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En los martes consagrados al horror

Algunos rituales son importantes. De eso saben muy bien nuestros vecinos del país norte, que han
convertido en una verdadera tradición el Monday nigth football, una reunión obligada frente al
televisor donde los espectadores se emocionan con las contiendas entre sus equipos favoritos,
devoran botanas de todo tipo y mucha (mucha) cerveza.

En el México de mi infancia eso se trasladaba a los domingos, donde observar las hazañas
futboleras de mi tío consumía el día y luego las tardes entre los programas de la televisora privada
y estatal de la era. Eso afirmó mi desprecio por el que muchos llaman el juego del hombre (hoy es
más un espectáculo que un deporte) y afianzó mi amor por el horror.

Los últimos años he visto con satisfacción que la televisión por cable transmite al menos dos
programas (The walking dead y American horror story) relacionados con el género en horario
estelar. Y mejor, hace alarde de esto. Así que me pregunto, ¿no podemos institucionalizar un
Tuesday night horror? Quien me conoce sabe que detesto el abuso de los anglicismos, pero en
este caso es necesario para emular el sentido de la idea que desprende la iniciativa.

Publicado por Roberto Coria en 12:46 No hay comentarios:

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Etiquetas: confesiones, diseños originales, festividades, gran detractor de las festividades, series
de televisión indispensables, tradiciones

viernes, 1 de noviembre de 2013

Atento aviso

Publicado por Roberto Coria en 9:36 No hay comentarios:

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Etiquetas: celebraciones, diseños originales, festividades, respeto

jueves, 31 de octubre de 2013

Un hijo distinguido del Halloween

Para acercarse a Ray Bradbury*

Roberto Coria

Ray Douglas Bradbury dejó de respirar la mañana del martes 5 de junio de 2012, a los 91 años de
edad. Me enteré del hecho cuando me encontraba en un congreso de ciencias forenses, a través
del mensaje que me envió mi amigo Bernardo Esquinca, otro de sus devotos y discípulos. No
puedo evitar decir que esto me produjo un profundo pesar. Aunque nunca lo conocí físicamente,
lo hice desde mi infancia a través de su talento e incontables creaciones que incendiaron mi
imaginación. A pesar de las complicaciones propias de su edad, Bradbury partió de la mejor
manera posible: en su hogar de California, rodeado de sus seres amados, con el orgullo de saberse
uno de los autores más importantes de la narrativa estadounidense del siglo XX. El presidente de
su país, Barak Obama, hizo una declaración oficial tras su deceso:

Para muchos estadounidenses, la noticia de la muerte de Ray Bradbury evocó inmediatamente


imágenes de su obra, grabada en nuestras mentes desde una edad temprana. Su talento como
narrador modificó nuestra cultura y amplió nuestro mundo. Ray entendió que nuestra imaginación
podría ser utilizada como herramienta para una mejor comprensión, un vehículo para el cambio y
una expresión de nuestros valores más preciados. No hay duda de que Ray Bradbury seguirá
inspirando a muchas generaciones con su escritura. Nuestros pensamientos y oraciones están con
su familia y amigos.

Que esta charla se lleve a cabo el 31 de octubre, fecha de la festividad celta que marcaba el final
de las cosechas y el inicio del inverno, ocasión celebrada entre las culturas paganas europeas hasta
la irrupción del cristianismo es especialmente relevante si leemos dos de sus textos
fundamentales. Uno es su tercera publicación, El país de octubre (1955), una maravillosa antología
de cuentos macabros que honran a esta festividad. El otro relato es su novela de 1972 El árbol de
las brujas. No peco al decir que la parada final del viaje casi antropológico de 8 niños se encuentra
en un lugar que casi todos conocemos:

Estaban suspendidos sobre una isla en ese lago de México.

Allá abajo oyeron ladridos de perros en la noche.

