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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación Cristiana


Instituto Bíblico de Mérida.
Aula teológica: El Temor de Jehová.
Materia: Introducción de la Educación Cristiana P. A

Introducción de la Educación
Cristiana.

Profesor: Estudiante
Benito García. Isaura Gil.
Trujillo, 20 de febrero del 2019.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………..……………………………………………….4

INTRODUCCIÓN A LA EDUCACIÓN CRISTIANA…………………………….5

LA ENSEÑANZA DESDE EL PUNTO DE VISTA CRISTIANO…….………6,7

EL PROCESO DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE…………………………….8

I. Conocer la Palabra de Dios………………………………………………8


II. Comprender la palabra…………………………………………………….8
III. Estar seguro de que la Palabra de Dios es lo mejor…………………9
IV. Experimentar La Palabra De Dios……………………………………….9

PRINCIPIOS EDUCATIVOS EN LA BIBLIA……………………………...……10

PROPÓSITOS DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA……………………………………...…..10

I. Educar para afirmar los valores del reino de Dios….....…………..10


II. Educar para nutrir la fe…………………………………….……………10
III. Educar para vivir la libertad……………………………………………11
I. Educar para vivir y disfrutar la alegría del Evangelio en
comunidad………………….....................………………………………11

LA META DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA…………………………….…….12

I. El discipulado cristiano…………………………………………………12
II. La enseñanza de valores………………………………………………..12
III. El conflicto de valores.………………………………….………...……13
IV. Libertad y liberación………………………………………………….....13
V. La tarea educativa……………………………………………………….13

CONCLUSIÓN………………………………………………………………..……14

ANEXO…………………………………..…………………………………………15

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.……………………………………………16

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INTRODUCCIOÓN

La introducción es la parte inicial para introducir o preparar el desarrollo


de algo, También, cuando hablamos de introducción podemos hacer
referencia a la acción y efecto de introducirse, así como; entrar en un lugar,
meter algo en otra cosa, hacer que alguien sea recibido o conducir a alguien
al interior de un lugar), por ejemplo, una charla o un texto. Pero más allá delo
antes mencionado, también aplica al concepto de preparación, generalmente
relacionada con una exposición de un tema.

La palabra “Educación” proviene del sustantivo latino. Por un lado, podría


venir del verbo latino "educare" que significa alimentar, criar, nutrir. Por otra
parte, podría venir de la palabra "exducere" que significa desarrollar, crecer.
La educación se puede definir como un proceso de transmisión de
conocimientos, aprendizaje, la adquisición de habilidades, valores, creencias
y hábitos, destinado a desarrollar todas las potencialidades de un individuo, a
través de la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, la formación la
investigación y el ejemplo de acción de un docente.

La educación es uno de los factores que más influye en el avance y


progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la
educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos
caracteriza como seres humanos. Además de esto, es importante mencionar
que La educación es necesaria en todos los sentidos. Para alcanzar mejores
niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar las
desigualdades económicas y sociales. En suma, la educación contribuye a
lograr sociedades más justas, productivas y equitativas. Es un bien social
que hace más libres a los seres humanos.

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INTRODUCCIÓN A LA EDUCACIÓN CRISTIANA

Sharon de Morlin define la educación cristiana como el proceso por el cual


la experiencia, es decir, la vida misma de la persona, se transforma, se
desarrolla, enriquece y perfecciona mediante su relación con Dios en
Jesucristo. La educación cristiana es una de las áreas de trabajo más
importante de la iglesia local. Cuando lo consideramos detenidamente,
encontramos que la educación cristiana uno de los medios principales a
través del cual se canaliza el desarrollo de la misión de la iglesia.

