A p l i c a c i ó n de
LOS ABUSOS DE ESTEROIDES ANABOLIZANTES Y OTRAS HORMONAS
Se estima que en Estados Unidos alrededor
de un millón de individuos, la mitad de ellos
adolescentes, abusan de los esteroides
anabolizantes, unas hormonas sintéticas. Los
esteroides anabolizantes son andrógenos
(hormonas sexuales masculinas) sintéticos
que se desarrollaron en la década de 1930
para evitar la atrofia muscular en pacientes
con enfermedades que imposibilitaban el
movimiento. En la década de 1950, los
esteroides anabolizantes se popularizaron
entre atletas profesionales, que los utilizaban
para aumentar la masa muscular, la fuerza y la
resistencia físicas y la agresividad. Las marcas
conseguidas por estos atletas mejoraron,
pero las mejoras se debían, al menos en
parte, a la euforia inducida por el fármaco y al
mayor entusiasmo por entrenar.
Como ocurre con otras hormonas, la
concentración de los esteroides que circulan
en la sangre está regulada de manera precisa,
por lo que el uso de los anabolizantes
interfiere con los procesos fisiológicos
normales. Estos fármacos permanecen en el
cuerpo durante largos periodos. Sus
metabolitos (productos de su degradación)
se detectan en la orina hasta seis meses
después de haber sido consumidos.
Incluso con un consumo a corto plazo y
con dosis relativamente pequeñas, los
esteroides anabolizantes tienen un efecto
significativo sobre el estado de ánimo y el
comportamiento. A dosis mayores, los
usuarios experimentan trastornos de los
procesos mentales, problemas de memoria,
confusión y falta de concentración. El término
"furia por esteroides" hace referencia a los
cambios de ánimo, la ira impredecible, al
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concept o s
aumento de la agresividad y a la conducta
irracional que muestran muchos usuarios.
Los esteroides anabolizantes elevan la
presión arterial, dañan el hígado, producen
tumores y elevan la concentración de
lipoproteínas de baja densidad (LDL; el
"colesterol malo"), lo que aumenta el riesgo
de padecer una enfermedad cardiovascular.
En los adolescentes, estos esteroides
producen acné grave e interrumpen el
crecimiento porque las placas de crecimiento
de los huesos se cierran de forma prematura.
El abuso de estas hormonas reduce la función
sexual. En los varones, puede reduciré)
tamaño de los testículos y causar esterilidad.
En las mujeres también pueden producir
esterilidad y la aparición de características
masculinas, como barba y reducción del
tamaño de los pechos.
Cuando en la década de 1960 salieron a la
luz sus graves efectos secundarios, su
consumo se hizo polémico, y en 1973 el
Comité Olímpico Internacional prohibió su
uso. En la actualidad están prohibidos en todo
el mundo por las organizaciones deportivas
tanto "amateur" como profesionales. Sin
embargo, según la Drug Enforcement
Administration de Estados Unidos, existe un
mercado negro multimillonario relacionado
con las hormonas sintéticas. Se pueden utilizar
en forma de inyectables y tomarse como
pildoras. Los consumidores de esteroides que
comparten agujas o utilizan técnicas no
estériles cuando se inyectan los esteroides
están en riesgo de contraer hepatitis, VIH y
otras infecciones graves.
El consumidor típico de esteroides
anabolizantes es un varón (95%) atleta (65%),
a menudo jugador de fútbol americano,
levantador de pesas o luchador. Sin embargo,
en Estados Unidos, sorprendentemente
alrededor de 10% de los estudiantes
preuniversitarios varones ha consumido
esteroides anabolizantes y aproximadamente
un tercio de ellos nunca ha formado parte de
ningún equipo deportivo. Estos adolescentes
utilizan estas hormonas sólo para cambiar
de aspecto físico (para "hacer músculos") y
aumentar su fuerza. Muchos consumidores
de esteroides anabolizantes tienen dificultad
para percibir de manera realista su propia
imagen corporal. Siguen sin estar contentos
de ella, incluso después de aumentos
impresionantes de la masa muscular.
Algunos individuos también abusan de
otras hormonas, incluidas la hormona del
crecimiento (GH) y la eritropoyetina. La GH,
como los esteroides anabolizantes, ayuda a
incrementar la masa muscular pero también
causa acromegalia, una .condición en la que
ciertos huesos crecen anormalmente. La
hormona del crecimiento también puede
causar la diabetes y aumentar el tamaño del
corazón, lo que puede conducir a un paro
cardiaco. La eritropoyetina, una hormona
producida por el riñon, aumenta la cantidad
de glóbulos rojos en la sangre. Aunque el
mayor transporte de oxígeno puede ayudar a
mejorar las marcas que puede conseguir un
atleta de resistencia hasta en un 10%, la
cantidad anormalmente elevada de glóbulos
rojos también puede producir graves
problemas cardiovasculares. El abuso de la
eritropoyetina ya ha causado la muerte de
varios atletas.