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PRINCIPIOS DEL DERECHO

PROCESAL LABORAL
1. 1. INTRODUCCION A LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO
LABORAL

El 15 de enero del 2010 se publicó en el Diario Oficial “El Peruano” la Ley N°


29497, que probó la Nueva Ley Procesal de Trabajo, que dispuso su entrada en
vigencia de manera progresiva en los distintos Distritos Judiciales del país a
partir del 15 de julio del año en curso, conforme lo dispone Novena Disposición
Complementaria de la citada ley. Es por ello que su estudio y desarrollo es
especialmente importante para el logro de su adecuada implementación, que
asegure especialmente su igual aplicación por parte de los distintos órganos
jurisdiccionales de la especialidad en el país.

La Nueva Ley Procesal de Trabajo constituye un instrumento jurídico de orden


procesal que busca mejorar el sistema de la administración de justicia en materia
laboral. Es de aplicación a los procesos laborales que se inicien, cuya finalidad es
lograr un eficiente acceso a la justicia, una regulación sencilla y, sobre todo, la
aplicación de los principios de oralidad, inmediación, concentración, economía
procesal, celeridad, veracidad, impulso de oficio y principio protector, entre
otros. Permite mayor celeridad, simplicidad y sistematización en los procesos
judiciales, como sucede en diversos países de la región como Ecuador, Uruguay,
Venezuela, Costa Rica y Chile, que cuentan con una norma procesal sustentada
en la oralidad.

Pretendemos a bordar el desarrollo de algunos principios que inspiran la nueva


normatividad procesal laboral, y que determinan un cambio sustantivo para
lograr mayor celeridad en el trámite de los procesos, teniéndose presente que
éstos se aplican en el trámite del proceso y al resolver las distintas incidencias,
así como al expedir el fallo, permitiendo resolver el conflicto de intereses
inspirados en conceptos básicos que sustentan no sólo el derecho procesal
laboral, sino también el derecho sustantivo laboral.

1. 2. EL ROL DE LOS PRINCIPIOS U AXIOMAS JURIDICOS

2.1. DE LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LOS PRINCIPIOS


DEL DERECHO LABORAL

La importancia de estudiar los principios en los que se funda el Derecho del


Trabajo estriba en la función fundamental que ellos juegan en todas las
disciplinas del Derecho, pero que por tratarse de una rama de relativo recién
nacimiento, necesita apoyarse en principios que suplan la estructura conceptual
asentada en siglos de vigencia y experiencia que tienen otras ramas jurídicas.

Los principios pueden ser enunciados tanto en la legislación positiva como en la


jurisprudencia, sin embargo poseen sustantividad propia en razón de su intrínseca
generalidad. Todos ellos obedecen a la inspiración de la JUSTICIA
SOCIAL[1] de la que se nutría desde sus inicios la legislación del trabajo, de ahí
que la idea central de ellos es en favor del trabajador.

Estos principios son de orden público y de carácter irrenunciable para el


trabajador; se otorgan como mínimos de garantías.

Podemos definir los principios generales como lo hace Manuel Alonso


García[2]:”Aquellas líneas directrices o postulados que inspiran el sentido de las
normas laborales y configuran la regulación de las relaciones de trabajo con
arreglo a criterios distintos de los que pueden darse en otras ramas del Derecho”
O como también el profesor Américo Plá Rodríguez[3] nos dice comparando con
la doctrina[4]:

“Líneas directrices que informan algunas normas e inspiran directa o


indirectamente una serie de soluciones por lo que pueden servir para promover y
encauzar la aprobación de nuevas normas, orientar la interpretación de las
existentes y resolver los casos no previstos.”

De tales definiciones pueden extraerse las características que tienen dichos


principios: Se podría resaltar que son:

a)Enunciados básicos; es decir, pretenden abarcar una serie indefinida de


situaciones y no una particular, de forma que puedan ser utilizados en una
diversidad de situaciones, lugares, tiempo, etc.
b) propios del Derecho del Trabajo y por lo tanto, diversos de los que existen en
otras ramas del Derecho: sirven para justificar la autonomía del Derecho del
Trabajo y su peculiaridad, son especiales. Aunque pudiera suceder que algunos
de ellos existan en forma similar o ligeramente variables en más de una rama del
Derecho.
c) Los principios tienen un sentido lógico, conexo, poseen una armonía entre sí.

