PREPASCUA

JUVENIL
2019
DIÓCESIS DE CÚCUTA

PJCucuta
Pastoral Juvenil Diócesis de Cucuta
@PJCucuta
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Primer encuentro (Domingo de Ramos)
«He aquí la sierva del Señor;
hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38).
Objetivo: Concientizar a los jóve-
nes de la Diócesis de Cúcuta ante
la situación del mundo de hoy, de
manera que se pueda responder al
llamado que el Señor nos hace por
medio de su Palabra a ejemplo de la
Virgen María, quien con su testimo-
nio nos enseña a escuchar a Dios y
obedecerlo.
El Papa Francisco nos invita a que «
No tengan miedo de amar, no tengan
miedo de ese amor concreto, de ese
amor que tiene ternura, de ese amor
que es servicio, de ese amor que gas-
ta la vida» (Ceremonia de acogida y
apertura de la JMJ 2019).
Indicaciones generales: En el lu-
gar donde se inicia la procesión,
ambientar con carteleras, que pue-
den decir lo siguiente:
• Bendito el que viene en el nombre
del Señor.
• Hosanna al Hijo de David.
• No tengan miedo de decirle a Jesús
que ustedes también quieren tomar
parte en su historia de amor en el
mundo, ¡que están para más! (Vigilia
con los jóvenes, JMJ 2019)
• «Habla que tu siervo escucha» (Sam
3, 10).
•“Vengan y lo verán” (Jn 1, 39)
•«Te he llamado por tu nombre» (Is
43, 1).
• ”No son el futuro de Dios, ustedes jó-
venes son el ahora de Dios” Santa misa
para la Jornada Mundial de la Juven-
tud 2019).
Elaborar tres altares con las dife-
rentes escenas que se pide en cada
uno de ellos.
Comentario al iniciar
la procesión
¡Hosanna al hijo de David,
Bendito el que Viene en el
nombre del Señor!
Hermanos y hermanas muy buenos
días, la Semana Santa se inicia con
el Domingo de Ramos, el cual abre
solemnemente los acontecimientos
pascuales de la Pasión, Muerte y
Resurrección del Señor.
En su entrada triunfal a Jerusalén
Jesús nos da ejemplo de sencillez,
de paz y sobre todo de dedicación a
la obra que el Padre le encomendó.
Nosotros por tanto estamos llama-
dos a rendirle el homenaje público
de amor, de fe y de reconocimien-
to, demostrándole con esto que lo
aceptamos y alabamos como nues-
tro Señor y Salvador.
El Señor nos ha elegido y nos lla-
ma cada día para estar con ÉL. Por
tal motivo, oraremos en este reco-
rrido por toda nuestra comunidad
parroquial y por nuestros jóvenes,
uniéndonos a la intención del papa
Francisco al celebrar la XXXIV Jorna-

da Mundial de la Juventud que nos
motiva “ha llega de el momento del
envío: vayan cuenten, vayan tes-
timonien, vayan contagien lo que
han visto y oído”.
Preparémonos pues, para iniciar
esta celebración, caminando en ac-
titud de oración y alabanza a Dios,
dispongámonos para vivir esta Se-
mana Santa en la cual conmemo-
ramos el gran misterio de nuestra
salvación.
(Seguidamente se inicia la solemne
bendición como lo pide el Misal Ro-
mano y terminada la bendición se
sigue con el canto en procesión ha-
cia los altares previstos).
• Canto ambientación: Madre de
los pobres. (#467, cantoral: cante-
mos al Dios de la vida).
Primer altar o momento
en la procesión
“He aquí la sierva del señor”
Comentario
María acaba de hacer un profundí-
simo acto de fe y de confianza abso-
luta en el poder y en los planes de
Dios. Quizá uno de los más grandes
de toda la historia de la humani-
dad. Con esta sencilla frase, María
ha presentado toda su vida a Dios,
como una hoja en blanco, para que
Dios escriba sobre ella lo que quie-
ra y como quiera. Sin trabas ni con-
diciones.
Para María, la fe no fue un simple
asentimiento frío, intelectual, de unas
verdades, como lo es para tantos
de nosotros. La fe fue un donarse
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totalmente y sin condiciones a Dios
nuestro Señor. Acogió a Dios en su
corazón y en su vida entera. Se en-
tregó del modo más absoluto a la
realización de la Voluntad divina y
de sus planes salvíficos. María ya no
tenía desde ese momento voluntad
propia. Era posesión exclusiva de
Dios.
Creyó en Dios y a Dios porque “para
Él no hay nada imposible”. Por eso
san Bernardo afirma que “por su fe,
María concibió primero a Cristo en
su corazón y luego en su vientre”.
Ése fue el “fiat” –en latín, “hágase”–
de María.
Lema: Con el servicio anuncio a
Jesucristo.
Signo: Las obras de misericordia.
Indicaciones para este altar
Realizar una cartelera sobre las Obras
de Misericordias Espirituales y Cor-
porales, colocando imágenes visi-
bles de manera que puedan obser-
varlas e identificarlas. Se quiere con
esto mostrar el rol del joven y su
servicio a la Iglesia.
Los jóvenes deben preparar una
pequeña representación a mane-
ra de dramatizado, donde puedan
mostrar las Obras de Misericordia
(Corporales y Espirituales) una de
cada tipo. Ejemplo: Un joven en el
piso pasando hambre y otro dándo-
le de comer.
Lectura bíblica: Del Evangelio se-
gún san Lucas 22, 26-27:
Pero no así vosotros, sino que el
mayor entre vosotros sea como el
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más joven y el que gobierna como el
que sirve. Porque, ¿quién es mayor,
el que está a la mesa o el que sirve?
¿No es el que está a la mesa? Pues
yo estoy en medio de vosotros como
el que sirve. Palabra del Señor.
Reflexionemos: Papa Francisco.
Sus palabras son un “sí” valiente y
generoso. El sí de quien ha com-
prendido el secreto de la vocación:
salir de uno mismo y ponerse al
servicio de los demás. Nuestra vida
solo encuentra significado en el ser-
vicio a Dios y a los demás.
Hay muchos jóvenes, creyentes o
no, que al final de una etapa de es-
tudios muestran su deseo de ayu-
dar a otros, de hacer algo por los
que sufren.
Esta es la fuerza de los jóvenes,
la fuerza de todos ustedes, la que
puede cambiar el mundo; esta es la
revolución que puede desbaratar
los grandes poderes de este mun-
do: la “revolución” del servicio.
Ponerse al servicio de los demás no
significa solamente estar listos para
la acción, sino que también hay que
ponerse en diálogo con Dios, en ac-
titud de escucha, como lo hizo Ma-
ría. Ella escuchó lo que el ángel le
decía y después respondió. De ese
trato con Dios en el silencio del co-
razón, se descubre la propia identi-
dad y la vocación a la que el Señor
llama; esta puede expresarse en di-
ferentes formas: En el matrimonio,
en la vida consagrada, en el sacer-
docio…
Todas ellas son modos para seguir
a Jesús. Lo importante es descubrir
lo que el Señor espera de nosotros
y ser valientes para decir “sí”.
Oración: Señor Dios todopoderoso,
haz que, por la intercesión de santa
María, la Virgen, nosotros, tus hijos,
gocemos de plena salud de alma y
cuerpo, para así poder anunciarte
en el servicio a nuestros hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Canto procesión: Hosanna - Hey
(#160 cantoral: cantemos al Dios de
la vida) Opcional.
Segundo altar o momento
en la procesión
“Hágase en mí”
Lema: Con confianza anuncio a Je-
sucristo.
Signo: La Santísima Virgen María.
Indicaciones para este altar
1. Colocar una imagen de la Virgen
María o una persona que represen-
te a la Virgen María.
2. En una cartelera colocar la pre-
gunta ¿En quién tengo puesta mi
confianza? Entorno a esta pregun-
ta, colocar diferentes imágenes que
muestren la realidad a la que el jo-
ven se expone (drogas, placeres,
alcoholismo, matoneo. etc) de ma-
nera que se confronten ante estas
realidades y al lado derecho coloca-
mos una imagen de Jesús.
Lectura Bíblica: Lc 12, 22-24:
“Y dijo a sus discípulos: Por eso os
digo: No os preocupéis por vuestra
vida, qué comeréis; ni por vuestro

