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NACIMIENTO DE LA “ÓPERA POPULAR”

Por Carlos Andrés Orozco Sierra

La Ópera es un género musical teatral nacido a comienzos del siglo XVII en el que una
tragedia, drama o comedia es representada, cantada y acompañada por un conjunto
instrumental grande. Generalmente es de carácter profano y todos los personajes en escena
representan un personaje (aunque no todos canten).

No es la ópera el primer genero musical en converger con otras artes. La obra Le jus de
Robin et de Marion del trovador francés Adam de la Halle, pastoral del año 1285, suele
presentarse como una pre-ópera medieval. También los dramas litúrgicos, como los
compuestos por Hildegard von Bingen (1098 – 1179) en los que también es evidente la
búsqueda de la obra de arte multidisciplinaria. Lo que viene a diferenciar a la Ópera del
resto de piezas musico-teatrales es que el texto pasa de ser recitado a ser cantado dando
lugar a la forma vocal característica de la ópera: el recitativo.

El recitativo es un tipo de canto hablado surgido en Italia alrededor de 1600, fruto de las
disertaciones del grupo de intelectuales conocido como la Camerata Florentina, en el que
un solista es acompañado por uno o varios instrumentos. El recitativo juega un papel muy
importante en la ópera, dado que permite al libreto avanzar (no hay repeticiones formales
en el recitativo). Existen dos tipos de recitativo: secco que normalmente va acompañado de
uno o dos instrumentos fundamentales como el clave y el laúd más un instrumento grave,
como el fagot, violoncello, trombón, entre otros. El otro tipo de recitativo es el conocido
como acompañado o accompagnato en el que el solista está acompañado por orquesta o
algún otro conjunto instrumental grande.

Las primeras óperas estaban entonces compuestas de tres formas vocales simples: Las
Escenas de conjunto (dos a cuatro solistas vocales), Coros (generalmente 30 integrantes) y
recitativos en medio de los cuales empezaron a darse pasajes vocales que comenzaron los
compositores a desarrollar y a los que se denominó partes ariosas, llamadas así por su
desarrollo melódico similar al del aria (entendida como una canción con acompañamiento
instrumental). Poco a poco se produjo una disociación, dando paso esta cuarta forma vocal
simple, el aria, de la que se compone la ópera.

La Ópera fue desde su nacimiento un espectáculo exclusivamente diseñado para la nobleza,


es decir, para un público con recursos económicos y tiempo para formarse en artes,
filosofía, literatura, matemáticas, entre otras áreas del conocimiento y para el que el arte es
una de las principales fuentes de entretenimiento. Siendo la ópera un privilegio exclusivo de
la nobleza, debía ser diseñado para ese público específico y no para otro, por lo que podría
decirse que en aquel momento era un espectáculo que correspondía con la condición
intelectual de todo su público.
Todos los teatros de Venecia eran privados y pertenecían a la aristocracia. Pero en 1637,
con el apoyo de la familia Tron, tuvo lugar la fundación del primer teatro de ópera público
con el nombre de San Cassiano y en el que se creó el concepto de pagar una entrada para
ver ópera. A partir de entonces el público de la ópera empezó diversificarse. Casi cualquiera
que pudiera pagar una entrada tenía derecho a ver ópera. Empieza a haber entre el público
personas pertenecientes a la clase mercantil. Esto permite que a la ópera posicionarse como
principal medio de entretenimiento en Venecia y posteriormente Italia.

Con un público más heterogéneo, las exigencias de este comenzaron también a variar. Al
respecto dice Eckhardt von den Hoogen en su ABC de la ópera que: “El público paga el precio,
pero exige una lógica contraprestación. Lo que ocurrió es que en Venecia y en otras ciudades en las
que imperaba la ley de “quien paga manda” cada vez se incluían más elementos cómicos en los
temas trágicos, lo que los padres de la tragedia hubieran tolerado tan poco como los padres de la
ópera.

Es inútil buscar números cómicos en Orfeo. Pero en estas primeras “óperas populares” si se daba tal
mezcla de “en serio y en broma” que llegaba un momento en que nadie sabía ya quién con quién, por
qué, cuándo y dónde… pero en tanto que la gente se riera, pagara y se siguieran escenificando temas
interesantes procedentes del mundo de la historia y la leyenda, mientras la maquinaria siguiera
presentando sus espectaculares efectos especiales, los sastres crearan el vestuario más lujoso y los
pintores sus colosales montajes, merecía la pena pagar el precio de la entrada.”

En este punto comienzan a surgir diferentes géneros operísticos. El primero de ellos es la Ópera
Seria italiana, que resulta con el fin de subsanar de manera radical la extremada mezcla entre
comicidad u seriedad. Al recobrarse la conciencia de la antigüedad griega, sobre todo la poética de
Aristóteles y el modelo de los dramaturgos franceses, germinó una nueva seriedad que respondía a
las antiguas definiciones. Según Aristóteles, “la tragedia trata de personas cuya conducta ética y
moral supera en mucho a la de las personas normales y que, por tanto, son dignos de imitar. Por el
contrario, la comedia tiende a imitar a los hombres peores, pero no en todo el vicio, solo lo risible,
que es parte de lo feo, pues lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor ni daño. Es comprensible
que estos puntos de vista parezcan irreconciliables: No se puede mirar arriba y abajo a la vez, así
ocurre que, por una parte, la opera seria recuerda a la tragedia y la opera buffa a la comedia. En
Francia la opera seria tiene su equivalente con la tragedia lyrique.

En contraprestación a la opera seria surge la opera buffa italiana, como se designó a las operas
alegres, después de que se separan los elementos cómicos y trágicos tan mezclados durante el siglo
XVII. Para entonces la ópera ya se había esparcido por Europa la opera buffa tuvo también sus
equivalentes, aunque con la diferencia esencial de que los textos eran hablados, en otras palabras,
no tenían recitativos en su forma. Entre esos equivalentes encontramos la opera comique en Francia
(posteriormente influenciada por la opera buffa), ballad-opera en Inglaterra, y singspiel en Alemania
(que se ve influenciado por la ballad-opera posteriormente).

Siendo entonces la opera buffa, ballad opera, opera comique y el singspiel formas opuestas per se a
la opera seria, similar a como sucede con la tragedia y la comedia griegas, podríamos claramente
relacionar el nacimiento de una posible “ópera popular” con el proceso de apertura del teatro de
ópera público y la consecuente diversificación del público que llevó a crear intereses diferentes en
éste más cercanos a las vidas y la preparación intelectual de la nueva audiencia.

Bibliografía:

Opera, Francisco Camino.

Breve historia de la ópera, Enzo Valenti, Ferro.

ABC de la ópera de Eckhardt van den Hoogen.

Wikipedia.org

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