Así como también busca que su feligresía adquiera y desarrolle


conocimientos, actitudes, valores, modos de comportamiento, creencias y
prácticas que reflejen la fe en Jesucristo. Sin dejar de mencionar que
consiste en lograr que la persona tenga una relación personal con Dios y la
mantenga toda su vida, y por la eternidad. Tomando como referencia los
conceptos anteriores podemos decir que la introducción a la educación
cristiana, tal y como lo dijo el profesor en clases no es nada más que meter,
introducir o inducir a alguien la enseñanza, el desarrollo, la crianza y el
entendimiento de conocer la verdad que está solo en Cristo Jesús. Ya que es
el modelo perfecto para la enseñanza y la educación.

Su fin era dar vida a los hombres; su propósito era cambiar vidas y no
meramente afectar las emociones o el intelecto. Su enfoque era simple y
directo; apelada principalmente a la voluntad de los hombres. Las parábolas
eran su método de enseñanza más común, aunque también empleaba
discursos, preguntas y respuestas, lecciones objetivas y proyectos. Su
enseñanza tenía autoridad, (Mt. 7:28-29). Por esta y por muchas más
razones podemos decir de manera confiada que Jesucristo verdaderamente
era el modelo perfecto de enseñanza.

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LA ENSEÑANZA DESDE EL PUNTO DE VISTA CRISTIANO

La enseñanza bíblica cristiana se encuadra dentro de la estrategia


general de Dios para salvar al hombre. Dios ha constituido a maestros
(Efesios 4:11) y a otros líderes de la iglesia de Cristo para que estén
"aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos,
para presentarlos a todos perfectos en él." (Col. 1:28). La misión de la
enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un fin: que los seres humanos se
conviertan al Señor, en definitiva, experimenten un cambio de vida

Para poder tener un encuentro personal con Dios la persona debe tener
fe. La fe le llega a la persona "como resultado de oír el mensaje, y el mensaje
que se oye es la palabra de Cristo" (Romanos 10:16). A nosotros nos
corresponde enseñar el mensaje de Cristo no sólo para que la persona se
haga cristiana, como acabamos de ver, sino también para que se mantenga
cristiana. A los que ya son cristianos se les pide que vivan "manteniendo en
alto la palabra de vida" (Fil. 2:16). En esto, el papel de la enseñanza cristiana
es claro: "Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza:
instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría." (Col. 3:16).

Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros creemos


que enseñar es verbalizar, es decir que la persona diga en sus propias
palabras lo que la Biblia enseña. Luchamos por todos los medios para
alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona sepa en su mente una
enseñanza bíblica y pueda decirla claramente en sus propias palabras no es
suficiente. El cristianismo no es tan sólo una manera de pensar, sino una
manera de vivir. Mucha gente conoce y expresa verbalmente muy bien
los principios bíblicos, pero no los vive. Jesucristo identificó claramente ese
problema en los fariseos que él tanto reprobó (Mateo 23:1-4ss). Lograr que

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una persona conozca la palabra de Cristo y la exprese con claridad en sus
propias palabras es algo muy grande, pero no es suficiente.

Las sociedades han utilizado la educación como herramienta para la


transmisión o adelanto de la cultura, la enseñanza de los patrones de
conductas aceptables, y la inculcación de conocimiento, valores, destrezas y
actitudes, por medio de instituciones que han sido creadas con ese fin. La
educación cristiana no excluye estas intenciones sociales, pero va más allá.
En general, la educación cristiana está más ligada a la formación integral del
creyente, a la instrucción y al crecimiento espiritual del ser humano, para que
se manifieste una fe comunitaria que transforme, a su vez, a la sociedad.
Esto es el discipulado. El discipulado evangélico hace al educando y a la
educanda consciente del amor de Dios. Esta verdad teológica le conduce a
experimentar la proximidad del más cercano a través de la incursión y de la
solidaridad social.

