You are on page 1of 24

Universidad Católica de la Santísima Concepción

Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales


Licenciatura en Historia

“EL SENTIR DE UNA GUERRA: TESTIMONIOS Y


VIVENCIAS DE LOS SOLDADOS DE LA GUERRA DEL
PACÍFICO”

Nombre: Isidora Fuentes


Asignatura: Monografía II
Docente: Dr. Mauricio Rubilar
Colaborador académico: Lic. Francisco Mena

Lunes 10 de Diciembre de 2018


Universidad Católica de la Santísima Concepción
Índice.

 Introducción 3-4

 Estado del Arte 5-7

 Marco Teórico 8-10

 Capítulo 1: Contexto Histórico 11-14

 Capítulo 2: Testimonios y sentimientos 15-20

o Capítulo 2.1. Arturo Benavides, Batallón Lautaro. 15-18

o Capítulo 2.2. Hipólito Gutiérrez, Batallón Chillán. 18-20

 Conclusión 21-22

 Bibliografía 23-24

2
INTRODUCCIÓN

La Guerra del Pacífico supuso un enfrentamiento bélico de Chile frente a la coalición


Perú-Bolivia, los cuales se enfrentaron fines del siglo XIX, entre los años de 1879 y 1884,
siendo el “segundo conflicto internacional que asumía Chile en ese siglo contra esas
naciones”1, desarrollándose en el norte del país, en el desierto de Atacama y en las serranías
y valles peruanos, como también en el Océano Pacífico, por lo que el conflicto contó tanto
con campañas marítimas como terrestres. Los factores que dieron inicio al conflicto fue el
salitre y su alza en el impuesto aplicado a él, teniendo en cuenta que este mineral era
importante y una de las bases para la economía del chilena de la época, como también por
factores geopolíticos, teniendo consecuencias tanto económicas como sociales y políticas.
Sin embargo, el triunfo de Chile, frente a Perú y Bolivia, se debió en gran parte a la
labor que cumplieron los soldados que combatieron en estas batallas, enfrentándose a
diversas circunstancias que los pusieron a prueba física y mentalmente, es por eso, que el
tema de investigación abarcará las vivencias y experiencias de algunos soldados que
combatieron en la Guerra del Pacífico, a través de testimonios y diarios de campaña, y de
diversas fuentes, con el fin de poder analizar cómo afectó en ellos, como vivían mientras se
encontraban en campaña, es decir, el mundo del soldado inserto en el conflicto bélico de la
Guerra del Pacífico. A modo de antecedente, el componente humano del ejército previo a la
Guerra del pacífico no era el ideal, según datos sobre la dotación del ejército, hacia 1879 la
fuerza autorizada era de 3.122, pero la fuerza efectiva era sólo de 2.400 existente al inicio de
la Guerra del Pacifico, no la que se logra reclutar durante el año 79. Por otra parte, los sueldos
no eran tan buenos, no satisfacían las necesidades básicas de posibles soldados, por lo que
ellos preferían trabajar en otra parte en vez de formar parte del ejercito chileno2. Al comienzo
de la Guerra el contingente estaba en condiciones deplorables debidos a los recortes
presupuestarios, que comenzaron desde 1875. Según la Ordenanza General del Ejército, los

1 SAN FRANCISCO, A. Historiografía chilena reciente de la Guerra del Pacífico. En: DONOSO, C.
(ed.), SERRANO, G. (ed.), Chile y la Guerra del Pacífico. (2011) Santiago: Centro de Estudios
Bicentenario. p. 187
2
VERBAL, V. (2014). El Ejército de Chile en vísperas de la Guerra del Pacífico. Una visión de las
tropas (1866-1879). Historia 396, Nº1, pp. 135-140

3
enganchados no debían ser menores de 16 años ni mayores de 40, pero para otras
ocupaciones, la edad mínima era 10 años. Al unirse al ejército se firmaba un documento y se
ligaba por 5, 6 años con un sueldo de 6 pesos al mes. Con el estallido de la guerra surgió un
entusiasmo en los jóvenes chilenos que querían formar parte del ejército, enrolándose en los
cuarteles.
Esto deja en claro, que el ejército que se enfrenta en la guerra, no era el más
preparado, era un contingente mucho más homogéneo, de diversas edades, en las que incluso
niños de 10 años terminaban formando parte de la guerra, como el caso de Arturo Benavides,
quien ingresó al Batallón Lautaro a los 11 años y ya a los 15 era veterano de guerra. En
general, los niños que buscaban ser parte del ejército, era debido a su mal pasar, a sus familias
no constituidas o porque vivían en una pobreza extrema, lo mismo para los mayores, esas
realidades eran el denominador común dentro del ejército.
Ante esta situación surgen interrogantes que buscaran ser respondidas a lo largo de
esta investigación, siendo la más general, el cómo era la vida de estos soldados que se
enfrentaron en la Guerra del Pacífico, ¿cómo era la situación de los soldados chilenos durante
la Guerra del Pacífico, física y emocionalmente?. En base a los testimonios, ¿cómo se sentían
los soldados en las diversas campañas militares?, ¿Cuál era el rasgo o denominador común
dentro de las añoranzas de los soldados?, ¿Qué es lo que dejan en evidencia los soldados en
sus testimonios, con respecto a la situación del ejército en sí, ya sea su organización, recursos,
etc.?. Con la intención de responder a estas preguntas, el objetivo general contempla la
comprensión a través de los testimonios y cartas de soldados, la situación de éstos mismos
durante el conflicto, tanto en lo emocional como en lo físico, es decir, cual fue su sentir y sus
vivencias, y en un sentido más especifico, esta investigación busca relatar las experiencias
de los soldados chilenos, interpretar fuentes escritas como testimonios y cartas de los
soldados del Ejército chileno y relacionar los testimonios y cartas con el contexto en el que
fueron escritas para poder dar una perspectiva más completa del ambiente al que estaban
expuestos.
Los testimonios de las vivencias de los soldados de la Guerra del Pacífico deja en
evidencia las penurias y los sufrimientos que tuvieron que vivir durante el conflicto, dejando
en claro las precariedades del ejército chileno en el campo de batalla, esta será la hipótesis
en torno a la cual girara esta investigación.