cuerpo, qué vestiréis. Porque la vida
es más que el alimento, y el cuer-
po más que la ropa. Considerad los
cuervos, que ni siembran ni siegan;
no tienen bodega ni granero, y sin
embargo, Dios los alimenta; ¡cuán-
to más valéis vosotros que las aves!
Palabra del Señor.
Para la siguiente reflexión
se deben buscar anticipadamente
cuatro lectores
Reflexionemos: Del Papa Francis-
co. (Vigilia JMJ Panamá 2019)
Lector 1: La salvación que Dios nos
regala es una invitación a ser parte
de una historia de amor que se en-
treteje con nuestras historias; que
vive y quiere nacer entre nosotros
para que demos fruto allí donde es-
temos, como estemos y con quien
estemos.
Allí viene el Señor a plantar y a plan-
tarse; es el primero en decir “sí” a
nuestra vida, Él siempre va primero,
es el primero en decir sí a nuestra
historia, y quiere que también diga-
mos “sí” junto a Él. Él siempre nos
primerea.
Así sorprendió Dios a María y la in-
vitó a formar parte de esta historia
de amor. Sin lugar a dudas la joven
de Nazaret no salía en las “redes so-
ciales” de la época, Ella no era una
“influencer”, pero sin quererlo ni
buscarlo se volvió la mujer que más
influenció en la historia.
Lector 2: Le podemos decir con
confianza de hijos: María, la “in-
fluencer” de Dios. Con pocas pala-
bras se animó a decir “sí” y a confiar
en el amor, a confiar en las prome-
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sas de Dios, que es la única fuerza
capaz de renovar, de hacer nuevas
todas las cosas. Y todos nosotros
hoy tenemos algo que hacer nue-
vo adentro, hoy tenemos que dejar
que Dios renueve algo en mi cora-
zón Pensemos un poquito: ¿Qué
quiero yo que Dios renueve en mi
corazón?
Siempre llama la atención la fuerza
del “sí” de María, joven, de ese «há-
gase» que le dijo al ángel. Fue una
cosa distinta a una aceptación pa-
siva o resignada, fue algo distinto
a un “sí” como diciendo: Bueno, va-
mos a probar a ver qué pasa. Fue
algo más, algo distinto. María no
conocía esa expresión, era decidi-
da, supo de qué se trataba y dijo sí.
Lector 3: Fue algo más, algo distin-
to, fue el “sí” de quién quiere com-
prometerse y arriesgar, de quien
quiere apostarlo todo, sin más se-
guridad que la certeza de saber que
era portadora de una promesa. Le
pregunto a cada uno de ustedes,
¿Se sienten portadores de una pro-
mesa? ¿Qué promesa tengo en el
corazón para llevar adelante?
María sin dudas tendría una misión
muy difícil, pero las dificultades no
eran una razón para decir “no”. Segu-
ro que tendría complicaciones, pero
no serían las mismas complicaciones
que se producen cuando la cobardía
nos paraliza por no tener todo claro o
asegurado de antemano.
María no compró un seguro de vida,
María se jugó y por eso es fuerte,
por eso es una influencer, es la in-
fluencer de Dios. El “sí” y las ganas
de servir fueron más fuertes que las
dudas y las dificultades.
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Lector 4: Decir “sí” al Señor, es ani-
marse a abrazar la vida como viene
con toda su fragilidad y pequeñez y
hasta muchas veces con todas sus
contradicciones e insignificancias.
Asumir la vida como viene.
Es abrazar nuestra patria, nuestras
familias, nuestros amigos tal como
son, también con sus fragilidades y
pequeñeces. Abrazar la vida se ma-
nifiesta también cuando damos la
bienvenida a todo lo que no es per-
fecto, a todo lo que no es puro ni
destilado, pero por eso no es menos
digno de amor.
Canto: A María.
Peticiones
Se harán durante la caminata hasta
el tercer altar si se quiere y es largo
el trayecto acompañado de cantos
Pidamos al Señor de la misericordia
por nuestra juventud, a cada una de
las peticiones respondemos: Bendito
el que viene en nombre del Señor.
1. Por el fruto que suscitó la Jorna-
da Mundial de la Juventud, para que
aquellos jóvenes que han recibido
el mensaje del Señor por medio del
Papa, puedan reflejar al mundo de
hoy su experiencia con el Señor.
Oremos.
2. Por todos los jóvenes, para que
su amor, su grandeza, sus ideales,
los pongan al servicio de una socie-
dad más justa, más humana y más
fraterna, según los criterios de Dios.
Oremos.
3. Por nuestros jóvenes, para que
sea el Señor quien nos primoreé en
nuestro diario vivir y así podamos
tomar decisiones en favor propio y
del hermano. Oremos.
4. Por los jóvenes creyentes, para
que con su fe, puedan ser rostro vi-
sibles en sus diferentes ambientes
y así puedan contagiar a muchos
de ese amor apasionado que tiene
Dios para con el hombre. Oremos.
5. Por los jóvenes, para que amen
cada día más a Dios y la Iglesia y así
puedan ser heraldos, de la confian-
za en el Señor. Oremos.
6. Por todos los jóvenes que están
en búsqueda de aquello que pueda
orientar sus vidas y darles sentido,
para que encuentren “caminos de
esperanza” y así puedan descubrir
el gozo del amor en Cristo. Oremos.
7. Por aquellos jóvenes que viven
en familias dividas, en ambientes
de riesgo o en situaciones difíciles,
para que, en esos sufrimientos, la luz
del Señor les haga madurar y desde
ahí puedan ser luz para otros. Ore-
mos.
8. Por los jóvenes del mundo que
viven en países en guerra, de las
cuales se le ha sido arrebatada la
esperanza de un mejor futuro. Para
que, abriéndonos a estas realida-
des, nuestros jóvenes se sientan mo-
tivados y así puedan ser signos de
fe en Dios en medio de las dificulta-
des. Oremos.
9. Por los padres cristianos, para
que a ejemplo de la familia de Na-
zaret puedan reconocer a sus hijos
como un “don” de Dios que genera
felicidad y esperanza para todos.
Oremos.

10. Por todos los que trabajan con
jóvenes: padres, educadores, sa-
cerdotes y animadores de pasto-
ral juvenil, para que puedan dar el
fruto necesario en cada una de sus
actividades, reconociendo el rol del
joven en la Iglesia. Oremos.
11. Por nuestra Diócesis de Cúcuta,
para que sepamos trabajar en co-
munión en favor de la realidad de
nuestros jóvenes que viven en un
mundo de drogadicción, prostitu-
ción, bullying, pornografía, emba-
razos a temprana edad, y así reco-
nociendo tales realidades podamos
trabajar por tantos que necesitan
de una voz de aliento y del mensaje
del amor. Oremos.
12. Por la Iglesia universal, por el
Papa, los Obispos y sacerdotes,
para que acojan y reconozcan la
importancia de una Iglesia joven en
un mundo como el de hoy. Oremos.
13. Por los jóvenes, para que des-
cubran su vocación de ser santos
por medio del sacerdocio, una vida
consagrada y una vida matrimo-
nial, y así puedan responder por
completo al llamado que el Señor
les hace cada día. Oremos.
14. Por los jóvenes, para que pue-
dan escuchar la invitación a ser
parte de una historia de amor del
Señor que se entreteje con nues-
tras historias; que vive y quiere na-
cer entre nosotros para que demos
fruto allí donde estemos, como es-
temos y con quien estemos. Ore-
mos.
15. Por todos los jóvenes, para que
descubriendo el ser discípulos y mi-
sioneros, estén dispuestos a dar su
7
vida al servicio del amor de Dios y
de los hermanos. Oremos.
16. Por todas las familias, para que
en la educación de sus hijos se de-
jen guiar por la fe, haciendo de los
jóvenes constructores de un mun-
do más humano y justo. Oremos.
Oración: Escucha, Padre de bon-
dad, nuestra oración y concede a
tus siervos, que confían en ti, con-
seguir los dones de tu gracia, con-
servar el amor y unidad. Por Jesu-
cristo nuestro Señor. Amén.
Tercer altar o momento
en la procesión
“Según tu Palabra”
Lema: Con alegría anuncio a Jesu-
cristo.
Signo: La Iglesia y los jóvenes
Indicaciones para este altar
1. Se puede representar a la virgen
María y varios jóvenes que rodillas
se enfocan a un ángel que le mues-
tras las escrituras.
2. Se puede hacer un cartel donde
se resalte las imágenes y las frases
más representativas, que se vivie-
ron en la JMJ en Panamá.
Lectura Bíblica: Del evangelio se-
gún San Lucas 1, 45
¡Feliz la que ha creído que se cumpli-
rán las cosas que fueron dichas de
parte del Señor! Palabra del Señor.
Reflexionemos: Del Papa Francisco.
María fue una mujer feliz, porque fue
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generosa ante Dios y se abrió al plan
que tenía para ella. Las propuestas
de Dios para nosotros, como la que
le hizo a María, no son para apagar
sueños, sino para encender deseos;
para hacer que nuestra vida fructifi-
que y haga brotar muchas sonrisas
y alegre muchos corazones. Dar una
respuesta afirmativa a Dios, es el pri-
mer paso para ser feliz y hacer feli-
ces a muchas personas.
Queridos jóvenes: Anímense a en-
trar cada uno en su interior y decir-
le a Dios: ¿Qué es lo que quieres de
mí? Dejen que el Señor les hable; ya
verán vuestra vida transformada y
colmada de alegría.
Segundo encuentro (Lunes Santo)
SOY SERVIDOR Y ANUNCIO A JESUCRISTO
Objetivo
Que a ejemplo de Jesús, los jóvenes
experimenten la opción de servir a
la Iglesia, a la familia, a la sociedad
como materialización del manda-
miento del amor, amarnos unos
a otros en la medida del amor de
Jesús por nosotros. Que a través
de la vivencia de este día puedan
redescubrir en el hermano y junto
a él, el objetivo de la misión para
PRIMER MOMENTO: VER
AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO
Una vez realizada la dinámica, se
dispone al grupo para la realización
de la actividad “Ama a tu prójimo
como a ti mismo”.
Con ésta actividad buscamos descu-
brir cómo al hacer un bien o un daño
Ante la inminente Jornada Mundial
de la Juventud de Panamá, los invi-
to a que se preparen, siguiendo y
participando en todas las iniciativas
que se llevan a cabo.
Les ayudarán a ir caminando hacia
esta meta. Que la Virgen María los
acompañe en este peregrinaje y que
su ejemplo los anime a ser valientes
y generosos en su respuesta.
Oración: Padre Santo, concede a
tu pueblo, que por la intercesión de
Santa María Virgen, nosotros tus hi-
jos, podamos gozar de tus prome-
sas y poder anunciarte con alegría.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
la cual hemos sido llamados: Ser-
vir, que no es más que una cons-
tante y decidida opción por el bien
del otro. “Pues si yo, el Señor y el
Maestro, os he lavado los pies, vo-
sotros también debéis lavaros los
pies unos a otros” (Jn 13, 14).
Oración. Invocación trinitaria,
canto dinámico.
Dinámica rompe hielo: “Ahí viene”
(goo.gl/t8hbXR)
a los otros también es hacerlo a no-
sotros mismos y a la comunidad.
Desarrollo
No se dice el nombre de la actividad
sino hasta el quinto paso. Directa