Entre las funciones de dichos Principios podemos señalar que cumplen con las
siguientes tareas:

a)Informadora: inspiran al legislador sirviendo como fundamento del


ordenamiento jurídico.
b)normativa: actúan como fuentes supletorias en caso de ausencia de
ley. Integran el Derecho.
c)interpretadora: operan como criterios orientadores del juez.

2.2. DE LA IMPORTANCIA DE LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO

PROCESAL LABORAL

El Derecho Laboral tiene por objeto lograr la solución de problemas de contenido


social, pues en las relaciones laborales entre empleador y trabajador se producen
una serie de circunstancias y eventualidades que desestabilizan la relación y que,
en no pocas ocasiones, es difícil solucionar entre las partes, ni aún con la
intervención de la autoridad administrativa de trabajo, por lo que es necesario
acudir ante el Poder Judicial para encontrar una solución o el reconocimiento de
derechos que el empleador se niega a cumplir. El Derecho Procesal Laboral
señala el procedimiento y formalidades que deben seguirse para alcanzar una
decisión jurisdiccional, por lo que entre ambos existe una relación indisoluble.

Así lo ha reconocido el Tribunal Constitucional Español en la sentencia de fecha


25 de enero de 1983, cuando indica:

“… el específico carácter del Derecho Laboral…, a diferencia del derecho de


contratos, basado en los principios de libertad e igualdad de las partes, se
constituye como ordenamiento compensador e igualador en orden a la
corrección, al menos parcialmente, de las desigualdades fundamentales,
debiendo destacarse a esta finalidad no sólo las normas sustantivas, sino
también las procesales, pues resulta patente que el Derecho Procesal y Derecho
Sustantivo son ambos realidades inescindibles, actuando el primero como un
instrumento de singular importancia para el cumplimiento de los fines
pretendidos por el segundo…”[5].

La Nueva Ley Procesal de Trabajo pretende introducir un procedimiento que


garantice un proceso más eficiente, rápido y eficaz que decida la controversia con
la garantía del respeto del debido proceso, por lo que ha reconocido en su Título
Preliminar principios en los que se inspira el proceso, a efecto de garantizar el
cumplimiento de estas características; justamente, a un año de la aplicación de
este nuevo proceso, se puede concluir que un juicio laboral que con la aplicación
de la anterior Ley N° 26636 duraba entre dos y tres años en su trámite hasta
conseguir un fallo definitorio; hoy, con la nueva Ley Procesal de Trabajo se ha
reducido a cinco meses aproximadamente, lo que ya constituye un avance
positivo en la administración de justicia. Hoy las exigencias sociales en materia
de derechos laborales han determinado la introducción de procedimientos más
eficientes y ágiles, tanto para el campo público como privado a través de los
procesos contencioso administrativos, y el proceso laboral con nuevas reglas
procesales, que ha hecho de la oralidad el camino para lograr decisiones más
rápidas y sobre todo más cercanas a los hechos que son conocidos directamente
por el juzgador durante el trámite del proceso, esencialmente en la audiencia de
juzgamiento.

1. 3. NOCION DEL PRINCIPIO DE CELERIDAD PROCESAL


El principio de celeridad procesal se expresa a través de diversas instituciones del
proceso[6], porejemplo, la perentoriedad e improrrogabilidad de los plazos. Está
manifestado a través de todoel proceso por medio de normas impeditivas y
sancionadoras de la dilación innecesaria, asícomo por mecanismos que permiten
el avance del proceso.
La celeridad procesal no es un principio abstracto[7]: muy por el contrario, es el
alma delservicio de justicia. Está claro que la existencia del debido proceso se
debe necesariamente a la existencia de una justicia que no puede y no debe
prolongar innecesariamente el litigio; ya que la sociedad debe recomponer su paz
a través delproceso en el más breve plazo; y es de su interés que el conflicto de
intereses o la incertidumbre jurídica se dilucide prontamente. Esta situación De
hecho, esta situación ya se encuentra reconocida constitucionalmente en el
derecho comparado y en nuestroproyecto constitucional[8]y resulta también una
garantía protegida a nivel supranacional[9].

En el terreno del derecho laboral reseñaríamos que dada la especial naturaleza


que revisten los derechos sociales, y que en la mayoría de casos tienen carácter
alimentario, impone que el proceso laboral cuente con plazos cortos y perentorios
a fin de que el proceso sea resuelto a la mayor brevedad posible, sin que eso
implique limitar o desconocer el derecho de defensa y debido proceso que
corresponde a la parte demandada.

