You are on page 1of 11

Contra ella,

elipsis de mi vida.

Footfalls echo in the memory


Down the passage which we did not take
Towards the door we never opened
Into the rose-garden.

T. S. Eliot. Burnt Norton.

And the unseen eyebeam crossed, for the roses


Had the look of flowers that are looked at.

T. S. Eliot. Burnt Norton.

A los niños maduros


Niños, que de tan claros
sois crueles,
Señores de las puertas,
vuestros son los laureles.

TRÍPTICO DEL SEMINARISTA.

1
Que ningún dios en el que no creo me libre,
si lo que no te voy a decir es cierto.

Porque, antes que tu carne, prefiero su recuerdo.

Y es que no creo en dios alguno,


Dios me libre de tal labor.
Pero sí creo en uno,
creo en ti, Señor.
2
Mi dios lo llevo yo.
Entrañado.
Mi dios es un niño
que me trae una memoria tuya.
Y le pide que se siente.
Y yo la pienso.
Y yo te veo:
Tenues tus ojos,
Lenta su luz,
que por la curva del día,
será la fruta que madura.

Y mi dios, Dios mío.


Y es él.
Y soy yo.
Y se ríe.
Y tú ves sonrisa.

3
Tú, que ahora te empeñas,
fuiste antaño el centinela.
En la noche de miel oscura,
no puedes ver ya las estrellas.
DÍPTICO DE ELLA.

1
Nunca me alcanzó
aquel aire que exhalaba.
Dormías a mi lado
y te lloraba.

2
¿Adónde te has ido,
de mis recuerdos el retablo,
melodía que retuerces el espacio?

Ahora que no estás,


sé como nunca he sabido.
Ahora que te has ido,
sé lo que era vivir
con el Tesoro escondido.
Sé que se había salvado,
yendo y viniendo a tu lado.
Ahora que no estás,
ahora, que te has ido.
Penetrar el aire
y hacerlo viento.
Viniste.
Con los últimos enfados del invierno.
Entre latigazos nubosos te hallé.
Viniste,
con el sueño de flores que soñé.

“Te reconocí en marzo”, en Primavera y lo que resta.

Yo he aceptado
que Una Descarga Eléctrica
haya condenado mis nervios.
Y así revivan los tuyos.
Y brillen, nuevos, tus ojos.
E iluminen los otros.

“Epilepsia”
Anoche, al calor del tiempo,
vi entre las estrellas hacerse el viento.
Se fundían las aguas
del río luminoso que nadabas.
El espacio era ya cielo.

La risa de …

Que las palabras son gratis, nos dicen y dirán.


Pero hay palabras caras.
Aquéllas que hablan
por quienes no tienen nada.
Y los surcos que abrirán,
nuestra esperanza los cubrirá;
como el océano a sus aguas nos alimentarán.

“Discurso sin pronunciar”, Imposible de decir.

Mi mundo tirita de pena.


Se agita la vida que aún queda,
por el silencio de los corderos*,
por el jaleo de los borregos.
Porque soy yo cuando los entierro.

“ * ” “Reservados los derechos”


Dicen que estamos en julio.
Ellos sabrán,
que yo de esas cosas no entiendo.
Pero ya casi os anuncio,
que me han tratado más veranos que inviernos.

“Dos veranos y un invierno”, Del calendario.

Viejo artesano del llover,


¿cuántas veces fuiste el anciano
a quien las puertas del cielo encerraron?
Que el pan de hoy nos diste ayer,
demasiado amar no te ha matado.

De las sombras de las nubes serenas,


nacen bajo el mar las ballenas.
Del atardecer
tomó la tierra su curva bella.
Extraño, como un pájaro sentado,
para madrugar, un hombre ha agonizado.
¿Cómo pensáis los que declináis,
cuando decís que estáis a su lado?

Se le irisaban a los ángeles las mejillas al pasar.

Artesano, que vertiste tu cuenco de luz en mis manos,


te vi que huías de la tierra, que nacías para no volver.

Acecha un aire vivido con engaños

De sonido a mar
que expira horizontes.
Del más lejano
entre los que lo amaron.
Acaso no ves
en este mundo,
otro…Engarzado,
por cada parte,
en cada cosa.
Cuando pase a
formar parte de lo
que de mí forma parte…
Entonces seré,
entonces nos veremos.

¿Aceptarás la oferta de fuego


cuando los lejanos elefantes se enfaden
y se rebelen en tu sueño?
Cuando murmuren entre ellos,
¿soportarás su familiar estruendo?
MENDIGOS DEL TIEMPO

Criaturas del cuándo y dónde,


No tendréis testigos
El día del Gran Juzgado.
Con el tiempo ajustado a la piel ajada,
No tendréis testigos.
El día que os señalaron.

Si del momento vive el atardecer,


no será el día, que se muere,
será que es tarde ya.
Ellos, que nos contarán,
fabricantes del instante,
guardianes de lo grande,
ellos, que nos velarán,
dirán que es tarde ya,
que no es el día, que se muere,
si el sol maduro es viejo sol cuando atardece.

You might also like