mente se inicia buscando disponibi-
lidad y sorpresa:
1. Entregar a cada joven un papel y
un lápiz. El coordinador del juego no
lo juega ya que sabe de qué se trata.
2. Se motiva para que cada joven es-
coja en silencio (en su pensamien-
to) a otro/a joven a quien le dirigirá
el papel.
3. Cada joven escribe en el papel
lo que la otra persona debe hacer.
Además debe firmar el papel. Por
ejemplo: “Yo Andrea deseo que
Juan se pare en medio de la sala y
haga como perrito.
4. Al terminar de escribir en el pa-
pel su deseo deberá doblar el papel
y guardarlo en la caja de cartón (o
bolsa negra).
5. En éste momento, con los pape-
les recogidos, el coordinador dice
9
públicamente el nombre de la acti-
vidad: “Ama a tu prójimo como a ti
mismo” o “No hagas a otros lo que
no quieras que hagan contigo”.
6. Luego el coordinador va leyendo
papel por papel y cada joven debe-
rá hacer lo que escribió en su papel.
Es decir que el deseo de cada papel
no lo cumple el destinatario sino la
persona que lo escribió.De esa ma-
nera sabrán por qué el dicho “no
hagas a otros lo que no quieran que
te hagan a ti” en sentido negativo o
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”
en sentido positivo.
Preguntas de profundización
de la actividad
Para todo el grupo:
a. ¿Qué sentimos cuando nos pro-
pusieron pedirle un deseo a otra
persona? ¿De qué nos queríamos
beneficiar o disfrutar?
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b. ¿Cómo nos sentimos cuando nos
dijeron que las peticiones no eran
para otras personas sino para no-
sotros mismos? ó ¿Cómo te per-
cibiste haciendo lo que tú mismo
habías escrito para otro?
Para subgrupos (por parejas, por
ternas, etc.)
c. Siempre nos han recordado no
hacerle mal a otro para que no nos
vaya mal a nosotros. Pero el evan-
gelio pide más: ama a tu prójimo sin
condiciones. ¿Qué significa amar
para servir y no para ser servido?
d. Frente al individualismo ¿El “amor
al prójimo como a sí mismo” qué
características tiene?
e. Frente a la indiferencia ¿El “amor
al prójimo como a sí mismo” qué
características tiene?
Nota: Socializar las respuestas de
los subgrupos.
Texto de apoyo para el líder
de ésta actividad:
Estamos inmersos en una sociedad
que nos invita a ser egocéntricos.
Cada día van apareciendo modalida-
des que pretenden aislar al cristiano
de su hermano. Con las nuevas tec-
nologías, los videos juegos, las apli-
caciones, etc., aparece un mundo
virtual, donde el otro no existe o no
tiene importancia.
En éste contexto la caridad sigue
siendo un valor de gran trascen-
dencia para el ser humano.
Para el cristiano, con la solidaridad,
se experimenta la gracia plena en el
desarrollo de la personalidad, pues
como hombres y mujeres de fe, he-
mos logrado salir adelante luego
de los más terribles desastres (gue-
rras, pestes, incendios, terremotos,
inundaciones, etc.).
Es tan grande el poder de la Cari-
dad, que cuando la ponemos en
práctica nos hacemos inmensa-
mente fuertes y podemos asumir
sin temor grandes desafíos, al tiem-
po que resistimos con firmeza los
embates de la adversidad. La cari-
dad, expresada a través del servicio
a mi hermano persigue una causa
noble y justa de cambiar el mun-
do por uno más habitable y digno,
desde el bienestar y felicidad para
todos.
La falta de caridad
“La falta de caridad denota indife-
rencia, egoísmo, estrechéz de mira-
da en cuanto a los seres humanos.
El que se niega a colaborar de ma-
nera entusiasta y desinteresada con
quienes lo rodean en el logro de un
objetivo común, renuncia a la posi-
bilidad de unirse a algo mucho más
grande y más fuerte que él mismo,
en donde puede encontrar seguri-
dad y apoyo, pues cuenta con el res-
paldo de sus compañeros, lo mismo
que ellos con el suyo.
El individualismo exagerado conduce
a la insensibilidad, a la ausencia de
grandeza humana, y resta méritos
y alegría a cualquier logro por gran-
de que sea, pues no hay con quien
compartirlo. Otro tanto les sucede
a quienes, contando con los medios
para ayudar desinteresadamente a
sus semejantes (mediante oportuni-
dades de trabajo, por ejemplo), no se

conmueven en absoluto por sus pe-
nas, ni hacen nada en absoluto para
aliviarlas. Estas personas nunca se-
rán admiradas, ni queridas con sin-
ceridad, ni sus posesiones y dinero
tendrán valor humano alguno.”
(Mejía, Alba. http://proyectodesolidari-
dad2013.blogspot.com/2013/)
SEGUNDO MOMENTO: JUZGAR
ME AMÓ AL EXTREMO
Se reflexiona en tres bases previamen-
te preparadas dentro del salón. A la se-
ñal del coordinador los grupos rotan
de base a la siguiente en orden, hasta
que todos los grupos pasen por las tres
estaciones.
Puede que preparen tres personas
para cada base, para hacer tres gru-
pos; pero también puede que uno guíe
a todo el grupo por el paso por cada
estación. Con tiempo se prevé decidir
sobre esto. Si eligen hacer tres grupos
es bueno darles una hoja de papel y
un lápiz para resolver las preguntas y
hacer el dibujo que luego socializarán.
Primera base:
“Dios está loco de amor por mí”
Altar con símbolos: Un gran cora-
zón con la palabra: amor. Cartelera
con título de base.
La palabra dice:
Del Evangelio según San Juan 13, 1
Antes de la fiesta de la Pascua, sa-
biendo Jesús que había llegado la
hora de pasar de este mundo al Pa-
dre, habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los amó hasta
el extremo. Palabra del Señor.
11
a.- Reflexionemos sobre la situación
de todos aquellos menos favoreci-
dos que nosotros, y no cerremos
los ojos frente a sus problemas y
necesidades.
b.- Si hay una causa en la que cree-
mos y sabemos que podemos cola-
borar, no vacilemos en hacerlo.
La palabra me dice
• Describamos lo que dice el texto.
Cuál es la palabra más fuerte del
texto. Cuáles son los verbos se-
cundarios que apoyan. Qué quie-
re decir el texto.
• ¿El texto, el título y los elementos
del altar qué relación tienen? ¿Por
qué crees que se llama esta esta-
ción así?
• ¿Cuáles son las actitudes que me
impiden ser un fiel misionero del
mandamiento del amor?
Qué hago con lo que
nos dice la palabra
Ahora realicen un dibujo que re-
presente lo que reflexionaron en
ésta estación y que se una con lo
representado en las otras dos es-
taciones.
Segunda base: “Mis pies lavados
para lavar los de mi hermano”
Altar con símbolos: Recipiente con
agua, toalla. Cartelera con título de
base.
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La palabra dice:
Del Evangelio según
San Juan 13, 2-11
Estaban cenando (ya el diablo le ha-
bía metido en la cabeza a Judas Is-
cariote, el de Simón, que lo entre-
gara) y Jesús, sabiendo que el Padre
había puesto todo en sus manos,
que venía de Dios y a Dios volvía, se
levanta de la cena, se quita el man-
to y, tomando una toalla, se la ciñe;
luego echa agua en la jofaina y se
pone a lavarles los pies a los discí-
pulos, secándoselos con la toalla
que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro y éste le dijo:
— Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le replicó:
— Lo que yo hago, tú no lo entien-
des ahora, pero lo comprenderás
más tarde.
Pedro le dijo:
— No me lavarás los pies jamás.
Jesús le contestó:
— Si no te lavo, no tienes nada que
ver conmigo.
Simón Pedro le dijo:
— Señor, no sólo los pies, sino tam-
bién las manos y la cabeza. Jesús le
dijo:
— Uno que se ha bañado no nece-
sita lavarse más que los pies, por-
que todo él está limpio. También
vosotros estáis limpios, aunque no
todos. (Porque sabía quién lo iba a
entregar, por eso dijo: «No todos
estáis limpios»). Palabra del Señor.
La palabra me dice
• Describamos lo que dice el texto.
Cuál es la palabra más fuerte del
texto. Cuáles son los verbos se-
cundarios que apoyan. Qué quie-
re decir el texto.
• ¿El texto, el título y los elementos
del altar qué relación tienen? ¿Por
qué crees que se llama esta esta-
ción así?
• Al iniciar analizábamos que lo
que no quiero que me hagan, tam-
poco debo hacerlo a mi herma-
no. Pero también es cierto que
si siento que algo es bueno, de
la misma manera lo comunico y
comparto.
- Ahora pienso en qué momento
me siento feliz y de qué mane-
ra éste sentimiento es alegría de
Dios.
- ¿Cómo puedo compartir mis
momentos de alegría con los de-
más?
Qué hago con lo que
nos dice la palabra
Ahora realicen un dibujo que repre-
sente lo que reflexionaron en ésta
estación y que se una con lo repre-
sentado en las otras dos estaciones.
Tercera base:
“Servir al estilo de Jesús”
Altar con símbolos: Un pan, una
copa de vino y una estola. Cartelera
con título de base.
La palabra dice: Del Evangelio
según San Juan 13, 12 - 15
Cuando acabó de lavarles los pies,
tomó el manto, se lo puso otra vez
y les dijo: -¿Comprendéis lo que he
hecho con vosotros?- Vosotros me
llamáis «El Maestro» y «El Señor», y
decís bien, porque lo soy. Pues si yo,
el Maestro y el Señor, os he lavado

