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electoral mexicana
Introducción
En este artículo analizamos el caso del municipio de San Luis Acatlán (SLA)
-ubicado en el estado de Guerrero en el suroeste de México- en una apuesta por
ejercer la autodeterminación y elegir a sus autoridades municipales mediante
procedimientos tradicionales. Este es el segundo caso2 donde el derecho a
elegir autoridades a través de "usos y costumbres" fue procesado en un juicio
electoral federal. Nuestro objetivo es tanto analizar las tensiones que existen en
el proceso judicial de los derechos políticos indígenas como destacar el papel
que juega el informe pericial antropológico en este proceso. El caso es
significativo porque pone de relieve aspectos cruciales de las relaciones de
poder que estructuran el campo político local, así como el racismo de las élites
locales que consideran que los sistemas normativos indígenas son un revés
para sus posiciones de privilegio. Nuestro informe pericial fue a su vez central
para la legitimación del reclamo indígena de una consulta sobre su derecho a
elegir autoridades municipales a través de "usos y costumbres". Esto tuvo tres
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efectos principales: 1) reveló tensiones estructurales en el ámbito electoral
local, 2) pesó mucho en las decisiones de los magistrados del Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación TEPJF, y 3) ha sido un instrumento para que
los actores indígenas fundamenten su reclamo de elegir funcionarios con base
en "usos y costumbres". La disputa subyacente denota huellas históricas de
exclusión y subordinación en un contexto de "colonialismo interno" (González
1965) que implica una subyugación naturalizada en redes de poder espacial que
están controladas por las élites que están profundamente arraigadas en los
partidos políticos. En consecuencia, la lucha política a la que se enfrenta la ruta
de los "usos y costumbres" es por el gobierno municipal, incluyendo sus fondos
económicos, los cuales son controlados en gran medida por mestizos que
continúan ejerciendo su privilegio racial en relación con la mayoría de la
población indígena.
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En este caso analizamos el proceso de judicialización de los derechos
indígenas, no su resultado.
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Estos dilemas son recurrentes en la elaboración de informes
antropológicos de expertos en relación con la defensa de los derechos
indígenas. América Latina ha tenido una importante tradición en el campo
de la antropología judicial que ha proporcionado peritajes antropológicos
para el cumplimiento de sentencias judiciales emblemáticas en la
defensa de las jurisdicciones indígenas (Sánchez 2010), o el derecho a la
tierra de los pueblos indígenas (Stavenhagen 2002; Hale 2006), entre
muchos otros estudios. Las sentencias favorables de los tribunales
fueron clave para la justiciabilidad de los derechos indígenas y en cada
uno de ellos los informes contribuyeron al avance de las perspectivas
contra-hegemónicas del derecho con importantes efectos en la
jurisprudencia nacional e internacional. Sin embargo, los informes
antropológicos no siempre lograron estos logros ni su alcance fue tan
emancipatorio. Como menciona Juan Carlos Martínez (inédito), los
informes ni siquiera se tienen en cuenta en algunas sentencias y a veces
pueden ser utilizados para justificar intervenciones que legitiman al
Estado y son desfavorables a los derechos colectivos. De esta manera,
cuanto más relevante es el aspecto disputado en el ámbito judicial, más
evidente se hace el uso estratégico del derecho por parte de los actores
en el ámbito judicial. Sin embargo, el efecto regulador o emancipador de
los procesos judiciales sólo puede valorarse una vez transcurridas todas
sus etapas. Por lo tanto, el posicionamiento hacia cualquier dirección
particular depende del proceso legal en relación a cómo es elaborado por
jueces y magistrados, pero principalmente de la movilización social que
lo apoya. Llegar a una conclusión sobre la efectividad del RA para
orientar las escalas de una u otra manera es una tarea complicada que
debe ser analizada en cada caso y dentro de cada contexto, ya que está
ligada a muchos otros aspectos. La experiencia sobre el ejercicio de los
derechos políticos de los pueblos indígenas que analizamos en este
artículo no involucró un caso de gran impacto legal, pero la intervención
del informe antropológico sí tuvo consecuencias en el proceso judicial.