Una iglesia saludable es una iglesia que educa a luz de las Sagradas
Escrituras. Consecuente a esta intención, la iglesia invierte sus mejores
recursos y esfuerzos para alcanzar esta hermosa aspiración eclesial. El
riesgo de enseñar y aprender el Evangelio de forma correcta es la
transformación social y, sobre todo, el goce pleno de la libertad en Cristo
Jesús. Así entendida, la educación cristiana Apoya el cambio, la renovación y
la reforma de personas, grupos y estructuras [eclesiales] por el poder del
Espíritu Santo para conformarse a la voluntad revelada por Dios tal y como
se expresa en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento
preponderadamente en la persona de Jesucristo, así como en los resultados
de ese esfuerzo. (Pazmiño 2002)

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EL PROCESO DE ENSEÑANZA- APRENDIZAJE

Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender cómo es que


funciona el cuerpo del ser humano para poder ayudarle cuando está
enfermo. Eso es tarea de la medicina. Si queremos aprender cómo es que el
ser humano aprende eso es tarea de la pedagogía. La pedagogía nos dice
que la educación es un proceso de aprendizajes Por eso hablamos del
proceso de enseñanza – aprendizaje.

I. Conocer la Palabra de Dios.

Es importante tener claro que todo empieza con este paso. La gente tiene
que entrar en contacto con la palabra de Dios. Romanos 10:14 dice: "Ahora
bien, ¿cómo oirán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en
aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y
quién predicará sin ser enviado? Así está escrito «¡Qué hermoso es recibir al
mensajero que trae buenas nuevas!»". Debe haber alguien que enseñe la
palabra de Dios y otro que reciba la enseñanza.

II. Comprender la Palabra de Dios.

Comprender la palabra de Dios quiere decir que sabemos lo que ella


significa para nuestra vida diaria. Cuando impartimos una enseñanza bíblica,
el alumno debe comprender qué significa esa enseñanza para su propia vida
individual. Una manera en que podemos ver que el alumno comprende la
palabra de Dios es cuando él puede explicarnos con sus propias palabras la
enseñanza bíblica que se le ha dado. El alumno puede expresar esa
comprensión por medio de la comunicación de lo que se entendió, o por
medio de construir un instrumento en el que muestre su comprensión.

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III. Estar seguro de que la Palabra de Dios es lo mejor.

El alumno debe tener una convicción muy fuerte de que la palabra de


Dios es lo mejor para su vida y para el mundo. Su convicción en la verdad de
la palabra de Dios debe llegar hasta el extremo de estar dispuesto a guiar su
vida por la palabra de Dios. Su fe en los principios bíblicos debe hacer que la
palabra de Dios sea su norma de creencia y de conducta. Un discípulo de
Cristo está plenamente convencido de que su vida debe estar haciendo la
voluntad de Dios, tal como se muestra en la Biblia. El convencimiento incluye
el hecho de que los principios bíblicos deben ser obedecidos en todos los
campos de nuestra vida y con una actitud de alabanza y entusiasmo. Cuando
se tropiece con alguna dificultad, el verdadero discípulo no desmaya, sino
con toda convicción dice como Pablo: "Sé en quien he creído y estoy seguro"
(1 de Timoteo 1:12b)

IV. Experimentar La Palabra De Dios

He aquí el último paso del proceso enseñanza - aprendizaje sin el cual no


podemos decir que realmente se ha enseñado. Cuando el alumno comienza
a vivir de acuerdo con lo que se le ha enseñado de la palabra de Dios,
entonces podemos decir que ha aprendido la palabra de Dios. Eso se debe
hacer, con todo principio bíblico que se le presente: vivir de acuerdo a ese
principio. Eso y no la verbalización, es lo que hará cambiar al mundo. El que
verdaderamente ha aprendido la palabra de Dios, cambia su forma de vida
pues ella "es viva y poderosa y más cortante que toda espada de dos filos.
Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de
los huesos". (Heb. 4:12). Nadie puede ser el mismo después de una
experiencia así. Lo demás, es palabrería.

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PRINCIPIOS EDUCATIVOS EN LA BIBLIA.

a) Dios nos da el mandamiento de enseñar (Dt. 6:6-9; Mt. 28:16-20).


b) La preparación en los primeros años de vida (Pr. 22:6; Mr. 10:13-16; 2
Tm. 3:15).
c) La enseñanza debe ser en lenguaje comprensible. Se usan parábolas
y lecciones objetivas de la vida cotidiana.
d) La educación se da por medio de personal calificado.