los pies, también vosotros debéis
lavaros los pies unos a otros: os he
dado ejemplo para que lo que yo he
hecho con vosotros, vosotros tam-
bién lo hagáis. Palabra del Señor
La palabra me dice:
• Describamos lo que dice el texto.
Cuál es la palabra más fuerte del
texto. Cuáles son los verbos se-
cundarios que apoyan. Qué quie-
re decir el texto.
• ¿El texto, el título y los elementos
del altar qué relación tienen? ¿Por
qué crees que se llama esta esta-
ción así?
• El sacerdote está llamado a ser
ejemplo de servicio, ¿Cuáles son
las acciones concretas que yo debo
emprender en mi comunidad para
cumplir con la misión que el Señor
me encomienda a través de la vi-
vencia del evangelio y la Eucaris-
tía?
Qué hago con lo que
nos dice la palabra
Ahora realicen un dibujo que repre-
sente lo que reflexionaron en ésta
estación y que se una con lo repre-
sentado en las otras dos estaciones.
Nota: Al final se socializan los tres
dibujos hechos en la hoja de papel
de cada grupo.
Texto de apoyo para el líder
de ésta actividad:
Hoy la Iglesia renueva el llamado
hecho por nuestro Señor: “Pues si
yo, el Señor y el Maestro, os he la-
vado los pies, vosotros también de-
13
béis lavaros los pies unos a otros”
(Jn 13, 14).
Un lavado que va más allá de la ac-
ción física de limpiar nuestro cuer-
po con agua, es limpiar nuestros co-
razones de aquellos sentimientos
y actitudes que me impiden acer-
carme al otro como mi igual, como
otro hijo de Dios, como hermano
en la fe que profesamos e inclusive,
a ver también a Cristo en aquellos
que aún esperamos con amor.
Es, entonces, la respuesta que como
jóvenes debemos dar al llamado, a
la misión, pues como dice el Papa
Francisco: “Vosotros, jóvenes, tenéis
fuerza, atravesáis una fase de la vida
en la que sin duda no faltan las ener-
gías. Usad esa fuerza y esas energías
para mejorar el mundo, empezando
por la realidad más cercana a voso-
tros.
Deseo que en la Iglesia se os con-
fíen responsabilidades importantes,
que se tenga la valentía de daros
espacio; y vosotros, preparaos para
asumir esta responsabilidad.”
El Evangelio nos enmarca
en la misión a la que
nos llama el Señor:
Lavaros los pies unos a otros, es
decir, sin importar condición social,
nivel de escolaridad, lugar de traba-
jo u ocupación, debemos estar en
disposición de ayudar al hermano,
atenderlo, escucharlo, brindarle
todo cuanto de nosotros necesi-
te, puesto que es allí donde radica
la esencia de este mandamiento,
amarnos unos a otros en la medida
del amor del Señor, en otras pala-
bras, amar con la vida misma.
14
SEGUNDO MOMENTO: ACTUAR
SERVIR CON AMOR
Desarrollo
1. Se ambientara con la canción:
Eucaristía - Kairy Márquez Link:
goo.gl/TafLNM
Escuchando o viendo el video de la
canción anterior, invitamos a cada
uno de los participantes a hacer un
examen personal e íntimo sobre el
significado que tiene en su vida la
Última Cena, los elementos usados
aquella vez, la circunstancias que
la rodearon, los participantes, en
especial la palabras con las cuales
nuestro Señor instituyó la Eucaris-
tía: “Haced esto en memoria mía”.
La manera como la he vivido desde
la primera comunión y el valor que
como cristiano tiene la vivencia de
Tercer encuentro (Martes Santo)
CARGANDO CON LA CRUZ ANUNCIO A JESUCRISTO
- VIACRUCIS -
Objetivo
Lo jóvenes en un ambiente de reco-
gimiento y contemplación, meditan
las estaciones del santo Viacrucis,
acompañan a Jesús camino al calva-
rio y reflexionan sobre el sentido de
la Cruz y el compromiso que tene-
mos de llevarla todos en una vida
de entrega de amor por los demás.
Se pide organizar con tiempo las es-
taciones, si es posible adornar cada
estación con un altar y un Cristo.
Canto de entrada
la eucaristía: Como recuerdo y ac-
ción de gracias a Jesús.
2. Agradecer
Para finalizar el encuentro se ela-
borara una cartelera, donde cada
joven expresará un mensaje para
el/los sacerdote(s) de su comuni-
dad, reconociendo en él las virtu-
des, labores y servicios que ha(n)
prestado como servidor de Cristo,
ministerio sacerdotal instituido por
nuestro Señor en la Última Cena.
Esta cartelera le será entregada en
signo de gratitud a él/ellos en com-
pañía de todos los miembros de la
comunidad juvenil ambientada por
la canción sacerdote para siempre.
Link: goo.gl/NdtEXa
Sacerdote: Queridos jóvenes. Cami-
nar con Jesús será siempre una gra-
cia y un riesgo.
Es gracia, porque nos compromete
a vivir en la fe y a conocerlo, entran-
do en lo más hondo de su corazón,
comprendiendo la fuerza de su Pa-
labra y el significado profundo de
sus acciones, su cercanía amorosa,
su generosa entrega, su amor por
todos, para asumir como siervo do-
liente, los misteriosos caminos de la
humanidad tantas veces marcados
con el signo de la Cruz.

Es riesgo porque Jesús, el maestro,
el camino, la verdad y la vida sabe,
que su Palabra, que sus gestos, que
sus acciones, contrastan con el es-
píritu del mundo, con la ambición
humana, con las propuestas de una
cultura del descarte y del desamor.
Hay una certeza que llena de Espe-
ranza este camino de la cruz: Jesús
lo recorrió con amor y también lo
vivió la virgen gloriosa, la que desde
el comienzo de la Iglesia ha querido
sostener con su ternura el camino
de la evangelización. En cada paso
la miraremos también en el rostro
que ella escogió para poder estar
más cerca de sus hijos.
V/. En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
15
prometerse con la vida, con la ver-
dad, con la esperanza.
Sacerdote (párroco o vicario):
Oremos (breve pausa en silencio).
“Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese así mismo, tome su cruz y sí-
game”.
Señor, mira con misericordia a estos
jóvenes de nuestra parroquia (…) y
llena sus corazones con tu espíri-
tu de sabiduría, para que entusias-
mado por tu evangelio, proclamen
buenas noticias a otros jóvenes. Por
nuestro Señor Jesucristo que contigo
vive y reina en la unidad del Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

Joven A: ¿Quién nos separará del

amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La
angustia? ¿la persecución? ¿El ham-
bre? ¿La desnudez? ¿Los peligros?
¿La espada?... Ni lo alto, ni lo profun-
do, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Joven B: Cuando los jóvenes quere-

mos lograr algo no nos damos por
vencidos. Cuando el joven está con-
vencido de su ideal, da todo lo que
tiene por la causa que cree.

Hoy en nuestras parroquias de Cú-

cuta, queremos caminar con todos
los jóvenes de nuestra Diócesis
acompañando a Jesús, queremos
encontrar, en cada paso de esta vía
de dolor y esperanza, las vidas de
muchos que se unieron a la Cruz de
Jesús y que asumieron la gracia de
seguir al Señor y el riesgo de com-
16
VIACRUCIS JUVENIL
I Estación
Jesús en el huerto de los olivos
(Mc 14, 32-36)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“No podemos esperar a ser
perfectos para decir: Aquí estoy”
(Papa Francisco).
Reflexión
Pongamos el corazón en este en-
cuentro orante y sintamos el llamado
que desde Getsemaní se nos hace
para que “hagamos la voluntad” del
Padre y decidamos la vida como un
constante Sí que haga de los jóvenes
los más valerosos en el seguimiento
de Jesús, los más decididos a respon-
der desde cada vocación, los más fie-
les para que el cáliz de la pasión de
Cristo, al que se han unido tantos jó-
venes, se transforme en esperanza y
bendición para todos.
Getsemaní es siempre recuerdo de
silencio, de oración, de sufrimien-
to. Dios viene de modo silencioso
y discreto, sin imponerse a nuestra
libertad; es necesario, entonces,
prepararnos para escuchar con
profundidad su Palabra, aprender
a leer los acontecimientos con los
ojos de la fe, y mantenernos abier-
tos a las sorpresas del Espíritu.
Oración: Danos, Señor Jesús, la ale-
gría de decirte Sí, de dejarnos lla-
mar por ti y de ser enviados a pro-
clamarte a los diferentes pueblos,
sobre todo los que viven situacio-
nes a gran precariedad material y
de crisis espiritual y moral.
La Virgen María, la Virgen dulce,
humilde, pequeña, nos enseñe que
Jesús su hijo y nuestro Maestro, es
libertad y esperanza y que los per-
seguidos de tantos modos y en tan-
tas partes, sientan el consuelo fra-
terno de toda la humanidad.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.

II Estación
Jesús es traicionado por Judas y
arrestado (Mc 14, 43-46)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Padre que todos sean uno, para
que el mundo crea” (Jn 17, 21).
Reflexión
¡Maestro! Así le dice Judas a Jesús.
Hoy también nos acercamos a Jesús
traicionado y arrestado. Hoy vemos
cuánto necesitamos construir la
unidad, para que nuestra fe se vuel-
va un elocuente servicio que ilumi-
ne los pueblos con la verdad y con
la esperanza que Jesús nos regala.
Desde nuestra Diócesis de Cúcuta,
clamamos para que seamos artífi-
ces de comunión, de vida, de alegre
esperanza que le regale al mundo
un “son” novedoso de vitalidad, de
gozosa búsqueda de cuanto nos
une. El camino de una Iglesia que
es artesana de la unidad pasa por
el Huerto de Getsemaní, para ha-
17
llar en el dolor de Jesús un aliciente
para sanar las heridas, para trazar
puentes, para unir las voluntades,
para construir comunidades frater-
nas que sellen alianzas con la alegría
y la esperanza. Por ello, pedimos al
Señor traicionado y arrestado en el
Huerto, que los olivos que rodearon
su dolor, broten ahora como signos
de unidad, de comunión y de paz
para todos y en todas partes.
Oración: Haz, Señor que los jóve-
nes sean “artesanos” de la unidad y
la paz que necesita el mundo, gene-
rosos testigos de vida, de alegría y
de esperanza.
La Virgen de la Caridad del Cobre,
nos enseñe que Jesús, su Hijo y
nuestro Maestro, sigues llamándo-
nos a “ser uno” (Jn 17) y a trabajar
sin cesar en la comunión y en la fra-
ternidad.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
III Estación
Jesús es condenado por el
sanedrín (Mc 14, 55-60, 62, 64)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Seréis odiados por todos”.Los már-
tires no viven para si, no combaten
para firmar sus propias ideas, sino
que aceptan morir solo por la fide-
lidad al evangelio. (Papa Francisco).
18
Reflexión
En la corona gloriosa de los mártires,
San Oscar Arnulfo Romero, Obis-
po y testigo de la fe, nos recuerda
como el Sanedrín se perpetúa en
la historia y cómo muchos hoy son
perseguidos, combatidos, condena-
dos, porque sus vidas, coherentes
y firmes, son un escándalo para el
mundo.
La voz de los mártires será siempre
un cántico de esperanza. La voz de
los pastores que viven como Jesús,
seguirá mostrando a su rebaño el
camino de la vida y de la esperanza;
la voz de los que mueren, por ser
fieles a Jesús, es un eterno grito de
esperanza y de bendición.
Oración: Dar la vida siempre será un
reto. Hoy los jóvenes han de apren-
der a entregarla, a darla con gozo, a
arriesgarla con alegría para que Cris-
to sea vida en medio del mundo.
La Virgen María, nos recuerde cuán
amada es para Dios la sangre de los
mártires, que es semilla de espe-
ranza; y cuánto vale a los ojos del
Señor el corazón ofrecido por todos
aquellos que se unieron a Cristo y
se hicieron ofrenda de paz y bendi-
ción.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
IV Estación
Jesús es negado por Pedro
(Mc 14, 66-72)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Muchas veces, de modo sistemá-
tico y estructural, sus pueblos han
sido incomprendidos y excluidos
de la sociedad. Algunos han consi-
derado inferiores sus valores, sus
culturas y sus tradiciones. Otros,
mareados por el poder, el dinero y
las leyes del mercado, los han des-
pojado de sus tierras o han realiza-
do acciones que los contaminban”
(Papá Francisco. Chiapas, México).