4
ESTADO DEL ARTE

Con el tiempo del tiempo, y a pesar de que la Guerra del Pacífico sucedió hace muchos
años atrás, la temática del conflicto sigue siendo relevante y muy utilizada por diversos
historiadores como tema de investigación para sus estudios, incluso en países vecinos sigue
siendo un tema importante, pero en general, los enfoques que más se han estudiado van en
directa relación con la Guerra en sí misma, es decir, los sucesos, las batallas, consecuencias
y antecedentes, es más bien, una perspectiva económica y política. Sin embargo, en los
últimos años se ha dado una revisión historiográfica dando paso a perspectivas más sociales
y culturales sobre la Guerra.
Es aquí donde se inserta el tema de investigación, en esta perspectiva o visión más
social y cultural de la Guerra, en donde el enfoque de interés es el individuo, en especifico,
el soldado que fue parte del conflicto bélico y sus experiencias.
Es así, como el estudio del individuo, de la acción de éste mismo dentro de la Guerra
ha comenzado a ser un tema de interés cada vez más relevante al revisar estas experiencia y
analizarlas desde una perspectiva psicológica. La historiografía en este caso, se ha presentado
de diversas formas, pero rescatan dos tipos, las compilaciones hechas por autores más
recientes que hacen un estudio de las vivencias de los soldados analizándolos desde el
contexto general, dando una visión más específica, o los testimonios dejados por los mismos
soldados, los cuales han sido compilados y publicados en libros.

“Consecuentemente, en las últimas décadas, a partir de 1990 y especialmente en


la primera del siglo XXI, la historiografía se dio a la tarea de repensar el conflicto,
de la mano de temáticas que, en muchos casos, se encuentran los intersticios del
devenir de sus grandes acontecimientos refiriéndose a cómo la guerra afecto de
manera concreta a grupos e individuos específicos. (…). Así entonces, el centro
de atención retorno al desarrollo de la guerra en cuanto tal y sus vinculaciones con
ámbitos sociales y antropológicos específicos.”3

3
IBARRA, P. (ed.), MORONG, G. (ed.). (2018). Relecturas de la Guerra del Pacífico: Avances y
Perspectivas. Santiago: UBO Ediciones. p. 17

5
Una de las obras que utilizan el testimonio y la memoria como principal fuente, es del
soldado chileno, Arturo Benavides Santos, quien dejo constancia de sus vivencias durante a
Guerra en su libro “Seis años de vacaciones. Recuerdos de la Guerra del Pacífico. 1879-
1884”4. Claro está que este soldados, publica su libro más de treinta años después de su
participación en la Guerra del Pacífico. Benavides da constancia de sus testimonios y
vivencias, como también las carencias que vivió durante los años en que duró la Guerra.
Inicia su relato desde que se une al ejército, siendo sólo un niño, integrando el Regimiento
Lautaro, con el que permaneció seis años en el Perú. Por otra parte, este libro también relata
el fervor general que existía en Chile con respecto al inicio del conflicto, la realidad en la que
se encontraba inserto el soldado. Es por eso que esta obra, y su corpus principalmente permite
aportar una visión directa desde dentro del conflicto, en el que se relata no sólo las campañas
de los soldados, también aporta diversos aspectos de cómo era el día a día del contingente y
de los años de ocupación del Perú.
Otro libro relevante escrito en base a testimonios de un participante de la Guerra del
Pacífico, José Miguel Varela es “Un veterano de tres guerras. Recuerdos de José Miguel
Varela”5. La importancia de este libro radica en que José Miguel Varela, un joven penquista
y bogado, se enlista en el ejercito como oficia de caballería para formar parte de la Guerra y
fue participe en tres oportunidades, la Guerra del Pacífico, en la ocupación de la Araucanía
y en la Guerra Civil de 1891. Hay que tener en cuenta que este libro, se da a conocer 70 años
después de su muerte, por el trabajo de investigación realizado por Guillermo Parvex. El
texto da a conocer la experiencia de José Varela, como también se puede entender como un
relato de primera fuente de los sucesos ocurridos en el campo de batalla, con detalles muy
específicos y a veces con un lenguaje muy crudo. Además, deja en constancia el espíritu de
los chilenos que se enrolaron en el ejército con el fin de defender y pelear por su país.
Adicional a estos libros, se pueden encontrar las compilaciones de los testimonios de
los participantes que a su vez son estudiadas por historiadores, ya no sólo como una
recopilación, sino como un análisis de estas mismos, con el fin de comprender de forma más
profunda las vivencias de los soldados. El artículo de David Coronado, “Sois vosotros

4 BENAVIDES, A. (1929). Seis años de vacaciones. Recuerdos de la Guerra del Pacífico 1879-1883.

Santiago: Imp. Universo.


5
PARVEX, G. (2005). Un veterano de tres guerras. Recuerdos de José Miguel Varela. Santiago:
Academia de Historia Militar.

6
valientes héroes. Somos nosotros simples humanos: La experiencia de la guerra del pacífico
en los testimonios de los actores”6, se realiza desde una perspectiva humana, en base a los
testimonios y vivencias de los participantes de la Guerra del Pacífico. En esta oportunidad,
Coronado, toma los testimonio del cirujano de la Esmeralda, el Dr. Cornelio Guzmán, el
Teniente Francisco Segundo Sánchez, toma en consideración de igual forma a Arturo
Benavides, de acuerdo a lo escrito en su libro, y también toma los testimonios del diario de
Campaña de Alberto del Solar y el testimonio de Evaristo Sanz. En una perspectiva general,
Coronado, hace esta revisión de testimonios con el fin de dar a entender la importancia que
tiene este tipo de fuente en a historia, ya que si se hace un análisis profundo puede ser un
elemento de gran importancia. Por otro lado, explica cómo los testimonios y las vivencias
pueden ir variando de acuerdo a la persona y su nivel social, el cual queda en evidencia con
en análisis que hace a los testimonios de Arturo Benavides frente a los de Evaristo Sanz7.
Carlos Méndez Notari, oficial del Ejército, en sus libros “Héroes del silencio. Los
veteranos de la Guerra del Pacífico (1884-1924)”8 y “Desierto de Esperanzas. De la gloria
al abandono. Los veteranos chilenos y peruanos de la guerra del 79”,9 se enfoca en la
historia social, tomando como eje central de sus libros a los soldados que participaron de la
Guerra, pero los veteranos, analizando la situación de los soldados que dieron su vida en la
batalla por su país, haciendo caracterizaciones de los acuartelados, cómo de su vida posterior
al enfrentamiento y el trato del país, que ellos defendieron, para con ellos.