Además, el caso generó presión en la arena política local al cuestionar la
ruta de los partidos políticos. De esta manera, nuestro informe contribuyó
a fundamentar una sentencia del Tribunal Federal Electoral (TPEJF) que
favorece el derecho a elegir autoridades municipales por la vía de los
"usos y costumbres" en lugar de los partidos políticos en el municipio de
San Luis Acatlán. Esto trazó un patrón para posteriores procesos
electorales en el estado de Guerrero que han obtenido importantes
logros, como ocurrió con el caso de Ayutla de los Libres en Guerrero, un
municipio indígena que ganó el derecho a elegir a sus autoridades a
través de usos y costumbres (ver abajo).
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II. El informe del experto antropológico y su impacto en el ámbito político-
electoral.
La decisión de realizar un informe pericial (Autor (a) y Autor (b) 2013) en una
región en la que habíamos realizado trabajo de campo durante más de una
década, así como esfuerzos de organización comunitaria a largo plazo,
representó una oportunidad única. Al hacerlo, apoyaríamos un reclamo que ha
sido defendido por diferentes organizaciones indígenas de esa región, así como
contribuir a la implementación del derecho de los pueblos indígenas a la
consulta previa. Nuestra participación tuvo lugar en un escenario de crecientes
tensiones y desafíos que habían transformado el escenario sociopolítico de
Guerrero. Aunque ambos investigadores habían realizado investigaciones a largo
plazo en este lugar y, por lo tanto, tenían un amplio conocimiento del contexto
local, decidimos realizar una visita al lugar específicamente para los fines de
este informe debido a las actuales tensiones locales, la especificidad de las
cuestiones planteadas por el fallo judicial que exigía el informe y la importancia
que este representaba. Por lo tanto, decidimos visitar seis de cada diez de las
comunidades indígenas más grandes del municipio. Esta selección se realizó en
base a los siguientes criterios: población, situación agraria (ejidal o comunal)3,
etnia, y si la ciudad en particular tenía (o no) un anexo demográfico. Como se
verá más adelante, dada la influencia que tiene la migración indígena en la
cabecera municipal, que en su mayoría está constituida por población mestiza,
el estudio también se amplió para abarcar la cabecera municipal. Una vez
terminado el trabajo de campo, la redacción final del documento se realizó en
dos meses, tiempo que fue estipulado por el Instituto Estatal Electoral de
Guerrero (IEEG), la institución que solicitó el informe.
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debido a la guerra federal contra el narcotráfico y al aumento de la presencia
del crimen organizado en la última década (Tlachinollan 2016).
El escenario es crucial para entender por qué nuestro informe de peritos tocó
los nervios sensibles en el campo político local y provocó una reacción de los
grupos de élite que estaban asociados con los partidos políticos y sintieron que
sus intereses estaban amenazados. La mayoría de ellos son identificados como
mestizos, que representan casi la mitad de la población total del SLA (45,46%),
aunque la mayoría de ellos se concentran en la ciudad política administrativa
central del municipio. Dada la migración local de los indígenas a la ciudad de
SLA, así como el alto porcentaje de población no indígena en la ciudad (casi el
50%), optamos por incorporar a nuestro estudio la perspectiva de diferentes
grupos de interés -incluyendo mestizos e indígenas que viven en la ciudad de
SLA- y no sólo las comunidades indígenas dispersas a través de los límites
político-administrativos municipales. Uno de los mayores desafíos que
enfrentamos en el estudio consistió en documentar la complejidad de los
sistemas normativos indígenas y sus múltiples variaciones (Autor (a) y Autor (b)
2013). En el informe pericial demostramos que detrás del concepto de
"Comunidad Indígena de San Luis Acatlán" (expresión utilizada por la sentencia
SUP-JDC-1740/2012) hay distintos conjuntos de comunidades que, a pesar de las
variaciones en sus prácticas y rituales culturales, comparten una estructura
organizativa común basada en el modelo de toma de decisiones colectiva de la
asamblea general. También documentamos la permanencia de los sistemas
normativos indígenas en los diferentes barrios del SLA, donde los migrantes
provenientes de comunidades indígenas decidieron establecerse. Además,
investigamos la influencia de los sistemas normativos indígenas en las
tradiciones populares mestizas y, para nuestra sorpresa, encontramos la
permeabilidad de las prácticas culturales comunitarias en los espacios
mestizos. En resumen, el estudio reveló una intrincada red de relaciones
comunitarias que coexisten en cruda tensión con esos vínculos de cacique
mestizo y parentesco que reproducen las jerarquías socioeconómicas a nivel
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local. Esto llevó a una discusión del concepto homogéneo "la comunidad
indígena de San Luis Acatlán", que fue relevante para el análisis.