Reflexión
Quiso Dios manifestar a su Hijo con
el rostro humano de todos los que
habrían de ser redimidos. Por eso,
negar a Jesús es también negar su
amorosa decisión de unirse a todo
ser humano, a todas las culturas, a
todas las expresiones de la huma-
nidad que sean capaces de recono-
cerlo como Señor y Salvador.
Nuestros pueblos indígenas retra-
tan a Jesús en el dolor que marca
sus vidas. Negados y olvidados, en-
contraron en su Señor Jesús la ima-
gen de su dolor, el retrato de tantos
olvidos. Por eso, decidieron recono-
cerse en el Siervo doliente y vieron
en sus defensores la mano de Dios
que se tiende hacia quienes debe-
rían ser más amados porque siguen
siendo los primeros en estas tierras.
Los indígenas, los nativos de esta
tierra, se han hecho tan cercanos a
Jesús que Él encontró en sus rostros
el rostro amado que veneramos es-
culpido y pintado con amor por los
que Él hizo sus hermanos.
19
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
V Estación
Jesús es juzgado por Pilatos
(Lc 23, 1-4. 23-24)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Los jóvenes Nos reclaman un cam-
bio. Ellos preguntan cómo es posi-
ble que se pretenda construir un
futuro mejor sin pensar en la crisis
del ambiente y del sufrimiento de
los excluidos (Papa Francisco Lau-
dato Sí).

Oración: Perdón, señor porque no

sabemos reconocer el valor propio
de cada criatura, porque seguimos
considerándolas como objetos de
uso y dominio y no hemos aprendi-
do a contemplar su belleza, agrade-
cer su bondad y a respetar su inte-
gridad y su cultura.

Desde nuestra Diócesis, la Virgen Reflexión

del Rosario nos sigue recordando
como su Hijo siempre se encuentra
en nuestros pueblos indígenas una
cuna de ternura y una cruz florecida
en la esperanza.
“He aquí la sierva del Señor”.
Es propio de los grandes pensar
que todo les pertenece, la vida, las
personas, el mundo. Jesús delante
del que representaba al César nos
ofrece un contraste sugestivo y ad-
mirable. Jesús, es el Señor de todo,
20
y algún día la creación entera se
rendirá ante su presencia gloriosa.
Porque Dios puso en manos de la
humanidad este mundo maravillo-
so, colmado de bellezas y de armo-
nía. Como Pilatos, pensamos que
podríamos disponer de todo y ter-
minamos esclavizando la creación
a las ambiciones de unos pocos, a
la ambición de quienes se creyeron
dueños cuando sólo eran adminis-
tradores.
Nuestro planeta, nuestra casa, no
puede ser víctima de la indiferencia
ni de la autosuficiencia humana.
Oración: Señor, no apartes tu mi-
rada de nosotros cuando alteramos
los ecosistemas, cuando debilita-
mos el poder nutritivo de la natura-
leza, cuando contaminamos las co-
rrientes de agua, el azul profundo
de los mares y las nieves nórdicas.
Sálvanos de La indiferencia cruel
ante nuestro futuro común y no
permitas que arrastremos nuestro
planeta hacia el ocaso.
Desde nuestra Parroquia (…) la San-
tísima Virgen María nos recuerde
que el Señor, condenado a muerte
injusta, será el Señor de todo. Y con
ella digamos:
Alabado seas, mi Señor, por la her-
mana nuestra madre tierra, la cual
nos sostiene y gobierna y produce
diversos frutos con coloridas flores
y hierbas.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
VI Estación
Jesús es flagelado y coronado con
espinas (Mt 27, 26-30)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo..
“Acoger, proteger, promover e inte-
grar a los emigrantes y refugiados”
El emigrante que reside entre voso-
tros como uno de vuestro pueblo y
lo amarás como a ti mismo, porque
emigrantes fuisteis en Egipto. Yo
soy el señor vuestro Dios (Lv 19, 34).
Reflexión
En el evangelio de San Marcos se
nos cuenta la iniquidad de la bur-
la en la que Jesús fue sometido a
afrentas espantosas. La Flagela-
ción y la Corona de Espinas siguen
punzando con crueldad el rostro y
el cuerpo de Jesús. Jesús ha queri-
do que le encontremos en el dolor
de los migrantes y en la angustia
de los refugiados. Él mismo lo fue
en su infancia en Egipto, Él mismo
sintió los pasos de quienes ayer y
también hoy, persiguen con brutali-

dad a quienes, no sólo lo han perdi-
do todo, sino que también sienten
cómo se cierran fronteras y puertas,
cómo las líneas que limitan los paí-
ses se están coronando de espinas
punzantes que amenazan, despre-
cian y rechazan a tantos hermanos.
Oración: Que Jesús, coronado de
espinas, abra las fronteras del cora-
zón de tantos, y que, como Iglesia
joven, nos unamos en la disponi-
bilidad para arrancar del corazón
de tantos hermanos las amenazas
punzantes, las persecuciones que
taladran la vida, las amargas lágri-
mas de los muchos refugiados y mi-
grantes que siguen clamando justi-
cia y consuelo.
La Virgen de Coromoto, patrona de
nuestra hermana Venezuela, la que
ha caminado junto al corazón pal-
pitante de tantos migrantes y refu-
giados, nos ayude a cuidar, sanar y
llenar de esperanza el corazón flage-
lado y coronado de espinas de tan-
tos que han perdido hasta la patria.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
VII Estación
Jesús carga con la Cruz (Jn 19, 16-17)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“La gran riqueza de nuestro catoli-
cismo, es la forma de contar con la
providencia. Una actitud de la que
21
pueden aprender todos los pueblos.
Sabemos que en nuestro país hay
unos límites que sólo pueden ser su-
perados por la intervención de Dios.
Es lo que nos ayuda a seguir vivien-
do y a seguir sobreviviendo”.
Reflexión
San Juan Pablo II nos regaló en la
Cruz Peregrina de las Jornadas de
la Juventud una bandera de espe-
ranza. Es la bandera de Jesús, es el
signo de la entrega que salva, del
amor que se extiende a todos, de
los brazos abiertos del Redentor
que hicieron del árbol santo el sig-
no que señala la gloria, el trono del
Cordero Inmolado, el tribunal en el
que somos juzgados en el amor.
En nuestro camino de la Cruz este
madero santo, que los jóvenes del
mundo han llevado a tantos luga-
res, identifica la vida que se ofrece,
mientras se nos invita a unir a la
cruz todos los dolores del mundo,
todas las cruces que hombres y mu-
jeres llevamos; las cruces de tantas
tragedias, la cruz que representa los
inmensos dolores de las víctimas,
de las violencias.
22
Oración: Señor, que nuestra op-
ción sean los pobres, los débiles, los
sufrientes, los excluidos y los mar-
ginados. Regálanos tu unción que
nos lleve a tomar actitudes críticas
y propositivas frente a la realidad,
denunciando proféticamente las si-
tuaciones de injusticia que viven los
niños y los jóvenes en nuestros paí-
ses de América Latina y el Caribe.
Nuestra Señora del Perpetuo Soco-
rro, nos muestra a Jesús que, en el
camino de la cruz se encuentra con
ella, que es la madre del consuelo y
de la fortaleza. Que ella, la Señora
de la Esperanza, recoja en su cora-
zón maternal el clamor de tantas
víctimas y nos enseñe el saludable
camino del perdón y de la reconci-
liación.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
VIII Estación
Jesús es ayudado por el
Cirineo (Mc 15, 21)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“No se dejen robar la juventud. No
permitan que nadie frene y oscu-
rezca la luz que Cristo pone en el
rostro y en el corazón. Sean teje-
dores de relaciones orientadas a la
confianza, al compartir, a la aper-
tura hacia los confines del mun-
do”. Siendo creados por el mismo
padre, todos los seres del Universo
estamos Unidos por lazos invisibles
y conformamos una especie de fa-
milia universal, una sublime comu-
nión que nos mueve a un respeto
sagrado, cariñoso y humilde.
Reflexión
Los jóvenes saben de solidaridad,
de compasión, de vida compartida,
de encuentros que tienden puentes
y abren caminos para la fraternidad.
En el camino hacia la victoria de Je-
sús, que ahora recorremos, Simón
de Cirene nos representa, nos con-
voca, nos estimula para que todas
las iniciativas que generan frater-
nidad y solidaridad, tengan en esta
estación una motivación segura.
No podemos perder la esperanza
que se vivan las dos dimensiones de
esta virtud: La de quienes no saben
que su esperanza es Dios y por eso
aguardan con confianza que se revele
de algún modo ese amor bondadoso;
y la de nuestra propia esperanza, que
ahora se nos invita a ofrecer. Muchí-
simas veces se nos ha dicho que los
jóvenes somos la esperanza: Para
ello hemos de lograr que esta virtud