6
CORONADO, D. (2012). “Sois vosotros valientes héroes. Somos nosotros simples humanos”.: La
experiencia de la guerra del pacífico en los testimonios de los actores. Diálogos Revista Electrónica
de Historia, 13(1), pp. 29-59.
7
Ibid., pp. 52-53
8
MÉNDEZ, C. (2009). Héroes del Silencio: Los veteranos de la Guerra del Pacífico. (1884-1924).
Santiago: Centro de Estudios Bicentenario.
9
MÉNDEZ, C. (2009). Desierto de Esperanzas. De la gloria al abandono. Los veteranos chilenos y
peruanos de la guerra del 79. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario.

7
MARCO TEÓRICO

La Guerra del Pacífico, enfrentamiento entre Chile, Bolivia y Perú, con la victoria de
las fuerzas militares chilenas, ha sido tomada como temática de estudio durante mucho
tiempo permitiendo que en base a diversos enfoques se de paso diferentes visiones con
respecto a la Guerra en sí, que por una parte permiten desligarse del constante estudio de este
tema en base a la perspectiva política y económica, dando paso a una visión más social,
enfocado en el individuo, en específico el soldado, aquel personaje que fue participe en la
Guerra y por otra parte permite entender como la configuración de un sentimiento nacional
influye dentro de este individuo, entendiéndolo como el objeto de estudio. Además, se da
una importancia en el uso de los testimonios como base de la investigación.
La presente investigación tiene un enfoque en base a la Historia Social, teniendo como
objeto de estudio a aquel ser marginado dentro de una sociedad como resultado de las
convergencias políticas, sociales y económicas, y que de alguna forma u otra tuvo gran
implicancia en la Guerra del Pacífico.
La Historia Social tiene sus antecedentes el surgimiento de la llamada “Nueva
Historia” en el siglo XX, que llegaba a romper con el paradigma tradicional de la historia
objetiva para dar paso una historia mucho más completa e interdisciplinaria. En 1929, con
la creación de la Escuela de los Annales, con Lucien Febvre y March Bloc a la cabeza, se da
inicio a un nuevo paradigma en la historia y para sus estudios, con una interdisciplinariedad
con otras ciencias, como la psicología, antropología, entre otras., que a su vez permite una
investigación más completa y enfocada desde diversos puntos, dejando de lado, o más bien,
permitiendo entender la Historia como un resultado de un todo y no sólo desde el aspecto
económico y político.
Por otra parte, a Historia Social permite darle un protagonismo a una parte de la
sociedad que no acostumbraba a tener o ser el enfoque de la investigación, apelando a la
memoria y a sus testimonios que dejaron como constancia de sus vivencias en la Guerra del
Pacífico, como participantes de ésta misma, lo que nos permite realizar y comprender cómo
y hasta que punto les afectó el conflicto, dentro de su diario vivir y en el aspecto emocional.
En un segundo punto, es importante analizar y entender como el surgimiento de un
“sentimiento nacional” permitió la movilidad de estos individuos hacia un conflicto de tal
magnitud que movió contingente de todas partes del país y hasta que punto influyó en las

8
acciones de los soldados o de la misma población chilena. La identidad nacional, planteada
según Mario Góngora10, como el concepto de “el Estado como articulador de la
nacionalidad”, en la que la idea principal de esta tesis es que básicamente la tradición guerrera
y bélica del territorio chileno, llevaron a formar un Ejército estable y las constantes luchas
con los mapuches, españoles, peruanos y bolivianos permitieron formar una especia de
“identidad belicista” en nuestro país, lo a que su ves conlleva a gestar un sentimiento nacional
con respecto al país.
Siguiendo a historiadores chilenos como Julio Pinto, explican que “desde mucho
antes del estallido de la guerra es posible detectar entre esos trabajadores (del salitre), una
serie de conductas que al menos a primera vista podrían decodificarse como
“nacionalistas”11, lo que nos deja en claro que al igual que Góngora, el sentimiento
nacionalista se estaba gestando desde hace ya mucho tiempo, quizás no abarcando la
ocupación de la Araucanía como comentaba Góngora, pero sí previo al estallido de la Guerra
del Pacífico.
Como se puede entender, ese sentimiento ya se estaba gestando dentro de la población
chilena, en especial en aquellos que iban a participar en un futuro en la Guerra del Pacifico,
el cual se podrá evidenciar en algunos testimonios de estos mismos protagonistas, actores y
testigos del conflicto bélico.

“Del mismo modo, el siglo XX fue prolifero en la publicación de cientos de


escritos que relataron y analizaron la Guerra del Pacífico en general, así como
temas específicos en particular. El grueso de esos trabajos, basaron sus
interpretaciones en ideas asentadas durante el desarrollo mismo del conflicto, en
las cuales la exacerbación del espíritu nacional y la exaltación de las gestas
heroicas tuvieron un rol fundamental, constituyéndose en una de sus
características transversales. ”12

10 GÓNGORA, M. (2006). Ensayo histórico sobre la noción de estado en Chile en los siglos XIX y
XX. Santiago: Universitaria.
11
PINTO, J. (1997). ¿Patria o clase? La Guerra del Pacífico y la reconfiguración de las identidades
populares en el Chile contemporáneo. Contribuciones Científicas y Tecnológicas, 116. p.49
12
IBARRA, P. (ed.), MORONG, G. (ed.). (2018). Óp,. cit,. p. 12.

