LA UNIDAD BAJO LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)

1. El fortalecimiento de la monarquía española

El poder real se impone al mismo tiempo que la orden es restablecida por los Reyes Católicos, el
Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón. · La nobleza es sumisa; Se toman órdenes militares
en la mano.
La lnquisición se reorganiza para combatir a los herejes (1478) y sus primeras víctimas son los
judíos, obligados a convertirse o exiliarse en 1492, mientras que la misma opción se impone a los
musulmanes desde 1502. Los municipios españoles son Controlado en Castilla por corregidores,
en Aragón por cancelleros designados por los soberanos. Se prepara así la unidad nacional. Desde
antes, la acción conjunta de los dos reinos permite la finalización de la Reconquista por la
captura de Granada (1492); Unos años más tarde, Fernando derrotó a Carlos VIII en Francia y
Luis XII.

2. El descubrimiento de un nuevo mundo Las carabelas castellanas se esfuerzan por competir

en los océanos con las de Portugal y comparten, bajo los auspicios del papa, las tierras por
descubrir (Tratado de Tordesillas, 1494). Dos años antes, Cristóbal Colón, al servicio de Isabel,
desembarcó en la isla de Guanahani (San Salvador), abriendo la era colonial. La reina organiza el
comercio con las nuevas posesiones del otro lado del Atlántico y crea en Sevilla, desde 1503, la
Casa de cooperación, organismo que centraliza los asuntos coloniales. Con un grupo efectivo de
funcionarios universitarios, los letrados ("literati"), España fue en los albores del siglo XVI un
país unido con la organización estatal más avanzada de Europa.

ESPAÑA DE HABSBURG (1516-1700)

Después de la adhesión de Carlos V, España es la principal potencia europea que ingresa en su

"Siglo de Oro". El único estado multinacional de este tipo en la cristiandad latina, "España" reúne
varias coronas (las de Castilla, preeminentes y aragonesas, la de Portugal entre 1580 y 1640)
bajo la autoridad de un solo monarca que encarna La unidad dinástica y se designa, bajo los
Habsburgo, como "Roí Catholique". Gracias a la riqueza del imperio colonial de América que
entonces se constituye, Charles Ouatta intenta, sin éxito, crear una monarquía universal, antes
de que su hijo Phlllppe afirme su hegemonía a Europa en su conjunto. Afirmándose como el gran
defensor del catolicismo. Después de la muerte de Felipe 11 (1598), comienza un período de
agitación durante el cual España, debilitada económicamente y / o reina, sin gobernar Los
monarcas pobres se agotan al tratar de preservar su estatus de poder monárquico sobre la
escena europea.
1. Carlos V (1516-1556): el poder de un imperio muere Fernando de Aragón, en enero de
1516, su nieto Carlos de Heourg, se proclamó rey de Castilla y Aragón el 14 Más de 1516
(bajo el nombre de Carlos I), junto con su madre. Jea ~ 1 1 .Folle, q_u, tomará el título de
reina de castilla, sin ejercer las prerrogativas, hasta su muerte en 1555.

El maestro de gran parte de Europa

nacido en Gante en 1500. Borgoña por nacimiento y educación, hablando en francés,
Carlos va allí. para la. Primero en agosto, a fines de junio de 1519, al frente del Sacro
Imperio Romano, o en sucesión con su otro abuelo, el emperador Maximiliano. No? No fue
adoptado por los castellanos, que temían verlo sacrificando sus méritos a los del
Emperador. Varias series de revueltas, entre 1520 y 1522 (-> revuelta de los comuneros
en castilla, en Valencia), traducen estas reticencias y amenazan a la frágil autoridad
encubierta de Charles Quint. Este último decide entonces aprender castellano, gobernar
solo y sin control (convocación muy irregular de las Cortes), pero también rodearse de un
grupo de asesores o españoles son más influyentes. Cuando tuvo que ir a sus tierras
germánicas, confió la regencia a su esposa, su prima Isabel, hermana del rey de Portugal
Jean 111, con quien se casó en 1526, y luego a su hijo mayor, Philippe. En busca del oro de
las Américas. Fue durante el reinado de Carlos V que se creó el imperio español de "ldes",
es decir, una vasta finca colonial en América Central y del Sur, que permitió compensar el
agotamiento de la riqueza de las Indias Occidentales. La conquista del Imperio azteano
por Hernán Cortés en México (desde 1519), esta isla del Imperio Inca por Francisco
Pizarra (1526-1541), así como la frenética búsqueda del reino del hombre de oro ( El
Dorado) proporciona una inmensa riqueza de metales preciosos a Carlos V (una quinta
parte de ellos, el quinto, le llega por derecho), sin nada a su favor, ya que esta conquista
es esencialmente el resultado de iniciativas privadas. Se desarrollan controversias en
torno a los métodos y el principio de colonización, especialmente entre Bartolomé de Las
Casas, un dominicano que lo denuncia, y Juan Ginés de Sepúlveda, un teólogo que refuta las
teorías humanistas de Las Casas (controversia de Valladolid, 1550). ).