III . La ruta electoral a los "usos y costumbres". Trayectoria del proceso judicial
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comunidades indígenas. De esta manera, los estudios antropológicos ingresaron
al ámbito político electoral para verificar la continuidad histórica de los
sistemas normativos indígenas como vía previa para legitimar el derecho a
elegir autoridades por medio de "usos y costumbres".
El análisis del proceso jurídico, como parte de este campo de fuerza social, nos
permite identificar tres posiciones principales: 1) La defendida por el
demandante (el líder de la UPOEG Bruno Plácido) como representante de las
organizaciones y comunidades indígenas; 2) la posición del Consejo General del
IEEG, un organismo electoral ostensiblemente neutral, que en la práctica actuó
como representante de los partidos políticos; 3) y, finalmente, la Sala Suprema
del Tribunal Federal Electoral (TEPJF), cuya función incluye la verificación de la
constitucionalidad del procedimiento electoral plural considerando los derechos
indígenas.
Para ello, nuestro informe de expertos aportó pruebas que respaldan el hecho
de que los sistemas normativos indígenas han cambiado, adaptado e
intervenido en la vida social de la cabecera municipal. También se ha infiltrado
en la dinámica de la comunidad mestiza, que incluso se ha visto beneficiada por
algunas de las estructuras que se basan en "usos y costumbres", como es el
caso del sistema comunitario de justicia y seguridad de la CRAC-PC. Esto
ofreció argumentos que fueron utilizados estratégicamente por los actores
involucrados en la disputa: la opinión de los expertos proporcionó a los actores
una justificación adicional de su reclamo, lo que fortaleció su posición, si no en
un aspecto judicial, al menos en el campo de la disputa política local que estuvo
involucrada en el juicio. Es decir, el informe pericial agregó legitimidad a las
afirmaciones que dieron origen a la demanda original; además, los "usos y
costumbres" no se asemejaban en nada a los comentarios despectivos que se
basaban en concepciones racistas.
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pericial, como por ejemplo: "En el municipio de San Luis Acatlán, las
autoridades no son elegidas a través de usos y costumbres", se hace a través
del sistema de partidos políticos (...) dice el Informe Pericial de Testigos de las
CIESAS" (Hernández 2014a). Esta acción provocó una respuesta personal en un
ejercicio de nuestro derecho a responder públicamente a tal difamación. Aunque
esta respuesta resultó en nuevas acusaciones que revelaron el poder
intimidatorio de los partidos políticos en Guerrero, afortunadamente no
procedieron. Los magistrados federales (TEPJF) argumentaron en contra de las
decisiones del GEEI, considerando que el Informe Antropológico demostró la
validez del sistema normativo indígena y las prácticas de "usos y costumbres"
para elegir autoridades locales. En consecuencia, el Tribunal ordenó el
cumplimiento de la sentencia.
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En la siguiente sección se analizan los conceptos de derecho indígena y
pluralismo jurídico expresados en este proceso jurídico, y lo que revelan sobre
los imaginarios políticos de los diferentes actores involucrados en el proceso.
En lugar de definiciones inequívocas, nos interesa reconstruir los significados
que los actores políticos inyectan en estos conceptos, así como la forma en que
se movilizaron y alteraron durante el transcurso del proceso electoral.