9
Por otro lado, el uso de testimonios como principal fuente de estudio, como una
posibilidad metodológica de interpretar el pasado, que según Topolsky, permiten conocer el
pasado o interpretar cognoscitivamente el pasado13.
El testimonio se puede clasificar como una fuente directa con destinatario y escrita.
A demás, se debe tomar en cuenta que, según lo explicado por March Bloch, es necesario
hacer una “crítica” de las fuentes y que las fuentes testimoniales ayudan a combatir la
“esclerosis irremediable”14.
Es por esto, que la Historia Social, como corriente histórica, se basa en algún sentido
en la utilización de testimonios como una fuente rica de información, que son rescatadas para
complementar el trabajo histórico, y que por otra parte, permite más allá de buscar la verdad
histórica, encontrar las impresiones y subjetividades para re-construir la “memoria” histórica.

13
TOPOLSKY, J. (1973). Metodología de la Historia. Madrid: Editorial Cátedra
14
BLOCH, M. (1993). Apología de la Historia. México: Fondo de Cultura económica. p.85

10
CAPÍTULO 1. CONTEXTO HISTÓRICO

El episodio bélico que enfrentó a los estados chileno, peruano y boliviano, conocido
como la Guerra del Pacífico, el cual se desarrollo desde 1789 hasta 1883, durante el gobierno
de don Aníbal Pinto, ha sido un hito histórico que marcó la historia de estos tres países en
todos los aspectos, social, económico, geopolítico, territorial, entre otros, como también,
sirvió para moldear las identidades nacionales.
El origen del conflicto es debido principalmente a dos temas que se complementan
entre sí, por un lado se encuentra la disputa territorial de Chile con Bolivia que se había
estado gestando desde hacía ya varios años atrás y por otro lado, el salitre, mineral de gran
importancia que generaba riquezas. Como causas principales de la Guerra del Pacífico, según
lo señalado por por Carlos Donoso y Gonzalo Serrano del Pozo, estas serían:

“…violación por parte del gobierno boliviano del artículo 4 del tratado entre
Chile y Bolivia, al decidir aplicar impuestos a la compañía de Salitre de
Antofagasta, propiedad de chilenos (y la persecución de compatriotas por parte de
Hilarión Daza); la reacción de las autoridades nacionales, que incluyo la
ocupación de Antofagasta; la declaración de guerra por parte de Bolivia, a la que
se sumó Perú por un tratado secreto suscrito en los años anteriores”.15

La Guerra del Pacífico contó de cinco campañas durante los años que se desarrolló el
conflicto, en donde se enfrentaron con los países beligerantes, sin embargo, Bolivia no se
hizo muy presente, y si lo hacía era con pequeños destacamentos, ya que por ejemplo, no
participó en la Campaña Naval.
Este conflicto termino en 1883 con la victoria de las fuerzas chilenas por sobre el
bando peruano-boliviano y tuvo como principal consecuencia la anexión a perpetuidad de
Tarapacá y Antofagasta por parte de Chile, que incluyó Tacna hasta 1929. Bolivia perdió su

15 SAN FRANCISCO, A. Historiografía chilena reciente de la Guerra del Pacífico. En: Donoso, C.
(ed.), Serrano, G. (ed.), Chile y la Guerra del Pacífico. (2011). Santiago: Centro de Estudios
Bicentenario. p. 191.

11
litoral y Perú debió soportar una ocupación militar por tres años. 16 Con esta victoria y la
anexión de estos territorios, donde se encontraban grandes yacimientos de minerales, Chile
se convirtió en el principal productor mundial de salitre, reactivando la economía chilena por
lo tanto provocando un auge de la misma que se desplomaría con la invención del salitre
sintético por parte de Alemania, iniciando así un proceso de modernización del país. Y en un
ámbito social, comienza a darse una migración de la población chilena a los nuevos territorios
incorporados por la necesidad de mano de obra que demandó la industria salitrera como
consecuencia de la victoria en la guerra.
Esta contextualización de la Guerra del Pacífico, en general, es más bien superficial,
ya que no es el tema de estudio en sí. Es por eso que debido al tema de estudio que en este
caso son los soldados de la guerra, es necesaria una contextualización más bien del ámbito
social, en especial del reclutamiento de estos mismos.
A comienzos de la guerra se puede establecer que ninguno de los tres países que se
enfrentaban estaban preparados para esta guerra, no habían los suficientes recursos. Sin
embargo, Chile tenía un régimen político presidencialista estable de corte liberal que había
permitido un fortalecimiento de sus instituciones, teniendo un poco más de ventaja frente a
los otros dos países.
La sociedad chilena durante el siglo XIX era de tipo rural en su mayoría, con una
economía basado en lo agropecuario, siendo las haciendas la base de la economía, exportando
principalmente cuero, trigo y cobre, de a poco se va iniciando un auge de la minería en las
minas de Chañarillo y Copiapó, y Valparaíso se va convirtiendo en un foco de “inversiones”.
Con respecto al contingente humano movilizado para la guerra, los soldados, que es
el foco de atención de esta investigación, eran una masa homogénea, el cual se movía por la
motivación de “pelear por Chile”, pero en general, estos pertenecían al mundo popular, aquel
que se puede denominar “roto chileno”, mientras que las capas más altas del Ejército eran
ocupados por personas pertenecientes al mundo de la aristocracia.

“Las palabras públicas fueron orientadas en pos de una movilización ciudadana,


donde la virtud cohesionada constituía un denominador común que debía

16
UGARTE, E. (2014). La Guerra del Pacífico como referente nacional y punto condicionante de
las relaciones chileno-peruanas. Si Somos Americanos, 14(2), 159-185.

