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Estructura del poema

Cuarteto primero:

Desde la Torre de Juan Abad, el sujeto lírico (el mismo Quevedo) opta por la vida retirada en la que dedica
su tiempo a la lectura de los clásicos.

Cuarteto segundo:

El poeta medita ante los libros siempre abiertos, imbuyéndose de esos conocimientos, por fin triunfantes,
regresando como de ultratumba para hablar al sueño de la vida, es decir, al lector que vive para leerlos y que
está vivo mientras los lee.

Terceto primero:

Mención del editor que libra y da a conocer el pensamiento de esos autores muertos a la imprenta (especie
de máquina de Prometeo, capaz de insuflar vida a los escritores del pasado), y que será el editor, una vez
Quevedo muerto, de sus libros, haciendo que el ciclo se reinicie.

Terceto segundo:

La costumbre romana de contar con piedras los días buenos (blancas) y los días malos (negras) aparece en
estos versos. Quevedo considera que las piedras blancas las ha obtenido dedicando su tiempo escaso a la
lectura de los clásicos.

Tropos, figuras y recursos estilísticos

1. Retirado en la paz de estos desiertos: metáfora que expresa lo retirado de un lugar. Desierto humano.
Lugar solitario.
2. con pocos, pero doctos libros juntos: antítesis, muy habitual en la poesía conceptista
3. Vivo en conversación con los difuntos: antítesis, pero también metáfora. Vivir, conversar con los
difuntos es aquí leer a los autores clásicos. Meditar sobre lo leído.
4. …escucho con los ojos a los muertos. Metáfora, oxímoron y sinestesia. Escuchar con los ojos es leer,
expresado con un oxímoron, o expresión contradictoria. Escuchar a los muertos es también oxímoron
o expresión contradictoria en el que hay un desplazamiento del órgano sensorial semejante a una
sinestesia.
5. Si no siempre entendidos, siempre abiertos. Antítesis expresada por locución adversativa, muy
propia de las correlaciones conceptistas. Sirve de metonimia a la acción de la meditación constante y
a la lectura recurrente.
6. o enmiendan, o fecundan mis asuntos. Metáforas, personificaciones. Enmendar mis asuntos es
corregir los pensamientos. Fecundarlos, es atribuir a los pensamientos cualidades naturales propias
de la reproducción, es admitir que el pensamiento engendra ideas.
7. y en músicos callados contrapuntos. Metáfora, adjetivación, hipérbaton corto.
8. al sueño de la vida hablan despiertos. Es oxímoron entre conceptos metafóricos.
9. Las grandes almas que la Muerte ausenta / de injurias de los años vengadora / libra, ¡oh gran Don
Josef!, docta la imprenta. Hipérbaton largo con metonimias (grandes almas, metonimia de grandes
hombres) en el que hay un encarecimiento, laudatorio de la figura de su editor, don José González de
Salas.
10. “Fuga” y antes “músicos” y “contrapuntos” establecen analogías con un lenguaje que remite al léxico
de la música. Escuchar, entender, conversar, entra dentro de este campo semántico en el que el oído,
órgano sensorial por antonomasia durante el Barroco, está presente.
11. El mejor cálculo o piedra que representa los días felices, pero también el concepto matemático que
nos hace contar los minutos o que evalúa la excelencia de los conocimientos adquiridos.
La adscripción del autor al Barroco y su identidad está desvelada. La profusión de tropos, dentro de una
temática más intelectual que puramente formal, es típica de la poesía del Barroco en general y de Quevedo
en particular. El desengaño de la vida social, la vida como sueño, el menosprecio de la corte, el inexorable y
doloroso paso del tiempo, la presencia cotidiana de la muerte y el valor de los que nos protegen (¡Oh gran
don Josef!) son temas propios del Barroco, presentes en este soneto en el que también está presente la
filosofía de su admirado fray Luis de León, poeta que igualmente alabó la vida retirada para contemplar o
estudiar la existencia de los hombres sabios.

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