La legislación actual, a diferencia de la Ley N° 26636, contempla plazos más


cortos para la realización de los actos procesales entre uno y otro, lo que va de la
mano con el principio de concentración de los actos procesales desarrollado
precedentemente que asegura una mayor celeridad de los procesos. La celeridad
también se consigue haciendo del proceso uno esencialmente oral y menos
formalista, que evite dar trámite a recursos y maniobras dilatorias sobre
incidentes intrascendentes que entorpezcan el proceso.

A ello debe agregarse que la nueva ley procesal laboral busca promover
mecanismos alternativos para la conclusión del proceso, distintos a la emisión de
la sentencia, como la transacción y la conciliación, que contienen una regulación
especial en la legislación novísima incorporándose el denominado test de
disponibilidad de derecho con el cual se busca propiciar que trabajadores y
empleadores puedan arribar a acuerdos fuera o dentro del proceso judicial, con
los límites que la propia norma impone, lo que permitirá acuerdo prontos y
oportunos, coadyuvando con ello a la tan deseada celeridad procesal.

1. 4. NOCION DE VERACIDAD INTRODUCIDA EN EL DERECHO


PROCESAL LABORAL
Por el principio de veracidad, también denominado de primacía de la realidad, se
persigue que el Juez resuelva en base a la realidad de los hechos, privilegiando la
verdad de los hechos por encima de la apariencia formal, lo que se encuentra
íntimamente vinculado con el principio de irrenunciabilidad de derechos[10].
Ello porque los documentos que pretendan eliminar o disminuir beneficios
laborales, aún si estuvieran suscritos por el trabajador, no tendrían validez, ante
la evidencia de los hechos; en razón además que la calificación del contrato de
trabajo y la relación laboral no es una facultad de las partes sujeta a la autonomía
de la voluntad sino que corresponde efectuarla al Juez en cumplimiento de
preceptos constitucionales y leyes que son normas de orden público, de
ineludible cumplimiento. Por ello, éste principio tiene como correlato la facultad
inquisitiva del Juez laboral, que dirige el proceso en busca de la verdad real.

Para tal fin, la Nueva Legislación Procesal del Trabajo en el artículo III de su
Título Preliminar señala expresamente que los jueces laborales deben evitar que
la desigualdad entre las partes afecte el desarrollo o resultado del proceso, para
cuyo efecto procuran alcanzar la igualdad real de las partes, privilegiando el
fondo sobre la forma. Asimismo, para cumplir con tal cometido, se le reconoce al
Juez Laboral una serie de facultades que le permitirán recabar la mayor cantidad
de información necesaria para alcanzar la verdad real, de la mano de reglas en
materia probatoria que coadyuvan a esta finalidad del proceso laboral, a lo que
debe agregarse el deber del Juez de sancionar la conducta de las partes que
resulte contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe de las
partes, sus representantes, sus abogados e incluso terceros, según el penúltimo
párrafo del precitado artículo III de la Nueva Ley Procesal Laboral, sin perjuicio
de la apreciación negativa por parte del Juez de dicha conducta.

1. 5. VINCULACION DE LA CELERIDAD PROCESAL Y LA


VERACIDAD EN EL DERECHO PROCESAL LABORAL

La Nueva Ley Procesal del Trabajo, Nº 29497 contempla como principios del
proceso laboral los siguientes: inmediación, oralidad, concentración, celeridad,
economía procesal y veracidad.

La principal novedad que introduce la nueva legislación es el carácter oral que se


pretende imprimir al nuevo procesal laboral, por lo que la regulación de los
demás principios procesales en este contexto adquieren una nueva significación
diferente a la que se configuró en la anterior Ley Nº 26636, que consagró en la
práctica lo que algunos han denominado una “falsa oralidad”.

Así, Pasco Cosmópolis[11], considera que si bien teóricamente se puede afirmar


que la anterior Ley Nº 26636 consagró un sistema mixto, en la práctica se
desarrolló un “proceso escriturario”, en virtud del cual la mayoría de las
actuaciones se seguían haciendo de manera escrita e incluso, aquellas que se
realizaban de manera verbal terminaban reducidas a actas y a escritos, donde
además no se respetaba la unidad de la audiencia y el juez no asumía un papel
protagónico en la dirección de la audiencia, que un proceso de carácter oral le
impone.