12
presentarse sin entrever la multiplicidad de creencias, practicas, costumbres y
realidades de los sujetos enrolados desde el núcleo popular. Individuos que antes
de ser soldados eran agricultores, labradores, peones, gañanes, obreros, pintores,
albañiles, herreros, carpinteros, fleteros, lancheros y tantos otros, que agrupaban
una masa con estilos de vida propios…”17

El enrolamiento se hizo a través de voluntarios o de forma obligatoria, en calidad de


enganchados, según Valentina Verbal18, durante el alistamiento, los primeros contingentes
provenían del ejército profesional y un segundo refuerzo se formo con los habitantes de
Antofagasta y el tercer contingente lo aportaron los trabajadores chilenos deportados de
Perú. Diego Barros Arana señala que “las fuerzas de Chile al comenzar la guerra eran muy
inferiores. El ejército de tierra constaba de 2.440 hombres, de los cuales 410 eran artilleros,
530 jinetes, y el resto infantes divididos en cinco pequeños batallones de 300 plazas cada
uno”19. Por otra parte historiadores como Mariano Paz-Soldán sostiene que Chile tenía
contaba con una dotación de 2.440 hombres en su ejército permanente en enero de 1789, pero
en realidad el numero de línea llegaba a los 9.000 hombres bien armados.20 Claramente existe
una disparidad entre las cifras entregadas y recopiladas por historiadores por lo que no se
puede establecer con claridad el total de hombres que formó parte del primer destacamento
con el que se enfrentó a los países vecinos, ya que, aparte del ejército se sumó la Guardia
Nacional21.

17
CASANOVA, F. De sujeto anónimo a actor patriótico. La vida del veterano de guerra José Santos
Leiva Pacheco (1864-1958). En: HORMAZABAL, E. (edit.). Cuaderno de Historia Militar Nº9.
Santiago, p.53.
18
VERBAL, V. (2014). Óp., cit., pp. 135-165.
19
BARROS ARANA, D. (1914). Historia de la Guerra del Pacífico (1879-1881). Obras Completas
de Diego Barros Arana. Tomo XVI. Santiago: Imprenta Barcelona. P.71
20
PAZ, M. (1979). Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia. Antecedentes
y declaración de Guerra. La campaña marítima. Tomo I. Lima: Editorial Milla, p. 100.
21
La Guardia Nacional tiene sus orígenes en las milicias coloniales formadas por vecinos que se
alzaban en armas para la defensa de las ciudades frente a sublevaciones de todo índole. En la gestión
ministerial de Diego Portales hizo el contrapeso al Ejército de línea. Con la Constitución de 1833 se
establece un financiamiento permanente y los milicianos, entre los 14 y 50 años años, fueron
obligados a recibir instrucción militar una vez a la semana y a costearse su propio uniforme. Su aporte
fue fundamental en la Guerra del Pacífico.

13
Según Carlos Donoso y Juan Ricardo Couyoumdjian22 las exigencias a la hora de
enrolarse en la milicia era no ser menor de dieciséis años ni mayores de cuarenta, tener una
estatura superior de 1,52 metros, no presentar defectos físicos y tener disposición, robustez
y agilidad para resistir las fatigas del servicio. Recibirían un pago de seis pesos al mes y se
le entregaba un folleto, La Cartilla del Soldado, en el cual, se encontraban las normas de
disciplina del Ejército. Más allá de la obligación de servir al país, el estallido de la guerra
generó entusiasmo en la población, como lo relata Arturo Benavides en su libro Seis Años de
Vacaciones, en donde relata como el a pesar de no contar con la edad suficiente para servir
al país, su emoción y entusiasmo era tal que hizo lo posible para enrolarse y formar parte del
batallón Lautaro. El entusiasmo era mayor que todo, incluso los niños buscaban enrolarse,
sin embargo, muchos de estos niños provenían de hogares mal constituidos o vivían una
pobreza extrema por lo que la guerra era una escapatoria para su realidad. Por otro lado,
muchos se unían al Ejército por la motivación monetaria, por los seis pesos y porque tendrían
comida y vestimenta de forma asegurada por un tiempo. Pero a pesar de esto, las plazas no
lograban llenarse por lo que se comenzaron a realizar reclutamientos forzosos como el
enrolamiento de los hombres que eran sorprendidos en la calle después de las diez de la noche
en Chillán, incluso los reos preferían cambiar su vida carcelaria por la milicia.
Es así, como en un contexto general se puede entender el porque del enrolamiento de
mucha parte de la población popular, quienes serían los que sufrirían las mas grandes
penurias a lo largo de la Guerra del Pacífico.

22
DONOSO, C., COUYOUMDJIAN, J. De soldado orgulloso a veterano indigente. La Guerra del
Pacífico. En: SAGREDO, R. (dir.), GAZMURI, C. (dir.). Historia de la vida privada en Chile: 237-
274. Santiago: Editorial Taurus.

14
CAPÍTULO 2. TESTIMONIOS Y VIVENCIAS.

2.1 Arturo Benavides, Batallón Lautaro.

Arturo Benavides, proveniente de Valparaíso, era sólo un niño cuando se fue al Perú,
siendo parte del Regimiento Lautaro, cuando fue aceptado el 22 de Julio de 1879. Los relatos
de Benavides se juntan con las experiencias vividas y sus “recuerdos”, los cuales fueron
escritos después de la Guerra. Hay que tener en cuenta que la visión que nos da este personaje
es desde la oficialidad del Ejército y que según sus mismos relatos, era tratado como un niño
regalón23 por su Batallón y sus superiores.
Uno de los relatos que hace Benavides es de acuerdo a las comodidades y recursos
que habían para los soldados que se destinaron a Antofagasta, cuando recién empezó la
Guerra (Noviembre de 1789), entre los cual estaba el, como también, la condiciones
geográficas y climáticas propias del territorio a las que se enfrentaron.

“El calor en el día era muy grande, pero se permitía salir a las horas en que no
había ejercicio a descansar donde el calor no fuera tan sofocante, y con frecuencia
se llevaba a las compañías a bañarse al mar. En las noches mortificaba el frío y
las pulgas. (…). No obstante, al llegar la noche los soldados se chanceaban y
tomaban la cosa por el lado risible, no por el quejumbroso, y se entregaban al
reposo tendidos en el suelo abrigándose con sus frazadas y capotes: no había
colchones ni nada con que reemplazarlos.”24

De este testimonio se puede entrever como los ánimos aun eran buenos, ya que las
movilizaciones recién habían comenzado, por lo menos el Batallón Lautaro, por lo que la
convivencia era amena hasta ese punto, por otro lado, deja en evidencia la falta de sanidad al
tener que alojarse en territorios llenos de pulgas, teniendo en cuenta que muchos de los
soldados que formaban parte del Ejército no tenían muy buena higiene personal.