PROPÓSITOS DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA

II. Educar para afirmar los valores del reino de Dios.

Una iglesia que crece saludablemente enseña a los feligreses a encarnar


los valores del reino de Dios en cada acto personal y en cada gesto de
afirmación comunitaria. Esto es lo que Efesios asevera con la
expresión, “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio”. Esta
perfección encuentra autenticidad en la imitación del modelaje de Jesús y en
la confesión universal de la iglesia que le declara Señor y Cristo.

III. Educar para nutrir la fe.

La educación cristiana auténtica promueve la vida en la fe cristiana.


Llegar al conocimiento del Hijo de Dios (Efesios 4:13) o conocer lo que Dios
quiere (Romanos 12:2), se aprende, se enseña. Que mejor escenario para
que ocurra el misterio del crecimiento espiritual de la iglesia que la escuela
bíblica. Los elementos distintivos de esa enseñanza germinan en un proceso
de formación que produce la creencia, la convicción y el entendimiento de la
obra de Dios. Ella ilumina y robustece la confianza en Dios.

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El estudio de las Sagradas Escrituras nutre la fe, la hace fuerte a tal
magnitud que nos da las herramientas para enfrentar las pseudas-
enseñanzas religiosas que denigran y laceran la dignidad del ser humano.
Una fe bien nutrida abraza la confianza, que descansa en la fidelidad de Dios
y en la gracia de su poder salvador, alumbrando el camino para hacer su
voluntad, la plenitud del reino en medio nuestro.

IV. Educar para vivir la libertad.

El descubrimiento del valor superior de la libertad se alcanza por medio


de experiencias de aprendizajes que inspiran al educando a valorar, sentir y
anhelar la plena dimensión de esta condición humana. En la educación
cristiana para la libertad y transformación creativa, se diseñan y aquilatan
procesos pedagógicos genuinos que inspiran a los alumnos y a las alumnas
a construir utopías y a soñar con una mejor sociedad y convertirse a su vez
en mejores seguidores y seguidoras de Jesús. Esto es, permanecer en Cristo
Jesús.

V. Educar para vivir y disfrutar la alegría del Evangelio en


comunidad.

Como hemos mencionado, una iglesia que crece celebra la vida y disfruta
la alegría del Evangelio en comunidad. En el cuarto evangelio, Jesús en una
oración intima al Padre, peticiona: ¨” A los que me has dado, guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros”. (Jn 17:11). De ahí que el
esfuerzo constante de la educación cristiana afirma con mayor ahínco el
aspecto comunitario sobre el desarrollo personal, énfasis de la educación
secular.

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LA META DE LA EDUCACION CRISTIANA

María Harris, en su clásico Constrúyeme un pueblo (Fashion me a


people), apunta a la atención de la koinonia o el desarrollo de un currículo
que enseñe a vivir en comunidad como punto inicial del ministerio educativo
de la iglesia. La educadora indica que la iglesia está llamada a testificar
consecuentemente su común-unidad y su común-unión. Esta comunidad es
una comunidad celebrante, una comunidad que se acompaña y que disfruta
la alegría del Evangelio, en especial en la liturgia y en la eucaristía. La meta
de la enseñanza religiosa en la iglesia local es que la feligresía desarrolle un
estilo de vida que refleje valores cristianos.

I. El discipulado cristiano

La educación cristiana tiene, pues, como meta que los creyentes vivan
como Cristo vivió. De este modo, podemos afirmar que la meta de la
educación cristiana es que la iglesia se «despoje del hombre viejo»,
«renueve su mente» y se «vista del hombre nuevo» (véase Ef. 4:17-32). En
resumen, que siga los pasos de Jesucristo, la meta de la educación cristiana
es crear una nueva humanidad, en el nombre de Jesucristo.