El sueño de una monarquía universal y católica

Lo que constituye la ambición principal de la política exterior de Carlos V es el dominio de

la unidad de la cristiandad: la lucha contra el avance de los turcos. El Magnífico y contra
la Reforma iniciada por Martín Lutero. Aunque: muy financiado por Castilla, este objetivo
es percibido por los españoles como enredando sus intereses. El fracaso de Carlos V en
estos dos frentes (Avance 1, Urca y la Reforma) condena la idea de la monarquía universal
y lo lleva a desanimarse y abdicar. El 16 de enero de 1556, Felipe el 11, ya soberano de los
Países Bajos y Sicilia, recibió las coronas de Castilla y Aragón, así como los Indas, el
Imperio germanico que regresa al hermano de Carlos V. Fernando I de Habsburgo.
 2. Felipe 11 (1556-1598): una edad de oro contrastante.

Nacido en Valladolid, criado en España, hablando en castellano y portugués, Felipe 11 tiene

raíces ibéricas más fuertes que las de su padre, a quien dedica profunda admiración Tan
sedentario como este era viajero, muy cultivado, poco usado en las armas, hombre de
gabinete con el porno para dejar la imagen de un rey burócrata, Felipe II fortalece la
centralización mientras mantiene separados los Estados de Castilla y Aragón y
preservando la amplia autonomía que disfrutan los municipios y señores, al menos siempre
y cuando no interfieran en la política. En detrimento de Valladolid y Toledo, instaló su
corte y su gobierno en Madrid (1561), una pequeña ciudad promovida como capital, al
noroeste del cual construyó el palacio monumental del Escorial (1563-1584). Uno de los
símbolos de su reinado. Un reinado que es el del clímax político de España pero que está
marcado por guerras incesantes. Felipe II intenta imponer su hegemonía en Europa al
convertir a España en el principal heraldo del catolicismo, un objetivo que, sin embargo,
fusiona motivaciones no religiosas.

La lucha contra el islam y el peligro turco

Contra los turcos de Soliman, encabeza una nueva cruzada en nombre de la cristiandad. El
avance de los otomanos se detuvo por la victoria de Lepanto (1571), ganado en la flota
turca por el escuadrón de la Liga Santa que reúne a las fuerzas navales española,
veneciana y de la Santa Sede comandada por el hermanastro de Felipe 11, don juan de
Austria Finalmente se llegó a un acuerdo en 1580 entre España y el Imperio Otomano,
poniendo fin a un conflicto secular.

El control del imperio colonial portugués

La unión dinástica lograda con Portugal, en 1580, no escapa por completo a esta lógica de
cruzada, ya que se hace posible por la desaparición, sin heredero, del rey portugués
Sebastián, a la izquierda. Lucha contra los infieles en Marruecos (1578). Esta unión
permitió a Felipe II no solo reinar en Portugal con el nombre de Felipe I y extender su
poder sobre toda la Península Ibérica, sino también para asegurar el control del vasto
imperio colonial portugués, pluricontinental(Brasil, África y Asia).

La guerra y la pérdida de los Países Bajos

En la lucha contra el protestantismo, primero forma parte de la guerra holandesa, que
comenzó en el verano de 1566, un conflicto cuyo Es secundario, al principio, pero no se
transforma en una verdadera "guerra de religión". El poderoso, a pesar de la importancia de los
medios puestos en marcha, fue amenazado por la revuelta perpetrada por Guillermo d'Orange,
Felipe II es, al final de su registro, oblongo de reconocer, de hecho, pero no Ley, la
independencia de siete provincias del Norte (las Provincias Unidas) y la división de Flandes en
dos zonas.