23
BENAVIDES, A. (1929). Óp., cit.,. p. 73
24
Ibid.,pp. 40-41

15
Las marchas por el Desierto cada vez se hicieron más difíciles, debido al cansancio
acumulado y la falta de agua principalmente, lo que también provoca un cambio en el humor
de los soldados, quienes comienzan a decaer momentáneamente debido al esfuerzo realizado.

“El sol quemaba materialmente, produciendo dolorosas escoriaciones en la piel, y


no corría ni la más ligera brisa que refresca la atmósfera de fuego… Volvieron a
desorganizarse las filas y a poco se marchaba en desorden… Para engañar la sed
algunos introducían balas en la boca y otros bebían su propia orina. (…) Un solado
me los pidió, y como si hubiera sido cristalina y fresca agua, con ansias los
bebió”25

La vida en el Desierto poco a poco se hizo más difícil para los soldados, incluso, se
hablaba de que varios soldados se habían suicidado durante la marcha, debido a la sed26.
Benavides, al saber escribir y leer, se convirtió en el secretario de muchos analfabetos
que querían enviarles cartas a sus familias a las cuales extrañaban y añoraban, lo que permitió
una visión de los sentimientos de los soldados y de su alto nivel de patriotismo, como si fuese
un sentimiento natural en ellos, mostrando otra parte de la vida militar y dejando en entrever
que más allá de soldados, seguían siendo padre, hijo, nieto, hermano, simples seres humanos
que decidieron ir a luchar a la Guerra del Pacífico.
En general, los relatos de Benavides confluyen entre la realidad del Batallón y su
convivencia con los soldados, como también sus propias incidencias. Es en esta parte donde
se puede dejar en claro como tuvo ciertos privilegios por sobre los soldados, esto debido al
trato diferencial y preferencial que recibía por parte de la comando superior del Ejército,
como su comandante Robles, con quien tiene esta conversación previo a la Toma del Morro
de Arica. Momentos y conversaciones de este tipo son comunes y recurrentes dentro de los
relatos de Benavides a lo largo de la Guerra del Pacífico, incluso, se puede encontrar con sus
familiares cuando emprende viaje hacia el norte del país, teniendo en cuenta que incluso su
hermano formaba parte del Ejército.

25
Ibid., p.58
26
Ibid., p.65

16
“¿Tienes hambre?, me dijo de improviso. No, mi comandante, le
respondí, sorprendido porque me tuteaba y por la pregunta. Guardo silencio y
después de un momento me dice: “¿Tienes frío?, o, volví a decirle. “Te lo
pregunto, me dijo, porque me han recomendado mucho que te cuide. “Tu tía, (se
refería a mi tía doña Tránsito Santos de Vergara, de la cual y de su esposo era
viejo amigo)…””27

Esto debido al trato diferencial y preferencial que recibía por parte de la comando superior
del Ejército, como su comandante Robles, con quien tiene esta conversación previo a la Toma
del Morro de Arica. Momentos y conversaciones de este tipo son comunes y recurrentes
dentro de los relatos de Benavides a lo largo de la Guerra del Pacífico, incluso, se puede
encontrar con sus familiares cuando emprende viaje hacia el norte del país, teniendo en
cuenta que incluso su hermano formaba parte del Ejército.
Ya avanzada la Guerra, Benavides como espectador, relata, como, después de la
Batalla de Miraflores y la posterior ocupación de Lima, los soldados en un momento de
tranquilidad comienzan a remendar su ropa, limpiando sus rifles y armas, limpiándose ellos
mismos, con un sentimiento de alegría en general el cual, según Arturo, embargaba el
ambiente del campamento después de Miraflores, ya que los sentimientos de las tropas y de
los oficiales era tal, que enorgullecerían a cualquier chileno.

“¡Ah!... Si yo supiera describir el campamento del Lautaro el día siguiente de


Miraflores, estoy seguro que deleitaría a los lectores. ¡Tan bello era su aspecto!...
¡Y si pudiera hacer que se penetraran de los sentimientos de los oficiales y tropa,
afirmo que no habría ningún lector chileno que no se enorgulleciera de serlo…
“28.

Mas allá de los situaciones cotidianas que vivían en el desierto la tropa de Benavides
y el Batallón Lautaro, destaca en general el sentimiento patriota de los soldados participantes,
que a pesar de las diversas condiciones y situaciones a las que estuvieron expuestos, las
cuales en su mayoría fueron negativas, entendiéndolo dentro de un contexto bélico y un

27
Ibid., p.89
28
Ibid., p.148

17
escenario geográfico difícil, se mantuvo reinante durante los años que duró la Guerra y que
Benavides deja en evidencia en sus relatos.

2.2. Hipólito Gutiérrez, Batallón Chillán

Hipólito Gutiérrez, pertenecía a Colton, subdelegación de Bulnes, en septiembre del


año 1879 se dirige a Chillán con la intención de unirse al Ejército para prestar servicio a su
país de forma voluntaria, con el fin de defender su patria hasta morir o vencer por su bandera
chilena.
En su relato inicial muestra su acongojo al momento de partir rumbo al norte, el cual
era el sentimiento general en el cuartel, donde muchas familias se estaban despidiendo, sin
saber si volverían a ver o no a sus familiares. Sin embargo, el patriotismo reinante era
evidente. “Y salió la maquina con el Batallón Chillan para el norte dijendo ¡Viva Chileª,
cantando y bailando de contentos. Nos parecía que íbamos a una fiesta”29.
Un detalle importante del relato de Gutiérrez es que sus descripciones de los lugares
a los que llega son recurrentes, lo que llama la atención porque hace entender que para el es
todo novedoso, todo lindo. “En termino de un mes o más estuvo el puerto llenos de gente
peruana y chilenas; hartos comercios de todas clases, hartas frutas, y bien bonita recova que
había y bien bonito el puerto y muy mansita la bahía para el desembarque”.30
Siguiendo el testimonio de Gutiérrez, las muertes de los soldados por enfermedades
debido a la falta de higiene y a la mala alimentación, agregado el factor climático,
comenzaron a hacerse presente en el Ejército cuando estaban en Iquique. “Ai murieron
muchos soldados del Batallón Chillán y de muchos otros cuerpos, de pestes y de fiebres y
sinteria…”31.
Una vez internados en el desierto, la situación tampoco mejoró, las muertes siguieron
haciéndose presente pero ahora por la sed que provocaba las caminatas a través de esta masa
de arena, así mismo, los problemas que se produjeron por estas mismas, en específico las que

29
GUTIERREZ, H. (1881). Crónica de un soldado de la Guerra del Pacífico. Santiago: Editorial del
Pacífico S.A. p. 18
30
Ibid., p.24
31
Ibid., p.24

18
sufrió Hipólito debido a que el calzado no era apropiado para caminar por tanto tiempo junto
con el calor dieron como resultado pies con ampollas, deteniendo su marcha.