II. La enseñanza de valores

Los creyentes aprenden los valores del reino de Dios no sólo por medio
de la práctica de la fe sino también por medio de la reflexión bíblica y
teológica que propicia la educación cristiana. Aprender estos valores bíblicos
permite que el creyente entre en un proceso crítico que confronta los valores
del reino con los valores comúnmente aceptados por la sociedad. Y que a
través de este proceso pueda trasmitir estos valores a la sociedad y a las
personas que lo rodean.

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III. El conflicto de valores

En nuestro contexto, esa lucha entre los valores del reino y los valores
aceptados por la sociedad alcanza una importancia particular. La educación
cristiana busca propiciar ese encuentro crítico con los valores del reino; que
nos lleve a cambiar nuestra manera de vivir; y nos lleve a vivir como Cristo
vivió. Siguiendo su ejemplo, sus pasos, su doctrina y transformando al mismo
tiempo nuestra manera de vivir.

IV. Libertad y liberación

La liberación esperada sólo será posible por medio de una práctica


liberadora de la fe: una práctica que realmente refleje los valores del reino de
la vida en medio de una sociedad azotada por el poder de las fuerzas de la
muerte. Así, cuando vivamos en forma práctica nuestro compromiso con el
Cristo de la fe, estaremos cumpliendo la meta de nuestra vida: Vivir como
Cristo vivió “para alabanza de la gloria de Dios” (Ef. 1:6, 9 y 14).

V. La tarea educativa

El ministerio educativo de la iglesia tiene la tarea de formar el carácter, las


habilidades y el comportamiento del creyente; Informar la mente, la práctica
de la fe y la vida devocional; Y transformar los valores de las personas, las
comunidades y las instituciones. Brindando siempre una mejor manera de
vivir y comprendiendo a las personas y enseñándole a ser mejor por medio
de nuestros comportamientos.

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CONCLUSIÓN

Que el pueblo de Dios conozca las Escrituras. Que el pueblo de Dios


madure en la fe. Y tenga un alto grande madurez con responsabilidad que el
pueblo de Dios participe en la vida de la iglesia. Que se una en la obra de
Dios. Y que el pueblo de Dios viva en el mundo de forma responsable. La
educación cristiana nos conduce a examinar—y modificar de ser
necesario—nuestros estilos de vida. Este es un proceso de auto-examen
constante que debe llevarnos, entre otras cosas, a desarrollar respeto por la
creación y fomentar la preservación del ambiente. Del mismo modo, debe
llevarnos a lidiar con temas difíciles de tratar, tales como la participación del
creyente en los procesos políticos y otros asuntos relacionados con la paz y
la justicia.

Hoy es un buen día para comenzar a desarrollar la conciencia de la


radicalidad del llamado del testimonio bíblico-teológico en favor del adelanto
de procesos pedagógicos más intencionales, más responsivos y más
cónsonos con los propósitos de Dios. Esto es, el logro de una educación
cristiana que atienda integralmente las necesidades de los educandos. Una
educación cristiana que abra surcos para la conversión, para el despertar,
para el volver en sí. Una iglesia que crece educa; y, educa a la luz de la
verdad de un Dios que nos ama y nos invita a la vida en comunidad, a la
alegría, al amor y a la esperanza.

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ANEXO

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Jiménez, P. (2003). Principios de educación cristiana. Documentos en


línea. Disponible en:
https://drpablojimenez.files.wordpress.com/2014/03/principios_ed_001.pdf.
Consultado el 20 de febrero del 2019.

Jiménez, P. (2003). Proposito de la educacion cristiana. Documento en


línea. Disponible en: https://es.scribd.com/document/340366938/El-
Proposito-de-La-Educacion-Cristiana. Consultado el 20 de febrero del
2019.

Mejías, J. (2014) Metas y propósito de la educación cristiana. Documento


en línea. Disponible en: https://educristiana.com/2014/03/12/metas-y-
propositos-de-la-educacion-cristiana/ Consultado el 20 de febrero del 2019.

Pérez, M (S/F). Monografías. La educación cristiana. Disponible en:


https://www.monografias.com/trabajos78/educacion-cristiana/educacion-
cristiana.shtml Consultado el 20 de febrero del 2019.

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