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Psicología Evolutiva Adolescencia

Parcial Domiciliario

Profesor/a de Teóricos: Lic. Córdova, Néstor

Profesor/a de Prácticos: Lic. Rodríguez, Claudia

Comisión de Prácticos: N°6

Alumna:

Fecha de entrega: 22 de Junio de 2018


Introducción

“Si consideramos el crecimiento adolescente como un proceso de


remodelación identificatoria, puesta en desorden del cuerpo y sus
representaciones, no por fuera del contexto histórico-social”. Material de
articulación: *Llamame por tu nombre/ *Un camino a casa. ¿Cómo podemos
articular, considerando una de las películas mencionadas, los procesos de
entretiempo y su devenir?.

Para responder a esto, se tomará como ejemplo la película “Llámame por tu


nombre” utilizando el psicoanálisis enmarcado en la teoría de los sistemas
complejos que establece que lo psíquico está enraizado en lo somático,
aludiendo a sistemas abiertos con un sujeto activo capaz de producir
subjetividad en un permanente intercambio con el entorno en constante
progresión y regresión que son necesarias y saludables. La adolescencia es
una puesta en crisis que implica cambios físicos y psíquicos, desde elección de
objeto, investigación histórica familiar, de-construcción y metabolización tanto
de lo nuevo como de lo heredado.

Se comenzará un recorrido por Nasio y Viñar para describir el comportamiento


del adolescente y por Grassi y Córdova para dar cuenta del entretiempo
puberal-adolescente-juventud indicando los cambios que se producen a nivel
psíquico en cuanto a hallazgo de objeto basándose en Freud y dándole una
mayor profundidad a lo planteado por él desde Piera Aulagnier, que propone la
elección desde la historización que realiza el adolescente. Este proceso no
puede llevarse a cabo sin la transmisión heredada de los padres que Tisseron
prefiere denominar influencia.

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Desarrollo

En la adolescencia hay una puesta en desorden del cuerpo que se caracteriza


por el advenimiento de un cuerpo maduro, sexuado, susceptible de procrear,
cuerpo donde al placer previo se agrega el placer final producido por el
vaciamiento de los productos genésicos. Además, comienza a retraerse frente
a sus padres, no les habla, pero no porque no quiere comunicarse, sino porque
no logra identificar que le sucede, y mucho menos puede verbalizarlo (Nasio,
2011). El padre de Elio nota que está teniendo conductas extrañas en relación
a Oliver, y le dice “¿sabes que puedes hablar con nosotros?”. Elio baja la
mirada y se retira. El adolescente busca desprenderse de las figuras parentales
y se propone reinventar su propia lógica pero no lo hace en soledad, sino con
sus pares (Viñar, 2010).

Grassi y Córdova toman a Gutton para plantear el entretiempo puberal-


adolescente-juventud como tres grupos de trabajos psíquicos que se producen
al transitar este período de crecimiento. Lo puberal permanece cercano al yo
ideal como anhelo narcisista de retorno, es inundación, pulsa por el retorno a la
unidad narcisista originaria, el hallazgo de objeto se realiza en lo cercano a lo
familiar, más cercano a la repetición de objetos conocidos. Puede verse como
Elio en un primer momento se relaciona con Marzia, una joven parecida
físicamente a su madre, que está dentro de su círculo más cercano dado que
son amigos de la infancia. Lo adolescente crea las condiciones para la primacía
del ideal del yo, como proyecto identificatorio, y se produce la desgenitalización
de las figuras parentales para buscar el objeto por fuera de lo familiar. Se da un
proceso de remodelación identificatoria. Elio se enamora de Oliver, comienzan
una relación a escondidas, y le pide a Marzia continuar la amistad.

