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Este jueves nos encontramos estudiantes y docentes a socializar las experiencias que se
vienen dando en las diferentes cursadas autogestionadas. Estaremos
Estaremos reuniéndonos al finalizar la asamblea del día lunes, previo a informar el lugar
al inicio de la misma. Allí comenzaremos a discutir un cronograma de encuentros y
lecturas, así como las formas de evaluación a darnos en la cursada y los modos de
circulación de los trabajos a producir. La/os interesada/os en la propuesta pueden
contactarnos a: lacreenciadecaletti@gmail.com
El autoritarismo peculiar que caracteriza a nuestro decano tanto al frente del aula como
de la facultad, o los cuestionamientos y broncas compartidas respecto de los procederes
de la gestión no constituyen el motor de esta iniciativa. Tampoco la inquietud por
organizarnos en relación a la cursada se reduce a la particularidad de esta materia. La
propuesta no es contra Caletti, ni “contra” otra autoridad o docente. Lo que nos convoca
en cambio es el interés por organizarnos en torno a los ámbitos que habitamos en lo
cotidiano y por dar cauce a una construcción que nos permita intervenir en nuestros
procesos de formación.
Esta iniciativa no configura sino una entre otras posibilidades de darnos el autogobierno
de las formas de producir conocimiento y de transformar las relaciones sociales que en
el día a día de las aulas mantenemos en la universidad.
En estos días de toma alguna/os compañera/os han expresado su preocupación respecto
de cómo radicalizar el proceso: “después de la toma qué”
Que queremos “estudiar” implica que nos interesa hacer de las aulas un lugar de
pensamiento.
Cierto sentido común en estudiantes-no militantes parece afirmar que quienes militan
(¿en agrupación?) no les interesa estudiar. En algún punto compartimos esa afirmación,
creemos que a mucha/os compañera/os de militancia al menos no les interesa
transformar las aulas en ámbitos de estudio. Y en esa dirección es que a veces nos
preguntamos en qué sentido les interesa la transformación de la universidad.
De estudiar en la universidad
Nos resultan problemáticas las formas habituales de la práctica política universitaria.
Varia/os nos preguntamos en ciertas ocasiones cuánto les interesa efectivamente a
alguna/os compañera/os revolucionaria/os la transformación de la universidad, cuando
su práctica política privilegia el acceso a ámbitos (exclusivos y excluyentes) de decisión
mientras reproducen en el aquí y ahora de las instancias cotidianas afectadas por esas
decisiones las mismas prácticas que dan forma a la conservación de la universidad.
Por si es “inoportuno” escribir esto en medio de una toma por el edificio: no hace falta
que se caiga nada para que el reclamo sea legítimo.
Si celebramos la toma es sobre todo porque habilitó encuentros entre compañera/os que
venimos atravesando malestares cotidianos tanto en relación a la normalidad académica
como a la normalidad militante.
La toma habilitó instancias de encuentro entre compañera/os que hace algún tiempo nos
venimos organizando
“Apoyo la toma, pero se termina y todo vuelve a la normalidad, me pregunto qué más
podemos hacer para radicalizar lo que implica la toma”,
Lo que nos preocupa es la generalidad de las cursadas, así como la forma de concebir la
actividad política en la universidad.
(¿hace falta explicitar que “estamos de acuerdo” con el reclamo? Lo que cuestionamos
es la reducción de la política al reclamo, aun de los que apoyamos).
Esta propuesta no es una provocación, surge más bien de una preocupación que
consideramos legítima políticaacadémicamente hablando. No es una preocupación
exclusiva en torno al trabajo de esta materia ni a la especificidad de esta toma. Creemos
que en las formas de concebir la actividad política y la actividad académica en la
universidad se expresa una aparente separación entre lo político y lo académico
Otra vez toma
¿Hace falta resguardarnos de críticas y explicitar que apoyamos?
Otra propuesta de cursada: sobre las formas normales de la academia y las formas
normales de la política
No con poca frecuencia hemos escuchado a varia/os compañera/os, durante ésta y otras
tomas, expresar la preocupación por cómo darle continuidad a estos procesos de lucha.
Tanto en instancias asamblearias como en otros ámbitos de encuentro que habilitan este
tipo de contextos se manifiesta el interrogante respecto de cómo lograr que el intento de
transformación no resulte tan efímero como puede resultar una toma.
Hay una serie de preocupaciones que nos atraviesan en lo cotidiano y que se han
potenciado a partir de nuestra participación en el proceso de la toma, especialmente al
confluir con inquietudes planteadas por varixs compañerxs en el transcurso de este
proceso.
Fundamentación de la propuesta
Por un lado la toma que es política, y por otro la cotidianidad que es académica
¿Cómo continuar la toma? ¿Qué “más” podemos hacer para que la toma no se difumine
Aclarar que con “propuesta” no se está pidiendo permiso. Es lo que vamos a hacer
durante la toma y a lo largo de la cursada. Vamos a organizarnos para discutir nuestra
propia manera de evaluación y de calificación. O sea: la propuesta es para lxs
estudiantes, no para pedir permiso.
Nos parece que el problema no son las gestiones, sino la subjetividad de nuestrxs
compañerxs, que sustentan gestiones.
Si caletti quiere desaprobar a quienes nos interesa estudiar, será un problema de caletti.
Contamos con varixs estudiantes y docentes que se vienen sumando a la propuesta y que
se van a sumar a discutir los textos de comunicación III.
No acciones
A partir de esa preocupación decidimos autoorganizarnos para concretar otra propuesta.
nos ha reunido una serie de preocupaciones que nos atraviesan en lo cotidiano y que se
han potenciado a partir de nuestra participación en el proceso de la toma, especialmente
al confluir con inquietudes planteadas por varixs compañerxs en el transcurso de este
proceso.
El porqué de la propuesta