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Afirmación del Matrimonio

El Comité Ejecutivo Internacional de la Iglesia de Dios, sesionando el 9 de abril de 2013,


publicó la siguiente declaración sobre el matrimonio y la familia.

La Iglesia de Dios siempre ha creído en trazar bien la Palabra del Señor. Esta creencia
está fundada sobre las palabras de Jesús en Mateo 5:17: «No penséis que he venido a abolir la
Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir». El apóstol Pablo nos exhorta de la
siguiente manera en 2 Timoteo 3:16: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia».

La Sagrada Escritura es clara acerca de la ordenanza de Dios para el matrimonio. Jesús


dijo en Marcos 10:6-8, «… pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por
esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne; así que no son ya más dos, sino uno». Pablo reitera esta enseñanza en Efesios 5:31: «Por
esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola
carne».

Ningún pasaje bíblico cita el matrimonio entre personas del mismo sexo. Antes bien, a lo
largo de las Escrituras, Dios condena y juzga las relaciones sexuales entre personas del mismo
sexo (Génesis 19:13; Levítico 18:22, 20:13; 1 Reyes 14:24, 15:12, 22:46; 2 Reyes 23:7;
Romanos 1:24-32).

La Iglesia de Dios está determinada a ganarse a los perdidos para Cristo (Mateo 28: 19-
20) y afirmamos que amamos y nos compadecemos de los hombres y las mujeres, pues en el
pasado, también fuimos esclavos y esclavas del pecado. Pablo se expresa sobre la necesidad de la
redención en 1 Corintios 6:9-11: «¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido
lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y
por el Espíritu de nuestro Dios».

La Iglesia de Dios afirma la postura bíblica que el matrimonio solamente puede ocurrir
entre un hombre y una mujer, como dice Jesús en Marcos 10:6-9: «… pero al principio de la
creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto,
lo que Dios juntó, no lo separe el hombre».

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