En el lago iluminado por la luna vieron unos pocos botes que se movían como insectos acuáticos.
Oyeron tocar una guitarra y un hombre cantó con una voz melancólica y aguda.
--

*Extracto te de lo que leeré hoy en Fiction for the masses, homenaje a Ray Bradbury en la FES
Acatlán.

Publicado por Roberto Coria en 9:54 No hay comentarios:

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Etiquetas: AUTORES INDISPENSABLES, festividades, homenajes, lugares extraordinarios

viernes, 25 de octubre de 2013

Fantasmas de la juventud

Hay historias que te cautivaron durante una época más sencilla de tu vida. Las atesoras en la mejor
parte posible de tu memoria y corazón. Y sin embargo jamás escribes sobre ellas cuando tienes la
posibilidad, al llegar a la vida adulta. Hoy pago esa deuda. Vi Los Cazafantasmas, el sexto
largometraje que el checoslovaco canadiense Ivan Reitman nos entregó en 1984 a partir del guión
de Dan Aykroyd y Harold Ramis, cuando tenía tiernos 11 años de edad, en el final de mi infancia y
el inicio de mi adolescencia. No puedo describir la fascinación que causó en mí. Las hazañas de los
parapsicólogos convertidos en exterminadores de espectros forman parte de mis mejores
recuerdos. Los doctores Peter Venkman (Bill Murray), Ray Stantz (Aykroyd), Egon Spengler (Ramis),
apoyados por su cuarto elemento Winston Zeddemore (Ernie Hudson), su fiel secretaria Janine
Melnitz (Annie Potts), el pobrediablesco contador Louis Tully (Rick Moranis) y la atribulada
concertista Dana Barrett (Sigourney Weaver) son los protagonistas de una comedia (sobrenatural)
perfecta, plena de risas, acción y personajes y momentos memorables. Las imágenes del logotipo
de la empresa, de la vieja estación de bomberos transformada en su base de operaciones, de su
vehículo de emergencias Ecto 1, de sus equipos de protones, del glotón y malaleche fantasma
verdoso Slimer (aquí lo bautizaron posteriormente como Pegajoso) acechando un lujoso hotel, del
gigantesco perro infernal sobre el que arrojan un abrigo o del Dios sumerio Gozer el Gozeriano -
convertido por la inocencia de Ray en el Muñeco de malvavisco Stay Puft- y el tema musical de Ray
Parker, Jr., son simplemente inolvidables.
De ahí vino mi emoción cuando la extinta Imevisión (y viene un comentario digno del Abuelo
Simpson, “porque hubo una época donde la televisión mexicana era buena”) anunció la exhibición
de una caricatura titulada Los verdaderos Cazafantasmas. Su vínculo con la película, pese a las
diferencias de aspecto de sus protagonistas pero confirmadas por su emblema y su música, fue
refrescante considerando a la nefasta caricatura Los Cazafantasmas (donde salían dos tipos, un
gorila con sombrero y un coche con cara) hecha por la productora Filmation, responsable del
clásico He-man y los Amos del Universo, que pretendía lucrar con su buen nombre.

Hoy me entero que Los verdaderos Cazafantasmas vivió 7 temporadas y 147 episodios los cuales,
al revisar los títulos de su listado, me trajeron los recuerdos más gratos. ¿Cómo olvidar a su primer
gran enemigo El Espantaniños (el Boogieman, símil del Monstruo del Clóset), con su cabezota, su
gran nariz y sus patas de macho cabrío? ¿Del Duende de los Sueños (el Sandman del folclore
europeo), con su capucha y su saco de polvos para dormir? ¿O de la inocente viejecita Sra. Rogers,
dueña de un canario y una casa terroríficos? ¿Del capítulo que retoma lo sucedido después de la
película y cómo trabaron amistad con Pegajoso? ¿De la aparición del nefasto Walter Peck
(interpretado en la cinta por William Atherton)? ¿Cuando conocieron al mezquino Ebenezer
Scrooge de Charles Dickens? ¿Del enfrentamiento entre hombres lobos y vampiros en la aislada
Lupusville? Y siempre estará mi favorito, el episodio nombrado El libro mágico (en inglés se
llamaba La llamada por cobrar de Cathulhu), donde los héroes investigaban el robo del mítico
Necronomicón de la Biblioteca Pública de Nueva York, viajaban a Akham, Massachusetts, pedían
ayuda a la Profesora Alicia Derleth de la Universidad de Miscatonik, todo para detener el intento
de una secta (su líder tiene el nombre de alguien del Círculo de Lovecfaft) para revivir a Cathulhu
(así, con una “a”) y en el que viejos cómics les daban la clave para derrotarlo. Magia pura.