florezca en nuestras vidas, sea nues-
tra señal de identidad y el modo de
hacer presencia en un mundo sin
amor y sin alegría.
Oración: Señor, consuela y anima
a tanto jóvenes en el mundo, que
se sienten derrotados por falta de
amor, falta de oportunidades, falta
de amigos, para que, acercándose a
ti, el siempre fiel, encuentren la es-
peranza de vivir.
Nuestra Señora de la Concepción
Aparecida, nos enseñe a ser gene-
rosos y ofrecer toda nuestra soli-
daridad cristiana que, a la luz del
evangelio y nos permita colmar el
mundo con nuestra alegría lumino-
sa que se llama esperanza.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Coro: Canto de transición.
IX Estación
Jesús encuentra a las mujeres de
Jerusalén (Lc 23, 27-28)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“No nos es licito mirar para otro lado
y dejar que tantas mujeres, espe-
cialmente adolescentes sean ‘piso-
teadas’ en su dignidad”.
23
Reflexión
Las mujeres de Jerusalén tienen la
virtud de ofrecernos el esplendor de
la gracia y de las virtudes de las mu-
jeres bíblicas que las antecedieron:
Eva, Sara, Rebeca, Raquel, Judit, Es-
ther, Noemí, Rut... de las que, como
ellas, compartieron aquel tiempo de
bendición junto a Jesús: Isabel, María
de Magdala, Salomé; de las que en
la historia de la fe han sido estre-
llas luminosas en el camino de la
Iglesia: Madres, mártires, doctoras,
fundadoras, misioneras.
Son ellas las mujeres de Jerusalén,
las que ven reflejado en los ojos de
Jesús camino del Calvario, el dolor
secular de mujeres que se unen a la
gloriosa pasión del Salvador en tan-
tísimos sufrimientos, discrimina-
ción, violencia, explotación. Hoy, al
honrarlas, reconocemos en ellas a
nuestras madres, a nuestras herma-
nas, a nuestras amigas, signos vivos
del amor de Dios.
24
Oración: Señor, te pedimos por to-
das las mujeres que sufren discri-
minación de género, desigualdad,
prejuicio. Por aquellas que luchan
en las tinieblas del abuso, de la
pobreza, la soledad, la violencia, la
trata, la esclavitud. Concédeles tu
espíritu, para que, con tu luz y tu
fortaleza, digan si a una nueva vida.
Desde Nuestra Señora de Altagra-
cia, la Virgen fiel, la mujer gloriosa
que es prototipo de toda mujer, nos
recuerde el amor que Jesús prodi-
gó a las mujeres de su tiempo y nos
ayude a vencer toda discriminación,
toda trata, toda violencia de géne-
ro, para que brille en su esplendor
la dignidad de todas las mujeres.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
X Estación
Jesús es crucificado (Mc 15, 21)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“No tengan temor a pedir y ofre-
cer el perdón. No se resistan a la
reconciliación para acercarse, re-
encontrarse como hermanos y su-
perar las enemistades. Es hora de
sanar heridas, de tender puentes,
de limar diferencias. Es la hora para
desactivar los odios, renunciar a las
venganzas y abrirse a la convivencia
basada en la justicia, en la verdad
y en la creación de una verdadera
cultura del encuentro fraterno. Que
podamos habitar en armonía y fra-
ternidad, como desea el Señor”
Reflexión
Desde el madero de la Cruz, levanta-
do sobre la cima del Calvario, Jesús
es Señor. Clavado al madero santo
es el signo definitivo del amor de
Dios, que extiende los brazos para
abarcar a todos, para acoger a to-
dos, para ser el altar sublime en el
que la vida ofrecida en sacrificio pas-
cual se vuelve vida para todos, luz
para todos, misericordia para todos.
Su cuerpo, llagado de amores, se
alza sobre toda la creación como la
bandera de la esperanza, como la
victoria generosa del amor, como la
ofrenda que salva a la humanidad
y restaura definitivamente los lazos
de amor que el pecado había roto
desde el origen mismo de la huma-
nidad y que se evidencia en los De-
rechos humanos tan profanados y
tan mancillados en nuestra dolorosa
historia, en la violencia y la venganza
que destruye países y familias.
Oración: Señor regálanos tu miseri-
cordia para ofrecer el perdón, para

reencontrarnos como hermanos y
superar las enemistades, renunciar
a la venganza y abrirnos a la convi-
vencia basada en la justicia, en la
verdad y en una verdadera cultura
del encuentro fraterno.
Colombia, la que ha sentido tan dra-
mático modo el dolor de la violencia
y del desamor, nos recuerda que en
el crucificado encuentra el mundo el
amor de verdad que reconcilia y sal-
va. La Virgen del Rosario de Chiquin-
quirá nos recuerde que en el gozo,
en la luz, en el dolor y en la gloria de
la vida de Jesús se nos regala la ver-
dadera Paz.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
XI Estación
Jesús promete su reino
al buen ladrón (Lc 23, 39-43)
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“La corrupción no se combate con el si-
lencio. Debemos hablar de ella, denun-
ciar sus males, comprenderla para po-
der mostrar la voluntad de hacer valer
la misericordia sobre la mezquindad, la
belleza sobre la nada”.
Reflexión
El evangelio nos lo ha contado: Je-
sús en la Cruz tiene la llave de la
puerta del reino de la esperanza y
puede abrir para todos los corazo-
25
nes misericordiosos del Padre en el
que todos tenemos un lugar, en el
que para todos amor y perdón. No
podemos olvidar que es un misterio
el cómo pudo aquel ladrón crucifi-
cado reconocer en su compañero
de suplicio el rostro del rey, del que
le abriría el reino de la vida y de la
paz.
Aquel hombre pidió un recuerdo
en el reino tantas veces predicado
por Jesús y halló la vida. Supo al fi-
nal de su existencia reconocer que
la mirada limpia y sincera de Jesús
lavaba sus culpas, arrancaba de su
alma las secuelas de una existencia
dramática y llena de tristeza.
Oración: En este mundo en el que
la corrupción ha provocado tantas
heridas y ha sacrificado la verdad,
la palabra de Jesús nos llama a la
conversión para construir el Reino
y nos promete un paraíso limpio y
sereno, una paz transparente y go-
zosa, una vida nueva y llena de ale-
gría.
Nuestra Señora de la Divina Provi-
dencia, nos recuerde que su Hijo
Jesús, reclinado en su regazo, es el
26
único que nos lleva al puerto de la
vida y al reino luminoso de la bon-
dad y de la verdad.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
XII ESTACIÓN
Jesús crucificado, la madre y el
discípulo (Jn 19, 26-27).
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Te doy gracias, mujer- madre, que
te conviertes en seno del ser huma-
no con la alegría y los dolores de
parto de una experiencia única, la
cual te hace sonrisa de Dios para el
niño que viene a la luz y te hace guía
de sus primeros pasos, apoyo de su
crecimiento, punto de referencia en
el posterior camino de la vida”
Reflexión
No se puede vivir sin madre. María,
la madre, nos regaló en Belén el
fruto bendito de su vientre; siguió a
su Hijo en silencio generoso y obe-
diente: en Caná nos mostró el ca-
mino de la fidelidad y, finalmente,
en el Calvario, junto a la Cruz, según
el Evangelio de San Juan, entendió
que un joven que estaba allí sinte-
tizaba a toda la humanidad que le
fue confiada para que viera en Ella
la Maestra fiel, la Madre providente,
el modelo perfectísimo de santidad
y de vida.
María se ha hecho madre de los dis-
cípulos y, eternamente joven, sigue
cuidando con maternal bondad la
fragilidad de la juventud, la nece-
sidad de la ternura y de la bondad
que defienda a los jóvenes de la
furia del pecado y de la amargura
de la soledad. La primera hora de la
evangelización tuvo en la madre su
pilar de apoyo y su presencia que
abría caminos y corazones.
Oración: La fe es la fuerza del cora-
zón. Oremos con todas las mujeres
que, en sus familias, dan a la vida su
verdadero significado por el don de
un amor gratuito, por las actitudes
maternales que ellas desarrollan día
tras día.
La inmaculada Concepción, tan hu-
milde, tan sencilla, tan madre, siga
acompañando nuestro camino, nos
defienda de la inclemencia de la
desesperanza, nos haga verdaderos
discípulos del que en la Cruz nos la
regaló como modelo y maestra para
nuestra vida.
“He aquí la sierva del Señor”.

