiguen escapar de sus amos, o para convertirlos
en famosos que sigan distrayendo a las masas. MK Ultra se encarga
de secuestrar a ciudadanos estadounidenses para someterlos a ho-
rrorosos procesos que terminarán por convertirlos, bien en agentes
durmientes, bien en esclavos. Los primeros son empleados por la CIA
para realizar asesinatos o acciones punitivas y han sido vitales para
mantener a los miembros de MK Ultra lejos de las cámaras. Muchos
enemigos de la conspiración han terminado en la morgue al rebelarse
uno de ellos como un agente durmiente entrenado para matar.
Concepto: Programa secreto de la CIA
Motivación: Proveer al poder de agentes durmientes
Recursos 6 Desvían fondos de la CIA
Influencia 6 Sirven a amos poderosos
Poder 6 Tienen un ejército de agentes durmientes
Tamaño 2 Un grupo muy unido
Hitos
Son unos de los siervos preferidos de los anunnakis.
Tienen agentes durmientes por todo el globo.
Muchos famosos (cantantes, actores, youtubers, políticos)
son esclavos suyos.
Pueden convertir a cualquiera en un esclavo MK Ultra.
Hombres de negro
Los hombres de negro llevan apareciendo desde hace unos sesenta
años por todo Estados Unidos y más allá tras avistamientos de ovnis,
encuentros en tercera fase (o superior) o fenómenos paranormales.
Vestidos de negro riguroso con impecables camisas blancas y con
los ojos ocultos tras oscuras gafas, visitan sin previo aviso a las per-
sonas que hayan entrado en contacto con dichas anormalidades. En
ocasiones las chantajean para que nieguen públicamente haber visto
lo que han visto, en otros casos se limitan a interrogarlas de forma
cortés e incluso pueden llegar a requisar objetos vinculados a esos
fenómenos. También se los ha visto colocando elementos en lugares
públicos para ponerlos al alcance de civiles y realizar un seguimiento
CULTOS INNOMBRABLES
de quienes interactúen con ellos. En realidad, los hombres de negro
son individuos creados por los reptilianos para combatir a anunnakis
y controlar la actividad de los grises. Sus amos han trabajado mucho
para colocarlos en un discreto pero protegido nicho de la superes-
tructura del gobierno de los Estados Unidos, logrando que sean un
fantasma con credenciales y autoridad oficial.
Concepto: Juguetes de los reptilianos
Motivación: Servir a los reptilianos
Recursos 7 Tecnología reptiliana adaptada
Influencia 6 Pueden actuar con impunidad
Poder 3 Sus credenciales asustan hasta al sheriff
Tamaño 4 Mientras haya probetas, siempre habrá más
Hitos
Han sido creados por los reptilianos como cortafuegos y eje-
cutores de sus adversarios.
Son una amalgama de genética humana y reptiliana criada
para obedecer y matar.
Su gran autoridad proviene de una maraña de departamen-
tos imposible de rastrear.
Han colocado artefactos, como el videojuego Polybius, en
lugares civiles para provocar extrañas reacciones en las
mentes de los humanos.
Nazis del círculo polar ártico
Cuando Alemania estaba a punto de ganar la guerra en Europa, un
grupo de grises, que ya venían colaborando con los nazis desde
finales de los años treinta, ofrecieron a un grupo selecto de tropas
y científicos un refugio lejos de los Aliados. Estos terminaron junto a
sus familias en una oscura base secreta en lo más hostil de Alaska
y ahí siguen, después de varias generaciones, ajenos al resto del
mundo, viviendo en una parodia del Reich alumbrada por luces arti-
ficiales y manipulada por los grises. Los nazis del círculo polar ártico
poseen varias reliquias obtenidas por la Sociedad Thule en el lejano
y esplendoroso pasado, así como extraños ovnis y dispositivos béli-
cos que amalgaman la tecnología del Reich con el conocimiento de
los grises. Creen que los grises son una versión futura de la gloriosa
raza aria que ha viajado al pasado para ayudar a sus antepasados
a sobrevivir en un mundo de plagas de humanos inferiores, convir-
tiéndolos en la última esperanza de Germania. En realidad no son
más que ratas en un laboratorio cuya genética está siendo estudia-
da y manipulada con el fin de crear nuevos agentes. O juguetes. No
tendrán la más mínima oportunidad cuando los grises se cansen
de ellos, cosa que podría pasar ahora que algunos jóvenes nazis
quieren dejar su refugio y explorar el mundo exterior.
Concepto: Endogámicos restos del Reich
Motivación: Preservar el glorioso legado del Reich hasta
que vuelvan los tiempos de guerra
Recursos 4 Oro nazi
Influencia 1 Viven aislados en el Ártico
Poder 6 Legado de la Sociedad Thule
Tamaño 4 Una pequeña ciudad de nazis endogámicos
Hitos
Varios centenares de nazis fueron escondidos por los grises
en un remoto lugar de Alaska.
Poseen la Alien Wunderwaffe, arma que mezcla tecnología
germana con ciencia extraterrestre.
Los grises los han sometido en secreto a experimentos ge-
néticos.
Los más jóvenes han empezado a explorar el exterior con
vistas a una guerra futura.
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