Asimismo, destacamos los efectos que el informe antropológico tuvo en los
argumentos desarrollados a lo largo del proceso jurídico. En particular, en la
forma en que contribuyó a expandir la semántica de conceptos clave como
"comunidad indígena", "sistemas normativos" y "usos y costumbres". Además,
cómo esta expansión contribuyó también a la desesencialización de tales
conceptos, teniendo en cuenta las realidades etnográficas/sociológicas que los
sustentan. A través de este análisis presentamos los elementos necesarios para
discutir los usos críticos del informe del perito, incluyendo tanto el potencial
como las limitaciones que tiene para apoyar los derechos políticos de
autodeterminación de los pueblos indígenas.
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una colonialidad de poder (Quijano 2001) que reproduce jerarquías
racializadas y minimiza el derecho indígena. Así pues, existe una disputa
sobre el significado de estos conceptos en el campo jurídico que, por un
lado, nos obliga a cuestionar la estructuración colonial y eurocéntrica del
derecho estatal y, por otro, nos anima a hacer legible el pluralismo
jurídico. Este es el campo de fuerza que atraviesa la judicialización del
derecho indígena en el ámbito electoral mexicano. En el presente estudio
de caso, aunque la Sala Suprema del TEPJF presentó argumentos que
reconocen los sistemas normativos indígenas internos, éstos están lejos
de ser plenamente reconocidos como derecho indígena (López 2007).
Desde la perspectiva del instituto electoral local /IEEG, los "usos y costumbres"
representan un "retorno al pasado", en oposición a las prácticas electorales
modernas basadas en el sistema de partidos políticos. Un sentido similar es
compartido por las élites mestizas del SLA, e incluso por algunos políticos
indígenas, como pudimos documentar durante nuestro trabajo de campo. En una
reunión con los vecinos del SLA, manifestaron que aceptar "usos y costumbres"
significaría un retroceso en el progreso social, es decir, un regreso a las
elecciones controladas por los caciques locales. Como mencionó un profesor:
"Usos y costumbres" dejó de funcionar en el municipio de SLA cuando los
partidos políticos entraron en él" (Trabajo de campo, 2 de julio de 2013).
Destaca el doble significado que los mestizos del SLA inyectan en las aduanas.
Por un lado, consideran la posibilidad de realizar elecciones municipales por
medio de "usos y costumbres" como una afrenta a la democracia moderna y un
riesgo de "volver al pasado" cuando la "tradición" del cacique era imponer
candidatos. De esta manera, asocian una tradición autoritaria utilizada por los
caciques de los partidos políticos como parte inherente de las comunidades
indígenas. Por otro lado, comparten la opinión de que las costumbres
electorales de las comunidades son buenas para ellas (es decir, para los
indígenas), pero no para la elección de las autoridades municipales. Como dice
el mismo profesor: "Ellos (las autoridades electorales) van a decir que los
mestizos[del SLA] estamos apegados al mandato federal, y los grupos étnicos,
los gobernados por "usos y costumbres"". (Entrevista JHS, SLA., 4 de julio de
2013). Las élites mestizas que fueron entrevistadas tendieron a combinar
visiones dicotómicas de los procesos electorales, donde la defensa de la
democracia moderna para los habitantes de la ciudad del SLA no excluye la
posibilidad de que los indígenas recurran a los "usos y costumbres". Es decir, en
sus comunidades pueden elegir a sus autoridades de la manera que quieran,
pero para el ayuntamiento municipal, el proceso electoral debe ser por medio de
elecciones de partidos políticos. Sin embargo, existían otras posiciones que
señalaban cómo se ha adaptado el modelo de partido político para que sea más
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inclusivo. Estos cargos se utilizaron como ejemplos de casos de personas
indígenas que han sido elegidas en el gobierno municipal local, incluso como
presidentes municipales, a fin de argumentar que no existe discriminación
contra los pueblos indígenas. Sin embargo, esta misma posición contribuye a la
reproducción de estereotipos racistas en torno a los pueblos indígenas,
considerados "huancos "12, cuyas costumbres no tienen nada que enseñar a los
mestizos que viven en los centros urbanos.