R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
XIII Estación
Jesús muere en la Cruz
(Lc 23,44-46).
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Jóvenes sean astutos como una ser-
piente, pero libres como una palo-
ma Para no caer en Las garras de la
violencia o las drogas, las cuales son
sólo algunos de los principales peli-
gros a los que están expuestos por
su falta de experiencia ante la vida”.
Reflexión
La muerte de Jesús en la Cruz es al
tiempo sacrificio, ofrenda, entrega,
luz. Del costado del Salvador brota
un río de luz y de vida. Su cuerpo
traspasado retrata los dolores de
todos los tiempos, de toda la his-
toria, sus palabras son victoria, su
silencio es grito de esperanza, su
27
corazón abierto reina sereno y es
llama de amor vivo que purifica,
sana, redime y consuela.
En nuestro mundo el terrorismo ha
destrozado muchas vidas, los asesi-
natos han roto muchos corazones.
Jesús, muerto en la Cruz, se hace
voz de tantas víctimas para decir-
nos con qué amor debemos defen-
der, respetar y cuidar la vida.
Oración: Señor, te presentamos la
vida de muchos jóvenes que atra-
viesan valles oscuros; jóvenes cuyas
vidas están en peligro, jóvenes que
son acosados violentamente. Te pe-
dimos libre a los jóvenes del mal.
La Virgen de Guadalupe, la que
los mártires de México abrazaron
con amor en sus suplicios, nos siga
mostrando el luminoso rostro del
Señor crucificado y nos enseñe a
sembrar Esperanza allí donde el
desamor taladró el corazón de la
humanidad.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
XIV Estación
Jesús es sepultado (Jn 19,41-42).
C/. Te adoramos, Oh Cristo y te ben-
decimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimis-
te al mundo.
“Toda vida es sagrada, hagamos
avanzar la cultura de la vida como
respuesta a la lógica del descarte
y a la caída demográfica. Recemos
28
Juntos por los niños en peligro de
interrupción del embarazo”.
Reflexión
El sepulcro de Cristo, dicen los evan-
gelios, estaba en un jardín, como
también un jardín estuvo el comien-
zo de la vida. La vida florece en el
cuerpo de Jesús, que, ungido con el
bálsamo de los reyes, envuelto en
la sabana tejida por la clemencia
y la misericordia, espera la aurora
pascual para surgir victorioso.
Hay muchas tumbas, algunas la-
bradas por el arte humano, otras
abiertas en las entrañas de la tierra
para recibir los despojos de tan-
tos muertos, de tantas víctimas de
la violencia y el desamor. Pero hay
una tumba que clama el cielo y de-
nuncia la terrible crueldad de la hu-
manidad: es la tumba que se abre
en el vientre de las madres del que
se arranca la vida inocente. Es la
tumba en la que ya hacen los nue-
vos mártires inocentes, las víctimas
del aborto, que como los niños de
Belén, siguen lanzando al mundo el
grito de su voz ahogada, el clamor
de sus cuerpecitos destrozados,
la honda tristeza de sus derechos
mancillados, la suprema injusticia
que les negó el derecho a vivir.
Oración: Dios nos conceda huma-
nizarnos de verdad, defender con
firmeza la vida, hacer que las leyes
que matan la vida inocente se bo-
rren para siempre.
Que la purísima la Inmaculada Con-
cepción, nos enseñe el valor sagra-
do de la vida desde su concepción
hasta su final natural, para que nin-
guno jamás labre sepulcros en el
vientre sagrado de las madres.
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
De la Cruz a la Cruz
“Los jóvenes son la esperanza de
la misión. La persona de Jesús y la
buena nueva proclamada por Él si-
guen fascinando a muchos jóvenes.
Son muchos los jóvenes que se soli-
darizan ante los males del mundo y
se embarcan en diversas formas de
militancia y voluntariado. Qué bue-
no es que los jóvenes sean ‘Calleje-
ros de la fe’ felices de llevar a Cristo
a cada esquina, a cada plaza, a cada
rincón de la tierra. Hay que involu-
crar a los jóvenes en la responsabi-
lidad misionera, que necesita de su
rica imaginación y creatividad”.
Reflexión
La Cruz de Jesús ha caminado con
nosotros. Catorce veces hemos pro-
clamado el triunfo de la vida, la vic-

toria pascual del cordero que, con
su sacrificio, nos devuelve la espe-
ranza. Ahora, al anunciar la victo-
ria del Señor de la vida, su Cruz se
vuelve bandera de vida y la luz del
resucitado nos lanza la tarea de ser
misioneros de la verdad y de la paz,
testigos de su triunfo sobre la muer-
te, alegres mensajeros que ponen
la fe a correr por las calles, a gritar
en las plazas, a inundar de gozo y
de bendición a toda la humanidad.
Hay que convencer al mundo de
una fe que transforma, de la espe-
ranza que hace surgir la humanidad
del dolor del pecado y de la muer-
te. Jesús vive. Así lo cantamos, así
lo gritamos, así lo seguiremos pro-
clamando desde cada corazón re-
juvenecido con el gozo pascual, ilu-
minado por la gracia bautismal que
se reactiva cuando se nos dice que
en el seno de la Iglesia todos hemos
renacido en Cristo, todos hemos
sido regenerados.
Oración: Que los jóvenes, fuerza vi-
tal de la Iglesia Misionera, asuman
con valentía la misión de llevar a Je-
sucristo a todos los hombres, espe-
cialmente a los otros jóvenes. Que
la Virgen de la Pascua, la reina que
proclama también la victoria de su
Hijo, nos acompañe a hacer la vo-
luntad de Dios y a decir si al Señor
de la vida que vive para siempre.
Santa María, nuestra Señora de Cú-
cuta, la que nos mostró por prime-
ra vez el rostro del Señor de la es-
peranza, nos ayude desde nuestra
Colombia a ofrecer toda nuestra so-
lidaridad cristiana que, con luz del
evangelio y nos permita formar el
mundo con nuestra alegría lumino-
sa que se llama esperanza.
29
“He aquí la sierva del Señor”.
R/. “Hágase en mí según tu palabra”
(Lc 1, 38).
Canto.
Bendición final
Párroco: La bendición no es conclu-
sión de un camino sino envío a pro-
clamar la vida y la esperanza. Al rega-
larles la bendición, los envío a correr
por el mundo con la buena noticia de
la Victoria del Señor y con la alegría
de ser discípulos del que venció la
muerte y reina eternamente.
Párroco: El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu Espíritu.
Inclinan la cabeza para recibir la ben-
dición solemne.
Párroco: El Señor los bendiga y los
guarde, los haga discípulos misione-
ros de la victoria pascual de su Hijo.
R/. Amén.
Que encienda en ustedes la llama
del Espíritu que santifica
R/. Amén.
Que los haga servidores de la verdad
de la justicia de la vida y de la paz.
R/. Amén.
Y la bendición de Dios, Todopodero-
so, Padre, Hijo y Espíritu Santo, des-
cienda sobre ustedes y los acompa-
ñe siempre.
R/. Amén
Podemos ir en paz, demos gracias
a Dios.
Canto de salida.
30
Cuarto encuentro (Miércoles Santo)
ME COMPROMETO CONTIGO JESÚS
Objetivo: Que los jóvenes puedan
dar una respuesta concreta a Je-
sús en un apostolado teniendo un
encuentro con Él a través de la re-
flexión de su vida, que sientan la
necesidad de participar con la Igle-
sia y tengan el deseo de seguir pre-
parándose en su vida para dar una
respuesta más cualificada al llama-
do de ser discípulos misioneros re-
cibido desde el día del bautismo.
Actividad 1
Queremos ver a Jesús
Oración. (Invocación trinitaria, can-
to dinámico).
Dinámica: “Yo tengo un Tic” video
explicativo https://goo.gl/QwnU9r
Ver
En esta primera parte del encuentro
se les hablara a los jóvenes sobre
como los ruidos del mundo nos des-
vían del llamado que Dios nos hace,
pues buscamos llenar nuestros va-
cíos con falsas creencias que hoy se
nos presentan como la moda, ideo-
logías, y llegamos a perder a Dios y
el horizonte de nuestras vidas. Se
pueden usar imágenes impresas o
proyectadas sobre las diversas si-
tuaciones que afectan la realidad
de los jóvenes.
Actividad: La campana, llamado de
Dios.
Materiales: Una campana, latas lle-
nas de piedras u otros objetos que
asemejen el ruido de la campana,
vendas.
Instrucciones: Se vendan los ojos
de los jóvenes que participan del
encuentro y se les invita a llegar al
lugar donde suena la campana o
objeto, tocarla para poder salvarse.
Para llegar a la campana deberán
tener buen oído para no distraerse
del sonido de los demás objetos o
personas. La campana sonará cada
15 segundos. Después de hacer que
suene, esperar unos segundos y mo-
verse para volver a tocarla. Al finalizar
la dinámica se les pedirá a algunos
de los participantes que compartan
sus experiencias.
Reflexionar
Muchos jóvenes en el mundo no han
tenido la oportunidad de escuchar la
Palabra de Dios y de conocer sobre
Él, ya que en sus familia, escuelas y
comunidades poco o nada les inte-
resa la relación con Dios y la forma-
ción en valores humano cristianos.
Otras veces, se ha escuchado o se
les ha presentado al Señor, pero
hay realidades del mundo que re-
sultan mas importantes y de mayor
interés, nos hemos dejado conta-
giar por la moda y por el disfrutar
la vida en fiestas y otras situaciones
que no nos dan espacio para el en-
cuentro personal con Dios.
Invitemos a los jóvenes a reflexio-
nar personalmente estas dos pre-
guntas.