“Yo no puedo andar más de los pies todos empollados. Los llevaba con medias
envueltos en pañuelos, pero nada me favorecía y sin poder echar a pies pelado por
la causa del calor que estaba la arena como re(h)coldo, ya me boté a la larga como
muerto, aunque mala comparación, lo mismo que un bruto cargado, y el sol que
me quemaba vivo”32

Las situaciones que debió enfrentar Hipólito, como el caminar largas leguas por el
desierto, sin tener los elementos necesarios para esta actividad, ni tampoco poder descansar
agregado al clima asociado al Desierto, con fluctuaciones de temperaturas extremas,
comenzaron a desquebrajar esa animosidad con la que se unió al Batallón Chillán para
defender a su país, dando paso a los lamentos y los cuestionamientos de sí mismo.

“Como a las cuatro de la tarde ya yo no podía mas de cansado y de abollados los


pies con ser que los daban descansos a las dos ouna legua y comencé a lamentar
entre si y desiaba del no haber nacido a este mundo más bien para que no haber
andando padeciendo tanto en aquellas calami(da)des y sin saber todavía lo que me
sucedería en las batallas, si libraría con vía o no.”33

En sus último relatos, Hipólito, enmarcado en el Combate de Miraflores, hace notar


que a pesar del cansancio que conlleva el haberse enfrentado anteriormene al enemigo, junto
con las condiciones climáticas, la hidratación escasa, las condiciones en que se mantenían
que a veces eran indeseables, aún así, no le importaba seguir enfrentándose por su país. Lo
que recalca el patriotismo que se dejaba sentir dentro del soldado chileno durante la Guerra
del Pacífico, el cual, a pesar de las penurias que tiene que vivir, sigue peleando por Chile.

“En la mañana del día 15 llegaron de Lima dos ministros (66) en una maquina
como a las siete de la mañana a pedir las paces adonde mi ge(ne)ral a (o)frecer lo

32
Ibid., p.30
33
Ibid., p.45

19
que se pidiese y nosotros contentos por las paces que ya no íbamos a peliar más
porque estábamos algo garrochado de tanto peliar que ya habíamos librado con
vía y en otra noescapabamos, pero no había temor de peliar”34.

Además, hace una referencia en que los chilenos son más valientes que los “cholos”,
como el los llama, al pelear sin temor y sin traición, debido al mismo enfrentamiento,
haciendo una comparación entre estos ambos bandos.

“Esta traición tan grande que los hicieron estos cholos traicioneros del
andar pidiendo las paces para pillarlos descuidados y mi ge(neral) que se confió
tanto, pero como los chilenos que somos andamos a la buena si peliamos peliamos
a pecho descubierto, no como estos traicioneros y maricones cholos que no andan
más que con traiciones, atrincherados y torpedos y polvorazos, pero de nada les
sirve, todo es en vano, para el chileno todo se abarraja y todo se desarma porque
no hay temor ni se vuelve las espaldas, ¡viva Chile!...”35

De acuerdo a todas las vivencias y los relatos que hace Hipólito Gutiérrez en
su libro, se pueden establecer ciertos puntos, claramente el personaje principal es de
clase baja, un personaje popular, que no tiene preferencias dentro del Batallón, vive
su día a día tratando de sobrevivir a ciertos episodios en donde la comida escaseaba
y el agua también debido a que los territorios a los que debían llegar eran lejanos e
inhóspitos, como también a los enfrentamientos y enfermedades. Pero recalca el
sentimiento patriota que en el se encarna y el recelo hacia los peruanos, o los cholos
como el los llamaba, por su falta de valentía y honradez.

34
Ibid., p.79
35Ibid., p.83

20
CONCLUSIÓN

Luego de dejar en claro la importancia de la Guerra del Pacífico, ya sea como hecho
histórico también como tema investigativo, podemos establecer que más allá de los hechos
puntuales, las consecuencias políticas, económicas y sociales que contrajo este suceso, hay
un contingente humano que ha sido constantemente olvidado, “el recuerdo de la misma
Guerra han postergado elementos de historicidad fundamentales para la comprensión de las
experiencias de vida de estos hombres cuyos testimonios han perdurado para que podamos
descifrar sus subjetividades sobre su vida en campaña”36 pero que poco a poco ha empezado
a ser objeto de estudio por parte de historiadores chilenos como también peruanos.
El soldado chileno, objeto de estudio de esta investigación, permite darnos cuenta de
la realidad de la Guerra, ya no sólo desde el punto de vista bélico, sino del lado más humano,
del sentimiento, de la realidad que vivían, lo que sentían logrando una contextualización
mayor del conflicto al verlo desde distintas aristas o enfoques. Es aquí donde los testimonios,
relatos, diarios de campaña, etc., son de suma importancia ya que el análisis de estos
elementos constituyen un papel fundamental para la comprensión total de la vida de los
soldados, es por eso, que esta investigación intenta hacer un nexo entre los soldados chilenos,
sus testimonios y su realidad.
“El valor de los testimonios en la Historiografía actual ha sido re-
potenciado, pero se han postergado muchas veces por la Historia “cuantitativa” y
serial o por el rescate de testimonios de los sectores subalternos-rescate más que
válido- pero que si se transforma en el único testimonio necesario o válido para el
rescate histórico, empobrece la visión del pasado.”37