La película y la caricatura despertaron un auténtico furor que se extendió a la industria


discográfica, los videjuegos, las historietas, una desigual secuela (en 1989) y otra caricatura, Los
Cazafantasmas al extremo que tuvo una efímera existencia pese al intento por mantener viva una
redituable franquicia y en la que un Egon cuarentón dirigía a una nueva generación de
investigadores de lo paranormal.

Muy recientemente Akroyd y Ramis, artífices del éxito de la cinta y creadores de Los verdaderos
Cazafantasmas, revelaron su tardío intento por realizar una tercera parte de la que Murray, el más
exitoso miembro del ensamble, se deslinda completamente. Yo haría lo mismo. No es lo mismo los
Tres Mosqueteros que 30 años después, diría mi abuela. Si el proyecto recibe luz verde será como
esos desabridos reencuentros de populares grupos musicales sin su integrante más afamado y que
hizo una exitosa carrera como solista. Prefiero quedarme con su gloriosa primera parte de la que
no dudo algún brillante intente hacer un remake. No imagino a los comediantes del momento
(seguramente egresados del longevo Saturday Night Live como Murray y Aykroyd) en una
reelaboración. ¿Imaginan a Will Ferrell como Venkman, a Kevin James como Stanz, a Adam Sandler
como Spengler y a Chris Rock como Winston? Horror auténtico.

Publicado por Roberto Coria en 12:00 No hay comentarios:

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Etiquetas: caricaturas, Ese país llamado infancia, Ese país llamado juventud, PELÍCULAS
INDISPENSABLES, personajes memorables, secuelas, series de televisión indispensables

jueves, 24 de octubre de 2013

Esperando a la Gran Calabaza

Al dibujante estadounidense Charles Monroe Schulz debemos algunas de las creaciones que
marcaron nuestra infancia. Su mérito radicó en retratar con humor a los grupos que todos
formamos durante nuestros primeros días de conciencia –somos animales gregarios-, amistades
que giraban en torno a un afable y divertido perro blanco con complejo de aviador. Su tercer
especial televisivo, Es la Gran Calabaza, Charlie Brown se transmitió la noche del 27 de octubre de
1966 e instantáneamente se convirtió en un clásico que veo rigurosamente todos los días de
muertos, ocasión que inminentemente se acerca. En este punto podríamos discutir la vieja
rivalidad entre países y fiestas, arrojarnos salvajemente calabazas de diferentes tipos y
procedencias. Se piensa, en un sentido nacionalista recalcitrante, que automáticamente debemos
depreciar toda fiesta que provenga de otras latitudes. Yo, aunque soy un gran defensor de
nuestras raíces y celebraciones, no peco al confesar que me atrae el colorido y la parafernalia del
Halloween. Abrazar esta ocasión no te hace menos mexicano, del mismo modo que despreciar a
nuestra selección nacional de fútbol por sus penosos logros no te vuelve un traidor a la Patria.
Pero no nos desviemos. En el programa que inspira estas líneas, el pequeño Linus van Pelt escribe
su anual carta a la Gran Calabaza, entidad rectora del Halloween que –en su inocente entender-
trae regalos a los niños todas las noches del 31 de octubre. Ante la incredulidad de sus amigos
decide pasar toda la noche en un sembradío de estas cucurbitáceas –a esa familia vegetal
pertenecen- en espera de su visita.