El nuevo proceso laboral oral o proceso por audiencias, como también se le ha


denominado, “exige y al mismo tiempo posibilita, es decir, condensa y es, a su
vez, requisito para la consecución y la propia eficacia de otras características de
gran importancia, pacíficamente atribuidas al proceso laboral: inmediación,
concentración, sencillez e incluso celeridad.”

De esta manera, la preponderancia de la oralidad se constituye como el “principio


esencial del nuevo proceso laboral”, sobre el cual se asientan y se fundamentan
los demás principios. Así, la inmediación del juez requiere la oralidad del
proceso laboral, a través del cual se posibilita el mayor contacto del juez con las
partes y el material probatorio. La oralidad también permite que el proceso se
desarrolle de manera más expeditiva, logrando con ello hacer efectivo el
principio de economía procesal. El principio de veracidad también se ve
beneficiado por la oralidad al poder apreciar de manera más certera y evidente, a
partir de la actuación de las partes, la autenticidad de sus posiciones. Finalmente,
los actos procesales son menores en un proceso oral que en uno esencialmente
escriturario, con lo cual se hace efectivo el principio de concentración.

De ahí que se concluya en señalar que los efectos de un proceso eminentemente


oral, como el que se pretende consagrar con la novísima legislación, son los
siguientes: “a) mayor celeridad; b) brinda real eficacia al principio de
inmediación; c) mayor publicidad del proceso; d) favorece el poder de dirección
del proceso del juez; e) evita, en mayor medida que el proceso escrito, la
inconducta procesal; y, f) favorece el principio de concentración.”[12]

1. 6. VULNERACIONES AL PRINCIPIO DE LA CELERIDAD


PROCESAL

De otra parte los efectos que se prescriben al vulnerar este axioma jurídico son
dos, a saberse:
 Al haberse desarrollado un proceso judicial en un período superior al
tiempo determinado por la ley procesal penal, se están omitiendo las
garantías del debido proceso, acto contrario al deber del magistrado,
previsto en el artículo 184 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que
prescribe que los procesos deben ser resueltos con celeridad y con
sujeción a las garantías jurisdiccionales del debido proceso, así lo estipula
la RES. Nº 019-2002-P-CNM del 28FEB2002
 Mientras que el Exp N° 331-97 que data del 09JUL1997 señala que debe
imponerse al Juez la medida disciplinaria cuando incurre en negligencia
inexcusable, esto es cuando dilata el proceso innecesariamente, atentando
contra el principio de celeridad procesal en detrimento de los justiciables y
de la administración de justicia.

También encontramos que la exigencia de una motivación detallada afecta el


principio de celeridad procesal, así lo expresa la jurisprudencia civil en el
expediente N°177-2006:

“Exigir el detalle que pretende la quejosa, en un medio como el nuestro en el cual


la defensa escautiva, implicaría una carga adicional al trabajo jurisdiccional que
demoraría el trámite de losprocesos lesionando valores constitucionales
relevantes como la celeridad procesal; máximesi, como hemos señalado, ese
detalle no aparece exigido por la ley. De alguna manera aceptarcomo válidas las
razones de la quejosa significaría buscar reemplazar con la actividad del Juezel
trabajo diligente que debe corresponder a todo profesional del derecho.”[13]
1. 7. CONCLUSIONES

1. La Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 29497, reconoce una variedad de
principios que inspiran el proceso laboral, garantizando que éste se desarrolle de
forma más rápida y eficaz, respetando el debido proceso.

2. La oralidad es el principio que caracteriza el nuevo proceso laboral, pues sus


actuaciones son necesariamente orales, con excepción de la demanda y la
contestación, permitiéndole al juez entrar en contacto con las partes y
comparecientes, y conocer debidamente el conflicto suscitado entre ellas.

3. El nuevo proceso laboral permite al juez tener un rol más activo y cumplir
eficazmente su función como director del proceso posibilitando, además, una
mejor preparación de los participantes en el proceso, en especial de los abogados
quienes deben expresar sus posiciones y formular sus alegaciones en forma oral.

4. La inmediación y concentración permiten la directa intervención del juzgador


en las audiencias y en la actuación de los medios de prueba, quien debe velar por
el cumplimiento del principio de igualdad real de las partes, fortaleciendo a la
parte más débil, sancionando las conductas maliciosas y contrarias al deber de
veracidad, evitando así el desequilibrio entre demandante y demandado.
5. Al momento de resolver y emitir su falllo, el juez debe motivar sus decisiones
sustentadas en los principios y derechos laborales reconocidos por la
Constitución, los tratos internacionales de los que es parte el Perú y la ley,
acudiendo además a criterios de razonabilidad a efecto de valorar los hechos
probados por las partes.