¿Qué realidades me alejan de Dios?
¿Cómo estoy viviendo mi relación
con Dios?
El Catecismo nos dice: 356. De to-
das las criaturas visibles sólo el
hombre es "capaz de conocer y
amar a su Creador" (GS 12, 3); es la
"única criatura en la tierra a la que
Dios ha amado por sí misma" (GS
24, 3); sólo él está llamado a partici-
par, por el conocimiento y el amor,
en la vida de Dios.
Para este fin ha sido creado y ésta
es la razón fundamental de su digni-
dad: «¿Qué cosa, o quién, fue el mo-
tivo de que establecieras al hombre
en semejante dignidad? Ciertamen-
te, nada que no fuera el amor inex-
tinguible con el que contemplaste a
tu criatura en ti mismo y te dejaste
cautivar de amor por ella; por amor
lo creaste, por amor le diste un ser
capaz de gustar tu bien eterno»
(Santa Catalina de Siena, Il dialogo
della Divina providenza, 13).
Todos estamos llamados a una mi-
sión especial en nuestra vida. Dios
nos ha elegido para un fin en espe-
cial y una vocación especifica. No
somos producto del azar, sino del
amor de Dios.
El servir a Dios se nos hace en di-
ferentes espacios de nuestra vida y
en la Iglesia, sea como fieles laicos,
desde el matrimonio, como religio-
sos, religiosas o sacerdotes, todos
estamos llamados desde nuestro
bautismo al servicio del Señor.
Juzgar
Iluminación Bíblica. Mt 19, 16-24
31
¿Qué relación encontramos con lo
visto en el primer momento y la his-
toria que nos narra el evangelio? Se
deja que hagan comentarios.
Si vemos la relación nos damos
cuenta que muchas veces nos ape-
gamos a cosas que nos alejan de
Dios y no nos permiten dar la res-
puesta que Dios quiere de nosotros.
Andamos aturdidos por el ruido del
mundo que no nos podemos con-
centrar en el llamado que Dios nos
hace, no podemos escuchar la cam-
pana que nos guía hacia el Señor,
nos desviamos de camino encanta-
dos por otros ruidos.
Actividad: Se dispondrán de dos
carteleras con los títulos “LOS RUI-
DOS DEL MUNDO” y “CÓMO PO-
DEMOS RESPONDER AL SEÑOR”.
Para realizar esta actividad deberán
recordar lo que respondieron en
el primer momento del VER sobre
aquellas realidades que los alejan
del Señor.
Actuar
Para este último momento del en-
cuentro se deberá tener ya dispuesto
una fuente de agua y un cirio encen-
dido, al igual, velas pequeñas para
cada participante. Se reunirán todos
alrededor de la fuente y el cirio.
Se entonará el canto “bautízame
Señor con tu Espíritu” mientras se
encienden las velas tomando la luz
del cirio previamente encendido, al
tener todos encendidas las luces
se construyen con ellas una cruz,
mientras cada joven coloca su luz
hace un compromiso con nuestro
Señor Jesús, de cómo cumplirá con
32
su misión de ser discípulo misione-
ro y de participar en este año de mi-
sión que nuestra Iglesia Diocesana
está celebrando.
Quinto encuentro (Viernes Santo)
REZO DE LOS 33 CREDOS
Se deja como opción realizar el ejer-
cicio del rezo de los 33 credos con un
lazo, haciendo un nudo por cada cre-
do.
Monición
Buenas noches (tardes). Queridos
hermanos, hoy celebramos la muer-
te de nuestro Señor Jesucristo en la
Cruz, es un momento que nos invi-
ta a reconocer la importancia de su
entrega por nuestros pecados.
Oremos con el rezo de estos treinta
y tres credos por nuestra vida, la de
nuestros familiares y amigos, colo-
cándolas en manos del Señor, para
que a su ejemplo, muramos con Él
a esta vida de pecado y nos permita
resucitar a una nueva vida.
Canto: “Cristo rompe las cadenas”.
Después del canto se inicia el rezo
de los credos, orando primero con
cada petición y seguidamente se re-
cita el credo. El joven que lee la peti-
ción, hace el nudo en el lazo.
1. Por nuestra Iglesia Católica.
Para que todos los miembros a la
luz de la palabra orientemos nues-
tra vida y pongamos en práctica las
enseñanzas de nuestro Señor Jesu-
cristo. Credo.
Para finalizar el encuentro se le
dará a cada joven una cruz pequeña
mientras se entona el canto “Alma
misionera”.
2. Por nuestra Diócesis de Cúcuta.
Para que guidados por el Espíritu
Santo, podamos seguir trabajando
por la evangelización y por nuestro
Plan Global de Nueva Evangeliza-
ción. Credo.
3. Por el Papa.
Oremos por el santo padre Fran-
cisco, para que lleno del Espíritu
Santo, con fortaleza sepa discernir
y guiar los destinos de la Iglesia se-
gún el querer del Señor. Credo.
4. Por los Obispos.
Oremos por todos los obispos, por
la Conferencia Episcopal de Colom-
bia, por nuestro Obispo Victor Ma-
nuel Ochoa Cadavid. Para que fieles
a Cristo Buen Pastor apacienten el
rebaño encomendado con amor,
entrega y sabiduría. Credo.
5. Por los sacerdotes, diáconos y
religiosos.
Para que viviendo el amor de Cristo
por su pueblo, se entreguen en el
ejercicio de su ministerio con amor,
y lleven a todos sus fieles a Cristo
Camino, Verdad y Vida. Credo.
6. Por el Seminario Mayor San José
de Cúcuta.
Para que formando pastores según
el corazón de Cristo, siga dando a
nuestra Iglesia sacerdotes para guiar
al pueblo de Dios. Credo.

7. Por los agentes de pastoral.
Para que descubriendo el amor mi-
sericordioso de Dios manifestado
en su Hijo Jesucristo, vivan su fe con
generosidad y compromiso en el
trabajo pastoral. Credo.
8. Por las vocaciones.
Oremos por todos los jóvenes que
sienten el llamado del Señor, para
que se dejen conducir por el Espí-
ritu y así den respuesta generosa a
Dios que los invita a vivir su fe en el
servicio a los hermanos, y por aque-
llos que ya han respondido ese lla-
mado para que se mantengan fieles
en esa respuesta de amor a Dios.
Credo.
9. Por los misioneros.
Para que viviendo el mandato del
Señor de anunciar el Evangelio a
todos los pueblos, sean verdaderos
promotores de esperanza y de Jus-
ticia. Credo.
10. Por los catequistas.
Para que el anuncio de la Buena
Nueva lo realicen desde la vivencia
de su fe con el testimonio de vida
que deben dar a sus catequizán-
doos. Credo.
Canto: Iglesia soy
11. Por los Movimientos apostólicos.
Para que vivan su vocación de lla-
mados y enviados en la alegría de
servir al reino de Dios. Credo.
12. Por Venezuela.
Para que el Señor les aumente su
fe y les conceda la gracia de vivir en
paz y armonía. Credo.
13. Por las familias.
Para que anunciando la fe en me-
33
dio de sus comunidades eclesiales,
sean verdaderas Iglesias domésti-
cas, promotoras de los valores hu-
manos y cristianos a ejemplo de la
familia de Nazaret. Credo.
14. Por los gobernantes.
Para que iluminados por el Espíritu
Santo trabajen con transparencia
en beneficio de los pueblos que ri-
gen, promoviendo la justicia y la
igualdad. Credo.
15. Por los profesionales.
Para que su vocación sea un llama-
do al servicio de tal manera que vi-
van su trabajo en el amor y en una
entrega generosa. Credo.
16. Por los pobres.
Oremos por todos aquellos que
por la injusticia y mala distribución
de los bienes, no cuentan con las
oportunidades necesarias para te-
ner una vida digna, para que con la
ayuda de Dios y la práctica de la fe
que se hace caridad, muchas per-
sonas sean alivio para sus necesi-
dades. Credo.
17. Por el medio ambiente.
Oremos por todos nosotros para
que, conscientes del regalo que Dios,
nuestro Padre, nos ha dado en la
creación, nos comprometamos a cui-
dar y preservar el medio ambiente,
haciendo que nuestra fe sea una
realidad hecha obras. Credo.
18. Por el Centro de comunicaciones.
Especialmente por nuestra Emiso-
ra Vox Dei, el Periódico La Verdad,
para que en esa misión de comuni-
car la Buena Noticia de Jesús, lleven
a todos los hombres esperanza, la
verdad y sean verdaderos educado-
res en la fe. Credo.
34
19. Por los que sufren.
Para que asociando su dolor con Je-
sucristo crucificado, vivan su sufri-
miento con esperanza y sintiéndo-
se confortados con la presencia del
Señor en sus vidas. Credo.
20. Por los que no creen en Dios.
Para que abriendo su corazón a la
Palabra de Dios, descubran en su
propia vida y en la creación la viva
presencia de nuestro creador. Cre-
do.
21. Por los violentos.
Por todos los que maltratan de pa-
labra y de obra a sus hermanos,
para que descubran en cada uno de
ellos el rostro de Cristo. Credo.
Canto: El amor del Señor es mara-
villoso
22. Por los que trabajan por la paz.
Por todos los que son constructo-
res de paz, para que el trabajo que
realicen a favor de la consecución
de la paz, encuentre respuesta de
aquellas personas que viven un ca-
mino diferente al amor. Credo Para que fortalecidos en Dios man-
23. Por los que imparten justicia.
Oremos por todos aquellos que se
les ha encomendado la misión de
impartir justicia, para que vivan su
fe, realizando su misión con equi-
dad, caridad y transparencia. Credo.
24. Por los campesinos.
Para que su trabajo humilde y va-
lioso se vea recompensado a través
del reconocimiento justo de su es-
fuerzo. Credo.
25. Por los desplazados
Por todas las personas que han per-
dido sus bienes y sus familias, por
los que sufren el conflicto armado,
para que unidos al amor de Cristo,
afronten su situación con fe y espe-
ranza y encuentren caminos de so-
lución a sus necesidades. Credo.
26. Por los enfermos.
Por los que sufren enfermedad de
cuerpo o espíritu, para que unien-
do sus sufrimientos en la pasión de
Cristo, encuentren la sanación a to-
dos sus males. Credo.
27 Por los grupos alzados en armas.
Para que comprendan que el ca-
mino que conduce a la paz no es la
violencia sino el amor, la justicia y el
servicio. Credo.
28. Por los niños y jóvenes.
Quienes son el presente y el futuro
de la Iglesia y del mundo, para que
encuentren en todos los adultos, la
protección, el respeto y el amor que
les permita crecer y vivir dignamen-
te sin que ninguno de ellos se pier-
da. Credo.
29. Por los secuestrados.
tenga la esperanza de regresar
pronto a sus hogares, en libertad y
con vida. Credo.
30. Por nuestra parroquia.
Para que viviendo estos misterios
pascuales con fervor, llenos de la
nueva vida que nos da Dios seamos
anunciadores de la Buena Nueva.
Credo.
31. Por las muejres embarazadas.
Para que el Señor las fortalezca y
las acompañe, borrando la idea del
aborto recordando lo importante
que es la vida y lo bendición que
son los hijos. Credo.

32. Por los aquí presentes.
Por nosotros los jóvenes de esta
parroquia y por todas las personas
que nos han acompañado en esta
oración, para que nuestra fe se vea
fortalecido y la podamos vivir en co-
munidad, comprometidos a anun-
ciarla con valentía. Credo.
33. Intención personal.
En un momento de silencio cada
35
uno ofrezca al Señor su intención
especial, coloque en sus manos sus
anhelos, tristezas y gozos. Credo.
Para finalizar este encuentro se deja
un espacio de 3 minutos de silencio
donde se invita a los jóvenes a que
oren al Señor agradeciéndole el mo-
mento vivido con los 33 credos. Al
culminar este tiempo todos oran a
una sola voz con el Padre Nuestro.