Cabe destacar que los propios miembros de las comunidades indígenas se han
apropiado del concepto de "usos y costumbres" como un componente central
del derecho indígena. Los resultados del informe antropológico confirman que
los actores indígenas no están en conflicto con este concepto, sino que el
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término ha abierto un espectro de posibilidades para describir las prácticas
locales. Más que "usos y costumbres", el concepto tradicionalmente utilizado
por los indígenas para referirse específicamente al ritual de las tradiciones
comunales ha sido "Custom" (El Costumbre). El uso de este significado
mayormente ritual para describir las prácticas electorales les permite
desarrollar una visión integrada de estas prácticas como constituyentes de la
matriz social comunal.
Para que los pueblos indígenas se refieran a "usos y costumbres" como parte de
los mecanismos para elegir autoridades, la dimensión colectiva de las prácticas
comunales de autogobierno es el centro de la discusión, específicamente a
través de la asamblea comunitaria. Esto se confirma en las descripciones
proporcionadas por los directores-ancianos que anteriormente ocupaban
puestos de autoridad-de Pueblo Hidalgo durante una reunión colectiva:
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embargo, durante la última fase del juicio, el Tribunal Federal se vio obligado a
tener en cuenta una concepción más dinámica y heterogénea de la denominada
comunidad indígena del SLA. De hecho, esas tensiones se pusieron de relieve a
lo largo del Informe Pericial de los Testigos.
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costumbres y tradiciones. Finalmente, es importante destacar cómo los
partidos políticos pudieron haber usado esta evidencia para impugnar la
Consulta, ya que un sector importante de la población no habría participado de
no haber sido considerado en la decisión de elegir a sus autoridades
municipales. De hecho, se trataba de un nuevo dilema puesto de relieve por el
informe antropológico de los peritos.
De esta manera, la argumentación del informe, así como el efecto que tuvo en el
proceso judicial y lo que reveló sobre el campo político del municipio,
constituyó una herramienta importante que proporcionó valiosa información
etnográfica y evidencia histórica que ayudó a entender el contexto contencioso
y racializado que estructura el municipio de San Luis Acatlán, que reproduce un
colonialismo interno. Adicionalmente, el informe aportó hitos antropológicos y
sociológicos que luego fueron recogidos por el Tribunal Federal Electoral del
Poder Judicial en su fallo a favor de la demanda indígena. También mostró las
tensiones que se produjeron por el uso de categorías judiciales delgadas que se
alejan de la realidad empírica y, además, destacó el margen de maniobra con el
que los actores indígenas pudieron ampliar el significado de dichas categorías
para lograr sus propios objetivos. Fue en este punto donde el apoyo del Tribunal
Federal Electoral fue primordial al tratar siempre de asegurar los derechos
colectivos de los pueblos indígenas.
Conclusiones
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basado en la democracia participativa de sus "usos y costumbres" e integrar
modelos de gobierno indígena. Esto constituye una importante apuesta para que
los pueblos indígenas de México avancen en su ejercicio de autodeterminación
y autonomía. Uno se sorprende por la judicialización de estas luchas y la
manera en que esto ha cambiado la ley en una dirección transformadora al
aprovechar un nuevo y plural marco legal que obliga al estado mexicano a
reconocer los derechos indígenas. La lucha judicial indígena por la
representación política ha colocado los informes antropológicos en el centro de
atención. Como funcionan como garantías emitidas por expertos para
establecer la validez de la reclamación indígena, implican varios dilemas. Por un
lado, los informes son herramientas dentro de un juicio que ayudan a
fundamentar las razones culturales a favor del avance de los derechos
colectivos. Pero, por otro lado, los informes también pueden convertirse en
puntos de referencia de la estadidad que reproducen la colonialidad del poder
que tratan de contrarrestar. Por ello, los peritajes antropológicos adquieren una
nueva relevancia y resulta de suma importancia hacer un análisis crítico de sus
efectos epistémicos y políticos (Loperena, Hernández y Mora 2018) y una
documentación de las formas que subrayan los procesos judiciales en los que
intervienen. Este es el objetivo que nos fijamos como resultado de nuestra
intervención en el proceso judicial ante los tribunales electorales federales en
el municipio de San Luis Acatlán en Guerrero, México.