[1]VINATEA RECOBA, Luis y TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge.


Comentarios a la Nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima, Gaceta Jurídica, 2010,
p. 28.
[2]Derecho del Trabajo, Barcelona, 1960, T.I., Pág. 247.
[3]PLA RODRIGUEZ, Américo. Los Principios de Derecho del Trabajo. 2da.
Edición Depalma, Buenos Aires, 1990, p. 9.
[4]Los Principios del Derecho del Trabajo, Ediciones Depalma, Buenos Aires,
1978, Pág. 9
[5]ARÉVALO VELA, Javier. (2010). “El derecho procesal de trabajo “.
Separatas enDiplomado de Especialización y Actualización en Derecho
ProcesalLaboral. Organizado por el Colegio de Abogados de Arequipa, 2010.
[6]MONROY GALVEZ, Juan. Teoría General del Proceso. Lima, Communitas,
2009, p. 197.
[7]ACEVEDO MENA, Roberto Luis. La administración de justicia laboral en el
Perú. Lima, Editorial Ital Perú, 1989, p. 42.
[8]Al respecto debe mencionarse que el Anteproyecto de Constitución (2002)
contemplaba lo siguiente:

Artículo 1°.- Toda persona tiene derecho: (…)

26. Al debido proceso. En consecuencia::

a. Al libre acceso a la justicia en un proceso que se desarrolla dentro de un plazo


razonable que le permita

ejercer su defensa y acceder a los medios probatorios e impugnatorios regulados


por la ley.

(…)

Sin embargo, el Proyecto de Constitución (2003) sintetizó este postulado:

Artículo 2°.- Toda persona tiene derecho: (…)


25. Al debido proceso. En consecuencia se garantizan enunciativamente: El libre
acceso a la justicia y los

derechos a la jurisdicción predeterminada, a no ser condenado en ausencia, a la


defensa, a no ser

incomunicado sino en los casos y en las formas previstas por la ley, a no


autoinculparse, a la publicidad

del proceso, a la motivación de resoluciones judiciales, a la instancia plural, a la


cosa juzgada; a la

prohibición de interrumpir los procesos, afectar el contenido de una sentencia o


retrasar su cumplimiento,

así como la ejecución de las decisiones judiciales.

Estas disposiciones se extienden al procedimiento administrativo, en cuanto le


sean aplicables.

[9]Artículo XVIII de la Declaración Americana de los Derechos de Hombre


(Derecho de justicia),

inciso 1 del artículo 8 (Garantías Judiciales) y el inciso 1 del artículo 25 de la


Convención Americana de

de los Derechos Humanos (Protección Judicial), y el parágrafo c del inciso 3 del


artículo 14° del Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Inclusive, debe consultarse la Carta de los Derechos de las personas ante la


Justicia en el espacio Judicial

Iberoamericano, aprobado en la VII Cumbre Iberoamericana de Presidentes de


Cortes Supremas y

tribunales Supremos de Justicia, entre el 27 y 29 de Septiembre de 2002, en la


cual se amparaban los

postulados de Una Justicia atenta con todas las personas (principios 10 al 17) y
Una justicia ágil y
tecnológicamente avanzada (principios 20 al 22)

[10]PAREDES PALACIOS, Paul. Prueba y presunciones en el proceso laboral.


Lima, Ara Editores, 1997, p. 443.
[11]PASCO COMÓPOLIS, Mario. Oralidad. El Nuevo Paradigma. En:
Soluciones Laborales. Gaceta Jurídica, Nº 25, enero 2010, p. 55.
[12]ACEVEDO MENA, Roberto Luis. op. cit, p. 40. Se destaca como
antecedentes de la oralidad la diligencia de comparendo y la inspección ocular e
investigatorias que el Juez promovía en base a su atribución inquisitiva prevista
en el artículo 48 inciso a) del Decreto Supremo N° 03-80-TR.
[13]CIUDAD REYNAUD, Adolfo. “Necesidad de una profunda reforma
procesal laboral en América Latina”. En: Trabajo y Seguridad Social. Estudios
jurídicos en homenaje a Luis Aparicio Valdez. Lima, Grijley, 2008, p. 568.

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