De este modo, la valoración de los testimonios permite crear una visión del soldado
chileno inserto en este conflicto en el que se enfrento con bolivianos y peruanos, pero
también, surge desde estos relatos, lo cual es evidenciable en ellos, el sentimiento patriótico
que tenían los soldados para con su país, entregando la vida por él, lo que deja en entrever
como se había gestado un “sentimiento patriótico” y de superioridad, frente a los enemigos.
“Brian Loveman incluso incorpora otros aspectos al análisis: La guerra también reforzó la

36
CORONADO, D. (2012). Óp., cit., p.29
37
Ibid., p.52

21
prevaleciente creencia chilena en la superioridad racial y cultural de la nación sobre sus
vecinos del norte. Chile era especial en América Latina y, después de la Guerra del Pacífico
los chilenos de todas clases creían más que nadie en su destino nacional”38, dejando en
manifiesto la superioridad que sentían simplemente por el hecho de ganar la Guerra,
provocando más roces con los países vecinos que, hasta el día de hoy se hacen presente dentro
de la realidad chilena.
La investigación, a través de la recopilación, análisis y comprensión de los
testimonios, dio como resultado la creación de una perspectiva más humana de la Guerra, al
lograr una contextualización de la vida de los soldados mismos insertos en el enfrentamiento,
dejando en evidencia sus sentimientos, sus penas y alegrías, todo en base a los relatos. Sin
embargo, la hipótesis no se cumple en su totalidad, ya que si bien las condiciones en algunos
casos en las que tenían que vivir este cuerpo humano, no siempre fue el peor, aunque
claramente esa fue la tónica general del ambiente, pero, surge un elemento importante, el
cómo la perspectiva de la Guerra tuvo una variación, tanto en la visión como en las vivencias,
por el simple hecho de haber pertenecido a clases más altas, como es el caso de Arturo
Benavides.
En otro ámbito, la investigación deja en evidencia que si bien, el enfoque son los
soldados chilenos, la mujer, que de una u otra forma participó en la Guerra, ya sea como
cocinera o con labores más fáciles, no tiene un rol preponderante dentro de esta obtención de
testimonios, esto también deja un vacío ya que al tener testimonios de esposas de soldados,
o mujeres participantes de las campañas, la materia se enriquecería con mayor detalles y
complementos, es por eso, que es en este punto quizás donde se debe enfocar la historiografía
actual para lograr que el componente humano tenga un papel importante y que los soldados,
que en muchas ocasiones fueron dejados de lado por Chile con el mal llamado “pago de
Chile”, sean revalorados por la historia chilena.

38 SAN FRANCISCO, A. (2011). Óp., cit., p.188

22
BIBLIOGRAFÍA
1. Fuentes Primarias

1.2 Impresas
BENAVIDES, A. (1929). Seis años de vacaciones. Recuerdos de la Guerra del Pacífico
1879-1883. Santiago: Imp. Universo

GUTIERREZ, H. (1881). Crónica de un soldado de la Guerra del Pacífico. Santiago:


Editorial del Pacífico S.A.

2. Fuentes Secundarias

2.1 Libros y capítulos de libros


BARROS ARANA, D. (1914). Historia de la Guerra del Pacífico (1879-1881). Obras
Completas de Diego Barros Arana. Tomo XVI. Santiago: Imprenta Barcelona.

BLOCH, M. (1993). Apología de la Historia. México: Fondo de Cultura económica.

DONOSO, C., COUYOUMDJIAN, J. De soldado orgulloso a veterano indigente. La Guerra


del Pacífico. En: SAGREDO, R. (dir.), GAZMURI, C. (dir.). Historia de la vida privada en
Chile: 237-274. Santiago: Editorial Taurus.

GÓNGORA, M. (2006). Ensayo histórico sobre la noción de estado en Chile en los siglos
XIX y XX. Santiago: Universitaria.

IBARRA, P. (ed.), MORONG, G. (ed.). (2018). Relecturas de la Guerra del Pacífico:


Avances y Perspectivas. Santiago: UBO Ediciones.

MÉNDEZ, C. (2009). Héroes del Silencio: Los veteranos de la Guerra del Pacífico. (1884-
1924). Santiago: Centro de Estudios Bicentenario.

MÉNDEZ, C. (2009). Desierto de Esperanzas. De la gloria al abandono. Los veteranos


chilenos y peruanos de la guerra del 79. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario.

23
PARVEX, G. (2005). Un veterano de tres guerras. Recuerdos de José Miguel Varela.

PAZ, M. (1979). Narración histórica de la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia.


Antecedentes y declaración de Guerra. La campaña marítima. Tomo I. Lima: Editorial Milla.

PINTO, J. (1997). ¿Patria o clase? La Guerra del Pacífico y la reconfiguración de las


identidades populares en el Chile contemporáneo. Contribuciones Científicas y
Tecnológicas, 116.

SAN FRANCISCO, A. Historiografía chilena reciente de la Guerra del Pacífico. En: Donoso,
C. (ed.), Serrano, G. (ed.), Chile y la Guerra del Pacífico. (2011). Santiago: Centro de
Estudios Bicentenario.

TOPOLSKY, J. (1973). Metodología de la Historia. Madrid: Editorial Cátedra.

2.2 Artículos

CASANOVA, F. De sujeto anónimo a actor patriótico. La vida del veterano de guerra José
Santos Leiva Pacheco (1864-1958). En: HORMAZABAL, E. (edit.). Cuaderno de Historia
Militar Nº9. Santiago, p.53.
CORONADO, D. (2012). “Sois vosotros valientes héroes. Somos nosotros simples
humanos”.: La experiencia de la guerra del pacífico en los testimonios de los
actores. Diálogos Revista Electrónica de Historia, 13(1), pp. 29-59.

UGARTE, E. (2014). La Guerra del Pacífico como referente nacional y punto condicionante
de las relaciones chileno-peruanas. Si Somos Americanos, 14(2), 159-185.

VERBAL, V. (2014). El Ejército de Chile en vísperas de la Guerra del Pacífico. Una visión
de las tropas (1866-1879). Historia 396, Nº1, pp. 135-140

2.3 Enlaces web

http://www.laguerradelpacifico.cl

24

You might also like