El estudio de caso de este artículo señala las formas en que las numerosas
tensiones en el campo electoral en el SLA influyeron en el proceso de
judicialización del derecho indígena y en la petición de reconocimiento del
derecho a elegir autoridades municipales a través de "usos y costumbres". Los
partidos políticos ejercieron una fuerte oposición a la posibilidad de cambiar los
métodos de elección. Esta oposición se manifestó a través de una campaña
desplegada por las élites locales para descalificar la Consulta. Difundieron
rumores de que una elección por "usos y costumbres" significaría perder los
programas federales que proporcionaban apoyo económico a sus familias.
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Sin embargo, la tensión más importante fueron las divisiones en el interior del
campo comunitario. La fragmentación de la institución indígena más
representativa de la región -la CRAC-PC- así como la descalificación del líder de
la UPOEG -Bruno Plácido- por parte de algunas facciones políticas, tuvieron un
efecto profundamente negativo en el proceso electoral. Como consecuencia, un
gran número de comunidades no apoyaron la Consulta y por lo tanto la
debilitaron. Tanto la polarización regional que se encontraba en su punto más
alto debido al incremento de la violencia por parte del crimen organizado como
la proliferación de la policía comunitaria y las autodefensas también
intervinieron en esto. Estos acontecimientos enrarecen el medio ambiente y
generan una atmósfera de desconfianza en la región. Esto se reflejó en el hecho
de que incluso aquellos que estaban obviamente interesados (comunidades
indígenas) no participaron en la consulta.
Dentro del proceso judicial, el papel del informe experto antropológico fue
decisivo. Ante el intento fallido del organismo electoral local (GEEI) de
tergiversar su contenido para evitar una consulta, el Tribunal Supremo Electoral
(TEPJF) ordenó al GEEI que reconsiderara la prueba ofrecida por el informe
antropológico que confirma categóricamente la validez de los sistemas
normativos. Para dicho tribunal, el estudio fue crucial ya que proporcionó los
elementos empíricos que apoyaron la reclamación en cuestión. El GEEI no pudo
descartar esta evidencia, por lo que lucharon por minimizar su contenido.
Incluso utilizaron los medios de comunicación locales en un intento de
desacreditar nuestro trabajo y credibilidad académica, como describimos
anteriormente. Además, en las sucesivas etapas del proceso judicial, el
demandante utilizó el informe pericial como prueba de la validez de los
sistemas normativos.
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elección del Consejo Municipal de autoridades comunitarias el 15 de julio de
201814. Lo relevante en este caso es que nuestro informe pericial fue un punto
de referencia importante en el desarrollo de este juicio, ya que el juicio en el
que participó inspiró el proceso judicial que posteriormente se llevó a cabo en
Ayutla.
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De particular relevancia para un informe pericial sobre los derechos políticos
indígenas es la necesidad de deconstruir visiones universales del derecho y los
derechos, y el endurecimiento de los imaginarios sociales coloniales al referirse
a "usos y costumbres".
Por último, el informe pericial tuvo efectos inesperados. Los hallazgos centrales
no se redujeron exclusivamente al ámbito del "conocimiento experto". A la luz
de las concepciones racistas que se negaron a aceptar las formas tradicionales
de elección de autoridades en las comunidades indígenas, hay importantes
contribuciones de los pueblos indígenas a los conceptos de democracia y
participación ciudadana que el informe del experto puso de relieve. Todos los
diferentes actores se apropiaron del contenido de nuestro estudio antropológico
y lo utilizaron para promover sus propias perspectivas. En este sentido, el
peritaje ilustró la fuerza performativa de la ley, al insertarse en el terreno
disputado, transformando así la realidad social que sólo se nos pidió que
describiéramos como peritos.
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