Durante los procesos de la pubertad, se afirma el primado de las zonas


genitales y, al mismo tiempo, desde el lado psíquico se consuma el hallazgo de
objeto. Mientras Freud lo plantea como un reencuentro basado en la primera
experiencia de satisfacción que establece la relación originaria, Grassi lo
plantea como una creación, dado que propone al hallazgo como al
descubrimiento de algo nuevo, algo no conocido, aquello diferente. El hallazgo
de objeto transcurre en un desfiladero entre re-petición, re-vuelta, de-

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construcción de la historia infantil. Este proceso no es sin el pasado historizado,
no es sin la re-interpretación de la historia familiar.

El fin de la infancia está marcado por este proceso de historización, que se


funda en una creación- interpretación del pasado para dirigirse hacia el trazado
del por-venir. Una función fundamental del aparato psíquico es la capacidad de
representación. Representar es metabolizar, entendido como la incorporación
de elementos que son ajenos, extraños a él y transformarlos, homogeneizarlos
a su propia estructura. De esta manera, el adolescente debe metabolizar que
los padres forman parte de un grupo que lo antecede y que ese grupo tiene una
historia la cual debe articular con la suya. Además, debe apropiarse de su
nombre propio que es lo más impropio que uno posee, dado que es impuesto
por un otro. Oliver en el primer encuentro sexual que mantiene con Elio, le pide
que lo llame por su nombre y él lo llamará por el suyo, dando cuenta de que
Oliver todavía no puede incorporar su nombre a la cadena de representaciones
que le pertenecen, que hacen a su yo dado que aunque cede a su propio
deseo, no puede aceptarlo. Hacia el final de la película, Elio recibe un llamado
de Oliver donde le cuenta que va a contraer matrimonio con su novia.

Detalla Piera Aulagnier que el adolescente sigue un recorrido en dos etapas.


En un primer momento, deberán ser puestos al amparo del olvido los
materiales necesarios para la construcción del fondo de memoria donde se
guardan aquellas experiencias valiosas que contienen intensidad afectiva y
evita su olvido, su desinvestimento. Este fondo aporta dos funciones, por un
lado ser garante del registro identificatorio, el cual hace referencia al sistema de
parentesco al cual pertenece, garantizándole la mismidad y continuidad del yo
a pesar del cambio y movimiento permanente y, por otro lado, la construcción
de un capital fantasmático, que propicia moldes relacionales. En un segundo
momento, se ingresa a la edad adulta y debe llevar a cabo la tarea de puesta
en lugar que incidirá directamente sobre la elección de objeto como soporte del
deseo y goce.

Grassi propone que aquello que queda al resguardo del olvido, se transmite de
generación en generación, tiene un lugar en el árbol genealógico. Denomina
objeto transgeneracional al conjunto de aquellas experiencias inscriptas en las

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generaciones precedentes y cuya simbolización parcial y fragmentaria se
transmite como herencia por vías diversas. Las herencias psíquicas garantizan
la conservación de las adquisiciones, pero también pueden transmitir a los
sucesores la carga de tener que superar cuestiones que quedan en suspenso
en el inconsciente de los padres y ancestros, y conllevar un potencial trauma a
las generaciones siguientes. Si algún elemento clave no le es presentado al
niño-adolescente en forma metabolizante, se generan secretos en la historia y,
simultáneamente, la prohibición de preguntar sobre ello. De cualquier manera,
los traumatismos no elaborados por los antepasados, pueden ser objeto de una
puesta en forma creadora por los herederos.

Tisseron prefiere dejar de lado la idea de transmisión para tomar la de


influencia como aquella acción que una persona ejerce sobre otra. De esta
manera, deja la interpretación del mensaje por parte del receptor y es por ello
que el mismo estímulo puede generar distintos resultados en cada
protagonista. Veía la continuidad transgeneracional esencialmente en la
constitución del superyó y del ideal del yo. Para el niño el superyó no se
constituye sobre el modelo de su padre, sino sobre el modelo del superyó de
este. Por estas instancias psíquicas los padres consideran a sus hijos
herederos de sus deseos irrealizados y, a la vez, de sus propias inhibiciones y
prohibiciones.