Sin saberlo, Linus rendía homenaje a Samhain, la festividad celta que marcaba el final de las
cosechas y el inicio del inverno, ocasión celebrada entre las llamadas culturas paganas europeas
hasta la irrupción del cristianismo. En occidente generalmente se asocia a la figura de Jack-o'-
lantern (Jack el de la lámpara), la antigua costumbre –presumiblemente originaria de Irlanda y las
Tierras Altas de Escocia- de ahuecar vegetales e introducir velas en ellos para alumbrarse en la
noche.

Samhain no es pues una entidad corpórea. Sin embargo Los verdaderos Cazafantasmas, héroes de
mi infancia, lo enfrentaron en varias ocasiones –recuerdo tres-. Desde su primera aparición, el
episodio Cuando la Noche de Brujas se prologó, el villano escapó de su encierro en un milenario
reloj que era llevado a Nueva York y perseguía que la Noche de Brujas –la Noche de Halloween-
fuera eterna y perpetuar sus poderes. Y cómo juzgarlo. Yo, como mi amada y el pequeño Linus,
estoy convencido que en unos días llegará la Gran Calabaza. Si por algún motivo no lo hiciese,
siempre estará el año venidero. Mientras tanto, esperaré.

Publicado por Roberto Coria en 10:19 No hay comentarios:

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Etiquetas: especiales, festividades, grandes esperanzas, próximamente, series de televisión


indispensables

martes, 22 de octubre de 2013

¿Por qué me asusta una secuela de Beetlejuice?

Ayer leí, no sin sentirme preocupado, que la revista estadounidense Rolling Stone nos prevenía de
la intención de Tim Burton de hacer una secuela de su segundo largometraje Beetlejuice (1988),
película que significó la consolidación de su naciente y prometedora carrera. La posibilidad no deja
de provocarme inquietud. Siempre he considerado al señor Burton un cineasta talentoso y lo
admiro sobremanera, pero jamás olvidaré su versión de Alicia en el país de las maravillas (2010),
cinta que me decepcionó en más de una manera. Pero logró redimirse ante mí el año pasado con
sus Sombras tenebrosas y la versión en largometraje de Frankenweenie, de las que ya he dado
cuenta en este espacio.

La idea de una continuación de las aventuras del “bio exorcista” me parece tremendamente
arriesgada. La historia es un paquete perfectamente cerrado, producto efectivo que pertenece a
una época que el director ha superado. Ni que el guión pueda ser autoría del novelista Seth
Grahame-Smith, colaborador asiduo suyo en tiempo reciente, me tranquiliza. Menos que se haya
pensado en Michel Keaton para repetir uno de sus papeles más populares. La idea me parece muy
arriesgada. A estas alturas, a sus 61 años de edad, ver a Keaton cubierto de maquillaje y dando
saltos me parecería inadecuado, incluso penoso. El tiempo es inclemente. Hay roles que un actor
ya no puede interpretar con la misma convincencia, máxime porque se supone que es un fantasma
y ellos –hasta donde sé- no envejecen. ¿Cuáles son las posibilidades entonces? ¿Una precuela que
nos muestre la juventud del futuro espectro? ¿Sus primeras hazañas sobrenaturales? Porque ver
de nuevo a Alec Baldwin, Geena Davis, Jeffrey Jones, Catherine O´Hara y Winona Ryder no se me
antoja en lo más mínimo. Prefiero recordarlos a todos en su esplendor, en una aventura delirante
e irrepetible. Hay muertos que deben descansar. Ojalá alguien sensato advierta esto a Burton
antes que cometa una gran equivocación. O quién sabe. Tal vez tenga un as bajo la manga y nos
deslumbre.

Publicado por Roberto Coria en 11:43 No hay comentarios:

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Etiquetas: CINEASTAS DE CULTO, en la prensa estadounidense, PELÍCULAS INDISPENSABLES,


secuelas, temores

lunes, 21 de octubre de 2013

Guillermo del Toro, renovador (parte 4 de 4)

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