Un momento importante en la vida psíquica del sujeto se organiza en torno de


las identificaciones del niño con cada uno de sus padres o con miembros de su
entorno. El niño puede así identificarse con los deseos conscientes e
inconscientes de cada uno de sus padres respecto de él, pero también de sus
objetos de deseos. Este mecanismo favorece la repetición de una generación a
otra de elecciones amorosas, profesionales o pasatiempos, pero también
rasgos de carácter o de personalidad. Elio vuelve de su viaje con Oliver y su
padre le confiesa que estuvo cerca de tener algo como lo que ellos tuvieron
pero siempre algo lo detuvo hasta que apareció su madre. Elio le pregunta a su
padre si su esposa sabe de este secreto, a lo que él le responde que no cree
que lo sepa. Finalmente, se puede inferir que Elio se enamora de un hombre
que guarda un secreto de la misma índole que su padre.

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Conclusión

Concluyendo el trabajo realizado se infiere que el entretiempo puberal


adolescente juventud es un proceso de cambios, de creación, de incorporación
de lo nuevo y de elaboración de lo heredado por parte de un sujeto activo.

El adolescente no puede escapar a lo transmitido por los antecesores desde el


primer contacto con el mundo, es decir, desde la primera experiencia de
satisfacción donde consciente o inconscientemente hereda lo tramitado o no
por ellos. Al historizar, puede resignificar el pasado para poder convivir con el
presente y proyectar-se un futuro. Es una etapa de construcción y
deconstrucción constante.

En la película “Llámame por tu nombre” Elio atraviesa los primeros cambios de


la adolescencia, dando cuenta de sus verdaderos deseos dejando de lado su
propio prejuicio. Los comentarios constantes de su padre dan cuenta de algo
pasado, oculto, silenciado. Finalmente, se puede inferir que la elección
amorosa de Elio no está lejos de aquella herencia no tramitada que le dejó su
padre. Por un lado, se enamora de un joven del mismo sexo, y por otro, Oliver
repite el accionar del padre de Elio, es decir, prefiere ocultar, silenciar y
casarse con una mujer.

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Bibliografía

Aulagnier, P. (1989) “Contruirse un pasado”. Psicoanálisis. Revista de APdeBA


sobre Adolescencia XIII Nº 3. 1991.

Córdova N.: Del Pictograma al pentagrama. Parte I: El entretiempo


adolescente. En Entre niños, adolescentes y funciones parentales.
Psicoanálisis e Interdisciplina. (pp.67-74). Buenos Aires: Editorial Entreideas,
2010.

Córdova N.: La creación del cuerpo adolescente. Parte I: El entretiempo


adolescente. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Psicoanálisis e
Interdisciplina. (pp.55-63). Buenos Aires: Editorial Entreideas, 2010.

Freud S.: (1905) Metamorfosis de la pubertad. En Freud S. Tres ensayos para


una teoría sexual. O.C. T.VII. Buenos Aires: Amorrortu, 1976.

Grassi A.:Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de objeto. Parte I: El


entretiempo adolescente. En Entre niños, adolescentes y funciones parentales.
Buenos Aires: Entreideas, 2013.

Grassi, A. “La investigación histórica familiar”. Entre niños, adolescentes y


funciones parentales. Buenos Aires: Editorial Entreideas, 2010.

Nasio, D. ¿Cómo actuar con un adolescente difícil? Pág. 15 a 20. Buenos


Aires: Paidós 2011.

Tisseron, S. Cap. 1. Introducción “El psicoanálisis ante la prueba de las


generaciones”. El Psiquismo ante la prueba de las generaciones. Buenos Aires:
Ed. Amorrortu, 1997.

Viñar, M. “Del mundo interno y las relaciones objetales a la prioridad del otro”.
Psicoanálisis y Adolescencia. Buenos Aires: Ed.Psicolibro, 2010.

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